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Familia y Vida Cotidiana

UNIDAD 4: LOS PROCESOS DE LA VIDA COTIDIANA


Autora: Mtra. Luz María Cruz Martín del Campo

Introducción

En esta última unidad abordaremos el estudio de un tema que, para sorpresa de muchos, es
apasionante. Habrá quien se pregunte qué se puede decir de algo tan común y corriente
como la “vida cotidiana”, un tema tan obvio que no vale la pena ni pensar en él, mucho
menos escribir y dedicar tiempo a hablar de nuestra existencia cotidiana. El término se
asocia con lo rutinario, lo gris, lo aburrido. Y muchas veces tratamos de iluminar lo cotidiano
de alguna manera, cada cual como se le ocurre: visitando amigos, yendo a espectáculos
multitudinarios, usando nuestros cinco sentidos de manera que nos produzcan alguna
emoción extraordinaria: una deliciosa y abundante comida, una película en tercera
dimensión, un juego virtual que ayude a olvidar una realidad poco satisfactoria, un deporte
extremo, una novela de aventuras, etcétera.

Para algunos, hablar del tema sería como explicar la manera de subir una escalera. De
hecho, si no se tiene algún problema motriz, todos sabemos hacerlo sin necesidad de
grandes explicaciones que tal vez sólo nos confundan. Puedes leer el cuento de Julio
Cortázar, Instrucciones para subir una escalera (en ciudadseva.com) para corroborar la
dificultad que supone explicar algo que normalmente nos resulta obvio. Cortázar lo hace con
singular maestría y sentido del humor.

En realidad, la vida cotidiana es un tema que han estudiado pensadores de distintas


disciplinas (filósofos, sociólogos, antropólogos, juristas), y vale la pena que nosotros, como
trabajadores sociales, tengamos al menos una visión panorámica al respecto. Llama la
atención que es precisamente lo cotidiano lo que más se extraña cuando se pierde. Así lo
explican escritores como Viktor Frankl e Imre Kertész, sobrevivientes del holocausto nazi,
quienes durante su cautiverio recordaban con singular nostalgia lo que hacían de manera
rutinaria, en la intimidad de su hogar, y que habían perdido para siempre. Y, sin llegar a
casos tan extremos, tal vez la mayoría de los seres humanos guarden los recuerdos más
entrañables de lo que hacían de manera recurrente en su familia, en su escuela, con sus
amigos… Lo extraordinario también deja huella, pero es más profunda, para bien o para mal,
la que deja la convivencia diaria.

Esta unidad que cierra el curso abarca dos temas, los elementos que te permiten
comprender lo que es la vida cotidiana con sus elementos y componentes, así como la parte
técnica que aborda la intervención del trabajador social como agente de promoción,
orientación e intervención familiar, a partir de conocer y rescatar los aspectos de la vida
cotidiana de una familia.

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Temario
 La concepción de lo cotidiano
 Análisis de la vida cotidiana y su relación en la conformación de la personalidad
 Elementos que integran el estudio de la cotidianidad
 Herramientas metodológicas para el rescate de la vida cotidiana
 Satisfacción – armonía, negociación – conflicto
 Espacios de acción y distribución del tiempo; trabajo productivo, trabajo
reproductivo, tiempo libre
 El tiempo cotidiano y las relaciones sociales
 Importancia del conocimiento o rescate de la vida cotidiana en la intervención del
trabajador social

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1. LA CONCEPCIÓN DE LO COTIDIANO

Objetivo del tema


Identificar el concepto de cotidianeidad en el entorno familiar, para comprender el
contexto de la intervención del trabajador social en la familia.

En el documento, Trabajadores sociales como críticos de la vida cotidiana de Consuelo


Martin Fernández, Maiky Díaz Pérez y Maricela Perera Pérez, encontramos la siguiente
definición de vida cotidiana: “es la expresión inmediata en un tiempo, ritmo y espacio
concretos, del conjunto de actividades y relaciones sociales que, mediadas por la
subjetividad, regulan la vida de la persona, en una formación económico-social determinada
[…], en un contexto histórico social concreto" (Martin, 2000, citado por Díaz, et ál., 2001, p.
272). Y, comentan las autoras, la vivimos día tras día en segundos, minutos, horas, días,
mañanas, tardes, noches; moviéndonos en esferas similares, de espacios personales y
familiares a espacios de estudio-trabajo y a otros libres de estas actividades. Supone la
reiteración de un conjunto de acciones vitales en distribuciones constantes de espacio y
tiempo.

Además, por ser repetitiva, autoevidente y natural, en el nivel psicológico se genera el


acostumbramiento, la familiaridad acrítica (Quiroga, 1988). Pero las actividades y relaciones
cotidianas no son necesariamente rutinarias, aburridas, predecibles; eso depende de la
persona, de su iniciativa y creatividad, de su manera de asumir y enfrentar la vida. De
hecho, los eventos cotidianos, reiterativos, admiten la posibilidad de vivir situaciones
especiales no cotidianas, no reiterativas, extraordinarias. En ambos casos, pueden ser
positivos y negativos, vivenciados de uno u otro modo por cada una de las personas en sus
diferentes esferas, actividades y relaciones en lo personal-familiar, el estudio-trabajo, el
tiempo libre; en cuestiones sociopolíticas, ideológicas y culturales organizadas por cada
sociedad y para cada momento y lugares históricos concretos.

Por su parte, Chirstian Lalive D’Epinay en su documento, La vida cotidiana: Construcción de


un concepto sociológico y antropológico, llega a las siguientes conclusiones, con base en su
investigación de campo:

La vida cotidiana es evidente, y se puede relatar.

El relato tiene un punto de anclaje, modulado de “n” maneras, pero en donde el estereotipo
es: “Bueno… me levanté a las…”

Una vez en marcha, el relato comienza por presentar rituales.

El enunciado de la jornada que se desarrolla en conformidad con el programa del relator es


interrumpido por cortes, por la irrupción del acontecimiento, por la relación de lo rutinario y de
lo previsto con lo excepcional, lo inesperado, el drama; todo ello en el entretejido en la vida
cotidiana.

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En su desarrollo, el relato se apoya primero en el marco del ciclo cotidiano, luego pasa a
ciclos más amplios, por sumatorias sucesivas: de la jornada a la semana, luego al año y sus
períodos (más o menos vinculados a las estaciones), después a la vida y a sus fases. El ciclo
cotidiano es el ciclo elemental, la unidad más cómoda, pero la realidad evidente sólo cobra
sentido cuando se sitúa o contextualiza en una perspectiva más amplia, ofrecida por la vida
entera, en donde el ciclo se distingue de los demás por su carácter único, desde el punto de
vista del narrador (“mi vida”).

El término, o la clausura del relato, es un explícito balance de vida (implícitamente, el relato


es siempre un balance de vida, sobre todo tratándose de personas ancianas).

En el curso de las prácticas cotidianas, se reconoce, manifiesta y trabaja el tramado de las


relaciones que unen al ser humano con la naturaleza. En esa perspectiva, la cultura, la vida
cotidiana es el lugar (locus) de la producción y de la reproducción de los ritmos
socioculturales, y de su articulación con los ritmos siderales.

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2. ANÁLISIS DE LA VIDA COTIDIANA Y SU RELACIÓN EN LA


CONFORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD

 Elementos que integran el estudio de la cotidianidad


 Herramientas metodológicas para el rescate de la vida cotidiana

Objetivo del tema


Reconocer los componentes que integran el concepto de vida cotidiana a través de su
estudio con la finalidad de integrar los conceptos ubicados en la teoría y en la práctica.

La experiencia nos presenta a la vida cotidiana como el ámbito donde forjamos nuestra
personalidad y nuestro futuro. Lo que hacemos día a día, una y otra vez, refleja y va
conformando en cada uno de nosotros un modo peculiar de ser, una huella indeleble y una
determinada manera de disfrutar los acontecimientos agradables y de asumir los
desagradables; de reaccionar ante los obstáculos y las dificultades; de asumir las dolorosas
pérdidas y aprender a sobreponerse. Todo ello sucede, por lo general, en un tiempo y
espacio característico de la existencia diaria.

Elementos que integran el estudio de la cotidianidad

Es necesario establecer la diferencia entre vida cotidiana y lo cotidiano (o la cotidianeidad),


pues los términos son tan parecidos que es muy fácil pensar que significan lo mismo. De
hecho, lo cotidiano (o cotidianeidad) sólo es una parte de la vida cotidiana pues –volviendo
al texto Trabajadores sociales como críticos de la vida cotidiana– encontramos que los
eventos cotidianos, reiterativos, conviven con situaciones especiales no cotidianas, no
reiterativas, extraordinarias.

Es Christian Lalive D’Epinay quien habla de la tendencia dominante en sociología de reducir


la vida cotidiana a lo rutinario, repetitivo y a-histórico, y distingue entre la vida cotidiana y
lo cotidiano. Para él la vida cotidiana es el topos o ámbito por excelencia de la vinculación
naturaleza-cultura por un lado y, por otro, de las dialécticas entre acontecimiento-rutinario.
El autor plantea la hipótesis de que en todas partes y siempre, las sociedades han
distinguido y jerarquizado los tiempos. Llama “oposición trivial” –tanto del sentido común
como del discurso erudito– entre lo cotidiano-banal- insignificante y lo histórico-original-
significante.

De hecho –asegura– en lo más profundo de la vida cotidiana, el acontecimiento perturba lo


rutinario, sus rituales y sus etiquetas. Es una vida que se nos impone como el lugar de
múltiples dialécticas vividas (actuadas) de lo rutinario y del acontecimiento. Lo importante
es no reducir la sociología de la vida cotidiana a una sociología de la banalidad o de lo

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rutinario, sino a una sociología de las dialécticas vividas y actuadas de lo rutinario y del
acontecimiento. Entonces aparecen los siguientes procesos tipo de dialécticas entre rutina y
acontecimiento.

Figura 1. Tipo de dialécticas entre rutina y


acontecimiento

Herramientas metodológicas para el rescate de la vida cotidiana

En el documento, Trabajadores sociales como críticos de la vida cotidiana, se insiste en que


entre los eventos cotidianos y los no cotidianos debe haber un equilibrio vivenciado como
estabilidad. Las contradicciones, conflictos y novedades –de carga positiva o negativa–que
producen tensiones, ansiedades o estados de displacer y frustración, son indicadores de que
se rompió el equilibrio y es necesario restablecerlo. Estas dinámicas abren espacio a la
reflexión sobre nuestra propia vida cotidiana. No se trata de estar pensando y cuestionando
todo lo que hacemos. La vida cotidiana es tan heterogénea y demanda de nosotros tantas
respuestas inmediatas que hemos de recurrir a automatismos, a hábitos, a rutinas diarias;
pero sin caer en obviedades, o pensar que "mi" vida es "la" vida.

Cuando falta equilibrio, nuestros esquemas referenciales no dan cuenta de lo que acontece.
En el nivel afectivo las nuevas situaciones se vivencian con una gran carga emocional de
angustias, ansiedades y tensiones. En el cognitivo, el conocimiento y las experiencias
previas se vuelven inútiles; en el comportamental, tenemos que improvisar, ejercitar
nuestra voluntad y emplear múltiples y variadas estrategias de enfrentamiento, por
ejemplo; respuestas activas, pasivas, evasivas, antisociales.

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3. SATISFACCIÓN-ARMONÍA, NEGOCIACIÓN-CONFLICTO

Objetivo del tema

Distinguir las variables determinantes en una crisis familiar, mediante un análisis crítico,
para reflexionar sobre los elementos que conforman situaciones de equilibrio y
desequilibrio en la dinámica familiar.

Continuando con el texto Trabajadores sociales como críticos de la vida cotidiana podemos
reflexionar en el hecho de que la crisis supone desestructuración, quiebra en el ritmo
reiterativo de lo cotidiano. Y se dan acontecimientos donde hay grandes posibilidades de que
se genere cualquier tipo de cambios.

La falta de equilibrio entre los eventos cotidianos, reiterativos y las situaciones especiales no
cotidianas, no reiterativas y extraordinarias produce que nuestros esquemas referenciales no
den cuenta de lo que acontece. Así, como se mencionó anteriormente, dentro del nivel
afectivo las nuevas situaciones se viven con una carga de angustia y tensión; en el
cognitivo, los conocimientos previos se vuelven inútiles; y en el comportamental nos vemos
en la necesidad de improvisar y utilizar estrategias de enfrentamiento.

De esta forma, la crisis de la cotidianidad surge por una doble ruptura entre:

Figura 2. Rupturas que favorecen la crisis de la cotidianidad

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En el texto Trabajadores sociales como críticos de la vida cotidiana aparece un cuadro que
sintetiza lo que estamos comentando:

Vida cotidiana como proceso dinámico y dialéctico


es un sistema que integra la congruencia de eventos relativos al
mantenimiento y a la calidad de vida
(+) (-) (+) (-)

Mecanismo irreflexivo Mecanismo reflexivo


no consciente cotidianos _____ no cotidianos imprevisible
obviedades reiterativo _____ no reiterativos inesperado
acostumbramiento ordinarios _____ extraordinarios irrepetibles
naturalización abre paso al análisis
equilibrio

contradicciones y conflictos desequilibrio


estados de placer y displacer reflexión/evasión
cambios positivos y negativos recuperar estabilidad

Restablecimiento del nuevo equilibrio

Figura 3. La vida cotidiana como proceso dinámico y


complejo (Díaz, Martín y Perera, 2001)

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4. ESPACIOS DE ACCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO;


TRABAJO PRODUCTIVO, TRABAJO REPRODUCTIVO, TIEMPO
LIBRE

Objetivo del tema

Diferenciar las categorías de análisis del concepto de vida cotidiana a través de la


revisión del factor de espacio, para reforzar la posibilidad de establecer marcos de
referencia en la práctica profesional de los trabajadores sociales.

Faustino Miguélez, Teresa Torns, Oscar Rebollo e Inma Pastor en su documento, Las
estructuras de sentido de la vida cotidiana, afirman que el análisis de la vida cotidiana
pretende abarcar las actividades formales e informales. Familiares, escolares, laborales,
recreativas, culturales, etcétera de los seres humanos. Los autores sistematizan— a través
de una tipología adecuada– las actitudes y percepciones ante diversos aspectos de la vida
cotidiana; para llegar a los procesos de socialización que los sustentan y conocer la
importancia que dan los sujetos a las pautas y valores del trabajo productivo, del
reproductivo y del tiempo libre. El que las vidas cotidianas vayan por unos u otros derroteros
depende de las estructuras sociales, así como de las valoraciones, ideas e ideales de los
sujetos. Las orientaciones de sentido de la vida cotidiana son estructuras más o menos
articuladas, más o menos coherentes e hilvanadas que hacen no arbitraria nuestra actuación
pasada, presente y futura y su concatenación temporal.

Actos de la vida cotidiana

Imágenes tomadas de
www.pixabay.com

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5. EL TIEMPO COTIDIANO Y LAS RELACIONES SOCIALES

Objetivo del tema

Diferenciar las categorías de análisis del concepto de vida cotidiana a través de la


revisión del factor de tiempo, para establecer marcos de referencia en la práctica
profesional de los trabajadores sociales.

Faustino Miguélez, Teresa Torns, Oscar Rebollo e Inma Pastor en su documento, Las
estructuras de sentido de la vida cotidiana, hablan de algunos «Modelos» de vida cotidiana.
En un extremo está el self-made man o la self-made woman, cuyas vidas cotidianas son en
gran parte producto de sus planes, de sus decisiones, de la lucha por los objetivos que se
han propuesto. Por otro, la persona cuya vida cotidiana aparece dictada por el destino, el
fatalismo o algo semejante. Tales extremos no se dan en estado puro, son “tipos ideales”.
En medio hay diversos tipos, siguiendo el eje de autonomía versus heteronomía. También
encontraremos una diversidad por la unidimensionalidad o pluridimensionalidad del modelo
respecto a su contenido.

El tema clave en el análisis de las estructuras de sentido de la vida cotidiana es la transición


de un modelo a otro o de uno unidimensional a uno pluridimensional. Nuestra hipótesis es
que la vida cotidiana en el pasado estaba mucho más marcada por la unidimensionalidad,
mientras que ahora se desarrollan tendencias pluridimensionales. Esto da lugar a vidas
cotidianas más complejas, pero potencialmente más equilibradas entre los géneros y las
edades. A través del análisis de biografías, se observan las trayectorias de la vida cotidiana,
para identificar en qué momentos se dan las transiciones y por qué razones.

Se presentan los modelos puros y sus posibles transiciones.

a) Modelo de centralidad en el trabajo productivo


b) Modelo de centralidad en el trabajo reproductor
c) Modelo de centralidad en el tiempo libre

Además, la investigación descubre, al menos, tres nuevas formas emergentes de vida


cotidiana. En dos de ellas tiene un papel más o menos relevante la exigencia de superar la
tradicional división sexual del trabajo y la actuación de las mujeres.

 La primera forma la protagoniza el colectivo de mujeres que asumen trabajo


productivo y reproductivo al mismo tiempo, pero donde el primero tiene el papel
principal en cuanto a valores, aspiraciones, relaciones y representaciones simbólicas,
con independencia de las horas que se le dediquen.
 La segunda forma capta un colectivo de hombres y mujeres que comparten trabajo
reproductivo, con el fin de poder dedicarse, cada uno por su cuenta, al trabajo
productivo o bien poder tener más tiempo de libre disposición.
 En la tercera, la necesidad de disfrutar del tiempo libre parece ser el factor
desencadenante

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6. IMPORTANCIA DEL CONOCIMIENTO O RESCATE DE LA


VIDA COTIDIANA EN LA INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR
SOCIAL

Objetivo del tema

Esbozar la dinámica que se da entre las categorías de análisis de la vida cotidiana


mediante los estresores en la dinámica del sistema familia-sociedad con la finalidad de
establecer las posibilidades de aproximación profesional.

En Trabajadores sociales como críticos de la vida cotidiana esta línea se alude a la crítica de
la vida cotidiana como un instrumento de orden práctico con los pasos por seguir para el
ejercicio profesional. Considerando a la relación sociedad-grupo-individuo como un proceso
dinámico y dialéctico, será necesario desentrañar, para cada uno de esos niveles
simultáneos, la relación –también dinámica y dialéctica- entre obviedades-familiaridad
acrítica y la crítica de la vida cotidiana. Para el trabajador social esto supone: vivencia,
cognición y acción. Esto significa:

 Primero: vivir y experimentar la realidad (tiempo y espacio; cada momento histórico


concreto).

 Segundo: romper con la familiaridad acrítica.

 Tercero: establecer una distancia reflexiva que nos permita, desde un marco teórico
determinado, conceptualizar esa realidad y comprender la situación problemática.

 Cuarto: elaborar estrategias de abordaje y transformación de esa realidad en los


diferentes niveles de actuación del trabajador social.

Lo anterior exige una práctica personal comprometida y responsable, para desarrollar la


capacidad de lectura del aquí y el ahora de cada realidad, en estrecha vinculación con la
historia anterior de la persona o grupo específico. El diálogo y la escucha son instrumentos
indispensables, así como entender la queja y la protesta como medios de reflexión acerca de
las disfuncionalidades del entorno y, al mismo tiempo, visualizar la capacidad y posibilidad
personal de implicarse en la transformación de esa realidad, que es donde han de trabajar.
Una vez analizada la realidad con un referente teórico concreto, es necesario proponer
nuevas significaciones y prácticas comportamentales, para transformar la realidad.

La crítica de la vida cotidiana no es sólo una teoría, es un enfoque, una manera de captar,
indagar, interrogar e interpelar la realidad. Es necesario escudriñar la realidad para develar
y descubrir el objeto de la crítica; desarrollar nuestra percepción creativa y científica de esa
realidad, dejar que nos penetre cruda, en toda su desnudez, y no al revés, intentando
acomodarla, encasillarla en nuestros esquemas de referencia.

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Resumen
Por mucho tiempo ha existido la tendencia de reducir la vida cotidiana a lo rutinario,
repetitivo y a-histórico, y se llega a confundir el término cotidiano con la vida cotidiana. La
vida cotidiana “es la expresión inmediata en un tiempo, ritmo y espacio concretos, del
conjunto de actividades y relaciones sociales que, mediadas por la subjetividad, regulan la
vida de la persona, en una formación económico-social determinada […], en un contexto
histórico social concreto"(Martin, 2000, citado por Díaz, et. al., 2001, p. 272). Lo que deja
ver que, en el transcurso de las prácticas cotidianas, se reconoce, manifiesta y trabaja el
tramado de las relaciones que unen al ser humano con la naturaleza.

Su importancia radica en que es el ámbito donde forjamos nuestra personalidad y nuestro


futuro. Lo que hacemos día a día, una y otra vez, refleja y va conformando en cada uno de
nosotros un modo peculiar de ser, lo cotidiano (o cotidianeidad) sólo es una parte de la vida
cotidiana pues eventos cotidianos, reiterativos, conviven con situaciones especiales no
cotidianas, no reiterativas, extraordinarias. Sin embargo, debemos tener especial cuidado en
mantener un equilibrio vivenciado entre los eventos cotidianos y los no cotidianos Las
contradicciones, conflictos y novedades –de carga positiva o negativa–que producen
tensiones, ansiedades o estados de displacer y frustración, son indicadores de que se rompió
el equilibrio y es necesario restablecerlo. Cuando falta equilibrio, nuestros esquemas
referenciales no dan cuenta de lo que acontece. Esta crisis supone desestructuración, un
quiebre en el ritmo reiterativo de lo cotidiano. Y se dan acontecimientos donde hay grandes
posibilidades de que se genere cualquier tipo de cambios.

Por otro lado, el tema clave en el análisis de las estructuras de sentido de la vida cotidiana
es la transición de un modelo a otro o de uno unidimensional a uno pluridimensional.
Nuestra hipótesis es que la vida cotidiana en el pasado estaba mucho más marcada por la
unidimensionalidad, mientras que ahora se desarrollan tendencias pluridimensionales. Lo
que da lugar a vidas cotidianas más complejas, pero potencialmente más equilibradas. Esto
exige una práctica personal comprometida y responsable, para desarrollar la capacidad de
lectura del aquí y el ahora de cada realidad, en estrecha vinculación con la historia anterior
de la persona o grupo específico. El diálogo y la escucha son instrumentos indispensables,
así como entender la queja y la protesta como medios de reflexión acerca de las
disfuncionalidades del entorno y, al mismo tiempo, visualizar la capacidad y posibilidad
personal de implicarse en la transformación de esa realidad, que es donde han de trabajar.
Una vez analizada la realidad con un referente teórico concreto, es necesario proponer
nuevas significaciones y prácticas comportamentales, para transformar la realidad.

Recuerda revisar el material básico de la unidad y realizar la


autoevaluación correspondiente, para elaborar tus actividades de
aprendizaje.

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Glosario

Cotidiano
Lo cotidiano (o cotidianeidad) sólo es una parte de la vida cotidiana pues encontramos que
los eventos cotidianos, reiterativos, conviven con situaciones especiales no cotidianas, no
reiterativas, extraordinarias (Díaz, et. al., 2001).

Vida cotidiana
Es el topos o ámbito por excelencia de la vinculación naturaleza-cultura por un lado y, por
otro, de las dialécticas entre acontecimiento-rutinario (Lalive D’Epinay, 2008).

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Fuentes de información
OBLIGATORIAS
 Cruz, L. (2016). Unidad 4. Los procesos de la vida cotidiana (documento preparado
para la asignatura de Familia y Vida Cotidiana). México: UNAM-ENTS-SUA.

 Díaz, M., Martin, C. y Perera, M. (2001). Trabajadores sociales como críticos de la


vida cotidiana. Revista Cubana de Psicología.18 (3), pp. 271 – 280. Cuba: Centro de
Estudio de Migración Internacionales, Universidad de La Habana. Recuperado el 7 de
noviembre de 2016 de http://pepsic.bvsalud.org/pdf/rcp/v18n3/09.pdf

 Lalive D'Epinay, C.; (2008). La vida cotidiana: Construcción de un concepto


sociológico y antropológico. Sociedad Hoy (Sin mes) 9-31. Recuperado el 7 de
noviembre de 2016 de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90215158002

 Miguélez, F., Torns, T., Rebollo, O. y Pastor, I. (1998). Las estructuras de sentido de
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 Ramírez, A. M.; (2004). Conflictos entre Padres y Desarrollo de los Hijos.


Convergencia. Revista de Ciencias Sociales 11(enero-abril) 171-182. Recuperado el 7
de noviembre de 2016 de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10503407

COMPLEMENTARIAS
 Barg, L. (2000). La intervención con familia. Una perspectiva desde el Trabajo Social.
Argentina: Espacio Editorial.

 Canales, M. (1995). Sociologías de la vida cotidiana. En Garretón, M, y Mella, O.


[comp.], Dimensiones actuales de la Sociología, Recuperado el 7 de noviembre de
2016 de http://www.carlosmanzano.net/articulos/Canales.htm#1

 De Jong, E. (2000). Cuestión social, familia y Trabajo Social. Recuperado el 7 de


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 De Quiroga, A. y Ruedo, J. (2003). Crítica a la vida cotidiana. Argentina: Ediciones


cinco.

 Lindon, A. (2002). Trabajo, espacios de vida y cotidianidad. La periferia oriental de la


ciudad de México. Scripta Nuova: Revista electrónica de Geografía y Ciencias
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http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119-56.htm

 Lozares, C Carrasquer, P. y Domínguez, M. (1998) Las representaciones en el mundo


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trabajo. Papers: Revista de Sociología [versión electrónica], (59), 85-98. Recuperado
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 Quintero, V. (2000). Formas alternativas de enfrentar el Conflicto Socio familiar.


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 Serrano, G. (2005). Capítulo IV. La vida cotidiana. En Fuentes de consumo cultural en


la vida cotidiana de los alumnos de biología de la Universidad de Occidente. Tesis
para obtener el grado de Maestro en Comunicación. pp. 86-99. Recuperado el 7 de
noviembre de 2016 en http://www.bib.uia.mx/tesis/pdf/014571/014571.pdf o
http://www.bib.uia.mx/tesis/pdf/014571/014571_04.pdf

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