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CSJN, “Universidad Bartolomé Mitre”, 05/03/1969

Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación.


Fecha: 05/03/1969
Partes: Universidad Bartolomé Mitre
Publicado en: ABELEDO PERROT Nº: 35030366

TEXTO COMPLETO
Dictamen Del Procurador General.
Con arreglo a lo establecido en el art. 14, inc. 1, ley 48, es procedente el recurso
extraordinario interpuesto contra la sentencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Federal y Contencioso Administrativo que resolvió dejar sin efecto el decreto 121/1968, por
el cual el Poder Ejecutivo de la Nación retiró a la Universidad Bartolomé Mitre, de Olivos
(provincia de Buenos Aires) la autorización para funcionar de acuerdo con el régimen de la
ley 17604, y dispuso su clausura definitiva.
El tribunal apelado se pronunció en la forma indicada por considerar que aquellas medidas
fueron adoptadas con menoscabo del derecho constitucional de defensa que ampara a la
Universidad Bartolomé Mitre, derecho para cuya protección el fallo de fs. 53/59 ha
declarado apta la vía que acuerda el art. 14, ley 17604.
La exigencia relativa a que las atribuciones reconocidas al Poder Ejecutivo por dicha ley no
han de ser ejercitadas con sustancial desmedro de la garantía del art. 18, CN., así como la
posible extensión a esta última de la tutela jurisdiccional que se requiera por medio del
recurso del mencionado art. 14, son aspectos de la decisión que el recurso extraordinario
obrante a fs. 64/77 no controvierte, ni parecen, por lo demás, impugnables con fundamento
válido.
Lo que esa apelación afirma es, en cambio, que las actuaciones seguidas en sede
administrativa hasta la sanción del decreto 121/1968 comportaron un procedimiento regular,
en el que fue acordada al establecimiento de enseñanza clausurado posibilidad de defensa
compatible con la garantía constitucional antes citada.
A tal respecto, el secretario de Estado de Cultura y Educación, firmante del escrito de
recurso, hace expresa referencia a las constancias que en el expte. agregado n. 109.238/67
son anteriores a la vista de fs. 131 del mismo, conferida al rector de la Universidad
Bartolomé Mitre. En particular, solicita que se atienda especialmente a la notificación de fs.
112 de esos obrados, y a la naturaleza de los cargos emergentes de los informes de fs.
119/121 vta. y 131 vta., 132, objeto de la aludida vista; y se extiende, también, acerca de la
posibilidad que así fue brindada para contestar aquellas imputaciones, y sobre los términos
de la presentación que el rector efectuó a fs. 132 vta.
Estimo, sin embargo, que aun cuando se compartiere la argumentación desarrollada para
cuestionar la conclusión de la sentencia atinente a que el procedimiento observado hasta la
diligencia de fs. 131 del expte. n. 109.238/67, ya mencionada, no satisfizo los requisitos de

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la defensa en grado compatible con el art. 18 , CN., aún así, repito, el pronunciamiento final
dictado por el a quo igualmente debería, a mi parecer, mantenerse.
Así lo entiendo, porque creo que no es posible aseverar que el retiro a la Universidad
Bartolomé Mitre de la autorización para funcionar de acuerdo con el régimen de la ley 17604
, y su consiguiente clausura, hayan sido medidas que el Poder Ejecutivo estimó de
indispensable adopción sólo con los elementos de juicio reunidos con anterioridad al informe
del veedor designado por resolución 1561 del secretario de Estado de Cultura y Educación,
fechada el 13/12/1967 (fs. 6 del expte. n. 117.725/67).
En efecto, un detenido examen de los antecedentes del caso y de los considerandos del
decreto 121/1968, conduce más bien a interpretar que el juicio sobre la insoslayable
necesidad de aquellas medidas estuvo fundamentalmente determinado por la gravísima
situación que puso de manifiesto el informe del aludido veedor (fs. 7/16 del citado expte. n.
117.725/67), mucho más amplio que aquellos que conoció el rector de la universidad, no
sólo en cuanto al número y entidad de las irregularidades imputadas, sino también en orden a
una más detallada y concreta enunciación de las mismas, aspecto éste de indudable
significación para el adecuado ejercicio del derecho de defensa.
Apoyan la conclusión asentada en el párrafo precedente, en primer lugar, los términos de la
nota por la cual la Dirección Nacional de Reglamentaciones de Altos Estudios solicitó la
designación del veedor, pues de ella se infiere que el 12/12/1967 se consideraba todavía
necesario "un minucioso esclarecimiento de los hechos"; y, en segundo lugar, la propia
resolución que designó a ese funcionario (ver consid. 2, y pto. 2, incs. a y b de la misma),
designación que aparecería superflua, como todas las diligencias posteriores (ver
especialmente fs. 22/28 del expte. n. 117.725/67), si el temperamento adoptado por el Poder
Ejecutivo debiera entenderse determinado únicamente por los elementos de juicio de los que
tuvo conocimiento la Universidad Bartolomé Mitre.
En cuanto a los considerandos del decreto 121/1968, también revelan, a mi parecer, la
gravitación que en el caso tuvo el informe varias veces recordado. En efecto, algunos de los
cargos de los que aquéllos hacen mérito no encuentran otro antecedente concreto en las
actuaciones administrativas acompañadas; y, por otra parte, mientras dichas actuaciones
versaron, casi exclusivamente, sobre situaciones planteadas en la Facultad de Derecho de la
Universidad de que se trata, la clausura de esta última aparece sustancialmente fundada en la
circunstancia de que las anomalías comprobadas no se limitaban a determinadas facultades o
escuelas dependientes de ella, sino que se extendían a su funcionamiento general (ver consid.
3), lo cual, en paridad, surge de la investigación practicada por el veedor.
Así, pues, comparto el criterio del tribunal a quo en cuanto a que los procedimientos
posteriores a la resolución 1561/1967, seguidos sin participación de la Universidad
Bartolomé Mitre, han colocado a ésta en situación de efectiva indefensión. En consecuencia,
y como ya lo adelanté, pienso que corresponde confirmar el fallo apelado, lo cual, claro está,
no constituirá obstáculo para un nuevo y regular ejercicio de las atribuciones que al Poder
Ejecutivo acuerda la ley 17604 , atribuciones que, cabe señalarlo, la sentencia en recurso no
ha desconocido.- Eduardo H. Marquardt.
Buenos Aires, marzo 5 de 1969.
Considerando:
1) Que estas actuaciones fueron iniciadas por la Universidad Bartolomé Mitre, de Olivos,
provincia de Buenos Aires, a raíz de que por decreto PEN 121, de 25/1/1968, se le retiró la
autorización para funcionar de acuerdo con el régimen de la ley 17604 , y se la clausuró

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definitivamente. Ejerciendo el derecho que le confiere el art. 14 , ley citada, aquélla
interpuso el correspondiente recurso de apelación ante la Cámara Federal, que fue admitido,
y en cuya virtud el a quo dejó sin efecto el decreto citado.
2) Que contra ese pronunciamiento el secretario de Estado de Cultura y Educación interpuso
recurso extraordinario, que es procedente por haberse cuestionado la validez de una
resolución de Gobierno y ser la decisión contraria al derecho que en ella funda el apelante
(art. 14, incs. 1 y 3, ley 48).
3) Que el fallo de la Cámara establece que si bien el mencionado art. 14 , ley 17604 crea el
recurso que dedujo la actora "al solo efecto devolutivo y fundado en la interpretación de la
ley", se debe considerar que él acuerda al tribunal "la potestad de revocar o anular la decisión
administrativa, sobre los hechos controvertidos, si ella fuera suficientemente irrazonable, o
se apoyara tan sólo en la voluntad arbitraria o en el capricho de los funcionarios, o implicara
denegación de la defensa en juicio".
4) Que a la luz de esa interpretación y después de haber analizado los diversos antecedentes
que obran en los expedientes agregados por cuerda, la Cámara estima -sin abrir juicio acerca
de la cuestión de fondo planteada- que no existió en el caso el "debido proceso" por cuanto
la Universidad Bartolomé Mitre se ha visto impedida de ejercer efectiva y debidamente su
defensa mediante el aporte de pruebas y demás elementos de convicción tendientes a
impugnar las conclusiones a que llegó el veedor designado por el secretario de Estado de
Cultura y Educación, y sobre cuya base se dictó el decreto del Poder Ejecutivo que motiva
estas actuaciones.
5) Que dado el fundamento en que se apoya el fallo para dejar sin efecto el decreto 121/1968
-indefensión de la Universidad actora y violación, por ende, de la garantía que consagra el
art. 18 , CN.- y no hallándose en tela de juicio las facultades que en materia de
funcionamiento de establecimientos universitarios privados competen en forma. exclusiva al
Poder Ejecutivo Nacional con arreglo a lo dispuesto por el art. 1 , ley 17604, corresponde
verificar si efectivamente se ha producido la indefensión que afirma el a quo, o si, por el
contrario, como se sostiene en el escrito de interposición del recurso, la Universidad
Bartolomé Mitre tuvo oportunidad de ser oída y efectuar los descargos que estimara
pertinentes con motivo de la investigación dispuesta en ese establecimiento educacional.
6) Que de las constancias obrantes en el expte. n. 109.238/67 se desprende que con motivo
de la consulta formulada por el rector de la Universidad Bartolomé Mitre sobre la situación
de los alumnos de universidades privadas no reconocidas por la Dirección Nacional de
Reglamentaciones con Altos Estudios (fs. 8/10). Se citó al rector a fin de hacerle saber la
respuesta a dicha consulta (fs. 111). Con posterioridad, se encomendó al asesor letrado de
esa Dirección una visita de inspección a la Universidad (acta de fs. 118), que motivó la nota
de fs. 113/115, donde el rector explicó la situación creada a los alumnos que se encontraban
en las condiciones antedichas y acompañó una nómina de los mismos.
7) Que por nota del 24/11/1967, glosada a fs. 119/120, se dio cuenta del resultado de la
inspección practicada en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, dependiente de la
Universidad mencionada, que arrojó las siguientes comprobaciones: a) documentación
incompleta de algunos legajos de alumnos; b) alumnos provenientes de establecimientos
privados no registrados ni inscriptos en el Servicio de Observación Provisional; c) carácter
"condicional" de las diversas inscripciones; d) firmas dubitables; e) inscripción en el fichero
general de alumnos de quienes provenían de establecimientos no inscriptos ni registrados; f)
exámenes rendidos por alumnos "condicionales".

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8) Que una nueva inspección, cumplida tres días después de la anterior, motivó la nota que
corre a fs. 121, siempre del mismo expediente, en la que el asesor letrado puntualiza las
irregularidades comprobadas destacando, en resumen, que "de las inspecciones realizadas los
días 17 y 24 del corriente se desprende que no obstante haber resuelto oportunamente no
aceptar alumnos provenientes de otras Universidades que no sean las estatales o privadas
reconocidas", el Consejo Superior de la Universidad Bartolomé Mitre dispuso inscribirlos y
hasta se les permitió rendir exámenes junto con los alumnos regulares de la institución; todo
ello no obstante habérsele aclarado al rector, por parte de esta Dirección Nacional, que sólo
podía "tomarse nota" de dichos alumnos, sin proceder a su inscripción definitiva. También se
ha comprobado que a fs. 131 del Libro de Actas de Consejo Superior de la Universidad, en
acta interrumpida y carente de firmas, se transcribió una resolución convalidando materias
rendidas en un establecimiento no registrado ni inscripto en el Servicio de Observación
Provisional; resolución que es invocada por el decano de la Facultad para convalidar las
materias rendidas por el alumno Picca en la Universidad de Morón,
9) Que a fs. 131 se encuentra agregada la nota de fecha 4/1/1967, suscrita por el rector y el
secretario general de la Universidad Bartolomé Mitre, cm la que hace saber "que ha tomado
nota de algunos alumnos de Derecho de otras universidades privadas que solicitaron su
inscripción, pero sin proceder a la misma, hasta tanto sean conocidas las condiciones que fije
el decreto de referencia, condiciones que serán íntegramente acatadas, no procediendo
ningún caso en contra de las mismas o sin la audiencia de esa dirección nacional".
10) Que esa comunicación dio motivo al proveído de fs. 131 vta. a fin de que el asesor
letrado informara sobre las fechas de inscripción de los alumnos cuya nómina corre a fs.
116/117. El resultado de esa investigación permitió comprobar que con posterioridad a la
nota antes mencionada, la Universidad actora procedió a recibir solicitudes de inscripción,
abriendo los respectivos legajos (informes de fs. 131 vta.).
11) Que a fs. 132 la Dirección Nacional de Reglamentaciones de Altos Estudios dispuso "dar
vista de los informes que corren de fs. 119 a 121 vta. y 131 vta. a 132 al rector de la
Universidad Bartolomé Mitre de Olivos, en cumplimiento de lo dispuesto en el art. 2 del
decreto 7765 del 18/9/1963, y concédasele la audiencia como solicita a fs. 115".
Respondiendo a esa vista de las actuaciones, el rector dio, de su puño y letra, una explicación
parcial y limitada respecto de las irregularidades comprobadas, agregando al final como
disculpa: "Lamento profundamente que, al presentárseme el Libro de Actas para la firma, no
me hubieran informado de qué se trataba o me dijeran quizás otra cosa. Prometo que esto no
se repetirá. Llamé fuertemente la atención al decano de la Facultad de Derecho y al
secretario general" (fs. 132 vta.).
12) Que, como complemento de toda esa actividad desplegada en la universidad por la
persona encargada de investigar los hechos acaecidos en la misma, el secretario de Estado de
Cultura y Educación, por resolución del 13/12/1967, designó veedor en la Universidad
Bartolomé Mitre de Olivos (provincia de Buenos Aires), al Dr. Roberto Paine, con la
siguiente misión: "a) vigilar el estricto cumplimiento por la universidad de las normas
legales vigentes, y comunicar de inmediato a esta Secretaría de Estado cualquier anomalía o
irregularidad que llegare a su conocimiento; b) efectuar una minuciosa investigación de todo
lo actuado por las autoridades de dicha universidad desde la fecha de su inscripción en el
Servicio Nacional de Observación Provisional de Reglamentaciones de Altos Estudios; c)
elevar un informe al término de su gestión, en el que se haga una relación pormenorizada de
los resultados de la misma" (fs. 4/5 del expte. n. 117.725/67).
13) Que los informes y actuaciones del veedor, agregados a fs. 7/27 del expte. n. 117.725/67,
corroboraron y ampliaron las graves irregularidades puestas de manifiesto en los informes de

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fs. 119/121 y 131 vta. /132 del expte. n. 109.238/67 "configurando una situación a la que
sólo puede ponerse remedio mediante la clausura definitiva de dicho establecimiento"
(informe de fs. 28/30). Y si bien es cierto que de esa actuación del veedor no se dio vista a la
Universidad Bartolomé Mitre, esta Corte no considera, en las particulares circunstancias de
autos, que su falta de conocimiento sea suficiente para dejar sin efecto el decreto PEN
121/1968 -por el cual se retiró a dicho establecimiento educacional la autorización para
funcionar de acuerdo con el régimen de la ley 17604 - sobre la base de una pretendida
indefensión por parte de aquélla, única razón en que se funda el pronunciamiento apelado al
admitir el recurso de la actora.
14) Que ello es así, en primer término, porque en la especie sub examine no se trata
precisamente de un proceso incoado contra la Universidad Bartolomé Mitre, en el cual deban
cumplirse las etapas propias de ese tipo de actuaciones -judiciales o de carácter contencioso
administrativo- sino de las verificaciones tendientes a comprobar si la actividad desarrollada
por la Universidad se ajustaba a las normas establecidas en la ley 17604 para funcionamiento
de esa clase de establecimientos, extremo cuya apreciación sólo compete al Poder Ejecutivo.
En segundo lugar, porque, como se dijo, la Dirección Nacional de Reglamentaciones de
Altos Estudios dio vista a aquélla de las actuaciones producidas en el expte. n. 109.238/67,
sin que la interesada proporcionara explicaciones satisfactorias ni aportara datos o pruebas
demostrativas de su falta de responsabilidad en las graves irregularidades comprobadas. Por
el contrario, luce a fs. 132 vta. de dichas actuaciones el categórico reconocimiento de la
verdad de una seria imputación, acompañado de la promesa de no reincidir y extendido de
puño y letra por el rector del establecimiento clausurado.
15) Que no obsta a la conclusión precedente el hecho de que la Universidad no hubiera
tomado conocimiento del informe final del veedor, puesto que las comprobaciones
efectuadas por éste no hicieron más que corroborar y ampliar, en otros aspectos, la existencia
de las graves anomalías e irregularidades verificadas anteriormente, no desvirtuadas por
aquélla, pese a las oportunidades de defensa de que dispuso sin ninguna clase de retaceos.
Cabe señalar, en ese sentido, que la afirmación de la Cámara acerca de que los informes
anteriores "se relacionaban con un aspecto muy limitado del asunto, referente a la situación
de los 47 alumnos tantas veces mentados", no se compadece con lo que se desprende de la
lectura de los informes de fs. 119/120 y 121, pues con prescindencia de lo que atañe a esos
alumnos, el segundo fue bien explícito al dejar constancia de que a partir del acta 42, del
4/4/1966, ninguna lleva estampada al pie la firma del rector de la Universidad; que existen
actas inconclusas; inscripciones irregulares; convalidación indebida de materias; deficiencias
en legajos de profesores; reiterada impuntualidad y falta de contracción docente; designación
de docentes no ajustada a lo establecido en el Estatuto de la Universidad y, finalmente, como
colofón de todo ese cúmulo de situaciones anormales, la voluntaria y flagrante violación a la
verdad que exhiben las notas agregadas a fs. 113/115 del expte. n. 109.238/67, a que antes se
hizo mención, donde se niega haber convalidado "ni una sola materia de alumnos
provenientes de universidades no registradas" y se promete la estricta observancia de
disposiciones transgredidas en fecha inmediata posterior.
16) Que, desde antiguo, esta Corte ha precisado el alcance con que debe interpretarse la
garantía de la defensa que consagra, el art. 18, CN. Ha dicho así en Fallos 126:114, que la
inviolabilidad de la defensa en juicio, que sólo exige que el litigante sea oído, no depende del
número de instancias que las leyes procesales establezcan según sea la naturaleza de las
causas, como también que el solo hecho de no haber sido oído el recurrente en la segunda
instancia del pleito no puede ser considerado como una violación de la garantía de la libre
defensa en juicio, cuando en el caso el litigante ha tenido oportunidad de hacer valer sus
defensas en alguna de las etapas del procedimiento (Fallos 138:75), doctrinas éstas que se
mantienen inalterables hasta el presente.
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17) Que, del mismo modo, es reiterada la jurisprudencia del tribunal que ha establecido que
las omisiones observables a la tramitación administrativa, pueden ser salvadas en la instancia
judicial (Fallos 253:229; 267:393; sus citas y otros), doctrina que se complementa con la
inexistencia de la violación del art. 18 , CN. si el recurrente no indica las defensas o pruebas
de que se habría visto privado a consecuencia del trámite impreso a la causa (Fallos 267:123
, entre otros).
18) Que de acuerdo con lo que se desprende de las constancias analizadas, resulta claro que
la Universidad Bartolomé Mitre fue oída respecto de irregularidades fundamentales
comprobadas en su funcionamiento, sin que en esa oportunidad aportara elementos de
convicción que acreditaran su falta de responsabilidad. Abierta la instancia judicial que
autoriza el art. 14 , ley 17604, no indicó las defensas o pruebas de que se habría visto privada
al dársele vista del informe del veedor que actuó en el establecimiento cumpliendo la misión
encomendada por el secretario de Estado de Cultura y Educación. En tales condiciones, esta
Corte no advierte que haya existido la pretendida violación del derecho de defensa alegada
por la Universidad Bartolomé Mitre, que la sentencia admite, y, en consecuencia, cabe
concluir que es fundado el agravio contra el fallo del tribunal a quo, que invocó esa sola
circunstancia para dejar sin efecto el decreto 121/1968.
Por ello, habiendo dictaminado el procurador general, se revoca la sentencia de fs. 53/59.-
Roberto E. Chute.- Marco A. Risolía.- José F. Bidau. En disidencia: Luis C. Cabral.-
Eduardo A. Ortiz Basualdo.
Disidencia de los Dres. Cabral y Ortiz Basualdo.
Considerando:
1) Que el recurso extraordinario deducido a fs. 64 es procedente porque en este juicio se
cuestiona la validez del decreto 121/1968 del Poder Ejecutivo Nacional y la resolución
dictada ha sido contraria al derecho que en él se funda.
2) Que ante todo es preciso destacar que no cabe discutir las atribuciones del Poder
Ejecutivo para fiscalizar el funcionamiento de las universidades privadas (art. 1 , ley 17604).
3) Que lo expuesto no obsta, sin embargo, a la intervención del Poder Judicial cuando -según
aquí ocurre- la entidad afectada alega haberse desconocido el art. 18 , CN., sobre la base de
que no se le ha permitido ejercer su derecho de defensa en la instancia administrativa
correspondiente, impidiéndosele refutar imputaciones que fundamentan la sanción de que ha
sido objeto.
4) Que corresponde decidirlo así, si se tiene en cuenta que el único recurso judicial previsto
contra las decisiones que pudiere dictar el Poder Ejecutivo en la materia de que se trata -o
sea el del art. 14, ley 17604- es de alcance limitado puesto que sólo puede fundarse en la
interpretación de la ley.
5) Que ello sentado, cabe reconocer que el rector de la Universidad de Olivos tuvo oportuno
conocimiento de los cargos que se le formularon en el expte. adm. n. 109.238 y que surgen
de los informes de fs. 119/121 vta. y 131 vta./132 (ver vista de fs. 132 y escrito de fs. 132
vta.).
6) Que, sin embargo, no es menos exacto que con posterioridad a esa vista, acordada el
6/12/1967, se labraron una serie de actuaciones -las que integran el expte. n. 117.725,
agregado a continuación del que lleva el n. 96.784- en las que el veedor designado el
13/12/1967 por el secretario de Estado de Cultura y Educación puso de manifiesto -
concretándolas- un conjunto de irregularidades que versaban, no solamente sobre lo que

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había sido materia del expte. n. 109.238, sino también sobre otros aspectos del
funcionamiento de la Universidad Bartolomé Mitre de Olivos.
7) Que acerca de lo investigado por el veedor en el mencionado expte. n. 117.725 se brindó
ocasión de defensa a la entidad afectada, a pesar de que sus conclusiones fueron
expresamente invocadas en los considerandos del decreto de clausura 121/1968 en medida
tal que autorizan a pensar con fundamento que esas conclusiones del veedor fueron
elementos decisivos y determinantes de la resolución tomada por el Poder Ejecutivo.
8) Que, en tal sentido, de los propios términos del decreto impugnado resulta: a) que el
principal elemento de juicio invocado en contra de la Universidad Bartolomé Mitre es el
informe del veedor; b) que las imputaciones no se limitan a las irregularidades comprobadas
en el expte. n. 109.238 (o sea aquel en el que se corrió vista al rector de dicha casa de
estudios), sino que abarcan otros asuntos de carácter más general: "esas anomalías -dice en
efecto el consid. 3- no se limitan a casos o aspectos aislados, ni a facultades o escuelas en
particular, sino que se extienden a varias Facultades; involucran la responsabilidad del
rector, del Consejo de Administración de la Fundación Universidad Bartolomé Mitre y del
Consejo Superior Universitario, y afectan no sólo el funcionamiento administrativo y
contable, sino también la seriedad con que debe desenvolverse un establecimiento
universitario"; c) que en el consid. 7 se sostiene que las autoridades de la Universidad en
cuestión no estaban legalmente constituidas; d) que la medida también se basa en la
afirmación de que "la prórroga del mandato de las primitivas autoridades de la Universidad,
resuelta al margen y en violación del Estatuto de la misma, constituye una conducta
inadmisible..." (consid. 9).
9) Que lo expuesto demuestra que lo actuado en el expte. n. 109.238 no es el único
fundamento que ha basado la clausura de la Universidad Bartolomé Mitre y fue, por el
contrario, la decisión impugnada encuentra su razón de ser en el conjunto de deficiencias e
irregularidades en el funcionamiento general de la Universidad comprobadas por el veedor
designado con posterioridad a la única vista conferida al rector en el expte. n. 109.238, el
cual se vinculaba fundamentalmente con la situación reinante en la Facultad de Derecho.
10) Que corrobora lo expuesto el informe producido por el veedor a fs. 7/16 del expte. n.
117.725 y que expresamente se invoca en el decreto 121/1968 . En efecto, dicho informe, de
fecha 17/1/1968 o sea ocho días anteriores al referido decreto que se dictó el 25 de enero,
consta de once capítulos, muchos de los cuales versan sobre irregularidades ajenas a las
verificadas en el expte. n. 109.238/67, en tanto que otros amplían y concretan las vagas
alusiones contenidas en el informe obrante a fs. 121 y vta. de este último. Entre los primeros
cabe citar los capítulos referentes a: irregularidades comprobadas en libros de actas de
examen y en actas volantes; la ex Facultad de Ingeniería apreciada por una de sus
autoridades; ingreso irregular de alumnas en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la
Educación; desorden administrativo-contable; insuficiencia y falta de idoneidad del personal
administrativo; incumplimiento del Estatuto Universitario y desorden institucional. En
cuanto a los capítulos que amplían y concretan cargos apenas esbozados en el informe de fs.
121 y vta., merecen especial mención los que se titulan "irregularidades y deficiencias
comprobadas en legajos de profesores de todas las facultades" e "irregularidades y
deficiencias comprobadas en legajos de alumnos de todas las facultades".
11) Que no compete a esta Corte decidir si las irregularidades de las que se confirió oportuna
vista al rector en el expte. n. 109.238 son suficientes para justificar la clausura de la
Universidad Bartolomé Mitre, como así tampoco resolver si las alegaciones vertidas en el
recurso presentado ante el tribunal a quo rebaten o no los fundamentos del decreto 121/1968
; ello así, porque tanto importaría como arrogarse una atribución que es propia del Poder

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Ejecutivo, ya que a él corresponde, de acuerdo con la ley 17604 , fiscalizar si las
universidades privadas cumplen las condiciones bajo las cuales están autorizadas a funcionar
y eventualmente adoptar las medidas que estime corresponder.
12) Que ello no obsta empero a que las sanciones que pueda adoptar el Poder Ejecutivo sólo
deban reputarse válidamente aplicadas si han sido precedidas de un procedimiento que
asegure a las respectivas casas de estudio su derecho a ser oídas y a producir pruebas de
descargo; procedimiento que en el caso no se ha observado sino en forma por demás
restringida y parcial, y como tal lesiva del apuntado derecho.
13) Que, en consecuencia, el debido respeto a la garantía del art. 18 , CN. exige que, antes de
adoptar la resolución que pudiere corresponder, el Poder Ejecutivo confiera vista al
representante de la entidad investigada del informe producido por el veedor, puesto que ha
sido éste -como se ha visto- el principalísimo elemento de juicio tenido en cuenta para dictar
el decreto de clausura atacado en autos.
Por ello, de conformidad con lo dictaminado por el procurador general y consideraciones
concordantes del tribunal a quo, se confirma la resolución apelada de fs. 53.

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