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CONCLUSIONES

El estudio ha evidenciado que el Perú inició un proceso de masificación del gas natural que
empezó en agosto de 2004, con la puesta en operación de los primeros 7 clientes en Lima y
que a diciembre de 2019 ha permitido acumular un millón ciento un mil ochocientos setenta
(1,101,870) clientes, concentrados principalmente en Lima y Callao, que representan el
85.6% del universo. El restante de clientes que usan gas natural se encuentra distribuidos en
la región norte (Ancash, Cajamarca, La Libertad y Lambayeque) con el 7.9%, en la región
Ica con el 5.4%, y la región sur (Arequipa, Moquegua y Tacna) con el restante 1.2%. Se
observa un desarrollo importante en la costa centro del país, aun cuando la fuente de donde
proviene el gas sea la región selva. Lo anterior se explica debido a que Lima es el principal
mercado del país que concentra la mayor población, y la actividad comercial e industria, lo
que ha atraído la atención de las autoridades e inversores. Sin embargo, la ventaja
competitiva que ha ganado la región Lima, gracias al menor costo del gas natural, que es
del orden del 40-70% de ahorro dependiendo de la categoría del cliente, va en contravía de
iniciativas de descentralización de la economía y desarrollo de las otras regiones, por lo que
urge implementar programas similares a escala, ya que es muestra del impacto que puede
generar la masificación del gas.
A falta de indicadores oficiales sobre nivel de cobertura del servicio, el presente trabajo
adoptó una metodología usada por algunos actores de la industria, donde se toma como
base el universo de viviendas utilizando los datos INEI (2017), y se ajustó según
crecimiento intercensal, ya que se pudo validar que el 99.8% del total de los clientes que
usan gas a diciembre de 2019 en Perú, corresponden a la categoría residencial, lo que
también aplica en cada concesión. Es así cómo se pudo establecer que el gas natural ha
logrado una cobertura del servicio a nivel nacional del 10.2%, con corte a diciembre de
2019. La cobertura del servicio varía según área geográfica de operación de cada
concesionario, la principal está en Lima y Callao, a cargo de Calidda que tiene 15 años de
entrada en operación comercial y tiene un nivel de cobertura del 27.2%, la segunda es la
región Ica, a cargo de Contugas, con 5 años de operación y cobertura del 18.6%, la tercera
es la región norte a cargo de Quavii, con el 4.5% y la cuarta es la región sur, a cargo de
Naturgy que tiene cobertura del 1.5%, estos dos últimos concesionarios tienen 2 años de
operación comercial. La velocidad de conexión de clientes se rige según acuerdos entre el
concesionario y el MINEM, a través del contrato BOOT y los 164 planes quinquenales y
anuales aprobados. En este sentido, el poder de negociación está en manos del MINEM y
las capacidades para la masificación esta dadas por el concesionario.
Teniendo en cuenta el nivel de cobertura de países de la región como Colombia que ha
logrado el 60% de cobertura, se puede concluir que, si bien es cierto que en el Perú ha
habido un avance importante a nivel de conexión de clientes, este aún es incipiente.
En relación al potencial de viviendas, que asciende a 10,7 millones a 2019, se encontró que
Calidda tiene el 32% de potencial de viviendas; el segundo es la región centro sur que
posee el 22% de viviendas y que actualmente está en licitación y comprende 7
departamentos; el tercero es Quavii, que posee el 18% del potencial nacional; el cuarto
corresponde a Naturgy con el 8%; el quinto es GasNorp con el &%, el sexto es Contugas
con el 3% y por último Clean Energy con el 1%. La región de los departamentos de la selva
que representan el 10% del universo está pendiente de asignar responsable. En este orden,
el 90% del potencial nacional peruano está siendo asignado entre 7 concesionarios. Como
referencia del caso colombiano, se encontró que tiene 15.3 millones de viviendas de los
cuales 9.3 millones ya tienen gas, gracias a la participación de 42 distribuidoras.
Comparando los dos casos analizados, se puede concluir que los concesionarios de Perú
tienen mayor capacidad de negociación frente al MINEM a la hora de pactar las inversiones
que demandan los planes de expansión, por tanto, influir en el ritmo de la masificación, ya
que los ampara contratos de exclusividad de 20 a 30 años, prorrogables otro tanto, y
habiendo capturado lo mejor de cada mercado (ciudades grandes e industriales),
configurando así una barrera de entrada para nuevos entrantes.
Se observó que la estrategia de masificación de Perú difiere del caso de Colombia, que
tiene un 6,8% veces más de empresas distribuidoras que Perú, mientras que Colombia se
basó en la priorización de la construcción de grandes gasoductos, que al 2018 suman 7,460
km. versus los 1,567 km. de Perú, lo que permitió la proliferación de las distribuidoras,
dada la facilidad de acceso al gas, que implicaba menor inversión, aunado a un proceso que
facilitó otorgar permisos y concesiones, lo que diversificó los tamaños de empresas. Por su
parte, Perú ha escogido la estrategia de generar grandes distribuidores, que, por efecto de
escala, se encarguen de resolver cómo consiguen el gas y cómo lo transportan hasta los
centros de consumo, salvo el caso de Lima, que es diferente. Esta es una de las razones del
porqué el proyecto de las siete regiones en concurso no tenga un concesionario a pesar de
que lleva 5 años el proceso.
RECOMENDACIONES
- Se recomienda que el gobierno, bajo la responsabilidad del MINEN y
OSINERGMIN, como principal fuerza del sector del gas natural, ejerzan el
liderazgo que le compete para acelerar la masificación del gas natural,
comprometiéndose con objetivos cuantificables que puedan ser verificados
periódicamente, para lo cual, se sugiere que implemente indicadores estratégicos y
metas específicas en cuanto a nivel de cobertura de servicio, a nivel de concesiones,
regional y nacional. Lo anterior, es competencia de los entes mencionados, quienes
deben definir y estandarizar una metodología de cálculo de indicador de cobertura
del servicio, que a hoy no existe, en consecuencia, no se mide.
- Se recomienda que el Estado sirva de garante de la rentabilidad de los
concesionarios aliados que se comprometen con la masificación del gas natural,
toda vez que, si las empresas pierden, no existirá incentivo para invertir en planes de
ampliación de la cobertura. En esta línea, se recomienda escuchar a los diversos
actores en mesas técnicas y otros mecanismos de participación, a efectos de realizar
los ajustes normativos que son considerados hoy por diversos agentes, como
sobrerregulación, barreras burocráticas y otros, que afectan la obtención de
permisos, la ejecución y los costos de los proyectos, los cuales redundan en mayores
tarifas al usuario final y/o pérdidas para el inversionista. Estas situaciones son
realidades para concesionarias como Contugas, Naturgy y Quavii, quienes a pesar
de su amplia experiencia internacional y know-how específico, no cumplen sus
expectativas, por ello, amerita un estudio a fondo de cada caso y establecer sinergias
con cada concesionario.
- Se recomienda al MINEM fortalecer la masificación del gas natural focalizando el
sector transporte y el sector residencial y comercial, teniendo en cuenta que el
consumo final de energía de estos sectores, demandan el 45% y 24%
respectivamente, es decir, en conjunto demandan el 69% del total de la energía
nacional consumida. Estos segmentos a su vez tienen la más baja penetración del
gas natural, por lo que los convierte en los objetivos claves de la política de
masificación. Se recomienda al MINEM acelerar lo antes posible el proyecto del
Gasoducto Sur Peruano, ya que es esencial para lograr el factor de escala que
permita lograr la ventaja del precio frente a los sustitutos, con ello facilitar la
rentabilidad prometida al concesionario.
- Igualmente se recomienda acelerar los estudios de factibilidad técnico económicos
del Gasoducto Norte y su respectiva licitación y puesta en operación, proyectado
según Plan Energético 2014-2025 del MINEM (2014b), lo cual viabilizará el
desarrollo infraestructural hacia las provincias a lo largo del trazado. La ejecución
de estos dos proyectos de gasoductos de transporte, desencadenarán iniciativas por
cuenta de los concesionarios actuales o terceros, una vez vencidos los plazos
iniciales de exclusividad, para implementar sistemas de distribución a nivel regional
y/o provincial, viabilizando nuevos entrantes que dinamizarán la masificación.
- Se recomienda que el MINEM y OSINERGMIN lideren el proceso de
reglamentación y comunicar mejor sobre la amenaza que significan las emisiones
directas al ambiente del gas natural (esencialmente metano) sobre el efecto
invernadero, considerando la equivalencia de 1 tonelada de metano por 36 toneladas
de CO2. En este sentido, es recomendable realizar la quema de gas cuando se trata
de despresurizar una planta o gasoducto, para mantenimiento, limpieza e inspección
interna de ductos y/u otras actividades programadas. Por su parte, la industria del
gas natural debe tomar muy en serio este reto y aplicarlo sin excepción, en la
medida que la reducción de las emisiones de metano es un complemento esencial en
la acción de reducción del efecto invernadero.

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