Está en la página 1de 3

DULCE GUADALUPE MEZA

PEREZ

1.3 Las encíclicas sociales católicas


Las encíclicas son cartas promulgadas por el Papa, distribuidas a los fieles católicos
y a los «hombres de buena voluntad». Estas cartas se escriben en respuesta a las
realidades del mundo actual, especialmente en los ámbitos de la fe y la moral.
La redacción de estas encíclicas es un ejercicio del magisterio del Papa. Las
encíclicas exploran estas cuestiones a la luz de la fe cristiana, con el objetivo de
informar a la razón humana. El modo en que vivimos y estructuramos las sociedades
plantea cuestiones morales.
Las encíclicas sociales, incluida la transformadora Laudato Si’ del Papa Francisco,
son un tipo de encíclica que explora cuestiones morales. Analizan la justicia en la
sociedad, abordando la situación a partir de las verdades proporcionadas por la razón
humana y reveladas por la fe cristiana.
El objetivo es procurar que la vida en sociedad cumpla las exigencias de la justicia,
fomentando la verdadera libertad y afirmando la dignidad humana. Las encíclicas
sociales proporcionan una hoja de ruta para que los católicos y las personas de buena
voluntad disciernan juntos el rumbo de la vida en sociedad. A continuación se
presentan las encíclicas sociales que conforman el cuerpo de enseñanzas llamado
Doctrina Social Católica:
Las encíclicas son cartas promulgadas por el Papa, distribuidas a los fieles católicos
y a los «hombres de buena voluntad». Estas cartas se escriben en respuesta a las
realidades del mundo actual, especialmente en los ámbitos de la fe y la moral.
La redacción de estas encíclicas es un ejercicio del magisterio del Papa. Las
encíclicas exploran estas cuestiones a la luz de la fe cristiana, con el objetivo de
informar a la razón humana. El modo en que vivimos y estructuramos las sociedades
plantea cuestiones morales.
Las encíclicas sociales, incluida la transformadora Laudato Si’ del Papa Francisco,
son un tipo de encíclica que explora cuestiones morales. Analizan la justicia en la
sociedad, abordando la situación a partir de las verdades proporcionadas por la razón
humana y reveladas por la fe cristiana.
El objetivo es procurar que la vida en sociedad cumpla las exigencias de la justicia,
fomentando la verdadera libertad y afirmando la dignidad humana. Las encíclicas
sociales proporcionan una hoja de ruta para que los católicos y las personas de buena
voluntad disciernan juntos el rumbo de la vida en sociedad. A continuación se
presentan las encíclicas sociales que conforman el cuerpo de enseñanzas llamado
Doctrina Social Católica
Rerum novarum (latín: «De las cosas nuevas» o «De los cambios políticos») es la
trigésimo octava encíclica del papa León XIII y la la primera encíclica social de la
Iglesia católica. Fue publicada por el papa viernes 15 de mayo de 1891 con el título
"De Conditione Opificum", aunque se la denomina por sus dos primeras palabras. Fue
una carta abierta dirigida a todos los obispos y catedráticos, que versaba sobre las
condiciones de las clases trabajadoras. En ella, el papa dejaba patente su apoyo al
derecho laboral de «formar uniones o sindicatos», pero también se reafirmaba en su
apoyo al derecho de la propiedad privada. Además discutía sobre las relaciones entre
DULCE GUADALUPE MEZA
PEREZ

el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización


socioeconómica que más tarde se llamaría distributismo.

Quadragesimo anno es una carta encíclica del papa Pío XI, promulgada el 15 de
mayo de 1931, con ocasión de los 40 años de la encíclica Rerum Novarum, de allí su
nombre en latín, Quadragesimo ano (en el cuadragésimo año). Trata sobre la
restauración del orden social y su perfeccionamiento en conformidad con la ley
evangelizadora y está dirigida a los Obispos, sacerdotes y fieles católicos.
El borrador del texto fue redactado por dos sacerdotes jesuitas, el p. Oswald von Nell-
Breuning y el p. Albert Müller. También fue consultado el p. Gustave Desbuquois
Mater et magistra (latín: Madre y maestra) es una carta encíclica del papa Juan XXIII
que fue promulgada el 15 de mayo de 1961. Fue anunciada el día anterior ante miles
de personas en un discurso dirigido "a todos los trabajadores del mundo".1
Juan XXIII advierte que la cuestión social tiene una dimensión mundial y que así como
se puede hablar de personas pobres, también se ha de hablar de sectores pobres y
naciones pobres. El desarrollo de la historia muestra cómo las exigencias de la justicia
y la equidad atañen tanto a las relaciones entre trabajadores dependientes y
empresarios o dirigentes, como a las relaciones entre los diferentes sectores
económicos, y entre las zonas económicamente más desarrolladas y las zonas
económicamente menos desarrolladas dentro de una misma nación; y, en el plano
mundial, a las relaciones entre países en diverso grado de desarrollo económico-
social. Un problema de fondo es cómo proceder para reducir el desequilibrio entre el
sector agrícola, y el sector de la industria y los servicios; y para que mejore la calidad
de vida de la población agrícola-rural.
Sostiene que la justicia y la equidad exigen que los poderes públicos actúen para que
las desigualdades entre zonas económicamente más desarrolladas y menos
desarrolladas sean eliminadas o disminuidas y en las zonas menos desarrolladas se
aseguren los servicios públicos esenciales.
Reafirma el carácter de "derecho natural" de la propiedad privada y también de su
efectiva difusión entre todas las clases sociales:
Pacem in terris (en español: Paz en la Tierra) es la última de las ocho encíclicas del
papa Juan XXIII, publicada el 11 de abril de 1963,1 53 días antes del fallecimiento del
pontífice, coincidiendo con la celebración del Jueves Santo. Con un subtítulo que
reza: «Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la
justicia, el amor y la libertad», era una especie de llamamiento del sumo pontífice a
todos los seres humanos y todas las naciones para luchar juntos en la consecución
de la paz en medio del clima hostil generado por la Guerra Fría.
Durante el pontificado de Juan XXIII, la tranquilidad mundial fue alterada por
diferentes sucesos como la creación del programa Sputnik, el apogeo de la Guerra
Fría y la subsecuente construcción del Muro de Berlín, la Crisis de los misiles de Cuba,
la Guerra de Vietnam y la posibilidad de que todo esto desembocara en una guerra
nuclear; es en ese contexto que surge Pacem in terris.2
DULCE GUADALUPE MEZA
PEREZ

El 11 de abril de 1963, el papa firmó la encíclica durante una rueda de prensa y


anunció que se publicaría dos días más tarde, también afirmó que iba dirigida «a todos
los hombres de buena voluntad» y no únicamente a la feligresía católica y al
episcopado. Además convocó a todos los humanos y a todas las naciones a colaborar
para conseguir la paz por medio de la comprensión, la ayuda mutua y el respeto de
los derechos de los demás.2

Pacem in terris lleva un subtítulo que dice: «Sobre la paz entre todos los pueblos que
ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad», que describe los cuatro
principios considerados fundamentales para alcanzar la paz: la verdad como
fundamento, la justicia como regla, el amor como motor y la libertad como clima. Su
estructura está compuesta por una «Introducción» y cinco secciones llamadas:
«Ordenación de las relaciones civiles y matrimoniales», «Ordenación de las
relaciones políticas», «Ordenación de las relaciones internacionales», «Ordenación
de las relaciones mundiales» y «Normas para la acción temporal del cristiano».3
En general hace énfasis en los derechos y deberes que deben observar los seres
humanos y los estados, en las relaciones entre sí y en las relaciones con otros seres
humanos y otros estados, con la finalidad de conseguir la paz y el bien común; señala
además que el ser humano debe tener paz interior para poder conseguir la paz social.

También podría gustarte