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Las personas están expuestas a una gran variedad de sustancias naturales y otras fabricadas por el
hombre. En ciertas circunstancias estas exposiciones causan efectos adversos en la salud que
varían desde cambios biológicos casi imperceptibles hasta la muerte.
Se define toxicología a la ciencia que estudia las sustancias químicas y los agentes físicos capaces
de producir alteraciones patológicas en los seres vivos, evalúa los mecanismos de producción de
tales alteraciones y los medios para contrarrestarlos, así como los procedimientos para detectar,
identificar y determinar tales agentes y valorar su grado de toxicidad.
Tóxico: Es cualquier sustancia que causa un efecto nocivo en el organismo al momento de ser
absorbido, inyectado, ingerido. Puede ser cualquier sustancia que llegando a la dosis adecuada
puede causar daño, pero no tiene la intención de causarlo.
Toxina: El término “toxina” suele utilizarse cuando se habla sobre sustancias tóxicas producidas
naturalmente. Una toxina es toda sustancia venenosa de origen microbiano (bacterias u otras
plantas o animales diminutos), vegetal que reacciona con componentes celulares específicos para
matar células, alterar el crecimiento o desarrollo o destruir el organismo.
• Por el órgano blanco: puede ser tóxicos a cualquier órgano, pero los más atacados son el hígado,
cerebro, el riñón, la médula ósea, las células sanguíneas, etc.
Tras ser absorbidos por alguna de las vías de entrada, los tóxicos llegan a la sangre, la linfa u otros
fluidos corporales. La sangre es el principal vehículo de transporte de los tóxicos y sus metabolitos.
Algunas sustancias atraviesan las membranas celulares mediante un transporte activo. Ese
transporte se realiza con la mediación de proteínas transportadoras en un proceso análogo al de
las enzimas. El transporte activo es similar a la difusión facilitada, pero puede producirse en contra
de un gradiente de concentración. Necesita un aporte de energía, y un inhibidor metabólico puede
bloquear el proceso.
TOXICOLOGÍA FORENSE
La toxicología como rama de la medicina forense estudia los venenos en relación con un hecho
delictivo, estableciendo la relación existente entre las causas de la muerte y sus complicaciones.
Nos ayuda a determinar cuáles sustancias tóxicas están presentes, bajo que concentraciones, y
cual serían los efectos de dichas sustancias en el organismo humano de la persona lesionada o en
el cadáver. La toxicología forense involucra el uso de la toxicología para ayudar en la investigación
médica y legal de la muerte por intoxicación. Debe considerar el contexto de una investigación, no
sólo las pruebas toxicológicas por sí solas. La investigación de una muerte por intoxicación se debe
enfocar desde el punto de vista de un diagnóstico a un paciente como con cualquier otra
enfermedad. Se sugiere iniciar con historia clínica regular, recabando datos relevantes para el
estudio de la cronología de la intoxicación. Si nos encontramos frente al caso de que un paciente
falleció y se sospecha de intoxicación, se deben investigar las circunstancias.
Toxicología antidopaje: se dedica a la investigación del consumo de drogas y otras sustancias que
modifican el desempeño del individuo en el deporte, tales como anabólicos y diversos fármacos,
constituyéndose como práctica fraudulenta.
Historia de caso: Cuando se sospecha que la muerte fue debida a un tóxico, para el adecuado
manejo del caso, conviene que tanto los médicos forenses como los toxicólogos analistas, cuenten
con la información siguiente:
• Circunstancias de la muerte: si la víctima había manifestado su intención de envenenarse o si
existen antecedentes de intentos previos, así mismo si hubo testigos que la(o) vieron injerir el
tóxico o que observaron cuando terceros se lo administraban; si otras personas comieron los
mismos alimentos o tomaron las mismas sustancias o bebidas o estuvieron expuestas a las mismas
condiciones ambientales y estuvieron expuestas a las mismas condiciones ambientales y el grado
en que ellas fueron afectadas.
Orina: Sería la segunda muestra en importancia a enviar para la investigación general de las
sustancias desconocidas. Es una muestra con gran valor cualitativo y aunque pueda obtenerse
poca cantidad, se recomienda su envío ya que puede ser suficiente para ensayos orientativos
como indicador del consumo o exposición.
Las concentraciones presentes en la muestra de orina son en general más altas que en la muestra
de sangre y son detectables por períodos más largos después de la entrada en el organismo.
Dependiendo de la vida media del compuesto y de la sensibilidad de la técnica, especialmente los
metabolitos pueden ser detectados en la muestra de orina durante días o semanas después de su
incorporación en el organismo.
Cuando se trata de tóxico injeridos, el contenido del estómago y de los intestinos debe ser
analizados, primero por la gran cantidad de tóxicos no absorbidos que puede existir. En segundo
lugar, se analizará la orina por ser el riñón el órgano principal de excreción para la mayoría de los
tóxicos. En tercer término, conviene procesar el hígado, sitio de la biotransformación de la teoría
de las sustancias tóxicas, absorbidas por vías digestivas.
La muestra de orina se tomará en dos botellas de 50 ml. Las botellas deberán llenarse al menos en
2/3. Siempre que sea posible, deberá evitarse el uso de recipientes plásticos y tapones de goma,
ya que las drogas no polares y sus metabolitos, como los canabinoides, son muy propensos a
absorberse a algunas superficies de plástico y a la mayoría de las de goma. Si, por razones
prácticas, se emplean recipientes plásticos desechables, los laboratorios deben realizar pruebas
para garantizar que esos recipientes plásticos no alteran la composición o concentración de las
drogas o metabolitos en la orina.
La muestra debe protegerse de la luz directa y del calor durante el traslado y el almacenamiento,
por lo que debería transportarse refrigerada, de preferencia con hielo o algún otro material de
embalaje refrigerante, en un recipiente provisto de aislamiento.
El laboratorio forense emplea una variedad de procedimientos analíticos. Primero realiza pruebas
inespecíficas que determinan la presencia o ausencia de grupos de sustancias tóxicas en las
muestras. Los resultados positivos son sometidos a un procedimiento analítico que identifica a un
tóxico específico. La segunda prueba debe basarse en principios químicos o físicos diferentes de la
primera. En la actualidad se considera que las determinaciones de cromatografía o gas (CG) y las
espectrometrías de masas (EM) proporcionan una identificación inequívoca para la mayoría de los
tóxicos.
ANALISIS DE DROGAS
Cromatografía en capa delgada (CCD): Los métodos de CCD son económicos en cuanto al equipo y
otros gastos iniciales que requieren. Necesitan mucha mano de obra y suelen ser menos sensibles
que otras técnicas; además, por el carácter subjetivo de su interpretación, hace falta una
experiencia considerable para aplicarlos con precisión.
Una placa de CCD es una lámina de vidrio, metal o plástico recubierta con una capa delgada de un
sólido adsorbente (gel de sílice o alúmina). Se deposita una pequeña cantidad de la muestra
problema en disolución en un punto en la parte inferior de la placa. Entonces la placa se introduce
en una cubeta cromatográfica, de forma que sólo la parte inferior de la placa queda sumergida en
el líquido. Este líquido o eluyente es la fase móvil y asciende por la placa de CCF por capilaridad.
A medida que el eluyente pasa por el lugar donde está la mancha de la mezcla problema se
establece un equilibrio entre las moléculas de cada uno de los componentes en la mezcla que son
adsorbidas y las que se encuentran en disolución. Si los compuestos son coloreados se pueden
observar las manchas a simple vista. Si no es así, hay varios métodos para visualizar las manchas
correspondientes a cada componente de la mezcla.
Cromatografía en fase gaseosa y cromatografía en fase líquida de alto rendimiento: son
sumamente sensibles y específicas para la confirmación de resultados que se presuman positivos
En el análisis de detección. No obstante, el equipo necesario es relativamente costoso en
comparación con la CCD o el inmunoanálisis, y la capacitación y la experiencia en el empleo de
estos sistemas sumamente complejos son fundamentales. La cromatografía gaseosa es una técnica
muy antigua empleada para separar físicamente sustancias presentes en mezclas complejas de
compuestos fácilmente volatilizables. La muestra se volatiliza en el inyector y luego se introduce
en la columna capilar dentro del horno. La columna contiene recubrimientos en la pared que
cumple la función de la fase estacionaria. La muestra volatilizada es arrastrada por un gas llamado
“carrier” (fase gaseosa) que generalmente es He, Ar o N2.