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Como se ha visto líneas arriba, las ciencias sociales, no sólo explican las
acciones humanas colectivas e individuales que se realizan en determinados
espacios y tiempos a lo largo de la historia, sino que sirven –sobretodo- para
justificar ideológicamente determinadas políticas y situaciones sociales en
sociedades estratificadas. La escuela como parte de la sociedad, es la institución
3
Mauricio Sáez De Nanclares, 1999, CIENCIAS SOCIALES Y ESTADOS MODERNOS
(Experiencias Nacionales e Incidencias Teóricas), Ed. Fondo de Cultura Económica,
México(Pág.7).
que va a intervenir preparando a la niñez, adolescencia y juventud para
integrarlo a la sociedad. La pedagogía adaptadora procurará formar
personalidades que básicamente acepten el estado de cosas y estén aptas para
incorporar así a las nuevas generaciones a la maquinaria productiva que se
necesita para reproducir el sistema. Y la pedagogía liberadora optará por formar
conciencias críticas y alternativas en la perspectiva de contribuir al cambio
social. En estas pedagogías contrariadas, la educación hegemónica y oficial a
través de la pedagogía adaptadora elaborará un currículum predominantemente
acorde con la política educativa del régimen de turno, como también a las
necesidades de su política económica.
Por su parte, Pilar Benejam, escribe: “Si el tema de los valore democráticos es
relevante para la educación en general, aún con más motivo para un área de
conocimiento que tiene como finalidad la enseñanza de las ciencias sociales. Las
ciencias sociales en la enseñanza tendrán que contribuir a ampliar la
información, la comprensión y el nivel de interpretación y valoración del proceso
histórico que ha llevado a la realidad actual y sus posibles alternativas de futuro,
para que el conocimiento se exprese en actitud social deseable. Los valores que
fundamentan la verdadera democracia y que son la meta a la que dirigimos
nuestra acción son esencialmente la libertad, la igualdad y la participación, y la
finalidad de la democracia es como afirma Camps (1993), la felicidad
compartida. A través de la enseñanza de las Ciencias Sociales deseamos que los
alumnos y alumnas construyan un sistema de significados y desarrollen unas
actitudes y comportamientos que respondan a los siguientes valores:
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Alfredo Rodríguez Torres, 2000, DIDÁCTICA EN LAS CIENCIAS HISTÓRICO SOCIALES,
Ed. IPP, Lima, (Pág.17).
a. Respetar la dignidad de sí mismo y de los demás.
b. Educar en la participación.
c. Identificar, comprender y valorar los rasgos distintivos y plurales de las
comunidades con las que el alumno se identifica.
d. Conservar y valorar a la herencia natural y cultural que hemos recibido como
legado.5
Por su parte, Carmen Llopis, dice: “La finalidad de esta área se amplía y ya no
sólo consiste en acumular, transmitir datos utilizando sólo la memoria y la
descripción de hechos, sino también en adquirir conocimientos que le permitan
enfrentarse adecuadamente a la comprensión de la realidad social, ser sujetos
activos en este complejo mundo, participar en la dinámica social construyendo
una democracia expansiva, aprende a trabajar con otros/as en la transformación
de distintos contextos.”6
Jesús Domínguez manifiesta: “... las cuatro grandes metas educativas a las
que, en mi opinión, debería acomodarse la enseñanza de la Historia en los
niveles educativos generales y obligatorios, (son):
1. Introducir al alumno en la comprensión de los rasgos fundamentales de
nuestro mundo Contemporáneo, a través del estudio de sus antecedentes
pero también de “contrastes históricos”. Asimismo, proporcionarle los medios
para integrarse críticamente en la comunidad en que vive.
2. Desarrollar su conocimiento y comprensión de la naturaleza social e
individual del ser humano, iniciándole en la comprensión de los complejos
procesos de cambio social y posibilitando el estudio de casos individuales que
enriquezcan su experiencia personal.
3. Desarrollar en él tanto su capacidad para el análisis, síntesis y evaluación de
las fuentes de información, como actitudes intelectual y socialmente
tolerantes.
4. Formarle en el respeto y valoración del patrimonio histórico-artístico,
desarrollar su sensibilidad estética y su capacidad para “ver” el pasado a su
alrededor, enseñarle a disfrutar de todo ello.” 7
5
Pilar Benejam, 1998, ENSEÑAR Y APRENDER CIENCIAS SOCIALES,GEOGRAFÍA E
HISTORIA EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA, Ed. Horsori, Barcelona, (Pág.47-48).
6
Carmen Llopis, 1996, CIENCIAS SOCIALES, GEOGRAFÍA E HISTORIA EN SECUNDARIA,
Ed. Narcea, Madrid, (pág.26).
7
Mario Carretero y otros, 1997, LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES, Ed. Visor,
Madrid, (Pág.43).
identificar con su contexto social y su problemática, tomando conciencia de ello.
Pero hay que anotar que el conocimiento histórico no solamente debe significar
identificación con el contexto social donde el alumno vive; la toma de conciencia
debe significar sobretodo compromiso de cambio social, para lo cual además de
valores, la ciencia histórica implique la formación- en los alumnos- de ideales
sociales realizables tanto en el mundo como en su país. Es muy importante
referirse a los fines y objetivos de la enseñanza-aprendizaje de la historia. Hasta
ahora, generalmente, sólo se ha trabajado en el plano teórico. Es decir, se ha
laborado e intentado hacer ejercicios reflexivos y críticos sobre los
acontecimientos históricos, y en muchos casos, se ha logrado niveles respetables
de “razonar la historia”, pero no se ha pasado más allá de las
conceptualizaciones. No es que esté mal lo logrado, sino que los conceptos y
valores se traduzcan en actitudes prácticas como formas concretas de acercarse
a los ideales sociales. Los conocimientos histórico-sociales, deben plasmarse
desde y en la escuela y proyectarse a la comunidad con manifestaciones que
prueben que los alumnos están logrando una praxis histórica escolar. Es en el
currículum de las ciencias histórico-sociales donde debe considerarse lo que
llamaríamos la praxis histórica escolar, es decir, la conjugación de la toma de
conciencia crítica y las acciones concretas alternativas, frente a los problemas
sociales de diversa índole.