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La Bioquímica es la ciencia que estudia la composición química de los seres vivos, prestando
especial atención a las moléculas que componen las células y tejidos. Analiza los ácidos
nucleicos, proteínas, lípidos, carbohidratos y el resto de moléculas pequeñas que componen
las células.
También estudia las reacciones químicas que sufren esos compuestos y les permiten obtener
energía y generar biomoléculas propias para comprender el metabolismo celular y procesos
como la digestión, la fotosíntesis o la inmunidad. De hecho, la Bioquímica no solo estudia las
biomoléculas sino también las relaciones que se establecen entre sus componentes, sus
transformaciones en los seres vivos y la regulación de esos procesos.
4) Biomoléculas orgánicas
Las biomoléculas orgánicas están basadas en la química del carbono. Estas biomoléculas son
producto de las reacciones químicas del cuerpo o del metabolismo de los seres vivientes. Están
constituidas fundamentalmente por carbono (C), hidrógeno (H) y oxígeno (O). También pueden
tener como parte de su estructura elementos metálicos como hierro (Fe), cobalto (Co) o níquel
(Ni), en cuyo caso se llamarían oligoelementos. Cualquier proteína, aminoácido, lípido,
carbohidrato, ácido nucleico o vitamina es un buen ejemplo de este tipo de biomoléculas.
El carbono alfa es asimétrico, puesto que está unido a cuatro sustituyentes distintos (excepto
en el caso de la glicocola o glicina, al ser R = H). Por consiguiente, las disoluciones de los
aminoácidos (exceptuando el caso citado) presentarán actividad óptica, propiedad que se
analiza con el polarímetro.
Se observa que los aminoácidos tienen una parte común y otra variable constituida por el
grupo R (radical o cadena lateral).
7) Estructura de un aminoácido
Los aminoácidos están compuestos por una molécula orgánica con un grupo amino y un grupo
carboxilo. Dependiendo de su estructura, se pueden diferenciar en formas L y D. Las
estructuras L son las naturales para los organismos, y por tanto, las más importantes.
Esenciales
Son aquellos que no produce el cuerpo y por lo tanto han de adquirirse a través de alimentos:
histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina.
No esenciales
Son los aminoácidos que sí produce el cuerpo: alanina, asparagina, ácido aspártico y ácido
glutámico
Existen dos isómeros diferentes para cada aminoácido, según la ubicación de los radicales
respecto al carbono α. Se distinguen con el prefijo D- (cuando el grupo –NH2 se encuentra a la
derecha del carbono α) y L- (cuando dicho grupo se encuentra a la izquierda del carbono α) y
son imágenes especulares no superponibles.
Los aminoácidos sirven como materias primas para producir varios compuestos tales como
pesticidas y herbicidas. La glicina se utiliza como precursor para la síntesis de glifosato, que es
un herbicida, mientras que la treonina es el material de partida para la producción de
azthreonam, otro herbicida). El polimetilglutamato se utiliza para fabricar cuero sintético.
Algunos aminoácidos en forma de derivados de N-acilo son útiles para la preparación de
cosméticos.
Varios aminoácidos como la leucina, valina, prolina, alanina, cisteína, e isoleucina, se utilizan en
los suplementos para el incremento y el culturismo del músculo.
GMS (glutamato monosódico) es la sal sódica del ácido glutámico, uno de los aminoácidos
naturales más comunes. El ácido glutámico se produce en abundancia en nuestros cuerpos y se
encuentra en muchos alimentos que comemos todos los días, incluida la carne, el pescado, los
huevos y los productos lácteos, así como los tomates, el maíz y las nueces. Cuando una
proteína que contiene ácido glutámico se descompone, por ejemplo, mediante fermentación,
se convierte en glutamato. El glutamato activa nuestros receptores gustativos, provocando el
delicioso sabor salado conocido como umami.
Las proteínas del huevo, además, se distinguen por su alta calidad. Es un concepto que cada
vez se oye más en el ámbito de la nutrición y la dietética, que a su vez continúa ganando
relevancia en la sociedad. ¿Pero qué significa exactamente y qué implicaciones tiene para tu
alimentación?
Las proteínas de alta calidad o alto valor biológico son aquellas que contienen aminoácidos
esenciales: aquellos que no sintetiza el metabolismo humano de forma autónoma, sino que
necesitamos obtener directamente a partir de los alimentos que ingerimos. De los veinte tipos
de aminoácido que existen, hay hasta diez para cuya obtención dependemos de la nutrición; es
decir, aminoácidos esenciales: leucina, isoleucina, metionina, lisina, fenilalanina, triptófano y
treonina, a los que se suman de forma condicional histidina y arginina, si bien esta clasificación
está sujeta a debate.
Los agentes que pueden desnaturalizar a una proteína pueden ser: calor excesivo; sustancias
que modifican el pH; alteraciones en la concentración; alta salinidad; agitación molecular; etc...
El efecto más visible de éste fenómeno es que las proteínas se hacen menos solubles o
insolubles y que pierden su actividad biológica.
Las proteínas simples u holoproteínas son las que están compuestas exclusivamente
por aminoácidos.
Las proteínas conjugadas o heteroproteínas son las que están compuestas por
aminoácidos y otra sustancia de naturaleza no proteica que recibe el nombre de grupo
prostético.
Las proteínas conjugadas pueden a su vez clasificarse en función de la naturaleza de su
grupo prostético.
Estructura Secundaria
Estructura Terciaria
Estructura Cuaternaria
Grupo de enzimas cuya misión es acelerar (catalizar) millones de veces las reacciones químicas
en los organismos vivos. Hay un gran número de enzimas específicas que desempeñan un
papel importante en los procesos fisiológicos (digestión, conducción nerviosa, síntesis
hormonal, etc.).
Las enzimas que requieren un cofactor, pero no lo tienen unido son denominadas
«apoenzimas» o «apoproteínas». Una apoenzima junto con cofactor(es) es denominada
«holoenzima» (que es la forma activa). La mayoría de los cofactores no se unen
covalentemente a sus enzimas, pero sí lo hacen fuertemente.
DNA-polimerasa
Lipasa
Amilasa
Tripsina
Tirosinasa
Lactasa
Helicasa
Acetilcolinesterasa
Maltasa
Proteasa
Clorofilasa
Azolesterasa
Para mantener un peso saludable hay que ajustar las calorías que tomamos a nuestras
necesidades, es decir, debe haber un equilibrio entre la ingesta y el gasto energético.
23) Azucares reductores, simples y complejos
Los azúcares reductores son aquellos azúcares que poseen su grupo hidroxilo
del carbono anomérico intacto, y que a través del mismo pueden reaccionar
como reductores con otras moléculas que actuarán como oxidantes.
Los azúcares simples son carbohidratos con una molécula de azúcar
(monosacárido) o dos (disacárido).
Los carbohidratos complejos están hechos de moléculas de azúcar que se
extienden juntas en complejas cadenas largas.
Los carbohidratos cumplen cinco funciones principales en el cuerpo humano, que son la
producción de energía, el almacenamiento de energía, la construcción de macromoléculas, la
conservación de proteínas y la ayuda al metabolismo de los lípidos.
25) Reacciones de los carbohidratos: Por álcali, ácido, Maillard, altas temperaturas,
caramelizarían
Los ácidos grasos son saturados cuando no poseen enlaces dobles, son
flexibles y sólidos a temperatura ambiente.
Los Insaturados o poliinsaturados si en la cadena hay dobles o triples enlaces,
rígidos a nivel del doble enlace siendo líquidos aceitosos.
Los ácidos grasos, como el omega 3 y el omega 6, son compuestos químicos, que son un
componente importante de las grasas en nuestra dieta. Una molécula de grasa suele estar
compuesta por el alcohol glicerol y tres ácidos grasos. Estos ácidos grasos son los llamados
ácidos monocarboxílicos, que contienen una larga cadena de carbono.
En general, todos los tipos de grasas tienen las siguientes funciones en el cuerpo:
Se trata de una molécula con uno o más electrones desapareados. Son moléculas inestables y
muy reactivas que tienden a unirse a otras moléculas para ganar un electrón.
Se crean ediante la oxidación de las células de forma natural por su propia acción metabólica, o
causado por factores externos como la contaminación, el tabaco, la radiación solar, etc.
Cuando los radicales libres “roban” electrones que conforman las membranas celulares, se
produce un daño en el ADN, impidiendo así que se cumplan las funciones de regeneración y
reproducción celular de forma correcta. Cuando atacan a las fibras de colágeno, la piel pierde
elasticidad, aparecen arrugas y tiende a un aspecto curtido y mate.