TEXTO: FUNCIÓN Y CAMPO DE LA PALABRA Y DEL LENGUAJE EN PSICOANÁLISIS (ESCRITOS 1)

Pág 239: la técnica no puede ser comprendida ni por consiguiente correctamente aplicada si se desconoce
los conceptos que la fundan, es decir que la técnica se apoya en el concepto. El corte de la sesión como
aspecto técnico responde a la estructura del lenguaje. Si uno no hace un corte a la sucesión de significantes,
la relación no se detiene. La tarea de Lacan será demostrar que los conceptos no toman su pleno sentido si
no se ordenan al campo del lenguaje y a la función de la palabra. El psicoanálisis no tiene otro medio que la
palabra. Si hay un sujeto dividido del lenguaje, el sujeto tiene que consentir que el significante lo domine y
tenga efectos en él, se deja alienar. El lenguaje sirve para el goce.

Cómo quiere que se transmita la regla analítica fundamental (asociación libre). Lo que hay que transmitirle al
analizante es que se le atribuye todo el peso a las palabras, en el análisis las palabras no se pasan por alto.
Aún más importancia se le da cuando se producen ciertos tropiezos en el lenguaje, por ej los lapsus. Si el
analista olvida que tiene el valor de la palabra, empieza a analizar otras cosas y hay desviaciones (ej cuando
se analiza el comportamiento). No se analiza el comportamiento, la vestimenta, y tampoco nos remitimos a
eso que no dice, no suponemos algo a partir de lo que no dice. Tampoco nos remitimos a una realidad que
está más allá de las palabras. Lo que el niño dibuja o juega también tiene la estructura del lenguaje, porque
allí se pesquisa la posición del sujeto.

Lacan critica la distinción entre lo verbal o lo no verbal, porque aunque el sujeto no hable en palabras lo que
hace está organizado por palabras o bien no está organizado por palabras y es puro desborde pulsional. El
niño lee los gestos del OTRO (un gran otro) o lee sobre lo que hablan los demás incluso mucho antes de
hablar, es decir que el niño posee una estructura del lenguaje antes de adquirir la propia palabra.