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CUANDO LOS

TRABAJADORES
SALIERON
DE COMPRAS
nuevos consumidores, publicidad y cambio
cultural durante el primer peronismo

ia milanesio

~ siglo veintiuno
~ edítores
~ grupo editorial Índice
~ siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxtco siglo xxi editores, argentina
•\G;JA 248, ROf111'YiO [)[ •CRílLHOS GUNE'Wlc\L.A 4824, CH25BUP
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Introducción

1. lnd.ustria, salarios y estad.o, El auge del consumo


popular
La Argentina industrial
Los salarios altos y la "cadena de la :prosperidad"
En defensa del poder adquisitiVo ·
l\.Jilanesio, Nat.alia
Cuando !os trabajadores salieron de cornpras: Nuevos consurnido- 2. Campañas educativas y estudios d.e mercadoº
res, publicidad y cctntbio cultural durante d prin1er peronis1no.- Los publicitarios y la definición del consumid.oJr
1 ª cd.- Hnenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 20 14.
obrero
264 p.; i4x2 i cn1.- (Historia y cullura //dirigida por Luis Alberto
Rornero; 62) El consumidor obrero
Más allá de Buenos Aires
l_.a mujer como consu1nidora
1. Historía Argenlina. 2. Econon1Ía. 3. Estudios $()dales.
CDD g30.098 2
3º La cultura comercial se vuelve popular.
Una primera versión de este libro füe publicada en inglés, lxüo el La publicidad y los desafíos de un mercado
líLulo Worhen· Go «·i7wpping in Argentina: The Rise of Püpular Consumer de consumo en transformación
Cultvre (Albuquerque, llniversity of New Nlexico Press, 2013)
83
Hablando el idioma de la gente 86
© "'º 14, Sig1o Veintiuno Editores Argentina S.A. Nuevos consumidores, nut.··vos argu1nentos 88
Los trabajadores en los avisos publicitarios
Diseño <le cubierta: Pcler 1)ebbes 95
Sexy y bonita: el nuevo clic,hé publicitario
femenino 101
Vendiendo con hurnor 107
Irnpreso en Artes Gráficas Delsur / / Alte. Solier 2450, Avellaneda
Afiches y carteles en la vía pública.
en el rnes de junio de 2014
La dernocratización de la publicidad 112
Hecho el depósito que n1arca la ley i i.723
Iinpreso en Argenlina / / i\Jade in Argentina
18 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRAS

AGRADECIMIENTOS Y ACLARACIONES l.Industria, salarios y estado


Este libro es la versión traducida y revisada del original en inglés.
El auge del consumo popular
Fue adaptadc) para el lector arg·entino nünimizando cuestiones con-
textuales y adecuado al fonnato de la serie a través de la ornisión de
discusiones teóricas, historiogr'.lli.cas y lnetodológicas y de una presen-
tación rnás sucinta de las citas bibliográficas. 'fan1bién los extensos
agradecirrüentos de la versión en ingl{--s aparecen aquí de n1ancrd rnás
sintética, pe.ro no inenos sentida. A DanielJames,Jeffrey (~ould, Peter
(;.uardino, Arlene Díaz y Konstantin Dierks, los 1niernbros de mi corni- . ~principios de los años cuarenta, la Corporación para la
té doctoral en Indiana U niversity, les abrradezco su apoyo, confianza y Pron1oc1on
, . del Intercarnbio ' integrada
, por las¡~
, 1rrnas, in · ¡es
· d ustr1a
consejos. A Matthew Karush, Eduardo Elena, Rebekah Pite, l{atherine 1:1ªs unp.ortantes de la Argentina, contrató a la Armour Research
French-Fuller, Osear Chamosa,Julio Moreno,Jetfrey Pilcher, Ricardo .Fo~ndation para conducir una investigación sobre la industria
Salvatore, Fernando Rocchi, Donna Guyy Sandra McGee Deutsch les nac1o~al Y las perspectivas para su desarroH.o fllturo. Al término
agradezco por su colaboración en distintos estadios de este proyecto; de· la investigación, la consultora estadounidense confeccionó un
y a Williarn Ratliff, Rosario Bematene, Karina Ramacciotti, Fernando detal~ado informe sobre las actividades agtí~olas y fabriles, el co-
Rcmedi, Pablo (;erchunoify Beatriz "1~ati" Muüoz por su asistencia y ~erc10, e1 t~~ansporte, las con1unicaciones, el sisterna bancario y
sus respuestas a mis preguntas. c;racias a (~ecilia Wingerter por suco- la demogralia del país, pero su hallazgo más importante (y de··
laboración como asistente de investigación en Rosario y a mis coleg'J..S safortunado) fue. el reconocimiento de los bajos salarios percibi-
de la University ofHouston por su ayuda desde mi llegada al Departa- dos por los trab~.adores. Entre 1937y 1939, afirniaba el informe,
mento de Historia. Agradezco a la AndrewW. Mellan Foundation, el un obrero argentino ganaba la mitad que su par inglés y un tercio
American Count.il ofLearned Societies, eljohn W. Hartrnan Cerner de lo que cobraba un trabajador norteamericano. Aunque los ali-
de Duke University, el Social Science Ilesearch Council, la American men~os ~ran g~neralmente más baratos en la Argentina,.los bajos
Histo1ical A<isociation, Indiana Universityy University ofI-Iouston por salarios 1 n1_pe~1an que los obreros locales alcanzaran niveles -de
la a->istencia económica que hizo posible la extensa investigación en la c~1~sumo s1m1lares a los de los obreros en Inglaterra y los Estados
Argentina y los l~stados Unidos y la escrit11ra de este libro. A l~lli., Al- Uni~os, una diferencia que se hacía notable, por ('.jen"lplo, en la
berto Romero le agradezco sinceramente su confianza en el proyecto. canudad de pan, papas y azúcar consumidos por los trabajadores
También agradezco muy especialmente a todos los hombres y en los tres países. rn ·
rnujeres entrevistados que, con inmensa generosidad, cornpartie- El inf(>rn1e señalaba que, rr1ás allá de estas diferencias el efec-
ron su tiempo, historias y recllerdos para este libro. A rrli fami- to m.ás ~ocivo de los b<=!jos salarios en la Argentina era ~l acceso
lia en Rosario y en Sastre y a mis amigos (}iovanna lJrdangarain, rest~1~1g1do de los trabajadores a bienes de consu1110 durables, si-
Craig Wayson, Vanina Broda,Julieta Viglioni, Mariela Rodríguez, tuac1on sobre la cual los investigadores habían sido inf()rniados
Julieta López, María José Ceruti, Milena Paglini y Gabriela Terra- al ~lega~· .ªl ~~~s~ ~'u~ndo .un experin1entado hombre de negocios
zino les doy gracias por escuchar y acornpañar y por los buenos lo~.al les advntlo: .No olVIden que el mercado argentino tiene tres
momentos. A rni compañero de aventuras (~ésar Seveso, sin cuyo rnillones y n1edio de personas, y no trece millones".17 La Armour
amor, apoyo incondicional y rniles de lecturas de borradores este Research Foundation demostraba que un obrero local sólo podía
proyecto no hubiera alcanzado su madurez, le dedico este libro. co1nprar entre un tercio y un cuarto de la cantidad de prendas de
20 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 2 l

vestir que adquiría un trabajador dy su mismo rango en los Estados trialización orientada al rr1ercado interno y en el aurnento del
Unidos 1 que una máquina de coser era tres veces más cara Yque poder de consu1no de los sectores trabajadores. Ícono del bien-
una radio costaba siete veces más. l_,os investigadores afirmaban estar social, el consunlidor de clase trabajadora fue e1 eje del
que los in·dustriales argentinos pagaban salarios bajos para man- proyecto peronista de industria nacional y pleno e1npleo basado
tener bajos los costos de producción, lo cual resultaba en ventas en la expansión de la demanda y orientado a la independencia
linütada~ y, en consecuencia, en escaso desarrollo industrial. l,a in- econórnica. L.a participación sin precedentes de los sectores de
dustria argentina necesitaba incorporar nueva tecnología YT~rodu­ menores ingresos en el increado de consu1Ilo se convirtió en un
cir en masa, pero este desarrollo dependía del consurno niasrvo de ernblerna de la justicia social peronista, cuyo objetivo fue rnt:jo-
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productos industria] es que era in1posiblc con salarios tan bajos. rar la calidad de vida de los trab<tjadores n1ediante una combina-
Menos de una década después, los ti rulares de la prensa anun- ción de salario rnínimo, sindicalización, regulaciones laborales
ciaban una realidad diferente. En 1947, el periódico ·(lustrado y prograrnas de asistencia social. Este capítulo demuestra que
Ahora proclainaba que "_La Argentina es el país donde la vida la protnoción del consun10 obrero no dependió solamente de
cuesta menos y el obrero gana más", y cuatro años n1ás tarde aurnentos salariales y precios fljos, sino ta1nbién de una nue-
la revista M'Undo Argentino anunciaba que "El nivel de vida de va manera de entender el derecho del consumidor a acceder a
1
los trabajadores argentinos es el más alto del mundo". l'. En una productos confiables e in'f~>rmación hone'sta sobre estos. Para
clara expresión del espíritu triunfalista de la época, la prensa proteger este derecho, el estado conibinó medidas legales e
sintetizaba un c1in1a de época que quedó inscripto en la inemo·· institucionales contra Jos abusos cometidos.por ciertos sectores
ria popular corno los "años dorados del peronisn10", un tiempo industriales, coinerciales y publicitarios e intervino act.ivan1ente
de bonanza y conquistas para la clase trabajadora. Según María -y muchas veces por prin1era vez- en áreas tales como la regla-
Roldán, una trabajadora de la industria de la carne durante el inentación comercial y publicitaria y el control de calidad de los
peronismo: "Con Perón conocimos muchas cosas. Una rnedia productos alimenticios. Así, para poder implernentar esta cre-
de nylon, un regio vestidito. Yo alcancé a comprar una hela~era ciente regulación, el estado redefinió su rol y experimentó un
20
en 1947. I.,e cambió la vida a todo el mundo". En su tesnmo~ profundo can1bio institucional.
nio, Roldán sintetiza los logros del peronis1no aludiendo a la
creciente cantidad de bienes de consun10 accesibles a la clase
obrera y al proceso, individual y colectivo, por el cual los tra-
bajadores se convirtieron en activos participantes del increado LA ARGENTINA INDUSTRIAL

consumidor.
Este capítulo explora las condiciones estructurales y las de- La industrialización argentina co1nenzó en la segunda mitad del
cisiones políticas que contribuyeron al surgiiniento del consu- siglo XIX, pero permaneció subordinada a las actividades agroex-
midor obrero. Ante el inrninente fin de las condiciones comer- portadoras -especialmente la producción de trigo, cueros, carnes
ciales excepcionales causadas por la Segunda Guerra Mu.ndial, y lana- que habían convertido al país en el granero del mundo
distintos grupos de poder cornenzaron a debatir el futu~o indu~­ y en una verdadera potencia económica en l,atinoamérica. l,a
trial del país y las posibles soluciones a los problemas d1ag1~o~t1- prosperidad atrajo a inmigrantes europeos que detonaron un im-
cados por la consultora Ar1nour. El capítulo exa1nina las disun- presionante crecimiento demogr~lfico y urbano y estimularon una
tas visiones de desarrollo nacional y hace foco sobre aquella que creciente de1nanda de productos industriales que primero fue sa-
resultó triunfante: un plan de crecimiento basado en la indus- tisfecha a través de la in1portación y, posterior1nente, a través de la
22 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 2;1

creciente producción interna. La industria nacional floreció gra- en 1946, generando numerosos puestos de trab~jo que pusieron
cias al acceso a n1aquinarias y materias primas importadas y a sa- en 1narcha una creciente migración interna.'.t.<\
larios reales que se 1nantuvieron b;;~jos por la constante llegada de Tanto los sectores industriales como los agroexportadores re-
inmigrantes y por el rnercado de tralx-l]o desregulado. A pesar de conocieron el papel clave del desarrollo industrial y la necesi-
que estas condiciones eran atractivas para capitalistas extra1~jeros dad de políticas estatales para consolidarlo en la posguerra, pero
y locales en búsqueda de ganancias rápidas y seguras, la industria las condiciones del increado internacional asf con10 eJ plan rle
continuó subordinada a la actividad agropecuaria y aqutjada por acción a seguir eran inciertos. En 1942, pór ~jen1plo, la l.Jnión
la escasez de tecnolog-ía, cornbuslible y capital, la baja producti- Industrial Argentina (tJJA), que agrupaba a las en1prcsas 1nás
vidad y la f~1lta de una política estalal de planca1niento industrial importantes del país, expresó su preocupación por el futuro al
va5ta y a largo plazo. 21 preguntar:
l,a Prünera (;uerra Mundial y luego la crisis de 1929 causaron
una reducción abrupta de la exportación de productos agrope- ¿Qué sucederá una vez terrninada la Guerra? ,;C:uál será
cuarios y la consecuente caída de surninistros ünportados. l.,a nuestra situación en el futuro cercano cuandf;, después
situación asfixió a algunas industrias, n1ientras otras florecieron de la conflagración, los países del vit;jo n1undo y la gran
como consecuencia de un creciente proceso de industrializa- nación norteamericana se dispongan :a restaurar sus
ción por sustitución de importaciones, cuya tasa ascendió del econornfas y traten, en consecuencia, ·de colocar en los
50% entre 1925 y 1929 al 63% entre 1930 y 1939. Aunque la increados de1 rnundo y particularmente en e_l nuestro sus
fabricación de productos de go1na y de cernento creció en este excedentes de producción industria]?:!··1
período, la industria textil, especialn1ent.e de algodón, fue el sec-
tor líder en el auge industrial local. Así, entre 1930 y 1937, las Los argun1ent.os sobre el futuro industrial del país estuvieron
hilanderías de algodón se triplicaron. La significativa expansión polarizados en dos can1pos. En 1940, el Plan de Reactivación l~ro­
del sector alimenticio, debida al incremento en el número de nórnica presentado por Federico Pinedo, ministro de Hacien-
pequeñas fábricas -predominantes en la manufactura de bienes da del presidente IZan16n Castillo, representó las ideas de los
no durables-, también aceleró el crecimiento del índice indus- sectores agroexportadores tradicionales y los intereses de la
trial, tnientra~ sectorc.'-. claves como la 1netalurgia continuaron UlA. El Plan promovió las industrias "naturales" que, con10 la
en estado einbrionario. 22 alimenticia, usaban 1naterias pritnas locales y cuyos productos
l.,a Segunda c;ucrra Mundial y la consiguiente crisis del rnerca- eran cornpetitivos en el mercado externo. Pincdo fomentó el
do internacional contribuyeron a la intensificación del proceso balance entre la industria y las actividades agropecuarias -a las
de sustitución de importaciones en las industrias textil y alimenti- que consideraba vitales para el acceso a divisas-y pro1novi6 una
cia, así con10 al desarrollo de nuevos sectores, corno el de clectro- relación con1ercial estrecha con los Estados Unidos. Aunque el
dornésticos. Más aún, al interrumpir el con1ercio exportador de golpe ele estado ele I 943 impidió la implementación del proyec-
los países beligerantes, la guerra posibilitó la exportación de bie- t~ de Pinedo, muchos críticos señalaron que el plan era, por
nes industriales argentinos que tnuchas veces reemplazaron a los diversas razones, una estrategia poco viable. Prili1ero, los Esta-
estadounidenses, sobre todo en los países lirnítrofes. l)e hecho, dos Unidos no sólo inundaron los rnercados europeos con grano
hacia el final de la guerra, el porcentaje de exportaciones argen- subsidiado, sino que, debido a la neutralidad argentina durante
tinas a todo el continente a1nericano se había duplicado. En este la guerra, prohibieron a los países europeos que usaran fondos
contexto, el número de fábricas pasó de 38 4f)6 en 1935 a 86 440 del Plan Marshall para importar granos argentinos. Segundo, los
24 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE C01V1PRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 25

productos industriales estadounidenses rápidamente comenza- la industria pesada pasó a segundo término. Este can1bio quedó
ron a recuperar su lugar en los m.ercados latinoamericanos y a rápidamente en evidencia con las nuevas medidas del gobierno
desplazar a las importaciones argentinas en los países limítrofes. peronista para desarrollar las industrias livianas transformadoras
Y, por último, el proyecto de Pinedo tenía un alto costo social, ya de materias primas locales y la definición de este proceso como
que el énfasis puesto en las industrias co1npetiti.vas a nivel inter- 1a clave del bienestar social. Para el peronisIT?-o, la industria era la
nacional elimina1ia a sectores industriales considerados rnenos base para la creación .de la Nueva Argentina, socialn1ent.e justa,
eficientes causando un alto desen1pleo.~;, econórnica1nente libre y política1nente soberana. AJ respecto, Pe-
Por su parte, los rnilitares congregados en el (;rupo de ()fi- rón sostuvo:
ciales lJnidos (GOU), que ton1ó el poder en 1943, tenían una
visión nacionalista de la industria y anhelaban la autarquía O conquistarnos nuestro derecho de com_petir indus-
económica. El GOU proponía ir n1ás allá de las industrias "na- triahnente con el resto de los países del mundo, por lo
turales", intensificar la sustitución de in1portaciones y, rnás menos para satisfacer nuestras necesidades, o seremos
importante aún, expandir la producción de acero y petróleo. siempre un país dependiente. Y al serlo, cada uno de los
De hecho, cuestionó la arbitrariedad de la distinción entre in- industriales, cada uno de nosotros, cada uno de los ar-
dustrias "naturales" y "artificiales" argumentando que, en un gentinos, pagará el tributo de esa deperidencia, porque
país rico en minerales corno la Argentina, la rninería debería no se depende gratuitamente. 27
ser considerada una industria "natural". l~l G()U propulsó, ade-
rnás, un inodelo de gobierno 1ecnocrático así corr10 un estado Lanzado en 1946, el Primer Plan Quinquenal combinó la promo-
activo, regulador y que funcionara co1no agente industrial. En ción de industrias co·mo la Lextil y algunos sectores metaln1ecá-
contra clel énfasis de Pinedo en la producción industrial corn- nicos -que habían crecido durante la guerra y que necesitaban
petitiva para la exportación, el (;QU propuso un rnodelo de ser protegidos de la competencia de las importaciones- con la
industrialización dependiente del n1ercado interno y atrayente asistencia a algunas industrias con potencial exportador, como la
para los nuevos sectores industriales surgidos durante la guerra de aceites vegetales. l,a producción en estas industrias se llevaba
para satisfacer la de1nanda local. Más aún, para estos oficiales a cabo, mayoritariamente, en fábricas pequeüas o medianas -de
la industrialización no era sólo un motor de desarrollo nacio- no más de quinientos trab<'!-jadores-y se caracterizaba por el uso
nal, sino también una herramienta efectiva para contrarrestar ele trabajo intensivo. I.,a importancia de estos grupos industriales
la amenaza de desempleo y inalestar social pronosticados para la para el gobierno se puso de manifiesto con el nombrarniento del
posguerra. 26 fabricante de recipientes de hojalata Miguel Miranda al frente del
En tanto nliernbro del GOU, Perón con1partió estos argumen- Banco Central y del Instituto Argentino para la Promoción del
tos desde los inicios de su carrera política en la Secretaría de Intercambio (IAPI); y de Raúl Lagomarsino, un productor textil,
Trabajo y Previsión Social y el Consejo Nacional de Posguerra, el como ministro de Industria y Co1nercio. Ambos eran exponen-
organismo del gobierno militar a cargo de la política industrial. tes de la "burguesía industrial peronista", un grupo diverso que
Sin embargo, en los tres años previos a su meteórica llegada a incluyó a fabricantes de heladeras, cocinas, autopartes y prendas
la presidencia en 1946 -un período marcado por su alianza con de vestir. Muchos de estos industriales estaban nucleados en la
el movimiento obrero, el rechazo de ciertas facciones militares Confederación General Económica ( CGE), una institución que
y la unificación de los conservadores, la izquierda e importantes representaba en n1ayor medida a los industriales del interior o
intereses económicos en su contra-, el énfasis en el impulso a bolicheros, como peyorativamente los llamaban las elites industria-
26 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DI~ COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 27

les y comerciales de Buenos AJres. Por su parte, un buen nún1ero


de las en1presas más grandes del país, los capitales extranjeros,
alglrnos fabricantes de maquinaria pesada y n1uchas de las indus-
trias que producían para la exportación con10 la frigorífica y la
rnolinera -casi tod~L~ congregadas en la UIA- se opusieron al go-
bierno peronista por considerar que sus políticas -desde las res-
tricciones a insurnos irnportaclos hasta la reh~jación de las tarifas
y el consiguiente au1nento de la i1nportación de n1aquinarias que
competían con algunos fabricantes locales- atentaban contra sus
intereses y desarrollo. 2N
A pesar de la oposición de algunos sectores industriales al go-
bierno peronista, el apoyo y la protección estatales durante este
período contribuyeron a la expansión industrial y al crec.inlien-
to del. producto bruto interno. i\sí, el número de plantas fabriles
pasó de 86 440 en 1946a181 ()()()en 1954. Entre 1946y 1950, por
f'jen1plo, la cantidad de fábricas textiles creció el 43%, los traba-
jadores del sector aun1entaron el 35% y la fuerza rnotriz instalada Tenninación y prueba de heladeras fanliliaics en SIAM.
F'uente: Gentileza dd Archivo General de !a' Nacic'Jn.
ascendió un 78%). El dcsarroHo de la industria de electrodon1ésti-
cos -un claro t~jernplo de sustitución de inrportaciones- fue aún
más irnpresionante, sobre todo en comparación con el núrnero SIA:tv1 (Sociedad Industrial A1nericana de TVíaquinarias), que
insignificante de artefactos n1anuf~lcturados en el país en las déca- dE:jó de ser una pequeña fábrica ele an1asadoras mecánicas de
das anteriores. En 1947, por eje1nplo, sólo el 3,4% de los hogares pan para convertirse en la en1presa n1etalmecánica n1ás irnpor-
contaba con heladera eléctrica, el 20,49{¡ tenía heladera alimen- tant.e del país, es un excelente ejernplo de la expansión indus-
tada a barra de hielo y la mitad de todos los artefactos de conser- trial de posguerra. Fundada por el italiano Torcuato l)i Tella
vación de aliinentos se encontraba en Buenos Aires.29 r~ntre 1946 a fines de 1910, SIAM pasó de la producción a pequeña escala
y 1953, en ca1nbio, la cantidad de obreros del sector aurnentó el de equipamiento para panaderías a la f1bricación de surtidores
151 % y la fuerza rnotriz instalada el 384%. Las heladeras eléctri- de combustible en los años veinte. Emprendedor e irnaginati-
cas constituyeron la mitad de la producción total de la industria vo, Di Tella estaba dispuesto a diversificar la producción, por
de electrodornésticos y ni siquiera las restricciones impuestas al lo cual a principios de la década de 1930 co1nenzó a fabricar
consurno de electricidad en los hogares -para privilegiar las cre- heladeras comerciales por encargo, que vendía a través de un
cientes necesidades energéticas de la industria- afectaron la al- nún1ero reducido de viajantes. Fue en esta época cuando la
tísirna demanda de heladeras. 30 c:on10 resultado, la cantidad de flrn1a comenzó a experimentar con la producción de helade-
heladeras fabricadas en el país pasó de 12 ()()()en 1947 a 152 000 ras para el hogar, pero los resultados poco satisfactorios y los
en 1955, año en que el núrnero de artefactos in1portados cayó a altos costos -especialmente de los cornpresores- llevaron a Di
quinientas unidades.:ii Tella a fir1nar un contrato, en 1937, con la ernpresa estadou-
nidense Kelvinator para el uso de sus licencias y el suministro
de componentes. Sí bien la producción creció, el mercado era
28 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 29

reducido ya que las heladeras eran extremadamente caras para al sector alimenticio. En térnünos generales y durante todo el pe-
la mayoría de la población. ríodo, los industriales invirtieron sólo una pequeña porción de los
En 1940, cambios en la línea de Kelvinator bicieron que S!AM, préstamos en infraestructura y tecnología, destinando la ~ª~º:
cuya producción requería variedad y flexibilidad para adaptar- parte a pagar salarios y comprar insu1nos, píáctica que peIJud1co
se al ·mercado argentino, firmara un contrato con Westinghou- la productividad industrial. 33
se. Sin embargo, un año después, con la entrada de los Estados Junto con ]a generosa política crediticia. y en un coi~t.exto ~e
lJnidos a la Segunda Guerra Mundial, el gobierno norteameri- abundantes reservas acurnuladas durante la guerra, la industria
cano restringió la exportación de rnetales y n1aquinarias y SIAM nacional creció amparada por los altos aranceles irnpuestos a la
se quedó sin suministros claves. Si bien el número de heladeras in1portaclón y por la adquisición de divi.s<is extr';cu~jeras ~ ta~as
fabricadas en el país dis1ninuyó, SIAM continuó la producción re- preferenciales que le otorgaron córnodo acceso .ª n1aq~1nar1as
emplazando las partes faltantes rr1ediante la fabricación propia o e insurnos irnportados. El IAf:)I, controlado por Miguel Miranda,
con proveedores locales. Una vez finalizada la guerra, inantuvo el rnonopolizó el cornercio exterior actuando corno intern1ediario
contrato con Westinghouse, pero también firmó nuevos acuerdos entre productores locales y compradores externos y favoreciendo
con la ernpresa sueca Electrolux para la fabricación de heladeras al sector secundario. El precio que el IAPI pagaba por los granos
a querosene -en su mayoría destinadas a la población rural- y a los productores llegó a ser un 50% inferi?r al que cobraba en
con la compañía estadounidense Hoover para la producción de el mercado internacional, lo cual infligió un duro golpe al sector
lavarropas. Durante este período, SIAM continuó el proceso de agrícola que además padeció la falla de ins111nos y tecnología, los
integración vertical que la cond1~jo a la autosuficiencia. A princi- c~·ecientes costos laborales y la disrninución de la tierra cultivable.
pios de los años cincuenta -debido a la introducción de la línea l,as ganancias obtenidas por el IAPI eran canali?.adas al. secto.r i~­
de montaje y Jos crecientes niveles de especialización técnica-, dustrial, al gasto público y a los prograrr1as de asistenc1a social. +i
SIAM fabricaba prácticarnente la mayoría de los cornponentes de A pesar de la prosperidad inicial de los "años dorados", el plan
sus heladeras y, ya a mediados de esa década no sólo producía sus económico del gobierno peronista se asentaba sobre bases ende-
propios compresores, sino que también los vendía a sus con1peti- bles. Un signo de carnbio fue el rcernplazo, en 1949, de Miranda
dores. Entre 1950 y 1955, la producción de SIAM se triplicó, y sus por ¡-\lfred;) (;ó1n.ez Morales al frente de un equipo de econorrlis-
heladeras constituyeron entre el 60 y el 80% de todas las helade- tas proft'.sionales. Ese año, el panorama económico era t.otalme~te
ras vendidas en el país. 3 ~ distinto al de sólo dos años atrás: las reservas acurnuladas se hab1an
Varias condiciones hicieron posible el crecimiento industrial agotado, los precios internacionales del trigo y la carne habían
de posguerra que SIAl\1 ejemplifica, entre ellas, los generosos cré- vuelto a la nor1nalidad y la demanda internacional se estaba redu-
ditos a largo plazo y baja tasa de interés otorgados por el Banco ciendo. Si en 1948 las exportaciones argentinas habían alcanzado
Central y el Banco Industrial, este últin10 fundado por el gobierno los 1600 1nillones de dólares, un año 1nás tarde el monto había
militar en 1944. A pesar de la retórica oficial que enfatizaba la caído a 933 nlillones. Los precios internacionales más bajos para
asistencia crediticia a las industrias de todo el país, casi la mitad las agroexportaciones argentinas y la competencia de los granos
de todos los préstamos se destinaron a empresas de Buenos Aires norteamericanos dificultaron el acceso de la industria local a los
y, hasta 1950, las principales beneficiadas fueron la industria textil y insurnos importados. De esta situación, la industria argentina fue
la metalúrgica. Desde entonces, y debido a las dificultades de la simultánean1ente víctin1a y culpable ya que la balanza de pagos
balanza de pagos, la rr1ayoría de los créditos fueron otorgados a negativa y la falta de divisas eran consecuencia de la dependen-
los productores agrarios y el grueso de los préstamos industriales, cia del sector industrial de importaciones así corno de su escasa
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INDLiSTRJA, SALARIOS Y ESTADO 3l

capacidad exportadora. Si la industria local hubiera aumentado reducción del poder de los sindicatos en las fábricas y al descenso
el volumen exportable o redireccionado su producción drástica- del absentisrno laboral, y llarnó a implerr1entar nuevas prácticas
mente al mercado externo, habría generado las divisas necesarias gerenciales. El discurso oflcíal apeló al con1promiso personal con
para .adquirir insurnos importados. Sin en1bargo, esta estrategia el desarrollo industrial del país y, más concretamente, demandó a
hubiera in1pactado sobre el rnercado interno y necesitado una re- los obreros mayor disciplina en las plantas, más horas de t.rab:::tjo y
definición de la polftica redistributiva del ingreso que el gobierno 1nayor eficiencia individual y colectiva. 37
peronista no estaba dispuesto a afrontar.:;;, Después que la Revolución Libertadora derrocó a Perón en
Al rnis1no tie1npo, el aumento de la emisión rnonetaria v del 1955, el nuevo gobierno encon1endó a Raúl Prebisch, secretario
cr~éd~to bancario, el descenso del ahorro y el incrernento del ~-asto c~jecutivo de la C:o1nisión Econórnica. para A.tnérica l.atina y el t:ari-

pnbhco suscitaron un creciente proceso inflacionario. En 1949, la be (C:EPi\l_,) de las Naciones lJnidas, la realización de un infórrne
inflación anual llegó al 31 %, la tasa rnás alta registrada en el país sobre la situación económica nacional. El reporte fue cxtren1ada-
desde fines del siglo XIX. Para ren1ediar la situación, el gobierno rnente crítico de las n1edidas econónlicas del peronisino y alünen-
disn1inuyó el circulante, racionalizó el sector público, restringió el tó la idea ele que el golpe militar que derrocó a Perón había sido
acceso a los créditos, redtúo los montos de los préstamos y aumen- necesario para evitar la debacle econón1ic<L De un tiernpo a esta.
tó las tasas de interés. Estas medidas, sin en1bargo, no alcanzaron parte, nurnerosos historiadores econó.n1i<.:;o~ se han encargado de
a prevenir las serias dificultades econórnicas que surgieron unos rebatir esa versión de los hechos demostr~indo que entre l 953 y
años rnás tarde, cuando Perón comenzó su segundo rnandato. En 1954 la balanza cornercial fue superavitaria, que hacia l ~)55 el go-
1952, dos sequfas consecutivas agravaron la balanza de pagos ne- bierno había reducido el gasto público el· 35% y que ese rnis1no
gativa y empujaron al gobierno a in1plementar un plan de auste- año la inflación se n1antuvo en un dígito y la economía creció el
ridad para resolver la falta de divisas y el aumento de precios. Al 7o/o. Más aún, el grado de sustitución de in1portaciones industriales
poco tie1npo, con el lanzarniento del Segundo Plan Quinquenal, alcanzado por la Argentina durante el peronismo fue uno de los
el gobierno propuso un "regreso al can1po" pagando precios más n1ás altos en el mundo serniindustrializado, y la producción nacio-
competitivos a los productores agrarios y priorizando la impor- nal de maquinarias y equipos creció el 102o/cJ . .l)e hecho, el gobier-
tación de maquinaria para íncre1nentar Ia producción agrícola, no peronista adaptó eficientemente sus políticas econónücas a las
mientras continuaba Hrnitando el crédito industrial.:16 cambiantes condiciones de posguerra y a5Í logró n1antener altos
Otros can1bios relevantes fueron el renovado interés del go- niveles de empleo, sostuvo la producción de bienes de consumo
bierno por el desarrollo de la industria pesada -evidente en. el 1nasivo y evitó una devaluación que hubiera afectado de 1nanera
proyecto de construcción de la acería SO MISA y las Industrias Ae- significativa el alto poder adquisitivo recientemente ganado por
ronaúticas y Mecánicas del Estado (IAME) para la fabricación de los sectores trabajadores. 38
automóviles y aeronaves- y la bienvenida a capitales extranjeros
corno la fábrica automotor Kaiser y la petrolera Standard Oíl. Para
aquellos sectores que estaban experimentando dificultades para
LOS SALARIOS AL TOS Y LA "CADENA DE LA PROSPERIDAD"
satisfacer la detnanda interna, como el petroquímico y el de elec-
trodomésticos, el gobierno pro1novió un aumento de la producti-
vidad: "producir, producir, producir" se transforrrió en la consig- El aun1ento del poder de consumo de los sectores de rnenores
na del 1non1ento. En 1955 el gobierno convocó a empresarios y ingresos fue el motor del plan peronista de desarrollo industrial y
trabajadores al Congreso de la Productividad, donde exhortó a la pleno empleo. En 1944, Perón declaró:
32 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 33

para las familias de trab0jadores."'12 l~os con1unistas apuntaban a los


Cuando ya no sea posible exportar, si consumimos sólo industriales, a los que consideraban egoístas, explotadores y para-
el cincuenta por ciento, ¿cuál será la situación de nuestra sitarios, con10 lo ~jernplifica el person~je ridiculizado en una rcvis-·
industria, de nuestra producción? Habr;;í. una paraliza- ta sindical textil, que ante l;1s dernand·,ls de sus obreros respondía·.
ción del cincuenta por ciento y vere1nos a un millón de "¡(:uando pienso que rnis obreros se atreven a recla.mar un au.tnento
argentinos desocupados que no tendrán en qué trab::~jar, de ~~ueldo, cuando acabo de 50 000 pesos en la ru1cta!".' 1:'
ni con qué vivir. No habrá otro remedio que aurnentar el I.os industriales eran reticentes a acept:u- su rcsponsabilidacl
consumo. Y el consun10 sólo podrá aun1entarse elevando por el b~~jo estándar de vida de los trab;:~jadorcs. /\ principios de
los sueldos y los salarios para que cada uno pueda consu- los aüos cuarenta, el presidente de la lJIA l,uis (~olornbo hacia
mir más de lo que consume actualmente y permitiendo declaraciones grandilocuentes (')Obre el Cc)lnp.ro1nlso de los rnicrn-
que cada industrial, cada fabricante, cada cornerciante bros de la institución en la defensa de los o1}reros "de la cuna a la
pueda a su vez producir lo rrüsmo que hoy sin verse obli- t.u1nba" pero, al nüs1no tiernpo, la UL-\ se oponía al salario iníni-
gado a parar las máquinas y a despedir a sus obreros.s9 1110. I,as pocas voces patronales gue abogaban por los derechos de
los obreros 1o hacían de inanera individual, .paternalista y con el
Si bien la transformación de los trabajadores en consumidores fue ol~jetivo de reducir tensiones de clase y disciplinar y contener a la
vital para el proyecto de Perón, los gobiernos que lo precedieron fuerza de trabajo. I)i Tella, por t:ie1nplo, ofl~ecía salarios cornpt>-
prestaron poca atención al limitado consurno popular en el país titivos a su.s trab;.~jadores, pagaba bonificaciones en caso de boda
e ignoraron los Harr1ados de atención de los reforn1istas sociales. o nacirnient.o y n1antenía diversos prograrnaS sociales,. n1edidas a
Desde el clásico estudio de Juan Bialet Massé que denunciaba las la:>J que consideraba herran1ient;.1s de "pacificación social". Sin ern-
terribles condiciones de vida en el interior, hasta las investigacio- bargo, el ducüo de SIAM fue excepcional entre sus pares, a quie-
nes de médicos, abogados y militantes de izquierda sobre el están- nes resentía por tener una visión del rol crnpresarial sern(;jante a
dar de vida de la clase trabajadora en los grandes centros urbanos, la de! "dueño sin1plón y avaro de una ticndita".'1'1
diversos círculos intelectuales y profesionales advirtieron sin éxito En los ailos treinta y principios de los cuarenta, el Departan1en-
al estado sobre las privaciones sufridas por los sectores de meno- to Nacional de rfrabajo condq'jo una serie de investigaciones so-
res ingresos. En su visita a la provincia de San Juan en los años bre las condiciones de vida de los trabctjadores de Buenos Aires
treinta, el doctor Pedro Escudero, por t>jemplo, observó conster- que confirmaron lo que 1nuchos estudiosos habían argurnenLado
nado cón10 las farr1ilias rnás pobres sobrevivían a base de uvas y de durante décadas. lin infor1ne de 1937 de1nostraba que una fan1i-
un guiso hecho con carne de perro. 1 ll lia obrera co1npuesta por una part;ja y tres hijos n1enorcs de 14
A pesar de que las terribles condiciones de vida eran especialmen- aüos gastaba el 60% de su presupuesto en alirnentos y co1nbus-
te alarmantes en el norte y en las zonas rurales del país, los investiga- tible, el 20% en alquiler, el 10% en. bienes de consun10 ·baratos,
dores sociales argumentaban que el subconsumo era una constante especialmente en prendas de vestir, y el resto en transporte, rne-
en todos los sectores de bajos ingresos, aun en zonas tradicional- dicinas y entrcteninüento. El estudio no brindaba inforrnación
mente ricas corr10 el litoral y la región pampeana. 41 De hecho, crí- sobre los ingresos de la rn1;jer y los nillos, pero revelaba que el
ticos como el líder comunista Paulino González Alberdi sostenían padre de :1:3.núlia cobraba 127 pesos mientras que los gastos do-
que incluso los obreros de Buenos Aires debían elegir entre pagar el mésticos eran de .164 pesos. Aunque ese déficit rnensual de 37
alquiler y alimentar correctarnente a sus h!jos y que, en consecuen- pesos -que representaba cerca del 30% del salario pro1neclio de un
cia, la desnutrición y las enfermedades eran arnenazas constantes trabajador- ratificaba la idea del subconsumo entre los sectores de
34 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRAS lNDlJSTR1A, SALARlOS Y ESTADO 3~)

1nenores ingresos y de1nostraba que incluso las necesidades bási- Nunca como ahora los trab"'.jadores han tenido tantas
cas _permanecían insatisfechas, el gobierno ignoró, una vez más, garantías del estado para la acción sindical en defensa
los resultados de la investigación. 4'' de sus intereses econórnicos y sociales. [ ... ] Porque no
1"ras el golpe de 1943, las nuevas autoridades redqjeron los al- olvidarnos todo eso, es que apoyamos la -obra revolu-
quii'eres e impusieron el control de precios de productos de pri- cionaria de la Secretaría de Trab<tjo, porque es nuestra
men1 necesidad, pero entre 1943 y 1945 los salarios reales no ex- csperanza.'19
perlrnentaron un crecünicnto significativo. La situación carr1biarfa
con la llegada de Pcrón al Departarnento Nacional de 1'ral:x.'tjo -gue C'.on Perón en L1 presidencia, los salarios reales llegaron <i niveles
pronto se transforn1aría en la Secretaría de ·rrab~jo y Previsión So- sin prcccdcntes 1 prhnero entre los trabajadores industriales, :iin-
cial-, donde contó con la asesoría de José Figuerola, el director del dicalizaclos y urbanos y luego, a n1edida q1le_ aurnentó la sin<licali-
equipo de estadística que había llevado adelante las investigaciones zación -el núrnero de trab;:üadores agrenüados creció de 4g4 814
sobre las condiciones de vida obrera unos años antes. (~on Perón en en 1946 a cerca de 2,5 millones en 1951-, a la n1ayoría de los asala-
la secretaría, la, cuestión salarial se tornó central. Si el crecilniento riados. Entre 1946 y 1949, el salario real creció el 62%J, generando
industrial y el pleno ernpleo dependían del consumo interno, los una explosión en el consurno y poniendo en:rnarcha la cadena de
buenos salarios eran el rnotor de la "cadena de la prosperidad": los la prosperidad aun entre los trab~jado-res t:i;adicionalrncnt.e n1ás
sueldos altos alirbentaban la den1anda agregada, que así est.ünulaba vulnerables.~'º En una reunión con Perón; por ~jen1plo, el líder
la producción, y a su vez esta irnpulsaba el aumento salariaL'16 En <le los gastronó1nicos denunció que la pro pilla era una ofensa a la
1951, Perún explicaba esle "círculo virtuoso" argurnentando que: dignidad de los inozos que debían "aceptar corno gracia o lin1osn<~
lo que en justicia les corresponde corno retribución a su jornada
lJtilizan1us un sisterna distinto a todos los que se han usa- de trabcijo"." 1 Corno respuesta, el gobierno abolió la propina y es-
do en el rnundo en épocas de crisis y necesidad. (:uando tableció el laudo gastronómico, un monto ftjo de entre el 8 y el
decían que había que hacer cconon1ía, les reducían los J 8%J de las ganancias mensuales -variable de acuerdo con el tipo
sueldos a los obreros. Nosotros dUiinos: ¿Estan1os pobres? de estableciiniento- que los restaurantes, bares y cafCs debían sn-
Páguenle cinco veces rnás de lo que se les pagaba antes. 1nar a los salarios del personal. Mientras el gremio festejó con en-
l)e ese n1odo se reactivó la economía y todo salió bien. 47 tusiastno la rnedida, los etnpleadores resintieron profundarnente el
acceso de los sindicatos a los libros de cuentas para verificar el pago
Con el apoyo de la Secretaría de ·rrabctjo y gracias a convenios co- correcto del laudo y acusaron al gobierno de ponerlos al borde de
lectivos, los obreros obtuvieron irnportantes 1n<joras salariales por la quiebra. Los críticos rnás sarcásticos, por su parte, insinuaban
las que habían luchado infructuosan1ente durante largo tiernpo que gracias al generoso laudo 1nuchos arquitectos, abogados y
y que habían sido, de hecho, su principal recla1no en más de la n1édicos estaban conte1nplando la posibilidad de emplearse como
mitad de las h,uelgas realizadas entre 1937 y 1943, Sólo en 1944, mozos. 52 A pesar de los cornentarios irónicos y la visión apocalíp-
fueron negociados cerca de 1nil convenios colectivos con el apoyo tica de los propietarios, en 1951 había en Buenos Aíres cuatro
de la secretaría, y ese aüo y el siguiente se resolvieron n1ás huelgas veces más restaurantes que en 1945, más del 30% de la ciudad
a favor de los trabajadores que en cualquier otro período. 48 En estaba ocupada por establecinlientos gastronórnícos y en algunas
ese contexto, entonces, no es sorprendente que en el prirner ani~ áreas corno en la avenida Leandro N. Alern -que contaba con
versario de la secretaría, el líder de los trabajadores azucareros la veinticinco restaurantes en sólo dos rnanzanas- la concentración
considerara co1no el puntal del movimiento obrero: de comedores era altísirna.''3
36 CUANDO LOS TRABAJADORES SALlERON DE COi\tI.PRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 37

la distribución del ingreso fue una de las fuentes de tensión más


importantes entre el gobierno y el sector ernprcsario, que desde
un principio lo acusó de politizar las cuestiones laborales e imp1e-
rr1entar cambios perjudiciales para el scctor. 53 Dos meses antes de
la victoria electoral del pcronisrno en 1946,_la tJ.I1\, la Sociedad
H. ural Argentina (SRA. ) y otros organisrnos ·ernpresarios se unie-
ron en un cierre patronal de tres días para protestar contra el de-
creto 33 302 que, enlre otras n1edidas, estableció una i!11portant.e
suba salaria] e instituyó el aguinaldo, un pre1nio anual equivalente
a un rnes de salario pagadero en dicien1bre. 56 El in1pacto del agui-
naldo en el presupuesto obrero fue nn1y pronto evidente. Si entre
1939 y l D45 el poder adquisitivo de un irab<1jador no calificado
se había incrernentado el 25%, el aguinaldo lo aurnentó el 35%).
Paradqjican1ente, muchos de los que participaron del cierre pa-
tronal y que se oponían al aguinaldo no d('._j<J,Ton de reconocer su
rcpercusiún en la actividad cornercial y ·e1nplearon propagandas
en diarios y re--vistas para urgir a los lrab<~jadores a gastarlo en sus
productos.'' 7
J\.dcrnás de los au1nentos salariales y el aguinaldo, otTas rnedi-
das con10 las vacaciones pagas, la licencia paga por cnfern1edad
y el congelarniento de los alquileres -el rnonto del presupuesto
n1ensual destinado al alquiler pasó del 18% en 1943 al 2,6(}(¡ en
1957- incren1entaron notablernentc el ingreso disponible entre
PORQUE tos SALARIOS HAN los sectores trabajadores.-"'ii El aumento en tiendas y negocios del
AUMENTADO fN UNA PROPORCION crédito sin interés y sin entrega inicial tan1bién contribuyó de n1a-
MAYOR QUE lOS PRECIOS
nera considerable a la atnpliación del consumo, especiahncnte
de bienes durables que de otro modo hubieran sido inaccesibles
La propaganda del g-obierno ren1arcaba los altos ingresos de los
trab;-~jadores argentinos en cornparación con sus pares en otras partes para la mayoría de la población. En 1954, por eje1nplo, Sii\JVJ ven-
del rnundo. dió el 63% de sus heladeras en cuotas 1nientras que, entre 1950 y
Fuente: Ahora, 3 de agoslo de El47, p. 7.
195.5, el pago en cuotas para cornprar todo tipo de electrodon1és-
ticos se duplicó en I~uenos i\.ires:"~ 1
En 1954, los salarios alcanzaron el 58% del ingreso nacional, una El aurnent.o del crédito y el circulante, el crecirniento de los sa-
cifra récord en el país, que sirvió al peronisrno para rnostrar córno larios, el ascenso del consu1T10, el creciente gasto público y luego
"el capital se pone al servicio de la econon1ía y la econornía al el déficit de la balanza de pagos contribuyeron a un proceso infla-
servicio del hombre" .5'1 l.as ganancias ta1nhién continuaron cre- cionario que aumentó el costo de vida. Hasta 1949 1 en un contex-
ciendo, espec.iahnente porque la generosa política de crédito a la to de alto poder adquisitivo, el gobierno sirnplificó las cornplc¿jas
industria sirvió para subsidiar los aumentos de salarios. Sin embargo, causas de la inflación entendiéndola con10 el resultado de la escasa
38 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRr\S INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTAD.O 39

oferta de bienes de consumo debido a la falta de materias primas tar obrero. Corr10 respuesta, el gobierno lanzó una carnpaña para
00
Y equiparniento. Para contrarrestar la inflación, las autoridades incentivar la austeridad en el consurno y de esta rnanera disminuir
propusieron medidas tendientes a incrementar la producción in- la presión sobre los precios y au1nentar los excedentes exporta-
dust.rial y establecieron precios máximos para algunos productos bles, por ~je1nplo, en el caso de la carne. Perón afirmó que el
de consumo n1asivo, corno alünentos, prendas de vestir, entradas consuxno exacerbado de los sectores de menores ingresos en los
al cine y hasta servicios ele peluquería. En 1948, el gobierno creó últ.irnos aiíos había sido una respuesta ;'natural", aunque negli-
la l)irección Nacional de Vigilancia de Precios para responder a gente, después de décadas de privaciones. Satisfechos los deseos
las qu~jas y denuncias de consu1ni<lores y coordinar inspecciones postergados de consurno, era hora de regres.ar a un estilo de vida
--m~1~has veces a cargo de la policía- a fábricas y comercios para 111 ás austero y racionalizar los gastos. 1\sí, la frugalidad fue equipa-
ver1ficar el acatarniento de los precios n1áxirr1os. A pesar que Ja rada con una responsabilidad patriótica dt.; ciudadanos consun1i-
propaganda oficial denunciaba a rnayoristas y fabricantes corno dores. En otras palabras, la restricción en el consutno se convirtió
los principales infractores, la tnayoría de las inspecciones ocurrió en un deber cívico, una definición cornún en tiempos de crisis y
en pequeúos y rnedianos con1ercios. Al principio y debido a la alta de guerra. 6:' Aderr1ás de apelar a la austeridad de los consurrüdo-
con.centración de consuniidores, la supervisión fue restringida a res, el gobierno congeló los salarios por dos años, una estrategia
la c1.udad de Buenos Aires y al área metropolitana, pero luego el que dio buenos resultados rápidan1ente, ya .que hacia 1954 la in-
gob1e.r110 nacional aumentó la presencia en las provincias y las flación se había reducido al 3% y los habéres aumentaron entre
autor1cla~~~ inunicipales se hicieron cargo de los allananlientos y el 15 y el 209b.M
la superv1s1on en sus respectivos distritos.G 1 El crecinliento y el rnanteninliento del consun10 de los secto-
El grado concreto de control estatal, el ctunplirniento de las res de n1enorcs ingresos fueron cruciales para la definición pe-
leyes Y ordenanzas y las consecuencias de la "guerra contra el agio ronista del just.icialismo corno una ideología de fuertes impulsos
Y la espe~u.lación" para el comercio son difíciles de evaluar, pero igualitarios, que proponía una distribución rnás justa de la rique-
las estad1st1cas dernuestran que a pesar de las multas, el encarce- za. "Quere1nos producir, consumir, disfrutar o sufrir, pero todos
lamiento y la confiscación de mercaderías que penalizaron a los por igual, sin preferencias para nadie", sostuvo Perón sintetizan-
infractores, y de las quejas de los comerciantes por los efectos no- do su visión del fin de los privilegios de las rninorías. 05 Aspectos
civos del control estatal, el núrnero de establecimientos comercia- centrales del justicialismo con10 la igualdad social, las relaciones
les creció el 70% en todo el país entre 1946 y l. 954. Por otra parte, de clase armónicas y la condena del capitalis1no y el comunismo
el aumente~ de alternativas contribuyó a la revitalización general por la explotación de los trabajadores resonaron con la doctrina
del ·c~omerc10 minorista. Las proveedurías regenteadas por la Fun- del Quadragesimo Anno, la influyente encíclica de 1931 escrita por
dac1on Eva Perón y los sindicatos, las cooperativas de consun1o y el Papa Pío XL Adernás, originahnente, la iglesia co11sideró las
los mercados municipales que operaban especialmente en ciuda- políticas peronista...; de redistribución del ingreso y regulación de
des grande~ Y medianas representaron una excelente opción para las condiciones de trabajo como un antídoto a la expansión del
los consumidores obreros, ya que ofrecían una gran variedad de comunismo, una reafirmación del rol tradicional del padre como
productos a los precios fijados por el gobierno.62 sostén de la farnilia -y por tanto, la revalidación de la familia tra-
Hacia 1952, la balanza de pagos visiblemente deteriorada, la dicional-y una contribución concreta a una n1<::;_jor calidad de vida
pro~ucción industrial en declive, la escasez de alimentos y com- de los sectores n1enos favorecidos. Estas congruencias ideológicas
bustibles y el salario real un 13% rnás bajo que en 1943 provoca- entre ainbos -que, en sus inicios, el peronisn10 se encargó de re-
ron un aumento en el costo de vida poniendo en riesgo el bienes- saltar- hicieron aljusticialismo potencialmente atrayente para los
40 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE C01'1PRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 41

católicos a pesar de que, más tarde, cuestiones corr10 la educación vida digna, claran1ente den1ostrado en la declaración de los dere-
laica, el divorcio y hasta el consumo popular daüarían irreparable- chos del trab~jador de 1947 y lueg·o incorporados a !a Constitución
mente la relación entre la iglesia y el gobierno de Perón.6(; de 1949. l.a declaración incluía el derecho a la retribución justa,
l\!Iás allá de sus resonancias con la doctrina católica, la defi.ni- al mc:joramiento económico y aLbienestar, que suponía vivienda,
ción peronista de justicia social expandió el concepto de ciuda- vestido y aliinentación adecuada así con10 descanso libre de prt>·
danía a] incluir los derechos sociales y econó1njcos adernás de los ocupaciones. Para el peronisrnf), una rernuneración justa no sólo
derechos políticos. En 1946, Perón respondió a las acusaciones de debía perrnitir la satisfacción de las necesidades básicas, sino tarn-
fr1scis1no argu1nentando que nüentras la oposición caracterizaba a bién garantizar un estilo de vida. confortable. 70 De acuerdo con la
]as próxilnas elecciones con10 un cnfrentanüento enLre la libertacl ideología pcronista, ese estilo de vida era inalcanzable tanto en el
y la tiranía, la verdadera contienda era entre su propuesta para capit.a1is1no co1no en el comunisn10, ya que ambos rnantenían los
rnejorar el estándar de vida y la de la oposición para perpetuar salarios b~1jos para capitalizar a las ernpresas-privadas o al estado,
la desigualdad social. 67 La vifieta Lo que oa de ªJera hoy, publicada respectivarnente. En consecuencia, an1bos sist.en1as lirnitaban el
en 1947 en el diario La l.~jJoca, ilustra clara1nente esa dicotornía. consumo popular e infringían el derecho de los trabajadores al
Por un lado, un industrial obeso, fumando un toscano y luciendo bienestar. Por el contrario, la tercera posición pcronista proponía
un costoso reloj de bolsillo entrega a un trabajador raquítico un u.na sociedad donde el "capital hurnanizado': servía a los intereses
coqjunto de rollos con títulos con10 "(~onstitución" y "Prensa I,i- de la con1unidad y el gobierno actuaba· ccirno un c11te n1ediador
bre"' y el desahuciado beneficiario pregunta: wrodo esto está rr1uy que prevenía la explotación sociaL l)e acuerdo con la revista Jvlun-
bien ... pero yo, ¿con qué corno?". Por el otro, el exultante y agra- do J->eronista, el paraíso no estaba ni a la derecha ni a la izquierda,
decido trab;c1jador Juan Pueblo estrecha anirnaclan1ent.e la rnano sino ''.justo en e1 n1edio, en el equilibrio ar1nónico de 1as fuerzas,
de un Perón sonriente mientras recibe derechos corno "Aguinal- que es la garantía de la libertad y de la justicia de los pueblos". 71
do'', "Aurnentos de sueldo" y "(=asas para obreros". El n1ens~1je es i\ pesar de los discursos incendiarios de Perón, la tercera posi-
evidente: el acceso a la ciudadanía social y econónüca es garantía ción fue una ideología refor1nista que alentó la conciliación entre
de justicia social, y esta es el funda1nento de la versión peronista de las clases y preconizó un estado interventor que resguardaba los
una "dernocracia verdadera". 68 derechos de los trabajadores y garantizaba el acceso a una vída
Si bien la rnayoría de los co1nunistas clesestin1aron la definición digna. El peronismo enfatizó la originalidad ejnnovación de este
peronista de justicia social con10 un ardid den1agógico y unieron estado regula.dor y de sus políticas al tiempo-que se apropió de
fuerzas con sus tradicionales cnen1igos contra Perón, 1nuchos proyectos del pasado -sobre todo de los forrnulados por el Parti-
líderes sindicales -algunos por convicción ideológica, otros por do Socialista- que nunca habían siclo imple1nentados. De inanera
oportunismo polftico- aceptaron y adoptaron rápida1nente el dis- sitnilar, revitalizó instituciones que hasta el mon1ento habían sido
curso de rectificación social del peronis1no. Ya en 194:5, por ejern- marginales y aplicó leyes laborales preexistentes que, con10 la del
plo, un portavoz de la Unión Ferroviaria afirmaba: "Queremos descanso dominical y la jornada de ocho horas, eran ignoradas.
dernocracia, libertad y norrnalidad institucional, pero por sobre Aunque su concepción no era original, la ilnplementación efecti-
todo queremos un rnínimo de justicia social que asegure a la clase va de catnbios legales e institucionales fortaleció la ilnagen del pe-
trabajadora un estándar de vida digno y humano, que es un dere- ronisrno con10 ideología excepcional y le dio contenido tangible
cho legítüno al que aspiran1os" .119 al farnoso lerna "Perón curr1ple". 72
La definición de justicia social peronista fue atrayente para los
sectores trabajadores por su énfasis en la prosperidad material y la
42 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COWfPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 43

EN DEFENSA DEL PODER ADQ.UISITIVO En las actuales circunst<etncias no es ya urgente, sino im-
postergable, itnpedir con energía el engaño del consu-
Aun cuando los salarios altos y los precios f~jos eran cr1t1cos midor, pues de lo contrario, las leyes co11tra el agio resul-
para la cadena de la prosperidad, el gobierno sabía que la tan enervadas, al quitársele en la calidad o cantidad de
protección del poder adquisitivo de los sectores de rnenores las rnercaderías vendidas) aquello que el legislador quiso
ingresos dependía del control exhaustivo de la calidad de los poner a su alcance a precios razonables. 7''
productos de consurno, especialn1ente de los alirnentos. I_,a in-
dustria alimenticia, que incluía grandes fábricas rnodernas que Irónicarnentc, rnientras la Argentina era considerada. el granero
producían para todo el país así corno plantas irnprovisadas que del rnundo, la adulteración de aJin1entos -aguar o endulzar leches
vendían a escala ]ocal, era el principal empleador del sector y vinos, utilizar colorantes para ]as carnes, diluir bebidas con líqui-
industrial y satisfacía la dernanda interna en su totalidad. Más dos tanto inofensivos corno nocivos y usar aditivos tóxicos para la
aún, en los aüos cincuenta estaba en medio de un in1portante preservación- era tan extendida como sus fa1nosos trigales. 1.os
proceso expansivo. Entre 1946 y 19.72, por ejernplo, las f~í.bri­ expertos en la materia sostenían que el aun1ento de1 consumo
cas de pescado enlatado triplicaron su producción sustituyendo había propulsado el surginüento de fabricqntes no cali_ficados e
cornpletamente las importaciones. De n1anera similar, la pro- interesados en ganancia5 fáciles y rápidas en, detrirnento de la ca-
ducción de duraznos enlatados creció de 5 1nil1ones de latas en lidad de los alimentos y de los intereses de16s consum.idores. 7G En
1939 a 20 millones en 1953 y, en el rrüsn10 período, la producción i94:2, un reporte de la U.S. Office of Foreign Agricultural Rela--
de vinos se duplicó. 7.1 tions afirn1aba que si el gobierno argentino' aprobaba y aplicaba
La mayor producción respondía al aumento de la dernancla leyes de control sanitario, la mayoría de las plantas alirnenticias
causada por el crecimiento poblacional pero, sobre todo, por el n1ás pequeüas deberían hacer cambios drásticos en sus operacio-
nuevo poder adquisitivo del que disfrutaba la población trabaja- nes o serían clausuradas. A su vez, los grandes productores tam-
dora. Los consumidores obreros, quienes tradicionalmente gasta- bién perjudicaban la credibilidad del sector aliinenticio ya que,
ban cerca de la mitad de su presupuesto en alimentos que antes en un contexto de derr1anda expansiva, b~jaban la calidad de sus
eran caros y de poca calidad, ahora podían diversificar su dieta y productos en búsqueda de ganancias aún rnayores.7 7
acceder a más, mejores y nuevos productos. Además, el consumo Por su parte, el estado había históricamente relegado el con-
de alimentos envasados y enlatados como cervezas, chocolates y trol de la producción y venta de alimentos. A principios de los
galletitas aumentó en fortna notoria con el crecirrliento del rner- aúos cuarenta, el investigador Jorge Mullor afirmó que el 80%
cado urbano debido a la migración interna. 74 de la población nacional consumía alimentos que no habían sido
El gobierno, por su parte, utilizó el nuevo acceso de los sec- inspeccionados ni aprobados por las autoridades estatales. Los
tores de rnenos ingresos a una dieta variada y nutritiva como un intentos gubernamentales por monitorear los comestibles esta-
ejen1plo concreto de la justicia social peronista y de los efectos ban limitados a los municipios, que por lo general carecían de
dernocratizadores -en este ca5o, en las mesas familiares- de su."! personal, recursos econónlicos y tecnológicos y hasta de instru-
políticas salariales. Por esta razón, la relación precio-calidad de mentos institucionales y legales efectivos para la tarea. 78 Por estas
los alimentos era crucial para mantener el alto poder adquisitivo razones, el control estaba principalmente centrado en la leche,
ele los salarios e increrr1entar el ingreso disponible. Al respecto, el la carne y el pan, que eran los cornponentes más importantes de
diputado peronista Eloy c;amus manifestó: la dieta popular y que al ser productos frescos permitían detectar
la adulteración y descomposición de forrna más sencilla. El otro
44 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 45

foco de control eran los mataderos clandestinos, pero los intentos 90 300 kilos de co1r1estibles e inspeccionó 8.nüllones de latas de
de detener la producción ilegal de carnes -así como de otros ali- alitnentos y más de 4 rnillones de botellas de bebidas:"-'1
1nentos- fueron generalrr1ente ineficaces, sobre todo debido a la El caso n1ás publicitado h.ie el "esc~inda1o l\/lu-Mu", que es uli
corrqpción de las autoridades. 79 ~jcn1p.lo claro del nuevo rol del estado en la irnpien1entación de
Para revertir esta situación, el peronis1no irnplemcntó irnpor- mecanisn1os de conr.rol de calidad aliinenticia y de ias nueva::;
tantes cambios destinados a proteger la salud pública, sentar las expectativas r:iúblicas de h.igiene y honestid~1d coinerciaL Mu-Tviu
bases de una población sana y salvaguardar la econoxnía bogan:>· era una fábric:J ele chocolaLe,'i y y;olosiuas JJe Bueno~; /\ircs que
ña. El estado nacional rccono,ció que, aun si los ;;ilirnentoN tenían produch1 varias rnarcas de· venta nacionaL 'fras nna inspección
precios estables, la rnala calidad pe1judicaha los presupuestos de a la planta ordenada por el l\ilinisLerio de Salud que rcvció con,
las fan1ilias obreras y, en consecuencia, articuló por primera vez cliciones de producción y depósito insalubres, .los resultados de
una extensa red institucional y reguladora desde la fábrica hasta laboratorio atTc:jaron que las golosinas contenían fragn1cntos
el n1ercado. Fundada por el nlinistro de Salud Ramón c;arrillo, de insectos, larvas y bacterias. l,a policía de la capital conJJscó
en 1949) la l)irección Nacional de Ali1nentación (DNA) -cuya e incineró 60 000 kilos de golosinas y chocolates en pocos días,
creación los expertos en el área habían solicitado al estado sin rnientras que las autoridades nacionales y tnunicipales trab;:ü;+
éxito durante décadas- estaba a cargo de la investigación nutri- ron de rnanera conjunta para llevar a cabq confiscaciones en el
cional y la organización de campaüas educativas y publicitarias, resto de país. Las inspecciones se extendicr~on a otras fábricas de
Yotorgaba respaldo técnico a la industria alirnenticia. Asirnisrno, golosinas y M_u-.Mu, por su part.e, permaneció claus11rada entre
la DNi\ ordenaba inspecciones de fábricas a través de la reciente- l949 y 1953,"'"
n1ente organizada Policía ..c\lin1entaria o coordinando y asistien- El caso de l\lu-Ivlu den1ostró la necesidad de crear un apara-
do a las autoridades locales, recolectaba estadísticas y ~antenía to legal vasto y efectivo que asistiera a las agencias nacionale:s y
un registro nacional de empresas alin1ent.icias. Corno parte de locales en su accionar. C:on la excepción de Buenos Aires, que
sus tareas, la 11NA ta1nbién supervisaba al Instituto Nacional de había aprobado un código alünentario a fines de los años veinte,
Nutrición, la Escuela Nacional de Nutricionistas y el Instituto el resto de las provincias sólo rccienten1cntc había con1enzado a
de Broinatología. 80 En su particular tono celebratorio, el diario codificar sobre la n1ateria. (:órdoba, por ejernplo, sancionó un
peronista La 1~/Joca elogiaba la eficiencia de la 11Ni\ afirrnando código provincial en 1937 y Santa Fe hizo lo propio en 1941.w'
que detectaba noventa y nueve de cada cien casos de alin1enlos En 1951, el Ministerio de Salud noinbró una cornisión forrnada
adulterados. 81 por ocho autoridades públicas y cuatro representantes de la in-
A pesar de que la f~1lta de archivos y la parcialidad de la prensa dustria alimenticia para redactar el prirner Reglan1enlo A.Jin1e11-
dificultan el an;ilisis de la efCctividad de la l)NA, el nivel de inter- tario que, aprobado por decreto dos años 1nás tarde, incluía n1ás
vención estatal nacional, provincial y n1unicipal en la industria ali- de 950 artículos, establecía estándares de elaboración, depósito,
menticia durante el gobierno peronista no tuvo precedentes, En etiquetación, envoltorio y cornercialización, y ordenaba rnétodos
1949, un decreto nacional deter1ninó que todos los comestibles de pasteurización, esterilización y preservación. i\sinlisrno, el re-
comercializados en I~uenos Aires y en los territorios nacionales de glan1ent.o preveía penas de detención, confiscaci_ón de productos,
Misiones, (~haco, Forrnosa, La Pa1npa, f:hubut, l{ío Negro, Santa clausura de instalaciones y cancelación de pcnnisos de operación
C:ruz y ~fierra del Fuego debían ser aprobados por el l\!Iinistcrio para los infractores. Si bien inicialn1cnte el reglan1ento de 1~)53
de Salud. 82 Ese rnis1no arlo el Departarnento de Quínlica de Bue- sólo fue aplicado en la (Japital Federal y los territorios naciona-
nos Aires encontró 15 310 casos de infracción sanitaria, confiscó les, la rnayoría de las provincias adhirió a él organizando nuevas
46 CUANDO LOS TRABAJADORES SALIERON DE COMPRA~ INDUSTRlA, SALARIOS Y ESTADO 47

agencias de control que irnplementaron locahnente muchas de monitorear y castigar estas infracciones, y estirnuló la creación de
sus n1edidas. 86 nuevas reglamentaciones cada vez más detalladas, corr10 algunas
Además de la adulteración y venta de alin1entos en mal estado que pautaron el tipo de letra a ser utilizado en las etiquetas. Ade-
debid.o a condiciones insalubres de producción, depósito, trans- má"i, incentivó la aplicación de leyes y decretos locales caídos en
porte y ccnnercialización, e! fraude cornercial tarnbién incluía el desuso y propició la reactivación de agencias _estatales hasta el 1no-
surninistro de infor1nación incorrecta sobre el peso, los ingredien-· mento rnarginalcs. Por t:jen1plo, la arcaica T)irección de I.ea1tad
tes y el valor nutriciona1 de los a1irnentos y la calidad de sus co1n- (;oxnercial creada para investigar las infracciones a la ley l.] 275
pone11tes. Por esta razón, la relación precio-calidad no dependía adquirió nueva relevancia y, gracias a ello, el núrncro de infraccio--
únicaniente de la forn1ulación y control de pautas de salubridad, nes detectadas creció de 29 en 1943 a 500 eri 1949.8"
sino t<u11bién de que Jos consurnidores tuvieran inforrnación fide- .Pero el control de etiquetas era sólo una _parte de la solución
digna sobre los productos que consun1ían. Alin1cntos n1ediocres al problema ya que, frecuentemente, la primer,1 fuen.te de infor-
corno vinos aguados o rnern1cladas con más azúcar que fruta no inación sobre un producto era la publicidad. i\ tono con el auge
eran necesaria1nente causas de enfer1nedad, pero no obstante comercial de la época, 1a publicidad de 1nediados del siglo XX
constitu [an una forr:na de fraude con1ercial cuando Jos consun1i- experimentó un crecimiento excepcional y _protagonizó cambios
dores los pagaban al precio de un producto de buena calidad. sin precedentes, como el hecho de que-el 40_% de los clientes rnás
Por c:je1nplo, en el caso de los aceites de cocina, los fabricantes pTandes de las diez ag.encias de publicidad tnás importantes del
0 '
solían vender corno aceite de oliva --con etiquetas ilustradas con país estuviera cornpueslo por cn1prcsas aliillenticias. l] aurnento
olivos y aceitunas- una n1ezcla de aceites rnás baratos, corno el de de la publicidad de alirnentos fue un fenón1eno novedoso, ya que
girasol y el de rnaní. Es Lo ocurría con frecuencia porque el estado en las décadas del veinte y del treinta las propagandas ele este
no ejercía ningún control sobre las etiquetas, envases y publici- tipo publicadas en diarios eran muy escasas y, en las revistas, la
dades de los productos alünenticios. La ley 11 275 era la única cantidad de empresas y productos publicitad.os era lirnitada y los
que versaba sobre la materia; prornulgada en 1925, ordenaba sólo avisos aparecían de forma intermitente. 1N A pesar de ello, tanto
la inscripción "Industria argentina" en los productos fabricados los sindicatos corno las organizaciones vecinales identificaban y
en e! país. I.,a ley había sido una reacción contra los f~1bricantes denunciaban, con poco éxito, las publicidades engaf1osas y la ±::1lta
que usaban nombres extranjeros para sus productos, eliquet.as de control estatal. 1.as denuncias apuntaban a casos corno el de
en otros idion1as y hasta falseaban el lugar de elaboración co1no los fabricantes de ·malta que publicitaban su producto co1no un
estrategia para atraer a las clases rnedia y alta que preferían los refresco energizante para in~jeres lacLantes, cuando en realidad
productos ünportados. 87 era una cerveza sin alcohol que, por sus supuestas propiedades,
l)urdnte el peronisn10, en cambio, la expansión ele la indus- corr1ercializaban al doble de precio. 90
tria alünent.icia, el crecirriiento del n1ercado consumidor y la L.as qu~jas de los consunüdores tuvieron pocas consecuencias
consecuente con1petencia cornercial iinpulsaron regulaciones porque los pocos decretos municipales que intentaban controlar
1nás estricLas sobre la cantidad y el tipo de información que los la propaganda corr1ercial desde 1nediados de los aflos treinta sólo
fabricantes debían brindar sobre sus productos. La ley 11 275 fl1e requerían que la información publicitaria no contradijera la que
reforinada en 1949 para cuinplir con este o~jetivo: prohibió el uso aparecía en las etiquetas y envases. 91 En cambio, con la reforrna
de etiquetas y publicidades con información inexacta o exagerada de la ley 11 275 el estado prohibió el uso de argun1entos falsos o
sobre la cantidad, calidad, origen, contenidos y propiedades del engañosos en la publicidad y sancionó con altísimas inultas a los
producto; dio extensos poderes de regulación al e~jecutivo para infractores. La presentación de los avisos publicitarios para apro-
48 CUANDO LOS TRABAJADORE:S SALIERON DE COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 49

bación gubernamental era voluntaria, pero las organizaciones


que nucleaban a los agentes publicitarios la recornendaban acti-
varnente dado que las autoridades podían prohibir la circulación
de los avisos infractores de 1nanera inn1ediata. 9 ~ En algunos casos,
Ja aprobación previa del anuncio era obligatoria. :En ] 949, el de~
creto 7358 ordenó la autorización del IVfinisterio de Salud para
!a publica.ción de argumentos publicitarios que alegaran propie-
dades nutricionales o tcrapéutic;;-1s de productos alimenticios. l.,a
Larca de control recayó sobre distintas agencias locales: en Buenos
Aires, por <;je1nplo, los avisos debían enviarse al Instituto de Bro-
rnatología; y en Santa Fe aJ l\linisterio de Salud de la provincia.'J'J
Estos ca1nbios no fueron bienvenidos por los agentes publicita-
rios, acosturnbrados a trab;,~jar sin interf-Crencias. lJno de los direc-
tores de la oficina en Buenos Aires de la fa1nosa agencia de publi-
cidad estadounidense J. VVait.er 'Tho1npson se quejaba de que en
Rosario no podían publicar avisos que afir1naran que un produclo
era "el 1ni:jor" o "el único", porque las autoridades querían prue- El presidente es inforrnado sobre los beneficios de cou1prar en los
rccienten1ente inaugurados autoservicios.
bas contundentes de dichas aseveraciones. Por un lado, los publi- Fuente: Gentileza del Archivo General de la Nación.
citarios consideraban que los nuevos requisitos eran excesivos y
tornaban su trab<:~jo Inás engorroso y, por el otro, exhortaban a
que el control proviniera desde dentro rnismo de la profesión.!M A. mediados de los aiios treinta la 111ayoría de la industria uti-
Si la calidad, procedencia y características de un producto ali- lizaba recipientes de hcüalata, pero la Segunda C;.uerra Mun-
rnenticio podían ser tergiversadas en etiquetas y publicidades, la dial afectó las importaciones de ese rnateríal y los fabricantes
cantidad tarnbién podía ser falseada con10 lo afirmaban expertos y adoptaron diversas alternativas, sobre todo frascos de vidrio
consu1nidorcs que denunciaban que el peso y las n1edidas declara- que eran accesibles, baratos y part.icular1ncnte adecuados para
das en los envases difícilrnente coincidían con los contenidos rea- la conservación de alirnentos corno el café y el aceite. Después
les. Aunque la regulación de los rótulos apuntó a corregir irr1preci- de la guerra, a los envases de vidrio se agregaron otra vez las
siones, el problema era que el tarnaño y la capacidad de los envases latas, mientras el universo de los envases continuaba diversifi-
-agravado por la hllta de estandarización en los materi;1les y fOr1na- cándose. Sin ernbargo, los envases no sólo carnbíaron debido
tos- no coincidían con el peso neto de los contenidos.9') Botellas, la- a la adopción de nuevos materiales, sino tarnbién a la transfor-
tas y frascos eran generaln1ente n1ucho n1ás grandes y pesados que mación del comercio. Además de ser pu blicit.ados con10 prác-
lo necesario, creando la ilusión de que la cantidad de alimento era ticos, de buen sabor, econótnicos e higiénicos, los con1estibles
Inayor. Esta irregularidad contradecía el propósito rnismo de com- envasados impulsaron el surgilniento a principios de los años
prar alin1entos envasados, es decir, la adquisición de pequeüas can- cincuenta de los prin1eros autoservicios en las grandes ciuda-
tidades a n1enor precio, lo cual era especialmente útil para aquellos des del país. i\ su vez, la industria aliinenticia reconoció que en
consunüdores de 1nenores ingresos que carecían de los rnedios o el la futura era de los autoservicios, los paquetes, frascos y bote-
espacio adecuado para la conservación de comestibles.96 llas tendrían gue estar bien diseñados y :~er atractivos y funda-
50 CUANDO LOS TRABt\JADORES SALIERON DE COMPRAS INDUSTRIA, SALARIOS Y ESTADO 51

mentalmente estandarizados para poder ser bien ordenados y para dar an1plia cabida a los intereses del movirniento obrero, los
exhibidos en las góndolas. 97 reformistas sociales y algunos sectores industriales atraídos por la
En el nuevo contexto, algunos sectores de la industria alimenti- idea de una Nueva Argentina -fundada sobre bases igualitarias y
cia, como los distribuidores de café, acudieron al gobierno pero- nacionalistas. Aun cuando a principios de los años cincuenta la
nista para que regulara los envases. Estos sectores creían que la es- inflación y las sequías forzaron el "regreso al campo" e irr1pulsa-
tandarización era clave tanto para promover la cornpetencia leal ron un nuevo énfasis en la industria pesada,. el gobierno peronista
entre productores y comerciantes como para defender el poder dernost.ró su capacidad para n:1antener esa volátil alianza política
adquisitivo de los consumidores. 98 Para el gobierno la reglamen- que había establecido iuenos de una década atrás.
tación ele los envases permitiría reducir im~ortacion~s de ~ateria­ El ccnnponente 1nás novedoso de esa aliariza fue el 1novin1iento
les caros y asegurar el poder adquisitivo del salario. Diversos de- obrero, y la estrategia rnás original para obtener y conservar su
cretos presidenciales y resoluciones del Ministerio de c:o1uercio e apoyo fue la inclusión de los trabajadores en el mercado de con-
Industria suscitaron cambios fundamentales, empezando por la surr10 a través de un cor~junto de medidas laborales, salariales y
prohibición de ciertos materiales importados y la f~ación de me- sociales que el peronis1110 definió con10 un nuevo capítulo en la
didas, diseños y capacidades exactas para los envases de distintos 111archa colectiva de la nación hacia la n1odernidad. Para garan-
comestibles. Para implementar la regulación, las autoridades or- tizar un estándar de vida confürtable a los ~ectores trabajadores)
denaron la inscripción de todos los fabricantes de envases en un e1 estado agudizó su intervención en áreas que tradicionalmente
registro. Después de la inscripción y aprobación de los envases, el había ignorado. Fx1 un contexto en el que lás familias obreras gas-
Departamento de Control (~0111ercial otorgaba a los .f~1bricantes taban rnás de la nlitad de su presupuesto en alirner1tos, el gobier··
un número de certificación que ellos debían itnprünir o estam- no peronista se exnbarcó en un an1bicioso plan de control de la
par en sus envases corno muestra de conformidad con las regula- producción, comercialización y publicidad de comestibles con el
ciones técnicas. l,as nuevas disposiciones eran tan rígidas que los ol~jetivo de detener el fraude a los consumidores y contribuir a
fabricantes de envases sólo tenían un rnargen de dos milímetros aumentar el ingreso disponible para la adquisición de bienes de
de diferencia en relación con la altura, ancho, largo y diámetro consumo durables. La creación de la DNA, las inspecciones sani-
autorizados por el gobierno; los inffactores eran penalizados con tarias y la aprobación del Reglarnento Alimentario son eje1nplos
multas, clausuras, confiscación de stocks y hasta encarcelamiento. de esta faceta poco conocida del peronisrno, pero que constituyó
Con estos cambios, el estado reforzó el control sobre la industria una de las bases fundamentales para el surgimiento y la consoli-
y consolidó su rol n1ediador entre productores y consumidores.9º dación del mercado de consumo n1oderno en la Argentina. La re-
gulación y el control de etiquetas, envases y publicidad en defensa
La industrialización por sustltución de importaciones en los años de los intereses de los consurnidores contribuyeron a transaccio-
treinta, y fundan1entalrnente durante la Segunda Guerra Mun- nes comerciales cotidianas rnás justas y transparentes, que a su vez
dial, alentó dos visiones alternativas del desarrollo económico en ampliaron la participación económica de los trabajadores. C~on
la posguerra. Los alineados detrás del Plan Pinedo, que favore- la inclusión económica de vastos sectores sociales a rnediados del
cían el balance delicado entre la industria y el agro y las activida~ siglo XX no sólo surgió un n1ercado realmente n1asivo, sino tam-
des exportadoras, fueron desplazados por los oficiales militares bién se transformó la manera en que anunciantes y p11blicitarios
nacionalistas que tomaron el poder en 1943 convencidos de las definían al consurnidor.
ventajas de apostar por una industria orientada al rnercado inter-
no. Surgido de esa coyuntura, el peronisn10 reencauzó ese proyecto

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