Está en la página 1de 26

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0686/2012

Sucre, 2 de agosto de 2012

SALA PLENA
Magistrado Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de inconstitucionalidad concreta

Expediente: 00223-2012-01-AIC
Departamento: La Paz

En la acción de inconstitucionalidad concreta promovida por la Sala Civil


Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, a instancia de
Fernando Martín Velásquez Miranda dentro del proceso civil seguido por
el Club Deportivo Ferroviario contra el Gobierno Autónomo Municipal de
La Paz; demandando la inconstitucionalidad de los arts. 1 y 2 del Decreto
Supremo (DS) 16435 de 9 de mayo de 1979, por ser presuntamente contrarios a
los arts. 7, 12, 115 y 158.II.13 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la acción

Por memorial presentado el 11 de mayo de 2011, cursante de fs. 29 a 37, el


incidentista -ahora accionante- expone los siguientes fundamentos:

I.1.1. Relación sintética de la acción

La acción fue suscitada dentro del proceso civil ordinario sobre nulidad de escritura
pública y cancelación de registro, seguido a instancia del Club Deportivo
Ferroviario contra el entonces Gobierno Municipal de La Paz, aduciendo que
mediante DS 16435, se transfirió a favor del mencionado Club un terreno de 70
000 m2 ubicado en el bosquecillo de “Pura Pura”, área sobre la cual el Gobierno
Autónomo Municipal de La Paz, también tiene registrado su derecho propietario en
base al DS 22927 de 11 de octubre de 1995, así como en la Ley 3869 de 26 de
mayo de 2008.
Refiere que el DS 16435, fue emitido durante el Gobierno de facto de David Padilla
Arancibia, sin cumplir los procedimientos establecidos por la Constitución Política
del Estado, pues la transferencia a título gratuito no podía ser autorizada por el
Poder Ejecutivo, toda vez que el art. 158.I.13 de la actual Norma Suprema prevé
entre las atribuciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional, aprobar la
enajenación de bienes de dominio público del Estado, previsión que igualmente
estaba contemplada en el art. 59.7ª de la Constitución Política del Estado
abrogada (CPEabrg); por lo que el Decreto Supremo es inconstitucional por su
origen.

Señala que a través del Decreto Supremo señalado, se faculta a la Empresa


Nacional de Ferrocarriles (ENFE), transferir a título gratuito la superficie
demandada al Club Deportivo, haciendo énfasis en la palabra “autoriza a
transferir”; empero, el Poder Ejecutivo de facto no podía autorizar la transferencia
de un predio a quien no cuenta con el derecho propietario, por cuanto el dueño
legítimo o titular era y sigue siendo el Estado Boliviano a través del municipio de
La Paz, conforme el art. 339.II de la CPE; por otro lado, los decretos de los
gobiernos de facto tienen vigencia mientras duren esos gobiernos, a menos que el
Congreso una vez restablecido el régimen de derecho, los apruebe mediante una
ley, lo que significa un sistema de control previo al disponer que el Poder
Ejecutivo, la administración departamental, el gobierno municipal y las
universidades, acudan al Poder Legislativo para recabar autorización a objeto de
enajenar sus bienes; control que tiene una doble finalidad, la transparencia del
proceso sujeto a lo que la norma prevé y evitar disposiciones arbitrarias de los
bienes nacionales, departamentales y municipales.

Afirma, que el DS 16435 impugnado, lesiona el art. 7 de la CPE, porque los


órganos del Estado deben ejercer sus funciones de manera independiente y
conforme a sus competencias; pero en el caso, en total abuso de poder, el
Presidente de facto de ese entonces, prescindiendo del Poder Legislativo, adjudicó
una propiedad del Estado a su parecer. Asimismo, el art. 12 de la Ley
Fundamental, porque el poder constituyente, asignó a cada uno de los poderes del
Estado funciones y potestades específicas, delimitando claramente su ámbito de
competencias, por lo que no pueden delegar facultades atribuidas por la
Constitución Política del Estado, ni dar al Poder Ejecutivo otras que no estén
acordadas en ellas, y al ser un Gobierno de facto, se restringieron al máximo los
derechos y garantías del pueblo boliviano, hasta el extremo de que se dispuso
libremente propiedad del Estado en beneficio de algunos “privilegiados”.

Alega la infracción del art. 115 de la CPE, porque no se hizo más que “burlar” el
destino que realmente debe tener toda propiedad del Estado, cual es buscar el
mayor beneficio de la colectividad; aspecto que se encuentra en riesgo aún mayor,
pues en base al DS 22927 y la Ley 3869, los predios del parque bosquecillo de
“Pura Pura” fueron reformados, mejorados y adaptados para mayor beneficio; si
bien dicho Decreto Supremo no autorizó la transferencia, lo que se hizo es
registrar su derecho de propiedad, que no puede transferirlo ya que el Gobierno
Autónomo Municipal de La Paz no es un particular, sino una entidad autónoma del
Estado Boliviano para la administración de recursos y bienes del Estado, “la
entidad el Estado no podría realizar los actos de defensa de propiedad del Estado
en los departamentos, esta función esta delegada a los Gobiernos
Departamentales, además se ha delegado realizar actos jurídicos o materiales o
inversión económica (…) el cual no podría realizar inversiones en propiedad
particular” (sic) si no tiene un registro debidamente regularizado en Derechos
Reales (DD.RR.).

Finalmente, sostiene que también se vulneró el art. 158.I.13 de la CPE, por cuanto
una de las facultades específicas de la Asamblea Legislativa Plurinacional, es la
aprobación de la enajenación de los bienes del dominio público del Estado; pero en
el caso, al ser un Gobierno de facto, no se cumplió con el procedimiento legislativo
establecido por la Constitución Política del Estado.

I.1.2. Resolución del Tribunal consultante

Por Resolución 020/2011 de 2 de junio (fs. 45 y vta.), la Sala Civil Tercera de la


entonces Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, rechazó el recurso
indirecto o incidental de inconstitucionalidad ahora acción de inconstitucionalidad
concreta, por ser manifiestamente infundado, disponiendo la remisión de
antecedentes al Tribunal Constitucional.

I.2. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

El AC 0469/2012-CA de 27 de abril (fs. 53 a 56), revocó la Resolución 020/2011 y


admitió la acción de inconstitucionalidad concreta, ordenando sea puesta en
conocimiento del personero del órgano que generó las normas impugnadas, lo que
se cumplió el 15 de mayo de 2012 (fs. 76 y 77).

I.3. Alegaciones del personero del Órgano que generó las normas
impugnadas

El Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma,


representado por Juan Marcelo Zurita Pabón, Jefe de la Unidad de Gestión Jurídica
del Ministerio de la Presidencia, en el memorial que cursa de fs. 172 a 182 vta,
refiere: a) Las normas que específicamente regulan la acción de
inconstitucionalidad concreta, se encuentran en los arts. 109 a 118 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), las cuales no estaban en vigencia
cuando se interpuso la presente acción por parte del Gobierno Autónomo Municipal
de La Paz, conforme a las disposiciones Transitorias Primera y Segunda de la
referida Ley, última que señala que una vez posesionadas las nuevas autoridades
del Tribunal Constitucional Plurinacional, entrarán en vigencia todas las demás
normas de dicha Ley, lo cual ocurrió el “01 de enero de 2012” (sic); b) Se debe
considerar que el tratamiento de la presente acción de inconstitucionalidad
concreta, denominada anteriormente recurso indirecto o incidental de
inconstitucionalidad, en cuanto a su tramitación y resolución debe realizarse en el
marco de lo previsto por los arts. 59 a 67 de la Ley del Tribunal Constitucional -Ley
1836- (LTC), además, la Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz, mediante Resolución 020/2011, rechazó el incidente de
inconstitucionalidad, también se basó en las normas contenidas en la LTC; c) Se
incurrió en error procesal en el precitado AC 0469/2012-CA, en lo que respecta a
la notificación del órgano ejecutivo, toda vez que admitido el recurso se debió
proceder a distribuir la causa y pronunciar sentencia en el plazo de treinta días, y
en el Auto Constitucional de admisión de la acción, se estaría “aplicando una ilegal
combinación” de las normas de la Ley del Tribunal Constitucional -1836- y la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional -Ley 027-, porque tratándose del recurso
indirecto o incidental de inconstitucionalidad, ahora acción de inconstitucionalidad
concreta, no está contemplada la notificación al órgano que emitió la norma
acusada de inconstitucional, de acuerdo al art. 64 de la LTC; d) El Gobierno
Autónomo Municipal de La Paz, considera como inconstitucional el DS 16435, que
en su art. 1, autoriza a la ENFE, transferir a título gratuito al Club Deportivo
Ferroviario de La Paz, la superficie de 70 000 m2 de terreno ubicados en el km 4
de la línea férrea La Paz - El Alto, conforme a los planos levantados al efecto; y el
art. 2, refiere: “Los terrenos adjudicados servirán exclusivamente para la
construcción de un Complejo Deportivo con los recursos financieros por la
institución ferroviaria, quedando prohibido su uso en otros fines, bajo pena de
reversión al Estado"; e) El Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, considera que
en el proceso civil ordinario contra el Club Deportivo Ferroviario, dependerá de la
aplicación del DS 16435, ya que lesionaría el art. 7 de la CPE, pues el titular del
entonces Poder Ejecutivo, aprovechando ser un Gobierno de facto habría
prescindido del Poder Legislativo y se arrogó la facultad de adjudicar una
propiedad del Estado; señalando también como vulnerado el art. “12” de la Ley
Fundamental, porque el Poder Ejecutivo al haber emitido el DS 16435, se
constituyó de hecho en una instancia superior violando la coordinación e
independencia de los poderes u órganos de un Estado, decidió transferir
patrimonio de éste; f) Asimismo, refiere la vulneración del art. “115” de la CPE, al
haberse “burlado” con el Decreto Supremo, el destino que por ley tienen los bienes
del Estado, siendo que en el caso del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, a
partir del derecho propietario privilegiado que tiene sobre la superficie transferida
por DS 22927, administra y protege el mismo como parte de la propiedad de dicha
entidad autónoma; y, el art. 158.I.13 de la CPE, porque solamente el Poder
Legislativo -ahora órgano legislativo- tiene facultad para enajenar bienes del
Estado; g) De acuerdo al detalle de la norma impugnada, los argumentos del
accionante y especialmente de los antecedentes del proceso civil ordinario de
donde surge la presente acción, se estaría desnaturalizando y haciendo uso
incorrecto de la misma, haciendo incurrir en un error de derecho, ya que de la
revisión de antecedentes no existe materia que haga viable el tratamiento de la
acción de inconstitucionalidad; así: 1) El Club Deportivo Ferroviario interpuso
demanda ordinaria conforme el art. 316 del Código de Procedimiento Civil (CPC),
con tres pretensiones: i) “Declaratoria de nulidad civil de la escritura pública de
transferencia y de la partida computarizada 01216058, por la cual el Gobierno
Autónomo Municipal de La Paz, ostentaría derecho propietario del denominado
bosquecillo de “Pura Pura”; ii) “Mejor derecho de propiedad, respecto al Gobierno
Autónomo Municipal referido, alegando que el Club Deportivo Ferroviario tendría
su derecho propietario, originado en el DS 16435”; y, iii) El pago de daños y
perjuicios, al haber sido supuestamente despojados por el Gobierno Autónomo
Municipal de La Paz, de su legítima propiedad y estarían dejando de percibir
montos de dinero por el alquiler del campo deportivo que dicen tener como su
propiedad; 2) En el señalado proceso, el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz,
contestó la demanda y reconvino conforme a los arts. 345 y 348 del CPC, y al
efecto también determinó varios aspectos fácticos relevantes que inciden en el
tratamiento de la acción de inconstitucionalidad; 3) El Gobierno Autónomo
Municipal, enfáticamente señaló que tiene legítimo derecho propietario sobre 197
has de terreno del denominado bosquecillo de “Pura Pura”, el cual se origina en el
DS 22927, derecho inscrito en la oficina de DD.RR., sostiene que el señalado
Decreto Supremo no puede ser revisado ante los órganos judiciales en proceso
civil ordinario y en relación a la Resolución Municipal 0280 de 19 de mayo de 1993,
la misma debió ser sometida al procedimiento administrativo de acuerdo a la Ley
de Procedimiento Administrativo; 4) Los fundamentos y pretensiones contenidos
en la demanda, la contestación y la reconvención, constituyen la relación jurídica
procesal sobre la cual se establecerá y definirá la controversia de un proceso
ordinario como el presente, y es en base a esa relación, a través de la cual luego
de la operación de subsunción de los hechos al derecho se establecerán las
normas y leyes aplicables en mérito a las cuales se decidirá sobre el fondo de la
litis; 5) Mediante Resolución 154/2009 de 11 de marzo, el Juez que conoce el
proceso ordinario, declaró trabada la relación jurídico procesal y calificó el proceso
como ordinario de hecho, abriendo un término de prueba, fijando los puntos de
hecho a probar, tanto por el Club Deportivo Ferroviario como por el Gobierno
Autónomo Municipal de La Paz; 6) El proceso se basa en aspectos jurídicos
relacionados al conflicto de derecho propietario o mejor derecho de propiedad y
acción negatoria, entre un ente privado y el Gobierno Autónomo Municipal aludido;
demanda de nulidad de escritura pública y cancelación de registro de derecho
propietario, pedido por la parte demandante; a lo que planteó reconvención por
mejor derecho de propiedad el Gobierno Municipal y el pago de daños y perjuicios,
pedido por ambas partes; 7) Controversias que estarán sometidas a un
determinado marco normativo que dependerá la decisión que asuma la autoridad
jurisdiccional, tanto sustantivo como procesal; en el caso que nos ocupa, se
observa que con la presente acción se pretende que se resuelvan cuestiones de
hecho que corresponden dilucidarse en el proceso ordinario, quedando demostrado
que el DS 16435, no es una norma de la cual dependa la decisión de la autoridad
jurisdiccional en el proceso ordinario, al no ser la norma conducente en la decisión
de fondo de la causa; h) El art. 59 de la LTC, prevé que este recurso procederá en
los procesos judiciales o administrativos cuya decisión dependa de la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de una ley, decreto o cualquier género de
resolución no judicial aplicable a aquellos procesos, inclusive en la actual Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional, la formulación de esta acción, en el art. 109,
no ha cambiado, por lo que las disposiciones del DS 16435, vienen a constituir en
el proceso ordinario, aspectos de hecho y que conllevan los derechos
controvertidos que tienen que ser probados o desvirtuados, siendo por ello que no
será la norma a través de la cual la autoridad jurisdiccional tomará una decisión
definitiva del proceso judicial tantas veces referido, configurándose la
improcedencia de la acción de inconstitucionalidad concreta; e, i) Si el DS 16435,
tendría que ser tachado de inconstitucional por su origen, de ninguna forma es
necesaria su vinculación a un caso concreto, porque nuestro ordenamiento jurídico
tiene algunas normas que devienen de regímenes de gobiernos de facto que
subsisten vigentes y rigen las relaciones jurídicas de los bolivianos, que en caso de
duda sobre su constitucionalidad, pueden ser sometidas a control de
constitucionalidad abstracto, para lo cual la ley previó el entonces recurso directo o
abstracto de inconstitucionalidad, ahora acción de inconstitucionalidad abstracta.

II. CONCLUSIONES

II.1. Las normas impugnadas como inconstitucionales del DS 16435, son:

“ARTÍCULO 1º.- Se autoriza a la Empresa Nacional de Ferrocarriles,


transferir a título gratuito al Club Deportivo Ferroviario de La Paz, la
superficie de 70.000 metros cuadrados de terrenos ubicados en el Km. 4
de la línea férrea La Paz - El Alto (actual cancha ferroviaria y terrenos
adyacentes), conforme a los planos que han sido levantados al efecto”.

ARTÍCULO 2º.- Los terrenos adjudicados servirán exclusivamente para la


construcción de un Complejo Deportivo con los recursos financiados por la
institución favorecida, quedando prohibido su uso en otros fines, bajo pena
de reversión al Estado”.

II.2. El Club Deportivo Ferroviario interpuso demanda ordinaria de nulidad de


escritura pública de transferencia y cancelación de la partida 01216058 de
4 de agosto de 1993, contra el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz
(fs. 87 a 89).

II.3. Juan Fernando del Granado, Alcalde Municipal de La Paz, dentro del
proceso de nulidad de escritura pública, opuso excepciones de
impersonería de los demandados, de oscuridad, contradicción e
imprecisión en la demanda y falta de acción y derecho (fs. 92 a 94); y, el
20 de enero de 2009, reconviene dentro del mismo proceso (fs. 97 a 100
vta.).

II.4. Por Resolución 783/09 de 11 de diciembre de 2009, el Juez Décimo Cuarto


de Partido en lo Civil y Comercial del Distrito Judicial, ahora Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, declaró probada la demanda e
improbada la reconvención (fs. 135 a 139).

II.5. La Sala Civil Cuarta de la entonces Corte Superior del Distrito Judicial de La
Paz, ahora Tribunal Departamental, por Resolución S-222/2010 de 27 de
julio, anuló obrados dentro del proceso ordinario de nulidad de escritura
pública, hasta la concesión del recurso de alzada en efecto suspensivo,
debiendo el Juez de la causa dar aplicación al art. 197 del CPC (fs. 153 y
vta.).

II.6. Mediante DS 22927, emitido por el entonces Presidente Constitucional de


la República de Bolivia, Jaime Paz Zamora, se dispuso:

“Artículo 1º.- Se declara Bosque Permanente de Protección al área


forestal, ubicado en la ciudad de La Paz, denominado ´BOSQUECILLO DE
PURA PURA´, prohibiéndose cualquier modalidad de asentamiento
humano, exploración de recursos y/o formas de destrucción del
ecosistema.

Artículo 2º.- La Honorable Alcaldía de La Paz, construirá en el bosquecillo


de Pura Pura un parque, con la finalidad de preservar el medio ambiente y
los recursos ecológicos, debiendo procederse al cercado total del perímetro
del bosquecillo y efectuarse las obras que exige el diseño arquitectónico.

Artículo 3º.- A fin de enriquecer el ecosistema de la región, el Ministerio


de Asuntos Campesinos y Agropecuarios, la Honorable Alcaldía de La Paz,
la Prefectura y CORDEPAZ procederán a la reforestación del área declarada
Bosque Permanente de Protección y las zonas aledañas”.

II.7. Por Ley 3869 de 26 de mayo de 2008, el Congreso Nacional, decretó:

“Artículo 1º.- Declárese de prioridad departamental el diseño y ejecución


del Proyecto Parque Ecológico Ambiental Bosquecillo de Pura Pura de la
ciudad de La Paz.

Artículo 2º.- El Ministerio de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio


Ambiente, la Prefectura del Departamento de La Paz y el Gobierno
Municipal de la ciudad de La Paz, realizarán las gestiones necesarias para
el cumplimiento de la presente Ley”.

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante cuestiona la constitucionalidad de los arts. 1 y 2 del DS 16435,


aduciendo que vulneran los arts. 7, 12, 115 y 158.I.13 de la CPE, puesto que
mediante dicho Decreto Supremo, se autorizó la transferencia a título gratuito de
un bien de propiedad del Estado, en una instancia y por autoridad no establecida
por ley, ya que al haber sido dictado por un régimen de facto dio lugar a la
omisión del procedimiento legislativo, por cuanto no podía ser autorizada por el
Órgano Ejecutivo, resultando inconstitucional en su origen. Por otro lado, se
dispuso libremente de un inmueble de dominio público sin que exista autorización
expresa de una ley e ignorando el destino de un bien público de beneficio común
de la colectividad, fue enajenado a un particular; además, los poderes públicos no
pueden delegar facultades atribuidas por la Constitución Política del Estado ni dar
al Órgano Ejecutivo otras atribuciones que no estén acordadas en ella; por último,
con la disposición de predios del Estado, se estaría “burlando” el verdadero destino
del bien, cual es el mayor beneficio de la colectividad y las facultades expresas de
la Asamblea Legislativa Plurinacional, entre las que se encuentra, la atribución
específica de la aprobación de la enajenación de los bienes de dominio público. Por
consiguiente, corresponde determinar si los extremos denunciados son evidentes a
los efectos de ejercer el control de constitucionalidad que le encomienda al
Tribunal Constitucional Plurinacional, el art. 202.1 de la CPE.

III.1. Aplicación de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional en la


tramitación de la presente acción de inconstitucionalidad
concreta

Con carácter previo a ingresar al análisis de fondo de la presente acción,


cabe establecer el marco normativo procesal aplicable al caso; en ese
entendido, el AC 0024/2012-CA de 22 de febrero, al respecto señaló:“…la
previsión normativa del art. 3 de la Ley 040 de 1 de septiembre de 2010,
que modifica el parágrafo I del art. 4 de la Ley 003 de 13 de febrero de
2010, disponiendo que las Magistradas y Magistrados del Tribunal
Constitucional, entre tanto no sean posesionadas las nuevas autoridades
del Tribunal Constitucional Plurinacional, resolverán las acciones tutelares
presentadas a partir del 7 de febrero de 2009, mientras que ´Las demás
acciones y recursos corresponderán ser resueltas por las autoridades
electas por voto popular´.

En consecuencia, para el análisis y resolución de las acciones y recursos


interpuestos hasta el momento de la posesión de los Magistrados elegidos
por voto popular, corresponderá bajo el principio de ultractividad aplicar la
Ley 1836 de 1 de abril de 1998, únicamente en lo referente a los requisitos
de admisibilidad, en cuya vigencia fueron planteadas dichas acciones o
recursos”.

La Disposición Transitoria Segunda de la Ley del Tribunal Constitucional


Plurinacional, claramente establece que una vez posesionadas las
Magistradas y Magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional,
entrarán en vigencia todas las demás normas de esa Ley;
consiguientemente, las disposiciones previstas en ella, deben ser aplicadas
en los procedimientos de los recursos y acciones que corresponden
resolver al Tribunal Constitucional Plurinacional a partir del 3 de enero de
2012, conforme a sus atribuciones contempladas en el art. 202 de la CPE.

Consiguientemente, sólo a efecto de la admisión o rechazo de acciones de


inconstitucionalidad planteadas con anterioridad a la vigencia de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional (Ley 027), se aplicará la Ley del
Tribunal Constitucional (Ley 1836), y una vez admitidas y para su
tratamiento, las normas previstas en los arts. 101.2 y 109 a 118 de la
LTCP.

Por otro lado, respecto a la afirmación del representante del personero del
órgano que generó la norma impugnada, en cuanto a que el Tribunal
Constitucional Plurinacional hubiera incurrido en un “error procesal” en el
AC 0469/2012-CA, ya que admitida la acción se debió proceder a distribuir
la causa y pronunciar sentencia en el plazo de treinta días, sin que sea
necesaria la notificación al órgano que emitió la norma acusada de
inconstitucional; cabe señalar que, como se refirió en el párrafo
precedente, la norma aplicable a la acción posterior a su admisión es la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, por lo que al haberse
dispuesto en el punto 3º de la parte resolutiva del Auto Constitucional
mencionado, poner en conocimiento del personero legal del órgano que
generó la norma impugnada, a efecto de su apersonamiento y formulación
de alegatos, se dio cabal cumplimiento a lo previsto por la parte in fine del
art. 114.IV de la LTCP.

III.2. Naturaleza jurídica y alcances de la acción de inconstitucionalidad


concreta

El Constituyente ha conferido al Tribunal Constitucional Plurinacional, el


ejercicio de la jurisdicción constitucional, que entre sus finalidades tiene la
de ejercer el control de la constitucionalidad de leyes, estatutos
autonómicos, cartas orgánicas, decretos y todo género de ordenanzas y
resoluciones no judiciales; control que se instrumenta a través de las
acciones de inconstitucionalidad, sean en la vía abstracta o concreta, con
carácter correctivo o a posteriori, con la finalidad de que este Tribunal
someta las normas cuestionadas a un juicio de constitucionalidad para
establecer su compatibilidad o incompatibilidad con los valores supremos,
principios fundamentales y normas de la Constitución Política del Estado.

Conforme el art. 109 de la LTCP: “La Acción de Inconstitucionalidad


Concreta procederá en los procesos judiciales o administrativos cuya
decisión dependa de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una
Ley, estatuto autonómico, carta orgánica, decreto y todo género de
ordenanzas y resoluciones no judiciales aplicables a aquellos procesos.
Esta acción será promovida por el juez, tribunal o autoridad administrativa,
de oficio o a instancia de parte”. Norma concordante con el art. 116 de la
misma Ley, que dispone: “El Tribunal Constitucional Plurinacional no tiene
competencia para conocer y resolver sobre fallos, sentencias, autos u otras
resoluciones que dicte el Órgano Judicial a través de sus juezas, jueces y
magistrados”.

El art. 115.I de dicha norma, sobre la sentencia dictada en una acción de


inconstitucionalidad concreta y sus efectos, señala: “La sentencia dictada
por el Tribunal Constitucional Plurinacional, en la Acción de
Inconstitucional Concreta, surtirá los mismos efectos determinados para la
Acción de Inconstitucionalidad Abstracta”; es decir, conforme al art. 107
de la LTCP: “1. La sentencia declarará la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de la ley, estatuto autonómico, carta orgánica, decreto
o cualquier género de ordenanzas y resoluciones no judiciales, en todo o
en parte. 2. La sentencia que declare la inconstitucionalidad total de la
norma legal impugnada, tendrá efecto abrogatorio de ella. 3. La sentencia
que declare la inconstitucionalidad parcial de la norma legal impugnada
tendrá efecto derogatorio de los artículos sobre los que hubiera recaído la
declaratoria de inconstitucionalidad y seguirán vigentes los restantes. 4. La
sentencia podrá declarar la inconstitucionalidad de otros preceptos que
sean conexos o concordantes con la norma legal impugnada, con los
mismos efectos que en lo principal. 5. La sentencia que declare la
constitucionalidad de la norma legal impugnada, hace improcedente
cualquier nueva demanda de inconstitucionalidad contra ella”.

En el referido contexto normativo constitucional:“El recurso indirecto o incidental


de inconstitucionalidad -ahora acción de inconstitucionalidad concreta-,
como acción jurisdiccional extraordinaria a través de la cual el órgano
judicial o la autoridad administrativa de oficio o a instancia de parte,
cuando considere que en un determinado proceso de su conocimiento, una
ley, decreto o cualquier género de resolución no judicial, aplicable al caso y
de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a las normas de la
Constitución Política del Estado, planteará este recurso ante el Tribunal
Constitucional; es decir, (…) es una acción en la que el juzgador debe
confrontar el texto de la norma impugnada con el de la Constitución
Política del Estado, para determinar si hay contradicción en sus términos,
con el objeto de realizar el control correctivo de la norma y así depurar el
ordenamiento jurídico del Estado” (SC 0022/2010 de 20 de septiembre).

Respecto a los alcances del control de constitucionalidad, el anterior


Tribunal Constitucional en la SC 0019/2006 de 5 de abril, siguiendo el
criterio expresado por la SC 0051/2005 de 18 de agosto, precisó: “…el
control de constitucionalidad abarca los siguientes ámbitos: a) La
verificación de la compatibilidad o incompatibilidad de las disposiciones
legales impugnadas con las normas de la Constitución Política del Estado,
lo que incluye el sistema de valores supremos, principios fundamentales,
así como los derechos fundamentales consagrados en dicha Ley
Fundamental; b) La interpretación de las normas constitucionales así como
de la disposición legal sometida al control desde y conforme a la
Constitución Política del Estado; c) El desarrollo de un juicio relacional para
determinar si una norma legal es o no conforme con las normas
constitucionales; determinando previamente el significado de la norma
legal por vía de interpretación; y, d) La determinación de mantener las
normas de la disposición legal sometida al control. De lo referido se
concluye que el control de constitucionalidad no alcanza a la valoración de
los fines, los propósitos, la conveniencia o beneficios que pudiese generar
la disposición legal sometida a control; lo que significa que el Tribunal
Constitucional, como órgano encargado del control de constitucionalidad,
no tiene a su cargo la evaluación de si son convenientes, oportunos o
benéficos los propósitos buscados por las normas impugnadas, su labor se
concentra en el control objetivo de constitucionalidad de las disposiciones
legales objetadas…”.

“En ese entendido, el control de constitucionalidad de las normas jurídicas


de alcance general, a través de un proceso judicial o administrativo,
faculta a la parte legitimada a promover un incidente dentro del proceso
respectivo, cuando dichas normas tengan vinculación directa con la
resolución de su caso; es así que, el Tribunal Constitucional, sólo se
pronunciará sobre las normas impugnadas compatibilizándolas con los
valores, principios, derechos y normas reconocidos en la Constitución
Política del Estado, para determinar su correspondencia…” (SC 0011/2010
de 20 de septiembre).

De acuerdo a la jurisprudencia señalada, la acción de inconstitucionalidad


concreta, es la vía de control de constitucionalidad que tiene como objeto,
que el Tribunal Constitucional Plurinacional, confronte la compatibilidad o
incompatibilidad de la disposición legal impugnada de inconstitucional con
los principios, valores y normas de la Constitución Política del Estado
Plurinacional; en ese marco, la labor del Tribunal sólo se circunscribe al
examen de las disposiciones alegadas de lesivas a las normas y preceptos
de la Norma Suprema, con el fin de establecer su constitucionalidad o
inconstitucionalidad, y de ninguna manera realizar análisis alguno respecto
al caso en concreto.

III.3. El control o test de constitucionalidad se hace con la Constitución


Política del Estado vigente

Con el propósito de ingresar al análisis del caso, es preciso señalar que si


bien al momento de emitirse el Decreto Supremo impugnado de
inconstitucional, se encontraban en vigencia otra Constitución Política del
Estado, al tratarse de una inconstitucionalidad sobreviniente, el test de
constitucionalidad debe ser efectuado con la Constitución Política del
Estado vigente.

En ese sentido, la SC 0039/2010 de 20 de septiembre, refirió:


“…tratándose específicamente de las acciones de inconstitucionalidad, el
juicio o test de constitucionalidad debe ser realizado con la
Constitución Política del Estado vigente, así se trate de normas
jurídicas o resoluciones de contenido normativo dictadas con
anterioridad a su vigencia, es decir nacidas a la vida jurídica bajo
el anterior régimen constitucional.

Este entendimiento ya fue adoptado por este Tribunal en la SC 0021/2005


de 21 de marzo, cuando se analizaba la constitucionalidad de una Ley de 7
de octubre de 1868, habiéndose señalado en aquella oportunidad lo
siguiente: ´…se debe aclarar enseguida, que el presente se trata de
caso de inconstitucionalidad sobreviniente, en el que se debe
analizar la constitucionalidad de una norma promulgada con
anterioridad a la vigencia de la actual Constitución, para
establecer si es o no compatible con ésta, (…), sino que debe
serlo a la luz de de la Constitución vigente'" (las negrillas nos
corresponden).

Entendimiento jurisprudencial que señala con claridad que en los casos en


los que se cuestiona la inconstitucionalidad de una norma, sea esta ley,
estatuto autonómico, carta orgánica, decreto y todo género de ordenanza
y resolución no judicial, emitida con anterioridad a la vigencia de la
Constitución Política del Estado, el test de constitucionalidad debe ser
efectuado desde y conforme al nuevo orden constitucional y no al vigente
al momento de la emisión de la norma impugnada de inconstitucional.
III.4. Institutos jurídicos concurrentes a la problemática a resolver

De otro lado, para dilucidar la problemática planteada en la presente


acción, corresponde efectuar un análisis de algunos institutos jurídicos
relacionados, para que, siguiendo la doctrina constitucional, se pueda
establecer su naturaleza jurídica, fines y alcances; estudio que servirá de
base para resolver el problema de fondo planteado en la presente acción.

III.4.1. El principio de separación de funciones


En ese entendido, cabe señalar que la SCP 0591/2012 de 20 de
julio, respecto al principio de separación de poderes, refirió: “El
art. 12 de la CPE, consagra el principio de separación de
funciones, que ha venido a reemplazar a la clásica teoría de la
división de poderes. El principio de división de funciones o
división de poderes ha sido establecido como parte de nuestro
sistema constitucional desde la primera Constitución Política
del Estado, habiendo merecido un detallado estudio por la
jurisdicción constitucional; así, sobre la base de lo dispuesto
por el art. 2 de la CPEabrg., la SC 0019/2005 de 7 de marzo,
ha señalado lo siguiente:
'… el principio de la separación de funciones, conocida también
en la doctrina clásica del Derecho Constitucional como el
principio de la 'división de poderes', implica la distribución
de competencias y potestades entre diversos órganos
estatales para el ejercicio del poder, de manera que esa
distribución se constituya en una limitación para cada
órgano de poder, el que sólo podrá ejercer las
potestades que forman parte de su competencia. Cabe
señalar que, con relación este principio, este Tribunal,
mediante su SC 0009/2004 de 28 de enero, ha señalado lo
siguiente: 'En el marco del principio fundamental referido, que
está consagrado en la norma prevista por el art. 2 de la
Constitución, el Constituyente ha efectuado la distribución de
funciones y competencias; así la potestad legislativa, de
control y fiscalización la tiene el Poder Legislativo; la función
ejecutiva, administrativa y reglamentaria la ejerce el Poder
Ejecutivo y el ejercicio de la potestad jurisdiccional la tiene el
Poder Judicial. (...) Conforme enseña la doctrina del Derecho
Constitucional, la concepción dogmática de la 'división de
poderes', ha sido superada en el constitucionalismo
contemporáneo con la adopción del concepto de la separación
de funciones que se sustenta en los siguientes principios: 1) la
independencia de los órganos de poder del Estado; 2) la
coordinación e interrelación de funciones entre los órganos; y
3) el equilibrio entre los órganos que se establece a partir
frenos y contrapesos; ello implica que los diversos órganos de
poder del Estado no desarrollan única y exclusivamente su
función esencial, también participan en el desempeño de las
funciones y labores de los otros órganos, en el marco de las
atribuciones y competencias conferidas por el Constituyente,
así el Legislativo participa en las labores del Ejecutivo
aprobando el presupuesto general de la nación, o ratificando
los tratados internacionales, entre otros; de su parte el
Ejecutivo participa en las labores del Legislativo a través de los
mecanismos previstos en la Constitución, tales como la
iniciativa legislativa, la promulgación de la Ley, entre otras
actividades' (…).
Ampliando los conceptos precedentes, la SC 0075/2006 de 5
de septiembre, expuso lo que a continuación se transcribe:
'…como resalta la jurisprudencia constitucional en la SC
0009/2004, lo que el art. 2 de la CPE regula por medio de la
separación de funciones, es el ejercicio del poder. Existen
mecanismos para moderar y limitar el poder político del
gobierno y de los detentadores del poder, tomando como base
la propia separación de funciones, pues los diferentes órganos
del Estado se encuentran limitados y controlados mediante los
frenos y contrapesos, y por la obligada coordinación entre ellos
para expresar la voluntad estatal; también se reconoce como
un componente esencial del control el ejercido por el pueblo o
soberano...'.
Finalmente, en este extracto de lo proyectado por la
jurisdicción constitucional con referencia al principio de
separación de funciones, la SC 0129/2004-R de 10 de
noviembre, estableció que:
'Ahora bien, el principio aludido (separación de funciones) se
halla configurado en nuestra Constitución en los arts. 2, 30,
69, 115.I y 116.VI. Del contenido de los preceptos
constitucionales referidos, se extrae que el principio no implica
una tajante división de la estructura básica del ejercicio del
poder político en compartimientos estancos, sino en una
separación de funciones que evite la concentración del poder
en una misma persona u órgano -que genera su uso abusivo y
arbitrario-, garantizando con ello, la libertad, la dignidad y la
seguridad de los ciudadanos; pues sólo así es posible dotar de
funcionalidad y eficacia a la actividad estatal para el
cumplimiento de sus fines. Ello explica por qué la potestad
legislativa, por ejemplo, está sometida al control de
constitucionalidad; la potestad reglamentaria, administrativa y
ejecutiva, al control jurisdiccional contra posibles infracciones
legales, a través de los procedimientos contencioso
administrativos; la potestad jurisdiccional, además de estar
regulada por las leyes sancionadas por el poder legislativo,
está controlada internamente por los recursos existentes en el
ordenamiento y, en última instancia, como parte del dicho
control se establece la existencia de un juicio político, llevado a
cabo por el Congreso, que podrá afrontar la jerarquía del
poder judicial por su actuación en la administración de justicia'.
Las proposiciones reseñadas son válidas para la comprensión
del principio de separación de funciones dispuesto por la
Constitución Política del Estado vigente, ya que el nuevo
Estado Plurinacional de Bolivia ha recepcionado el principio de
separación de funciones, proclamándolo en el art. 12
constitucional; siendo, como ya ha sido manifestado, una de
las bases del Estado boliviano desde su fundación.

Reconociendo la utilidad de los contenidos del principio de


separación de funciones desarrollado por la doctrina
constitucional boliviana, es necesario precisar que las nuevas
normas constitucionales previstas por la Ley Fundamental,
confirman la progresión del principio, de una perspectiva
clásica de poderes divididos, a la moderna y funcional
separación de funciones; así, las normas del art. 12 de la CPE
disponen:

'Artículo 12.
I. El Estado se organiza y estructura su poder público a través
de los órganos Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral. La
organización del Estado está fundamentada en la
independencia, separación, coordinación y cooperación de
estos órganos.
II. Son funciones estatales la de Control, la de Defensa de la
Sociedad y la de Defensa del Estado.
III. Las funciones de los órganos públicos no pueden ser
reunidas en un solo órgano ni son delegables entre si”

El análisis de las normas enunciadoras del principio de


separación de funciones, arroja como resultado que el Estado
Plurinacional de Bolivia instituye cuatro órganos, los cuales
son: el Órgano Legislativo, Órgano Ejecutivo, Órgano Judicial y
Órgano Electoral, que se encuentran impelidos a ejercer las
competencias expresamente atribuidas a cada uno de ellos,
bajo los subprincipios de: independencia, separación,
coordinación y cooperación.

La distribución de la soberanía popular, en cuatro órganos del


Estado Plurinacional, no alcanza a compartir todas las
funciones y tareas con las que se compromete el texto
constitucional, por ello ha instituido que otras funciones sean
ejercidas de modo distinto y por otros entes; así, resalta la
independencia de algunas instituciones, que aunque podrían
estar consideradas al interior de alguno de los órganos
estatales, el diseño constitucional las ha emancipado; claro
ejemplo de ello es la función de control de constitucionalidad,
encargado al Tribunal Constitucional Plurinacional, el cual ha
sido independizado del Órgano Judicial, proclamándose su
tácita autonomía en el art. 179.III de la CPE.

De igual manera, además de los órganos instituidos por la


norma constituyente del Estado Plurinacional de Bolivia de
2009, ésta instrumenta otras funciones que no podrán ser
ejercidas por ninguno de los cuatro órganos estatales, creando
instituciones propias para que ejerzan cada una de esas
funciones específicas, que son: la de Control, Defensa de la
Sociedad y Defensa del Estado.

De lo expuesto, se tiene que el pueblo boliviano, titular de la


soberanía (art. 7 de la CPE), la ha delegado y distribuido en
los cuatro órganos del Estado; el Tribunal Constitucional
Plurinacional y las tres funciones detalladas en el art. 12
constitucional; y que las mismas deben ser ejercitadas en
sumisión a los subprincipios de independencia, separación,
coordinación y cooperación.

De otro lado, la nueva ingeniería constitucional del Estado


boliviano, ha estructurado también una distribución territorial
de las funciones estatales, al reconocer entes territoriales
autónomos, pues aunque no lo determine expresamente, el
reconocimiento de competencias exclusivas a favor de las
entidades territoriales autónomas, importa la distribución del
poder y la soberanía popular también a favor de éstas, de
modo que el principio de separación de funciones en Bolivia
avanzó de la clásica división de poderes, a una distribución de
las funciones y competencias en varios niveles y de varias
formas.

Ahora bien, como ya ha sido explicado, la separación de


funciones es un instrumento específicamente
concebido como mecanismo para impedir una
concentración de poder que genere su abuso o su
ejercicio anómico e ilimitado; por ello, la división
primaria es la concebida por las normas del art. 7 de la
CPE, que declara la reserva de la soberanía por parte
del pueblo para ejercerla de modo directo, por medio
de las vías constitutivas de su voluntad primigenia,
esto es la función constituyente (art. 411 de la CPE), y
otras como el referendo, la iniciativa legislativa ciudadana, la
revocatoria de mandato y la consulta previa; de las que
derivan el texto constitucional y otros instrumentos jurídicos
primarios, que también se constituyen en mecanismos
restrictivos de los órganos constituidos.

En consonancia con la arquitectura constitucional


armonizada precedentemente, los órganos del Estado
Plurinacional de Bolivia, deben respetar los diseños
constitucionales que garantizan el principio de
separación de funciones, ya que ha sido concebido
como un instrumento adecuado y necesario para evitar
la concentración excesiva de autoridad, estableciendo
el control mutuo en el ejercicio de los mismos. Por ello,
la delimitación de funciones entre los órganos, y
funciones de ejercicio delegado de la soberanía se lleva
a cabo con el propósito de buscar mayor eficiencia en el
logro de los fines que le son propios al Estado; así como, para
que esas competencias así determinadas, en sus límites, se
constituyan en controles automáticos de los distintos órganos
entre sí, y, para, según la afirmación clásica, defender la
libertad del individuo y de la persona humana” (las negrillas
nos corresponden).
III.4.2. Sobre el debido proceso

Al respecto, “El derecho al debido proceso fue tratado con


bastante frecuencia por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, que específicamente en su SC 0999/2003-R de 16
de julio, estableció lo siguiente:´La garantía constitucional del
debido proceso, consagrada en el art. 16 CPE, asegura a las
partes el conocimiento de las resoluciones pronunciadas por el
órgano judicial o administrativo actuante durante el proceso, a
objeto de que pueda comparecer en el juicio y asumir defensa, y
en su caso hacer uso efectivo de los recursos que la ley le
franquea. En virtud de ello, los órganos jurisdiccionales que
conozcan de un proceso deben observar los principios, derechos
y normas que la citada garantía resguarda, infiriéndose de ello
que ante la vulneración de los mismos se tiene por conculcada la
referida disposición constitucional.

La importancia del debido proceso está ligada a la búsqueda del


orden justo. No es solamente poner en movimiento mecánico las
reglas de procedimiento sino buscar un proceso justo, para lo
cual hay que respetar los principios procesales de publicidad,
inmediatez, libre apreciación de la prueba; los derechos
fundamentales como el derecho a la defensa, a la igualdad, etc.;
derechos que por su carácter fundamental no pueden ser
ignorados ni obviados bajo ningún justificativo o excusa por
autoridad alguna, pues dichos mandatos constitucionales son la
base de las normas adjetivas procesales en nuestro ordenamiento
jurídico, por ello los tribunales y jueces que administran justicia,
entre sus obligaciones, tienen el deber de cuidar que los juicios
se lleven sin vicios de nulidad, como también el de tomar
medidas que aseguren la igualdad efectiva de las partes'.

El derecho al debido proceso en la Constitución vigente está


establecido en su art. 115.II, por lo que la jurisprudencia
analizada es compatible con el texto de la actual Constitución
vigente” (negrillas agregadas) (SC 0171/2010-R de 17 de mayo).

Respecto a los elementos que configuran el debido proceso, la SC


1057/2011-R de 1 de julio, señaló: “De acuerdo a lo establecido
por la Constitución Política del Estado y los Pactos
Internacionales, se puede establecer el siguiente contenido de la
garantía del debido proceso: a) Derecho a la defensa; b) Derecho
al juez natural; c) Derecho a ser asistido por un traductor o
intérprete; d) Derecho a un proceso público; e) Derecho a la
conclusión del proceso dentro de un plazo razonable; f) Derecho
a recurrir; g) Derecho a la legalidad de la prueba; h) Derecho a la
igualdad procesal de las partes; i) Derecho a no declarar contra sí
mismo y a no confesarse culpable; j) Derecho a la congruencia
entre acusación y condena; k) La garantía del non bis in idem; l)
Derecho a la valoración razonable de la prueba; ll) Derecho a la
comunicación previa de la acusación; m) Concesión al inculpado
del tiempo y los medios para su defensa; n) Derecho a la
comunicación privada con su defensor; y, o) Derecho a que el
Estado le otorgue un defensor proporcionado por el Estado
cuando el imputado no tuviere medios o no nombrare un
defensor particular”.

III.4.3. La inconstitucionalidad de una norma por su origen y por


su contenido

De acuerdo a la doctrina del derecho constitucional, se ha


establecido que una norma puede ser inconstitucional por la
forma o por el fondo; la primera situación se da cuando en su
elaboración, sanción y promulgación se infringen los
procedimientos legislativos descritos en la Constitución Política
del Estado; y en la segunda, cuando su contenido es el que viola
las disposiciones de la Ley Fundamental. El entendimiento
anterior fue asumido por el Tribunal Constitucional Plurinacional,
al señalar que: “…la declaratoria de inconstitucionalidad, de
acuerdo a la doctrina y jurisprudencia constitucional, se efectuará
por el fondo o por la forma, en este último caso, el control
de constitucionalidad, consiste en efectuar un análisis
desde el origen de la norma, si el órgano emisor es
competente para emitir la ley, si se imprimió el
procedimiento legislativo previsto por la Constitución
Política del Estado para la formación de una ley, sea desde
su elaboración, aprobación, promulgación y publicación.
Dicho de otro modo, implica determinar la validez en la formación
y aprobación de la ley” (Las negrillas nos pertenecen) (SCP
0336/2012 de 18 junio).

En ese mismo sentido, se ha señalado que: “…conforme lo ha


precisado la doctrina constitucional una disposición legal puede
ser impugnada de inconstitucional por su origen o por su
contenido. En el primer caso, cuando en su elaboración y
aprobación no se han cumplido ni respetado los
procedimientos establecidos por el texto constitucional
para tal efecto o se las ha elaborado y aprobado en una
instancia o por autoridad no establecida por la
Constitución para tal efecto. En el segundo caso, cuando la
disposición legal, a pesar de haber sido elaborada y aprobada
conforme a los procedimientos y formas establecidos por el texto
constitucional contienen normas que son incompatibles con los
principios y normas de la Constitución Política del Estado" (las
negrillas son nuestras) (SC 0082/2000 de 14 de noviembre).

III.5. Normas constitucionales cuya infracción se denuncia

A fin de realizar el juicio de constitucionalidad entre la norma impugnada y


las disposiciones de la Constitución Política del Estado cuya lesión se
denuncia, es necesario efectuar un estudio de estas últimas.

“Artículo 7. La soberanía reside en el pueblo boliviano, se ejerce de forma


directa y delegada. De ella emanan, por delegación, las funciones y
atribuciones de los órganos del poder público; es inalienable e
imprescriptible”.

“Artículo 12.

IV. El Estado se organiza y estructura su poder público a través de los


órganos Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral. La organización
del Estado está fundamentada en la independencia, separación,
coordinación y cooperación de estos órganos.

V. Son funciones estatales la de Control, la de Defensa de la Sociedad


y la de Defensa del Estado.

VI. Las funciones de los órganos públicos no pueden ser reunidas en un


solo órgano ni son delegables entre sí”.

“Artículo 115.

I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los


jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos.

II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a


una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones”.

“Artículo 158.

I. Son atribuciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional, además


de las que determina esta Constitución y la ley:
(…)

13. Aprobar la enajenación de bienes de dominio público del Estado…”.

III.6. El examen de constitucionalidad en el presente caso

Realizadas las consideraciones que anteceden, se ingresará a dilucidar la


problemática planteada, para lo que efectuará el juicio de
constitucionalidad de las disposiciones impugnadas, arts. 1 y 2 del DS
16435, por ser presuntamente contrarios a las normas contenidas en los
arts. 7, 12 115 y 158.I.13 de la CPE.

III.6.1. Con carácter previo, cabe señalar que conforme a la


naturaleza de esta acción de inconstitucionalidad concreta,
descrita en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia, se debe aclarar que a diferencia de la acción de
inconstitucionalidad abstracta, la establecida en el art. 109 de la
LTCP, será interpuesta cuando se considere que dentro de un
proceso administrativo o judicial, una ley, estatuto autonómico,
carta orgánica, decreto y todo género de ordenanzas y
resoluciones no judiciales aplicables a esos procesos, dependa de
su validez el fallo; es decir, que de la norma impugnada de
inconstitucional dependerá la decisión que asuma el Juez o la
autoridad en la resolución de la causa.

En el caso presente, se cuestiona la constitucionalidad de los arts.


1 y 2 del DS 16435, norma a través de la cual, se transfirió al
Club Deportivo Ferroviario de La Paz, una superficie de 70.000
metros cuadrados de terreno, habiéndose suscitado en base a
dicha disposición, un proceso ordinario de nulidad de escritura
pública de transferencia y de cancelación de partida iniciado por
el referido Club contra el Gobierno Autónomo Municipal de La
Paz; aspecto que establece con meridiana claridad que la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de la norma tiene
relevancia en la decisión final que pueda asumir la autoridad
jurisdiccional dentro del proceso ordinario; máxime, si el derecho
que invoca el accionante surge precisamente del Decreto
Supremo en cuestión, por lo tanto las pretensiones de éste están
ligadas a la constitucionalidad o no de la norma impugnada.

Efectuada la aclaración, corresponde ingresar al examen de


constitucionalidad en el presente caso.
III.6.2. El art. 1 del Decreto Supremo impugnado autoriza a ENFE, la
transferencia a título gratuito al Club Deportivo Ferroviario de La
Paz, la superficie de 70 000 m2 de terreno ubicado en el km 4 de
la línea férrea La Paz-El Alto. A su vez, el art. 2, prevé que los
terrenos adjudicados tendrán el destino exclusivo para la
construcción de un complejo deportivo, estableciendo la
prohibición de un uso distinto, bajo pena de reversión al Estado.

A juicio del accionante, el DS 16435 atenta contra el principio de


independencia de poderes previsto en el art. 12 de la CPE. Ante
lo referido, cabe señalar que el Estado organiza y estructura su
poder público a través de cuatro órganos: el Legislativo
compuesto por la Asamblea Legislativa Plurinacional, integrada a
su vez por dos Cámaras, la de Diputados y de Senadores, y es la
única con facultad de aprobar y sancionar leyes que rigen en
todo el territorio boliviano; es decir, que tiene potestad
legislativa, de control y fiscalización; el Ejecutivo compuesto por
el Presidente del Estado, el Vicepresidente y los Ministros de
Estado, órgano que tiene la potestad reglamentaria,
administrativa y ejecutiva; el Judicial con facultad jurisdiccional y
el Electoral Plurinacional, responsable de organizar, administrar y
ejecutar los procesos electorales y proclamar sus resultados. La
organización del Estado está fundamentada en la independencia,
separación, coordinación y cooperación de estos órganos.

Estas funciones no pueden ser reunidas en un sólo órgano ni son


delegables entre sí, por ello es conveniente señalar que el
principio fundamental de separación de funciones, denominado
también como el principio de división de poderes, implica la
distribución de competencias y potestades entre los órganos para
el ejercicio del poder público; constituyéndose esa distribución en
una limitante para cada órgano, que solamente podrá ejercer las
potestades que son parte de su competencia.

Por su parte, el art. 7 de la CPE, señala que la soberanía del


pueblo boliviano, se ejerce de forma directa y delegada. De ella
emanan, por delegación, las funciones y atribuciones de los
órganos del poder público; es inalienable e imprescriptible. Al
respecto, la SC 0019/2005 de 7 de marzo, refiriéndose al art. 2
de la CPEabrg, que contenía similar precepto, señaló: “…consigna
tres normas, dos principistas y una orgánica.

De un lado, la norma a través de la cual el Constituyente ha


consagrado el principio fundamental de la soberanía popular,
conocido también como el principio democrático, que tiene como
significado la pertenencia del poder al pueblo, es decir, que el
pueblo es el origen de todo poder, lo que implica el
reconocimiento a aquél del derecho de crear o configurar su
propio orden político fundamental, su Constitución, así como el
derecho de modificarla. En consecuencia, el poder del Estado
emana del pueblo el que, en un sistema democrático
representativo, delega su ejercicio a sus mandatarios y
representantes mediante elecciones libres, pluralistas, igualitarias
y ampliamente informadas.

(…)

Finalmente, incluye una norma que proclama el principio de la


separación de funciones, conocida también en la doctrina
clásica del Derecho Constitucional como el principio de la 'división
de poderes', implica la distribución de competencias y potestades
entre diversos órganos estatales para el ejercicio del poder, de
manera que esa distribución se constituya en una limitación para
cada órgano de poder, el que sólo podrá ejercer las potestades
que forman parte de su competencia…” (las negrillas nos
corresponden).

“El Estado Social y Democrático de Derecho incorpora a la noción


de Estado de Derecho y Estado Social de Derecho, los principios
de participación de todos en la construcción de los poderes
públicos, en las decisiones que los afectan, el pluralismo
étnico y cultural, y, en general, la soberanía del pueblo.
En el Estado Social y Democrático de Derecho, el pueblo ejerce la
titularidad del poder público eligiendo a sus representantes
mediante su concurrencia a las urnas, controlando la labor que
ellos realizan e interviniendo directamente en la toma de
decisiones siempre que no se desconozcan los derechos de las
minorías, ni los derechos fundamentales de los seres humanos,
por ese motivo, lo adecuado es hablar de un Estado Social y
Democrático de Derecho, que es el ideal más avanzado para
lograr una convivencia pacífica y armónica en democracia”
(negrillas añadidas) (SC 0045/2007 de 2 de octubre).

En ese sentido, el art. 158.I de la CPE, establece de manera


taxativa las atribuciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional,
entre las que se encuentra en el punto 13, la de aprobar la
enajenación de los bienes de dominio público del Estado.
De lo precedentemente descrito se establece que una norma,
resulta inconstitucional en su origen, cuando en su elaboración y
aprobación no se han respetado los procedimientos previstos por
el texto constitucional, así como cuando ha sido elaborada y
aprobada en una instancia o por autoridad no establecida por la
norma suprema para tal fin.

En el caso de examen, a través del art. 1 del Decreto Supremo


ahora impugnado, el Órgano Ejecutivo enajenó a favor de un
particular una superficie de terreno de propiedad del Estado
Boliviano, durante el Gobierno de facto de David Padilla
Arancibia; violando el principio fundamental de división de
poderes, por cuanto, el entonces Poder Ejecutivo, arrogándose
una potestad no asignada por la Constitución Política del Estado,
invadió competencias del Órgano Legislativo, cuando de acuerdo
al principio señalado, las funciones previstas para cada uno de los
órganos del poder público no pueden reunirse en uno solo, ni son
delegables y solamente podrán ejercer las potestades que son de
su competencia. Resulta claro entonces, que el Poder Ejecutivo al
autorizar la transferencia a título gratuito de un bien inmueble de
dominio público, invadió atribuciones que están reservadas al
Órgano Legislativo y no respetó el principio de separación de
poderes, principio considerado como valor informador dentro del
ordenamiento jurídico, y aplicable en cualquier tiempo, ya que si
bien conforme a lo establecido en el Fundamento Jurídico III.3.,
el test de constitucionalidad debe efectuarse con la Constitución
vigente, dicho principio se encontraba previsto a momento de la
emisión del Decreto Supremo impugnado.

Asimismo, se ha desconocido el principio fundamental de la


soberanía popular, reconocido como la pertenencia del poder al
pueblo, principio que se encuentra previsto en el art. 7 de la CPE
y que señala el origen de la delegación de las funciones y
atribuciones a los órganos del poder público, que es inalienable e
imprescriptible.

Consecuentemente, el art. 1 del DS 16425, al efectuar un acto de


disposición sobre un bien del Estado, cuando la única facultada
para ello de conformidad al art. 158.I.13 de la CPE, es la
Asamblea Legislativa Plurinacional, antes Poder Legislativo,
desconoce los principios fundamentales de separación de
funciones y de soberanía popular; consiguientemente, dicha
norma en su origen es incompatible con las normas previstas por
los arts. 7, 12 y 158.I.13 de la CPE, por lo tanto inconstitucional.
III.6.3. Con relación a que el Decreto Supremo cuya constitucionalidad se
pone en duda, vulneraría a criterio del accionante el art. 115 de
la CPE, que consagra el derecho y la garantía al debido proceso,
al establecer que toda persona será protegida oportuna y
efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos; corresponde recordar que el
debido proceso es '"el derecho de toda persona a un proceso
justo y equitativo en el que sus derechos se acomoden a lo
establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar' (...)
'comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en
las instancias procesales, a fin de que las personas puedan
defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado
del Estado que pueda afectar sus derechos"'' (SSCC 418/2000-R y
1276/2001-R).

Este Tribunal establece que el Decreto Supremo impugnado de


inconstitucional no contradice de ninguna manera la norma
prevista por el art. 115 de la CPE, porque la misma no crea
procedimiento alguno contrario o lesivo al ámbito de los derechos
que se encuentran dentro del derecho y la garantía debido
proceso, pues como se desarrolló precedentemente, a través del
Decreto Supremo referido, simplemente se dispuso la
transferencia de un bien del Estado.

III.6.4. Establecida de esta manera la inconstitucionalidad por su origen


de los arts. 1 y 2 del DS 16435, y tomando en cuenta que uno de
los efectos de la declaratoria de inconstitucionalidad, es la
expulsión de la norma impugnada del ordenamiento jurídico; con
el fin de resguardar el principio de seguridad jurídica y los
derechos que pudieron haberse consolidado por el transcurso del
tiempo, tomando en cuenta que dicho Decreto Supremo fue
dictado el año 1979, se salvan los derechos patrimoniales e
inversiones útiles que se encuentren consolidados y que se
pudieron efectuar en virtud de una norma que se presumía en su
momento constitucional.

POR TANTO

La Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, en virtud de la jurisdicción y


competencia que le confieren los arts. 202.1 de la CPE; 12.2, 28.I.2 y 109 de la
LTCP, resuelve: declarar la INCONSTITUCIONALIDAD por la forma de los arts.
1 y 2 del DS 16435 de 9 de mayo de 1979.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Plurinacional.

Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey


PRESIDENTE

Fdo. Dr. Efrén Choque Capuma


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Soraida Rosario Chánez Chire


MAGISTRADA

Fdo. Dr. Gualberto Cusi Mamani


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

También podría gustarte