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Introducción 3
Historia del teatro nacional: los tres hitos más relevantes 4
Teatro Experimental de la Universidad de Chile 5
Teatro de Ensayo de la Universidad Católica 7
Los Teatros Universitarios en la Unidad Popular (1970-1973) 9
Los Teatros Universitarios en dictadura (1973-1990) 10
Conclusión 11
Referencias bibliográficas 12
Resumen: Este informe de investigación describe los cambios escénicos y temáticos que
aportaron los teatros universitarios a la configuración del teatro actual. Para comprender
plenamente esta evolución, primero se trazó una breve historia del teatro chileno, identificando
tres hitos significativos que contribuyeron al desarrollo teatral en Chile: el Teatro Obrero, los
Teatros Independientes y, finalmente, los Teatros Universitarios. Posteriormente, se profundizó
en dos de estos teatros y su trayectoria durante la Unidad Popular y los inicios del periodo de la
Dictadura del 73.
Palabras claves: Teatros universitarios, origen del TEUCH y TEUC, técnicas, temáticas,
estética teatral.
Introducción
La crisis de la sociedad oligárquica en las primeras décadas del siglo XX en Chile trajo
consigo transformaciones en las diversas aristas que conforman la sociedad chilena de aquel
entonces, en donde si bien el dominio de poder seguía en las manos del sector aristocrático, las
clases emergentes comienzan a movilizarse a lo largo del país para asentarse en localidades
urbanas que prontamente comenzaron a transformarse en núcleos económicos debido a la
exportación y el proceso de industrialización. La migración campo ciudad no solo permitió una
mayor producción de capital, sino que también dio paso a que las clases emergentes presenciaran
y realizaran manifestaciones artísticas y culturales. A pesar de que el teatro aún seguía siendo
mayormente parte de la rutina de entretención de las elites, el comienzo de un nuevo siglo
transformó la realidad teatral con la aparición de dramaturgo/as nacionales, permitiendo así
poner en escena temáticas y personajes estereotípicos que representaban las problemáticas del
país.
Ahora bien, “la época de oro” no puede durar para siempre porque se está lejos de vivir
en una sociedad estática. Entre la década de los treinta y cuarenta comienza su apogeo, se da
paso a un nuevo gobierno y las crisis socioeconómicas afectan a gran parte del continente. En
consecuencia, la manera de hacer teatro ya no podía seguir siendo la misma y así lo
comprendieron un grupo de jóvenes que en 1941 “se denominaban a sí mismos «Teatro
Experimental de la Universidad de Chile»” (Fernández, 1976, p. 331).
Como se observará a lo largo del informe, los teatros universitarios han sido
históricamente un espacio de experimentación y renovación teatral, donde se gestan nuevas
propuestas estéticas y se cuestionan las convenciones tradicionales del teatro. Estos espacios han
servido como incubadoras de talento, permitiendo a jóvenes dramaturgos, directores y actores
explorar nuevas temáticas. Es por ello que esta se busca responder a los siguientes objetivos; por
un lado, identificar los elementos claves de las técnicas y temáticas modernas empleadas por
estos teatros y, por otra parte, comprender la trascendencia que tuvieron para el teatro actual, los
cuales se ejecutarán por medio de la revisión de un corpus de lecturas que albergan antecedentes
y testimonios. Así, se llevó a cabo un recorrido por los hitos relevantes de la historia del teatro
nacional para aportar una visión general de lo que precede a los teatros universitarios; luego, una
descripción del surgimiento y consolidación del Teatro Experimental de la Universidad de Chile
(TEUCH) y el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica (TEUC) que busca dar cuenta de las
temáticas que abordaron, y, finalmente, una reflexión en torno a la contribución que estos teatros
marcaron para la configuración del teatro chileno actual a partir de los acontecimientos políticos
que tuvieron que enfrentar estas instituciones.
Dentro de la historia que guarda el teatro nacional es posible concebir tres grandes hitos
que fueron determinando la configuración del teatro que hoy conocemos. Estos corresponden
respectivamente al desarrollo del Teatro Obrero, a la aparición de los llamados Teatro
Independientes y por últimos la gestación de lo que esta investigación convoca: los Teatros
Universitarios.
El Teatro Obrero, que Grez (2011) define como “artefacto político cultural” fue un tipo
de dramaturgia de corte realista y costumbrista desarrollada en las oficinas salitreras del Norte
Grande, a menudo representada en sindicatos y otras organizaciones sociales. Es, por algunos
autores, vinculada con la corriente anarquista por su crítica hacia el sistema capitalista, la
explotación del individuo y la represión política ejercida hacia las y los trabajadores. El Teatro
Independiente, por su parte, surgió incipientemente en Santiago, con el propósito de recuperar la
expresión artística nacional, reivindicar la autonomía en relación con el gobierno e instituciones,
y obtener una mayor representación y protección de sus derechos, encaminándose así a la
creación de la Sociedad de Autores Teatrales de Chile (SATCH), entidad clave para los
dramaturgos. Y por último, los Teatros Universitarios constituyeron la institucionalización de la
actividad teatral, a pesar de haber surgido gracias a la afición de los docentes y estudiantes del
Centro de Arte Dramático del Instituto Pedagógico. Aquí hallamos el Teatro Experimental de la
Universidad de Chile y el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica.
El teatro universitario se consagra hacia 1950, década conocida como los tiempos de
gloria del teatro chileno puesto que se legitima como una entidad, por ejemplo, la consagración
en el año 1959 del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH). Los principales
teatros fueron el Teatro de Ensayo de la UC y Teatro Experimental de la Universidad de Chile,
estos se encargaron de llevar a la puesta en escena obras significativas que representaban en su
mayoría los problemas de la clase media capitalina debido a que era precisamente este sector sus
posibles fieles espectadores a pesar de la existencia de la Sección de Extensión Teatral, cuyo
propósito era complementar la labor que ya estaban realizando los sindicatos y escuelas de arte
escénico al acercar el teatro a sectores marginados junto con la difusión y orientación a las
agrupaciones amateurs.
El surgimiento de uno de los teatros más relevantes de la historia chilena nace en 1941 a
partir de la intención y necesidad creativa de jóvenes estudiantes del Instituto Pedagógico que en
un principio lejos de tener la aspiración a conseguir remuneraciones, recibe el apoyo de la
Universidad de Chile para disponer de espacios de ensayo y fondos para sus primeros estrenos.
Al igual que sucede con las vanguardias que buscan romper lo tradicional por medio de las
nuevas formas, estos jóvenes ya no se sentían identificados con la escena actual del teatro. En
palabras de Durán Cerda (1970):
(…) desde su nacimiento alejaban toda idea de oportunismo comercial y todo aquel
estatismo infecundo que había deteriorado el proceso teatral hasta entonces. Surgió, como
era de esperar, la pugna generacional, planteada entre los "profesionales",
indudablemente anquilosados desde que, según hemos anotado, el naturalismo terminaba
su tarea en La Viuda de Apablaza, y los "experimentales", como socarronamente les
llamaron los viejos actores (El “Teatro Experimental” y un programa básico, párrafo 3).
Esto se fundamenta en que el TEUCH llevó el teatro fuera del espacio convencional,
desarrollando obras en cuarteles carcelarios, poblaciones marginadas, escuelas y hospitales a lo
largo de todo el país.
La estética visual que acompañaba a las obras era una pieza fundamental para el Teatro
de Ensayo. Es por ello que la interpretación de los actores, para conseguir una dimensión
simbólica determinada, debía perfeccionarse con ayuda de diversas técnicas. Una de ellas
llamada “Sistema Stanislavski” –en alusión al director y pedagogo ruso–, involucra al actor
dentro de un proceso psicofísico a nivel de subconsciente. Conforme a Torres (2004):
Tal cual, dicha técnica se sostiene en la idea de que no solo es preciso recurrir a las
capacidades voluntarias del actor –enfocadas a la acción–, sino también comprometer, hasta de
manera inconsciente, organismos como los sentidos, la memoria, la voluntad, las emociones y el
cuerpo. Conseguido aquello, el resultado final será la reproducción auténtica del personaje.
(…) una gran carcajada, una forma de mirar la vida sin prejuicios, sin historia, sin trancas
de ninguna especie, ha sido siempre una válvula de escape de un grupo muy homogéneo
que creó afectos que lo pasó bien y nunca supieron bien del tiempo (p.14).
Los teatros chilenos vuelven a sufrir cambios una vez que el régimen militar se
autoproclama como nuevo gobierno en el país, ya que se intervienen las universidades y varios
de los integrantes de las distintas instituciones teatrales se van al exilio o son tomados presos y
llevados a centros de detención. Con el propósito de oprimir cualquier expresión opositora, no
cabe duda de que las artes y la cultura se ven afectadas e intervenidas con tal de propagar una
ideología en particular, uno de los teatros que logró cierta continuidad fue el de la Universidad
Católica, no obstante, durante aproximadamente 5 años no acepta nuevos estudiantes. En el año
1976, es cuando parte del profesorado y estudiantes de esta universidad deciden formar el Taller
de Investigación Teatral (TIT) con la intención de dar cuenta de la realidad que acontece al país;
por otro lado, la situación que vive el Teatro de la U. de Chile está lejos de ser fructífera, “sufre
la exoneración de la virtual totalidad de sus profesores y planta de actores, aparte de la expulsión
o abandono de sus estudios de casi el 50% de los alumnos” (Hurtado, 1982, p. 21). La realidad
de otros teatros a lo largo del país no difiere, muchos son clausurados o sus integrantes son
reemplazados por personas respaldadas por las nuevas autoridades, reconfigurando la
metodología de trabajo y creación a una mucho más autoritaria.
Respecto a las obras estrenadas durante este periodo, hay un retorno a los clásicos
europeo con la intención promover los valores y sabiduría que representarían estas obras,
además, se va seleccionando el repertorio de acuerdo al público –limitado– que accede a estas
funciones, como así lo son los escolares por sugerencias del ministerio. Las representaciones de
producciones chilenas se limitan debido a que son consideradas opositoras y contestadoras,
aunque bajo esta misma línea es que empieza a gestarse el teatro de resistencia, que se
caracteriza por ser independiente y tener una posición crítica ante la contingencia. Por
consiguiente, las obras se orientaban en los sectores oprimidos y la cultura popular; la resistencia
y clandestinidad actuó como un espacio subterráneo para las posiciones políticas disidentes y
para mantener la libertad artística (Hurtado, 1982, p. 20-39).
Conclusión
A lo largo de esta investigación y tal como se dispuso en un inicio, se exploró por medio
de los acontecimientos históricos los elementos escénicos y temáticos que caracterizan a los
Teatros Universitarios en Chile y su influencia en la configuración del teatro actual.
Tanto los elementos escénicos-temáticos como los hechos históricos que enmarcan al
teatro chileno van configurando la manera de crear y expresar la obra dramática. No se pueden
ver como factores aislados, puesto que lo que se lleva a escena atiende a las necesidades y gustos
de los espectadores. El teatro pasa a ser más que un espacio de recreación cuando puede actuar
como medio que permite la difusión de ideas oprimidas y fomentar la diversidad de expresiones
artísticas, es por esto que hoy en día aún seguimos leyendo y observando obras que abordan
desde diversos estilos escénicos, temáticas que siguen siendo tabúes, reflejos de la realidad, e
incluso adaptaciones de obras que fueron un éxito durante las décadas mencionadas.
Sin duda, esta investigación se limitó a presentar dos de los grandes teatros universitarios
dentro de un movimiento que abarcó distintas universidades del país y, además, tiene una
trascendencia más allá de la década inicial del periodo de dictadura. A partir de aquello, sería
pertinente proyectar esta línea de investigación a lo que sucede en el teatro con el retorno a la
democracia y las repercusiones que tiene para la dramaturgia de los años 2000.
Referencias bibliográficas
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