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4 Santuarios y Ermitas Rupestres
4 Santuarios y Ermitas Rupestres
4
ermitas rupestres
del Alto Aragón
4 Megalitos
Castillos
Glosario
Abrigo
Balma
Gruta
ISBN 978-84-8321-270-7
9 788483 212707
Santuario de San Cosme y San Damián
Santuarios y
ermitas rupestres
del Alto Aragón
4
Santuarios y
ermitas rupestres
del Alto Aragón
4
Colección Losa Mora número 4
Textos: José Luis Acín (ermitas nº 2, 8, 13, 15, 16, 18) ~ Adolfo Castán (ermitas nº 5,
6, 10, 12, 14, 17; colaboración “Piedras y datación”) ~ José María Fuixench (ermitas nº
1, 3, 11; colaboración “Eremitas”) ~ Graciano Lacasta (ermitas nº 20) ~ Ricardo Mur
(ermitas nº 4, 9) ~ Enrique Satué (introducción; ermitas nº 7, 19; colaboración “Lo
pastoril en santa Orosia y san Úrbez”)
Fotografías: José Luis Acín: 14, 15, 19, 21, 22, 26, 27, 29, 30-31, 31 (derecha), 46-
47, 48-49, 50-51, 55, 56-57, 57 (izquierda), 64-65, 71, 72 (izquierda y derecha), 77, 78
(abajo), 79, 80-81, 87, 89 (derecha), 90 (arriba izquierda y derecha), 93 ~ Fernando
Alvira: 18, 69 ~ Archivo Prames-Modesto Pascau: 23 ~ Archivo Prames-Javier Romeo:
portada, 3, 6, 25 (arriba y abajo), 39, 40 (izquierda y derecha), 40-41, 42-43, 44-45, 45
(derecha), 58-59, 60, 60-61, 61 (derecha), 63, 68, 75, 82-83, 84, 85, 88-89, 90-91 ~
Josu Azcona: 17, 33, 34, 35, 36 ~ Adolfo Castán: 37 (izquierda y derecha), 52
(izquierda), 66, 67, 78 (arriba), 92 ~ Fernando Lampre: 12-13, 49 (derecha), 52-53, 73
~ Javier Romeo: 6
Editan:
– Diputación Provincial de Huesca • Porches de Galicia, 4 • 22071 Huesca
– Prames, S. A. • Camino de los Molinos, 32 • 50015 Zaragoza • www.prames.com
ISBN: 978-84-8321-270-7
D.L.: Z-3780-2008
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Colección Losa Mora número 4
Textos: José Luis Acín (ermitas nº 2, 8, 13, 15, 16, 18) ~ Adolfo Castán (ermitas nº 5,
6, 10, 12, 14, 17; colaboración “Piedras y datación”) ~ José María Fuixench (ermitas nº
1, 3, 11; colaboración “Eremitas”) ~ Graciano Lacasta (ermitas nº 20) ~ Ricardo Mur
(ermitas nº 4, 9) ~ Enrique Satué (introducción; ermitas nº 7, 19; colaboración “Lo
pastoril en santa Orosia y san Úrbez”)
Fotografías: José Luis Acín: 14, 15, 19, 21, 22, 26, 27, 29, 30-31, 31 (derecha), 46-
47, 48-49, 50-51, 55, 56-57, 57 (izquierda), 64-65, 71, 72 (izquierda y derecha), 77, 78
(abajo), 79, 80-81, 87, 89 (derecha), 90 (arriba izquierda y derecha), 93 ~ Fernando
Alvira: 18, 69 ~ Archivo Prames-Modesto Pascau: 23 ~ Archivo Prames-Javier Romeo:
portada, 3, 6, 25 (arriba y abajo), 39, 40 (izquierda y derecha), 40-41, 42-43, 44-45, 45
(derecha), 58-59, 60, 60-61, 61 (derecha), 63, 68, 75, 82-83, 84, 85, 88-89, 90-91 ~
Josu Azcona: 17, 33, 34, 35, 36 ~ Adolfo Castán: 37 (izquierda y derecha), 52
(izquierda), 66, 67, 78 (arriba), 92 ~ Fernando Lampre: 12-13, 49 (derecha), 52-53, 73
~ Javier Romeo: 6
Editan:
– Diputación Provincial de Huesca • Porches de Galicia, 4 • 22071 Huesca
– Prames, S. A. • Camino de los Molinos, 32 • 50015 Zaragoza • www.prames.com
ISBN: 978-84-8321-270-7
D.L.: Z-3780-2008
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Índice
Introducción ....................................................................................7
Eremitas ..........................................................................................68
5
Índice
Introducción ....................................................................................7
Eremitas ..........................................................................................68
5
Introducción
Cualquiera de los autores que me acompañan en la hermosa labor de
dar cuerpo a este libro podrían haber hecho esta introducción. No sólo
encarnan el papel de estudiosos de la religiosidad popular, sino que, de
un modo u otro, han sido y son hombres comprometidos, que han
añadido a lo largo de los años una riqueza humana y cultural a todas
aquellas manifestaciones populares a las que se han acercado.
El objeto de estudio son los santuarios rupestres del Alto Aragón que,
durante siglos, han catalizado el flujo entre las gentes de esta tierra y la
divinidad, bien fuese cristiana, anterior a ella, o fundida las esencias de
ambas.
Vamos pues a tratar entre todos de que este librito sea una llave maestra
que permita comprender estas ermitas de modo poliédrico, respetuoso e
interdisciplinar.
7
Introducción
Cualquiera de los autores que me acompañan en la hermosa labor de
dar cuerpo a este libro podrían haber hecho esta introducción. No sólo
encarnan el papel de estudiosos de la religiosidad popular, sino que, de
un modo u otro, han sido y son hombres comprometidos, que han
añadido a lo largo de los años una riqueza humana y cultural a todas
aquellas manifestaciones populares a las que se han acercado.
El objeto de estudio son los santuarios rupestres del Alto Aragón que,
durante siglos, han catalizado el flujo entre las gentes de esta tierra y la
divinidad, bien fuese cristiana, anterior a ella, o fundida las esencias de
ambas.
Vamos pues a tratar entre todos de que este librito sea una llave maestra
que permita comprender estas ermitas de modo poliédrico, respetuoso e
interdisciplinar.
7
En esta trama, a algunos santuarios rupestres les tocó ejercer liderazgo, Al mismo tiempo, es preciso señalar que si la centuria XVII acabó de
como fue el caso de Santa Elena, que intercedía sobre la Tierra de conformar el mapa de acción de los santuarios, fue la bonanza
Biescas, el valle de Tena y, ocasionalmente, sobre el Bearn, mientras que económica de la siguiente centuria la que enriqueció la dimensión
otros, como San Antón de Torla, no salían de la mera referencia local. profana, cultural y socioeconómica a las romerías.
Por cierto, el que las romerías hayan sido fagocitadas por el fin de
Son las cuevas santuario lugares ideales para releer al historiador de las semana en muchos casos, o que ya no existan en otros, no quiere decir
religiones Mircea Eliade, para comprender lo que en ellas hay de que hayan desaparecido del todo los móviles y las manifestaciones
potencial hierofánico, para ver cómo su cueva se abraza con las raíces tradicionales. Una atenta observación nos lo reflejará.
del árbol, las vetas de la fuente sagrada y, por encadenado, con las
plegarias dirigidas al santo o a la Virgen, en un flujo y reflujo Otra cosa son los ermitaños, cuyo tiempo se ha comido el cambio social.
permanente entre lo cristiano y precristiano, pero siempre sagrado. Son Eran los garantes del mantenimiento del santuario, de recoger fondos
lugares vaginales donde no resultará extraño comprobar que la para él y de propagar, de algún modo, sus poderes. Recorrían el
religiosidad y la fertilidad de la naturaleza muchas veces se daban la territorio acomodándose al ciclo cosechero. Recogían sobre todo especie
mano. y, las más de las veces, llevaban una capillita portátil con el santo,
además de midas o reproducciones del tamaño de sus reliquias.
El sentimiento posesivo del montañés llevó a que a algunos titulares de Célebres santeros de cuevas santuario fueron los de San Cosme y San
estos templos, como Santa Elena, Santa Orosia y San Úrbez, fueran Damián, Santa Elena, San Úrbez de Nocito y Santa Orosia.
encumbrados a la calidad de “patronos de la montaña”, quedando
implícito que si intercedían sobre otras zonas, lo hacían de modo Por otro lado, a pesar de que las cuevas santuario obtienen en buena
subsidiario. parte su techumbre de la naturaleza, no debemos olvidar que sus
estructuras fueron enriquecidas a lo largo del siglo XVII, para
Alrededor de las cuevas santuario comprobaremos el esfuerzo apuntalarlas, mejorarlas y decorarlas en la centuria siguiente.
pedagógico y de adaptación que hizo la Iglesia con unas gentes no
cristianizadas hasta el siglo X. Encontraremos, por ejemplo, las huellas Ni que decir tiene que tanto contenido como continente fueron
de santos que aún hoy nos indican en las rocas, donde éstos se afectados por la guerra Civil y que, todavía, hoy podemos ver en alguna
arrodillaron, se escondieron o, simplemente, descansaron. Y también cueva santuario algún letrero que habla del paso de soldados y
encontraremos en la memoria oral, los gozos, himnos o la hagiografía, milicianos.
un bagaje literario, uniformizado por la Legenda Aurea, donde la Virgen,
sobre todo, siempre escogía al humilde pastor para aparecerse. Por último, a lo largo del siglo XVII, una buena parte del culto a los
santos fue acompañado de dances y pastoradas. Algunos de ellos,
Aún hoy, pero sobre todo antaño, cuando la sociedad montañesa ejercía asociados a cuevas santuario, perviven y otros han desaparecido. Se
como tal, tras de algunos de estas cuevas santuario había cofradías que renueva con fuerza todos los años el de Santa Orosia de Yebra y
no sólo se ocupaban de lo religioso sino de la ayuda mutua entre los desapareció en el siglo XIX el de Santa Elena de Yebra, un dance de
cofadres. Sus estatutos son testimonios del modo de organizar y palos que sonaba al son de la gaita.
cohesionar un territorio.
Creo que con estos últimos detalles está dispuesta la llave maestra que
Así mismo el reparto anual de las visitas que hacían los distintos pueblos va a permitir abrir los ojos a quienes en día de romería u ordinario se
a estos lugares sagrados tenía mucho que ver con las relaciones de acerquen a estos reductos donde tan bien queda reflejada la necesidad
poder, los acuerdos vecinales, el ciclo festivo y económico anual y, por de trascender que tiene el ser humano.
supuesto, la gran cantidad de votos y rogativas que nacieron con la
crudeza del siglo XVII. Ánimo. A caminar, disfrutar y meditar.
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En esta trama, a algunos santuarios rupestres les tocó ejercer liderazgo, Al mismo tiempo, es preciso señalar que si la centuria XVII acabó de
como fue el caso de Santa Elena, que intercedía sobre la Tierra de conformar el mapa de acción de los santuarios, fue la bonanza
Biescas, el valle de Tena y, ocasionalmente, sobre el Bearn, mientras que económica de la siguiente centuria la que enriqueció la dimensión
otros, como San Antón de Torla, no salían de la mera referencia local. profana, cultural y socioeconómica a las romerías.
Por cierto, el que las romerías hayan sido fagocitadas por el fin de
Son las cuevas santuario lugares ideales para releer al historiador de las semana en muchos casos, o que ya no existan en otros, no quiere decir
religiones Mircea Eliade, para comprender lo que en ellas hay de que hayan desaparecido del todo los móviles y las manifestaciones
potencial hierofánico, para ver cómo su cueva se abraza con las raíces tradicionales. Una atenta observación nos lo reflejará.
del árbol, las vetas de la fuente sagrada y, por encadenado, con las
plegarias dirigidas al santo o a la Virgen, en un flujo y reflujo Otra cosa son los ermitaños, cuyo tiempo se ha comido el cambio social.
permanente entre lo cristiano y precristiano, pero siempre sagrado. Son Eran los garantes del mantenimiento del santuario, de recoger fondos
lugares vaginales donde no resultará extraño comprobar que la para él y de propagar, de algún modo, sus poderes. Recorrían el
religiosidad y la fertilidad de la naturaleza muchas veces se daban la territorio acomodándose al ciclo cosechero. Recogían sobre todo especie
mano. y, las más de las veces, llevaban una capillita portátil con el santo,
además de midas o reproducciones del tamaño de sus reliquias.
El sentimiento posesivo del montañés llevó a que a algunos titulares de Célebres santeros de cuevas santuario fueron los de San Cosme y San
estos templos, como Santa Elena, Santa Orosia y San Úrbez, fueran Damián, Santa Elena, San Úrbez de Nocito y Santa Orosia.
encumbrados a la calidad de “patronos de la montaña”, quedando
implícito que si intercedían sobre otras zonas, lo hacían de modo Por otro lado, a pesar de que las cuevas santuario obtienen en buena
subsidiario. parte su techumbre de la naturaleza, no debemos olvidar que sus
estructuras fueron enriquecidas a lo largo del siglo XVII, para
Alrededor de las cuevas santuario comprobaremos el esfuerzo apuntalarlas, mejorarlas y decorarlas en la centuria siguiente.
pedagógico y de adaptación que hizo la Iglesia con unas gentes no
cristianizadas hasta el siglo X. Encontraremos, por ejemplo, las huellas Ni que decir tiene que tanto contenido como continente fueron
de santos que aún hoy nos indican en las rocas, donde éstos se afectados por la guerra Civil y que, todavía, hoy podemos ver en alguna
arrodillaron, se escondieron o, simplemente, descansaron. Y también cueva santuario algún letrero que habla del paso de soldados y
encontraremos en la memoria oral, los gozos, himnos o la hagiografía, milicianos.
un bagaje literario, uniformizado por la Legenda Aurea, donde la Virgen,
sobre todo, siempre escogía al humilde pastor para aparecerse. Por último, a lo largo del siglo XVII, una buena parte del culto a los
santos fue acompañado de dances y pastoradas. Algunos de ellos,
Aún hoy, pero sobre todo antaño, cuando la sociedad montañesa ejercía asociados a cuevas santuario, perviven y otros han desaparecido. Se
como tal, tras de algunos de estas cuevas santuario había cofradías que renueva con fuerza todos los años el de Santa Orosia de Yebra y
no sólo se ocupaban de lo religioso sino de la ayuda mutua entre los desapareció en el siglo XIX el de Santa Elena de Yebra, un dance de
cofadres. Sus estatutos son testimonios del modo de organizar y palos que sonaba al son de la gaita.
cohesionar un territorio.
Creo que con estos últimos detalles está dispuesta la llave maestra que
Así mismo el reparto anual de las visitas que hacían los distintos pueblos va a permitir abrir los ojos a quienes en día de romería u ordinario se
a estos lugares sagrados tenía mucho que ver con las relaciones de acerquen a estos reductos donde tan bien queda reflejada la necesidad
poder, los acuerdos vecinales, el ciclo festivo y económico anual y, por de trascender que tiene el ser humano.
supuesto, la gran cantidad de votos y rogativas que nacieron con la
crudeza del siglo XVII. Ánimo. A caminar, disfrutar y meditar.
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Derecha: imagen de san
Lorenzo con la parrilla
grabado en la roca.
Ermita de San Lorenzo
de Revilla
10 11
Derecha: imagen de san
Lorenzo con la parrilla
grabado en la roca.
Ermita de San Lorenzo
de Revilla
10 11
Aniés (La Sotonera)
Eremitorio
de San Cristóbal del Barranco
12 13
Aniés (La Sotonera)
Eremitorio
de San Cristóbal del Barranco
12 13
Por fortuna, entre el resto de una pintura mural de la Anunciación –de
tradición románico tardía y fechable entre los siglos XIII y XIV– se
destacó la figura del arcángel San Gabriel, que terminó enmarcado entre
el relieve de dos columnas y que, si bien se salvó de las iras de la
guerra Civil, no lo estuvo tanto de las rúbricas modernas que parecen
querer compartir sin reparos el valor del esquematismo románico.
Aunque merece destacarse una de ellas: la estampada por mosén
Domingo de Pax, en 1663.
Detalle de la Interior
pintura mural
14 15
Por fortuna, entre el resto de una pintura mural de la Anunciación –de
tradición románico tardía y fechable entre los siglos XIII y XIV– se
destacó la figura del arcángel San Gabriel, que terminó enmarcado entre
el relieve de dos columnas y que, si bien se salvó de las iras de la
guerra Civil, no lo estuvo tanto de las rúbricas modernas que parecen
querer compartir sin reparos el valor del esquematismo románico.
Aunque merece destacarse una de ellas: la estampada por mosén
Domingo de Pax, en 1663.
Detalle de la Interior
pintura mural
14 15
Antes de acceder a la ermita, conviene detenerse en Mas de Puybert,
Benabarre donde se aprecian las formas de su casa y demás construcciones
tradicionales completadas con una ermita particular de orígenes
Ermita románicos, así como con un museo etnológico.
de Nuestra Señora de las Ventosas Volviendo a la construcción que nos ocupa, el paraje de su
emplazamiento fue elegido porque, dice la tradición, en este recóndito
enclave encontró un pastor de Puybert la imagen, debiéndose a esta
circunstancia que sean los moradores de este lugar quienes se
encarguen de cuidarlo y mantenerlo.
Escala 1:150.000
Localización: sita en la cara sur de la sierra del Castillo de Laguarres, se Exterior de la ermita y restos del recinto anexo
encuentra protegida de los vientos por el promontorio rocoso que le sirve
de apoyo y ubicación, debiéndose su denominación posiblemente a ello,
a esa protección contra dicho fenómeno natural.
Tipología: abrigo.
16 17
Antes de acceder a la ermita, conviene detenerse en Mas de Puybert,
Benabarre donde se aprecian las formas de su casa y demás construcciones
tradicionales completadas con una ermita particular de orígenes
Ermita románicos, así como con un museo etnológico.
de Nuestra Señora de las Ventosas Volviendo a la construcción que nos ocupa, el paraje de su
emplazamiento fue elegido porque, dice la tradición, en este recóndito
enclave encontró un pastor de Puybert la imagen, debiéndose a esta
circunstancia que sean los moradores de este lugar quienes se
encarguen de cuidarlo y mantenerlo.
Escala 1:150.000
Localización: sita en la cara sur de la sierra del Castillo de Laguarres, se Exterior de la ermita y restos del recinto anexo
encuentra protegida de los vientos por el promontorio rocoso que le sirve
de apoyo y ubicación, debiéndose su denominación posiblemente a ello,
a esa protección contra dicho fenómeno natural.
Tipología: abrigo.
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Traspasada la puerta se abre una nave de planta Al referido mobiliario, sólo se añaden los diversos y
rectangular acomodada al muro natural de roca del lado variados, aunque no numerosos, exvotos que se pueden
norte. En la misma, compuesta de dos tramos, se abren apreciar en el muro del evangelio, el de la izquierda
sendas capillas por cada lado, culminándose según se mira desde la puerta, sitos a la altura de la
con el presbiterio y la zona de la cabecera, cabecera.
ésta de dimensiones más reducidas y
estrecha que el resto de la nave. Testero Una ermita, por otra parte y como suele ser también
recto cubierto, por otra parte, por una habitual en este tipo de construcciones en las que se
bóveda de crucería estrellada, mientras fusiona lo natural con la mano del hombre, de lejano
que el resto de la construcción lo hace origen, de culto desde siempre por confluir las creencias
por medio de una bóveda de cañón del hombre con lo aportado por la naturaleza y sus
elementos. Edificio que ha sufrido diversas
Todo su interior, al igual que el modificaciones a lo largo de los tiempos, palpable en la
exterior, es sencillo, sin mencionada bóveda de crucería fechable entre fines del
decoraciones y engalanamientos siglo XVI e inicios del XVII, o en las sucesivas
que atraigan directamente la reparaciones realizadas en el XIX –Guerra de la
visión. Tan sencillo que Independencia y demás avatares– y en el XX, las cuales
hasta su retablo más que han dejado la actual estructura y fisonomía a esta ermita
un retablo es una austera de Nuestra Señora de las Ventosas.
hornacina en la que se
disponen las imágenes
y cuadros, los cuales
–además– no poseen
ningún valor artístico, sólo
–como es habitual en estas Interior de la
ermitas rupestres perdidas ermita de
por el monte– el devocional Nuestra
Señora de las
de los habitantes cercanos Ventosas
que la visitan en los días
señalados en el calendario
popular.
18 19
Traspasada la puerta se abre una nave de planta Al referido mobiliario, sólo se añaden los diversos y
rectangular acomodada al muro natural de roca del lado variados, aunque no numerosos, exvotos que se pueden
norte. En la misma, compuesta de dos tramos, se abren apreciar en el muro del evangelio, el de la izquierda
sendas capillas por cada lado, culminándose según se mira desde la puerta, sitos a la altura de la
con el presbiterio y la zona de la cabecera, cabecera.
ésta de dimensiones más reducidas y
estrecha que el resto de la nave. Testero Una ermita, por otra parte y como suele ser también
recto cubierto, por otra parte, por una habitual en este tipo de construcciones en las que se
bóveda de crucería estrellada, mientras fusiona lo natural con la mano del hombre, de lejano
que el resto de la construcción lo hace origen, de culto desde siempre por confluir las creencias
por medio de una bóveda de cañón del hombre con lo aportado por la naturaleza y sus
elementos. Edificio que ha sufrido diversas
Todo su interior, al igual que el modificaciones a lo largo de los tiempos, palpable en la
exterior, es sencillo, sin mencionada bóveda de crucería fechable entre fines del
decoraciones y engalanamientos siglo XVI e inicios del XVII, o en las sucesivas
que atraigan directamente la reparaciones realizadas en el XIX –Guerra de la
visión. Tan sencillo que Independencia y demás avatares– y en el XX, las cuales
hasta su retablo más que han dejado la actual estructura y fisonomía a esta ermita
un retablo es una austera de Nuestra Señora de las Ventosas.
hornacina en la que se
disponen las imágenes
y cuadros, los cuales
–además– no poseen
ningún valor artístico, sólo
–como es habitual en estas Interior de la
ermitas rupestres perdidas ermita de
por el monte– el devocional Nuestra
Señora de las
de los habitantes cercanos Ventosas
que la visitan en los días
señalados en el calendario
popular.
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A través del ancho valle de Benasque fluyeron tiempos, vientos, ríos y
Benasque / Benás culturas, un colosal pasillo en donde cada retazo de historia quedó
prendida de sus rocas. Y aquí, a los pies de los montes Malditos, ondean
Ermita de la Virgen de las Nieves las plegarias que los excursionistas de hoy dejan a la imagen de la Virgen
de las Nieves, cobijada en el último santuario rupestre del Alto Aragón.
Tipología: gruta.
Cronología: 1916.
20 21
A través del ancho valle de Benasque fluyeron tiempos, vientos, ríos y
Benasque / Benás culturas, un colosal pasillo en donde cada retazo de historia quedó
prendida de sus rocas. Y aquí, a los pies de los montes Malditos, ondean
Ermita de la Virgen de las Nieves las plegarias que los excursionistas de hoy dejan a la imagen de la Virgen
de las Nieves, cobijada en el último santuario rupestre del Alto Aragón.
Tipología: gruta.
Cronología: 1916.
20 21
El 5 de agosto de 1913 Don Julio Soler i Santaló, en nombre del Centro De frente, una soberbia columna de
Excursionista de Cataluña, coloca la primera piedra del futuro y precioso capitel labrado con cruces
trascendental refugio centro-pirenaico. A su vez comienza el ensanchadas sostiene la desnuda losa
levantamiento, por su expreso deseo, de una cabaña bajo la roca a la del altar. Y en lo alto, cobijada en una
que llamaría Villa Maladeta, transformada con el tiempo, en la preciosa tosca hornacina entallada en la roca,
ermita alpinera de la Virgen de las Nieves. como una pequeña réplica de la capilla
misma, la nívea imagen de Nuestra
Señora, sacada de un inmaculado bloque
de alabastro. En su base, la advocación
catalana que le dieron sus mecenas:
Verge de les Neus, quienes inaugurarían
el templete en el año de 1916, tal como
recuerda una inscripción en latín
repicada en la propia roca de la cueva.
22 23
El 5 de agosto de 1913 Don Julio Soler i Santaló, en nombre del Centro De frente, una soberbia columna de
Excursionista de Cataluña, coloca la primera piedra del futuro y precioso capitel labrado con cruces
trascendental refugio centro-pirenaico. A su vez comienza el ensanchadas sostiene la desnuda losa
levantamiento, por su expreso deseo, de una cabaña bajo la roca a la del altar. Y en lo alto, cobijada en una
que llamaría Villa Maladeta, transformada con el tiempo, en la preciosa tosca hornacina entallada en la roca,
ermita alpinera de la Virgen de las Nieves. como una pequeña réplica de la capilla
misma, la nívea imagen de Nuestra
Señora, sacada de un inmaculado bloque
de alabastro. En su base, la advocación
catalana que le dieron sus mecenas:
Verge de les Neus, quienes inaugurarían
el templete en el año de 1916, tal como
recuerda una inscripción en latín
repicada en la propia roca de la cueva.
22 23
Marcas en la piedra, detalle de un
Biescas muro de la ermita de Santa Elena
Tipología: gruta.
24 25
Marcas en la piedra, detalle de un
Biescas muro de la ermita de Santa Elena
Tipología: gruta.
24 25
El registro legendario es extenso. Dicen que santa Elena pasó por estas El templo es un edificio capaz, que consta de nave con capillas laterales
tierras huyendo de unos perseguidores. Después de pasar por Biescas y y cabecera. La primera sobresale al aire libre, la segunda está bajo
entrando en el valle de Tena vio una cueva y se escondió. Allí, como una tierra. En el nivel superior hay un gran coro y dos espaciosas tribunas.
araña tejió una tela en la entrada del escondrijo, logró salvarse al Se accede por una portalada situada bajo la torre campanario, en el
despistar a sus perseguidores. “Donde la araña tejió, Elena no entró”, ángulo suroeste del edificio. En el altar mayor hay un gran retablo
dijeron. Más tarde, también se comenta que el castillo que su hijo barroco con una hornacina para la talla de la titular y varios lienzos con
Constantino mandó construir en la zona recibió el nombre de Santa escenas de su vida. En las capillas laterales hay cuatro retablitos del
Elena. Siglos después se levantó la ermita en recuerdo de la santa. mismo estilo con tallas de santa Quiteria y san Silvestre, en el lado del
evangelio, y de santa María Magdalena y la Virgen del Rosario, en el de
Las referencias más antiguas que conservamos sobre la cristianización la epístola.
de este espacio están en la imagen de la santa, una talla fechable en el
último románico, y las obras mandadas hacer por Jaime el
Conquistador, todo en el siglo XIII, visibles en la cabecera y en otros
puntos del santuario.
26 27
El registro legendario es extenso. Dicen que santa Elena pasó por estas El templo es un edificio capaz, que consta de nave con capillas laterales
tierras huyendo de unos perseguidores. Después de pasar por Biescas y y cabecera. La primera sobresale al aire libre, la segunda está bajo
entrando en el valle de Tena vio una cueva y se escondió. Allí, como una tierra. En el nivel superior hay un gran coro y dos espaciosas tribunas.
araña tejió una tela en la entrada del escondrijo, logró salvarse al Se accede por una portalada situada bajo la torre campanario, en el
despistar a sus perseguidores. “Donde la araña tejió, Elena no entró”, ángulo suroeste del edificio. En el altar mayor hay un gran retablo
dijeron. Más tarde, también se comenta que el castillo que su hijo barroco con una hornacina para la talla de la titular y varios lienzos con
Constantino mandó construir en la zona recibió el nombre de Santa escenas de su vida. En las capillas laterales hay cuatro retablitos del
Elena. Siglos después se levantó la ermita en recuerdo de la santa. mismo estilo con tallas de santa Quiteria y san Silvestre, en el lado del
evangelio, y de santa María Magdalena y la Virgen del Rosario, en el de
Las referencias más antiguas que conservamos sobre la cristianización la epístola.
de este espacio están en la imagen de la santa, una talla fechable en el
último románico, y las obras mandadas hacer por Jaime el
Conquistador, todo en el siglo XIII, visibles en la cabecera y en otros
puntos del santuario.
26 27
Morfológicamente es una cavidad modelada por piedra tosca, porosa y
Bergua (Broto) ligera, dividida por la naturaleza en dos sectores. El primero es una
balma, una visera que protege y da forma al hueco interior, alargado y
Cueva Iglesieta de los Moros poco ancho.
Tipología: gruta.
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Morfológicamente es una cavidad modelada por piedra tosca, porosa y
Bergua (Broto) ligera, dividida por la naturaleza en dos sectores. El primero es una
balma, una visera que protege y da forma al hueco interior, alargado y
Cueva Iglesieta de los Moros poco ancho.
Tipología: gruta.
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En el siglo XVIII se decoraron los muros con pintura, presidiendo el altar
un santo (que presenta un gran desconche) enmarcado por columnas.
Estos motivos son iguales a los que ornamentan la ermita de San
Bartolomé y compuestos por la misma mano.
El pasillo lleva a una espléndida sala final, casi circular, con el cielo
repleto de estalactitas; una magnífica celda para dos o tres personas si
se utilizó como dormitorio. La angosta rampa previa a la sala, pulida y
brillante, refleja un repetido rozamiento humano.
30 31
En el siglo XVIII se decoraron los muros con pintura, presidiendo el altar
un santo (que presenta un gran desconche) enmarcado por columnas.
Estos motivos son iguales a los que ornamentan la ermita de San
Bartolomé y compuestos por la misma mano.
El pasillo lleva a una espléndida sala final, casi circular, con el cielo
repleto de estalactitas; una magnífica celda para dos o tres personas si
se utilizó como dormitorio. La angosta rampa previa a la sala, pulida y
brillante, refleja un repetido rozamiento humano.
30 31
Capella es localidad ribagorzana posada en el valle del
Capella Isábena. En la zona baja hay un puente que pudo
alzarse con la bonanza del XVI. Es otro puente el que
Ermita de San Martín de Capella cruzaremos para seguir la pista ascendente buscando la
pared de cantos y cemento calizo que cerca el valle del
Isábena por el sur. Casi arriba, en la cuna del barranco
de la Heredad, se ven algunas bocas redondas de
hornos de cal. Allí se tuerce al oeste hasta pisar un plano
que llaman Santa Eulalia –con restos de un templo
románico–. Al lado, San Martín.
Vista general
Escala 1:150.000
Tipología: abrigo.
32 33
Capella es localidad ribagorzana posada en el valle del
Capella Isábena. En la zona baja hay un puente que pudo
alzarse con la bonanza del XVI. Es otro puente el que
Ermita de San Martín de Capella cruzaremos para seguir la pista ascendente buscando la
pared de cantos y cemento calizo que cerca el valle del
Isábena por el sur. Casi arriba, en la cuna del barranco
de la Heredad, se ven algunas bocas redondas de
hornos de cal. Allí se tuerce al oeste hasta pisar un plano
que llaman Santa Eulalia –con restos de un templo
románico–. Al lado, San Martín.
Vista general
Escala 1:150.000
Tipología: abrigo.
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Fueron necesarios preparativos en el talud rocoso para
varar el templo bajo el despeñadero con garantías de
perdurabilidad. El esfuerzo del anclaje fue notable, fiado
al grosor de unos muros. Después se concretó la nave
con ábside semicircular. Las uniones del aparejo son
finas y con las juntas repasadas, característica arrastrada
desde el temprano románico lombardo.
Vanos del
ábside
34 35
Fueron necesarios preparativos en el talud rocoso para
varar el templo bajo el despeñadero con garantías de
perdurabilidad. El esfuerzo del anclaje fue notable, fiado
al grosor de unos muros. Después se concretó la nave
con ábside semicircular. Las uniones del aparejo son
finas y con las juntas repasadas, característica arrastrada
desde el temprano románico lombardo.
Vanos del
ábside
34 35
Piedras y datación
Los restos arquitectónicos que nos han legado estos covachos son fiel
reflejo de una forma de vida: construcciones anónimas, humildes y
parcas en su expresión. Pero las piedras siempre emiten un mensaje,
aunque su lenguaje no resulte fácil de interpretar.
Entrando en los materiales que armaron estos santuarios es conveniente
distinguir dos tipos de aparejos: formales y populares.
Vemos paramentos formales románicos en Revilla, Capella y Añisclo.
San Lorenzo de Revilla –siglo XI– fue levantado con sillarejo escuadrado
trabado con argamasa; una hilada transversal en el ábside recuerda los
baquetones serrableses, convirtiéndole en inmueble de extraordinario
interés. Sillares colocados en tiradas homogéneas subieron el templo de
San Martín de Capella –siglo XII–; las uniones son finas, rebosando
Paramento de sillarejo
argamasa que repasada con la paleta reitera juntas horizontales románico en San Lorenzo de Revilla
achaflanadas, característica arrastrada desde el temprano románico
lombardo, tanto en la arquitectura religiosa como militar del siglo XI. La
puerta de ingreso a la oscura celda norte de San Úrbez de Añisclo sigue
pautas del románico sobrarbense, con arco rebajado y grueso
guardapolvo ornamental –siglo XII–.
Abrigos construídos en mampostería y tapial junto a San Martín de Capella Arco románico en San Úrbez de Añisclo
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Piedras y datación
Los restos arquitectónicos que nos han legado estos covachos son fiel
reflejo de una forma de vida: construcciones anónimas, humildes y
parcas en su expresión. Pero las piedras siempre emiten un mensaje,
aunque su lenguaje no resulte fácil de interpretar.
Entrando en los materiales que armaron estos santuarios es conveniente
distinguir dos tipos de aparejos: formales y populares.
Vemos paramentos formales románicos en Revilla, Capella y Añisclo.
San Lorenzo de Revilla –siglo XI– fue levantado con sillarejo escuadrado
trabado con argamasa; una hilada transversal en el ábside recuerda los
baquetones serrableses, convirtiéndole en inmueble de extraordinario
interés. Sillares colocados en tiradas homogéneas subieron el templo de
San Martín de Capella –siglo XII–; las uniones son finas, rebosando
Paramento de sillarejo
argamasa que repasada con la paleta reitera juntas horizontales románico en San Lorenzo de Revilla
achaflanadas, característica arrastrada desde el temprano románico
lombardo, tanto en la arquitectura religiosa como militar del siglo XI. La
puerta de ingreso a la oscura celda norte de San Úrbez de Añisclo sigue
pautas del románico sobrarbense, con arco rebajado y grueso
guardapolvo ornamental –siglo XII–.
Abrigos construídos en mampostería y tapial junto a San Martín de Capella Arco románico en San Úrbez de Añisclo
36 37
Se sitúa en una antigua pardina denominada Saliellas,
Cerésola (Sabiñánigo) en lo que debió ser un antiguo despoblado que,
finalmente, tras muchos litigios entre Cerésola y Lasaosa,
Ermita de San Úrbez de Cerésola pasó a casa Juan Domingo de la primera localidad, una
de aquellas discretas familias infanzonas que poblaban
la montaña.
Escala 1:150.000
Tipología: balma.
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Se sitúa en una antigua pardina denominada Saliellas,
Cerésola (Sabiñánigo) en lo que debió ser un antiguo despoblado que,
finalmente, tras muchos litigios entre Cerésola y Lasaosa,
Ermita de San Úrbez de Cerésola pasó a casa Juan Domingo de la primera localidad, una
de aquellas discretas familias infanzonas que poblaban
la montaña.
Escala 1:150.000
Tipología: balma.
38 39
Sabemos por el mejor hagiógrafo de San Úrbez, por el
clérigo Juan Agustín Carreras y Ortas, que a comienzos
del siglo XVIII el arco de medio punto contenía un
pequeño retablo con dicho santo y los santos niños
mártires Justo y Pastor, cuyas reliquias llevó siempre San
Úrbez en un zurrón hasta que murió en Nocito a los cien
años y éstas fueron llevadas a la iglesia de San Pedro de
Huesca.
Altar de la ermita
Recinto pastoril
40 41
Sabemos por el mejor hagiógrafo de San Úrbez, por el
clérigo Juan Agustín Carreras y Ortas, que a comienzos
del siglo XVIII el arco de medio punto contenía un
pequeño retablo con dicho santo y los santos niños
mártires Justo y Pastor, cuyas reliquias llevó siempre San
Úrbez en un zurrón hasta que murió en Nocito a los cien
años y éstas fueron llevadas a la iglesia de San Pedro de
Huesca.
Altar de la ermita
Recinto pastoril
40 41
La ermita de la Espelunca se sitúa en un lugar sorprendente, único,
Fosado (La Fueva) excepcional, de ineludible y casi imperdonable visita. Es un escondido
enclave de peña Montañesa, ese escarpe rocoso, que parece casi
Ermita de la Espelunca de San inaccesible, donde abre su boca la cueva rupestre que acoge a esta
ermita cuya denominación describe a la perfección, en aragonés, su
Victorián formación: una oquedad, una cueva.
Escala 1:150.000
Tipología: gruta.
42 43
La ermita de la Espelunca se sitúa en un lugar sorprendente, único,
Fosado (La Fueva) excepcional, de ineludible y casi imperdonable visita. Es un escondido
enclave de peña Montañesa, ese escarpe rocoso, que parece casi
Ermita de la Espelunca de San inaccesible, donde abre su boca la cueva rupestre que acoge a esta
ermita cuya denominación describe a la perfección, en aragonés, su
Victorián formación: una oquedad, una cueva.
Escala 1:150.000
Tipología: gruta.
42 43
En un incomparable marco, entre las verticales paredes aquí Detalle de la
bóveda y del
desarrolladas, en este espacio en el que parece imposible que pueda techo de la
existir una construcción, camuflada a la perfección con el entorno con el gruta
que se fusiona, se ubica este singular eremitorio rupestre. Una ermita
delatada por sendas fachadas que se agrupan directamente sobre la
roca de la sierra: la casa del ermitaño y, a la izquierda, la ermita cuyo
interior se conforma y se adentra en las interioridades de una cueva de
esta macizo calcáreo de la sierra Ferrera.
44 45
En un incomparable marco, entre las verticales paredes aquí Detalle de la
bóveda y del
desarrolladas, en este espacio en el que parece imposible que pueda techo de la
existir una construcción, camuflada a la perfección con el entorno con el gruta
que se fusiona, se ubica este singular eremitorio rupestre. Una ermita
delatada por sendas fachadas que se agrupan directamente sobre la
roca de la sierra: la casa del ermitaño y, a la izquierda, la ermita cuyo
interior se conforma y se adentra en las interioridades de una cueva de
esta macizo calcáreo de la sierra Ferrera.
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Jaca
Ermita de la Virgen de la Cueva
Escala 1:150.000
46 47
Jaca
Ermita de la Virgen de la Cueva
Escala 1:150.000
46 47
Hicieron voto a la Virgen de la Cueva la ciudad de Jaca y
los pueblos de Ara, Barós y Ulle. En Jaca, además del
ermitaño, los encargados de la Virgen de la Cueva eran
los romeros de Santa Orosia. El Lunes de Pascua de
Pentecostés, los devotos de esta ciudad celebraban la
romería. Se sumaban las ventas, casas y pardinas de los
alrededores de Oroel. Ara subía al día siguiente de la
Ascensión, Ulle el lunes siguiente y Barós el 1 de
septiembre. Navasa, sin voto, en principio se juntaba
con Ara, luego pasó a hacerlo con Jaca.
Interior de la oquedad
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Hicieron voto a la Virgen de la Cueva la ciudad de Jaca y
los pueblos de Ara, Barós y Ulle. En Jaca, además del
ermitaño, los encargados de la Virgen de la Cueva eran
los romeros de Santa Orosia. El Lunes de Pascua de
Pentecostés, los devotos de esta ciudad celebraban la
romería. Se sumaban las ventas, casas y pardinas de los
alrededores de Oroel. Ara subía al día siguiente de la
Ascensión, Ulle el lunes siguiente y Barós el 1 de
septiembre. Navasa, sin voto, en principio se juntaba
con Ara, luego pasó a hacerlo con Jaca.
Interior de la oquedad
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Lecina (Bárcabo)
Ermita de San Martín de Lecina
50 51
Lecina (Bárcabo)
Ermita de San Martín de Lecina
50 51
Ermita bajo el Resumiendo, el territorio de San Martín es adecuado
abrigo
para practicar vida eremítica y el edificio acantonado al
pie de la ermita pudo ser una celda; lo mismo cabe decir
del rincón noroeste emplazado sobre el tejado del
inmueble religioso, donde se observa lavadura parietal
diferenciada. Entre los abrigos de Huerto Raso, una boca
vertical colgada tiene paredes de mampostería en su
interior, recordando la traza de los ergástulos de Agüero
o San Cristóbal de Aniés. Es una cueva-habitación
inaccesible que debería ser prospectada.
Suelo empedrado
52 53
Ermita bajo el Resumiendo, el territorio de San Martín es adecuado
abrigo
para practicar vida eremítica y el edificio acantonado al
pie de la ermita pudo ser una celda; lo mismo cabe decir
del rincón noroeste emplazado sobre el tejado del
inmueble religioso, donde se observa lavadura parietal
diferenciada. Entre los abrigos de Huerto Raso, una boca
vertical colgada tiene paredes de mampostería en su
interior, recordando la traza de los ergástulos de Agüero
o San Cristóbal de Aniés. Es una cueva-habitación
inaccesible que debería ser prospectada.
Suelo empedrado
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Lierta (La Sotonera)
Ermita de San Julián de Andría
Encubierto entre los pliegues del pico Gratal, colosal faro prepirenaico, y
festoneado por incesantes cascadas cristalinas, el santuario de San
Julián encierra los secretos de una historia de eremitas, petrificada entre
Localización: en las faldas del pico de Gratal, próxima al paraje de las las paredes del cañón.
Gorgas.
Sólo en época tardía, entre los siglos XV y XVI, los viejos legajos
Tipología: balma. permiten asomar breves noticias que de la iglesieta cavernaria
escribieron anónimas manos. Su ubicación en dominios señoriales
Cronología: menciones documentales de los siglos XV y XVI, aunque su restringió de documentos a la historia venidera, junto a las zozobras
origen sería, probablemente, anterior al siglo XI. aristocráticas que sufrieron los lugares de la comarca. Pero los
antecedentes vivos de las Gorgas no esperaron estos hidalgos avatares.
Acceso: fácil. Saliendo de Huesca por la carretera hacia Arguis, A-23, Una pléyade de ermitaños eligieron los escarpes de las sierras Exteriores
deberemos tomar el desvío a la izquierda que lleva a la población de como monasterios de virtud, donde sus recluidas biografías se
Arascués. Rodeando el club de Golf por la izquierda y sin dejar ya la extenderían en gloria de santidades.
pista, ésta nos adentrará entre almendros hasta que tengamos que
aparcar el vehículo para proseguir a pie. Un rudimentario cartel de A la ermita de San Julián de Andría se le juzga de notable antigüedad,
madera indica la divergencia: “Al Belén”, que nos llevará hasta el pues a un topónimo primitivo se le une la existencia de la persistente
precioso estrechamiento de las Gorgas de San Julián con su ermita. población mozárabe que habitaba sus inmediaciones hasta finalizado el
siglo XI. Por aquellos días los cristianos serían perseguidos, ocultándose
Romería: Pascua de Pentecostés. con sus doctrinas en los rincones más inaccesibles.
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Lierta (La Sotonera)
Ermita de San Julián de Andría
Encubierto entre los pliegues del pico Gratal, colosal faro prepirenaico, y
festoneado por incesantes cascadas cristalinas, el santuario de San
Julián encierra los secretos de una historia de eremitas, petrificada entre
Localización: en las faldas del pico de Gratal, próxima al paraje de las las paredes del cañón.
Gorgas.
Sólo en época tardía, entre los siglos XV y XVI, los viejos legajos
Tipología: balma. permiten asomar breves noticias que de la iglesieta cavernaria
escribieron anónimas manos. Su ubicación en dominios señoriales
Cronología: menciones documentales de los siglos XV y XVI, aunque su restringió de documentos a la historia venidera, junto a las zozobras
origen sería, probablemente, anterior al siglo XI. aristocráticas que sufrieron los lugares de la comarca. Pero los
antecedentes vivos de las Gorgas no esperaron estos hidalgos avatares.
Acceso: fácil. Saliendo de Huesca por la carretera hacia Arguis, A-23, Una pléyade de ermitaños eligieron los escarpes de las sierras Exteriores
deberemos tomar el desvío a la izquierda que lleva a la población de como monasterios de virtud, donde sus recluidas biografías se
Arascués. Rodeando el club de Golf por la izquierda y sin dejar ya la extenderían en gloria de santidades.
pista, ésta nos adentrará entre almendros hasta que tengamos que
aparcar el vehículo para proseguir a pie. Un rudimentario cartel de A la ermita de San Julián de Andría se le juzga de notable antigüedad,
madera indica la divergencia: “Al Belén”, que nos llevará hasta el pues a un topónimo primitivo se le une la existencia de la persistente
precioso estrechamiento de las Gorgas de San Julián con su ermita. población mozárabe que habitaba sus inmediaciones hasta finalizado el
siglo XI. Por aquellos días los cristianos serían perseguidos, ocultándose
Romería: Pascua de Pentecostés. con sus doctrinas en los rincones más inaccesibles.
54 55
La leyenda del santuario cuenta que allí vivió un monje
anacoreta. Se alimentaba de las hierbas y raíces del
lugar y poseía unas pocas gallinas para reforzar su difícil
subsistencia. Un día vio cómo un águila bajó en lance
para capturar a una de ellas. Al verla, el solitario profirió
un grito hacia el cielo: “¡San Julián, conviértela en
piedra!”. Hoy, una formación pétrea similar a esta ave de
rapiña puede contemplarse cerca de la gruta. Al tiempo,
otra leyenda local narra que el santo titular se apareció
un día junto a la cueva que hoy acoge la ermita.
56 57
La leyenda del santuario cuenta que allí vivió un monje
anacoreta. Se alimentaba de las hierbas y raíces del
lugar y poseía unas pocas gallinas para reforzar su difícil
subsistencia. Un día vio cómo un águila bajó en lance
para capturar a una de ellas. Al verla, el solitario profirió
un grito hacia el cielo: “¡San Julián, conviértela en
piedra!”. Hoy, una formación pétrea similar a esta ave de
rapiña puede contemplarse cerca de la gruta. Al tiempo,
otra leyenda local narra que el santo titular se apareció
un día junto a la cueva que hoy acoge la ermita.
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Las construcciones de San Cosme se arriman a los
Panzano (Casbas de Huesca / de Uesca) conglomerados que entierran las calizas de Guara,
presentes en las herméticas formaciones de monjes
Santuario de San Cosme y San Damián sentados que ribetean Montidinera. Debajo yace el
santuario, en otro paisaje melancólico y recatado donde
los cipreses visten de largo al roquedo. Y en un rincón la
ermita, repleta de flores secas y olor a cirios ardidos.
Tipología: balma.
58 59
Las construcciones de San Cosme se arriman a los
Panzano (Casbas de Huesca / de Uesca) conglomerados que entierran las calizas de Guara,
presentes en las herméticas formaciones de monjes
Santuario de San Cosme y San Damián sentados que ribetean Montidinera. Debajo yace el
santuario, en otro paisaje melancólico y recatado donde
los cipreses visten de largo al roquedo. Y en un rincón la
ermita, repleta de flores secas y olor a cirios ardidos.
Tipología: balma.
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Con idéntico patrón plantaron las ermitas de San Úrbez y
San Miguel, último solar santo antes de arribar a la plaza
en cuyo frente oeste se alza la casa ducal. A mediodía
las huertas y una hermosa fuente renacentista de tres
caños bajo arco de sillería; la fuente de la Huerta cubría
las necesidades de riego; allí sesteaban olivos,
almendros y nogales, regalo de un terrazgo fecundo a la
tenacidad humana.
60 61
Con idéntico patrón plantaron las ermitas de San Úrbez y
San Miguel, último solar santo antes de arribar a la plaza
en cuyo frente oeste se alza la casa ducal. A mediodía
las huertas y una hermosa fuente renacentista de tres
caños bajo arco de sillería; la fuente de la Huerta cubría
las necesidades de riego; allí sesteaban olivos,
almendros y nogales, regalo de un terrazgo fecundo a la
tenacidad humana.
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Poco queda de esta pequeña y medio rupestre ermita. Tan sólo unas
Revilla (Tella-Sin) cuantas hiladas de sus muros, hasta una altura de poco más de un
metro, que delatan el interés de este edificio, reflejando una planta
Ermita de San Lorenzo configurada por una alargada y estrecha nave culminada en un ábside
semicircular, todo ello dispuesto en hiladas de piedras perfectamente
dispuestas. Hemiciclo absidial que apoya directamente en la pared
rocosa, constituyendo ésta el muro norte, en cuyo desarrollo
semicircular se apreciaba en tiempos un friso de piedras dispuestas
verticalmente a modo de baquetones.
Interés de los restos que subsisten, al que se añade el que presenta los
numerosos grabados existentes en la roca sita junto al muro del hastial.
Así, en dicho frente rocoso repleto de todo tipo de signos, se pueden
descubrir diversas representaciones geométricas y vegetales, así como
de tipo religioso, enhiestas y puntiagudas flechas dispuestas
verticalmente, simplificaciones antropomorfas, estilizadas parrillas que
hacen alusión al santo titular de esta ermita, sugeridas construcciones o
variadas inscripciones, encontrándose entre los mismos concretas
fechas de época moderna, del siglo XVII en adelante.
Tipología: abrigo.
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Poco queda de esta pequeña y medio rupestre ermita. Tan sólo unas
Revilla (Tella-Sin) cuantas hiladas de sus muros, hasta una altura de poco más de un
metro, que delatan el interés de este edificio, reflejando una planta
Ermita de San Lorenzo configurada por una alargada y estrecha nave culminada en un ábside
semicircular, todo ello dispuesto en hiladas de piedras perfectamente
dispuestas. Hemiciclo absidial que apoya directamente en la pared
rocosa, constituyendo ésta el muro norte, en cuyo desarrollo
semicircular se apreciaba en tiempos un friso de piedras dispuestas
verticalmente a modo de baquetones.
Interés de los restos que subsisten, al que se añade el que presenta los
numerosos grabados existentes en la roca sita junto al muro del hastial.
Así, en dicho frente rocoso repleto de todo tipo de signos, se pueden
descubrir diversas representaciones geométricas y vegetales, así como
de tipo religioso, enhiestas y puntiagudas flechas dispuestas
verticalmente, simplificaciones antropomorfas, estilizadas parrillas que
hacen alusión al santo titular de esta ermita, sugeridas construcciones o
variadas inscripciones, encontrándose entre los mismos concretas
fechas de época moderna, del siglo XVII en adelante.
Tipología: abrigo.
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Rodellar (Bierge)
Ermita de San Martín de Rodellar
64 65
Rodellar (Bierge)
Ermita de San Martín de Rodellar
64 65
Otra anotación en los pies de la nave es clave para fechar a comienzos
del siglo XVII la erección del santuario: “ESTA OBRA SE HIZO SIENDO
RECTOR DE RODELLAR MOSEN PEDRO AGUILAR”.
Interior de la ermita
66 67
Otra anotación en los pies de la nave es clave para fechar a comienzos
del siglo XVII la erección del santuario: “ESTA OBRA SE HIZO SIENDO
RECTOR DE RODELLAR MOSEN PEDRO AGUILAR”.
Interior de la ermita
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Eremitas San Victorián de Asán. Pedro de
Espelargues. Siglo XV.
Parroquia de San Miguel Arcángel
de Graus
Pudiera pensarse de los anacoretas que pasaron sus existencias sin
dejar más huella que unas cruces incisas en sus cuevas. Sin embargo,
en numerosas ocasiones era tal la admiración causada por tan ejemplar
modalidad de vida que originaba la aparición de numerosos seguidores
ansiosos por convertirse en sus discípulos.
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Eremitas San Victorián de Asán. Pedro de
Espelargues. Siglo XV.
Parroquia de San Miguel Arcángel
de Graus
Pudiera pensarse de los anacoretas que pasaron sus existencias sin
dejar más huella que unas cruces incisas en sus cuevas. Sin embargo,
en numerosas ocasiones era tal la admiración causada por tan ejemplar
modalidad de vida que originaba la aparición de numerosos seguidores
ansiosos por convertirse en sus discípulos.
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El eremitorio se ubica allí donde se cierra el barranco
San Julián de Banzo (Loporzano) formando casi un circo pétreo, allí donde se ensancha
mínimamente el espacio. Parte final, cerrada con otras
Ermita de San Martín de la Bal d Onsera moles de roca altivas e inexpugnables, descomunales y
que nos empequeñecen.
70 71
El eremitorio se ubica allí donde se cierra el barranco
San Julián de Banzo (Loporzano) formando casi un circo pétreo, allí donde se ensancha
mínimamente el espacio. Parte final, cerrada con otras
Ermita de San Martín de la Bal d Onsera moles de roca altivas e inexpugnables, descomunales y
que nos empequeñecen.
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Así, el primero de los muros que asalta la vista es el que acoge en su
interior, y en su parte izquierda, la cocina y el tiro de la chimenea,
encontrándose reforzado en su parte central por tres recios
contrafuertes, en los que se inscriben en la zona superior unos arcos de
medio punto. En uno de ellos, el de la derecha, se sitúa la puerta de
acceso al recinto, también de arco de medio punto, sobre la que aún
subsiste el hueco en el que antaño se incrustaba un relieve de san
Martín.
Esta puerta sirve de acceso al primer recinto del edificio, hoy a cielo
descubierto a excepción de la parte izquierda ocupada por el hogar y la
chimenea ya mencionados. Es una zona de transición hacia la ermita en
la que se conserva parte del pavimento realizado con cantos rodados
–representando diversas formas decorativas de tipo geométrico– o la
puerta arquitrabada de ingreso al espacio interior, a ese espacio sagrado
para todos por unos motivos u otros. Habitáculo intermedio que da paso
al espacioso e irregular recinto natural ocupado propiamente por la
ermita. Vista del barranco de San Martín
72 73
Así, el primero de los muros que asalta la vista es el que acoge en su
interior, y en su parte izquierda, la cocina y el tiro de la chimenea,
encontrándose reforzado en su parte central por tres recios
contrafuertes, en los que se inscriben en la zona superior unos arcos de
medio punto. En uno de ellos, el de la derecha, se sitúa la puerta de
acceso al recinto, también de arco de medio punto, sobre la que aún
subsiste el hueco en el que antaño se incrustaba un relieve de san
Martín.
Esta puerta sirve de acceso al primer recinto del edificio, hoy a cielo
descubierto a excepción de la parte izquierda ocupada por el hogar y la
chimenea ya mencionados. Es una zona de transición hacia la ermita en
la que se conserva parte del pavimento realizado con cantos rodados
–representando diversas formas decorativas de tipo geométrico– o la
puerta arquitrabada de ingreso al espacio interior, a ese espacio sagrado
para todos por unos motivos u otros. Habitáculo intermedio que da paso
al espacioso e irregular recinto natural ocupado propiamente por la
ermita. Vista del barranco de San Martín
72 73
San Visorio, reconocible en medio de la vegetación por la
San Vicente de Labuerda (Labuerda) mancha blanca de su fachada, es un interesante
eremitorio rupestre, de esos en los que se aprovecha
Ermita de San Visorio una oquedad en la roca para ubicar la nave, siendo
necesario levantar únicamente la fachada. Es lo que
sucede en la de San Visorio, por cuyos alrededores se
produjo la retirada en la pasada contienda civil. Así se
apreciará su sencilla y blanqueada fachada, con una
elemental puerta arquitrabada superpuesta por una
estrecha ventana a modo de saetera.
Tipología: abrigo.
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San Visorio, reconocible en medio de la vegetación por la
San Vicente de Labuerda (Labuerda) mancha blanca de su fachada, es un interesante
eremitorio rupestre, de esos en los que se aprovecha
Ermita de San Visorio una oquedad en la roca para ubicar la nave, siendo
necesario levantar únicamente la fachada. Es lo que
sucede en la de San Visorio, por cuyos alrededores se
produjo la retirada en la pasada contienda civil. Así se
apreciará su sencilla y blanqueada fachada, con una
elemental puerta arquitrabada superpuesta por una
estrecha ventana a modo de saetera.
Tipología: abrigo.
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Santa Eulalia (Loporzano)
Ermita de San Chinés
Muro de mampostería
Escala 1:150.000
76 77
Santa Eulalia (Loporzano)
Ermita de San Chinés
Muro de mampostería
Escala 1:150.000
76 77
Ventana en el Sus orígenes no son revelados al viajero, pues las
absidiolo
piedras escuetas apenas dejan seguir los rastros de la
historia. San Chinés es un árbol muerto, pero sus raíces
bebieron la espiritualidad hispanovisigoda. Ginés es
advocación poco frecuente en el Alto Aragón y había
reliquias suyas en Santa María de Mérida en el año 627.
Su culto pudo introducirse en época visigoda debido a
contactos peninsulares con la ciudad de Arles, patria del
santo, pues los sermones de san Cesáreo de Arles se
utilizaron en aquel tiempo en fiestas hispanas.
Muro que
cierra la
ermita
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Ventana en el Sus orígenes no son revelados al viajero, pues las
absidiolo
piedras escuetas apenas dejan seguir los rastros de la
historia. San Chinés es un árbol muerto, pero sus raíces
bebieron la espiritualidad hispanovisigoda. Ginés es
advocación poco frecuente en el Alto Aragón y había
reliquias suyas en Santa María de Mérida en el año 627.
Su culto pudo introducirse en época visigoda debido a
contactos peninsulares con la ciudad de Arles, patria del
santo, pues los sermones de san Cesáreo de Arles se
utilizaron en aquel tiempo en fiestas hispanas.
Muro que
cierra la
ermita
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Torla
Ermita de San Antón
Escala 1:150.000
Paisaje que En la base de un promontorio de roca reconocible,
rodea la
ermita aprovechando un pequeño retranque hacia el interior
formando una pequeña cueva natural, se sitúa esta
ermita de San Antón. Muros sencillos, más largo y
encalado el que mira hacia el sur, en el que escasamente
se abren algunos vanos: una diminuta ventana en la zona
Localización: cerca del casco urbano de Torla, en la base de un de la cabecera y hacia los pies la puerta de ingreso
promontorio de roca en la antesala del valle de Ordesa. configurada por una delimita estructura arquitrabada. En
la parte superior de la misma se descubren los únicos
Tipología: abrigo. elementos decorativos de la ermita, como son dos
estrellas en los extremos del dintel, un corazón invertido
Cronología: aunque su origen es anterior, sólo existen dos testimonio en el centro que cobija el nombre del santo titular y,
documentales, la inscripción en uno de sus vanos (1935) y una sobre el anterior, una cruz pintada en azul.
referencia a la ermita en una carta de 1802.
Poco más cuenta esta construcción, sólo otra ventana en el
Acceso: fácil. Al poco de abandonar la población de Torla en dirección muro de los pies (en la que se hace mención a una de las
N, por la A-135, escasamente a dos kilómetros se abre un espacio en la intervenciones realizadas: “Se reformó por el Ayuntamiento.
carretera, a la izquierda, de donde parte un viejo camino de herradura. Año 1953”) y la sucesión de simples y lisos canecillos que
Tomando éste se llegará, en unos veinte minutos, a la ermita de San soportan el tejaroz. Por su parte, el interior es de una
Antón de Torla. austeridad aplastante, descubriendo la nave techada con
una irregular bóveda de medio cañón, marcado presbiterio
Romería: 17 de enero. y testero plano, en el que se ubica un pequeño retablo.
80 81
Torla
Ermita de San Antón
Escala 1:150.000
Paisaje que En la base de un promontorio de roca reconocible,
rodea la
ermita aprovechando un pequeño retranque hacia el interior
formando una pequeña cueva natural, se sitúa esta
ermita de San Antón. Muros sencillos, más largo y
encalado el que mira hacia el sur, en el que escasamente
se abren algunos vanos: una diminuta ventana en la zona
Localización: cerca del casco urbano de Torla, en la base de un de la cabecera y hacia los pies la puerta de ingreso
promontorio de roca en la antesala del valle de Ordesa. configurada por una delimita estructura arquitrabada. En
la parte superior de la misma se descubren los únicos
Tipología: abrigo. elementos decorativos de la ermita, como son dos
estrellas en los extremos del dintel, un corazón invertido
Cronología: aunque su origen es anterior, sólo existen dos testimonio en el centro que cobija el nombre del santo titular y,
documentales, la inscripción en uno de sus vanos (1935) y una sobre el anterior, una cruz pintada en azul.
referencia a la ermita en una carta de 1802.
Poco más cuenta esta construcción, sólo otra ventana en el
Acceso: fácil. Al poco de abandonar la población de Torla en dirección muro de los pies (en la que se hace mención a una de las
N, por la A-135, escasamente a dos kilómetros se abre un espacio en la intervenciones realizadas: “Se reformó por el Ayuntamiento.
carretera, a la izquierda, de donde parte un viejo camino de herradura. Año 1953”) y la sucesión de simples y lisos canecillos que
Tomando éste se llegará, en unos veinte minutos, a la ermita de San soportan el tejaroz. Por su parte, el interior es de una
Antón de Torla. austeridad aplastante, descubriendo la nave techada con
una irregular bóveda de medio cañón, marcado presbiterio
Romería: 17 de enero. y testero plano, en el que se ubica un pequeño retablo.
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Es un lugar sobrecogedor, labrado a tajo por aquellos
Vio (Fanlo) glaciares que se desparramaron en forma de estrella
desde el macizo de Monte Perdido. Desde la cueva
Santuario de San Úrbez de Añisclo santuario, en la ladera derecha del Bellós y bien
expuesta a mediodía, se divisa la aldea de Sercué. Si
asombra ver cómo los hielos moldearon el paisaje, no
causa menos estupor el comprobar la huella que el
montañés dejó en los alrededores con sus bancales,
sendas empedradas y edificios sobrios.
Escala 1:150.000
Tipología: balma.
82 83
Es un lugar sobrecogedor, labrado a tajo por aquellos
Vio (Fanlo) glaciares que se desparramaron en forma de estrella
desde el macizo de Monte Perdido. Desde la cueva
Santuario de San Úrbez de Añisclo santuario, en la ladera derecha del Bellós y bien
expuesta a mediodía, se divisa la aldea de Sercué. Si
asombra ver cómo los hielos moldearon el paisaje, no
causa menos estupor el comprobar la huella que el
montañés dejó en los alrededores con sus bancales,
sendas empedradas y edificios sobrios.
Escala 1:150.000
Tipología: balma.
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Su estructura es similar a la de otras cuevas santuarios y Cañón de
Añisclo, junto
refugios pastoriles bajo viseras pétreas, es decir, un al santuario
abrigo natural cerrado total o parcialmente con muros.
Posee dos cámaras unidas, la más septentrional, donde
se celebra misa el día de la romería y, otra, con muro
inacabado, en la que, según la tradición, moró el santo.
Los pasos que dio el santo por la zona y las obras que
hizo quedan muy bien reflejados en unos gozos, cuyas
estrofas concluyen con el verso colectivo “sírvanos Úrbez
amado”. En ellos vemos cómo el santo sirve de ejemplo
al montañés al encarnar sus esencias a través del
ejercicio mágico del pastoreo (su ganado respeta los
trigales, él ahuyenta a una osa, una abeja blanca penetra
por su nariz mientras duerme, etc.).
Todo ello reflejan estos gozos, además de añadir la gran devoción que
despierta san Úrbez entre los montañeses, en especial cuando llegan las
“fatales sequías”. Momento en que los dos romeros de Albella se
movilizaban, para recorrer el espacio de iba desde la ribera de Fiscal
hasta la cueva santuario de Añisclo, uno detrás de otro, mediando veinte
metros, y vestidos de modo sobrio, como el santo, con zurrón, alforja y
cayado. Trayecto que hacían atravesando las aldeas de Villamana,
Campol, Yeba y Vio para aguardar en oración toda la noche en la cueva
santuario.
Bien estaría abrir este sendero cultural y religioso que podría unir
Burdeos con el valle de Vio, Albella, Laguarta, Nocito, Cerésola, San
Martín de la Bal d’Onsera y San Pedro de Huesca, a donde fueron a
parar los restos de los niños mártires Justo y Pastor que san Úrbez salvó
de la ocupación musulmana en Alcalá de Henares.
84 85
Su estructura es similar a la de otras cuevas santuarios y Cañón de
Añisclo, junto
refugios pastoriles bajo viseras pétreas, es decir, un al santuario
abrigo natural cerrado total o parcialmente con muros.
Posee dos cámaras unidas, la más septentrional, donde
se celebra misa el día de la romería y, otra, con muro
inacabado, en la que, según la tradición, moró el santo.
Los pasos que dio el santo por la zona y las obras que
hizo quedan muy bien reflejados en unos gozos, cuyas
estrofas concluyen con el verso colectivo “sírvanos Úrbez
amado”. En ellos vemos cómo el santo sirve de ejemplo
al montañés al encarnar sus esencias a través del
ejercicio mágico del pastoreo (su ganado respeta los
trigales, él ahuyenta a una osa, una abeja blanca penetra
por su nariz mientras duerme, etc.).
Todo ello reflejan estos gozos, además de añadir la gran devoción que
despierta san Úrbez entre los montañeses, en especial cuando llegan las
“fatales sequías”. Momento en que los dos romeros de Albella se
movilizaban, para recorrer el espacio de iba desde la ribera de Fiscal
hasta la cueva santuario de Añisclo, uno detrás de otro, mediando veinte
metros, y vestidos de modo sobrio, como el santo, con zurrón, alforja y
cayado. Trayecto que hacían atravesando las aldeas de Villamana,
Campol, Yeba y Vio para aguardar en oración toda la noche en la cueva
santuario.
Bien estaría abrir este sendero cultural y religioso que podría unir
Burdeos con el valle de Vio, Albella, Laguarta, Nocito, Cerésola, San
Martín de la Bal d’Onsera y San Pedro de Huesca, a donde fueron a
parar los restos de los niños mártires Justo y Pastor que san Úrbez salvó
de la ocupación musulmana en Alcalá de Henares.
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En la vertiente meridional del macizo de Oturia/Auturía
Yebra de Basa (1.920 m), incrustada en medio de la roca, a 1.285 m, se
encuentra la “iglesia de las cuevas”, dedicada a Santa
Cuevas de Santa Orosia Orosia. Otra fisura inferior acoge la ermita de San Cornelio,
suspendida sobre la hendidura del camino. El agua del
Chorro sobrevuela el conjunto, completado por las
cercanas ermitas rupestres de San Blas y Santa Bárbara.
Cuatro eremitorios perfectamente restaurados en 2005.
Tipología: balma.
Romería: 25 de junio.
86 87
En la vertiente meridional del macizo de Oturia/Auturía
Yebra de Basa (1.920 m), incrustada en medio de la roca, a 1.285 m, se
encuentra la “iglesia de las cuevas”, dedicada a Santa
Cuevas de Santa Orosia Orosia. Otra fisura inferior acoge la ermita de San Cornelio,
suspendida sobre la hendidura del camino. El agua del
Chorro sobrevuela el conjunto, completado por las
cercanas ermitas rupestres de San Blas y Santa Bárbara.
Cuatro eremitorios perfectamente restaurados en 2005.
Tipología: balma.
Romería: 25 de junio.
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Al distinguir Antonio Durán Gudiol lo que en la vida y pasión de santa Campanario
de la Cueva
Eurosia son hechos históricos o gloriosa leyenda, fija dos datos a tener
en cuenta: por una parte, afirma que el martirio de la santa “tuvo lugar
en la cueva de Yebra”; por otra, sostiene que allí mismo fueron hallados
sus restos: “Un ángel le habló al pastor y le dijo que fuera a la cueva de
Yebra, donde habría de recoger las reliquias de santa Eurosia, que allí se
hallaban escondidas” (Los santos altoaragoneses). Al entusiasmo
medieval por las reliquias se une el afán por visitar los sepulcros que
velaron sus restos. Ello explica el potente flujo romero a la cueva de
Orosia, documentado desde 1518.
88 89
Al distinguir Antonio Durán Gudiol lo que en la vida y pasión de santa Campanario
de la Cueva
Eurosia son hechos históricos o gloriosa leyenda, fija dos datos a tener
en cuenta: por una parte, afirma que el martirio de la santa “tuvo lugar
en la cueva de Yebra”; por otra, sostiene que allí mismo fueron hallados
sus restos: “Un ángel le habló al pastor y le dijo que fuera a la cueva de
Yebra, donde habría de recoger las reliquias de santa Eurosia, que allí se
hallaban escondidas” (Los santos altoaragoneses). Al entusiasmo
medieval por las reliquias se une el afán por visitar los sepulcros que
velaron sus restos. Ello explica el potente flujo romero a la cueva de
Orosia, documentado desde 1518.
88 89
De su austera estructura rupestre destaca la inscripción que corona ambas
puertas: nombre del titular y el ruego “ORA PRO NOBIS”. En la segunda se
añade la fecha de construcción “1629” y las tres cruces del Calvario.
90 91
De su austera estructura rupestre destaca la inscripción que corona ambas
puertas: nombre del titular y el ruego “ORA PRO NOBIS”. En la segunda se
añade la fecha de construcción “1629” y las tres cruces del Calvario.
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Lo pastoril
en santa Orosia y san Úrbez
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Lo pastoril
en santa Orosia y san Úrbez
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Bibliografía y páginas web
94 95
Bibliografía y páginas web
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Santuarios y
4
ermitas rupestres
del Alto Aragón
4 Megalitos
Castillos
Glosario
Abrigo
Balma
Gruta
ISBN 978-84-8321-270-7
9 788483 212707
Santuario de San Cosme y San Damián