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CASOS DE DISCRIMINACION LABORAL

Instrucciones: Lea los 5 casos de discriminación laboral y elija uno.

Conteste las siguientes interrogantes:

1. ¿Es la discriminación un problema latente en nuestra sociedad y sus organizaciones


actualmente o es cosa del pasado?
2. ¿Qué debería hacer la empresa del caso que eligió para evitar la discriminación
laboral?
3. ¿Cuál es la relación que existe entre la discriminación laboral y la responsabilidad
social empresarial?

1. Las chicas de Wal-Mart: La batalla de David vs Goliath

En el 2001, según informa el diario El País de España, Betty Dukes denunció que la compañía
estadounidense Wal-Mart la había discriminado por ser mujer. Luego de seis años de trabajo
diligente y responsable, la empresa le impidió acceder a cursos de formación laboral que le
habrían permitido aspirar a puestos superiores con mayor remuneración. Esta conducta es una
violación del Título VII del Acta de Derechos Civiles de los Estados Unidos.

Como consecuencia, seis mujeres iniciaron una demanda ante el juzgado federal de San
Francisco. Allí señalaban que la compañía les pagaba menos que a los hombres por realizar el
mismo trabajo, y que recibían menos promociones cuando ellas debían esperar más tiempo
para conseguirlas. Gracias a que más de 100 mujeres dieron sus testimonios sobre “una cultura
denigrante” al interior de esta empresa, se probó que -pese a representar dos tercios de la
planilla de la compañía- las trabajadoras ganaban 14% menos que sus pares masculinos.

Según América Economía, las mujeres contaron que las reuniones de negocios se daban en
restaurantes “Hooters” (una cadena norteamericana que se distingue por tener de camareras
a mujeres jóvenes y exuberantes vistiendo prendas mínimas) o en clubes de stripteases. Del
mismo modo, no se hablaba de las empleadas según su cargo o rango, sino como las chicas.
Una mujer explicó que su superior le dijo que “se arreglara” y se quitara “las telarañas que le
colgaban del maquillaje”. En otro caso, un supervisor le dijo a una trabajadora: “arréglate;
cómprate unas pinturas y vístete mejor”.

La empresa comenzó una larga batalla legal, en la cual perdió dos apelaciones consecutivas.
Así, la eventual victoria habría costado una indemnización de miles de millones de dólares a la
compañía para el medio millón de mujeres que se desempeñaban en algunas de sus sedes
(perfectamente pagables para este gigante según los analistas). Sin embargo, el abogado de
Wal Mart, Theodore Boutrous, alegó que “la denuncia colectiva hacía imposible a la empresa
defenderse”. En el año 2011, las mujeres perdieron la demanda y sólo se les concedió el
derecho de continuar el proceso por separado. Las probabilidades de ganar el caso eran casi
nulas.

Para la periodista Yolanda Monge del diario El País, el mensaje final es que, si eres demasiado
grande -como la mayor cadena de almacenes minoristas del mundo- nadie te puede
demandar. Pero lo cierto es que el evento trascendió como la mayor demanda por género en
la historia de los Estados Unidos, donde la imagen de Wal-Mart quedó embarrada para
siempre.
2. Muy feas para Prada

Corría el año 2009 y Rina Bovrisse, ejecutiva de diseño de modas, se mudaba a Japón con su
hijo de dos años para incorporarse a Prada, una de las marcas de moda más importantes del
mundo. Pero, a los pocos meses, no pudo tolerar más el tipo de comentarios de los que era
objeto en cada jornada laboral, los cuales iban también hacia sus colegas: “viejas, gordas, feas,
asquerosas, no tienen el look de Prada”. Estas agresiones verbales, según lo que presenciaba
Rina, también causaban que las mujeres fueran despedidas.

Como consecuencia, Rina decidió quejarse con la oficina de Recursos Humanos, pero solo
logró que la bajaran de rango en la empresa. Según la revista Aló.co, ella se puso en contacto
con la sede principal de la empresa en Milán, pero lo que obtuvo esta vez fue una carta de
renuncia (De renuncia o despido?) que debía remitir a Prada.

Entonces llevó el caso a los tribunales de Japón, donde la justicia le fue adversa en base a
declaraciones irrisorias: “en el juicio, el director ejecutivo aseguró que el acoso sexual y la
discriminación a las empleadas es una práctica requerida para mantener la imagen de la marca
Prada. También señaló que la figura de una mujer es también el equivalente a dar servicio al
cliente”, contó la conmovida Rina Bovrisse.

“La jueza admitió que la demandante había sido objeto de discriminación y acoso sexual por
parte de Prada, pero que esta era una práctica común en la empresa y, por lo tanto, legal”,
agregó Rina. Finalmente, en el año 2013, logró difundir su historia por Europa y los Estados
Unidos: “He sacrificado mi vida personal y mi carrera para buscar la justicia social y para
concientizar sobre los abusos que sufren las mujeres en Prada. Quizás piensen que han ganado
la batalla, pero aquí estoy armada con la verdad y no desapareceré”, dijo para Alo.co.

3. Barilla: “Si los gays no están de acuerdo, siempre pueden comer pasta de otra marca”.

En Italia, en el año 2013, Guido Barilla –descendiente de la cuarta generación de la familia


Barilla y dueño de la conocida marca de pasta italiana, junto a sus dos hermanos- se ganó el
repudio de la comunidad gay del mismo país luego de haber hecho estas declaraciones:

“No haremos publicidad con homosexuales porque el concepto de la familia tradicional es uno
de los valores básicos en nuestra compañía. Si los gays no están de acuerdo, siempre pueden
comer pasta de otra marca. Todos son libres de hacer lo que quieran porque no molestamos a
nadie”. De acuerdo al diario inglés The Guardian, sus palabras fueron emitidas un miércoles
por la radio, llegando a millones de personas en todo el país.

En respuesta, Aurelio Mancuso, representante del Movimiento “Italia Igualitaria” organizó y


llamó al boicot de todos los productos de la compañía. Al respecto, Guido Barilla ofreció unas
tibias disculpas, pero el daño a su marca estaba hecho y propagado por todas las redes
sociales.

4. Google prefiere ingenieros a ingenieras

Luego de que Twitter Inc. y Microsoft Corp Inc. fueran demandadas en 2015 por sus ingenieras,
por recibir menores compensaciones económicas, Google se convirtió en la siguiente empresa
del grupo Silicon Valley en entrar a la vorágine de demandas vinculadas al rubro de la
tecnología. Aunque esta no sería la primera vez. “Google ha sido muy consciente del problema
durante años, pero lo perpetúa promoviendo a las mujeres con menos frecuencia”, aseguraron
las ingenieras.

Ellen Pao fue la primera empleada en llevar a Google a juicio. Así, Pao afirmó que “existía una
atmósfera sexualmente cargada donde los hombres acosaban a sus compañeras de trabajo
femeninas, que no la habían ascendido y que la habían despedido por su género”. A pesar de
que perdió el juicio, el caso animó a otras mujeres a hablar. Desde entonces, los juicios han
sucedido uno tras otro.

De acuerdo con la queja, una agencia realizó un análisis de regresión estadística de la


remuneración de aproximadamente 21,000 empleados en la oficina de Google de Mountain
View desde el 2015. La demanda indicaba que el análisis encontró desigualdades de
compensación sistémicas contra las mujeres. Pero Google siempre negó las pruebas Incluso
despidió a un empleado luego de que declarara en medios sobre las diferencias biológicas
entre hombres y mujeres, las cuales resultaban perjudiciales para las políticas inclusivas de
Google.

5. Nike: Ajusticiamiento y despidos

Una sencilla encuesta informal de la marca Nike, que circuló en mayo de este año entre sus
empleados, tuvo como consecuencia una demanda por besos, caricias, tocamientos indebidos,
visitas a locales nocturnos y discriminación salarial por parte de las trabajadoras hacía las
autoridades de esta prestigiosa marca deportiva.

Según lo que informó el diario El Español, cuatro gerentes de los más altos rangos de Nike,
además de un director creativo, fueron despedidos de sus respectivos puestos para la
tranquilidad de las demandantes. Es un caso similar al de Wal-Mart, donde las mujeres
también se unieron para poder ganar, pese a que esta vez se tratara de un número menor de
demandantes, en total 50 mujeres, que habrían sufrido de acoso laboral.

La discriminación de género no conoce fronteras en el interior de las transnacionales.

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