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El coach experto

Ideas fundamentales

 El coaching eficaz se centra en el cliente.


 Esfuércese por crear una cultura de coaching en la que el
coaching formal e informal permeen toda la organización.
 El coaching magistral requiere autoconciencia, moderación,
humildad, inteligencia emocional y generosidad extraordinarias.
 El coaching solo funciona cuando su cliente –el Talento–
establece la agenda, quiere que usted sea su coach y quiere
cambiar.
 El Modelo de coaching 3C se basa en el carácter, la conexión y la
conversación.
 Carácter: comparta y manténgase fiel a sus valores. El coaching
sin valores es inútil.
 Conexión: identifique, cree y construya el potencial y las fortalezas
de sus clientes.
 Conversación: centre cada palabra y pensamiento en el cliente.
 Acepte la emoción en el coaching. Maneje las suyas y ayude a sus
clientes a manejar las propias.
 Como coach, no sea empático, enseñe, tutele, aconseje ni ofrezca
terapia. Deje que los clientes encuentren sus propias soluciones y
asuman su propio cambio.

Recomendaciones
El experto en coaching Gregg Thompson ofrece una visión optimista de un
mundo y un lugar de trabajo en el que los líderes bien intencionados y
desinteresados ponen las carreras y aspiraciones de otros por encima de
las propias. Esto lo dejará ansioso porque sencillamente no quiere
encontrar a muchas de las personas que él describe, pero también
esperanzado porque esta descripción honesta del coaching excelente lo
ayudará a identificar a quienes tienen el potencial para guiar a otros y notar
su increíble poder para mejorar el trabajo y la vida de las personas. Cuando
los encuentre, aférrese a ellos, desarróllelos y ayúdelos a prosperar. Si
busca ser coach, el camino es desafiante, el viaje largo y las recompensas
increíbles.

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Resumen
El Talento

Si es coach, piense en sus clientes como el Talento. Esto lo pondrá en el


estado mental correcto para observar la regla de oro del coaching: poner
los intereses de sus clientes por encima de los propios. Como coach, su
función es ver a través de las fachadas de sus clientes para entenderlos a
profundidad y aceptarlos, pasar por alto sus errores y disfrutar de sus
fortalezas y potencial. Sus clientes necesitan conversaciones abiertas y
honestas. También necesitan confiar tanto en usted que reciban bien la
retroalimentación negativa porque esta estimula su crecimiento.

“Dentro de la cultura del mundo empresarial, el coaching ha subido


vertiginosamente en popularidad para convertirse en el proceso de
desarrollo de recursos humanos de más rápido crecimiento de la
actualidad”.

Si es el coach correcto, se apasiona tanto por el éxito de sus clientes –


como sea que lo defina– que todas las conversaciones se centran solo en
ellos. Apoya a sus clientes incondicionalmente en el cumplimiento de su
potencial. Esa persona extraña –el coach experto– cambiará la vida de los
clientes. Sus clientes deben buscar ayuda y deben invitarlo a que los guíe
y los instruya, pero no deben pedirle que haga cualquier cosa por ellos.
Solo ellos tienen la responsabilidad de su capacidad para el cambio, de sus
decisiones y sus acciones. Necesitan que los guíe, pero no que los
aconseje.

El ascenso del coach

Hoy día, muchas organizaciones necesitan líderes en todos los niveles que
puedan impulsar el cambio rápido. Cada vez más, los empleados exigen
respeto y autonomía. Buscan trabajo con propósito en organizaciones
planas. Lamentablemente, muy pocas empresas están a la altura de estas
expectativas y la mayoría se encuentran con empleados desconectados.
Sobresale un antídoto: líderes que proporcionan coaching. Estos líderes
aprenden a soltar el control y a inspirar y confiar en una fuerza laboral
comprometida y productiva.

“El coach líder no es un juez desapasionado que enumera los incontables


defectos del Talento ni es una porrista ciega que dispensa aplausos
indiscriminadamente”.

En años recientes, el coaching se ha vuelto más popular que cualquier otra


técnica de desarrollo, aunque muchas empresas lo aplican de manera
inapropiada. El coaching eficaz se centra en los clientes. Pretende mejorar
su desempeño al tiempo que respeta sus agendas. Cuanto más pueda una
empresa hacer de cada líder un coach eficiente, más fluidamente se

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adaptará al actual ambiente empresarial de rápido movimiento. Todos se
benefician del coaching y cualquiera puede ser coach, desde cualquier
nivel o posición. Enseñe coaching para crear una cultura de coaching llena
de líderes que la adopten como un componente clave de su esencia
personal. Una actitud sin prejuicios, positiva y agradecida permea una
cultura de coaching. Las personas valoran aprender, los empleados
comparten un espíritu de camaradería y los líderes mantienen su palabra y
ofrecen retroalimentación honesta.

El coach

Convertirse en un gran coach significa aprender con sus clientes. Descubra


quiénes son, sus valores, ambiciones y esperanzas. Obtenga su
conformidad para hacer lo que se requiera para estimularlos a alcanzar sus
objetivos, aun cuando el trayecto resulte difícil. Haga preguntas inquisitivas.
Una buena pregunta genera más valor que cualquier consejo. Guíe a los
clientes a conversaciones para compartir ideas y experiencias clave para
sus desafíos, establezca conversaciones sobre responsabilidad, confianza,
optimismo o admisión de errores. No confunda el coaching con la amistad.
Debe hacer que sus clientes sean responsables, así que siempre dígales
la verdad. Sacúdalos cuando sea necesario con retroalimentación fuerte,
sin crueldad y siempre con el mejor interés. No ofrezca soluciones o
consejos como podría hacer un consultor. En cambio, anime a la gente a
llegar a sus propias respuestas.

No “arregle”

No confunda el coaching con la psicoterapia. Los coaches no arreglan el


pasado. Guían a las personas a su mejor futuro. Tampoco lo confunda con
la enseñanza. Los coaches no necesitan más titularidad o experiencia que
sus clientes, pues los adultos se benefician del aprendizaje interactivo y
experiencial. El coaching se adapta a la mayoría de los estudiantes adultos
porque no se basa en la enseñanza tradicional. El coaching no puede
arreglarlo todo, pero puede mejorar las vidas de las personas. Para tener
éxito como coach, debe creer en las capacidades y el potencial de sus
clientes. Resista su impulso a juzgar a la gente. No ponga a las personas
en categorías de alto y bajo rendimiento. Deje de lado sus primeras
impresiones y el rendimiento pasado de su cliente. En cambio, proporcione
coaching para ayudar al cliente a alcanzar su potencial. Su creencia
genuina en sus clientes se hace patente y tiene un poder increíble para
ayudar a ser mejores a aquellos a los que da coaching.

“La integridad comienza cuando empezamos a aceptar quiénes somos


realmente. Llegar a aceptarse a sí mismo y ser honesto respecto a sus
verdaderos valores libera importante poder personal”.

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Los clientes deben hacer sus propios cambios con usted como su guía.
Cree confianza con integridad y empatía. El coaching eficaz ocurre solo
cuando los clientes controlan la agenda. No acepte la creencia
convencional de que las personas se resisten al cambio; lo anhelan casi
universalmente. Los buenos líderes reconocen y aprovechan esta
necesidad, pero abordan los compromisos competitivos de cada persona:
la necesidad de pertenecer, de sentirse competentes y de autonomía.
Estas necesidades y el temor de no satisfacerlas afectan a todos. Estos
sentimientos están en conflicto con el cambio y pueden causar que las
personas se atoren. Aborde estas necesidades y temores para quitarlos del
camino. Utilice el Modelo del coach experto 3C compuesto por el carácter,
la conexión y la conversación.

El carácter: ganarse el derecho de ser coach

No intente suprimir sus valores y creencias cuando dé coaching.


Compártalos abiertamente, pero nunca los imponga. Promueva los valores
universales de integridad, compasión, servicio y honor. Desarrolle una
filosofía de coaches en la que guíe a los clientes a vivir bien sus vidas,
evitar dañar a otros y ayudar a los demás a vivir bien. Ignore la creencia
del coaching común que dice que deje sus valores en la puerta. Dar
coaching sin valores no tiene propósito. Demuestre sus valores y esté a la
altura de ellos en todas las circunstancias. Asegúrese de que sus clientes
sepan que quiere decir lo que dice y nunca les dé ninguna razón para dudar
de sus valores.

“Hoy día, más personas de negocios ilustradas de todo el mundo


reconocen que no es posible ni deseable dejar nuestras emociones fuera
de los negocios”.

Para que pueda ser un coach eficiente, sus clientes deben confiar
plenamente en usted. Las personas que son incapaces de recibir coaching
simplemente no encontrarán a alguien en quien confíen lo suficiente para
compartir sus vulnerabilidades más íntimas. Gánese el derecho de ser
coach demostrando autenticidad, integridad, humildad y confianza. Admita
sus errores y muestre que se preocupa genuinamente por sus clientes.
Busque incansablemente la autenticidad. Sus clientes permitirán que sea
su coach solo en la medida en que vean que es genuino y sincero.

“El trabajo número uno del coach es facilitar y profundizar el aprendizaje


del Talento”.

Domínese antes de proporcionar coaching a otros. Esto significa tener la


disciplina y la autoconciencia para actuar de acuerdo con sus valores y en
los mejores intereses de su Talento. Conózcase a sí mismo, agrádese y
crea en sí mismo antes de dar coaching. Puede ayudar a otros solo si
acepta quién es usted. Gane autoestima al vivir sus valores. Esto le permite

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demostrar vulnerabilidad, admitir errores, mostrar humildad, respetar a la
gente y escucharla, todos ellos rasgos esenciales del coach experto.

La conexión: crear asociaciones para el aprendizaje, la investigación


y el cambio

Dé coaching únicamente porque quiere ayudar a otros, no porque quiera


que se desempeñen mejor para usted ni tampoco para exhibir sus
habilidades. Concéntrese en ayudar a sus clientes a cumplir sus objetivos.
No proponga los objetivos que cree que deben tener.

“Cuando sea capaz de dar coaching eficazmente a una persona que no le


agrada en particular, sabrá que está funcionando en el nivel de coach
experto”.

Cree autosuficiencia mientras brinda coaching a sus clientes para que


alcancen su potencial. Ayúdeles a sobrepasar sus capacidades y éxitos, si
tienen ese potencial y deseo. No busque gratitud. Espere críticas. No pierda
de vista la recompensa que supone ayudar a otros a mejorar. No cree
limitaciones al definirse a sí mismo como un tipo específico de coach. Ya
sea que se llame a sí mismo coach ejecutivo, de liderazgo o de vida, la
gente traerá todo su ser a la conversación, así que sea coach de la persona
completa.

“El coaching es una actitud y un compromiso para tener una influencia


positiva en las vidas de otros. Cuando dominamos este arte, no es algo que
apagamos y encendemos a voluntad; es una manera de ser”.

Reconozca el poder y la omnipresencia de la emoción. Rechace la idea de


que la emoción no tiene cabida en el trabajo. La emoción impregna todas
las decisiones y acciones, y el coaching la requiere. Gran parte del
coaching implica ayudar a las personas a manejar sus emociones y
aprovechar su poder. Fortalezca su inteligencia emocional estudiándose
primero a sí mismo: ¿qué le interesa, le gusta o le enfada? Preste atención
a las emociones sutiles que le afectan, como ese leve resentimiento o
inquietud. Domine sus emociones al reconocer qué las desencadena.
Conozca sus “botones rojos”, ya que los clientes podrían presionarlos
accidentalmente y ello provocar una reacción reflexiva y potencialmente
destructiva de la confianza a menos que controle sus reacciones.

“Los grandes coaches entienden que hacer una pregunta provocadora es


mucho más valioso para el Talento que lo que podría ser cualquier cantidad
de consejos”.

Aprenda a detenerse y pensar antes de reaccionar, pero no ignore su


intuición. La neurociencia sigue descubriendo más sobre la importancia de
la mente subconsciente en el pensamiento y la toma de decisiones. Cuanta
más experiencia obtenga como coach, más debe confiar en sus instintos y

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compartirlos con su Talento. Cree conexiones emocionales al compartir sus
experiencias y su historia personal, y describir cómo se siente realmente.

La conversación: involucrarse en un diálogo que genere posibilidades


y caminos

Guíe a sus clientes para que le compartan sus sentimientos. Esto crea la
confianza que hace tan poderoso al coaching. Maneje sus estados de
ánimo, pero cuando beneficie a sus clientes, exprese enojo genuino por
sus transgresiones, en particular sus infracciones de carácter, valores y
responsabilidad. Muestre a sus clientes que pueden controlar sus
reacciones a lo que otros dicen y hacen, y que ellos eligen sus respuestas
emocionales y pueden cambiarlas.

“Los líderes sabios y los grandes coaches aceptan que hay emoción en
cada tarea humana –negocios, familia, deportes y política– y que esta
afecta a todos”.

Acepte su temor a fracasar como coach. Utilícelo para señalar lo que


verdaderamente importa para que pueda reunir el coraje para perseverar.
A medida que practique conscientemente el coraje, su valentía crecerá.
Piense en los logros que ha hecho en su vida y que surgieron solo porque
actuó con valentía. No se preocupe de lo que piensen los demás; tenga el
valor para actuar como cree que debe hacerlo.

“Para buscar deliberadamente el potencial más alto de los demás, el gran


coach pasa por alto intencionalmente sus defectos y limitaciones”.

Un imperativo fundamental del coaching requiere que acepte y aprecie a


sus clientes por sí mismos: ese axioma hace que el coaching funcione. Las
organizaciones persiguen una indagación apreciativa al buscar lo que es
correcto en lugar de buscar problemas. Se enfocan en soluciones y
expanden lo que funciona en vez de abordar lo que no funciona. Esta
mentalidad positiva y sana hace toda la diferencia en el cambio
organizacional y funciona de maravilla en el coaching frente a frente. Su
primer efecto poderoso proviene del reconocimiento de sus clientes, de ver
su potencial y sus fortalezas, así como de conocerlos, pero no juzgarlos.

Altas expectativas, alta responsabilidad

Exija que sus clientes estén a la altura de su potencial. Establezca


expectativas altas, ya que sus expectativas, altas o bajas, se convertirán
en profecías autocumplidas. Sus expectativas para sus clientes se
convertirán en las expectativas de ellos mismos. A medida que vivan a la
altura de ellas, los demás los tratarán de manera diferente; los compañeros
les prestarán más atención y mostrarán más respeto, lo que cumple la
profecía. La ciencia llama a esto el “efecto Pigmalión”.

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“La mente contiene todo lo importante para el coach: memoria, conciencia,
personalidad, valores, aspiraciones. El coach apunta a la mente para
profundizar el pensamiento y el sentimiento”.

Con las expectativas altas viene la responsabilidad. Haga responsables a


sus clientes de lograr su potencial. No permita que culpen a las
circunstancias. Demuestre responsabilidad usted mismo. Sea dueño de
sus acciones y utilice el lenguaje de la responsabilidad.

Corrija a los clientes que hablan en términos de “tener que hacer cosas” en
lugar de querer hacerlas y decidir actuar. Nunca permita que sus clientes
se quejen o reclamen o se vean a sí mismos como víctimas. Mantenga sus
conversaciones en el nivel de compañeros iguales. No caiga en una
relación padre-hijo. No resuelva los problemas de las personas por ellas.
Guíelas, pero insista en que lo hagan por sí mismas.

“En última instancia, la prueba del éxito de cualquier coach es si hay un


desempeño visiblemente más alto y un desarrollo acelerado de quienes
están recibiendo el coaching”.

No puede dar coaching a su potencial o al potencial de sus clientes si no


los ama. No todos a los que les dé coaching le serán simpáticos, pero debe
tenerles una consideración incondicional –similar al amor– si quiere
acercarse a ellos lo suficiente para cambiarlos. Escuche a sus clientes
atentamente desde su corazón y mantenga la conversación centrada en
ellos. Trate de dejar cada conversación de coaching sin remordimientos,
sin que nada importante se haya quedado sin decir y sin asuntos clave que
explorar.

Sobre los autores

Gregg Thompson, presidente de Bluepoint Leadership Development, es


orador y facilitador. Ha diseñado varios talleres de desarrollo de liderazgo,
entre ellos, Fundamentos del coaching.

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