y Victoria Ocampo (1926 - 1956) Gabriela Mistral (1889 - 1957) - seudónimo para Lucila Godoy Alcayaga.
- fue poeta, escritora, periodista,
docente y cónsul chilena. Gabriela Mistral (1889 - 1957) - clase media rural: se reconoce a sí misma entre los “indígenas silenciados”, el sufrimiento y la pérdida de las poblaciones chilenas establecidas en el territorio en el siglo XVIII. - convocada para trabajar en México a partir de 1922 y luego desarrollando su tarea diplomática por el mundo, llevó una vida nómada, errante, siempre en movimiento, sin un lugar propio o residencia fija. Gabriela Mistral (1889 - 1957) Imaginario de mujer santificada, deserotizada: “santa Gabriela” que sobre los niños, los humildes, los indígenas derramaba su ternura. Percepción como figura maternal que tensiona con una posible vinculación con el deseo, como si madre ≠ deseo. “[...] En la práctica, nunca noté que reparase en ningún niño, a no ser el día en que supo la noticia oficial de haber obtenido el Premio Nobel. Ese día sí, llegó a mi casa trayendo un montón de prendas de vestir con destino a las niños menesterosos y, como de costumbre, entró –sin prestar atención a mi hija, que al fin y al cabo era una niña privilegiada– y me dijo que había citado a los periodistas abajo, en el bar del Hotel Copacabana, cuya terraza se veía desde mi balcón. Los había citado para las cinco y media, y un poco antes bajó a esperarlos. Cuando llegaron, la hallaron allí rodeada de la chiquillería mendicante, con dos garotiños subidos a su falda. La prensa del día siguiente registró la escena, con fotografías y relatos” (p. 15-16; cita de Francisco Ayala) Victoria Ocampo (1890 - 1979) - fue escritora, traductora e intelectual argentina.
- clase alta: nacida en una familia
patricia de comerciantes Victoria Ocampo (1890 - 1979) - educación trilingüe, entre institutrices inglesas y francesas y viajes de estudio a Europa. No utilizó el español como lengua literaria hasta 1930.
- fundó y dirigió la revista SUR en 1931 y luego la
editorial del mismo nombre, en 1933. La revista SUR tenía una orientación internacional y mostraba una preocupación política, tanto sobre Latinoamérica como EE.UU. Buscaba construir un puente cultural entre continentes. La primera intención era publicar solo material americano, pero rápidamente desarrolló un foco mucho más amplio. Según Victoria Ocampo, “el internacionalismo y lo ecuménico eran totalmente compatibles con el ser argentino”. Este enfoque internacionalista le valió muchas críticas por “elitista y extranjerizante”. A su vez, también se encontraba en constante tensión con el gobierno de Perón por su orientación antiperonista y sus denuncias contra el autoritarismo. Contraste en la configuración de cada una: “Al escribir acerca de “heroínas autodestructivas” en Critical Passions, Franco señala dos roles posibles de la mujer en la esfera pública predominantemente masculina de Latinoamérica: la figura maternal, cuya entrada al circuito se liga al sufrimiento y el sacrificio, y la artista-libertina, cuya sexualidad es un aspecto central al entrar en escena. Gabriela encontró ese legado en su condición casi maternal como maestra de escuela y en su trágica relación con Yin Yin. La libertad sexual de Victoria, un secreto a voces durante su madurez, conformó su imagen pública sin que ella se preocupara por justificarla, haciendo recaer más atención en sus dones y en su belleza.” (p. 30) “La tendencia de Gabriela a endiosar a Victoria (comparándola con Diana, Minerva o la Diosa del Maíz) llegó a hacer tirante la relación. La hipérbole o las proyecciones exóticas no eran desconocidas para Victoria, que las encontró también en la búsqueda de una amistad más íntima con Virginia Woolf. [...] En lo que hace a las relaciones de Victoria con hombres europeos, Gabriela manifestaba sorpresa, fastidio e ironía, reforzados por el convencimiento de que el destino de Victoria estaba en América y no en Europa. Es posible que su fastidio tuviera asidero en los celos proyectivos [...] Rivalidad y deseo triangular, más que consumación, caracterizaron el drama sexual de Gabriela. Acerca de sus preferencias sexuales, Gabriela guardó silencio. Con el tiempo la relación fue madurando hacia un afectuoso respeto mutuo [...]” (p. 27) La cuestión de la americanidad Un eje que liga las conversaciones epistolares son sus discusiones en torno a la idea de americanidad y su posición dentro de la literatura latinoamericana como mujeres. Coinciden en la importancia de forjar una americanidad que se salga de los límites de identidad nacional generalmente definidos por lo masculino. Ambas compartían el sentirse extranjeras tanto dentro como fuera de sus propias patrias, y por eso tenían una mirada hacia el futuro de América basado en la cooperación internacional. La cuestión de la americanidad ➔ Diferencia social: ¿desde donde habla cada una? Formación, preocupaciones. Se figuraban la una a la otra, complementandose entre sí en tanto “Gabriela veía en Victoria un mundo con acceso a los libros y a los idiomas, que en su juventud le había sido negado. Por su parte, Victoria veía en Gabriela una conexión con experiencias de las que su condición de clase y su educación la habían excluido.” (p. 26). La cuestión de la americanidad G. Mistral reclamaba a V. Ocampo su posición eurocentrista: “Algunas gentes a quienes preocupa el hecho americano como unidad, la necesitamos y solemos sentir que Ud. nos falta. ¿Que cómo nos falta y en qué? Es un poco ingenuo detallar y concretar: comienza faltándonos en la lengua, continúa faltándonos en una especie de europeísmo mayor que… el europeo, acaba faltándonos en la preferencia de temas exóticos cuando escribe.” (G.3, p. 45) La cuestión de la americanidad La cuestión de la americanidad Lo público y lo privado: lo testimonial “Ninguna mujer y poquitos hombres escriben hoy en América como Ud. No se deje infestar la vida por eso que llaman lo social –como si lo social fuesen esas señoras que dan té con pastelillos. Guarde su alma preciosa para la escritura [...] El libro de las infancias, ¿cuándo sale? [...] Me dijo María que Ud. tiene por completar las páginas que se dignó leernos. Complételas y no tarde mucho [...] y luego pase de las Infancias a las Mocedades. Los que nunca la tuvimos cerca sentimos un apetito furioso, que no es curiosidad boba, de su alma y de sus años, estancias donde nunca vivimos. No hay otra manera de tenerla y de que la vida que nos dejó sin Ud. enmiende de alguna manera su mal y su rapiñería.” (G.5, p. 52) Lo público y lo privado: lo testimonial A pesar de su forma de transitar su propia vida personal de manera totalmente privada, Mistral manifiesta su interés por la escritura autobiográfica/testimonial de V. Ocampo, aconsejándola a que no se desconcentre de su objetivo profesional por llevar a cabo esa “vida social” que la caracterizaba, y alentándola a que persiga la publicación de sus Testimonios. Lo público y lo privado: el género epistolar Esta correspondencia entre las escritoras revela cómo a través del entorno de privacidad que les proveían las cartas, encontraron una forma de expresar cosas íntimas que su carácter de figuras públicas no les permitía. Gabriela Mistral es “más efusiva” en cuanto a lo personal, mientras que Victoria Ocampo registra las dificultades que le surgían con el peronismo, evitando durante el período de 1946 a 1954 hacer confesiones personales, tal vez cuidándose de que sus cartas sean interceptadas y en muchos casos incluso teniendo problemas para que sean entregadas. Lo público y lo privado: el género epistolar Para Gabriela Mistral, “escribir cartas se encuentra entre la prosa y la poesía, aun cuando se refiera a cosas cotidianas. La espontaneidad es parte de su encanto, conecta y compensa años de vivir sin domicilio fijo” (p. 28) ➔ la concepción del género epistolar o de los diarios vinculado a lo femenino. ➔ ¿hasta qué punto estamos leyendo documentos privados de las escritoras si estos fueron publicados póstumamente? ¿Desde qué lugar escribe una escritora su correspondencia, sabiendo que luego será publicada? Lo público y lo privado: el género epistolar “Comunicarse por escrito una persona con otra. Atenderse y amarse recíprocamente: esta es la definición que da el diccionario de la Real Academia Española de la palabra ‘corresponder’. Ese es el doble sentido que la palabra ha tenido siempre para mi. Cartearse es eso o no es nada.” Victoria Ocampo Atentado en Plaza de Mayo y quema de locales opositores El 15 de abril de 1953, durante el segundo gobierno de Perón, en medio de un acto de la CGT, se produce un atentado en la Plaza de Mayo perpetrado principalmente por militantes radicales que colocaron bombas tanto en la plaza como en el subte A, resultando en un saldo de 6 trabajadores asesinados. Como respuesta, manifestantes peronistas también incendiaron algunos lugares emblemáticos de sectores antiperonistas, como la Casa del Pueblo, sede del Partido Socialista. Lo público y lo privado: la experiencia en prisión El 8 de mayo de 1953, Victoria Ocampo es llevada presa a la Cárcel del Buen Pastor en San Telmo debido a su posición ideológica antiperonista. Si bien ella narra que en ningún momento se le explica el motivo de su detención, se le realizan interrogatorios por una supuesta vinculación con el atentado. Estuvo recluida 26 días. “[...] fue la mujer del jardinero (que estaba oyendo el discurso en su radio y su cuarto) quien vino corriendo a avisarme que habían estallado dos bombas. La despaché diciendo que se pasaba la vida imaginando cosas. Al principio no creí lo de las bombas. Ella y los demás sirvientes son testigos. A eso se redujo, pues, el 15 de abril, mi participación en el complot terrorista.” (p. 218) Lo público y lo privado: la experiencia en prisión “La experiencia en prisión, en contacto íntimo con mujeres de diversos estratos y formas de vida, causó un enorme impacto en Victoria, que de allí en adelante se mostró más dispuesta a defender los derechos de la mujer y la justicia social.” (p. 31) Testimonio de sus días en la cárcel, 17 de junio de 1953: ➔ sentimiento de “hermandad” y colaboración entre las mujeres de la cárcel. Intentos por hacerlas reír, culpa/vergüenza al salir y dejarlas. ➔ cierto tono ¿humorístico? en la crónica. ➔ posición frente a la etiqueta de “presa política”. Lo público y lo privado: la experiencia en prisión “Pedí papel y pluma. Me dijeron que no estaba dentro del Reglamento [...] Pedí una Biblia. No había. [...] Algunos libros pudimos conseguir, pues existía una biblioteca para las presas (no políticas; nuestro sistema carcelario en ciertas cosas era más estricto). Pero los libros eran simplemente imposibles de leer. Eran libros para retrasados mentales, naturalmente. [...] Los presos políticos, ellos, tenían sus libros. Entre nosotras, las once mujeres que vivíamos juntas, había una gran solidaridad. Todas éramos UNA, excepto la peronista M. Nos hizo la vida amarga, pero yo le tenía más lástima que odio. Lo cierto es que no sentía odio por nadie.” Lo público y lo privado: la experiencia en prisión “Las miserias, las debilidades de la humanidad y también sus arranques de generosidad nunca se me aparecieron con tanta evidencia como en esos 26 días, y me alegra el haber tenido la oportunidad de vivirlos. Estas no son palabras en el aire. Además nunca he sentido como en esos días lo que significan la camadería en la desgracia y el calor de la ternura humana entre desconocidas.” (pp. 221-222) Lo público y lo privado: la experiencia en prisión G. Mistral se encarga, a pesar de que la amistad se había enfriado y ella ya estaba enferma, de difundir un comunicado de prensa entre los amigos que V. Ocampo tenía en Europa. Además, envía un telegrama a Perón pidiendo por la liberación de su amiga. En ambos textos se puede notar un tono de consenso, que buscaba apelar a la idea de un “error” como motivo del encarcelamiento y no a una posición autoritaria por parte del gobierno. La identificación de Mistral con la clase obrera podría haber funcionado como un elemento a favor para la liberación de V. Ocampo, que sin embargo ella no reconoció como tal. Telegrama de Gabriela Mistral a Perón 27 de mayo de 1953 “Profundamente contrariada por la noticia del encarcelamiento de Victoria Ocampo, ruego a vuestra excelencia liberarla recordando su labor internacional que ha prestigiado siempre a la Argentina. Vuestra intervención será será vivamente celebrada y agradecida por las Américas y por Europa.
Vuestra Servidora, Gabriela Mistral.”
“Cuando VO se enteró del contenido del telegrama, las palabras de GM le parecieron poco felices. Posteriormente, VO manifestó que ella creía que su liberación se debió a la intervención de [Jawaharlal] Nehru, primer ministro de la India. GM también mandó telegramas a influyentes personalidades de Latinoamérica y Europa [...] pidiéndoles que presionaran a Perón para que liberara a VO.” (p. 217) “Sobre el caso Victoria Ocampo” Nueva York, mayo de 1953 “Ocurre en el continente sudamericano el caso de que los pueblos ignoren a veces el grupo pequeño pero cualitativo al que deben casi toda su vida cultural, y es que la mera política absorbe demasiado la atención general. Si esto no ocurriese, la figura de Victoria Ocampo sería intocada e intocable ya que ella ha vivido entregada en absoluto a la tarea de crear y sostener una revista de la categoría de SUR, publicación digna de la estima, y también de la veneración de los veintiún países que hablan español.” “Sobre el caso Victoria Ocampo” “La Argentina es la nación hispanoamericana más saturada de Europa y Victoria ha sido para nosotros una especie de misionera que nos ha permitido recibir el inacabable y rico mensaje europeo. [...]” “Desde hace más de diez años, allá, en la desembocadura del gran río, esta criatura leal a su raza y a su sexo ha luchado por el sufragio femenino, con una bella insistencia. Todo el mujerío hispánico es deudor a Victoria Ocampo por su actitud lúcida y noble en el capítulo de los derechos ‘humanos’.” “Sobre el caso Victoria Ocampo” “La Argentina es la nación hispanoamericana más saturada de Europa y Victoria ha sido para nosotros una especie de misionera que nos ha permitido recibir el inacabable y rico mensaje europeo. [...]” “Desde hace más de diez años, allá, en la desembocadura del gran río, esta criatura leal a su raza y a su sexo ha luchado por el sufragio femenino, con una bella insistencia. Todo el mujerío hispánico es deudor a Victoria Ocampo por su actitud lúcida y noble en el capítulo de los derechos ‘humanos’.”