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Caso “La Cornisa producciones S.A. c/ EN-JGM-SC s/amparo ley 26.

1986”

Hechos:

La Sociedad Anónima conocida como “La Cornisa producciones” inicia un recurso de amparo
frente al Estado Nacional denunciando la eliminación de la pauta oficial en sus programas a
partir del año 2011, alegando que este es un trato injusto utilizado para sancionar el contenido
de los programas de la productora (que eran contrarios al gobierno nacional) y la publicación
los libros de “El dueño ” y “El y Ella” de Luis Majul (socio mayoritario de la producción) críticos
con el poder ejecutivo de ese momento. El amparo será rechazado por la jueza titular del
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal número
cuatro, entonces la denunciante apela ante la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Contencioso Administrativo Federal. La Cámara revoca la sentencia del juzgado y le da lugar
al amparo presentado por la sociedad anónima, entonces condena al Estado Nacional a
asignarle pauta oficial a la denunciante en un plazo de 30 días. Entonces el Estado Nacional
interpone un recurso extraordinario federal ante la Corte Suprema de la Nación. La CSJN
declara inadmisible el recurso extraordinario (invocando las facultades que le otorga el artículo
280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación 1), en consecuencia, dejando firma la
sentencia de la Cámara.

Sobre la pauta oficial y la desigualdad de trato y oportunidades en el caso:

La Cornisa producciones argumenta que la interrupción de la pauta oficial dispuesta por el


Estado Nacional en el 2011, de manera repentina y arbitraria, es una violación al derecho de
igual trato y, del derecho a la libertad de expresión. Ambos derechos consagrados ampliamente
en nuestro sistema jurídico y también en el americano y universal.

“Según lo ha establecido la Corte Suprema federal, la prohibición de la arbitrariedad en la


asignación de la publicidad oficial no se relaciona únicamente con el derecho de las personas a
recibir un trato igualitario por parte de las autoridades estatales ni con un derecho individual a
recibir esa pauta, sino que se vincula —principalmente— con el derecho de toda la comunidad
de poder ejercer la facultad de expresarse libremente, especialmente cuando el discurso es
crítico del gobierno o de los funcionarios públicos, y de su derecho a recibir información y
opiniones vertidas en forma libre al debate público”. 2

La parte denunciante invoca la ley 26.522, que establece en a su articulo 76, “Para la inversión
publicitaria oficial el Estado deberá contemplar criterios de equidad y razonabilidad en la
distribución de la misma, atendiendo los objetivos comunicacionales del mensaje en cuestión”.
Es decir, que el Estado debe equilibrar la distribución de pauta oficial para que se respete la
igualdad de trato entre diferentes medios de comunicación.

1
Art. 280. - Llamamiento de autos. Rechazo del recurso extraordinario. Memoriales en el
recurso ordinario. Cuando la Corte Suprema conociere por recurso extraordinario, la recepción
de la causa implicará el llamamiento de autos. La Corte, según su sana discreción, y con la sola
invocación de esta norma, podrá rechazar el recurso extraordinario, por falta de agravio federal
suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o carentes de
trascendencia.
2
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, Sala I, 14/11/13,
“La Cornisa producciones S.A. c/ EN-JGM-SC s/amparo ley 26.1986”, (pág.4)
En relación con la pauta oficial, la Cámara afirma que “es el Estado nacional quien debe
acreditar la existencia de motivos suficientes para justificar ese obrar”, por lo que deben existir
razones de peso y constitucionalmente validas para satisfacer el principio de proporcionalidad.
Argumentando que el Estado Nacional, en esta oportunidad, no ha presentado argumentos
válidos para la interrupción de la pauta. Además, existe una desigualdad de trato ya que no se
probó que, a otras productoras independientes, en situación similar, se haya cancelado o
reducido la pauta oficial en el periodo en disputa.

La Cámara considera que el caso es análogo a los fallos de la CSJN “Editorial Perfil” y “Editorial
Rio Negro”, donde la Corte expresa “…el gobierno debe evitar las acciones que intencional o
exclusivamente estén orientadas a limitar el ejercicio de la libertad de prensa y también
aquellas que llegan indirectamente a ese resultado”. 3

Asimismo, en el caso Editorial Rio Negro, la Corte postula la existencia de “un derecho contra la
asignación arbitraria o violación indirecta de la libertad de prensa por medios económicos”.
Establece que el gobierno puede elegir dar o no dar pauta oficial y en el caso de hacerlo, debe
cumplir dos parámetros constitucionales: “1) no puede manipular la publicidad, dándola y
retirándola a algunos medios en base a criterios discriminatorios 2) no puede utilizar la
publicidad como modo indirecto de afectar la libertad de expresión”. 4

Conclusión sobre el Caso.

La Corte Suprema ratifica los argumentos de la Cámara de apelaciones, el Estado Nacional


infringió el derecho a la libertad de expresión y de igual trato de La Cornisa Producciones. El
Estado Nacional discrimino al interrumpir de manera arbitraria la pauta oficial que la
denunciante venia recibiendo en los años anteriores al suceso, y también porque no se
constata que la obra haya sido parte de un plan determinado sujeto a cambios en la política
administrativa de los fondos públicos. El Estado Nacional viola la libertad de expresión de la
productora al quitarles parte de sus fondos de manera abrupta y arbitraria, al dejarla en
situación desfavorecida en relación con sus pares y también utilizando su poder de
administrador para castigar una línea editorial determinada.

3
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, Sala I, 14/11/13,
“La Cornisa producciones S.A. c/ EN-JGM-SC s/amparo ley 26.1986”, (pág.20).
4
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, Sala I, 14/11/13,
“La Cornisa producciones S.A. c/ EN-JGM-SC s/amparo ley 26.1986”, (pág.23).

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