Está en la página 1de 2

NOMBRE DE LA TÉCNICA: La escalera de presentación

Si realiza una acción formativa en la que todos los participantes ya se conocen, le


sugerimos que ponga en práctica la siguiente técnica de presentación, que le
ayudará a romper el hielo y a recoger las expectativas de los participantes ante la
materia en cuestión.

La técnica -que llamaremos "La escalera de presentación"- sólo precisa de papel y


bolígrafo, y tiene una duración de unos 10 o 15 minutos. El formador debe dar las
siguientes instrucciones:

• En una hoja de papel debe dibujarse una escalera de 6 escalones (ver la


ilustración).
• Cada uno de los escalones ha de rellenarse con la siguiente información
personal:
o En el primero, una afición.
o En el segundo, dos adjetivos que te definan personalmente.
o En el tercero, un dibujo de algo que te guste especialmente.
o En el cuarto, una ciudad o lugar que para ti tiene un significado
especial.
o En el quinto, qué comprarías con 60 euros.
o En el sexto, qué esperas obtener una vez acabado el curso.
• No ha de ponerse el nombre y es recomendable utilizar letras mayúsculas.
• El tiempo para realizar la escalera no tiene que superar los 5 minutos.

Una vez acabadas las escaleras personales, el formador las recoge y las reparte al
azar, siempre comprobando que a nadie le toque su propia escalera. El siguiente
paso será que cada participante, leyendo en voz alta los ítems apuntados, trate
de adivinar quién es el autor de esa escalera. El resto de participantes pueden
ayudar en la tarea, si descubren algún dato personal conocido de la persona. El
ejercicio termina cuando se han leído todas las escaleras y, consecuentemente, se
han presentado indirectamente todas las personas. El formador, por su parte,
recogerá en un papelógrafo o pizarra las aportaciones referentes al último
escalón: las expectativas.

Con esta actividad conseguirá:

• Introducir el curso de forma lúdica, rompiendo el hielo y creando una


cierta expectación. Además, la presentación de cada una de las personas
la hace un compañero, lo que quita tensión o rutina a la clásica
autopresentación.
• Promover un buen ambiente, al permitir un conocimiento más personal
entre los participantes.
• Recoger las expectativas o predisposición de los asistentes ante la materia
del curso, que puede servir para reorientar la impartición en lo que
proceda.

También podría gustarte