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A continuación, este sería el tercer tema de la unidad curricular de

Teatro impartida dentro del curriculo de la Universidad Nacional


Experimental de la Seguridad con el fin de dar al funcionario conocimientos
derivados a cultura y participación ciudadana a algo tan esencial en
cualquier formación profesional como lo es el teatro, un medio para
comunicarnos y en muchos casos para transmitir de mejor manera las ideas,
en este trabajo busco no solo hablar y hablar de teatro como en los
anteriores donde se expuso los antecedentes de forma general y se adelantó
conceptualizaciones del teatro y los aspectos que abarca dicho tema, si no
enfocarnos principalmente en el teatro venezolano, es decir de ese acontecer
del teatro venezolano.

Primeramente sería de gran importancia recalcar un poco de historia y


antecedentes que tuvo el teatro en Venezuela, y es que mucho antes de que
la tradición hispánica teatral llegara a Venezuela con el proceso de conquista
y colonización, ya los indígenas que poblaban lo que actualmente
corresponde a nuestro territorio desarrollaron algunas manifestaciones
proto-teatrales o teatrales rudimentarias, tales como pantomimas y la
representación simbólica de los fenómenos naturales. Para los mukus y
jiraharas estas representaciones funcionaban como medios de cohesión
espiritual y recurso educativo, para lo cual construyeron estructuras físicas
especialmente diseñadas para su celebración: suerte de tinglados donde sólo
hombres lograban encarnar una historia, dialogando, narrando, cantando y
gesticulando. Un ejemplo de estas celebraciones, lo tenemos en La Fiesta de
la Tura, fiesta ritual de los arahuacos, ayamanes y gayones de la región
limítrofe de los actuales estados Lara y Falcón, la cual consistía en
pantomimas relativas a los períodos de la siembra y la cosecha.

El teatro hispánico poco a poco fue introduciéndose en la venezolana


colonial. En tal sentido, del 28 de junio de 1600 es la primera licencia
conocida que permite la representación en Caracas de una comedia el día de
Santiago Apóstol, actividad que paulatinamente se irá extendiendo hasta
finales del siglo XVII y tomará mayor impulso en el siglo XVIII hasta la
actualidad.

Siempre ha existido la idea entre los investigadores del teatro


venezolano que su evolución estuvo plagada de dificultades, lo cual desde
cierta perspectiva podría ser indiscutible, sobre todo si se miran los estudios
surgidos en los últimos años, especialmente desde la década de los noventa.
Estas investigaciones que se apoyan en metodologías más modernas como
las de la relectura y la de los estudios culturales muestran que tras muchas
afirmaciones cuestionadoras ahora aparecen desde las sombras, una nueva
historia más completa, rica y diferente a la que se acostumbraba a
presentar.

En lo que concierne al teatro moderno, ya parece meridianamente


claro que desde los años cuarenta y cinco comienza una etapa renovadora
en cuyos hitos se encuentran dramaturgos tanto de aquellos años como los
de los cincuenta, (aunque formalmente el I Festival Nacional de Teatro que
confirma esta renovación ocurriría en 1959), en una nueva etapa política del
país, fundamentalmente democrática. De aquí en adelante, la historia de
este teatro es mucho más y mejor conocida y, en términos generales, va
acelerado progreso hasta los noventa. Sus variaciones estarán en estrecha
relación con los eventos sociales y políticos que experimenta su sociedad y
tiene un fuerte efecto sobre su cultura.

El teatro en Venezuela es, pues, de raigambre hispánica y Europea.


Conviene cuidarse, por otra parte, el evidente anacronismo que supone
hablar de manifestaciones durante los tres siglos que duró el domino español
en tierras venezolanas. En todo el ámbito colonial español, los espectáculos
de esta índole estuvieron sometidos a una férrea censura eclesiástica y civil,
tanto como la circulación de letra impresa, o incluso más que ésta. Además,
en el caso de Venezuela, provincia alejada de los principales intereses del
imperio español, la transmisión y las actividades culturales no fueron
fomentadas por las actividades culturales no fueron fomentadas por las
autoridades peninsulares.

Las primeras representaciones teatrales con base en textos dramáticos


de autores venezolanos tuvieron lugar en Caracas a partir de 1804. En este
año se estreno en la capital Venezuela consolada, de Andrés Bello, que
puede considerarse la primera obra dramática escrita por un venezolano.
Cuatro años mas tarde con la llegada de la imprenta a la provincia, comenzó
la edición de obras dramatúrgicas. Se trataba de textos de autores
españoles marcados por el sello del costumbrismo, en la mayoría de los caso
comedias cuyos personajes y situaciones reflejaban diversas facetas de la
realidad peninsular. En tanto que instituciones sociales, la novedad de estas
actividades proviene del hacho de que el teatro comenzara entonces a
recibir muestras de reconocimiento por parte de las autoridades.
A partir de 1945 y, en especial durante la década del cincuenta,
destacan en el panorama cultural venezolano los cambios que se producen
tanto en el espectro político como cultural, a tal punto que podrían ser
capitales para entender el devenir moderno del país y su teatro. Es el
momento en que se evidencia el problema del bajo desarrollo social, junto a
un creciente fuerte ingreso petrolero que parece no cumplir con las
expectativas de mejorar la desventaja que arrastra el país a lo largo del
siglo, mostrando su fragilidad, al punto que se romperá el hilo constitucional,
se desata una dictadura militarcon influencia indiscutible en el desarrollo
cultural y luego comienza un período de florecimiento del teatro, aspectos
estos controversiales y decisivos en su escena moderna. En las siguientes
páginas se estudiará esta compleja problemática, centrada especialmente en
lo que se ha denominado la renovación del teatro venezolana.

Pará concluir este extensivo y a la vez corto análisis comparado con


todo lo que hay de hablar del teatro venezolano, es significativo señalar que
el movimiento teatral venezolano es uno de los más importantes de
Latinoamérica. Las obras de dramaturgos como Rodolfo Santana, José
Ignacio Cabrujas, Edilio Peña, Isaac Chocrón, Román Chalbaud, Mariela
Romero, son representadas con frecuencia en el exterior.

La actividad escénica es extensa y el lenguaje de los autores nacionales se


combina con obras clásicas del teatro universal o las últimas búsquedas del
desempeño escénico. El grupo “Rajatabla” está considerado como uno de los
más importantes de la escena mundial. La Compañía Nacional de Teatro,
ubicada en el escenario del Teatro Nacional, representa desde el “Don Juan”
de Zorrilla hasta obras populares siempre con una gran audiencia. El grupo
Theja, en el teatro Alberto de Paz y Mateo, se distingue por sus búsquedas y
un discurso fresco, polémico y experimental. La cartelera siempre ofrece
posibilidades de espectáculos teatrales, siendo el Ateneo de Caracas el
indiscutible centro de estas expresiones con sus distintas salas, y el Festival
Internacional de Teatro que coordina desde hace muchos años, permitiendo
que Caracas sea el núcleo donde confluyen las más importantes compañías
teatrales del mundo

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