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RESEÑA CRÍTICA

MÁS ALLÁ DE LA INTERVENCIÓN

Título: Cuatro argumentos sobre el concepto de intervención social. Pp 135-146. Autor: Juan

Saavedra. Año de publicación: 2015, país: Chile. Autor de la reseña: Mariana Palomares

Andrade.

La intervención es un concepto de constante debate, en el que Juan Saavedra quiere poner a

dialogar diferentes perspectivas que han surgido desde la reconceptualización (si hablamos desde

el trabajo social) para reducirlos en cuatro argumentos de los que habla en su artículo “Cuatro

argumentos sobre el concepto de intervención social”.

¿Por qué cómo argumentación? Porque es la manera en que permite diferenciar estos puntos de

vista, sin la necesidad de buscar una sola verdad. Además, que en el caso de intervención social

se dificulta, ya que no se puede llegar a un acuerdo conciso sobre su significado entonces queda

como opción la argumentación para reforzar estas posturas conceptuales.

1. La intervención social como acción práctica.

Este primer argumento se basa en la actuación de la intervención como una herramienta de los

científicos sociales que se usa para dar respuesta a los problemas sociales, que como varios

autores (Ander-Egg, Fantova, Corvalán, entre otros) hacen referencia de que es una actividad

para generar un impacto o transformación en un lugar donde exista conflicto y así poder brindar

un bienestar. Citando a Corvalán, dirá que existen dos tipos de intervención: la caritativa, y la

sociopolítica que se desarrolla con el proceso de modernidad.


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2. La intervención social como interpretación de la complejidad social.

Este segundo argumento nos habla de poder interpretar y comprender la dificultad cuando se

interviene una problemática, para así poder comprender y traducir la situación. Recordando que

la intervención social busca un acuerdo mutuo entre las partes. "No hay intervención sin

interpretación social" (Matus, 2002)

3. La intervención social como distinción de los sistemas sociales funcionales.

El tercer argumento nos dice que su idea de complejidad está vinculada pero no para comprender

sino para comunicar en la lógica de Luhmann. Siguiendo con Robles la intervención se podrá

brindar desde un “ámbito comunicable” desde la conciencia y no de lo que siente; funcionando el

sistema desde la regla inclusión/exclusión donde por incluir unos códigos se excluyen otros

(sistema binario).

Aun así, una intervención planificada, proyectada y sistémica permite transformaciones y

procesos evolutivos para una autorregulación de sistemas.

4. La intervención social como dispositivo discursivo.

Finalmente, el cuarto argumento se refiere al discurso como una práctica social bien sea oral o

escrita, ejemplificando como las charlas hasta las políticas, programas o proyectos sociales que

se redactan en un documento escrito. Pero da paso a que se convierta en un ejercicio de poder

para mantener un orden social, fomentando desde la iglesia o Estado para regular a la población

desde lo normal o lo correcto sujeto al ideal de modernidad.

En conclusión, este artículo de Saavedra me deja como trabajadora social en formación una

cuestión constante sobre la intervención que voy a realizar a futuro y de qué manera, es
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importante recordar que esta nueva construcción de significados y conceptos para el trabajo

social no ha sido fácil, y que todavía afecta gran parte de futuros colegas. Pensar la intervención

como una forma de caridad sería un ideal mediocre, recopilando los argumentos que nos brindan

en la lectura me parece cautivador que se insista tanto desde la comprensión y transformación.

Una excelente actividad de cambio necesita persistir en cuestionarse diariamente por su acción

para tener un impacto positivo en donde vayas actuar, y en mi opinión ese es el centro del trabajo

social; poder impactar en pro del bienestar así sea un 5% en una población, da esa motivación de

seguir avanzando conforme a un pensamiento crítico. Es necesario que nos modifiquemos

primeramente como gremio antes de seguir con esa postura funcionalista de resolver solamente

las necesidades, sino también pensarse en cómo ir mitigando los problemas.

Ahora hablando de la iglesia y el Estado, me presiona su presencia en cada asunto que

trabajemos porque entra esa insistente preocupación de ver que no es un factor positivo en la

sociedad, sino que en varios aspectos es causante de problemáticas que en sus propias manos esta

la solución y que por culpa de la mala administración no se corrige. ¿Cómo esta intervención del

Estado es dañina para la sociedad? Es una pregunta que pareciera incoherente pero así pasa, y me

llena de un sentimiento doloroso el ver como el propio sistema acaba con su población por medio

de jerarquías absurdas. Tengo esperanza de que se comience a crear esa conciencia para que el

trabajo social deje de ser ese analgésico que calma los problemas sociales, y mejor que se

pregunte cada vez en su ejercicio profesional por qué y para qué realizó esta intervención; y que

pueda hacer el estricto seguimiento de ese cambio que quiere en la sociedad.


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Saavedra, J. (2015). Cuatro argumentos sobre el concepto de intervención social. Chile.

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