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Dirección de Formación en Turismo

Ciclo de formación virtual continua

CURSO AUTOGESTIONADO
HISTORIA Y GESTIÓN DEL TURISMO SOCIAL
EN ARGENTINA

MÓDULO 4:
Turismo Social como
modelo de gestión
turística sostenible

Módulo 4 - Pág. 1
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Índice

1. Introducción ..................................................................................................... 3
2. Turismo social instrumento para el desarrollo local ................................................. 3
3. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y Turismo Social ..................................... 6
4. Expresiones del turismo social: turismo comunitario, turismo rural, turismo accesible 10
a. Turismo comunitario ....................................................................................... 11
b. Turismo rural................................................................................................. 14
c. Turismo accesible ........................................................................................... 18
5. Bibliografía .................................................................................................... 23

OBJETIVO
Que al finalizar el módulo el participante adquiera
conceptos, instrumentos y medios básicos que faciliten a
todos los sectores de la sociedad el acceso al ocio turístico
en adecuadas condiciones de economía, seguridad y
comodidad.

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1. Introducción

El tiempo libre, como hemos visto, está ligado con los procesos sociales y, por
consiguiente, con los sistemas y las decisiones políticas.

En este módulo avanzaremos sobre algunas formas que adopta el Turismo Social.
Formas que, a su vez, se relacionan en forma directa con el paradigma del
desarrollo local.

Por ello, comprende los emprendimientos locales, de pequeña escala, con alta
participación de la comunidad, de modo de contribuir directamente con la mejora
de la calidad de vida de los residentes y en la satisfacción conjunta de turistas y
residentes a partir de compartir una experiencia integral.

Aspectos, que van de la mano con identificar que el turismo forma parte de las
políticas públicas para el desarrollo, que necesita planificación, capacitación, y que
definitivamente es necesario involucrar a las comunidades receptoras y
capacitarlas para que puedan gestionar con su propia impronta la actividad
turística en su destino.

2. Turismo social instrumento para el desarrollo local

Desde mediados del siglo XX el turismo se ha ido instalando como práctica social
en diferentes países del mundo. No obstante, es evidente aún que muchas
personas, particularmente en los países en vías de desarrollo, permanecen
excluidas del acceso a la recreación y al turismo.

En este sentido, el turismo social que promueve el acceso al ocio turístico y


recreativo sin ningún tipo de condicionantes o barreras, se manifiesta como una
herramienta que puede brindar respuestas a esta problemática desde dos
aspectos. Por un lado, como hemos visto, constituye un instrumento que
contribuye a minimizar las desigualdades sociales, pero, también, como un
instrumento para alcanzar el desarrollo local y mejorar las condiciones socio-
económicas de la población residente.

Desde una perspectiva amplia, el turismo social es considerado un “turismo


con agregado de valor moral” (Minnaert, 2007), ya que favorece tanto a las
personas beneficiarias como a anfitriones o población local de la experiencia
turística.

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Así, el turismo social debe considerarse como una política específica con
funciones distributivas tendientes a garantizar la relación destino-
residente-turista, que permite integrar a la comunidad local como prestadora de
servicios y como co-creadora de la estrategia del desarrollo del destino.

El turismo social como modelo de gestión turística inclusiva y como política de


Estado comprende, según la Declaración de Montreal (1996), las siguientes
características:

Forjador de la sociedad:
Contribuye a desarrollar las relaciones humanas tanto por sus acciones de
formación como por sus iniciativas de animación: el turismo social es un
factor de cohesión social.

Factor de potencia económica:


Formando parte de la economía social y solidaria, el turismo social ofrece
una oportunidad económica excepcional, generando flujos de personas y
de inversiones que pueden contribuir al desarrollo. El alcance de un
objetivo social depende directamente de la calidad de la gestión y de la
mejora de los resultados.

Protagonista del ordenamiento territorial y del desarrollo local:


Con el objetivo de un desarrollo “duradero” y sostenible, el turismo social
se ha convertido como opción de referencia para:

 Conciliar el desarrollo turístico, protección del medio ambiente y


respeto de la identidad de la población local.
 Aportar nuevos medios a regiones a menudo abandonadas.
 Acondicionar los espacios con la voluntad de no dilapidar los recursos.
 Generar beneficios económicos, sociales y culturales para la población
local.

Socio de los programas de desarrollo mundial:


Los operadores actuales del turismo social están disponibles para diseñar
programas de ordenación, crear dispositivos jurídicos y financieros, de
contribuir a la gestión, a la formación y a la animación de todas las
acciones de ordenación turística previstas en los programas de desarrollo
mundial.

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Así, el turismo social debe gestionarse teniendo en cuenta tres principios rectores:

 Socialmente responsable: las instituciones, empresas y organizaciones de


la sociedad -en general- generan con sus acciones y prácticas un gran
impacto en su entorno, a nivel económico, social y ambiental. En este
sentido, socialmente responsable implica que éstas se asuman como éticas,
comprometidas y sostenibles.

 Sustentable: implica una consideración de equidad intergeneracional, ya


que el desarrollo sustentable promueve la satisfacción de las necesidades de
la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus necesidades. No se trata solo de transmitir el
cuidado de determinado recurso, sino también el potencial para lograr un
nivel particular de desarrollo humano que contribuya a disminuir la pobreza y
contribuya a la mejora de la calidad de vida de la población.

 Solidario: accesible, digno y adecuado para todos los públicos. Para ello, se
debe contar con la participación de las comunidades locales organizadas en la
toma de decisiones sobre la actividad. Así, se desarrolla una gestión cercana
y directa, y una mirada respetuosa del territorio, los recursos y las personas.

En este sentido, y en base a los principios planteados es importante tener en


cuenta, entre otras, las siguientes acciones:

 Desarrollar iniciativas en base a la cooperación de diferentes actores públicos,


privados y no gubernamentales, implicados en la gestión del turismo social.
 Promover en pequeñas localidades no urbanas con atractivo turístico.
 Diseñar programas de turismo social orientados a nuevos segmentos de
demanda.
 Promover el desarrollo de proyectos que involucren la puesta en valor de
recursos turísticos existentes, pero no posicionados o desarrollados.
 Diseñar proyectos que impacten en el desarrollo local y que rompan la
estacionalidad de los destinos turísticos (generación de empleo, ayuda a la
viabilidad de pequeñas empresas, desarrollo económico del destino, etc.).
 Desarrollar productos y destinos de turismo social que atiendan las diferentes
necesidades de las personas beneficiarias.
 Fiscalizar el cumplimiento de las prestaciones en orden a garantizar la calidad
y sostenibilidad.

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 Contar con el presupuesto suficiente para la ejecución de las actividades


previstas.
 Procurar una capacidad instalada operativa y accesible, acorde a los tipos de
personas beneficiarias que consideran las diferentes acciones.

3. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y Turismo Social

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus 169 metas son herederos
de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) e integran todas las dimensiones
del desarrollo sostenible (económica, ambiental y social) y se basan en un enfoque
de derechos con su carácter de integralidad.

Por su naturaleza global de aplicación, involucra a todos los países


(independientemente del grado de desarrollo) y promueve el respeto de las
políticas y prioridades nacionales.

A pesar de que los ODS no son jurídicamente obligatorios para los países, se
espera que los gobiernos los adopten como propios y establezcan marcos
nacionales para su alcance, promoviendo la participación activa del sector
privado, tercer sector y la academia.

En este sentido, el Estado argentino lleva adelante un trabajo de adaptación,


implementación y seguimiento de dichos objetivos y metas1.

1
En Argentina, el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS) es el responsable
de la coordinación y seguimiento de los ODS. Por ello:
- articula con los ministerios y organismos nacionales en pos de la implementación,
adaptación y seguimiento de acciones
- conduce el proceso de adaptación a nivel nacional y acompaña técnicamente a los gobiernos
provinciales y municipales que manifiesten la intención de la incorporación de los principios
y contenidos de la agenda 2030.
- alienta la incorporación de los ODS en los lineamientos estratégicos de las empresas y
organizaciones de la sociedad civil.

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Fuente: Naciones Unidas. Recuperado de:


https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible

En lo que refiere al turismo social, los 5 pilares esenciales vinculados con los
ODS son: la accesibilidad, el medio ambiente, la solidaridad, el comercio
justo y la calidad de vida.

En este sentido, y en base a lo planteado por la OITS (2018), vincularemos los


principios del Turismo Social con los ODS, para poder identificar las estrategias
que los Estados están llevando adelante para el cumplimiento de estos objetivos
globales.

Accesibilidad

Todas las personas tienen derecho al descanso y al ocio.


Las barreras sociales, culturales, físicas, psicológicas y
financieras deben ser tenidas en cuenta para permitir el
acceso al turismo al mayor número de personas.

El artículo 24 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU,


1948) "otorga a toda persona el derecho al descanso, al disfrute del
tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a
vacaciones periódicas pagadas".

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El turismo debe ser accesible en todos los sentidos y, tanto la política


turística como la política social, deben guiar este proceso. Este apoyo de
los poderes públicos junto con el accionar y participación activa de las
organizaciones sociales y de los operadores de turismo social, es
fundamental para alcanzar el objetivo propuesto.

Medio ambiente

El crecimiento tiene límites y el desarrollo


del turismo debe tener en cuenta todo el
ciclo de vida de los recursos para la
protección del medio ambiente.

Gestos como el uso responsable de la energía y el agua, la elección de


productos locales sostenibles, la gestión de los residuos, los medios de
transporte responsables, son esenciales. El sector también debe contribuir
a la sensibilización de las y los clientes en materia de medio ambiente.

El turismo desempeña un importante papel social, cultural y económico


para las regiones y las comunidades locales. Sin embargo, es importante
satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras de
manera equitativa.

Los actores del turismo social participan en la lucha contra el cambio


climático global y el agotamiento de los recursos naturales.

En síntesis, el “desarrollo sostenible del turismo exige la participación


informada de todos los agentes relevantes, así como un liderazgo político
firme para lograr una colaboración amplia y establecer un consenso (...),
debe reportar también un alto grado de satisfacción a los turistas y
representar para ellos una experiencia significativa, que los haga más
conscientes de los problemas de sostenibilidad y fomente en ellos una
práctica turística responsable” (OMT, 2004).

Solidaridad

El turismo tiene un papel que desempeñar


en la tolerancia y la paz en el mundo.

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Por lo tanto, es esencial conciliar el desarrollo del turismo con el respeto a


las comunidades y culturas locales, promoviendo al mismo tiempo los
intercambios.

Los operadores de turismo social y las autoridades públicas desempeñan


un papel crucial en la sensibilización de los visitantes, de los trabajadores
y las trabajadoras y de las comunidades anfitrionas a un turismo
respetuoso.

Asimismo, el turismo social debe promover una efectiva cooperación entre


los miembros de la comunidad y entre comunidades, de modo de
distribuir equitativamente las oportunidades y beneficios que genera la
actividad.

El turismo también debe contribuir a los programas y actividades de


cooperación en los países en desarrollo. En primer lugar, a través del
intercambio de experiencias y buenas prácticas entre
organizaciones/empresas similares en países/regiones desarrollados y
menos desarrollados.

Luego, a través del desarrollo del turismo de voluntariado, mediante el


cual las personas que viajan pueden descubrir nuevas culturas y regiones
al tiempo que ayudan a las comunidades locales (construcción de
escuelas/casas/bibliotecas, ayuda a la agricultura, enseñanza, etc.). Es
muy importante que las necesidades estén claramente definidas y que el
viaje no sea una forma disfrazada de ganar dinero para los operadores.

Comercio justo

El turismo juega un papel importante en la


economía global y local. Los actores del
turismo social trabajan en este entorno y
deben, por tanto, demostrar competencia y
profesionalidad, respetando a las empleadas y los empleados, a los
operadores locales y a la comunidad local.

El comercio justo debe ser una relación comercial basada en el diálogo, la


transparencia y el respeto mutuo, buscando una mayor igualdad en las
transacciones comerciales tanto nacionales como internacionales.

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Los operadores de turismo social se comprometen no sólo a respetar los


derechos de sus trabajadores y trabajadoras y a ofrecerles oportunidades
de desarrollo, sino también a respetar los principios de justicia fiscal hacia
las comunidades en su conjunto. Estos aspectos también conciernen a los
voluntarios y las voluntarias que deben trabajar en condiciones dignas y
con un contrato claro y preciso.

En general, el turismo social favorece el desarrollo económico de las


regiones desfavorecidas, genera oportunidades de empleo para la mano
de obra calificada y no calificada y contribuye a la reducción de las
desigualdades. Este enfoque permite también reorientar a turistas hacia
zonas menos conocidas, contribuyendo así a la contención del turismo de
masas.

Calidad de vida

La experiencia de las
vacaciones genera muchos
beneficios y oportunidades que
son enriquecedoras y
satisfactorias para el individuo. En particular para las escuelas, las y los
jóvenes, las familias, las personas con discapacidad y las personas
mayores que son importantes grupos objetivo de los operadores de
turismo social.

Los agentes del turismo social, en su misión de aportar un valor añadido


no económico, prestan especial atención a los efectos benéficos de las
vacaciones para las y los visitantes en términos culturales, sociales,
psicológicos, educativos y físicos.

En un sentido colectivo, el turismo social juega un papel importante en el


fortalecimiento del tejido social: la construcción de una identidad social,
beneficiosa para la vida familiar y para el desarrollo de las comunidades.

4. Expresiones del turismo social: turismo comunitario, turismo rural,


turismo accesible

En este apartado se abordan teórica y conceptualmente estas “modalidades” y


prácticas turísticas diferentes y no tan habituales, como parte de un grupo de

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expresiones asociadas al turismo social, en el cual el contenido en su programación


(“oferta”) y la orientación hacia objetivos relacionados con el desarrollo local y de
la comunidad residente, la conservación del ambiente, del patrimonio, la cultura
local y las experiencias de intercambio, conforman un hilo conductor para sentar
las bases de un turismo preocupado por la integración, institucionalización y el
ejercicio del derecho al turismo, ya no como una práctica que intenta emular las
alternativas presentadas por el sector de servicios turísticos, sino como un
instrumento de y para la integración y desarrollo socio-económico-cultural.

Por eso es importante destacar que no todas las prácticas de turismo deben o se
basan en principios establecidos por las dinámicas mercantiles.

Existen algunos ejemplos de modalidades y prácticas turísticas sostenibles,


integradoras, comunitarias, responsables y solidarias como los casos que se
presentan a continuación.

a. Turismo comunitario

El turismo comunitario es un modelo de gestión de la actividad turística en el que


la población local de un determinado territorio rural (principalmente familias
campesinas y pueblos originarios) y, a través de sus distintas estructuras
organizativas de carácter colectivo (como cooperativas, asambleas comunales,
asociaciones o grupos de familias asociados de algún modo), ejerce un papel
preponderante en el control de su diseño, ejecución, gestión y distribución de
beneficios.

El turismo comunitario es una forma particular de entender y gestionar la actividad


turística que tiene como eje vertebrador a las necesidades de los residentes de un
destino turístico y cuyo objetivo final es el desarrollo local.

La palabra comunitario representa a un conjunto de personas que tienen algo en


común, que viven juntas, que tienen los mismos intereses, las mismas reglas, etc.
Lo comunitario constituye un sujeto colectivo, con derechos y
obligaciones, constituido en base a la adhesión voluntaria de sus
miembros (individuos o familias), con o sin sustento institucional en el derecho
consuetudinario o en una territorialidad común y su identidad puede nutrirse en un
conjunto de objetivos, valores y normas de participación codificados por sus
miembros.

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A partir de estas consideraciones, se comprende por turismo comunitario a toda


forma de organización empresarial sustentada en la propiedad y la
autogestión de los recursos patrimoniales comunitarios, con arreglo a
prácticas democráticas y solidarias en el trabajo y en la distribución de los
beneficios generados por la prestación de servicios turísticos, con miras a
fomentar encuentros interculturales de calidad con los visitantes.

Existen una multitud de definiciones que caracterizan al turismo comunitario en


mayor o menor medida y lo hacen desde una perspectiva propia que guarda
estrecha relación con el territorio en que se desenvuelve la actividad.

No obstante, estas definiciones coinciden en afirmar que se trata de una forma de


gestión de la actividad turística y no de un producto turístico en particular, como lo
serían el tradicional sol y playa, turismo de aventura, cultural, religioso, etc.

En este tipo de gestión del turismo el elemento distintivo es la participación


real de las comunidades receptoras en la gestión de la actividad, en la que
el rol activo de las y los habitantes del destino turístico se materializa en su
involucramiento en la planificación, implementación y control de la actividad.

El turismo comunitario se identifica con un modelo de turismo que es gestionado


por y para la comunidad y que por tanto avanza en sentido hacia el desarrollo
local.

Los principios fundamentales manifiestos en las prácticas de turismo comunitario


son:

 Solidaridad social: se promueve una efectiva cooperación entre los


miembros de la comunidad y entre comunidades, en un marco de distribución
equitativa de las oportunidades y beneficios que genera la actividad turística.

 Responsabilidad ambiental: consiste en fomentar una conciencia


respetuosa y formas de gestión sostenible de los recursos naturales y de la
biodiversidad, vinculándolas a la defensa de los derechos a la tierra y a los
territorios ancestrales.

 Viabilidad económica: busca incorporar objetivos e instrumentos de


gestión eficientes en el uso y valoración de los recursos que se movilizan,
buscando beneficios que permitan remunerar convenientemente el trabajo y
las inversiones realizadas.

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 Enriquecimiento cultural: propicia experiencias y encuentros


interculturales de calidad entre las y los visitantes y las comunidades
anfitrionas, respetando las expresiones de la identidad cultural. (Pezzoni,
2013)

Por su impronta territorial, participativa y democrática, en el turismo


comunitario la gestión de los recursos locales responde a una lógica
comparable con los valores de la economía social, es decir, debido a su
establecimiento en el territorio mediante emprendimientos con contenido
identitario y de pequeña escala, el turismo comunitario responde a una lógica que
se encuentra en mayor sintonía con la economía social, que con, la economía de
mercado.

La economía social engloba a aquellos movimientos e iniciativas sociales que nacen


con la voluntad de satisfacer las necesidades que sus miembros no han podido
resolver por medio de las vías convencionales del mercado o las actividades
productivas tradicionales.

Del mismo modo, resulta oportuno destacar que, en general, estos pueblos ya
enfocan sus actividades productivas en base a los principios de la economía social,
es decir, se dedican a la economía comunitaria familiar y en la que el turismo es o
podría ser una actividad de desarrollo complementaria.

Este enfoque económico-social tiene como objetivos las prácticas productivas que
prioricen el trabajo decente, la generación de nuevos empleos y el desarrollo de la
economía local.

En este sentido la cooperativa, como estructura de organización-empresa,


representativa de la economía social, se insinúa como la mejor entidad facultada
para interpretar y potenciar los efectos del turismo comunitario.

Lo expuesto hasta aquí sobre las experiencias de turismo comunitario permite


observar, que en general se desarrollan en su mayoría en áreas rurales. Por esta
razón se puede establecer que el turismo comunitario pertenece a una categoría
mayor, denominada turismo rural (que abordaremos en mayor detalle más
adelante).

Pero se debe resguardar el concepto de turismo comunitario evitando que sea


confundido con modalidades sintonizadas con el estilo de desarrollo turístico
hegemónico.

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Entonces, cabe repetir y remarcar que el turismo comunitario, si bien pertenece a


la categoría de turismo rural, es una alternativa de desarrollo para los pueblos y
una ventana para el desarrollo local, más que un paquete de servicios y tácticas
preconcebidas para lograr un crecimiento económico a corto plazo. Por lo tanto, va
más allá del turismo rural porque pretende tener control en la gestión estratégica y
no sólo operativa de la actividad turística. (Crispín, 2012)

b. Turismo rural

El turismo rural surge de manera espontánea a partir de que las sociedades


comienzan a valorar más la vida rural, a apreciar las actividades de los actores
sociales rurales, de sus productos típicos y de los paisajes naturales y por la
preocupación por el cuidado del medio ambiente.

Al mismo tiempo las estrategias de desarrollo local incorporan la noción de


multifuncionalidad de los espacios rurales y comienzan a valorizar los recursos
naturales, el patrimonio cultural, los paisajes y las identidades locales.

De esta manera, el campo ya no es sólo un sostén de la producción agropecuaria y


de bienes agrícolas, a partir de estas nuevas nociones, va a convertirse en un
espacio de recreación y ocio de las y los habitantes urbanos, a la vez que aparecen
nuevos perfiles de turistas.

A partir del nuevo siglo, algunos gobiernos -entre ellos, los latinoamericanos-
adecuaron políticas para comenzar a diseñar un desarrollo rural basado en un
enfoque territorial más amplio y una de las actividades de mayor difusión fue el
turismo. Para algunos/as productores/as, esta nueva actividad funcionó como una
alternativa económica, complementaria a la producción tradicional, que permitió
re-pensar y re-utilizar recursos ociosos.

Se puede decir entonces, que el desarrollo e incremento del turismo rural surge
por dos razones principales:

 la crisis sectorial que motivó a personas dedicadas a la agricultura y


ganadería a buscar otras alternativas, y
 la visualización de una demanda creciente a partir de un sector dinámico
como el turismo.

Argentina es pionera en el desarrollo de emprendimientos de turismo rural y es


tomada como ejemplo en el resto de los países latinoamericanos. La crítica

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situación de una parte del sector agropecuario fue lo que dio impulso al turismo
rural, configurándose, en algunos casos, como la única manera viable de mantener
estos establecimientos.

La práctica de turismo rural en la Argentina es muy variada y es llevada a cabo por


una heterogeneidad de actores sociales, entre los que se incluyen actores
provenientes de sectores no agropecuarios que incursionan en esta actividad
realizando una diversificación de sus actividades o reorientándolas hacia este tipo
de emprendimientos que muestran un mercado en expansión.

Por las características y diversidad de espacios rurales, en Argentina el turismo


rural se vincula tanto a recursos naturales (lagos, ríos, reservas y parques), como
a recursos culturales (conocimiento de diversas culturas y a la existencia de restos
arqueológicos, donde la singularidad cultural de cada uno de los pueblos es uno de
los principales atractivos).

Ahora bien, más allá de los procesos históricos, institucionales y de los contextos
socio-económicos a partir de los que surge el turismo rural, es importante
comprender conceptual, operativa y estratégicamente que implica el desarrollo del
mismo.

El turismo rural es una categoría integradora que comprende a aquellas


actividades turísticas que gestionan el patrimonio cultural y natural de las
localidades para generar una oferta turística en el espacio rural, destinada a una
demanda que desea disfrutar de una experiencia bucólica2 en su tiempo libre.

Para avanzar en el abordaje y conocimiento del turismo rural, se proponen a


continuación algunas definiciones:

Para la Organización Mundial del Turismo (OMT, 1993), el Turismo


Rural comprende: “el conjunto de actividades que se desarrollan en un
entorno rural, excediendo el mero alojamiento y que pueden constituirse,
para los habitantes del medio, en una fuente de ingresos
complementarios a los tradicionalmente dependientes del sector primario,
convirtiéndose en un rubro productivo más de la empresa agropecuaria”.

Por otro lado, ampliando el concepto e incluyendo los recursos, el


patrimonio y la comunidad local, para el Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (INTA, 2015): el turismo rural se construye

2
adj. Que evoca de modo idealizado el campo o la vida en el campo.

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en torno a las producciones locales y a los recursos culturales, históricos y


naturales, agrega valor a los productos y brinda alternativas de
diversificación para el crecimiento económico y la mejora de la calidad de
vida de la familia rural. A su vez, contribuye a la preservación de la
arquitectura de los pueblos tradicionales, de la cultura y las tradiciones.

Por su parte, el Proyecto Nacional de Turismo Rural (PRONATUR)3 y


define al turismo rural como: toda modalidad turística recreativa que se
desarrolla en establecimientos del ámbito rural o en sus inmediaciones, y
que permite al visitante conocer, compartir y aprender otras costumbres y
tradiciones, a través de actividades cotidianas, productivas y culturales,
sensibilizándolo sobre el respeto y valor de la identidad cultural de las
comunidades y pueblos rurales.

Otras definiciones sobre turismo rural agregan características que deben ser
tenidas en cuenta. Por caso, la OCDE (1998) especifica que en el turismo rural
deben evidenciarse:

 se desarrolla en poblados menores a 10.000 habitantes y con hasta 150


habitantes por kilómetro cuadrado,
 entorno y alrededores naturales,
 bajo nivel de infraestructura,
 actividades de ocio personalizadas,
 poco desarrollo de actividades turísticas,
 negocios comerciales pertenecientes a propietarios locales.

A estas características se suman otras tales como: se desarrolla en espacios


abiertos con actividades al aire libre, respeta el ambiente original natural, se
establece una relación directa con los visitantes, se trabaja con bajo número de
visitantes, etc.

Incluye toda actividad que desarrolla el turista en el medio rural, siendo, en primer
lugar, actividades de turismo rural aquellas que se realizan en los establecimientos
agropecuarios que abren sus puertas (con o sin alojamiento) a las personas para
observar (y, eventualmente, participar) de las siguientes actividades
(diversificadas o no) realizadas en el interior de uno o más predios:

3
El PRONATUR fue iniciado en el año 2008 con financiamiento del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), en el marco del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP) del
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, con responsabilidad compartida de, la entonces,
Secretaría de Turismo de la Nación y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

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 ganadería, granja y apicultura,


 agricultura, incluyendo floricultura, cultivos bajo cubierta, hidroponía, etc.,
 apicultura,
 actividades agroindustriales, principalmente artesanales,
 cabalgatas y deportes hípicos,
 paseos / senderismo, avistaje de flora y fauna y observación de entornos
naturales,
 actividades de fabricación y venta de artesanías,
 actividades étnico culturales,
 gastronomía regional,
 safaris fotográficos,
 ecoturismo,
 travesías,
 circuitos fluviales y marítimos en el entorno rural.

Tanto el conjunto de definiciones conceptuales como operativas abordadas para


comenzar a comprender este tipo de turismo establecen el punto de partida que
permiten pensar al turismo rural como una estrategia y un instrumento
para el desarrollo de los territorios ya que dinamiza las economías
regionales y el trabajo local. Al tiempo que se presenta como una de las
iniciativas más relevantes del desarrollo turístico inclusivo y equitativo
porque incluye a los pueblos originarios y campesinos a la actividad turística, a
través de mecanismos de gestión comunitaria participativa.

A estos importantes aspectos, se le suman otros impactos positivos tales como:


creación de empleo, fomento del arraigo rural, empoderamiento de la mujer,
mitigación de la migración rural-urbana, revalorización del patrimonio natural,
cultural y comunitario, entre otros.

En la práctica de este tipo de turismo, visitantes y vecinos/as se encuentran,


intercambian, se conocen y se afianzan vínculos humanos desde los paisajes, los
programas y servicios y también desde las historias.

El turismo rural permite diversificar las propuestas productivas y ese aporte al


desarrollo local, como objetivo estratégico es posible a partir de la creatividad y la
innovación que los saberes locales, en conjunto con los aportes técnicos
profesionales, generan.

El trabajo colectivo y comunitario que el turismo rural propicia y requiere es clave


para promover el desarrollo basado en el asociativismo, la colaboración y el
intercambio que cobran sentido a partir de la sinergia entre sujetos,

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organizaciones y organismos de los Estados nacionales, provinciales y municipales


que se vuelve indispensable.

Esta forma de gestión del turismo permite a las y los residentes revalorizar su
territorio, visibilizar sus saberes, compartir sus productos y servicios y abrir las
puertas de sus hogares para recibir a quienes buscan un turismo diferente y para
proponer una forma de viaje que signifique mucho más que relajación o diversión;
sino una forma de viaje que habilite el intercambio de nuevos conocimientos y
nuevos vínculos.

También, este enfoque de turismo requiere que el/la profesional en turismo (como
agente de desarrollo) con una fuerte presencia territorial debe asuma el
compromiso de ser parte de este entramado de articulaciones institucionales que
aportan y propician la inclusión y la puesta en valor de posibilidades para el
trabajo y el desarrollo. (Ercolani, 2010)

c. Turismo accesible

Las personas con discapacidad suponen un 15% de la población global total (OMS,
2017) y como consecuencia de su creciente grado de integración económica y
social participan cada vez con mayor frecuencia en actividades turísticas.

No obstante, los impedimentos, barreras y dificultades de todo tipo que aún


persisten impiden el acceso regular y normalizado a los bienes y servicios
turísticos.

La supresión o atenuación de estas barreras que limitan la práctica del turismo por
parte de las personas con discapacidad viene exigida no sólo por los principios de
igualdad de derechos y oportunidades y no discriminación que rigen hoy en el
mundo, sino que representa también una medida eficaz para incorporar a nuevos
grupos de ciudadanos y ciudadanas a las actividades relacionadas o derivadas del
turismo, contribuyendo así al crecimiento de un sector económico que tiene una
directa incidencia en la generación de riqueza y empleo para toda la sociedad.

Estas barreras, producto de un diseño pensado en el prototipo de ciudadano/a


medio, unidas a la falta de sensibilización de la sociedad, han impulsado el
desarrollo organizativo de este sector de población, reclamando su plena
integración e igualdad de oportunidades y nuevas políticas sociales dirigidas a
garantizar su calidad de vida.

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Esta realidad incuestionable ha llevado al movimiento asociativo de personas con


discapacidad a proclamar una serie de criterios en materia de turismo y
discapacidad que pueden sintetizarse en una suerte de decálogo, en el que quedan
sintetizadas las aspiraciones del sector social de la discapacidad en lo que a
turismo se refiere.

Estos diez principios serían los que siguen (Pérez – Velazco, 2003):

1º. Las personas con discapacidad y, especialmente, aquéllas con problemas


de movilidad o comunicación, tienen derecho al acceso regular y
normalizado a los bienes y servicios turísticos de toda índole.

2º. Los problemas de movilidad o de comunicación que puedan presentar las


personas con discapacidad no servirán nunca de base para prohibir,
negar, limitar o condicionar su acceso a los bienes y servicios turísticos,
en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía.

3º. Los poderes públicos, en sus distintos niveles (nacional, provincial y


local), establecerán y velarán por el cumplimiento de normas jurídicas y
técnicas uniformes que aseguren el libre acceso de las personas
discapacitadas a los bienes y servicios turísticos.

4º. Los poderes públicos promoverán programas y acciones dirigidos a


fomentar la accesibilidad y la eliminación progresiva de las barreras y
obstáculos que impiden o dificultan el acceso con seguridad y comodidad
a servicios turísticos satisfactorios.

5º. El turismo accesible, su promoción y fomento es responsabilidad también


de todas las instancias privadas (operadores turísticos, agencias de
viaje, proveedores de transporte o alojamiento o responsables de
atracciones turísticas, etc.)

6º. La accesibilidad de los bienes y servicios turísticos debe provenir de la


libre decisión de los agentes turísticos, convencidos de que el turismo
debe ser para todas las personas, además de una responsabilidad social,
una oportunidad de negocio y una ventaja competitiva para los
productos y servicios de turismo y ocio que ofrecen y prestan.

7º. Las autoridades públicas y los agentes privados que operan en el ámbito
turístico deberán tener muy en cuenta, a efectos de ofrecer ventajas
tarifarias y de contratación de productos y servicios turísticos, la

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situación de objetiva desventaja de la que parten las personas con


discapacidad.

8º. La posibilidad de acceso y utilización libre de los bienes y servicios


turísticos por parte de las personas con discapacidad será uno de los
elementos que se tomarán en consideración a la hora de acreditar,
otorgar y reconocer calificaciones de calidad a los establecimientos e
instalaciones turísticos (por ejemplo: estrellas para los hoteles, etc.)

9º. Todos los materiales y los servicios de información turística deberán


recoger obligatoriamente menciones a las condiciones de accesibilidad de
los bienes y servicios turísticos ofrecidos, de modo que las personas con
discapacidad puedan conocer con exactitud y anticipadamente las
posibilidades en cuanto a libre acceso de las ofertas turísticas.

10º. El movimiento social de la discapacidad invita, a las autoridades, a los


gobiernos nacionales, a las administraciones provinciales y locales, así
como a los operadores privados del ámbito del turismo a sumar
esfuerzos para hacer del turismo un espacio libre de obstáculos y
barreras abierto a todas las personas.

Con la implementación de líneas de acción, tales como las descriptas, se busca


avanzar en la no discriminación, en el acceso al turismo por parte de todas las
personas; aportando valor añadido a la oferta turística; dando satisfacción a las
demandas de un conjunto de ciudadanos y ciudadanas que no siempre se han
visto atendidos en su dimensión de sujetos de derecho en el acceso al turismo.

Para profundizar sobre todas estas cuestiones planteadas, en Argentina existe un


conjunto de normativas, documentos, decretos y regulaciones, que adquiere su
máxima expresión con la Ley N° 22.431 y su modificatoria, la Ley 24.314 (ambas
del 1994) del “Sistema de Protección Integral de los Discapacitados”.

En lo que respecta a la discapacidad y turismo, en 2002 se sancionó la Ley 25.643


de “Turismo accesible y para personas discapacitadas” que determina que las
prestaciones de servicios turísticos deberán adecuarse a los criterios universales de
la Ley 24.314 y el Decreto Reglamentario N° 914/97.

En su artículo 1 define al turismo accesible como “el complejo de actividades


originadas durante el tiempo libre, orientado al turismo y la recreación, que
posibilitan la plena integración —desde la óptica funcional y psicológica— de las
personas con movilidad y/o comunicación reducidas, obteniendo durante las

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mismas la satisfacción individual y social del visitante y una mejor calidad de


vida”.

Asimismo, la Ley 25.643:

 Identifica como personas con movilidad y/o comunicación reducidas a las


comprendidas en el artículo 2° de la Ley 22.4314, como también aquellas que
padezcan alteraciones funcionales por circunstancias transitorias, cronológicas
y/o antropométricas (Art. 2).
 Plantea la obligación de las agencias de viajes de informar a las personas con
movilidad y/o comunicación reducidas y/o grupo familiar y/o acompañante
sobre los inconvenientes e impedimentos que pudiere encontrar en la
planificación de un viaje que obstaculizaran su integración física, funcional o
social y, a su vez, la obligación de comunicar a los prestadores de servicios
turísticos sobre las circunstancias referidas en el artículo 2° a los fines de que
adopten las medidas que las mismas requieran (Art. 3).
 Establece que las prestaciones de servicios turísticos deberán adecuarse de
conformidad con los criterios del diseño universal establecidos en la Ley
24.314 y decreto reglamentario 914/97, gradualmente en los plazos y
proporciones que establezca la reglamentación. Del mismo modo, deberán
identificar los mismos con los símbolos IRAM o por las que el organismo de
turismo nacional y/o los organismos en los cuales las provincias deleguen
estas funciones (Art. 4).
 Insta a adecuar el material institucional de difusión de la República Argentina
para la comprensión gráfica, visual y/o auditiva por parte de las personas con
movilidad y/o comunicación reducidas (Art. 5).

Entonces, según lo expuesto, desde hace años las instituciones nacionales e


internacionales han venido trabajando activamente a favor de la promoción de
mejores condiciones de vida para las personas con discapacidad.

No obstante, lo establecido en torno a la accesibilidad en general y la accesibilidad


-en un sentido amplio- en el turismo en particular, es necesario especificar y
definir con un mayor grado de exactitud, el turismo accesible en cuanto práctica
turística propiamente dicha.

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Se considera persona con discapacidad a toda persona que padezca una alteración funcional
permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y medio social implique
desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral.

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El turismo accesible se ha concebido desde sus inicios como aquel que garantiza el
uso y disfrute del turismo por las personas que presentan alguna discapacidad
física, psíquica o sensorial.

Es decir, el turismo accesible está vinculado al desarrollo de actividades turísticas


por y para personas que presentan problemas de accesibilidad y funcionalidades
diferentes.

Pero como se mencionó anteriormente, en este caso, el concepto de accesibilidad


es tomado de una forma amplia, ya que la accesibilidad no es sólo necesaria para
las personas con discapacidad, sino que también la accesibilidad se hace extensiva
a las personas mayores, familias con niños pequeños, personas con enfermedades
temporales o crónicas entre otros.

Así, se trata de mejorar y hacer accesibles los espacios turísticos y de ocio en


respuesta a la demanda surgida en este ámbito por personas que presentan algún
tipo de funcionalidad diferente, pero comprendiendo y proponiendo un nuevo
paradigma en el que la accesibilidad implica también la posibilidad de acceso e
integración a la práctica turística, en función de determinadas situaciones socio-
económico-culturales de exclusión.

Desde esta perspectiva entonces, la accesibilidad en el turismo conforma y se


presenta como un derecho social que concierne a todos pero que va más allá,
alcanzando el grado de derecho fundamental y enlazado con el desarrollo humano,
esto es, con el pleno desarrollo de la dignidad humana, y a su vez, con el acceso a
las condiciones mínimas de ciudadanía.

Estas consideraciones, hacen evidente la relación que existe con el turismo social,
que, junto con el turismo accesible, son unos de los instrumentos más importantes
para alcanzar plenamente el derecho al turismo.

Estaríamos así, ante la idea de un Turismo para Todos:

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Fuente: Pérez – Velazco, 2003

5. Bibliografía

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grado. Facultad de ciencias económicas. Universidad Nacional de La Plata.

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Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (2015). El turismo rural como


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Ley 25643/2002. Turismo Accesible y para personas discapacitadas

Minnaert, L. (2007). Social Tourism: a potential policy to reduce social exclusion?


PhD. Tesis. University of Westminster: Westminster Research.

Organización de Naciones Unidas - ONU (1948). Declaración Universal de Derechos


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Organización Internacional de Turismo Social - OITS (1996). Declaración de


Montreal. Por una visión humanista y social del turismo.

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objetivos de desarrollo sostenible. OITS: documento en línea.

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Industria de Viajes y Turismo. OMT: documento en línea.

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Perez, D.; Velazco, D. (2003). Turismo Accesible, hacia un turismo para todos.
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