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Salazar Bibiano Luis Enrique

Inscrito en la materia
Grupo: 9113
Correo: luis.ikal.117@gmail.com

EL YO

La identidad del ser humano a lo largo de su vida siempre está en constante


movimiento generando cambios en su conducta o ideas, siempre en constante
aprendizaje y desaprendizaje, guiándose por lo que para él es lo correcto y
colmándolo de bienestar individual, prefiriendo hacer o usar algo de acuerdo a la
elección que él mismo ha hecho; sin embargo ¿Cómo se forma la identidad del
individuo? ¿La identidad es conducida por uno mismo a partir de sus experiencias
individuales? ¿O ésta es conducida por la influencia de cuestiones en su
desarrollo ambiental? ¿Cómo es que sus características pueden decirse que son
diferentes a los demás y lo hacen único? ¿Estas características son elegidas por
nosotros mismos o impuestas? Sin duda muchas interrogantes pueden seguir
surgiendo en la reflexión acerca de la identidad del “Yo”, y son varias las
perspectivas que se pueden tomar en cuenta sin realmente saber si alguna se
acerca mucho más que la otra, cada experiencia, momento, lugar de origen así
como procesos de cambio, la condición de salud de nuestro mismo cuerpo,
nuestro sentir y más son factores son las que inciden en nuestra personalidad, y
poder reducirla a solo algunos estudios no suena lo más idóneo, sin embargo no
está de más reflexionar estos aspectos para así lograr darnos una idea de cómo
poder conocernos saber nuestro propio origen, nuestra identidad.

Cada ser humano tiene características propias que lo hacen diferente del resto de
los demás, sin referirnos a cuestiones físicas, si no de manera cognitiva y
emocional y no es que la apariencia sea un factor que no se tome en cuenta,
porque claro que lo tiene, pero todo llega al final en un proceso de relaciones
cognitivas tal como Harre R. desarrolla la idea en su libro “El ser social una teoría
para la psicología social” al mencionar, palabras más palabras menos, que: La
autonomía del ser humano es curiosa, ya que el individuo de manera física puede
actuar de manera libre pero en su interior algo lo limita en su relación con las
demás personas, con su ambiente y hasta consigo mismo. Entonces ¿Cómo,
cuándo y dónde se aprende a limitar los pensamientos y acciones humanas?
Centrándonos en esta pregunta podemos decir que las experiencias adquiridas,
recién comenzamos a explorar el mundo, nos brindan herramientas sobre cuidado,
repudio o disfrute de texturas, olores, sonidos, sabores, etc. todo lo anterior en
medida que nuestro propio cuerpo lo permita y pueda percibir, aquí podríamos
mencionar que existen las primeras imitaciones en cuestión de acciones
individuales ya que el sentido de sobrevivencia, miedo, goce y curiosidad nos van
guiando y con ello aprendiendo a limitar ciertas tareas y a la par vamos
relacionando imágenes u objetos con un significado en concreto.
Salazar Bibiano Luis Enrique
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Sin embargo esto no es suficiente para que la identidad irrumpa o forme parte de
la interacción social, a la par que el individuo explora y conoce el mundo se le va
“enseñando” formas y modos en los que tiene que interactuar con su medio y
como desenvolverse con los demás individuos, así como en su propio entorno y
entornos ajenos al que se ha desarrollado, en este sentido se abre dos caminos a
abordar, por un lado tenemos las cuestionas ambientales y por otro lado tenemos
cuestiones sociales que es donde el individuo interactúa con sus semejantes, pero
ambos interactuando a la par.

Sin duda las condiciones geográficas, política y económicas marcan una diferencia
entre una identidad y otra, en este sentido podemos mencionar el determinismo
socioeconómico que Karl Marx expone, sin duda las oportunidades que pueda
tener una persona con ingresos económicos altos no puede compararse con su
opuesto que se encontraría con una situación económica precaria, si bien el
primero tendría oportunidades para desarrollar más de un idioma, también
oportunidades de conocer nuevas culturas y personas, e incluso el manejo y
conocimiento de nueva tecnología y aparatos de innovación sería parte de su
proceso, por otro lado el segundo individuo no tendría un acceso fácil a el
conocimiento de idiomas o cultura de otro lugares, sus conocimientos se verían
limitados así como su interacción con otro tipo de personas; ahora bien estas
situaciones tan marcadas no impiden que su identidad se construya, es solo que
su visión o sus características son diferentes, por un lado las ventajas que podría
tener el individuo con mayores oportunidades podría tener la complicación de que
al tener un abanico amplio de oportunidades no pueda definir bien cuál sería la
mejor forma de conducirse y forjar su identidad, podría incluso tener aspiraciones
tan altas que el fallar sería un tormento o por el contrario su situación podría caer
en un estancamiento y si hablamos de sus conocimientos sin duda poseería una
buena cantidad pero no serían conocimientos que pueda dominar del todo o
totalmente; por otro lado el segundo individuo, pese a su situación precaria le sería
más sencillo poder construir una propia identidad pues está limitado a muy pocas
elecciones en su contexto, tal vez no tendría diversas opiniones o conocimientos
pero tendría mayor posibilidad de conocerse más de sí mismo.

Ahora bien estas diferencias que se han comentado acerca de la construcción de


la identidad donde la experiencia a través de los sentidos, la situación geográfica
así como las posibilidades brindas, sean académicas o culturales, han tenido un
margen donde el individuo puede elegir y adquirir lo que considere para sí, sin
embargo las cuestiones sociales tienen un protagonismo a la hora de forjar
nuestra identidad, sea ampliándolo o limitándolo, al mismo tiempo surge una
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cuestión ¿la identidad es algo elegido de manera personal o es que acaso es


impuesta?

Centrémonos solo en algunos aspectos para darnos una idea de cómo la sociedad
es parte de la identidad individualidad. Como primer aspecto podemos mencionar
la cuestión espiritual, sea de cualquier tipo, desde los más católicos hasta cultos
satánicos en donde sin duda existen “lineamientos” que regirán la forma de
conducirse de cada miembro perteneciente, dando así lo que Harré R. menciona
como Reflexibilidad limitada, este aspecto provoca que nuestro desempeño
interactuando con los demás y con uno mismo tiene que ver con una necesidad de
quedar en gracia con el ente o ser al que se le ha brindado la creencia y fe, es
aquí donde la abnegación se hace presente y el pensamiento entra en conflicto
con su autonomía y lo que debe ser “correcto” según su creencia, sin duda sus
acciones se ven limitadas por una forma propia comportarse, sus ideas definidas
por un adoctrinamiento y sus sentir influenciado, en este sentido la identidad está
construida, no por el individuo, si no por un consejo que guía el sendero de la
espiritualidad, tal vez lo único seleccionado por él individuo es adoptar la creencia,
claro siempre y cuando no la hayan hecho los padres desde antes.

Tomando en cuenta a Skinner decimos que el ambiente media la conducta y por lo


tanto no existe una autonomía, la identidad nuevamente está sujeta a ser
moldeada y no ser libre de concebirse a sí misma, el autor menciona por un lado
que las emociones no influyen en el comportamiento y por otro lado la educación
correspondiente es lo que permitirá al individuo poder desenvolverse con sus
congéneres, lo más curioso e intrigante del estudio de Skinner es que el individuo
no solo está sujeto a que el ambiente y la educación influyan en su construcción
como individuo, incluso se vea como una buena forma en la que el individuo aún
tiene una libertad de escogerse a sí mismo y como desenvolverse, sin embargo la
periodicidad que existe entre las épocas deja que pensar, la identidad entonces
ahora está sujeta a periodos de la sociedad y la humanidad ¿La identidad se
construye de acuerdo a lo que la época necesita? Pero ¿Qué pasa cuando ese
tipo de identidades ya no son requeridas? Como sea la sociedad sigue avanzando
pero ya ha moldeado identidades que en su momento necesito y creo, pero con el
cambio de una sociedad a otra, estas viejas identidades ahora son no solo
desechadas tal vez incluso juzgadas, en su mayoría, de manera negativa y
nuevamente nos preguntamos ¿La identidad entonces no es libre de forjarse a sí
misma? Y por otro lado ¿Qué tan cierto es que las emociones no influyan en el
comportamiento y como tal en la construcción de la identidad?
Salazar Bibiano Luis Enrique
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Para comentar esta duda sobre emociones David Hume y Festinger coinciden en
que la razón no tienen voluntad sobre la pasión, ambas están en una constante
lucha en el interior del individuo, veamos, la forma en que esto se refleja es
cuando el individuo tiene una resistencia entre una creencia y sus acciones,
pongamos como ejemplo a un creyente de “X” religión y digamos que su doctrina
le pide realizar cierta acción en cierta circunstancia, la abnegación debe estar por
delante de sí mismo y la acción debe ser realizada, pero al mismo tiempo surge un
conflicto personal de lo que debe hacer con lo que él quiere o incluso con lo que él
desea, si la emoción y el deseo es mucho más grande que la circunstancia y por
ende más grande que su sistema de creencias entonces la acción que debería
hacer pues no sería realizada, concluyendo a lo que estos autores se refieren , el
individuo siempre preferirá las acciones que lo guíen a sentimientos o emociones
agradables y rechaza las desagradables, o por otro lado buscara aquellos caminos
por donde estas emociones desagradables estén reducidas y sean llevaderas,
nuevamente la identidad no es libre de ser y de actuar, siempre hay un “algo” que
constantemente lo limita, lo guía o que necesita.

Podemos entonces mencionar que la entidad del individuo no es libre de formarse


a sí mismo, siempre está en un constante cambio y sujeto a los límites
establecidos por la sociedad y el tiempo, ya sea por una cuestión cultural
mencionando un tipo de vestimenta o acento en su idioma, sea por cuestiones
políticas y económicas en donde su desarrollo personal se vea afectado por su
situación económica-geográfica así como la oportunidad de poder desplazarse
dentro de su propio territorio, sea por cuestiones de creencia que va ligado a
cuestiones geográficas, políticas y culturales en donde su sistema de valores entre
sus congéneres será diferente dependiendo de un estatus quo, de un género, de
la edad o posición política, sea por el núcleo familiar que le establecerá valores
dependiendo de una creencia espiritual así como una forma de sentir y elegir, si
puede hacerlo, sus emociones y como expresarlas, sea incluso por cuestiones de
tiempo donde la educación y la sociedad necesitaban de un cierto tipo de
identidades para seguir creciendo, e incluso ahora, que tipo de identidad es la que
la sociedad necesita y de la cual puede aprovechar, lo único de lo que puedo tal
vez decir con seguridad, y es de lo único que hasta ahora sigo creyendo pese a
que no recuerdo donde lo leí, es que cada quien es libre de elegir sus propias
cadenas.

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