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“En Dios mi ser, en mis padres mi amor, en mis maestros mi confianza y en ustedes mis

queridos compañeros mi orgullo de haber formado una amistad eterna”

Estimadas autoridades de la mesa directiva, queridos docentes, queridos niños y jóvenes,


señoras y señores padres de familia que nos acompañan, público en general.

“Por mucho que lleguemos a saber lo que hoy somos jamás podremos pretender predecir lo
que seremos si no conocemos lo que hemos sido”

La bandera es un símbolo de la patria, no deber ser concebida únicamente como objeto


material, un rectángulo de tela de tres colores sostenida por una asta; al contrario, deber ser la
representación de un amplio concepto espiritual, en donde se aglutinan valores y
sentimientos, que nos inspiran respeto y admiración si sabemos contemplarla con ojos que
alegran el alma.

Debe ser el camino idóneo a seguir, en la consolidación de nuestra identidad, en el


reencuentro con nuestra verdadera realidad. En la aceptación de nuestro origen, fruto de una
mezcolanza de razas y costumbres, con valores y virtudes propias, que nos haga creer y sentir
en carne viva el ser hijos de esta tierra fértil y generosa.

Somos embajadores de una patria llena de historia, herederos de todo un legado que hoy nos
constituye como ecuatorianos; cobijados en nuestros símbolos patrios, sentimos orgullo por el
flameante tricolor que encierra victorias y tristezas; siempre airante en los cielos, sinónimo de
grandeza y perseverancia.

Nuestra bandera es mucho más que la unión de tres colores, el amarillo, el azul y el rojo; es la
inspiración de todo un pueblo, la idealización y la misma recompensa de quienes dieron su
vida por verla ondear vigorosa y triunfante.

Hoy símbolo histórico de valentía, se acentúa como un icono de nuestra identidad; tanto
instituciones publicas como privadas contemplan con orgullo y beneplácito sus colores;
nuestra bandera llora a media asta al igual que una madre a nuestros hermanos caídos, es la
recompensa infinita del estudiante, surge airosa en las alturas como alegría inmensurable de
nuestras victorias.

Nuestros héroes orgullosos e imparables en su afán por defender la nación; nación que se
refleja en nuestra bandera nacional, y es que el amarillo, el azul y el rojo cristalizan lo que
somos los ecuatorianos, un cumulo de riqueza. Negros, indios, blancos, cholos, mestizos
montubios; juntos nos constituimos como un pueblo pluricultural e intercultural con un solo
color de piel (amarillo, azul y rojo) articulados en un solo ideal; el ideal de ser libres dentro de
la democracia con oportunidades justas, con equidad, soberanía y tolerancia.

Donde veamos ondear aquella bandera compuesta por tres colores, estamos viendo nuestro
patrimonio, nuestro presente y nuestro futuro; vivamos la democracia celebrando nuestra
identidad cultural. Somos herederos de un legado rico en historia y sabiduría.

¡VIVA LA PATRIA, VIVA LA BANDERA TRICOLOR!

Muchas gracias

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