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LAS CIENCIAS SOCIALES, IDEOLOGÍA Y POLÍTICA

Por Carlos Rojas Galarza

Toda persona medianamente informada reconoce que en el mundo


contemporáneo se están produciendo grandes cambios en todo orden de cosas.
Sin embargo, en la población no hay claridad en el conocimiento de la
naturaleza y la direccionalidad de estos cambios. Comúnmente, por ejemplo, se
sabe que se está en la era de la globalización, pero el conocimiento del carácter
neoliberal de la economía que sustenta aquélla y sus múltiples consecuencias
negativas en el mundo se desconoce. El conocimiento de la globalización es
unilateral. El sesgo en la comprensión de este tema, no es casual, sino
interesado. En realidad, en no muchos hay conciencia del significado de la
globalización. Y la conciencia está ligada al asunto ideológico, y éste, como se ha
visto anteriormente, esencialmente es la expresión de los intereses económicos
y sociales en pugna que se dan en la sociedad. Los beneficiarios económicos de
la globalización, abogarán indefinidamente por la continuación y reproducción
del “gran mercado libre”; en cambio, los contestatarios críticos de la
globalización - desde diversas tribunas – analizan y denuncian este fenómeno,
algunos planteando alternativas, otros quedándose sólo en la denuncia. Samir
Amin escribe: “ Contrariamente al discurso ideológico dominante, sostengo que
la globalización a través del mercado es una utopía reaccionaria. Debemos
contrarestarla mediante el desarrollo de un proyecto humanista y alternativo de
globalización, compatible con una perspectiva socialista.” 1 Por otro lado, existen
apologistas de la globalización, que ante la situación de los resultados
desastrosos en los últimos años proponen reformas al interior del mismo.
Veamos el pensamiento de Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001 y
ex-vicepresidente del Banco Mundial: “...en el Banco Mundial comprobé de
primera mano el efecto devastador que la globalización puede tener sobre los
países en desarrollo, especialmente sobre los pobres en esos países. Creo que la
globalización – la supresión de las barreras al libre comercio y la mayor
integración de las economías nacionales- puede ser una fuerza benéfica y su
potencial es el enriquecimiento de todos, particularmente los pobres; pero
también creo que para que esto suceda es necesario replantearse
profundamente el modo en el que la globalización ha sido gestionada, incluyendo
los acuerdos comerciales internacionales que tan importante papel han
desempeñado en la eliminación de dichas barreras y las políticas impuestas a los
1
Samir Amin,1999, EL CAPITALISMO EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN, Ed. Paidós,
España, (Pág.19).
países en desarrollo en el transcurso de la globalización.” 2 Estos dos ejemplos, el
de Samir Amin y Joseph E. Stiglitz revelan los puntos de vista contrarios
respecto a lo que es la globalización. Estos autores asumen diferentes posiciones
políticas e ideológicas frente a tan polémico proceso contemporáneo que
involucra los destinos de la humanidad y de cada país. El asunto es si población
conoce y es consciente de que estos grandes cambios están vinculados
umbilicalmente con el fenómeno de la globalización.

Problemas económico-social-políticos como el que acabamos de presentar son


parte de los temas que estudian las ciencias sociales. Éstas se ocupan de
investigar los procesos en los que el colectivo humano (reconociendo el papel de
las individualidades) ha protagonizado y protagoniza interrelaciones en torno a la
lucha por la producción y los beneficios de ésta. Ahora bien, en la lucha por la
producción, se entiende la lucha por el dominio de las fuerzas de la naturaleza,
para lo cual se hace necesario la investigación científica, lo que va a significar el
desarrollo de la ciencia y la tecnología, es decir el desarrollo de las fuerzas
productivas. Y la lucha por los beneficios de la producción se traduce en lo que
objetivamente existe y se conoce como lucha de clases, que se expresa en el
campo político e ideológico. Por lo que el hombre como ser social, ha vivido en
colectividad desde que apareció sobre la faz de nuestro planeta. La diversidad de
acciones humanas ha estado caracterizado por una complejidad social que a
través del tiempo ha concatenado formas de organización basadas en el cómo
solucionar y satisfacer las necesidades básicas y secundarias que han
comprometido no sólo el desafío naturaleza-hombre, sino hombre-hombre. En
este doble desafío, la humanidad ha ido evolucionando a través de formas
organizativas, donde las actividades principales y determinantes han sido los
procesos de producción de todo aquello destinado a la existencia humana. En
estos procesos económicos históricamente los hombres entran en relaciones
sociales equitativas o desigualitarias, decididas por las relaciones de propiedad
de los medios de producción. Se configura lo que se ha conocido como la
estructura económica y su correlato en la supraestructura ideológica e
institucional. Estas ideas cardinales son necesarias manifestarlas parta
comprender el carácter de las ciencias sociales.

En la actualidad, se viene discutiendo la conveniencia o inconveniencia de la


intromisión del poder político en la vida del mundo científico. En otras palabras,
si en la relación política y ciencia social, hay alguna o debe haber alguna
2
Joseph E. Stiglitz, 2002, EL MALESTAR EN LA GLOBALIZACIÓN, Ed. Taurus, Colombia,
(Pág.11).
direccionalidad, particularmente desde los centros de poder. Mauricio Sáez de
Nanclares dice al respecto: “El campo de las ciencias ha sido muy sensible a la
relación entre conocimiento y poder. Esto no resulta sorprendente. Producto de
la moderna división del trabajo científico, el discurso especializado en dar sentido
a los problemas de las sociedades, que ofrece explicaciones de los sucesos
pasados y los que aún están en marcha, ha mantenido relaciones de tensión con
el poder; es una relación que se establece no sólo en términos de interés
cognoscitivo, sino también en términos del ejercicio del poder político. Al igual
que la ciencia, el poder es un discurso; al igual que el poder, la ciencia organiza,
ordena, jerarquiza... El poder instaura una realidad y – una vez alcanzada su
legitimidad- se yergue frente a otros discursos, para los cuales resulta difícil
3
responder a la autoridad que emana de aquél. La tensión es múltiple” La
relación entre las ciencias sociales y la política es intrínseca, con un sustento
ideológico del cual es imposible sustraerse. Como se comprenderá, el problema
de la política es esencialmente el problema de la lucha entre las clases sociales y
las fracciones de éstas, por el control del poder del estado para la defensas de
determinados intereses económicos. Las ciencias sociales y los científicos que las
investigan no pueden eludir esta relación. Las clases sociales que están en el
control del estado, justificarán su permanencia a través de determinadas
argumentaciones basadas en determinadas ciencias sociales; como también, hay
quienes quieren acceder al poder para logros de beneficios personales o
colectivos; para representar los intereses de la burguesía o de los sectores
populares, por lo que acudirán a las ciencias sociales para sus respectivos
argumentos. Incluso, el investigador social que esté lo más lejos de las
discusiones y pasiones políticas, siempre estará sujeto a determinados
paradigmas ideológicos que influyen de hecho en sus estudios sociales, dándole
direccionalidad a sus investigaciones, con consecuencias prácticas.

1. LA IMPORTANCIA DE LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS


HISTÓRICO-SOCIALES.

Como se ha visto líneas arriba, las ciencias sociales, no sólo explican las
acciones humanas colectivas e individuales que se realizan en determinados
espacios y tiempos a lo largo de la historia, sino que sirven –sobretodo- para
justificar ideológicamente determinadas políticas y situaciones sociales en
sociedades estratificadas. La escuela como parte de la sociedad, es la institución

3
Mauricio Sáez De Nanclares, 1999, CIENCIAS SOCIALES Y ESTADOS MODERNOS
(Experiencias Nacionales e Incidencias Teóricas), Ed. Fondo de Cultura Económica,
México(Pág.7).
que va a intervenir preparando a la niñez, adolescencia y juventud para
integrarlo a la sociedad. La pedagogía adaptadora procurará formar
personalidades que básicamente acepten el estado de cosas y estén aptas para
incorporar así a las nuevas generaciones a la maquinaria productiva que se
necesita para reproducir el sistema. Y la pedagogía liberadora optará por formar
conciencias críticas y alternativas en la perspectiva de contribuir al cambio
social. En estas pedagogías contrariadas, la educación hegemónica y oficial a
través de la pedagogía adaptadora elaborará un currículum predominantemente
acorde con la política educativa del régimen de turno, como también a las
necesidades de su política económica.

El currículum de ciencias sociales entonces es clave en la educación de niños,


adolescentes y jóvenes. Es en los procesos de enseñanza-aprendizaje en donde
se cristalizan los fines, objetivos y competencias que configurarán determinados
tipos de conciencias y personalidades. Los tipos de personalidad y conciencia
que se van forjando, particularmente en los adolescentes, son fuertemente
influidas por las ciencias sociales, en tanto les permiten una visualización del
mundo social que progresivamente satisfagan sus curiosidades, inquietudes,
preocupaciones e interrogantes, como sujetos sociales que forman parte de
una familia, comunidad, país y el mundo
Del conjunto de las ciencias sociales, particular atención merece la ciencia de
la historia, por muchas razones. Todo proceso, fenómeno o cosa tiene una
historia. Entender su desarrollo, su lógica, su estructura y su proyección
significan no sólo conocer las leyes generales y particulares que las rigen, sino
también el tipo de evolución, el cómo ha sido su historia: no hay conocimiento y
menos comprensión si no se entiende el desarrollo histórico de cualquier
fenómeno sea este natural o social. Por ello en el caso de las ciencias sociales,
el eje lo constituye la historia. La ciencia de la historia permite articular las
demás ciencias que se ocupan de analizar la problemática de la sociedad. Los
fenómenos sociales no aparecen al azar – aunque en determinadas ocasiones
parezca – sino que todo está concatenado a través de su aparición, desarrollo y
desaparición en su significado dialéctico. La otra razón, es que el protagonista
de los procesos sociales es el hombre, no abstracto sino concreto, ubicado en
determinada jerarquía social. Por tanto, las ciencias sociales que tienen como
protagonista al hombre en sociedad, tiene en la historia el eje para la
comprensión integral de cualquier problema social. Por eso, en el caso del
currículum escolar de secundaria lo correcto es hablar de las ciencias histórico-
sociales.
La ciencia de la historia es fundamental en la formación de toda persona,
principalmente los estudiantes. En el currículum de secundaria, en las ciencias
histórico-sociales, debe destacarse el rol preponderante de la enseñanza-
aprendizaje de la historia, porque va a permitir la formación de la conciencia
histórica, que es básico en la forja de una personalidad progresista, humanista,
patriótica, democrática, liberadora, decidida a la construcción de un futuro
cualitativamente superior al presente. La historia no sólo debe servir para la
formación de valores, sino fundamentalmente formación de ideales superiores
en la vida de los alumnos, futuros ciudadanos. Veamos algunas citas sobre el
para qué de la enseñanza-aprendizaje de las ciencias histórico-sociales. El
profesor Alfredo Rodríguez Torres señala: “Desde mi punto de vista, los grandes
objetivos... podrían ser los siguientes:
- Para formar la “conciencia nacional” de los peruanos del siglo XXI;
- Para que las nuevas generaciones desarrollen una adecuada percepción del
tiempo y del espacio;
- Para desarrollaren el ciudadano peruano la capacidad de comprender y
analizar los procesos económicos, sociales, políticos y culturales que le toque
vivir y pensar.
- Para mediar en el proceso de construcción de convicciones sociales firmes en
los futuros ciudadanos sociales del Perú.;
- Para que los alumnos construyan sus propias estrategias de aprendizaje.4

Por su parte, Pilar Benejam, escribe: “Si el tema de los valore democráticos es
relevante para la educación en general, aún con más motivo para un área de
conocimiento que tiene como finalidad la enseñanza de las ciencias sociales. Las
ciencias sociales en la enseñanza tendrán que contribuir a ampliar la
información, la comprensión y el nivel de interpretación y valoración del proceso
histórico que ha llevado a la realidad actual y sus posibles alternativas de futuro,
para que el conocimiento se exprese en actitud social deseable. Los valores que
fundamentan la verdadera democracia y que son la meta a la que dirigimos
nuestra acción son esencialmente la libertad, la igualdad y la participación, y la
finalidad de la democracia es como afirma Camps (1993), la felicidad
compartida. A través de la enseñanza de las Ciencias Sociales deseamos que los
alumnos y alumnas construyan un sistema de significados y desarrollen unas
actitudes y comportamientos que respondan a los siguientes valores:

4
Alfredo Rodríguez Torres, 2000, DIDÁCTICA EN LAS CIENCIAS HISTÓRICO SOCIALES,
Ed. IPP, Lima, (Pág.17).
a. Respetar la dignidad de sí mismo y de los demás.
b. Educar en la participación.
c. Identificar, comprender y valorar los rasgos distintivos y plurales de las
comunidades con las que el alumno se identifica.
d. Conservar y valorar a la herencia natural y cultural que hemos recibido como
legado.5

Por su parte, Carmen Llopis, dice: “La finalidad de esta área se amplía y ya no
sólo consiste en acumular, transmitir datos utilizando sólo la memoria y la
descripción de hechos, sino también en adquirir conocimientos que le permitan
enfrentarse adecuadamente a la comprensión de la realidad social, ser sujetos
activos en este complejo mundo, participar en la dinámica social construyendo
una democracia expansiva, aprende a trabajar con otros/as en la transformación
de distintos contextos.”6
Jesús Domínguez manifiesta: “... las cuatro grandes metas educativas a las
que, en mi opinión, debería acomodarse la enseñanza de la Historia en los
niveles educativos generales y obligatorios, (son):
1. Introducir al alumno en la comprensión de los rasgos fundamentales de
nuestro mundo Contemporáneo, a través del estudio de sus antecedentes
pero también de “contrastes históricos”. Asimismo, proporcionarle los medios
para integrarse críticamente en la comunidad en que vive.
2. Desarrollar su conocimiento y comprensión de la naturaleza social e
individual del ser humano, iniciándole en la comprensión de los complejos
procesos de cambio social y posibilitando el estudio de casos individuales que
enriquezcan su experiencia personal.
3. Desarrollar en él tanto su capacidad para el análisis, síntesis y evaluación de
las fuentes de información, como actitudes intelectual y socialmente
tolerantes.
4. Formarle en el respeto y valoración del patrimonio histórico-artístico,
desarrollar su sensibilidad estética y su capacidad para “ver” el pasado a su
alrededor, enseñarle a disfrutar de todo ello.” 7

Todas estas afirmaciones referidas a los objetivos de la enseñanza-aprendizaje


de la ciencia histórica son importantes en la medida en que los alumnos se van a

5
Pilar Benejam, 1998, ENSEÑAR Y APRENDER CIENCIAS SOCIALES,GEOGRAFÍA E
HISTORIA EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA, Ed. Horsori, Barcelona, (Pág.47-48).
6
Carmen Llopis, 1996, CIENCIAS SOCIALES, GEOGRAFÍA E HISTORIA EN SECUNDARIA,
Ed. Narcea, Madrid, (pág.26).
7
Mario Carretero y otros, 1997, LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES, Ed. Visor,
Madrid, (Pág.43).
identificar con su contexto social y su problemática, tomando conciencia de ello.
Pero hay que anotar que el conocimiento histórico no solamente debe significar
identificación con el contexto social donde el alumno vive; la toma de conciencia
debe significar sobretodo compromiso de cambio social, para lo cual además de
valores, la ciencia histórica implique la formación- en los alumnos- de ideales
sociales realizables tanto en el mundo como en su país. Es muy importante
referirse a los fines y objetivos de la enseñanza-aprendizaje de la historia. Hasta
ahora, generalmente, sólo se ha trabajado en el plano teórico. Es decir, se ha
laborado e intentado hacer ejercicios reflexivos y críticos sobre los
acontecimientos históricos, y en muchos casos, se ha logrado niveles respetables
de “razonar la historia”, pero no se ha pasado más allá de las
conceptualizaciones. No es que esté mal lo logrado, sino que los conceptos y
valores se traduzcan en actitudes prácticas como formas concretas de acercarse
a los ideales sociales. Los conocimientos histórico-sociales, deben plasmarse
desde y en la escuela y proyectarse a la comunidad con manifestaciones que
prueben que los alumnos están logrando una praxis histórica escolar. Es en el
currículum de las ciencias histórico-sociales donde debe considerarse lo que
llamaríamos la praxis histórica escolar, es decir, la conjugación de la toma de
conciencia crítica y las acciones concretas alternativas, frente a los problemas
sociales de diversa índole.

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