Está en la página 1de 5

TÍTULO: LA SOCIEDAD ANÓNIMA SIMULADA

AUTOR/ES: Verón, Alberto V.


PUBLICACIÓN: Doctrina Societaria y Concursal ERREPAR (DSCE)
TOMO/BOLETÍN: XXXV
PÁGINA: -
MES: Mayo
AÑO: 2023
OTROS DATOS: -

ALBERTO V. VERÓN

LA SOCIEDAD ANÓNIMA SIMULADA

I - EL EMPLEO SIMULADO DE UNA SOCIEDAD ANÓNIMA


PARA FINES ILÍCITOS
Durante el transcurso de la primera década del siglo XXI y no precisamente de manera
inopinada, fueron denunciados y/o incoados en sede judicial y/o administrativa un
inusitado número de sucesos involucrados en figuras delictivas como el aprovechamiento
de la condición de funcionario, la asociación ilícita y, principalmente, los delitos contra la
Administración Pública que, como lo describe y regula el Código Penal, comprende el abuso
de autoridad, la violación de los deberes de funcionarios públicos, el cohecho y tráfico de
influencia, la malversación de caudales públicos, las negociaciones incompatibles con el
ejercicio de funciones públicas, las exacciones ilegales y el encubrimiento y lavado de
activo de origen delictivo.
No vamos a ocuparnos de estas figuras, pues escapa al alcance del presente artículo. Solo
nos referiremos aquí, sucintamente, a un instrumento que suelen manipular los
protagonistas del o de los principales delitos económicos: la sociedad simulada,
principalmente empleando el tipo de sociedad anónima.
Focalizamos esta cuestión en un pronunciamiento jurisprudencial que reputó simulada la
sociedad anónima constituida con fines extraños a su verdadera naturaleza, no sin antes
destacar un viejo fallo conceptualizador de un caso de sociedad preordenada. Se trataba de
sociedades anónimas simuladas o nulas, por haberse constituido sin originaria pluralidad de
accionistas, o lisa y llanamente sin accionistas, en las que una pluralidad de personas
interviene por encargo o interés de una sola persona -la llamada “sociedad preordenada”-
obligándose a transferirle en su oportunidad las acciones, que es el efecto querido desde el
comienzo. Es que no puede considerarse que una sociedad preordenada, y menos aún una
sociedad “burbuja”, prefabricada para el mercado, sea una cuestión librada a la zona de
reserva de los pseudosocios que torne lícita la simulación. La filiación de la LSC, en el
sistema normativo para la constitución de las sociedades anónimas, no tiene un carácter
absoluto, en tanto la existencia y funcionamiento de ella no puede desentenderse del
interés público, en función del cual la ley establece facultades judiciales y de la autoridad
de contralor [arts. 301, inc. 2), y 303, inc. 2), segundo párr., LGS].
Por ello, no parece dudoso que justamente mediante estas simulaciones se permita
soslayar el examen de lo concerniente a dicho interés. En definitiva, si quienes concurren a
la constitución de una sociedad anónima como socios aparentes no han buscado el
cumplimiento de una actividad común y la participación en sus resultados, no han querido
constituir sociedad, careciendo de significación jurídica los “motivos” que tal vez tuvieron
en vista para aparentar una voluntad que no tenían: la declaración de voluntad que
formularon no tiene eficacia jurídica y es nula.(1)

II - ALGUNOS PRONUNCIAMIENTOS RELACIONADOS CON


LA SOCIEDAD ANÓNIMA SIMULADA
Reiteramos: transcurridos los primeros años del siglo XXI merecen mencionarse aquellos
pronunciamientos judiciales emitidos en relación con la figura de la sociedad anónima
simulada, y que ameritan ser tenidos en cuenta. Veamos:
a) Patrimonio oculto y persona individual. Es improcedente la prohibición de innovar
pedida en la causa en la que se procura la nulidad por simulación de la constitución de
sociedades, a fin de imputar sus actos a una persona individual, si no existe actualmente
verosimilitud, en el derecho, con relación al patrimonio que se dice oculto.(2)
b) Pactos ilícitos. Configura una simulación ilícita el pacto por el cual cada una de las
partes convino en que solo la otra intervendría en una sociedad comercial a fin de eludir su
responsabilidad con su cónyuge y otros acreedores que tenía el primero, por lo que no es
posible admitir demandas ni siquiera entre los intervinientes del concierto fraudulento. La
judicatura no puede acoger reclamos por incumplimiento de pactos ilícitos de quienes
simularon un negocio para un fin contrario a las leyes o en perjuicio de terceros(3). Pero
más grave es el delito de evasión tributaria mediante la constitución de sociedades ficticias
para proveer facturas apócrifas.(4)
c) El acto simulado. Se ha dicho:(5)
- En lo que debe interpretarse como causa simulandi, este es el interés que lleva a las
partes a hacer un acto simulado, el motivo que induce a dar apariencia a un acto jurídico
que no existe, el porqué del engaño y cómo en el orden del accionar humano, y más aún
en el mundo de los negocios jurídicos, no es verosímil actuar sin causa o sin motivo
determinante; es decir, la comisión de un acto que no responde a una finalidad
predeterminada puede concluirse afirmando que el engaño, que es la esencia de toda
simulación, obedece siempre a una causa (del dictamen de la señora Fiscal de Cámara).
- Existe simulación ilícita cuando un acuerdo de partes da a una declaración de voluntad
un designio divergente de sus pensamientos íntimos con el fin de engañar inocuamente, o
en perjuicio de la ley o de terceros, siendo la finalidad del engaño el quod prelumque
accidit del objeto del acto (del dictamen de la señora Fiscal de Cámara).
- Habiendo sido vaciada la sociedad actora en beneficio de la demandada, y habiendo
usado esta los bienes de aquella en beneficio propio y causando perjuicios a los
acreedores de la actora, circunstancia que ha ido agravándose con el tiempo, dado que
esta última se encuentra en quiebra, impide sostener que el vicio que causó la nulidad del
contrato de locación haya cesado por confirmación del referido acto, teniendo
especialmente en consideración que la causa simulandi del referido contrato de locación, y
que conlleva su nulidad fue sustraer los bienes del activo del patrimonio de la fallida (del
dictamen de la señora Fiscal de Cámara).
d) Irregularidades comprobadas. Se trata de la creación de sociedades de mera
existencia formal para la simulación de operaciones documentadas a través de facturas
falsas, lo que acredita la configuración del delito, a saber:
1. Algunas personas físicas figuraban como integrantes de diversas sociedades.
2. Un mismo domicilio se repetiría como el domicilio de varias sociedades diferentes.
3. Los objetos sociales de distintas sociedades serían de una heterogeneidad incompatible
con el hecho de estar integradas por las mismas personas físicas.
4. Gran parte de las sociedades investigadas y/o de sus integrantes no pudieron ser
hallados en los domicilios legales o comerciales que se les atribuyen por la documentación
secuestrada, los contratos constitutivos o las constancias de inscripción ante los
organismos públicos.
5. La mayoría de las personas jurídicas en cuestión no habrían presentado declaraciones
juradas por los impuestos a las ganancias y al valor agregado, y por aportes y retenciones
al sistema de seguridad social o, si lo hicieron, los montos fueron poco significativos, o
bien, en el caso del IVA, arrojaron saldos a favor del contribuyente.
6. No se habría comprobado la legítima impresión de los formularios en los cuales se
confeccionaron las facturas que supuestamente habrían emitido las sociedades
investigadas y, en consecuencia, la real existencia de las operaciones comerciales
reflejadas por aquellas.
7. La circunstancia de que los objetos sociales de algunas de las sociedades investigadas
fueran especialmente heterogéneos respondería a la necesidad de contar con un amplio
espectro de actividades disponibles, a los fines de satisfacer los requerimientos de los
distintos “usuarios” del servicio.(6)
e) Abuso de derecho. En otro caso, acaecido en mayo/2006, el juzgado interviniente
expuso con generosidad la imputación de la sociedad constituida con abuso de derecho, y
con las reservas que nos merece la cuestión de la “falta de pluralidad de socios”, no tiene
desperdicio el resto de los fundamentos y que lo exponemos en los apartados que siguen:
(7)

- Resultados no ingresados a la sociedad. Corresponde declarar simulada a la sociedad y


ordenar su disolución y liquidación cuando es dable inferir, de las constancias de la causa,
que la única actividad comercial llevada adelante por la sociedad anónima a lo largo de
toda su historia fue exclusivamente el arrendamiento de las destinadas a explotación
agropecuaria, explotación cuyos resultados pecuniarios jamás fueron ingresados a la
sociedad, sino embolsados directamente por el matrimonio, que era titular de la totalidad
del capital social, sin ningún tipo de injerencia por parte de quienes integraron su
directorio o la sindicatura, sumado al hecho de que el domicilio social coincidía con el
conyugal, contando sus socios con un poder general de administración y disposición que
les permitía disponer libremente del patrimonio societario, administrando a su antojo los
campos de la sociedad y sin necesidad de rendición de cuentas.
- Inexistencia de autoridades sociales. Encontrándose demostrado que nunca existieron
autoridades sociales verdaderamente constituidas como tales, y existiendo sobradas
pruebas de que el síndico y los directores nunca cobraron honorarios, que estos últimos
cumplían funciones estrictamente formales, no habiéndose celebrado nunca reuniones de
directorio y que los directores no se conocían entre sí, en esas condiciones no cabe sino
concluir que la sociedad en cuestión no constituye otra cosa que un ente simulado,
carente de actividad comercial, cuya única finalidad -encubrir un patrimonio inmobiliario-
se encuentra reñida con el artículo 1 de la LGS.
- Inexistencia de interés social y aprovechamiento de la instrumentalidad. Debe
declararse simulada a la constitución de la sociedad comercial demandada, cuando la
misma no se constituyó con el propósito de cumplir una actividad de producción o
intercambio de bienes o servicios, sino que solo se buscó con ella aprovechar la
instrumentalidad del fenómeno societario con fines divorciados de aquellos por los que fue
instituido por el orden jurídico, máxime cuando tampoco hubo con los otorgantes del
contrato constitutivo un interés en participar de los beneficios de la empresa a cumplir,
desde que nunca existió una actividad a desarrollar por la propia sociedad. Si a ello se
suma la falsa pluralidad de socios, resulta claro que se está ante una mera “forma”
societaria, carente de un verdadero contenido, en la que no se verifican los elementos
esenciales del contrato de sociedad ni la existencia de un “interés social” entendido como
la realización de un fin común “pluripersonal” de carácter lucrativo.
- Inexistencia de sede social y falta de reuniones directoriales y asamblearias. Resulta
simulada la sociedad que carece de una verdadera sede social y no celebró reuniones de
directorio o asamblea de socios, en las que fueran discutidos los asuntos sociales,
existiendo solo la voluntad omnímoda de quienes fueron sus controlantes, quienes
manejaron la sociedad a su libre albedrío y como si se trataran de bienes propios (que eso
eran, en definitiva) las posesiones inmobiliarias que mantenían ocultas bajo el ropaje
societario de la entidad simulada.
- Inexistencia de registros contables y carencia de actividad. Debe sumarse la inexistencia
del Libro Diario, otros registros o cualquier otra documentación contable que demuestre la
existencia de una real actividad mercantil por parte de la sociedad, conclusión que queda
reforzada con el hecho de que los únicos ingresos de dicho ente correspondían a
arrendamientos que, por lo allí registrado, no habrían alcanzado siquiera para cubrir las
tasas y los impuestos que debía solventar la sociedad como titular de los inmuebles,
cuando la explotación actual de esos mismos campos bajo la gestión del interventor
judicial ha permitido comprobar que pueden obtenerse fondos suficiente no solo para
cubrir esos gastos, sino, incluso, para saldar la abultada deuda acumulada, y al mismo
tiempo, generar un fondo susceptible de dar lugar a la distribución de dividendos entre los
socios.
- El reconocimiento estatal no tiene efecto saneatorio. El reconocimiento estatal de una
sociedad anónima no purga los vicios del acto constitutivo, pues no existe efecto
saneatorio en las inscripciones del Registro Mercantil, porque si la conformidad
administrativa tornase invulnerable al sujeto societario, podrían constituirse sociedades
comerciales sin causa, o con fines ficticios o ilícitos, sin posibilidad ulterior de disponer su
nulidad.
- Ocultación de la verdadera titularidad de inmuebles. En tanto ha quedado demostrado
sobradamente que la sociedad demandada fue concebida desde su origen como una mera
estructura, vacía de todo contenido empresario, a los fines de esconder la verdadera
titularidad de valiosos inmuebles sitos en la Provincia de Buenos Aires, tal manera de
actuar supone un claro ejemplo de simulación absoluta: la creación de entes ficticios para
fines fraudulentos, que en el caso se concreta mediante el ocultamiento de la
responsabilidad patrimonial de los verdaderos dueños de los referidos entes societarios,
siendo procedente la declaración de nulidad por defecto de los elementos esenciales para
su existencia, aun en el supuesto de haber mediado convalidación del acto viciado por
parte de los copartícipes.
- Nulidad absoluta. La sociedad simulada, constituida con la finalidad de perjudicar a
terceros, constituye una actuación ilegítima que acarrea su nulidad absoluta, pues ella
afecta intereses de orden general.
f) Un caso cooperativo para tener en cuenta. Se ha resuelto, en un caso
cooperativista para tenerlo en cuenta en otros casos, como el de la sociedad anónima, la
afirmación de que existen suficientes elementos de juicio indicativos de que hubo
simulación absoluta e ilícita (arts. 955, 956 y 957, CC; en el actual CCyCo., arts. 333 y
334), que fue encubierta una relación laboral bajo la apariencia de una relación asociativa
(L. 20337), con el fin de sustraerse a las leyes laborales. La demandada funciona como una
mera intermediaria proveedora de personal de vigilancia a terceros. Así que los servicios
que, como vigilador, el señor Viviani prestó en el Banco de la Ciudad de Buenos Aires, no
fueron la materialización de un acto cooperativo sino el cumplimiento de una prestación
(8)
laboral dependiente, por lo que este cobró sueldo y no retornos o anticipos de retornos.
g) Ente societario ficticio. En realidad, se trata, en este caso, de un ente societario
ficticio (SRL), cuya constitución y desenvolvimiento aparece ordenado a continuar la
explotación de la actividad comercial de la sociedad que devino fallida, creando una
“fachada” con el único objeto de impedir que los beneficios que reportaba la explotación del
(9)
garaje respondieran por las deudas contraídas por la fallida.
h) Confusión patrimonial inescindible. El artículo 161, inciso 3), de la LC, referido a los
casos de extensión de quiebra cuando existe confusión patrimonial inescindible, tiene como
una de sus finalidades relevantes ampliar la responsabilidad patrimonial del quebrado en el
proceso falencial al reconocer la existencia de un único patrimonio, más allá de la
pluriconcurrencia de titulares. Tal supuesto suele -en términos generales- obedecer al
fenómeno de las sociedades simuladas, al abuso de la personalidad jurídica y a diversos
actos de fraude o simulación, como la simulación de sociedades diversas, de existencia
simultánea generalmente y en ocasiones sucesiva, para gestionar un mismo patrimonio o
cuando menos una misma actividad(10). En sentido similar, también se afirmó que la
confusión patrimonial inescindible contemplada en el artículo 161, inciso 3), de la LC
presupone el manejo promiscuo del patrimonio del fallido con otro u otros patrimonios cuya
titularidad aparente corresponde a terceros, de forma tal que resulte obstruida de manera
permanente la posibilidad de discernir a quiénes corresponden las cosas, los derechos y las
obligaciones que los integran. Tal supuesto obedece, en términos generales, al fenómeno
de sociedades simuladas, el abuso de la personalidad jurídica o a diversos actos de fraude
(11)
o simulación.
i) Epítome. Todos estos casos de ilicitud operativa, tanto para el investigador de los
hechos delictuales como para el juzgador e intérprete, pueden resultar provechosos a la
hora de tener que develar la maniobra fraudulenta mediante el artilugio de crear una
pantalla farisaica e ilícita, como la sociedad anónima simulada, que permitirá descubrir,
verbigracia, algún lavado de activos precedido de ingresos mal habidos (coimas, exacciones
ilegales, negociaciones espurias, malversaciones, cohechos y otros). Para ello, el juzgador
y/o investigador debiera apartar, en principio, de su esbozo interpretativo aquellos
elementos que oponen los transgresores conducentes a devaluar los elementos soterrados
y hacerlos imperceptibles, dándole preeminencia -en cambio- a todos aquellos elementos
probatorios que de factura débil en apariencia consiga tornarlos en sólida fundamentación
concatenada del delito, máxime en el supuesto de no tratarse de una acción aislada sino de
hechos irregulares acaecidos, por ejemplo, a lo largo de una década y esparcidos
consuetudinariamente en estamentos diversos del funcionariado público.

Notas:
(1) CNCom. - Sala C - 21/5/1979
(2) “Mazzitelli, Norberto O. c/D’Aluto, Carlos” - CNCom. - Sala B - 29/5/2006 - Cita digital
EOLJU097998A
(3) CNCom. - Sala B - 12/9/2002
(4) Caso “Skanska” - JNPenal Trib. Nº 1 - 22/5/2007
(5) Elois, María A.: “A propósito del fallo: ‘Multipuerto SA c/Zárate Point SA y otros’ (CNCom. -
Sala C - 7/2/2019)” - Cita digital EOLJU188186A
(6) “F. c/Place, Francisco y otro por infracción a la L. 24769” - CFed. Mendoza - Sala A -
28/8/2015 - Cita digital EOLJU178642A
(7) “Simancas, María Angélica c/Crosby Ronald K. y otros s/ordinario” - JCom. Nº 16 - Secretaría
Nº 31 (doctor Alfredo Kolliker Frers -firme-) - 10/5/2006 - ERREPAR - PAS - Nº 116 - marzo/2007
- Cita digital EOLDC047659A
(8) “Viviani, Carlos Vicente c/Banco de la Ciudad de Buenos Aires y otro” - CNTrab. - Sala VIII -
19/12/2016 - Cita digital EOLJU180964A
(9) “Viviani, Carlos Vicente c/Banco de la Ciudad de Buenos Aires y otro” - CNTrab. - Sala VIII -
19/12/2016 - Cita digital EOLJU180964A
(10) “Ábalo, María Marta Susana c/Tar SRL y otros” - CNCom. - Sala E - 16/6/2017 - Cita digital
EOLJU188189A
(11) “LODE SA c/Ali, Carmen Susana y otros” - CNCom. - Sala F - 4/12/2018 - Cita digital
EOLJU187783A

Cita digital: EOLDC107663A Editorial Errepar - Todos los derechos reservados.

También podría gustarte