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1.

Separar a las partes: Es importante separar a las partes involucradas en el


conflicto, en este caso, a los perpetradores y a las víctimas de feminicidio.
Esto garantiza la seguridad y protección de las víctimas y evita la
confrontación directa entre las partes.
2. Identificar los intereses subyacentes: El Método Harvard se centra en
identificar los intereses subyacentes de cada parte en lugar de enfocarse
únicamente en las posiciones iniciales. En el caso del feminicidio, los
intereses pueden incluir la lucha contra la violencia de género, la
educación sobre la igualdad de género y la protección de los derechos
de las mujeres.
3. Generar opciones de beneficio mutuo: Una vez identificados los
intereses, se busca generar opciones que satisfagan las necesidades de
todas las partes involucradas. Esto podría implicar la implementación de
políticas de prevención del feminicidio, el fortalecimiento de la
legislación relacionada con la violencia de género y el acceso a servicios
de apoyo para las víctimas.
4. Establecer criterios objetivos: Es importante establecer criterios objetivos
y justos para evaluar las soluciones propuestas. Esto podría basarse en
estándares internacionales de derechos humanos, leyes nacionales y
buenas prácticas en la prevención y protección contra la violencia de
género.
5. Negociar de buena fe: El proceso de negociación debe llevarse a cabo de
manera respetuosa y colaborativa. Es fundamental que todas las partes
participen de buena fe y estén dispuestas a comprometerse en busca de
soluciones justas y equitativas.

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