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Maestría en Criminología y Políticas de Prevención

Victimología
Ensayo académico
"Explorando la victimología desde la epistemología:
Conocimiento y métodos en el estudio de las víctimas"

Estudiantes
Fátima Alexandra Rivas Rivas
Miriam Cecibel Cornejo Acosta
Edvin Rolando Baires Tobar
"Explorando la victimología desde la epistemología: Conocimiento y métodos en el estudio
de las víctimas"

Consolidación de la disciplina

El primer tratamiento sistemático de las víctimas del crimen apareció en 1948 en el libro de
Hans Von Hentig "El criminal y su víctima". Este libro se considera un hito en la historia de
la victimología, ya que fue el primer intento de analizar sistemáticamente la relación entre el
delincuente y su víctima. Von Hentig argumentó que las víctimas no son simplemente objetos
pasivos del delito, sino que también tienen un papel dentro de este fenómeno. (Fatth, 2014).

A partir de los años cuarenta, se produce un surgimiento en la preocupación por la víctima en


sí misma movimiento victimológico que emprendió estudios sobre lo que Mendelsohn llamó
"Pareja Criminal", dándole a la víctima una visión más activa y capaz de contribuir en la
génesis y dinámica de una conducta delictiva. En resumen, el papel de la víctima en la
criminología ha evolucionado desde ser considerada como un sujeto pasivo e insignificante
hasta ser vista como un actor importante en el proceso penal (Terán, s.f).

La década de los sesenta representa el período de consolidación de la victimología como


disciplina científica. En ese periodo se celebró el Simposio Internacional de Victimología
(Jerusalén 1973), el cual atrajo la atención de especialistas de distintas procedencias, y
reconoció internacionalmente a la victimología. A partir de ello surgieron entidades e
instituciones enfocadas en la asistencia de las víctimas.

En los años ochenta surge una visión de la victimología, la cual obedece a la justificación de
una política de “ley y orden” y a los esfuerzos por dar una mayor preponderancia a la víctima,
al delincuente buscando establecer un contrapeso con la criminología crítica.

Prevención y asistencia

Desde su nacimiento, la victimología ha tenido resistencia en ser aceptada por la criminología


y aunque aún hay discusiones respecto al tema, hoy por hoy se sabe que es necesario tener
una perspectiva que aborde las diversas problemáticas de las víctimas desde perspectivas más
sensibles, menos revictimizantes y que garantice todos esos aspectos que dentro de la ley no
tienen un espacio propio. La victimología, por lo tanto, pretende diferenciarse de la
criminología, haciendo énfasis en la dinámica propia de la víctima, la victimización y la
prevención (Colorado, 2006). Ante los hechos sufridos por la víctima, hay una vulneración y
un daño que genera consecuencias en el desarrollo de su vida, algunas más graves que otras a
corto plazo o a largo plazo y en su mayoría con daños irreversibles.

En la actualidad según Colorado (2006), la victimología se ha venido centrando en dos


aspectos principales: la prevención victimal y la asistencia a las víctimas. Con el primer
aspecto es de suma importancia hacer mención a que trabajar la prevención victimal en
diversos contextos dirigidos a la sociedad en general, víctimas potenciales, grupos en zonas
de riesgo y la asistencia de víctimas sienta un precedente en la prevención de estos sucesos.
La victimología desde la prevención es una herramienta que contribuye enormemente a evitar
la violencia, la disminución de delitos, aumenta la seguridad de la población y disminuye las
posibilidades de tener que ejecutar asistencia a víctimas. El desarrollo de programas
comunitarios que asistan a sus habitantes en temas de prevención sin duda genera un impacto
en sus habitantes, ahora hablar de un trato asistencial digno y correcto a una víctima de
violencia, definitivamente marca un precedente en el desarrollo de los procesos que la
persona decide enfrentar.

Por su parte, la asistencia a víctimas es un trabajo sumamente delicado y en el que


lamentablemente no todos los trabajadores públicos o funcionarios de justicia tienen
capacitación aun cuando es sumamente importante que las personas que deben brindarle
algún tipo de atención a una víctima en el proceso de denuncia, pericia, asesoramiento, juicio
o posterior a lo sucedido, ponga todos sus conocimientos a disposición de estas personas que
están rememorando, nombrando y volviendo a vivir la vulneración de la cual fueron víctimas.
Es necesario que los profesionales pongan a disposición todas sus herramientas para
contribuir en un proceso más humano, menos revictimizante y que logre finalizar su proceso
sin que la víctima desista, Marchiori citado en Colorado (2006) “la aplicación de todas las
medidas tendientes al conocimiento, comprensión y ayuda a la víctima para atenuar y superar
las circunstancias producidas por la conducta delictiva”.

La asistencia victimológica tiene como objetivo principal atenuar las graves consecuencias
que deja el delito tanto en la víctima como en su familia (Marchiori, sf), para ello es
importante el desarrollo de programas específicos de apoyo y acompañamiento hacia las
víctimas y sus familiares. Con ello es de suma relevancia, el abordaje que pueda generarse a
nivel institucional tanto gubernamental como no gubernamental, esto incluye pero no se
limita a la capacitación del personal que atiende a las víctimas, el cual debe tener presente su
figura dentro de este proceso para evitar la revictimización, también es importante establecer
una estratificación de las poblaciones con quienes se está trabajando, y los especialistas que
pueden verse involucrados ya sea que se trate de niños, mujeres, hombres y personas de la
tercera edad.

En línea con lo anterior, es relevante destacar los cambios y reformas que se deben propugnar
desde el seno de las instituciones para brindar una atención adecuada a las víctimas. Las
reformas criminológicas – jurídicas tendientes a una mayor compresión y consideración de la
víctima han puesto de manifiesto los siguientes aspectos: Receptar debidamente la
denuncia de la víctima, siendo la policía la primera institución en tomar conocimiento de la
situación y establecer un primer contacto con las personas que han sufrido un hecho delictivo,
su rapidez puede evitar incrementar el sufrimiento de la víctima, y de forma paralelamente
una mayor confianza en las instituciones de justicia; Facilitación de la información,
entendida como proporcionar la victima la información que requiere y necesita sobre el
proceso penal de su denuncia; Pericias criminalísticas, en los casos que se requiera
exámenes médicos es necesario acompañar a la víctima y explicarles la importancia de estos
estudios criminalísticos para el proceso; Testimonios- interrogatorios, la información sobre
los fines del interrogatorio permite que la víctima comprenda no está buscando ser
persecutorio o inquisitivo, sino más bien recabar las pruebas necesarias para brindar respuesta
justa a su causa; Sala de espera diferente a la del imputado; Decisión del tribunal, la
victima tiene derecho a ser informada sobre la sentencia; Salida del delincuente, la salida de
la cárcel del autor del delito no es conocida generalmente por las víctimas lo cual puede
generar nuevas victimizaciones. (Marchiori, sf).

Los métodos que se utilizan

Si hemos hablado de la importancia de la prevención de las víctimas y de la asistencia que los


profesionales deben darles a las personas que han sido vulneradas de una u otra forma,
también debemos hablar de los métodos que se han utilizado a lo largo de los años para
recoger la información que se necesita de las víctimas para seguir estudiando esta disciplina y
poder hacer mejores aportes al respecto. Fattah (2014) menciona que el principal instrumento
utilizado en la actualidad para recopilar esta información son las encuestas de victimización,
realizadas a nivel local, regional, nacional e internacional, de igual forma Lima (2012)
menciona que el proyecto de la Encuesta Internacional sobre Criminalidad y de
Victimización, se materializa a fin de superar las deficiencias de las estadísticas oficiales y
alcanzar medidas que fueran comparables entre países, encuesta que se realiza desde 1989.

Estos levantamientos de información son una herramienta extremadamente útil para poder
conocer mejor los procesos de victimización, las características particulares o grupales de
esta población, lo que los vuelve más vulnerables, cómo prevenir que existan más víctimas,
cómo contribuir a que continúen con su vida pero también, nos arroja datos importantes
respecto a los victimarios que permiten una identificación más rápida, capturas oportunas o
sanciones adecuadas, prevención de los hechos y aún más importante, la prevención de la
población que se encuentra en factores de riesgo que los lleva a convertirse en futuros
victimarios. Cada día aumentan las víctimas del delito en algunas regiones del mundo, como
en el caso de Latinoamérica, y resulta insostenible que aun cuando existan datos de encuestas
de victimización, los cuales sirven para afinar estrategias y prioridades en políticas públicas
(Lima, 2012). El principal objetivo era evitar los problemas de la comparación de los datos
recogidos por medio de diferentes instrumentos utilizando diferentes metodologías (Fatth,
2014).

La victimización es una experiencia individual, subjetiva y culturalmente relativa (Fattah,


1993 en Fatth 2014), si bien se tiene la oportunidad de tener estadísticas que pueden ser
comparadas a nivel internacional o nacional respecto a la victimización, no hay que perder de
vista que es una situación que se presentará y se asumirá de diferente manera para todas las
personas, por lo que entonces es oportuno cuestionarnos ¿qué hacemos realmente con la
información que pretendemos recolectar de las víctimas? un ejercicio bastante sencillo que
requiere mucha objetividad por parte de los profesionales que trabajan con víctimas y
victimarios dentro del sistema penal. El sistema debe fomentar un conocimiento respecto al
trato de la víctima, la información general que se necesita saber y la información específica
que como profesional competente necesita obtener para hacer un trabajo oportuno, más no
ahondar en las cosas que como profesional no puede manejar.
Se necesitan métodos investigativos que eviten la revictimización de una personas dentro del
sistema policial, dentro del sistema de salud pública y dentro del sistema judicial, de esta
forma garantizaremos condiciones favorables para que la víctima pueda afrontar su proceso y
se dará el ejemplo a la población exterior a tener prácticas más óptimas para acoger en la
sociedad a una persona que por ejemplo, ha sido víctima de abuso, a un niños que ha vivido
bajo violencia intrafamiliar o a un muchacho que entienden que si lo hace “porque tiene
hambre” no está tan mal.

Históricamente, como lo señala la doctrina, el proceso penal ha sido pensado como un


espacio de choque entre el Estado y la persona señalada de la comisión de un hecho delictivo.
Así, el Derecho creó las reglas del juego de esa lucha, con una preocupación por garantizar
los derechos del imputado frente al Estado. De ahí que, la víctima -siguiendo las palabras del
profesor Martín Alexander Martínez Orozco- fue un invitado incómodo en dicha contienda,
sin embargo, lentamente, se ha venido reconociendo la importancia de garantizar sus
derechos dentro y fuera del proceso penal. Es importante acotar, además, que estamos ante la
evolución del proceso jurisdiccional penal hacia una estructura que encierra a tres actores: El
imputado; El Estado y La víctima. Este protagonismo que la víctima tiene en la política
criminal contemporánea, ha tenido su base en la incesante normativa internacional que está
promoviendo reformas legislativas en diferentes países de nuestro entorno iberoamericano.

En ese mismo sentido, explica el Profesor Martínez Orozco que, su principal manifestación
ha sido la Declaración de los Derechos de las Víctimas del Delito y del Abuso de Poder,
adoptada en la Resolución 40/34 de 29-XI-1985, por la Asamblea General de las Naciones
Unidas. Este instrumento proclama el derecho de las víctimas a ser tratadas con compasión y
respeto a su dignidad, y reconoce los derechos de acceso a la justicia, información sobre el
proceso, asistencia, reparación a cargo de los agentes delictivos o terceros responsables,
indemnización, en ciertos casos a cargo del Estado y protección ante los peligros para su
intimidad y seguridad.

Lo más notable del instrumento citado es la definición amplia que brinda de víctima: “…las
personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, incluidas lesiones físicas o
mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos
fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal
vigente”. Además: “…los familiares o dependientes inmediatos de la víctima directa y a las
personas que hayan sufrido daños al intervenir para asistir la víctima en peligro o para
prevenir la víctima”. Y se ostenta tal calidad, con independencia de que se identifique,
aprehenda, enjuicie o condene al perpetrador e independientemente de la relación familiar
que tenga la víctima con éste.

Es muy importante que los derechos a las víctimas y la calidad de tal les sea reconocido en
instrumentos internacionales, sin embargo, es mucho mejor que la jurisprudencia retome
estos conceptos y los aplique. Cualquiera pensaría que esto es muy “difícil” o de países del
primer mundo, sin embargo, haciendo una búsqueda muy minuciosa dentro de toda la
jurisprudencia que ha establecido los diferentes tribunales salvadoreños, nos encontramos con
sentencias como la que emitió la Sala de lo Penal bajo referencia 469C2009 de fecha 17 de
marzo de 2020 en un Recurso de Casación, donde los magistrados trajeron la teoría
victimológica y resolvieron con base a ella en el siguiente sentido:

“En ese sentido, es un deber de los operadores judiciales pronunciar sus


decisiones bajo una perspectiva victimológica, que ha expuesto que en la
actualidad, se postula para las víctimas un tratamiento que les dé cabida en el
ordenamiento procesal penal, la cual es reconocida en instrumentos
internacionales como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y Abuso de
Poder (ONU, 1985), así como los Principios y Directrices Básicos sobre el
Derecho de las Víctimas de Violaciones Manifiestas de las Normas
Internacionales de Derechos Humanos y de Violaciones Graves del Derecho
Internacional Humanitario a Interponer Recursos y Obtener Reparaciones
(ONU, 2005).

Desde esta nueva perspectiva, deben tenerse presentes los roles de la víctima
dentro del derecho penal, entre ellos: (a) su participación en todo el
procedimiento y en la ejecución penal; (b) la inclusión de derechos
sustantivos a las víctimas; (c) la regulación del querellante y la ampliación de
los supuestos de la querella, para reivindicar su carácter autónomo o reducir
la subsidiariedad en los supuestos de conversión de la acción penal; (d) la
conciliación en materia del procedimiento especial en los delitos de acción
privada; (e) la promoción de acuerdos de tipo reparatorio en algunos delitos
de persecución pública; y (f) la enumeración de un catálogo de deberes que
tanto las instituciones del sistema penal como los sujetos procesales deben
tener en cuenta en su relación con las víctimas. Bajo esta óptica, el derecho
de acceso o intervención de la víctima al proceso penal implica una
sustancial transformación en los tradicionales sistemas de enjuiciamiento
penal aperturando a los mismos nuevos escenarios jurídicos, como los antes
mencionados. (Ver Inconstitucionalidad 62-2012 del 17/7/2015).

En este misma línea, la doctrina indica que es pertinente dar una respuesta:
"... a aquellas personas perjudicadas por el delito y habrá de ser el Sistema
Penal el encargado de paliar, en la medida de lo posible, las consecuencias
desfavorables que hayan marcado a una persona en cuanto víctima del delito"
(Sic) (Ver CUAREZMA TERÁM Sergio I., “LA VICTIMOLOGÍA”, Serie:
Estudios Básicos de Derechos Humanos Tomo V, Instituto Interamericano de
Derechos Humanos, Pág. 305.”

Corte Suprema de Justicia. (17 de marzo de 2020).

El rol de la víctima en el proceso de victimización


En el pasado se ha neutralizado la experiencia de las víctimas de delito, situándolas como un
sujeto pasivo, neutro y estático que no contribuía en nada al hecho criminal. El Derecho
Penal se orientaba de forma unilateral hacia el autor del delito, dejando a la víctima en una
posición marginal, esta neutralización de la víctima no es casual, dado que, el Derecho Penal
surge precisamente con la neutralización de la misma. En ese momento el Estado monopoliza
la reacción penal al prohibir a la víctima castigar a su victimario, y siendo el mismo Estado
quien se encarga de realiza la acción punitiva. (Terán, s.f).

Uno de los mayores legados que se han alcanzado en la consolidación de la victimología


como disciplina, es la deducción de que no solo se debe apostar por la prevención criminal,
sino también la prevención victimal, fortaleciendo los mecanismos que eviten que las
personas puedan convertirse en víctimas de cualquier índole (Terán, s.f).

Sobre lo anterior y en línea con el estudio de la epistemología de la victimología es


importante resaltar el abordaje de lo que se conoce como victimización, desde una perspectiva
tanto criminológica como victimológica, reconociendo que, el delito quiebra la vida de una
persona que padece la violencia, produciendo un cambio existencial respecto a cómo se
percibe a sí mismo, y su mirada hacia las personas” (Marchiori, s.f). La importancia de
brindar atención a las víctimas a partir de ambas perspectivas radica en comprender las
graves consecuencias que deja el delito en ellas, y su entorno familiar.

Contribución de la victimología a la redimensión de la reacción penal ante el delito

María de la Luz Lima, en su escrito ¿Qué aporta el conocimiento victimológico a la


sociedad? ¿y la sociedad al conocimiento victimológico?, expone cómo ha contribuido la
Victimología a la redimensión de la naturaleza de la reacción penal, destacando que, ésta ha
puesto en perspectiva la reacción penal, al incluir mecanismos de reparación del daño tanto
para víctimas directas como indirectas. Esto ha propiciado la creación de un sistema penal
protector de los derechos humanos, más allá de lo que ella denomina como “Derecho Penal
del Enemigo” (Lima, 2012), además se busca el acercamiento de la víctima y el victimario
cuando esto sea beneficioso para la primera, reubicando a las víctimas del delito en el lugar
central del escenario penal.

A partir de esta nueva óptica se han creado bases importantes para el desarrollo de la justicia
restaurativa, y el Derecho Transicional. Asimismo, se ha reforzado y dado sentido al Derecho
de los Derechos Humanos, y al Derecho Humanitario. (Lima, 2012) “la Victimología como
ciencia autónoma de la Criminología, ha aportado respuestas con su metodología, conceptos,
técnicas y herramientas a las víctimas en lo individual y a las comunidades para resolver los
problemas que se deriven del delito, la violencia y la conflictividad social. Cabe mencionar
que los conocimientos que nos aporta la Victimología resultan actualmente indispensables
para el diseño de la política pública en la materia (Lima, 2012).

En seguimiento con lo que antecede es notorio resaltar cómo los gobiernos gradualmente han
comenzado a asumir su responsabilidad, no solo en la investigación y sanción de los delitos,
y en cómo aplicar las penas a los delincuentes, sino también a responder frente a las
necesidades y garantías de las víctimas del delito. Esta nueva visión permite avanzar en el
desarrollo de nuevos conceptos y aportaciones como la Justicia Victimal (Lima, 2012), la
cual consiste en un enfoque que se centra en las necesidades y derechos de las víctimas de
delitos. Dicho enfoque busca no solo castigar al delincuente, sino también reparar el daño
causado a la víctima, restaurando su bienestar. Un ejemplo de justicia victimal, puede
encontrarse en un programa de compensación diseñado para las víctimas de un determinado
delito, el cual brinde asistencia financiera, médica y emocional para apoyarles en la
recuperación de un determinado trauma

Relación entre victimario y víctima

La relación entre victimario y víctima puede variar dependiendo del delito y las
circunstancias específicas en cada caso, para algunos de ellos puede existir confrontación y
hostilidad, mientras que, en otros, puede haber oportunidad de perdón. Se reconoce que, una
relación positiva entre ambos puede apoyar en el proceso de recuperación de la víctima y en
algunos casos prevenir futuros delitos, Sin embargo, es importante tener en cuenta que no
siempre es posible o deseable establecer una relación entre el victimario y la víctima,
especialmente en casos de delitos graves o violentos.

El concepto de Dasein, desarrollado por Martin Heidegger, puede ser relevante para la
comprensión de la relación victima – victimario, desde una perspectiva existencialista.
Dasein o ser- en – el – mundo, sostiene que, el ser humano no es un objeto aislado, sino que
está inmerso en el entorno, y se relaciona con el, En el caso de la relación entre víctima y
victimario, el Dasein de ambos individuos se encuentra entrelazado en el contexto de la
victimización. Desde esta perspectiva, se puede explorar cómo la víctima y el victimario se
relacionan y se afectan mutuamente en la experiencia de la victimización. El Dasein de la
víctima se ve afectado por la acción del victimario, experimentando cambios en su
percepción del mundo, su sentido de seguridad y su relación con los demás. Por otro lado, el
Dasein del victimario también juega un papel importante, ya que implica su propia existencia
y cómo se relaciona con el acto de victimizar a otro.

En conclusión, el análisis epistemológico en la victimología ha permitido un avance


significativo en nuestra comprensión de las víctimas y la victimización. A través de su
enfoque en el conocimiento y los métodos de investigación, ha generado teorías y evidencia
sólida que respaldan intervenciones más efectivas y políticas públicas basadas en la
evidencia. La victimología desde su análisis epistemológico continúa desafiándonos a
reflexionar críticamente sobre nuestro conocimiento y práctica en el campo, buscando
siempre mejorar la justicia y el bienestar de las víctimas.

Resulta menester aclarar que, cuanto más se amplíe el concepto de víctima, podremos ser más
garantes de sus derechos y aspirar a tener un sistema de justicia que en realidad aplique
justicia restaurativa a las personas que han sido menoscabado sus derechos. Es importante
también comprender que, tanto la victimología como la criminología son disciplinas
complementarias para el abordaje del fenómeno delictivo de forma holística y completa.
Aunado a lo anterior, es importante resaltar el trabajo realizado por los jueces, quienes, a
través las sentencias emitidas, buscan alcanzar una reivindicación en la dignidad y justicia
para la víctima, aunque existe un camino iniciado, aún se requieren fortalecer los esfuerzos
por reconocer a las víctimas como parte integrante de los modelos de justicia.

La epistemología de la victimología ha permitido el desarrollo de teorías y modelos


conceptuales sólidos que han ayudado a explicar y predecir los factores que influyen en la
victimización. Además, ha impulsado la aplicación de métodos de investigación rigurosos,
tanto cuantitativos como cualitativos, para obtener evidencia empírica sobre las experiencias
de las víctimas y los factores asociados a la victimización.
Referencias

Colorado, F. D. (2006). Una mirada desde las víctimas: el surgimiento de la victimología.


Ensayo. Umbral científico, (9), 141-159.
https://www.redalyc.org/pdf/304/30400915.pdf

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bd=1&data=DocumentosBoveda%2FD%2F1%2F2020-
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numero=469C2019&cesta=0&singlePage=false%27

Fattah, E. (2014). Victimología: pasado, presente y futuro. Revista electrónica de Ciencia


Penal y criminología, 33(1), 1-33. https://ucipfg.com/Repositorio/MCSH/MCSH-
11/Unidad1/NUEVASLECTURAS/
Fattah_victimologia_pasado_presente_y_futuro.pdf

Lima, M. (2012)- ¿Qué aporta el conocimiento victimológico, a la sociedad? ¿Y la sociedad


al conocimiento victimológico? EGUZKILORE (26), 87-106. San Sebastián.

Marchori, H. (s.f). Los procesos de victimización. Avances en la asistencia a victimas.

Martínez, M. (2020). Victimología, Conceptos básicos y Tendencia actual. Criminogénesis


(18). México. https://www.jurisprudencia.gob.sv/DocumentosBoveda/D/4/2020-
2029/2020/07/DEF3C.PDF

Terám, S. (s.f). La victimología. Estudios básicos de derechos humanos, (5). Instituto


Interamericano de Derechos Humanos.
file:///C:/Users/aleri/Downloads/victimologia%20ter%C3%A1n.pdf

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