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EVIDENCIA- TRABAJO DE CAMPO (POLITICA)

Estudiante

Valentina Galvis Betancur

Institución Educativa

Marceliana Saldarriaga

Grupo

10°1

Docente

Edison Arley Quintero Acosta

Itagüí, Antioquia 17 de septiembre 2021


CASOS DE CORRUPCIÓN EN COLOMBIA

Los levantamientos populares que se desarrollan en Colombia desde el 28 de abril de 2021


invitan a retrotraer elementos históricos que aporten a la comprensión de la actualidad,
destacando además algunas dinámicas y acciones que diferentes sujetos políticos
adelantan hoy.

La sociedad colombiana ha sido determinada por una marcada estratificación social y por
la continuidad de estructuras de poder que manteniendo lógicas implantadas desde la
colonia y casi siempre a través de la violencia en diferentes momentos de la historia, han
anulado cualquier opción de reconocimiento y garantía de derechos para la clase popular.

Entre los capítulos más dolorosos vividos por el pueblo colombiano se encuentra el conflicto
armado de los últimos 60 años, cuyos orígenes están en la continuación de la concentración
de la tierra y de la riqueza en pocas manos, las de las élites y la oligarquía criminal que
usaron al Estado para mantener el status quo.

Los últimos 20 años han estado signados por la exacerbación de esa violencia y los
conflictos armados urbano-rurales, a partir de la presidencia del actualmente imputado
Álvaro Uribe Vélez (2002 – 2010) y la instauración de su doctrina de guerra
denominada seguridad democrática. Esta doctrina se presentó como la posibilidad de
garantizar la estabilidad para la atracción de la Inversión Extranjera Directa (IED) con un
correlato internacional de negociación de Tratados de Libre Comercio (TLC) y Tratados
Bilaterales de Protección y Promoción de Inversiones (TBI), que ante las críticas en el plano
internacional, en lo nacional se concretó en la generación de exenciones tributarias y
subsidios a las Empresas Transnacionales (ETN), acompañadas de la flexibilización de la
legislación ambiental para asegurar la legalización del despojo de tierras y la imposición de
proyectos minero-energéticos y agroindustriales en un verdadero proceso armado de
ocupación territorial y reforma agraria por vía paramilitar.
Entre 2002 y 2010 la pacificación de territorios a sangre y fuego por los ejércitos militares y
paramilitares de la seguridad democrática dejó como resultado 4 millones de
desplazadas/os internas/os, y despojadas 8 millones de hectáreas de tierras
fértiles, estratégicas geopolíticamente y ricas en agua y minerales.
Como segundo componente de la seguridad democrática se apostó a la cohesión social, la
consolidación de redes de informantes para el control de los territorios, mediante la
expansión paramilitar y estrategias de espionajes ilegales a periodistas, congresistas de
oposición, jueces, magistrados/as de altas cortes, en una clara estrategia de creación de
enemigos internos, y difusión del miedo y el terror bajo la excusa de desplazar controles
insurgentes en las zonas en las que supuestamente se habían consolidado, principalmente
durante la década de los 90.
Después de 2012, con la llegada a la presidencia de otro pacificador, Juan Manuel Santos
(2010 – 2018), se generaron condiciones para las negociaciones entre el gobierno
colombiano y la, en ese entonces, guerrilla de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) al tiempo que empeoró la garantía de derechos de los pueblos, mientras
demagógicamente en el plano internacional se mostraban grandes avances sociales y
políticos bajo diversas falacias introducidas a través del discurso sobre las negociaciones
de paz.
En medio de la crisis pandémica
Antes de la crisis global de la salud producto del neoliberalismo que derivó en la pandemia
de COVID-19, se articuló un primer levantamiento popular en noviembre de 2019, cuando
la población se movilizó masivamente en contra de las políticas regresivas y el
incumplimiento del Acuerdo de Paz, encontrando como respuesta una criminalización sin
precedentes que incluso llevó a la declaratoria de toques de queda en algunas ciudades
capitales, fenómeno no avistado desde los años 70.
El escalamiento del paro y de la movilización social de noviembre de 2019 se interrumpió
con la llegada del Estado de excepción decretado bajo la pandemia y sirvió en 2020 al ya
ilegítimo gobierno de Duque para desmovilizar a la población, y a las fuerzas ilegales de
ultra derecha les cayó como anillo al dedo para perpetrar asesinatos y masacres
sistemáticas. En 2020 se registraron 91 masacres, en las que murieron 381 personas.
Así, la crisis en Colombia data de décadas anteriores a la pandemia, pero la aplicación
extrema de la doctrina neoliberal a partir de la crisis de la salud favoreció al gran capital y
profundizó una situación ya de por sí crítica para los sujetos políticos populares.
Detonadores del paro y de los levantamientos

El momento puntual de levantamientos populares responde a una serie de factores


históricos y coyunturales, de los cuales resaltamos:

1. La propuesta de reforma tributaria presentada por el Ejecutivo al Congreso de la


República, e ideada por el en ese entonces ministro de Hacienda, Alberto
Carrasquilla,1 incluía gravar la canasta familiar, los servicios públicos y el servicio de
internet con 19% de Impuesto al Valor Agregado (IVA). También se pretendía obligar
a declarar impuesto a la renta a la población que obtiene más de dos salarios
mínimos mensuales (aproximadamente USD 600). Todo esto constituye un claro
ataque a la clase media, ya de por sí desaparecida en Colombia, obligando a la
clase trabajadora a pagar las consecuencias de la pandemia, mientras el gobierno
continúa promoviendo políticas y subsidios que favorecen a las ETN y al sistema
financiero nacional e internacional.

2. Una nueva reforma a la salud para ampliar su privatización y otorgar más


responsabilidades a las Entidades Promotoras de Salud (EPS) empresas que a
partir de la ley 100 han privatizado la prestación del derecho a la salud,
convirtiéndola en un negocio y precarizando la vida de la población general.

3. Una reforma laboral de facto con recorte de derechos, disminución de salarios, con
desconocimiento y ataques a la libertad sindical y a la negociación colectiva, bajo el
argumento de la generación de incentivos a las empresas para la creación de
empleos, lo que se traduce en mayores exenciones a las empresas, que deben ser
pagadas por las/os trabajadoras/es.
4. Las respuestas autoritarias del gobierno Duque a la protesta social, que ya en 2019
habían cobrado la vida del joven Dylan Cruz a manos del Escuadrón Móvil
Antidisturbios (ESMAD) de la policía; la violencia policial de septiembre de 2020 que
cobró la vida de Javier Ordónez a manos de patrulleros de la policía de Bogotá, lo
que dio origen a levantamientos populares que el año pasado en la capital dejaron
como resultado 11 civiles masacrados presuntamente por la fuerza pública.

5. Los anuncios y estrategias del gobierno para reanudar la aspersión aérea de los
denominados cultivos de uso ilícito y el adelanto de pilotos de
fracking17 incumpliendo una vez más las promesas públicas presentadas por Duque
durante su campaña a la presidencia.

6. La continuidad y profundización del racismo histórico, que desconoce el carácter


mismo de ciudadanas/os a las/os indígenas como sujetos de derechos. Ello se
expresó incluso en el llamado que hizo el presidente Duque a que las caravanas
indígenas regresaran a sus resguardos19, frente a las acciones de violencia por
parte de civiles en el marco del paro.

7. La exclusión histórica y continuada de campesinas/os, afrodescendientes y


comunidades tradicionales que, así como las/os indígenas, no son consideradas
sujetos de derechos, son víctimas de las políticas neoliberales de liberalización
comercial, del acaparamiento de tierras y de la continua violencia que tiene
expresión en zonas rurales.

8. Y todo lo señalado respecto a los asesinatos y masacres sistemáticas de líderes/as


sociales y excombatientes a partir de la retoma del poder por parte de la ultra
derecha que Duque representa.

9. Desde el 28 de abril, momento en que inició el paro nacional, la respuesta


desmedida y criminal del gobierno colombiano ha dado como resultado (hasta el 2
de junio): 1248 víctimas de violencia física presuntamente cometida por la policía,
45 asesinatos presuntamente cometidos por miembros de la Fuerza Pública, 1649
detenciones arbitrarias en contra de manifestantes, 705 intervenciones violentas en
el marco de protestas pacíficas, 65 víctimas de agresiones oculares, 187 casos de
disparos de arma de fuego, 25 víctimas de violencia sexual por parte de la fuerza
pública.
Escándalos de corrupción que desfalcaron al Estado y son recordados en plena Reforma
Tributaria
El Gobierno de Iván Duque destapó por tercera vez sus cartas para la Reforma Tributaria,
las críticas no se hicieron esperar. No solo por los nuevos impuestos o la declaración de
renta a los colombianos que ganen desde $2.4 millones, sino también por todos los recursos
que Colombia ha perdido gracias a la corrupción.
La crítica de la oposición y de la ciudadanía en general se centra en que esta reforma
afectará el bolsillo del colombiano ‘de a pie’ y ayudará a subsanar algunas cuentas que el
Estado tuvo que pagar por cuenta de la corrupción.
En el informe de la Misión de Observación Electoral (MOE), titulado “Así Roban a
Colombia”, se detalla que desde 1991 hasta 2017 han sido condenados por corrupción un
total de 679 políticos, donde 443 corresponde únicamente a los alcaldes, quienes llegaron
todos por elección popular.
Vanguardia le recuerda diez casos sonados de corrupción en Colombia que desfalcaron al
estado por más de $20 billones.
1- Comenzamos con Reficar. Se estima que el robo a la Refinería de Cartagena rondaría
los $ 5 billones. Este entramado de corrupción comenzó en 2007 y 11 años después, el
caso apenas está en imputación de cargos en la Contraloría General. Dicho organismo
encontró 35 hallazgos fiscales.
2- En Saludcoop, unos de los mayores robos al sector Salud del país, se perdieron cerca
de $1,4 billones. Dicho monto desapareció en bonificaciones exageradas, compras de finca
raíz, viajes e inversiones en el extranjero.
Recordarán el nombre de Carlos Palacino, expresidente de Saludcoop, pues fue para las
autoridades el principal responsable de desviar dineros públicos destinados para la atención
de salud de los colombianos. Palacino podría pagar una condena de 17 años de prisión.
3- Otro caso tan sonado como indignante fue el bautizado como ‘el cartel de la hemofilia’.
Fueron $86 mil millones los usados en los departamentos de Bolívar, Caquetá y Córdoba,
como pagos de tratamientos no POS. Hasta ahí todo normal, sin embargo, se descubrió
que dichos tratamientos no eran necesarios pues los pacientes resultaron falsos.
Por este desfalco están involucrados 10 exgobernadores y varios congresistas, entre esos
el exsenador del Centro Democrático Daniel Cabrales, según un informe de Congreso
Visible.
4- Con Interbolsa, $300 mil millones que pertenecían a inversionistas de Interbolsa y del
Fondo Premium, se perdieron. Según las autoridades, los empresarios Tomás Jaramillo y
Juan Carlos Ortiz son los señalados de crear un entramado de corrupción con el fin de
desfalcar a socios en Colombia.
Jaramillo y Ortiz fueron condenados a cinco años de cárcel, pero obtuvieron el beneficio de
prisión domiciliaria.
5- El Carrusel de Contratación de Bogotá le costó $2,2 billones a los capitalinos. Se trató
de varios contratos de obras públicas amañados que resultaron direccionados. Por estos
hechos, los hermanos Samuel e Iván Moreno Rojas, el empresario Emilio Tapia y otras 110
personas resultaron involucrados.
Este carrusel se convirtió en el mayor escándalo de corrupción en Bogotá.
6- En 2019, dos directivos de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas fueron
acusados de desviar recursos de la universidad pública para beneficios personales. Al
parecer, $11 mil millones de pesos de la Universidad fueron utilizados para beneficio
personal. Por estos hechos, la Fiscalía les imputó los cargos de peculado por apropiación,
falsedad en documento y concierto para delinquir.
7- Los Ambuila fueron el ‘hazmerreír’ de las redes sociales por la extravagante vida que se
daban producto de actos de corrupción en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales,
Dian.
Una investigación entre autoridades colombianas y estadounidenses, descubrió una red de
corrupción al interior de la Dian en la que el jefe del Grupo de Control de Carga de
Buenaventura, Omar Ambuila, dejaba ingresar mercancía de contrabando a cambio de
fuertes sumas de dinero. Los lujos desmedidos y las excentricidades de su hija, que no
pudieron justificar, fueron la clave.
8- En 2018, la Procuraduría General de la Nación descubrió un nuevo escándalo de
corrupción en Córdoba. Con el ‘Cartel del Sida’ se habrían cobrado tratamientos para la
enfermedad del sida por parte de pacientes inexistentes o incluso muertos. Según cálculos
de la Procuraduría, el desfalco de recursos públicos estaría por el orden de $210 mil
millones de pesos.
“En algunos casos, las Entidades Promotoras de Salud (EPS) pagaban a la Caja de
Compensación Familiar del departamento (Comfacor) y este, al mismo tiempo, le giraba
también recursos a la caja, provocando el desangre de los recursos públicos", concluyó la
investigación de la Procuraduría.
9- Con el ‘Cartel de la Toga’ fue capturado el Jefe de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía;
Luis Gustavo Moreno. El Fiscal anticorrupción es acusado, junto a un abogado llamado
Leonardo Pinilla, de pedirle dinero al exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, a cambio
de desviar indagaciones en su contra por posible malversación de recursos por más de $10
mil millones.
Con cooperación de Lyons, el Departamento de Justicia de Estados Unidos descubrió que
Pinilla y Moreno, este último aprovechándose de su cargo, llenaban a sus fiscales con
trabajo para que no pudieran concentrarse en el expediente de Lyons a cambio de $400
millones y una “adición” de $30 mil dólares que aspiraba recibir antes de irse de Estados
Unidos.
Por el cartel de la Toga han sido capturados más de 50 funcionarios de la Fiscalía en
Colombia. Además, se vieron involucrados senadores y magistrados.
10- en 2015 un escándalo estalló por el incumplimiento de Ibagué, capital del Tolima, en la
construcción de algunos escenarios deportivos requeridos para la realización de los XX
Juegos Nacionales y IV Juegos Paranacionales.

Según Transparencia por Colombia, en 327 casos de corrupción el país perdió más de $17
billones
Los partidos Liberal, Conservador, La U y Cambio Radical tienen la mayor cantidad de actos
corruptos.

Según el Monitor Ciudadano de Transparencia por Colombia, dos eventos fueron


fundamentales para la lucha contra la corrupción: la consulta anticorrupción y el cambio de
gobierno.

Entre las fuerzas políticas que se vieron directamente involucradas en estos casos de
corrupción fueron: 19% de los casos fueron perpetrados por miembros del Partido Liberal,
14% Partido de la U; 14% conservadores 13% Cambio Radical.

El reporte resaltó que los sectores más afectados por estos hechos fueron la educación y
la salud. El primero con 16% de los actos registrados y el segundo con 15%.

Sin embargo, los casos de corrupción que más dinero desfalcaron fueron aquellos que se
relacionan con el sector de mi as y energía; infraestructura y minas y energía.

El sector minero energético perdió $ 8,5 billones y en el caso de la infraestructura, el monitor


de Transparencia reveló que el año pasado se perdieron $ 4,4 billones. El caso de Reficar
fue el detonante para que estos rubros fueran los más altos en el reporte del Monitor
Ciudadano.

Las principales alertas sobre corrupción

La Contratación pública debe ser la prioridad para la contratación pública en Colombia.


"Estamos llenos de regímenes contractuales en Colombia; entre más fisuras tienen los
diseños institucionales, más cabida tenemos para la corrupción", dijo Ángela María
Rodríguez, investigadora del Monitor Ciudadano.

Transparencia por Colombia dijo que, después de realizar varios mapas de riesgo, se
determinó que los focos de corrupción ya están plenamente establecidos en el foco de la
contratación estatal.

Los casos emblemáticos

El informe también dividió los casos de corrupción en tres esferas básica: corrupción
política; empresarial y de infraestructura.

En el foco de corrupción política, los investigadores resaltaron que el cartel de la Hemofilia,


la Casa Blanca de Aída Merlano, la Corrupción en los Programas de Alimentación Escolar
(PAE) y el llamado Cartel de la Toga fueron los casos que más afectación tuvieron
repercusión en la prensa.

La Casa Blanca de Aída Merlano fue la construcción de un cartel de compra y venta de


votos en el departamento del Atlántico. Según resaltó Transparencia por Colombia, este
caso tuvo dos fuentes de financiación: empresas y líderes políticos.

Frente a este caso, Transparencia pidió cambiar las formas de financiación de las
campañas políticas y agregar un mayor control para las autoridades encargados de la
veeduría electoral.

En cuanto a la corrupción judicial, el Monitor Ciudadano resaltó el caso del Cartel de la


Toga, que desde el 2017 empezó a darse a conocer en los medios de comunicación. La
captura del exfiscal anticorrupción y el papel que jugaron tres expresidentes de la Corte
Suprema de Justicia fueron los hechos más críticos sobre la corrupción relacionada con la
rama judicial.

Con la corrupción judicial, Transparencia pidió eliminar la puerta giratoria y también le


solicitó a las entidades judiciales tener unos caminos más transparentes sobre la
información de la rama.

1. Reficar: Se cree que el robo a la Refinería de Cartagena rondaría los $ 5 billones.


Empezó en 2007 y 11 años después, el caso apenas está en imputación de cargos
en la Contraloría General, organismo que encontró 35 hallazgos fiscales, según La
República.

2. El cartel de la hemofilia: En este caso, que afectó a los departamentos de Bolívar,


Caquetá y Córdoba, se esfumaron $ 86.000 millones en pagos de tratamientos no
POS a falsos pacientes. Están involucrados 10 exgobernadores y sus tentáculos
llegan hasta el Congreso de la República en donde salió salpicado el exsenador del
Centro Democrático Daniel Cabrales, de acuerdo con un informe de Congreso
Visible.
3. Alimentos escolares: Otros $ 85.000 millones se perdieron en los famosos PAE. La
República recuerda que los sobrecostos de los alimentos que se vendía en los
Programas de Alimentación Escolar sirvieron para dar apertura a 154 procesos de
responsabilidad fiscal.

4. Interbolsa: Autoridades aseguran que $300.000 millones, que pertenecía a


inversionistas de Interbolsa y el Fondo Premium, se perdieron tras el entramado que
montaron los empresarios Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz par desfalcar a
socios en Colombia. Fueron condenados a 5 años de cárcel y purgan sus penas en
la casa, indicó El Tiempo.

5. Saludcoop: Se trata de unos de los mayores descalabros a la salud en Colombia.


Cerca de $1,4 billones desparecieron en bonificaciones exageradas, compras de
finca raíz, viajes e inversiones en el extranjero. Carlos Palacio expresidente de
Saludcoop, podría pagar una condena de 17 años de prisión, señaló ese medio.

6. Fidupetrol: Es el mayor escándalo de corrupción que ha golpeado directamente a


magistrados de la Corte Constitucional. Por $ 500 millones, que habrían sido
pagados a los exmagistrados Rodrigo Escobar y Pretelt para favorecer una acción
tutela que beneficiaba a Fidupetrol, agregó El Tiempo.

7. Odebrecht: Al igual que el caso de Reficar, empezó en el gobierno de Álvaro Uribe


y tuvo continuidad en el gobierno de Juan Manuel Santos. Se sabe que unos US$
32 millones habrían sido destinados para el pago de sobornos a funcionarios para
favorecer a la constructora brasilera en Colombia, según informaciones de ese diario
capitalino.

8. Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE): Se trata de uno d los casos en donde


la justicia absolvió a 3 de los sospechosos, entre ellos al exdirector de la DNE Carlos
Albornoz Guerrero. Unos $30.000 millones se perdieron en entregas irregulares de
bies de la mafia a compradores. Congresistas y abogados fueron salpicados por el
escándalo, recuerda El Tiempo.

9. Carrusel de los contratos: $2,2 billones de plata de los bogotanos resultaron


comprometidos en el amaño de millonarios contratos de obras públicas en
Bogotá. Los hermanos Samuel e Iván Moreno Rojas, así como el empresario
EmilioTapia y otras 110 personas resultaron involucradas en el mayor escándalo de
corrupción que ha golpeado a la capital de los colombianos, según ese periódico.
FUENTES BIBLIOGRAFICAS

Lyda Fernanda Forero, Danilo Urrea (2021, junio 8) Levantamientos populares en


Colombia. Recuperado de https://www.tni.org/es/art%C3%ADculo/levantamientos-
populares-en-colombia?gclid=CjwKCAjwp_GJBhBmEiwALWBQk-
nrET9J_zL4mBwARDIErzDIdXTOwaTYLHoMSpR1hbgS30X272SAJRoCTjgQAvD_BwE

10 escándalos de corrupción que desfalcaron al Estado y son recordados en plena Reforma


Tributaria (2021, abril 19). Recuperado de https://www.vanguardia.com/colombia/10-
escandalos-de-corrupcion-que-desfalcaron-al-estado-y-son-recordados-en-plena-reforma-
tributaria-XX3642303

José David Castilla,(2019, mayo 17) Según Transparencia por Colombia, en 327 casos de
corrupción el país perdió más de $17 billones Recuperado de
https://www.asuntoslegales.com.co/actualidad/en-327-casos-de-corrupcion-el-pais-perdio-
mas-de-17-billones-2859261

Si Colombia no se sacude de corrupción, casos como estos 9 se podrían repetir (2018,


agosto 08). Recuperado de https://www.pulzo.com/nacion/grandes-casos-corrupcion-
colombia-PP546857

EN ESTOS SE ENCUENTRAN DIFERENTES NOTICIAS SOBRE LA CORRUPCIÓN

Corrupción en Colombia (----) Recuperado de


https://www.eltiempo.com/noticias/corrupcion-en-colombia

Corrupción (2021, 19 septiembre). Recuperado de


https://www.semana.com/noticias/corrupcion/

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