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UNIVERSIDAD

AUT NOMA
DE YUCAT N

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE YUCATAN

OSCAR GOMEZ VELAZQUEZ

FACULTAD DE ECONOMIA

DECRECIMIENTO MAS ALLA DEL DESARROLLO

7A

ADA 2:

LA EDAD DEL DESARROLLO


El concepto de desarrollo no es algo nuevo en la historia de la humanidad. De hecho, se

puede rastrear su origen en la biología, donde se utiliza para describir la evolución y mejora

de las especies a lo largo del tiempo. Sin embargo, el giro hacia la aplicación del desarrollo

en contextos sociales y económicos comenzó a tomar forma en el siglo XVIII con

pensadores como Justus Moster y Herder.

Herder, en particular, jugó un papel crucial al postular que el desarrollo histórico es la

continuación del desarrollo natural o, dicho de otra manera, de la evolución. Esto marcó un

cambio importante al conectar la idea de desarrollo con la sociedad y la cultura. Karl Marx,

posteriormente, centró su trabajo en la relación entre el desarrollo histórico y las leyes

naturales, sugiriendo que ambos ocurren debido a necesidades intrínsecas.

A medida que estas interpretaciones evolucionaron, el concepto de desarrollo comenzó a

perder fuerza y credibilidad en algunos aspectos. Sin embargo, el verdadero cambio llegó

con la noción de "desarrollo urbano", que prefiguró lo que más tarde se convertiría en los

suburbios. Aunque estos intentos tempranos de desarrollo urbano no tuvieron éxito,

allanaron el camino para futuros desarrollos en la planificación urbana y regional.

El concepto de desarrollo también está inextricablemente ligado al de subdesarrollo. La

relación entre estas dos ideas ha sido objeto de debate y discusión durante décadas. La

visión tradicional sugiere que el desarrollo y el subdesarrollo son polos opuestos, donde los

países desarrollados son los "de arriba" y los subdesarrollados son los "de abajo". Esta

percepción lleva consigo una carga negativa y a menudo se asocia con la idea de una lucha

de clases, como propuso Marx.


Sin embargo, el desarrollo no es un objetivo al alcance de todos. Para muchas personas,

el desarrollo es prácticamente inalcanzable. Esto se debe a una serie de factores, como la

distribución desigual de recursos, la falta de acceso a oportunidades educativas y

económicas, y las barreras sociales y culturales que perpetúan la desigualdad.

Hoy en día, enfrentamos uno de los mayores desafíos en el campo del desarrollo: la

inflación conceptual. Este fenómeno se refiere a la saturación y el agotamiento de términos

como "desarrollo", que se utilizan en una variedad de contextos y con diferentes

significados. Si nos limitamos a medir el desarrollo únicamente a través del crecimiento

económico, estamos simplificando en exceso un concepto que debería ser mucho más

amplio.

El enfoque tradicional en el crecimiento económico, como se mide mediante el Producto

Interno Bruto (PIB), ha demostrado ser insuficiente para capturar la verdadera calidad de

vida de las personas. Es importante considerar una gama más amplia de indicadores de

desarrollo, como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que abarca aspectos como la

educación, la salud y la esperanza de vida. Esta perspectiva más holística permite una

evaluación más precisa del impacto del desarrollo en la vida de las personas

La desigualdad es otro desafío crucial en el modelo de desarrollo actual. A pesar del

crecimiento económico, muchas sociedades siguen enfrentando brechas significativas en la

distribución de la riqueza y las oportunidades. Cuando el crecimiento beneficia de manera

desproporcionada a ciertos grupos, se profundiza la división entre los ricos y los pobres.

Esto no solo plantea cuestiones éticas, sino que también puede llevar a tensiones sociales y

políticas.
Para abordar la desigualdad en los patrones de desarrollo, es necesario implementar

políticas que promuevan una distribución más equitativa de la riqueza y las oportunidades.

Esto podría incluir impuestos progresivos que gravan más a los ingresos más altos,

programas de asistencia social que brindan apoyo a las poblaciones más vulnerables y la

promoción de la igualdad de oportunidades a través de una educación de calidad para todos.

La reducción de la desigualdad no solo fortalece la justicia social, sino que también

contribuye a un desarrollo más sostenible y a una mayor estabilidad en la sociedad.

Para abordar los desafíos de la inflación conceptual y la desigualdad en el modelo de

desarrollo actual, es esencial considerar enfoques más equitativos y sostenibles. Esto

significa que debemos ir más allá de medir el éxito simplemente en términos de crecimiento

económico y centrarnos en la calidad de vida de las personas y en la sostenibilidad

ambiental.

Un modelo de desarrollo equitativo y sostenible busca garantizar que todas las personas,

independientemente de su origen socioeconómico, tengan acceso a oportunidades y

servicios básicos. Además, busca minimizar los impactos negativos en el medio ambiente al

promover prácticas económicas y sociales responsables.

En este contexto, es importante reconocer que la globalización, impulsada por avances

tecnológicos y de comunicación, ha conectado a las sociedades de todo el mundo de una

manera sin precedentes. Esto ha llevado a una mayor interdependencia económica, cultural

y social entre las naciones, lo que presenta tanto oportunidades como desafíos para lograr

un desarrollo más equitativo y sostenible en todas las sociedades.


Para finalizar el concepto de desarrollo ha experimentado una evolución significativa a

lo largo de la historia, desde sus raíces en la biología hasta su aplicación en contextos

sociales y económicos. Sin embargo, hoy en día enfrentamos desafíos importantes, como la

inflación conceptual y la persistente desigualdad en el modelo de desarrollo actual. Para

avanzar hacia un desarrollo más completo y sostenible, es esencial adoptar un enfoque

equitativo que tenga en cuenta una variedad de indicadores de bienestar humano y

promueva la igualdad de oportunidades, al tiempo que minimiza los impactos negativos en

el medio ambiente. La búsqueda de un desarrollo justo y sostenible debe ser un esfuerzo

global que aborde las complejas interconexiones de nuestro mundo globalizado.

Bibliografia:

Sachs, W. (2009). The Development Dictionary: A Guide to Knowledge as Power. Zed

Books.

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