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¿Qué nos dicen las observaciones?

Observamos con el microscopio


Sigan las instrucciones de su docente para
obtener una capa muy delgada y pareja de piel
de cebolla como la que se ve a medio despegar
en la foto (señalada con la flecha blanca). Es
importante que se vea transparente a simple
vista, pero fíjense que contenga al menos
alguna zona violeta.

Observen el preparado y sigan las consignas.

Hagan un dibujo de lo que ven y describan lo que observan.

Si tuvieran que explicarle a alguien lo que vieron, ¿qué le dirían?

¿Lo que ustedes observaron tiene algo que ver con lo que observó
Hooke? ¿Qué les hace decir eso?

Observen esta imagen de cebolla morada. ¿Hay alguna diferencia


con lo que ustedes vieron? Si sí, indiquen cuáles.

Foto del epitelio de una


cebolla morada. Aumento
de 60x en un microscopio
óptico (es decir, sesenta
veces mayor que su
tamaño original).

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Lean el texto “Lo que nos permite ver el microscopio” y sigan las siguientes
consignas.

¿Por qué es necesario que el tejido por observar sea muy finito?

En una lámina de cebolla como la que observaron, ¿cuántas capas


de células superpuestas habrá? Usen la información del texto para
responder.

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Viñeta fenomenal

Lo que nos permite ver el microscopio

Las observaciones de hace aproximadamente 200 años que se iniciaron con el


científico inglés Robert Hooke viendo diversos tejidos vegetales y describiendo las
“celdas” fueron seguidas por muchos otros científicos. La acumulación de
observaciones y evidencias dio lugar a la idea de que todos los seres vivos estamos
compuestos por unidades microscópicas repetidas, cada una con un corpúsculo en
su interior. Theodor Schwann, naturalista y fisiólogo alemán, fue quien llamó “célula” a
esta unidad fundamental.

Las células son muy difíciles de ver. En primer lugar, son muy pequeñas; en general,
totalmente invisibles a simple vista o aun con una lupa. Hace falta tener un
microscopio que aumente las cosas al menos unas 100 veces.

Los primeros microscopios no eran muy adecuados, porque lo que se podía observar
con ellos no era del todo nítido: se veían imágenes distorsionadas. Por otro lado, las
células son muy blandas, delicadas, y se agrupan en tejidos (un conjunto de un
mismo tipo celular). Un problema con el microscopio es que requiere iluminar de
alguna manera el material que se quiere observar. La mejor manera de mirar algo es
haciendo pasar luz a través del material, es decir, se requiere que lo que uno mira sea
transparente. Como no muchos tejidos son suficientemente transparentes, una
solución consiste en cortar rebanadas muy finitas, de manera que la luz pase a través.
Hay otra ventaja muy importante en cortar un tejido de esta manera. Si uno mira un
tejido entero, va a tener miles de células encimadas unas sobre otras, algo que
confundirá lo que se vea. Con muestras superfinas, uno tiene más chances de ver
mejor. Pero al obtener estos cortes, generalmente, las células se despedazan y
deforman porque son muy frágiles. Por eso se desarrollaron técnicas para endurecer y
preservar las células antes de poder observarlas.
Otro problema adicional es que los contenidos de las células raramente están
coloreados. Por lo general, todas las partes internas de la célula tienen el mismo color
y son, por lo tanto, prácticamente invisibles. A lo sumo, se ven cosas un poco más
brillantes y otras, menos. Excepcionalmente, algunos contenidos de las células tienen
un color natural, como vimos en el caso de la cebolla morada, o como las células de
hoja de planta que estudiaremos más adelante.

Texto adaptado de Gellon, G., y Goldweic, N. (2015). Células y herencia. Expedición Ciencia.
https://expedicionciencia.org.ar/wp-content/uploads/2015/04/C%C3%A9lulas-y-herencia.pdf

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