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EL ESTILO ¿EVANGÉLICO?

DE GOBERNAR DE AMLO

Carlos Martínez García1

Para dirimir si el estilo con el que gobierna Andrés Manuel López Obrador es evangélico, primero es

necesario clarificar si el presidente se identifica con tal confesión religiosa. En consecuencia resulta

imprescindible aportar, así sea sucintamente, una definición histórica y teológica del término. No es

posible avanzar en el tema de si AMLO ejerce su gobierno evangelicalmente sin definir quiénes son

los evangélicos y qué creen.

Considero correcto lo que afirma Rodrigo Salas Uribe en su artículo “El estilo evangélico de

gobernar” (https://redaccion.nexos.com.mx/el-estilo-evangelico-de-

gobernar/?_gl=1*1ri2q1p*_ga*ODM1NDE3MTQ0LjE2ODEyNzM0NjU.*_ga_M343X0P3QV*M

TY4NDgwMzA4NC43LjEuMTY4NDgwMzE3MC42MC4wLjA.#_ftnref1), al sostener que “Más

allá del debate sobre el papel que las creencias personales deben jugar en el discurso público, prestar

atención a estas declaraciones nos permite entender a profundidad las ideas, actitudes y hábitos que

dan forma al estilo de liderazgo de López Obrador. Al mismo tiempo, tomar con seriedad la dimensión

religiosa del discurso oficial ayuda a identificar patrones de conducta que comparten figuras centrales

dentro de la llamada Cuarta Transformación y que rebasan a un solo individuo”. Normalmente las

creencias, cuando son profundas como en el caso presidencial, se manifiestan en tomas de decisiones

y acciones que dimanan de lo que se cree.

El autor del mencionado artículo apunta que debe cuestionarse “toda interpretación de los

hechos que califique las acciones de un grupo como sinsentidos y hacer un esfuerzo empático por

entender otras realidades, en este caso la dimensión religiosa, en sus propios términos”. Después de

las líneas anteriores era de esperarse que Rodrigo Salas Uribe hiciese lo prometido, es decir,

1
Investigador independiente, articulista de La Jornada y Protestante Digital (España). Autor de varios libros, algunos de
ellos citados en el presente trabajo. Prefiere ser presentado como un lector que escribe.
-2-

comprender la dimensión religiosa en sus propios términos. Lo que sí concluye, tras dejar ver que

analizar lo religioso tiene sus vericuetos, es contradecirse con lo que antes manifestó y asegurar que

“para rastrear las fuentes del pensamiento religioso del presidente, resultaría muy sencillo remitirnos

a los movimientos evangélicos pentecostales”. Acto seguido justifica su aserto con una mención al

sociólogo Jean-Pierre Bastian, para quien, resume Salas Uribe, los pentecostales “han incrementado

exponencialmente su presencia desde los años sesenta del siglo pasado, gracias a la capacidad de sus

rituales de adaptarse fácilmente a las creencias populares locales. Además, se han caracterizado por

constituirse en partidos y movimientos políticos de corte conservador”.

La cuestión no es la consideración de Bastian, sino que Rodrigo Salas Uribe sin haber dirimido

qué entiende por evangélico implica que, además de serlo, AMLO lo sería en la vertiente pentecostal.

Los vasos comunicantes, histórica y teológicamente, entre evangélicos y pentecostales son varios, sin

embargo es importante dilucidar que todo pentecostal es evangélico, pero no todo evangélico es

pentecostal.

El mundo evangélico es un abanico amplio y diverso, con todo es posible definirlo por el

común denominador de creencias que comparten los evangélicos insertos en distintas denominaciones

como la bautista, presbiteriana, metodista, congregacional, anglicana y pentecostales, entre otras. Los

cristianos evangélicos son una vertiente del protestantismo, la que más crece, y aglutina mayor número

de creyentes. Ser evangélico y ser protestante parecen sinónimos, pero no lo son, ya que todo

evangélico es protestante, pero no todo protestante es evangélico.

¿Qué es lo característico de ser evangélico? El tipo de protestantismo que con más fuerza se

asentó en México, en términos generales también a lo largo de América Latina, es el de rostro

evangélico.2 Sus características son: 1) un enfoque, tanto devocional como teológico, en la persona

2
Ver Míguez Bonino, José, Rostros del protestantismo latinoamericano, particularmente el capítulo “El rostro evangélico
del protestantismo latinoamericano”, Nueva Creación-Wm. B. Eerdmans Publishing Co., Buenos Aires-Grand Rapids,
1995, pp. 35-56.
-3-

de Jesucristo, especialmente en el significado salvífico de su muerte en la cruz; 2) la identificación de

la Biblia como la autoridad final en materias de espiritualidad, doctrina y ética; 3) un énfasis en la

conversión o un “nuevo nacimiento” como experiencia religiosa que produce cambio en la vida; 4)

una preocupación por compartir la fe con otros (fuerte acento en misiones), especialmente al través

del evangelismo.3 La definición es más o menos la misma de otros estudioso(a)s del evangelicalismo,

que no del evangelismo, y no es posible prescindir de tales investigadore(a)s cuando se hace el intento

de referirse al perfil identitario del campo religioso evangélico.4

El cristianismo evangélico comparte la columna vertebral de la Reforma protestante iniciada

en el siglo XVI por Martín Lutero: “solo Cristo, la Escritura [Biblia] sola, la gracia sola, la fe sola, la

gloria de Dios sola, énfasis a los cuales hay buena base para añadir el sacerdocio de todos los

creyentes”.5 Además le adiciona el activismo para ganar converso(a)s y la integración de los mismos

a una comunidad de fe en la cual ser discipulados.

Es importante mencionar que casi desde los inicios del movimiento liderado por Lutero y

durante el siglo XVI, el protestantismo, llamado así a partir de la Segunda Dieta de Espira (1529),

3
McGrath, Alister, A Passion for Truth. The Intellectual Coherence of Evangelicalism, InterVarsity Press, Downers
Grove, Illinois, 1996, p. 22.
44
Una bibliografía mínima, me parece, debiera incluir: Vila, Samuel, El cristianismo evangélico a través de los siglos,
segunda edición, mejorada y ampliada, Libros CLIE, Terrassa, Barcelona, 1982, Randall, Ian, What a Friend We Have in
Jesus. The Evangelical Tradition, Orbis Books, Maryknoll, New York, 2005; Lewis, Donald M. y Richard V. Pierard
(coordinadores), Global Evangelicalism. Theology, History and Culture in Regional Perspective, InterVarsity Press,
Downers Grove, Illinois, 2014; Larsen, Timothy y Daniel J. Treier (editores), The Cambridge Companion to Evangelical
Theology, Cambridge University Press, Cambridge, United Kingdom, 2007; Noll, Mark A., David W. Bebbington y
George M. Marsden (editores), Evangelicals. Who they Have Been, Are Now and Could Be, Wm. B. Eerdmans Publishing
Co., Grand Rapids, Michigan, 2019. Para trazar la expansión de la vertiente que referimos es imprescindible la serie de
cinco tomos, publicada por InterVarsity Press que tiene el título general de A History of Evangelicalism: Noll, Mark A.,
The Rise of Evangelicalism. The Age of Edwards, Whitefield and the Wesleys; Wolffe, John R., The Expansion of
Evangelicalism. The Age of More, Wilberforce, Chalmers and Finney; Bebbington, David W., The Dominance of
Evangelicalism. The Age of Spurgeon and Moody; Treloar, Geoff, The Disruption of Evangelicalism. The Age of Mott,
Machen and McPherson; Stanley, Brian, The Global Diffusion of Evangelicalism. The Age of Graham and Stott.
5
C. René Padilla, El legado de la Reforma para América Latina. Riesgos, desafíos y oportunidades, Ediciones Kairós,
Buenos Aires, 2017, p. 9. Un resumen de los puntos esenciales del movimiento encabezado por Lutero y trascendencia
para los protestantes/evangélicos latinoamericanos es el de Núñez, Emilio Antonio, “Herederos de la Reforma”, en CLADE
II, Congreso Latinoamericano de Evangelización. América Latina y la evangelización en los años 80. Un Congreso
auspiciado por la Fraternidad Teológica Latinoamericana, noviembre de 1979, FTL, s/l, pp. 163-170.
-4-

experimentó una diversificación que ha sido constante hasta nuestros días. En los comienzos los dos

campos principales, que al interior también tuvieron importantes variantes, fueron el de la Reforma

magisterial (con el apoyo de los magistrados, las autoridades en turno de un determinado territorio),

y el de la Reforma radical (opuesto al modelo confesional/territorial dominante) que enarbolaba la

libertad de creencias.6

Pareciera que el espacio dedicado a intentar definir creencias, coincidencias y diferencias entre

protestantismo y cristianismo evangélico ha sido amplio y hasta excesivo, pero considero era

necesario para dilucidar si la aseveración de Rodrigo Salas Uribe, que aparece desde el principio de

su texto (que AMLO es evangélico en la modalidad pentecostal), tiene asidero o es una presuposición

del autor.

La respuesta a las creencias de AMLO está en cómo se ha definido a sí mismo en reiteradas

ocasiones. Una de tales definiciones la hizo en abril de 2018, “cuando acudió a la Conferencia del

Episcopado Mexicano”, afirmó: “Sí soy católico. Mi vida ha estado relacionada con la Iglesia católica

y hasta fui acólito”.7 En otras ocasiones, como señala Salas Uribe, el presidente ha dicho “ser, ante

todo, cristiano”. ¿Y cuál es el perfil de su cristianismo? Uno en el que la “presencia de lo religioso en

su persona política y moral, por lo tanto, responde a distintas tradiciones y puede llegar a ser

contradictoria”. Entonces, si en el pensamiento de AMLO se acrisolan distintas tradiciones, ¿por qué

afirmar en varias ocasiones que sus ideas son preponderantemente evangélicas/pentecostales?

6
Para seguir los énfasis y características de cada campo son clarificadoras obras como las de Bagchi, David y David C.
Steinmetz, The Cambridge Companion to Reformation Theology, Cambridge University Press, Cambridge, United
Kingdom, 2004; McGrath, Alister E., Christainity´s Dangerous Idea. The Protestant Revolution —A History from the
Sixteenth Century to the Twenty-First, Harper One, New York, 2007; MacCulloch, Diarmaid, The Reformation, A History,
Viking Penguin, New Yor, 2004; Williams, George, H., La Reforma radical, Fondo de Cultura Económica, México, 1983;
Yoder, John Howard, Textos escogidos de la Reforma radical, Biblioteca Menno, Burgos, 2016.
77
Blancarte, Roberto y Bernardo Barranco, AMLO y la religión. El Estado laico bajo amenaza, edición Kindle, Editorial
Grijalbo, México, 2019, p. 55.
-5-

El de AMLO es, evalúa Roberto Blancarte, menos un cristianismo evangélico y más un

“bricolaje” religioso, que consiste en “una recomposición religiosa personal de las creencias, donde

el individuo creyente genera una especie de ‘religión a la carta’, escogiendo lo que le apetece de cada

una de las tradiciones religiosas con las que ha entrado en contacto”. 8 Sobre el tópico de intentar

desentrañar la función de la peculiar religiosidad presidencial y su incidencia en las políticas

gubernamentales, la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa organizó en marzo de 2020 el

foro “Defender el Estado laico. Política y religión en la 4T”. En las ponencias presentadas hay valiosos

insumos para quienes buscan comprender el perfil religioso de AMLO.9

El presidente incorpora en su cuerpo de ideas, al que ha denominado “humanismo mexicano”

(así lo llamó al cumplir cuatro años en el gobierno10), lo mismo a Marx, Engels, José Martí, Gandhi,

los liberales mexicanos decimonónicos con Benito Juárez a la cabeza, que versículos de la Biblia

(sobre todo del Nuevo Testamento) y a Alfonso Reyes (particularmente su Cartilla moral11), sólo por

mencionar algunas de sus influencias confesadas públicamente. Es un cristiano más cercano a los del

tipo libertario sin vínculos eclesiásticos o denominacionales como los estudiados por Leszek

Kolakowski en Cristianos sin Iglesia. La conciencia religiosa y el vínculo confesional en el siglo

XVII.12 En el caso de nuestro país personajes del siglo XIX como José Joaquín Fernández de Lizardi,

8
Ibid., p. 56.
9
Garma, Carlos, Ariel Corpus y Ma. del Rosario Ramírez Morales (coordinadores), Religión y política en la 4T. Debates
sobre el Estado laico, UAM-I, México, 2021.
10
https://lopezobrador.org.mx/2022/11/27/humanismo-mexicano-es-el-modelo-de-gobierno-de-la-cuarta-
transformacion-afirma-presidente-en-aniversario-4-del-inicio-de-su-
administracion%E2%80%8B%E2%80%8B%E2%80%8B%E2%80%8B%E2%80%8B%E2%80%8B/
11
En 1944 el secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, solicitó a Reyes unas breves lecciones de moral. El
escritor redactó la Cartilla moral. La pequeña obra fue publicada, en edición de autor en 1952. Fue Gastón García Cantú,
subdirector de publicaciones del Instituto Nacional Indigenista, quien, tras retoques al escrito del propio Reyes, hizo “una
edición de amplio tiraje”. Martínez Baracs, Rodrigo, La historia de la Cartilla moral de Alfonso Reyes
(https://letraslibres.com/historia/la-historia-de-la-cartilla-moral-de-alfonso-reyes/). Mi opinión sobre la Cartilla de don
Alfonso y su adecuación por el gobierno de AMLO en “Cartilla moral de la Cuarta Transformación”, La Jornada
16/I/2019 (https://www.jornada.com.mx/2019/01/16/opinion/016a2pol).
12
Taurus Ediciones, Madrid, 1982.
-6-

José María Luis Mora e Ignacio Altamirano profesaron un cristianismo diferenciado del catolicismo

romano, caracterizado por sus posturas anti clericales y contrarias a la simbiosis Estado-Iglesia.

Además el cristianismo de los tres lo concebían como un insumo necesario para la reconstrucción del

país. Mencionar aquí a los tres cristianos libertarios no es con la intención de hacer un paralelismo

con la postura de AMLO, solamente es un intento de señalar que hemos tenido pensadores muy activos

políticamente que practicaron un cristianismo distante de los campos entonces confesionalmente

organizados. Es en la misma línea que, percibo, se conduce AMLO es un cristiano heterogéneo, pero

no es posible adscribirlo al perfil evangélico/pentecostal.

Por un lado AMLO tiene cercanía con algunos postulados de la Teología de la Liberación

(TL), por otro, como menciona Salas Uribe, “su defensa del principio de la no violencia y el uso de

figuras como Gandhi remite más bien a las críticas que los teólogos evangélicos dirigieron a los

principios de la praxis liberadora”. Es cierto que teólogos evangélicos criticaron la que consideraron

falta de fundamentación bíblica de la TL, pero no lo es que para los críticos citados (Emilio Antonio

Núñez y C. René Padilla) “la misión principal de la Iglesia es garantizar el cielo a los creyentes, no

participar y promover una praxis liberadora para establecer una sociedad socialista. La lucha de clases

es incompatible con la misión espiritual. De ahí el carácter profundamente antirrevolucionario del

evangelismo”.

El movimiento de la Misión Integral (MI) nació en el seno de la Fraternidad Teológica

Latinoamericana (FTL), plataforma reflexiva evangélica, y si algo no sostiene es que “la misión

principal de la Iglesia es garantizar el cielo a los creyentes” y fugarse del mundo, al contrario, la MI

ha sido señalada al interior del evangelicalismo más conservador como liberacionista y demasiado

preocupada por los asuntos del mundo. El autor cuyo escrito comento habría hecho bien si hubiese
-7-

leído directamente a teólogos de la FTL y no hacer conclusiones basándose en mediaciones de otros

autores.13

El apartado “El afán evangelizador del presidente” lo inicia Rodrigo Solís Uribe” afirmando

que “el protestantismo tiene larga historia en nuestro país”, acto seguido remite a los trabajos del

Instituto Lingüístico de Verano (ILV), que llegó “a México en 1934, por invitación de Cárdenas”. La

realidad es que el ILV nada tuvo que ver con los inicios del cristianismo protestante evangélico en la

nación mexicana. En 1827 arribó a nuestro país el escocés bautista James Thomson, enviado por la

Sociedad Bíblica Británica y Extranjera y el sistema de escuelas lancasterianas. Permaneció tres años,

en los cuales tuvo apoyo de mexicanos que no hicieron caso a las medidas de las autoridades católicas

romanas en cuanto a rechazar la que consideraron Biblia protestante por carecer de los conocidos

como libros deuterocanónicos, los que algunos llaman apócrifos.14

En un libro que recoge pormenores de la obra que desarrolló en España y Portugal, Thomson

incluye, en un apéndice, la siguiente nota concerniente a los años de su primera estancia en México

(estuvo nuevamente en el país entre 1842 y 1844): “No debo dejar de mencionar aquí, por tener una

relación muy directa con el tema que nos ocupa en cuanto a los servicios religiosos, que en 1829 y

1830, cuando yo residía en la Ciudad de México, varios de nosotros nos reuníamos para adorar todos

los domingos en una de las principales calles de la ciudad (Calle de Plateros), donde tuvimos nuestros

servicios protestantes, los cuales acompañamos con cantos. A veces teníamos mexicanos presentes

13
En la FTL hay coincidencias y discrepancias en la evaluación de la TL, como muestra ver Núñez, Emilio Antonio,
Teología de la Liberación, una perspectiva evangélica, Editorial Caribe, Miami, 1986; Samuel Escobar, La fe evangélica
y las teologías de la liberación, Casa Unida de Publicaciones, El Paso, 1987; Kirk, Andrew J., Liberation Theology. An
Evangelical View from the Third World, John Knox Press, Atlanta, 1979. Para el movimiento de la MI ver C. René Padilla,
Misión integral: ensayos sobre el Reino de Dios y la Iglesia, tercera edición, Ediciones Kairós, Buenos Aires, 2014; López
R., Darío, Pentecostalismo y misión integral. Teología del Espíritu, teología de la vida, Ediciones PUMA, Lima, 2008,
Acerca de la identidad de la FTL y la MI en el abanico evangélico: Kirkpatrick, David C., A Gospel for the Poor. Global
Social Christianiy and the Latin American Evangelical Left, University of Pennsylvania Press, Philadelphia, 2019.
14
Del personaje y su actividad me he ocupado en James Thomson: un escocés distribuidor de la Biblia en México, 1827-
1830, segunda edición, Maná Museo de la Biblia, México, 2013.
-8-

con nosotros, y nuestra reunión era bien conocida por muchos, pero nunca nos molestaron”.15

La calle de Plateros desembocaba en la principal plaza de la capital, el Zócalo. Era el último

tramo de la actual avenida Francisco I. Madero, en la sección que comienza en su cruce con Isabel la

Católica y termina en la también llamada Plaza Mayor.16 Con lo brevemente descrito por Thomson se

posibilita afirmar que, por lo menos, en 1829 ya existía un núcleo protestante ubicado en el hoy Centro

Histórico de la Ciudad de México. Queda por dilucidar si a la salida del personaje la célula

mencionada por él tuvo continuidad en el mismo lugar, o se mudó a otro domicilio. Lo constatable es

que las reuniones en la Calle de Plateros existieron y continuaban a la salida de Thomson (verano de

1830). Cabe la posibilidad de que algunos asistentes hayan iniciado privadamente servicios religiosos

protestantes, así como continuaron estudiando la Biblia por sí mismos.

Sobre la gestación del protestantismo en México hay investigaciones que documentan el papel

activo en el enraizamiento de la nueva creencia a partir de mediados del siglo XIX. Los misioneros y

las misioneras no llegaron a terrenos sociales áridos ni desérticos, sino que actores endógenos

participaron en la apropiación y difusión del credo distinto al tradicional católico romano. 17 En este

sentido es que se hace necesario prestar atención tanto a tales actores como a las cambiantes

condiciones sociales y religiosas que posibilitaron el enraizamiento de una fe considerada, por el

15
Thomson, James, Spain, Its Position and Evangelization, Partridge and Oakey, London, 1853, p. 56. Agradezco a Bill
Mitchell que me haya facilitado copia de la obra escrita por Thomson.
16
Para los nombres antiguos de avenida Francisco I. Madero ver González Obregón, Luis, México viejo, época colonial,
Noticias históricas, tradiciones, leyendas y costumbres, segunda edición, Alianza Editorial, México, 1992, p. 721;
González Gamio, Ángeles, Corazón de piedra, Noticias históricas, tradiciones, leyendas y costumbres, segunda edición,
Alianza Editorial, México, 1992, p. 131.
17
Investigaciones en las que se concatenan factores y personajes exógenos/endógenos, entre otras, Téllez Aguilar,
Abraham, Proceso de introducción del protestantismo en México desde la Independencia hasta 1884, tesis de licenciatura
en historia, Facultad de Filosofía y Letras-UNAM, México, 1989; Barraza Loera, Christian Manuel, Liberales, misioneros
y conversos. Entre la disidencia católica y la conformación de la iglesia presbiteriana en Villa de Cos, Zacatecas, 1846-
1876, tesis de doctorado en historia, El Colegio de San Luis, 2020; Martínez García, Carlos, Albores del protestantismo
mexicano en el siglo XIX, Librería Papiro 52-CUPSA, México, 2021 y Manuel Aguas: de sacerdote católico a precursor
del protestantismo en México (1868-1872), segunda edición, Librería Papiro 52-Centro de Estudios del Protestantismo
Mexicano, México, 2022.
-9-

establishment religioso, ajena a y peligrosa para la que llamaban idiosincrasia nacional. En cuanto a

indígenas que fueron receptivos y activos en acoger el protestantismo vale la pena detenerse en lo

relatado por Ignacio Manuel Altamirano, en al menos dos de los casos referidos por él y que trato en

un libro sobre persecuciones en el siglo antepasado.18 Para cuando el ILV comienza su asentamiento

en México el protestantismo ya tenía en el país más de un siglo de haber iniciado su presencia.

En algunas poblaciones indígenas el ILV fue inicialmente la primera presencia protestante

consolidada, en otras se articuló a iniciativas ya existentes de pobladores originarios que se mostraron

hospitalarios a las actividades de los lingüistas/misioneros. También hubo poblaciones que rechazaron

por diferentes motivos a los foráneos.19 En todos los casos los indígenas no fueron, ni son, seres

pasivos ni meramente receptores de un mensaje importado y sin relación con su vida cotidiana. Los

datos señalaban en el año 2000 que “el étnico es uno de los factores más importantes para entender el

crecimiento de la disidencia religiosa y el cambio de credo en México. Sin duda, si hay un sector

social donde se ha dado la aceptación del pluralismo religioso es el de los grupos étnicos indígenas

[…] La población protestante indígena en porcentaje es el doble del promedio nacional de adscripción

protestante, 10% con respecto a 5%”.20

La tendencia de protestantización en grupos étnicos se intensificó según el Censo del 2020. La

media de población protestante/evangélica en México es de 11.2 por ciento. Mientras que en estados

18
Martínez García, Carlos, “Ignacio Manuel Altamirano y los protestantes heridos en Xalostoc” e “Ignacio Manuel
Altamirano y los hugonotes de Chimalhuacán”, en Persecuciones contra los protestantes en México en el siglo XIX,
Librería Pairo 52-Centro de Estudios del Protestantismo Mexicano, 2022, pp. 35-56.
19
En torno a los objetivos del ILV, sus motivaciones y aceptación o rechazo en las poblaciones ver, además de la
bibliografía citada en la nota de pie de página número 5 por Rodrigo Salas Uribe, los trabajos de David Stoll, Fishers of
Men or Founders of Empire? The Wycliffe Bible Translators in Latin America, Zed Press, London, 1982 y del mismo
autor “¿Con qué derecho adoctrinan ustedes a nuestros indígenas? La polémica en torno al Instituto Lingüístico de
Verano”, América Indígena, vol. 44, núm. 1, 1984, pp. 9-24; Hartch, Todd, Missionaries of the State. The Summer Institute
of Linguistics, State Formation, and Indigenous Mexico, 1935-1985, The University of Alabama Press, Tuscaloosa, 2006.
20
Garma, Carlos y Alberto Hernández, “Los rostros étnicos de las adscripciones religiosas”, en De la Torre, Renée y
Cristina Gutiérrez Zúñiga (coordinadoras), Atlas de la diversidad religiosa en México (1950-2000), CIESAS-El Colegio
de Jalisco-El Colegio de la Frontera Norte, 2007, p. 203.
- 10 -

con importante población indígena como Chiapa es de 32 por ciento, le sigue Tabasco con 27 por

ciento, Campeche con 24, Quintana Roo con 21 y Tamaulipas con 17. Desde el Censo de 1980 el

quinto lugar de mayor porcentaje protestante/evangélico le había correspondido a Yucatán. Ahora

dicho peldaño es ocupado por Tamaulipas, la única de las primeras cinco entidades cuya población

indígena es baja, menos del uno por ciento. La intensa diversificación religiosa entre los pueblos

indígenas es multi factorial, y en ella el rol del ILV ha sido magnificado en detrimento de los propios

creyentes locales, principales difusores de credos distintos al católico romano.

En cuanto al arraigo del pentecostalismo en México también es anterior a los trabajos del ILV.

Mexicanos migrantes participaron del avivamiento pentecostal que en 1906 tuvo lugar en Azusa

Street, en los Ángeles, California.21 Algunos de esos migrantes en California u otros estados fueron

quienes cruzaron la frontera hacia territorio mexicano y difundieron su experiencia religiosa, dando

origen a células pentecostales que posteriormente se constituyeron en iglesias y denominaciones: “Las

primeras congregaciones pentecostales en México comenzaron a surgir entre 1905 y 1914 en los

estados fronterizos siguiendo el modelo eclesiástico aprendido en los Estados Unidos […] Poco a

poco se extendieron, hasta llegar en los años veinte a la Ciudad de México”.22 En todo esto el ILV

brillaba por su ausencia. Lo anterior también es cierto en el caso de Romana Carbajal de Valenzuela,

ella y su esposo se convirtieron al pentecostalismo en 1912, en Los Ángeles, de donde regresó en 1914

a su natal Villa Aldama, Chihuahua, para iniciar la que vendría a ser la Iglesia Apostólica de la Fe en

Cristo, que con los años tendría presencia nacional.23

21
Espinosa, Gastón, Latino Pentecostals in America. Faith and Politics in Action, Harvard University Press, Cambridge,
Massachusetts, 2014, pp. 22, 51-53.
22
De la Luz García, Deyssy Jael, El movimiento pentecostal en México. La Iglesia de Dios, 1926-1948, La Letra Ausente-
Editorial Manda, México, 2010, p. 52.
23
Gaxiola, Manuel J., La serpiente y la paloma. Historia, teología y análisis de la Iglesia Apostólica de la fe en Cristo
Jesús, segunda edición, corregida y aumentada, Libros Pyros, México, 1994, pp. 142-143.
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De nueva cuenta el autor del ensayo pone en la palestra al ILV al mencionar, correctamente,

que “continúa operando hasta la actualidad como Asociación Civil y conserva una importante

presencia en el estado de Oaxaca”. Pero es incorrecta su siguiente afirmación: “el legado del Instituto,

que se definía como parte del movimiento evangélico, sirve de modelo para algunas de las sectas

protestantes más grandes en nuestro país como los Mormones, los Testigos de Jehová, la Iglesia

Adventista del Séptimo Día o la Luz del Mundo”.

Que sea modélico el ILV es discutible, en algunos casos sí, pero en muchos no. En cuanto a

las “sectas protestantes más grandes” que considera como tales Rodrigo Salas Uribe, simple y

sencillamente no es posible adscribirlas a tal categoría. No son protestantes los mormones, tampoco

los testigos de Jehová, ni los de la Luz del Mundo. En cuanto a los adventistas existen posiciones

variadas en el seno del cristianismo evangélico de si considerarlos, o no, integrantes del movimiento.24

Respecto al uso del término “sectas” protestantes, es verdad que las definiciones sociológicas

de Max Weber y Ernst Troeltch, que los científicos sociales siguen utilizando, refieren a las rupturas

que en el siglo XVI y posteriores hicieron distintos grupos confesionales principalmente con la Iglesia

católica romana. No hay en su definición carga estigmatizante, sino descripción del ethos sectario:

“Las sectas son, comparativamente, más pequeñas [a las iglesias establecidas]; suelen aspirar a

descubrir y seguir el camino verdadero, y tienden a retirarse de la sociedad circundante en

comunidades propias. Los miembros de las sectas consideran corruptas las iglesias establecidas. La

mayoría tiene pocos o ningún funcionario y todos los miembros participan en pie de igualdad. Dentro

de las sectas nace una reducida proporción de personas y, más bien la mayoría se une activamente a

24
Vila Samuel, Origen e historia de las denominaciones cristianas, Libros CLIE, Viladecavalls, Barcelona, 1988;
Buschart David W., Exploring Protestant Traditions. An Invitation to Theological Hospitaliity, InterVarsity Press,
Downers Grove, Illinois, 2006.
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ellas para fomentar sus creencias”.25

A diferencia de la definición sociológica de secta, el entendimiento dominante del concepto

en México, y que reiteradamente aparece en distintas instancias y medios, tiene cargas

estigmatizantes, peyorativas, señala su ilegitimidad y peligro para la sociedad. Consciente o

inconscientemente sigue reproduciéndose entre nosotros un discurso originado en la, todavía, Iglesia

tradicional y mayoritaria, ya que como bien observó Carlos Monsiváis

La maniobra de aniquilamiento se resume en un término: sectas. Las sectas —de acuerdo con el
Episcopado y sus numerosos aliados— son la oscuridad en las tinieblas (así de reiterativo), de
ritos casi demoniacos que apenas disfrazan la puerilidad, de los servicios religiosos que a los
Verdaderos Creyentes les resultan indignantes y risibles, de la compra de la fe de los indecisos y
los ignorantes. La noción de las sectas autoriza a los Creyentes Auténticos para hacer con los
sectarios lo que su fe autoriza. Y el disgusto ante lo distinto legitima los ejercicios del odio.
Los más pobres son los más vejados, y los pentecostales la pasan especialmente mal, por su
condición de “aleluyas”, gritones del falso Señor, saltarines del extravío […] Y la izquierda
nacionalista explica sin cesar, y como si fuera adjunta del Episcopado católico, que el
protestantismo es un invento yanqui, una táctica para despojarnos de nuestra identidad nacional,
una trampa para incautos.26

Salas Uribe es creativo en cuanto a encontrar vínculos entre las actividades que históricamente han

caracterizado a instituciones e iglesias protestantes evangélicas y las tareas desarrolladas por el ILV.

En cuanto a la traducción de la Biblia a diversos idiomas establece: “Los grupos evangélicos que

llegaron a México y Latinoamérica encuentran el fundamento principal de su misión lingüística en los

Hechos de los Apóstoles […] En su segundo capítulo, el libro habla de la llegada del Espíritu Santo

en el día del Pentecostés, y del don que otorgó a los apóstoles para poder predicar las enseñanzas de

Jesús en todos los idiomas del mundo”. Esto último, lo de “todos los idiomas del mundo”, es una

expresión hiperbólica, que no debe tomarse literalmente, al igual que la del último versículo del

Evangelio de Juan: “Quedan muchas otras cosas que hizo Jesús. Si quisiéramos escribirlas una por

25
Giddens, Anthony, Sociología, tercera edición revisada, Alianza Editorial, Madrid, 2000, p. 565. Sobre los usos del
concepto por parte de Weber y Troeltsch, ver Cipriani, Roberto, Manual de sociología de la religión, Siglo XXI Editores
Argentina, Buenos Aires, 2004, pp. 119-122 y 171-173.
26
Monsiváis, Carlos, “De las variedades de la experiencia protestante”, en Blancarte, Roberto (coordinador), Los grandes
problemas de México. Culturas e identidades, vol. XVI, El Colegio de México, México, 2010, pp. 77 y 80.
- 13 -

una, pienso que los libros escritos no cabrían en el mundo”.

De los Hechos de los Apóstoles el autor hace un extenso salto histórico para, nuevamente,

enlazar las traducciones bíblicas al ILV, de tal modo que pareciera antes del organismo no habrían

sido realizadas. Su base es una convicción de William Cameron Townsend, fundador del ILV, quien

vio “en el episodio del Pentecostés la revelación clara del gran propósito de evangelizar a todos los

pueblos a través del lenguaje”; estaba convencido de que “los pueblos del mundo sólo llegarán al

Trono si escuchan la Palabra en un lenguaje que pueden entender. No podrán salvarse de otra forma”.

Algunos siglos antes de William Cameron Townsend la traducción de la Biblia a otros idiomas

gozaba de muy buena salud. La Biblia Hebrea, que para los cristianos es el Antiguo Testamento y

algunos especialistas llaman el Primer Testamento,27 fue traducida al griego a partir de mediados del

siglo III a. C., en Alejandría y bajo el reinado de Ptolomeo II Filadelfo. Debieron transcurrir casi dos

siglos y medio para completar la traducción.28 La siguiente gran traducción de la Biblia fue al idioma

que comenzó a desplazar al griego como instrumento de comunicación de los asuntos eclesiásticos

cristianos, el latín. Jerónimo de Estridón nació en el año 347, en la parte occidental de la actual Croacia

y pasó la segunda parte de su vida en Jerusalén, donde murió en septiembre del 420. El papa Dámaso

(ca. 304-384) comisionó a Jerónimo para editar “una versión oficial que luego será llamada

Vulgata”.29 Le llevó 25 años la traducción de las Escrituras, tarea que realizó de finales del siglo IV a

principios del V.30

27
Goldingay, John, Reading Jesus’s Bible. How the New Testament Helps Us Understand the Old Testament, Wm. B.
Eerdmans Publishing Co., Grand Rapids, 2017, p. 1.
28
Jinbachian, Manuel M., “La Septuaginta: entre la sinagoga y la iglesia”, en Edesio Sánchez Cetina (editor), Descubre
la Biblia II, Sociedades Bíblicas Unidas, Miami, 2006, p. 46. Un estudio más amplio es el de Fernández Marcos, Natalio,
Septuaginta, la Biblia griega de judíos y cristianos, Ediciones Sígueme, Salamanca, 2008.

29
Stella, Francesco, “La Biblia: apócrifos, traducciones, difusión, literatura exegética, poemas bíblicos”, en Umberto Eco
(coordinador), La Edad Media: bárbaros, cristianos y musulmanes, tomo I, Fondo de Cultura Económica, México, 2018,
pp. 593-594.
30
Paul, André, La Biblia y Occidente. De la biblioteca de Alejandría a la cultura europea, Editorial Verbo Divino,
Navarra, 2008, pp. 293-294 y 309.
- 14 -

En inglés el ILV es más conocido por Wycliffe Bible Tanslators, lleva el apellido de John

Wycliffe, quien, con un equipo colaborador en el siglo XIV, tradujo la Biblia del latín al inglés.31

Además criticó fuertemente a las autoridades católicas y sus enseñanzas. En Bohemia, un siglo

después, un seguidor de Wycliffe, Jan Hus, tradujo los escritos bíblicos al checo. 32 El Concilio de

Constanza lo condenó a la hoguera, por hereje, en julio de 1415. El movimiento de ruptura por parte

de Lutero con el catolicismo romano tuvo, como una de sus consecuencias, en el siglo XVI un caudal

de traducciones bíblicas a los principales idiomas europeos.33 A partir de las lenguas de las Escrituras

(hebreo y pequeñas partes de arameo en el caso del Antiguo Testamento, y griego en del Nuevo

Testamento), Martín Lutero prohijó primero la traducción y publicación en 1522 de los documentos

neotestamentarios en alemán, y en 1534 de la Biblia completa.34

Para el caso de traducciones bíblicas al español, en su Nuevo Testamento, publicado en 1543,

Francisco de Enzinas, en el de Juan Pérez de Pineda (1556) y en la Biblia de Casiodoro de Reina

(1569), los tres personajes escribieron introducciones en las que cada uno expuso sus motivos para

trasladar las Escrituras al castellano. Los tres coincidieron en que en la Biblia misma había enseñanzas

sobre que Dios quería comunicarse a la humanidad en la lengua de cada pueblo, y uno, entre varios

ejemplos que citan, es lo acontecido un Domingo de Pentecostés y que narra el segundo capítulo de

31
Brake, Donald L., A Visual History of the English Bible, Baker Books, Grand Rapids, 2008, p. 47.
32
Macek, Joseph, La revolución husita. Orígenes, desarrollo y consecuencias, Siglo XXI de España Editores, Madrid,
1975, 47-48.
33
McNutt, Jennifer Powell y David Lauber (editores), The People’s Book. The Reformation and the Bible, InterVarsity
Press, Downers Grove, Illinois, 2006.
34
Ver Cervantes-Ortiz, Leopoldo, “Humanismo, reforma y traducción: medio milenio del Nuevo Testamento de Lutero”;
y Martínez García, Carlos, “La Biblia de Lutero, 500 años de impacto editorial y cultural” (la mesa de redacción modificó
el título que le puse al escrito: “Impacto editorial y cultural del Nuevo Testamento de Lutero, a 500 años”), ambos trabajos
en La Jornada Semanal, 11 de diciembre de 2022 (https://issuu.com/lajornadaonline/docs/semanal11122022).
- 15 -

Hechos de los Apóstoles.35 Enzinas, Pérez de Pineda y Reina se identificaron con el movimiento de

la Reforma protestante.

En 1804 es fundada la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE) por el interés de

protestantes de distintas denominaciones en la difusión de la Biblia. Buscaban que la obra fuese

traducida a otros idiomas que no contaban con las Escrituras, y que su precio no resultara oneroso

sino accesible al público interesado en adquirir el volumen. Los fundadores pusieron “énfasis en el

carácter no sectario de la nueva sociedad y en el hecho de que las ediciones de la Biblia que habían

de promoverse y producirse no llevarían notas ni comentarios que reflejasen particularidades

doctrinales de una iglesia o denominación”.36 La Sociedad Bíblica Americana data sus inicios en 1816.

La SBBE envió en 1827 a México a James Thomson, para distribuir porciones bíblicas y toda

la Biblia. Durante su estancia de tres años Thomson inició gestiones para traducir secciones de la

Biblia al náhuatl.37 En su segunda estancia mexicana (1842-1844), que mayormente pasó en la

península de Yucatán, reitera a los directivos de la SBBE la conveniencia de contar con, al menos,

algunos materiales en idiomas de las poblaciones indígenas. Así lo expresa en carta desde la Ciudad

de México del 28 de octubre de 1842, al mencionar que anhela

Hacer llegar a las manos de los indios en sus lenguas nativas alguna porción de la santa palabra
de Dios. La gran mayoría de la gente de este país son indios, y son de diferentes naciones y lenguas.
Hay muchas escuelas entre ellos, y un buen número, considerando todas las cosas, sabe leer. Una
parte considerable de ellos pueden hablar español y lo hablan en los mercados, donde se les exige
que lo hagan en sus negocios. Pero están fuertemente apegados a sus propios idiomas, y siempre
los hablan entre ellos. Diariamente oigo hablar estas lenguas en las calles de esta ciudad por donde
ando, y observo a los indios hablando entre ellos. Las dos lenguas principales que se hablan dentro

35
Acerca de las razones y el proceso de traducción que realizaron los tres personajes ver Stockwell, Bowman Foster,
Prefacios a las biblias castellanas del siglo XVI, segunda edición, Editorial La Aurora-Casa Unida de Publicaciones,
Buenos Aires-México, 1951; Fernández y Fernández, Enrique, Las biblias castellanas del exilio: historia de las biblias
castellanas del siglo XVI, Editorial Caribe, Miami, 1976; Martínez García, Carlos, Casiodoro de Reina, traductor de la
Biblia del Oso publicada en 1569, Librería Papiro 52, México, 2020; y Brevísima historia del extenso viaje de la Biblia
hacia el idioma español, Librería Papiro 52-Kabod Ediciones, México, 2022.
36
Escobar, Samuel, “Orígenes del movimiento de Sociedades Bíblicas y su contexto misionológico”, en Revista Lusófona
de Ciência das Religiões, año IV, núm. 7-8, 2005, p. 22
37
Gringoire, Pedro, El doctor Mora, impulsor de la causa bíblica en México, Sociedad Bíblica de México, México, 1978,
p. 17.
- 16 -

de la diócesis de México son lo que se llama el mexicano [náhuatl] y el otomí. Uno de los
Evangelios [Lucas], usted sabe, ya está en el primero de estos dialectos, y anhelo saberlo de usted
y del Dr. [José María Luis] Mora. En cuanto al otro, el otomí, estoy haciendo esfuerzos para
conseguir un traductor adecuado y lo tengo en mente. Creo que la ventaja de llevar las Escrituras
a las lenguas indias es considerable; porque aunque muchos de ellos, como ya se dijo, hablen
español, sentirán un placer peculiar al tener la palabra de Dios en sus propias lenguas, como fue y
es el caso en las Tierras Altas de Escocia, Gales e Irlanda.

Tenemos entonces que es muy anterior al nacimiento del ILV la iniciativa en círculos

protestantes/evangélicos por traducir la Biblia a múltiples idiomas. ¿Por qué el afán de invisibilizar

esto y destacar solamente a la organización estadounidense?

El protestantismo evangélico realmente existente tiene modalidades de gobierno bien

definidas, el imaginado por Rodrigo Salas Uribe no, veamos: “A diferencia del clero católico, muchas

congregaciones protestantes y movimientos evangélicos carecen de mecanismos formales para la

elección de sus líderes, por lo que el carisma, el don y la verdad compartida constituyen elementos

esenciales en la renovación de sus estructuras de gobierno —que, por lo demás, pueden llegar a ser

jerárquicas y unipersonales—”.

Pregunto, ¿tan “jerárquicas y unipersonales” como la del papa en turno? Las iglesias

protestantes/evangélicas practicas tres formas de gobierno: 1) episcopal, los obispos son elegidos por

los presbíteros y representantes laicos para un periodo determinado por la normatividad vigente, por

hasta dos periodos (continuos o discontinuos) de cuatro años como es el caso de la Iglesia metodista

de México. 2) presbiteriano, la membresía de la iglesia local elige a los ancianos (no necesariamente

de edad) gobernantes que conforman el consistorio. Un grupo variable de consistorios conforman un

presbiterio, al menos tres presbiterios un sínodo y, finalmente, la asamblea general, en la que son

elegidos cargos directivos nacionales. Este modelo es el que sigue la Iglesia nacional presbiteriana de

México. 3) congregacional, tipo de gobierno en el que todos tienen derecho a expresar su voz y voto

en la diversidad de asuntos que se presentan en la comunidad de fe. En esta modalidad cada iglesia

local es suficiente en sí misma y no depende de autoridades externas a ella, los lazos establecidos con
- 17 -

otras comunidades de la misma tendencia son fraternales y no de gobierno. Este tipo de gobernanza

es la que siguen los bautistas, hermanos libres y cuáqueros, entre otros. En la denominación

pentecostal más grande de México, y Latinoamérica, Asambleas de Dios, “las iglesias locales son

pastoreadas por un ministro y su forma de gobierno es eminentemente congregacional y

representativo”.38 Con las modalidades de gobierno anteriores, vivas y actuantes, es cuestionable

sostener que “muchas congregaciones protestantes y movimientos evangélicos carecen de

mecanismos formales para la elección de sus líderes”.

Rodrigo Salas ve en la esperanza de un futuro mejor que proclama el presidente, “ideas

milenaristas provenientes del cristianismo medieval y adoptadas por los anabaptistas tras la Reforma.

A grandes rasgos, los milenaristas protestantes propugnaban la caída del papado y de los imperios

seculares para dar paso a un reino terrenal glorioso, formado por los justos y que desterraría al mal de

la faz de la tierra”.

Los anabautistas fueron llamados así por sus críticos, ya que los consideraban rebautizadores,

por bautizar a quienes ya habían sido bautizado(a)s en la infancia. El nuevo bautismo era administrado

a las personas que bajo confesión de fe en Jesucristo como señor y salvador se unían voluntariamente

a una comunidad de creyentes. Defendieron la libertad de conciencia y no aceptaron el principio de

iglesias oficiales territoriales, lo mismo católica que protestantes y rechazaron el uso de la violencia.

Esta fue La corriente anabautista más extendida geográficamente y mayoritaria en el siglo XVI.39

38
https://www.asambleasdedios.mx/html/nosotros.html
39
Williams, George H., op., cit., p. 6; Cohn, Norman, En pos del Milenio. Revolucionarios milenaristas y anarquistas
místicos en la Edad Media, cuarta reimpresión, Alianza Editorial, 1993, p. 253; sobre modalidades, distintivos
bíblicos/teológicos y sus repercusiones sociales, políticas y religiosas en el contexto de las iglesias territoriales oficiales
dominantes consultar: Snyder, Arnold C., Anabaptist History and Theology. An Introduction, tercera impresión, Pandora
Press, Kitchener, Ontario, 2002 y Following in the Footsteps of Christ, Orbis Books, Maryknoll, New York, 2004; Roth,
John D. y James Stayer (editores), A Companion to Anabaptism and Spiritualism, 1521-1700, Brill, Leiden-Boston, 2007;
Brewer, Brian C., T&T Handbook of Anabaptism, Bloomsbury Publishing Plc., London, 2022.
- 18 -

El milenarismo que gobernó Münster en 1534-1535 y estableció la teocracia, en la que, a decir

de los auto proclamados profetas Jan de Leyden y Jan Matthys, Dios gobernaba por medio de ellos,

practicó el rebautismo obligatorio.40 Tras un prolongado sitio, con ayuda de dos desertores que les

abrieron las puertas de la ciudad, mercenarios pagados por el obispo católico Franz von Waldeck

perpetraron una masacre que duro varios días.41 Diez años antes, el líder más conocido de la

insurrección campesina, el místico apocalíptico Thomas Müntzer, arengaba con pasajes del Antiguo

Testamente y revelaciones que decía haber recibido de Dios a enfrentar las fuerzas militares de los

príncipes.42 Equívocamente hay autores que señalan a Müntzer como anabautista cuando “este vínculo

es inexistente o, al menos sutil, [él] nunca practicó ni exigió el bautismo de adultos”. 43 Las que dice

Salas Uribe son ideas milenaristas de AMLO sería más productivo buscarlas en otro lado, no en el

anabautismo que trascendió el siglo XVI y subsiste como familia global de fe en el XXI.

En su fijación por encadenar tanto al cristianismo evangélico mexicano como el estilo de

gobernar de AMLO al ILV, Rodrigo Salas Uribe vuelve sin ambages al tópico: “La historia del ILV

nos ayuda a rastrear el origen de muchos rasgos que definen la estrategia de comunicación actual de

la Presidencia de la República. Este afán evangelizador se configura como una de las prácticas

políticas y comunicativas esenciales del presidente y toma distintas formas”.

Él ubica cinco elementos, que llama transversales, en el estilo político y de comunicación de

AMLO (“muy cercanos a la tradición evangélica”), los resumo: 1) Su interés por el trabajo territorial

40
Cohn, Norman, op. cit., p. 262.
41
Klötzer, Ralf, “Münster and the ‘New Jerusalem’”, Brewer, Brian C., (editor), op. cit., p. 129; Driver, Juan, La fe en la
periferia de la historia. Una historia del pueblo cristiano desde la perspectiva de los movimientos de restauración y
reforma radical, SEMILLA-CLARA, Guatemala-Bogotá, 1997, p. 190; Cohn, Norman, op. cit., p. 279.
42
Goertz, Hans-Jürgen, “Karlstard, Müntzer and the Reformation of the Commoners”, Roth, John D. y James Stayer
(editores), op. cit., p. 29; Duch, Lluís, “Introducción”, Thomas Müntzer, tratados y sermones, Editorial Trotta, Madrid,
2001, p. 62.
43
Duch, Lluís, op., cit., p. 68.
- 19 -

mediante extensas y constantes visitas a las regiones del país, así como su cotidiano interés por

moralizar mediante “la prédica diaria, dirigida desde el púlpito en Palacio Nacional”. 2) Rediseño

total de la política social del gobierno, eliminando intermediarios para privilegiar un vínculo directo

con la ciudanía, “el rechazo a los intermediarios”, apunta el autor, “nos recuerda a la lucha contra la

figura del sacerdote como intermediario espiritual”. En su lugar AMLO busca que “una vez eliminadas

las fuentes de competencia, la autoridad simbólica y económica ejercida sobre los beneficiarios se

concentra en una sola figura”, él. 3) Exigir petición de perdón a personajes, colectivos y gobiernos

por los agravios cometidos al pueblo mexicano. Con el fin de mostrar congruencia en su exigencia,

AMLO ha pedido perdón, por ejemplo, a “los Yaquis, de Sonora, los Mayas y la comunidad china en

nuestro territorio” por los excesos en el pasado perpetrados contra ellos. Además del perdón, desde el

2006, López Obrador ha echado mano de la esperanza, “un vocablo constante” en su discurso. 4) “El

discurso del presidente exige de sus partidarios un ejercicio interpretativo. Semejante al trabajo

hermenéutico que demandaban las Escrituras o los textos de los profetas para poder ser comprendidos

por la comunidad de creyentes”. El ejercicio interpretativo es necesario porque “el lenguaje del

presidente suele ser opaco, codificado y contradictorio”. 5) “Una afinidad más con el proyecto

protestante”, el ascetismo presidencial intramundano, en el cual, observaba Weber, “el hombre

religioso muestra su gracia y su estado excepcional ‘no en la vida diaria tal como se da, sino en

actividades rutinarias disciplinadas y racionalizadas’”.

Para respaldar el pentágono principista que halla en el estilo personal de gobernar de AMLO,

y en cada punto establecer vínculos con lo evangélico, Rodrigo Salas Uribe recurre a Max Weber,

quien estudió el corporativismo en las “formas de organización de las comunidades religiosas, dentro

del cual el poder se funda en el monopolio de otorgar valores sagrados”. El presidente ejerce una

autoridad carismática, la que “como encarnación de la voluntad popular, no puede equivocarse. Y más

aún, aquellos que pretenden evidenciar los errores del Ejecutivo atentan contra la revelación”. A la
- 20 -

tipología weberiana Salas Uribe agrega similitudes que considera presentes en movimientos religiosos

y latentes en las ideas/acciones de AMLO, a saber: bautistas, cuáqueros, postulados milenaristas del

cristianismo medieval, anabautistas, calvinismo, luteranismo, la modalidad de la sucesión apostólica,

pentecostalismo y judíos mesiánicos.

En la traslación que por aquí o por allá el autor hace de principios que localizó en el

cristianismo protestante/evangélico/pentecostal con el estilo de gobernar propio de AMLO, dejó fuera

la corriente religiosa que, tal vez, más se acomodaría al propósito de casar al presidente con una

expresión religiosa que ha crecido vertiginosamente por toda Latinoamérica: el neopentecostalismo.

No afirmo que tal casamiento exista entre el presidente y la corriente mencionada, sino que, si

de encontrarle coincidencias al pretendido estilo religioso de gobernar de AMLO se trataba, los cinco

puntos en los que Salas Uribe condensa lo que denomina estilo evangélico/pentecostal de gobernar

presidencial se articulan mejor a las características del neopentecostalismo, ausente completamente

de su análisis.

El neopentecostalismo tiene similitudes con algunas características confesionales del

cristianismo protestante/evangélico (antes fueron mencionadas las cinco afirmaciones básicas del

mismo), y también con el pentecostalismo (que en términos generales hace suyas las cinco

afirmaciones protestantes/evangélicas), pero le agrega la acción en la vida de los creyentes mediante

los dones del Espíritu Santo, acción que se manifiesta en “maravillas, señales y prodigios” (según la

narración de Hechos de los Apóstoles, capítulo 2). Para varias denominaciones pentecostales la acción

inicial del Espíritu Santo en las personas es evidenciada por hablar en lenguas (la llamada glosolalia).44

44
Para comprender históricamente el movimiento, perfil identitario y diversidad ver Hollenweger, Walter, El
pentecostalismo. Historia y doctrinas, Editorial La Aurora, Buenos Aires, 1976; Dayton, Donald W., Raíces teológicas
del pentecostalismo, Libros Desafío, Grand Rapids, Michigan, 2008; Villafañe, Eldin, Introducción al pentecostalismo.
Manda fuego, Señor, Abingdon Press, Nashville, 2012; Anderson, Allan, An Introduction to Pentecostalism, Cambridge
University Press, Cambridge, UK, 2004; Robeck, Cecil M. y Yong, Amos, The Cambridge Companion to Pentecostalism,
Cambridge University Press, New York, 2014; Mansilla, Miguel Ángel y Mosqueira, Mariela (directores), Sociología del
pentecostalismo en América Latina, UNAP-Ril Editores, Santiago de Chile, 2020.
- 21 -

Por su parte el neopentecostalismo tiene débiles vínculos con el protestantismo evangélico,

comparte con el pentecostalismo que el Espíritu Santo actúa en los creyentes, pero se caracteriza más

por tener como líderes (mujeres y hombres) a profetas y apóstoles, quienes afirman fueron designados

por Dios a través de revelaciones particulares que les fueron dadas. Es en el neopentecostalismo donde

los liderazgos ejercen el poder verticalmente, se hacen llamados a la guerra espiritual, domina la

teología de la prosperidad (consistente en medir la espiritualidad por la abundancia de bienes con que

Dios bendice a sus hijos e hijas), hay frecuentes campañas de sanidad divina, y en sus mega iglesias

se privilegia el entretenimiento haciendo atractivas tanto las presentaciones musicales como las

intervenciones de quienes exponen el mensaje al auditorio.45 Al interior de las filas

protestantes/evangélicas se han producido tomas de distancia con el neopentecostalismo, tanto por sus

doctrinas como por el clientelismo político en favor de causas a las que imparte su bendición.46

El modelo político a seguir por el neopentecostalismo es constantiniano, en el que la fe sea

fuente constituyente de las normas jurídicas y sociales. Por lo tanto, para esta visión, es necesario

ganar posiciones en las instancias del Estado para desde ellas lograr la cristianización de la sociedad.

Los neopentecostales, convencidos de llegado el tiempo de hacer valer su peso electoral, han formado

en América Latina partidos políticos y/o negociado posiciones con partidos existentes, los que juzgan

redituable abrir sus puertas por el pretendido caudal de votos que pueden sumarles. En México el caso

45
Oro, Ari Pedro, “Neopentecostalismo”, en Blancarte, Roberto (coordinador), Diccionario de religiones en América
Latina, Fondo de Cultura Económica-El Colegio de México, México, 2018, pp. 413-420; Anderson, Allan, “Varieties,
Taxonomies and Definitions”, en Andreson, Allan, Bergunder, Michael, et. al. (editores), Studying Global Pentecostalism.
Theories and Methods, University of California Press, Berkeley, 2010, pp. 19-20; un trabajo que ilustra el origen y
desarrollo del término para singulizar al movimiento es el de Tec-López, René A., “El neopentecostalismo y sus
caracterizaciones en América Latina”, en Política y Cultura, núm. 54, julio-diciembre, 2020, pp. 105-132.
46
Segura, Harold (editor), ¿El poder del amor o el amor al poder? Luces y sombras del ejercicio del poder en las iglesias
evangélicas, Ediciones Kairós, Colección FTL, núm. 35, Buenos Aires, 2011; Ocaña Flores, Martín, Los banqueros de
Dios. Una aproximación evangélica a la teología de la prosperidad, segunda edición, Ediciones PUMA, 2014; Gálvez,
Roberto, Autocrítica a la religiosidad popular evangélica. Prácticas dudosas en el ejercicio de nuestra fe, Editorial CLIE,
Viladecavalls, Barcelona, 2018; Avendaño, José Luis, La sombra religiosa americana. Cómo el protestantismo de los EE.
UU. Impacta el rostro de la Iglesia latinoamericana. Identidad y relevancia, Editorial CLIE, Viladecavalls, Barcelona,
2021.
- 22 -

del Partido Encuentro Social (PES, de “inspiración evangélica”), que cambió su nombre a Encuentro

Solidario, muestra fehacientemente que una cosa es prometer avalancha de votos a los partidos con

los que ha formado alianzas, y muy otra la realidad de su desastre al sumar sufragios. En 2018 fue

más benéfica para el PES su alianza con el Movimiento de Regeneración Nacional y su candidato a

la presidencia del país (AMLO), que redituable para éste por los votos aportados al candidato

triunfador por el partido de “inspiración evangélica”.47

Para identificar el estilo de gobernar de AMLO como evangélico/pentecostal Rodrigo Salas

Uribe marginó, convenientemente para su objetivo, otras manifestaciones religiosas expresadas por

AMLO. Como ellas no calzaban con la caracterización presentada, entonces las hizo a un lado. Por

ejemplo, que AMLO aceptó el rito de purificación que representantes de pueblos originarios le

hicieron cuando asumió la presidencia, que se ha declarado juarista y guadalupano, que participó en

la ceremonia para pedir permiso a la Madre Tierra por las afectaciones del Tren Maya, que en su

cartera lleva una imagen de la Virgen de Guadalupe y el partido fundado por él tiene el nombre de

MORENA (al parecer una evocación a la morenita del Tepeyac, dicen algunos analistas), que se

registró como precandidato presidencial de MORENA en un día emblemático para el imaginario

popular: el 12 de diciembre de 2017, que al principio de la pandemia de Covid-19 declaró lo protegía

la estampa del Sagrado Corazón de Jesús que acostumbraba llevar con él (“El escudo protector es

como el detente. El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la

corrupción. Detente, enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo”), que ha expresado frecuentes

47
Masferrer Kan, Elio, Lo religioso dentro de lo político. Las elecciones de México 2018, Libros de la Araucaria, Buenos
Aires, 2018, p. 37; Cervantes-Ortiz, Leopoldo, La mirada heterodoxa. Política y religión en México: tres décadas de
seguimiento y análisis, CUPSA-CMIRP-Comunidad Teológica de México, México, 2022, p. 220; Garma Navarro, Carlos,
“Religión y política en las elecciones del 2018. Evangélicos mexicanos y el Partido Encuentro Social”, Alteridades, 29
(57), 2019, pp. 42-43; Martínez García, Carlos, “Partido Encuentro Social: el filtro de las urnas”, Protestante Digital, 15
de julio de 2018 (https://protestantedigital.com/kairos-y-cronos/45139/partido-encuentro-social-el-filtro-de-las-urnas); y
“El PES, segunda temporada”, La Jornada, 9 de septiembre de 2020
(https://www.jornada.com.mx/2020/09/09/opinion/021a2pol).
- 23 -

referencias elogiosas al papa Francisco (“Le tengo mucho respeto y admiración, lo considero un

hombre muy humano que ha sabido poner a la iglesia católica en correspondencia con las realidades

de injusticia que han prevalecido sobre todo en los últimos tiempos”), y que se arrodilla donde lo hace

el pueblo (frase que atribuye al liberal ateo Ignacio Ramírez).48

Sí, AMLO es religioso, un tanto sui generis, ya que adopta creencias variadas que injerta en lo

que él entiende por ser cristiano, creencias que tiene por compatibles con su percepción de lo

enseñado/normado para los creyentes por Jesucristo. Pero concluir que su estilo de gobernar sea

evangélico es consideración solamente sustentada en identificaciones en las cuales se pasa por alto

analizar, como se anunció, una vertiente religiosa (la evangélica/pentecostal) en sus propios términos.

48
https://www.eleconomista.com.mx/politica/Integrantes-de-pueblos-indigenas-limpian-a-AMLO-y-le-entregan-el-
Baston-de-Mando--20181201-0064.html; https://www.eluniversal.com.mx/elecciones-2018/no-hay-contradiccion-en-
alianza-soy-guadalupano-y-juarista-dice-amlo/; https://www.proceso.com.mx/nacional/2018/12/16/amlo-pide-permiso-
la-madre-tierra-ayuda-empresarios-para-el-tren-maya-video-217222.html;
https://www.infobae.com/america/mexico/2019/04/18/amlo-presidente-de-izquierda-que-usa-la-estampa-de-la-virgen-
de-guadalupe-como-proteccion/; https://lopezobrador.org.mx/2017/12/12/palabras-de-andres-manuel-lopez-obrador-en-
su-registro-como-precandidato-a-la-presidencia-de-la-republica/; https://www.eleconomista.com.mx/politica/AMLO-y-
sus-polemicas-declaraciones-sobre-el-coronavirus-20200321-0001.html;
https://www.jornada.com.mx/notas/2022/12/29/politica/desde-hace-tiempo-he-invitado-al-papa-francisco-a-visitar-
mexico-amlo/; Bayón Lara, Javier, “No presidente: el Nigromante no se arrodillaba donde el pueblo lo hace”, Letras
Libres (https://letraslibres.com/historia/no-presidente-el-nigromante-no-se-arrodillaba-donde-el-pueblo-lo-hace/).

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