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NOMBRE DE LA ASIGNATURA: PEDAGOGÍA FAMILIAR

SEGUNDO SEMESTRE
LA FAMILIA Y LOS CAMBIOS QUE ENFRENTA

Este trabajo tiene la finalidad de plasmar los aprendizajes que se generaron al


estudiar la asignatura, de pedagogía familiar que se cursó en el segundo
semestre, de la maestría de educación familiar, los temas estudiados se
desarrollaron de la siguiente forma:

Inicio abordando las modificaciones de la estructura familiar, a partir de los


cambios sociales, económicos y culturales que se generaron en este siglo,
continuo con la importancia de la educación familiar para enseñanza y la
formación de la personalidad de los individuos.

Prosigo con la intencionalidad del amor y la autoridad donde los padres apoyan e
impulsan el desarrollo personal de sus hijos a partir de la libertad para que puedan
adquirir seguridad confianza y autoestima; así como habilidades físicas,
intelectuales y sociales.

Continúo con la necesidad de prepararnos para aceptar las transformaciones que


se van presentando en las diferentes etapas de la vida fortaleciendo la
personalidad; reconociendo que en algún momento se presentaran perdidas que
generaran dolor como las separaciones de pareja, la pérdida de un ser querido
teniendo que enfrentarlo y continuar con la vida.

Planteo como afectan a las familias: la infidelidad, el divorcio, la violencia


intrafamiliar, los cambios que se generan al enfrentar la discapacidad y las
enfermedades y el tener hijos únicos.

A modo de conclusión se observa el gran reto que tenemos como sociedad al


enfrentarnos a la violencia desbordada, que requiere de mayor participación
social, familiar e individual, esta no se generó sola, es consecuencia de diversos
aspectos sociales, políticos y familiares.
Las familias han vivido trasformaciones desde la década de los años cincuenta,
estas se formaban siguiendo el modelo de la estructura nuclear, donde “el hogar
consistía en la unidad familiar intacta conformada por los dos progenitores, en la
cual el hombre ganaba el sustento y era apoyado en las tareas del hogar por su
esposa, dedicada al manejo de la casa, la crianza de los hijos y la atención de los
ancianos” (Walsh, 2004, pág. 57). Debido a todos los cambios sociales,
económicos y culturales que se fueron presentando al transcurrir de los años en el
presente siglo hemos llegado a una nueva forma de la vida familiar que abarca
una mezcla de muchas culturas y estructuras familiares en evolución.

Esas nuevas estructuras familiares o nuevos tipos de familia según Quintero


Velásquez, 2007: citado por Luis Miguel Rondón García en 2011 en su trabajo
Nuevas formas de familia y perspectivas para la mediación: el tránsito de la
familia modelo a los distintos modelos familiares; existen diversos tipos de familia:

Familia extensa: Integrada por miembros de más de dos generaciones, donde los
abuelos, los tíos y otros parientes comparten la vivienda y participan en
funcionamiento familiar.

Familia nuclear: Constituida por el padre, la madre y los hijos unidos por lazos de
consanguinidad que conviven en el mismo hogar y desarrollan sentimientos de
afecto, intimidad e identificación. Se diferencia de la extensa por el número de
miembros.

Familia homoparental: Relación estable de hecho o matrimonial entre dos


personas del mismo sexo, que tienen hijos por intercambios de uno o ambos
miembros de la pareja, por adopción y/o procreación asistida.

Familia monoparental: Conformada por él o los hijos y el padre o la madre,


asumiendo la jefatura masculina o femenina. Con la ausencia de uno de los
progenitores debido a separación, divorcio, abandono, viudez, alejamiento por
motivos forzosos (trabajo, inmigración, ingreso en prisión, etc.) de uno de los
padres.
Familia simultánea o reconstituida: Conformada por la unión de cónyuges, donde
uno o ambos provienen de separaciones y divorcios de anteriores vínculos legales
o de hecho, que aportan hijos y tienen a su vez hijos en su nueva unión

Al revisar las principales estructuras familiares que existen en la cultura occidental,


la educación familiar es importante, porque los padres transmiten los principios y
valores a través de la convivencia diaria con ellos, además se enriquece la
educación, por medio de la experiencia adquirida al convivir con diferentes
personas que forman parte de la sociedad en la que vivimos, esa experiencia
ayuda a desarrollar un criterio más amplio, de esta manera tomar sus propias
decisiones. La educación familiar que se recibe en el hogar podemos desarrollar
más fácilmente la capacidad de dar y recibir ayuda de otras personas nos apoya a
crecer a madurar, fortalece nuestra personalidad y como resultado mejora la
relación que tenemos con la sociedad.

Para una buena educación familiar, la familia debe fortalecerse al implementar una
serie de objetivos claros y acciones que permitan el desarrollo de sus miembros
para que aprendan a vivir. Cuando se tienen bien definidos los objetivos que se
quieren alcanzar, también se pueden implementar ciertas reglas que ayuden a una
mejor convivencia familiar y si los padres además explicarles a sus hijos las reglas
que se deben de cumplir en el hogar y fuera de el; utilizando un lenguaje que
ellos puedan comprender con facilidad, las consecuencias que trae consigo no
cumplirlas, los hijos comprenderán que deben cumplir con ellas y no será
necesario llegar al extremo de ser autoritarios e inflexibles a la hora de educar a
sus hijos, la intencionalidad del amor y la autoridad como características de la
educación familiar es que los padres apoyen a sus hijos para que adquieran
seguridad, confianza y autoestima; así como habilidades físicas, intelectuales y
sociales.

Mientras que en la educación para el amor busca impulsar el desarrollo personal a


partir de la libertad, se alcanza la plenitud de amar, el desarrollo de las virtudes y
las capacidades de dar y recibir.
De igual forma tenemos que prepararnos para tratar el dolor y la muerte, el dolor
y el sufrimiento son aspectos que nos ayudan en el camino para estar fortalecidos
en cualquier etapa de la vida, aceptando la muerte como parte de ese proceso, se
requiere del apoyo médico, familiar, aspecto espiritual y de la tanatología para
poder superar las pérdidas conociendo las fases del proceso de adaptación:
shock, negación, enfado, negociación, depresión, aceptación o resignación.

Enfrentar la infidelidad de uno de los miembros de la pareja, “indica que dentro


del matrimonio está faltando un elemento importante. Una aventura cuando es
utilizada para llenar un vacío puede hacer que el matrimonio permanezca igual o
crear turbulencia suficiente para que se movilice y se generen cambios, pero en
muchas ocasiones la infidelidad resulta destructiva para la relación y para los
miembros que la conforman” (DULANTO, 2004, pág. 64). Afecta a la familia de
manera muy profunda desde el momento en que se es infiel y se niega la relación
extramarital; el conyugue esconde las manifestaciones de la infidelidad, la
revelación de la infidelidad que tiene como consecuencia la crisis del matrimonio,
cuando el ofendido se obsesiona con la relación extramarital y se convence de
que este es el problema de la relación, en este punto se pueden enfrentar los
conflictos o se pueden enterrar; la persona engañada puede tomar dos decisiones
la primera seria abordar los conflictos que dieron origen a la crisis, que es cuando
la pareja decide asistir a terapia de pareja e inicia un largo camino de
reconstrucción de la relación y el perdón, esto no quiere decir que después de la
reconstrucción la persona engañada no tenga la autoestima baja y tampoco que
exista el mismo nivel de confianza para la pareja, o bien la ruptura de la relación.

Otro problema que enfrentan las familias es el divorcio este se divide en tres
etapas por lo tanto en cada etapa se generan consecuencias emocionales para la
pareja y la familia; la primera es el pre divorcio que es lo que ocurre antes de
tomar la decisión de separarse, sigue con la etapa de transdivorcio es lo que
ocurre durante el proceso de divorcio y la etapa de postdivorcio lo que ocurre
después de la disolución definitiva de la relación.
En la primera etapa los problemas de pareja se hacen más evidentes y los
sentimientos que se experimentan son de insatisfacción, molestia, desilusión,
alejarse física y emocionalmente, desesperación, enojo, rencor ira, indiferencia
total, baja autoestima, impotencia, rabia y las más comunes en las parejas son de
discusiones o pleitos con agresiones verbales y/o físicas donde puede que un
conyugue agreda al otro o también donde los dos se agredan mutuamente, es
común que se incluya a los hijos obligándolos a tomar partido por alguno de los
padres.

En la segunda etapa el divorcio legal varía mucho, ya sea por mutuo acuerdo
donde se plantea como divorcio voluntario o el planteamiento de un juicio de
divorcio necesario. En el caso del divorcio voluntario los sentimientos que se
presentan pueden ser: malestar, tristeza, dolor, autocompasión, desvalidez, enojo
e ira. Y en el caso de haber juicio para un divorcio necesario donde se presentan
el odio y la ambición tratando de tener mayor ganancia lo que puede alargar el
juicio por mucho tiempo e incluso por años. Donde sí la pareja sigue
compartiendo el hogar conyugal se dan peleas, gritos con ofensas graves y
amenazas; en el caso de que ya estén separados físicamente y existan hijos en
común se llega a la manipulación o al secuestro de los mismos donde se ven
involucradas las familias de ambos.

En la tercera etapa se harán más evidentes los problemas emociones


consecuencia de cómo se llevó el proceso de divorcio porque es cuando la familia
se divide en dos y donde se revisan las alternativas que se tienen para su nueva
vida. Aquí es donde los hijos se ven más afectados porque son las víctimas del
conflicto de lealtad hacia los padres, ya que si la madre se sintió traicionada por el
padre y sigue resentida con él, de la misma manera puede sentirse traicionada y
resentida con los hijos que quieren seguir teniendo convivencia con el padre.

Ahora bien cuando los hijos son pequeños son más vulnerables y experimentan
mayores niveles de ansiedad, confusión y temor a ser abandonados y por
supuesto la preocupación y el sentimiento de culpa por haber sido los causantes
de la ruptura matrimonial. Además puede generar que los hijos se enfermen
frecuentemente de vías respiratorias, dolores de cabeza, etc., o bien presentar
bajo rendimiento escolar, problemas de conducta, entre otros por eso es necesario
que los padres se den cuenta del grave riesgo que implica que hagan participes a
los hijos en el conflicto de la pareja.

Otras familias enfrentan los diferentes tipos de violencia que se manifiesta de


diferentes formas: físicas, verbales y/o simbólica, es decir una agresión sutil;
donde las principales víctimas de este tipo de violencia son: mujeres, menores de
edad y adultos mayores al ser los más vulnerables, en el mejor de los casos solo
“genera desintegración, ruptura, conflictos y disfuncionalidad” (Carrasco, 2018,
pág. 78), provocando que no se puedan cubrir las necesidades fisiológicas,
psicológicas y sociales básicas de los integrantes de la familia, pero cuando la
violencia tiene consecuencias extremas puede llegar a causar la muerte de la
víctima.

Cuando un miembro de la familia presenta discapacidad o alguna enfermedad


crónica representa un gran reto para los padres ya que se trata de una situación
muy delicada que causa un gran impacto, genera una crisis y tensión en el
sistema donde es normal que pasen proceso de duelo donde deben luchar por
mantener su salud mental y física para poder cubrir todas las necesidades de su
hijo, cuando los padres deciden enfrentar la situación con optimismo comúnmente
la dinámica familiar se ve afectada porque empieza a girar en torno a la atención y
los cuidados especiales que necesita para vivir. En general ninguna familia está
lista para enfrentar este tipo de situaciones y no sabe cómo salir adelante las
consecuencias son graves por lo tanto es necesario buscar ayuda profesional para
enfrentar los cambios que este padecimiento o discapacidad requieren y lograr
tener una mejor calidad de vida.

Cuando la familia tiene solo un hijo puede tener sus ventajas y sus desventajas
todo depende de la educación que se reciba de los padres, algunas de las
desventajas pueden ser: que todas las expectativas y exigencias familiares recaen
sobre él, en algunos casos los hijos se acostumbran a ser el centro de atención lo
que los hace más egoístas e impacientes porque no están acostumbrados a
compartir, los padres se sienten culpables de no dar a su hijo un hermano y tratan
de protegerlo en exceso para compensar las carencias emocionales que le puede
ocasionar criarse solo, al convivir solo con adultos rápido aprenden el lenguaje la
forma de pensar y el comportamiento de las personas mayores lo que tiene como
consecuencia que maduren más temprano; pero ser hijo único no define la
personalidad que desarrollamos, los hijos únicos pueden desarrollarse tan
sanamente como lo hacen los hijos de familia con más integrantes.

CONCLUSIÓN

La investigación desarrollada para elaborar el presente trabajo me permitió


reconocer las trasformaciones que han vivido las familias tanto en su estructura
como sus costumbres, la familia no deja de ser la base de la sociedad, en donde
se forma a los individuo desarrollando las habilidades físicas, intelectuales y
sociales que permitan la integración de los individuos, de mejor manera en la
sociedad en la que se nace.

En algunas familias se presentan diversas dificultades en su desarrollo


dependiendo de la integración o desintegración de las mismas, por diversas
causas como pueden ser: la infidelidad de alguno de los miembros de la pareja, la
violencia intrafamiliar, la separación por diferentes motivos, el divorcio, la muerte
de alguno de los integrantes de la familia, etc.

Asimilar y enfrentar las enfermedades crónicas, la discapacidad y las emociones


que experimentan al vivir alguna o varias de estas situaciones en las familias son
un reto, al igual que estar viviendo en este momento en nuestro país, al
enfrentarnos a la violencia desbordada, requerimos como sociedad que se
atienda, porque nos desestabiliza y genera incertidumbre.

FUENTES CONSULTADAS

Carrasco, N. F. (2018). VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: EL ENEMIGO QUE VIVE EN CASA. Estado de


Mèxico: Grupo CAP (Consultoria, Fundaciòn y Radio por internet).

DULANTO, G. E. (2004). LA FAMILIA: UN ESPACIO DE ENCUENTRO Y CRECIMIENTO PARA TODOS.


Mèxico, D.F.: EDITORES DE TEXTOS MEXICANOS, S.A. DE C.V.
Rondòn, G. L. (2011). Nuevas formas de familia y perspectivas para la mediaciòn: el transito de la
familia modelo a los distintos modelos familiares. Andalucìa, España: Universidad
Internacional de Andalucìa. Recuperado de: http://hdl.handle.net/10334/1687

Walsh, F. (2004). Resiliencia familiar. estrategias para su fortalecimiento. Buenos Aires:


Amorrortu.

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