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Universidad de San Buenaventura Bogotá

Programa de Licenciatura en Teología


Pentateuco y Libros Históricos
Prof.: Fray Jair del Cristo Contreras Lázaro
Estudiante: Johan Francisco Herrera Gualdron

ÉXODO
En el libro de el Éxodo se marca propiamente la relación de Dios con su pueblo en la
liberación, un pueblo que está en Egipto como esclavo, donde se marca la promesa de Dios
de la posesión de la tierra, su Alianza con su pueblo, pero primero cumplirá con la acción
de liberadora, por medio de su plan divino a través de Moisés. En líneas generales, el texto
del Éxodo está compuesto por tres partes, Israel en Egipto (Ex, 1,1-15,21). La marcha por
el desierto (Ex, 15,22-18,27), y la estancia de Israel en el Sinaí (Ex, 19, 1-40,38).
Es así que los hechos que se narran hacen parte de la promesa hecha por Dios a su pueblo, a
través de Moises, narrándose su vida, su infancia y su huida de Egipto, el contexto en el
cual los israelitas vivian oprimidos como esclavos, el grito de ayuda de su pueblo a Yhwh,
en donde es el protagonista principal, con sus acciones salvíficas, la manifestación de una
zarza ardiente a Moisés, la fe del pueblo como esperanza de liberación, la confrontación
entre Moisés y el faraón, las plagas, el ritual de pascua, el paso del mar, y el Cántico de
Mirian, hacen parta de Israel bajo el yugo de el país de Egipto.
En la marcha por el desierto es un pueblo libre, pero con hambre y sed, el recuerdo del
sábado, y Moisés se muestra como un intercesor entre Dios y el pueblo, un intermediario; y
por último la estancia de Israel en el Sinaí, el relato de la conclusión de la alianza, ruptura
de la alianza y la renovación, proyecto de edificación del santuario, organización del culto,
diez mandamientos.
Al hablar del contexto histórico del texto, de su escritura, hay diversas posibilidades,
narraciones diversas, de muchas fuentes, que no permiten evidenciar con claridad la
verdadera, y si en cambio se puede decir que no fue escrita por un solo autor, sino que fue
los recuerdos históricos de un pueblo que permitieron la escritura del mismo libro, a través
de un largo proceso.
Cuando se habla de textos sacerdotales (P), se hace referencia a todos aquellos sucesos que
intentan instituir acciones cultuales, y buscan darles una relevancia muy importante a los
patriarcas, al origen de la historia de Abrahán, Isaac y Jacob, como una tradición e
imperativo categórico del pueblo de Israel, al cual hay que recordar y seguir como ejemplo
de identidad. En esa relación entre Dios y su pueblo liberado, hay que seguir el ejemplo de
aquellos que siendo obedientes a Dios, con su ejemplo y por mandato de Dios establecieron
reglas en la comunidad libertad, y recordando la Alianza que Dios hizo con su pueblo, y la
promesa de libertad y la tierra prometida. En cuanto a las fuentes no sacerdotales hacen
parte de un material pre y pos exílico.
En efecto, para Jean Daniel Macchi, “En todos los casos, la presencia combinada de
material narrativo (sobre todo en Ex 1-14) y legislativo (en particular la institución de la
Pascua y la construcción del santuario) es un rasgo característico de la literatura sacerdotal
en general. Los textos sacerdotales insisten especialmente en la necesidad de los rituales y
los cultos para el pueblo liberado. También establecen el vínculo con la historia de los
patriarcas durante la cual, según la concepción, el Dios de Israel no se había dado aún a
conocer bajo su nombre propio de Yhwh (Ex 6,2ss), sino bajo el de El shadday”1.
El Éxodo es uno de los libros más fundamentales de la Biblia, ya que Dios se manifiesta a
su pueblo, siendo el mismo Dios el liberador, el salvador y el que da la ley divina a los
hombres a través de su palabra, y desde la tradición es importante para los judíos y los
cristianos, en donde los rituales, los elementos cultuales representan el recuerdo de la salida
de Egipto del pueblo escogido por Dios, y que luego se ve en Jesucristo como salvador.
El éxodo representa ese encuentro con Dios y su pueblo a través de su mediador Moisés,
quien es el que organiza todo, ordena y se convierte en un gran líder, sacerdote, legislador,
que le devuelve la confianza en Dios al pueblo, se establece el ritual de la Pascua, del
shabbat, y su pueblo pasa de la servidumbre en el pueblo de Egipto, al servicio de Dios.

1
Jean-Daniel Macchi, Introducción al Antiguo Testamento. (Editorial Desclée de Brouwe, s.a., 2008) 180.

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