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ITCA – MEGATEC
SECCIÓN: ELECT 21
GRUPO: #4
Introducción
La imagen se refiere a cómo se percibe a una organización o individuo por parte del
público objetivo, a través de la combinación de diversos factores, tales como la identidad
visual, la comunicación y la calidad de los productos o servicios ofrecidos. Por su parte,
la reputación se refiere a la valoración que se hace de una persona o empresa en función
de su comportamiento, ética y resultados.
Trabajar la imagen, de forma que, sirva para comunicar nuestro pensamiento, idea,
forma de ser, el mensaje a transmitir y entre muchos otros aspectos para obtener una
buena primera impresión. Se conocerá acerca de los pilares, niveles y claves para un
mejor desarrollo sobre la comunicación. La Imagen se conforma de un conjunto de
atributos, no sólo de cómo nos vemos y sobre lo que hablamos, sino que también los
valores reflejados, comportamiento, actitud entre otros. Lo que se busca que el lector
desarrolle una comprensión profunda acerca de la importancia enorme que tiene la
imagen.
Objetivo general:
Objetivos específicos:
Imagen
Por ello, constituye un aspecto importante al relacionarse con los demás, ya que
una imagen personal descuidada revela poco aprecio por sí mismo.
¿Es tan importante esa 'famosa' primera impresión?, ¿somos víctimas de una
sociedad en exceso superficial que juzga las personas más por la fachada que por su
valía personal y profesional?
Apenas somos conscientes de la velocidad con la que 'los otros' nos catalogan; basta una
mirada o un cruce de palabras para determinar si alguien a quien acabamos de conocer
podría ser el ejecutivo que estamos buscando, el amor de nuestra vida o un amigo para
siempre.
La primera impresión deja una huella imborrable. Tanto que en muchas ocasiones no
hay una segunda oportunidad. Refugiarnos en la excusa de que esto responde a una
sociedad frívola o superficial no ayuda en absoluto. Tenemos que ser conscientes de lo
que hay para aprovechar de las ventajas de esta realidad y evitar ser víctimas de un
descuido irreparable. Son 'los otros' quienes nos definen y hay que controlar qué
información les estamos ofreciendo. Retengamos este dato; ¡somos juzgados en muchas
ocasiones entre treinta y sesenta segundos después de habernos conocido!
Para potenciar la imagen deseada, se debe mantener una total coherencia entre los cuatro
canales de información que se utilizan al transmitir cualquier mensaje: el físico, o la
apariencia exterior, la voz, su tono y su modulación, los gestos, el movimiento del
cuerpo y la comunicación no verbal y, por último, la indumentaria: líneas, formas,
volúmenes.
El mundo se hará una imagen de ti, tanto si te ocupas de tu imagen personal como si no
lo haces. Por esto, es mejor que cuides este aspecto y transmitas un mensaje que sea
positivo y que redunde en oportunidades de todo tipo para tu vida.
La imagen personal refleja cómo te cuidas, tu seguridad, las experiencias vividas, nivel
educativo, cultura, capacidad profesional y tus intenciones y deseos.
Cuando estás en una entrevista de trabajo, los reclutadores están atentos no solo a lo
que dices, si no a lo que transmites con tu apariencia, comportamientos y lenguaje no
verbal. Tu imagen personal puede brindarte o hacerte perder grandes oportunidades.
En ello, median elementos externos: forma de vestir, aspecto del rostro, sonrisa, higiene
corporal y estilismo. Ahora bien, para que esa impresión sea satisfactoria es propicio
adecuar la indumentaria y apariencia, acorde al evento.
Niveles de la imagen
La imagen percibida es aquella que los demás piensan de ti, puede llevar
segundos el que puedan percibirla, puede ser una fotografía tuya, una impresión
en internet, un caminar por algún lugar, tu lenguaje corporal transmite mensajes
que son codificados de acuerdo con la cultural individual del otro.
Para ello, se puede edificar la imagen apropiada, vinculada a los objetivos y usándola
como herramienta. Además, a nivel personal la imagen positiva en el trabajo es
indispensable por lo que es recomendable: ser puntual, interactuar asertivamente, asumir
actitud respetuosa y coherente que denote profesionalismo, dar un extra, lucir impecable
ya que vestimenta para proyectar una buena imagen personal en el trabajo.
Reputación
Existen varios tipos de reputación, pero los principales son la reputación digital, la
reputación empresarial y la reputación personal.
Reputación Personal
La reputación personal es la percepción que tienen las personas de ti como persona. Esto
incluye tu trabajo, tus actividades, tus relaciones personales, tu comportamiento en la
sociedad y tu carácter.
¿Cómo puedes mejorar tu reputación?
Aunque la reputación es algo intangible, hay algunas cosas que puedes hacer para
mejorarla. Por ejemplo, puedes trabajar en mejorar tu imagen de marca, hacer más
esfuerzos por construir relaciones positivas con tu audiencia y trabajar en mejorar la
calidad de tus productos y servicios. Además, puedes estar más presente en las redes
sociales, mostrar tus habilidades y destacar tu experiencia.
Uno de los principales riesgos de una mala reputación es que te será más difícil
conseguir clientes. Si tu reputación es mala, la gente se sentirá menos inclinada a
trabajar contigo o comprar tus productos y servicios. Esto puede tener un efecto negativo
en tu carrera y en tu negocio.
Otro riesgo es que tu reputación puede ser difícil de recuperar. Es importante trabajar
para mejorar tu reputación desde el principio.
El mejor consejo para cuidar la reputación es ser consciente de lo que estás publicando
en las redes sociales, comportarte de manera profesional y trabajar en mejorar la calidad
de tus productos y servicios. Además, es importante ser consciente de que todo lo que
haces puede tener un impacto en tu reputación, tanto positivo como negativo.
La ética y la moral
En la actualidad las redes han cambiado la forma en la que debemos trabajar para
posicionarnos en la mente de nuestros clientes, amigos, familia, etc. Debemos alinear
nuestra reputación y es aquí cuando debemos decidir cómo capitalizaremos cada uno de
nuestro desarrollo en cada uno de los roles que tenemos a lo largo de la vida y las
decisiones que tomamos.
Para que nos quede claro las áreas que debemos trabajar y que van a fortalecer nuestra
reputación de son:
Profesional
Familiar
Social
Personal
Académico
Cívico
El secreto del éxito para la buena gestión de nuestra reputación está en la estrategia de
comunicación, el plan de integración de herramientas, la afinación de la ejecución, tener
métricas y la capacidad de cada persona para que el mercado se interese y genere una
recomendación.
El desarrollo y mantenimiento de la reputación positiva requiere de mucho tiempo y
acciones constantes, sin embargo, para hacerla negativa basta con una acción. Ten en
cuenta que la reputación puede ser el diferencial que necesitamos para diferenciarnos en
lo profesional.
Cuida tu capital reputacional lo más que te sea posible, piensa antes y planea de forma
consciente, pues trabajar en cambiar una reputación negativa te llevara el triple de
esfuerzo.
Una de las claves para mantener una reputación positiva es la coherencia, lo que sientes,
lo que piensas, lo que dices y lo que haces deben estar en concordancia. Cuando
logramos esa concordancia logramos generar confianza y credibilidad frente a los
demás.
2. Fama no es igual a prestigio. Otra confusión frecuente es que hacerse famoso te trae
la reputación positiva por añadidura; y no es así. La fama es efímera, es como una
comida rápida al paso. El prestigio se macera con el tiempo, y tiene cimientos más
sólidos que pueden apuntalarte, incluso, si tienes un resbalón en la confianza pública.
Observa desde dónde quieres posicionarte.
3. Elige ser reconocido: así también puedes ser popular. Muchas personas de todos
los ámbitos anhelan ser populares bajo el pretexto de “quiero que me quieran”. Además
de que, quizás, estén ocultando algo interno que no se animan a experimentar desde
chicos -la búsqueda del afecto genuino que ahora quieren proyectar de adultos-, el estar
todo el tiempo pendiente de agradar a los demás puede transformarte en otra persona.
Serás alguien que quiere satisfacer al otro, en vez de empezar contigo. En cambio,
puedes buscar ser reconocido como notable en tu segmento o actividad, y, desde allí,
adquirir ese viso de popularidad que será más consistente.
4. Trabaja en distintos frentes al mismo tiempo. La reputación abarca imagen,
espíritu, constancia, mensaje y contenido, habilidades, talentos que te hacen especial,
compartir con otros, enseñar, guiar y liderar; crear valor a partir de tu actividad, y
proyectar eso en el tiempo. Pon en marcha todos estos aspectos a la vez, para ir
construyendo tu reputación personal.
8. Sé coherente e íntegro. Estos dos valores van de la mano y son los que te permitirán
que, tú mismo y los demás, te vean como un “todo”. Dirán “¡Qué distinta es esta
persona!”, “¡Cómo me gustaría saber cómo lo hace!”, yendo más allá de tu imagen
externa. Recuerda: lo que piensas, lo que dices y lo que haces deben estar en
concordancia como base para tu reputación.
9. Descubre tus diferenciales. Trabaja por metas cortas, medianas y largas, y apóyate
en tus diferenciales, la ventaja competitiva a través de la cual proyectas tu hacer en el
mundo. Si quieres construir un sello propio con reputación añadida, necesitas hacer esto
distinto a los demás.
10. Haz revisiones periódicas de tu imagen. ¿Sabías que las células del tegumento que
recubre el cuerpo se renuevan cada 20 o 30 días? Eso significa que a lo largo de la vida
estrenamos piel alrededor de mil veces. Revisa cada seis meses tu imagen y tu trabajo
consciente en la reputación, interna y externa. Si te abocas a un trabajo de desarrollo
personal, como el coaching o una buena psicoterapia, o cualquier corriente que te
parezca apropiada, ya lo harás hacia dentro. Lo mismo podrás revisar hacia fuera. ¿Qué
devuelve el entorno? ¿En qué forma podrías ser más efectivo? ¿Cómo proyectas tus
valores al mundo? Estas preguntas son buenos disparadores.
Los motivos para perder la reputación son múltiples, y dependen directamente de las
circunstancias.
Uno de los principales factores es la falta de credibilidad a partir de acciones que los
demás interpretan como incorrectas; o graves errores. El caso típico es el político
corrupto que, por más que se esfuerce en torcer esa imagen, le será realmente difícil
lograrlo: es una mancha que queda para siempre, por más buenas intenciones que tengas.
Además, contribuye la ausencia de marco de confianza, por lo cual es muy posible que
las personas no quieran saber nada contigo, aunque no te conozcan. Tus seguidores
dejarán de leerte en las redes sociales, y aquellos que te amaban pasan a odiarte de un
momento a otro.
Solucionar los conflictos con los clientes ayudará a modificar las percepciones
negativas. Se trata de una doble oportunidad: puedes cambiar el pensamiento de un
cliente y, a su vez, presentarte como una empresa seria y confiable. No lo dudes y
comienza a trabajar la gestión de la reputación corporativa online hoy mismo.
¿Qué es la gestión de la reputación online de una empresa?
Para mantener una buena reputación en línea, tu empresa debería llevar a cabo varias
acciones, como: Realizar una auditoría online. Implementar acciones dirigidas al SEO.
Tener presencia en las redes sociales. Elaborar un manual de comunicación. Monitorear
a la competencia. Responder a todas las reseñas. Ofrecer recompensas. Brindar un buen
servicio al cliente. Compartir testimonios de clientes reales. Implementar estrategias en
el ámbito de Relaciones Públicas. Elaborar contenido de calidad e interesante para tu
audiencia. Ofrece una buena experiencia de compra.
1.- Constancia. Lo primero que debes saber es que, para cuidar y mantener siempre una
buena reputación, no hay margen de error. Se necesita de constantemente estar
construyendo y trabajando en tu persona. Por ello piensa en ¿cómo fue tu primer día de
trabajo y cómo te ves hoy?, ¿Realmente has sido constante desde que entraste a laborar
hasta ahora? ¿Sientes que con el tiempo has mejorado? o más bien ya estás en una etapa
en la que ya te da igual el cómo vas a la oficina. Si tu sientes que eso ha cambiado en
positivo, perfecto; pero, si, por el contrario, en lugar de mejorar sientes un detrimento en
tu persona, eso también lo han notado los demás y entonces es momento de tomar las
riendas sobre lo que quieres en tu proyección profesional y a partir de ahí ser constante
en la imagen y acciones que quieres proyectar.
2.- Congruencia. Hay una frese que reza así; “ser y no parecer”, es decir que debes
mantener en tu apariencia, comportamiento y comunicación en una sola línea. Fíjate en
los demás aspectos, no sólo es importante tener una buena apariencia, sino también
influye, una buena actitud, estar abierto a la retroalimentación y opinión de los demás,
saber hablar y escuchar. Es importante mantener tu sobriedad y aplomo frente a
situaciones adversas.
3.- Competencia. Ten cuenta que, en un mundo tan competitivo hoy en día se debe estar
capacitado, siempre a la vanguardia tanto de información, como de conocimientos. Por
ello debes nutrirte de temas de interés de tus clientes, de las principales noticias del día,
de nuevos conocimientos en tu campo laboral. De esta forma nadie podrá cuestionar que
realmente estas informado y que eres el mejor en tu campo profesional.
La imagen
1. Se construye. A partir de la comunicación que se emite alrededor de la
organización. Si una empresa no tiene mucha exposición, es difícil formarse una
imagen de ella. Por eso se dice que se puede construir, pues mientras más
mensajes precisos se envíen, más se acercará la imagen a lo que la organización
quiere.
La Reputación
5. Genera valor. Ritter habla del capital reputacional. Así, entendemos que muchas
de las grandes marcas como Apple o Coca Cola valen más por su buena
reputación que por sus activos tangibles. La reputación añade valor a cualquier
producto o servicio e influye directamente en las decisiones de compra y en la
diferenciación respecto a la competencia.
Aportes personales
La imagen y la reputación son dos aspectos fundamentales tanto para las personas como
para las organizaciones. La imagen personal se refiere a cómo nos presentamos y
comunicamos, mientras que la reputación se basa en nuestras acciones y resultados
previos. Ambas son construidas a lo largo del tiempo y pueden tener un impacto
significativo en nuestras vidas y relaciones. Por lo tanto, es importante cuidar y cultivar
tanto nuestra imagen como nuestra reputación para alcanzar nuestros objetivos
personales y profesionales.
De mi parte entiendo que cuando hablamos de imagen, nos referimos en cómo nos
representamos como personas, entiendo que tenemos que cuidar nuestra imagen,
mantenerse siempre formal, muy educado para dar una buena imagen al público.
También mantener una buena reputación con las personas, siempre ser muy educados
con toda la sociedad, tenemos que sabernos expresar ante el público, cuando
transmitimos un mensaje ser claros y precisos, es un muy importante dar una buena
reputación así nos identifica el tipo y clase de personas que podemos ser.
1. Antes de vestirte, elige los colores y haz que combinen entre ellos.
6. Sé respetuoso y con buenos modales ¡No está demás sonreír y saludar a quien te topes
en el camino!
Recuerda que, si estás desde casa, también es necesario que continúes cuidando tu
imagen personal. Las ideas fluyen mucho mejor cuando te sientes bien contigo mismo.
Mantener la mirada fija con todo el público si se está en una reunión ya sea como
exposición, charla de algún producto u ya sea una reunión de política o también de dicha
empresa, siempre estar seguros de lo que estamos trasmitiendo al público, mantener
siempre la educación con todo público, no olvidar lo importante que es la presentación
formal y adecuada antes de cualquier reunión con el público.
Cada vez son más escasas las personas que pueden guardar un secreto. Si quiere tener
una reputación intachable, no se convierta en un “mercader de información”. Recuerde
que somos esclavos de lo que decimos y amos de lo que callamos. Las personas con
buena reputación saben guardar los secretos.
Nuestra reputación inicia su declive cuando creemos ser expertos en todo. Aprenda a
decir “no sé” Deje muy claro cuáles son sus dominios del conocimiento y cuáles no.
Usted claramente no es experto en todo.
No lo estoy animando a volverse un confianzudo. Lo animo a que entienda que los seres
humanos no somos seres mono-faceticos, tenemos vidas, personas, e intereses variados.
Entienda que usted no tiene clientes, lo que tiene son seres humanos con necesidades,
miedos y pasiones. Preocúpese por construir una relación profesional y personal con las
personas a su alrededor.
Yo no puedo saber si las personas a su alrededor lo escuchan o le creen cuando usted les
habla. Lo que sí puedo asegurarle es que todos observan su comportamiento, y será por
este que será juzgado. Haga de su actuar su mejor bandera, no hable tanto y actúa más.
Conclusión
Hemos llegado a la conclusión que tanto la imagen y la reputación no puede pasar por
alto en las empresas y las organizaciones, ya que no solo en ellas se puede ver reflejada
la imagen y su reputación. En definitiva, la realidad es que en la imagen podemos
cambiar a tal punto donde las personas o empresas obtengan una motivación por un
producto o un empleo. Por lo tanto, podemos decir acertadamente la reputación es la
cual podemos tener un punto de vista base a su comportamiento ya sea favorable o no
favorables los cuales indiquen un resultado que mejoré el nivel de ventas, por otro lado,
podemos concluir que genera una mejor o nueva reputación, en si son muy importantes a
nivel personal como profesional.