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Capítulo 6

Patología traumática de la rodilla


y la pierna

Capítulo 6.1

Fracturas del extremo distal del fémur


Jesús Gómez Vallejo, Antonio Torres Campos, Nieves Blanco Rubio, Jorge Cruz Albareda Albareda

condíleas» que como «diafisarias» por los patrones de


Resumen inestabilidad que entran en juego. El eje de carga (mecánico)
El tratamiento de las fracturas de la región supracondílea de la extremidad discurre 8-10° medial al eje anatómico; eso
supone uno de los grandes retos dentro de la cirugía orto­ es de especial importancia a la hora de aplicar los métodos de
pédica y traumatología. El aumento de la incidencia en la osteosíntesis, sobre todo aquellos que ejercen su fortaleza des-
presentación dentro de la población anciana y los avances de la cortical lateral (placas), y pone en juego una de las estruc-
en el algoritmo de tratamiento hacen de estas fracturas uno turas más importantes en la biodinámica de los ejes vectoriales
de los más interesantes campos de estudio. Se han produ­ que imperan en el fémur, la banda iliotibial. Esta es una de las
cido grandes avances en el conocimiento de las implica­
razones por las que la extremidad, al fracturarse —y al claudi-
ciones biomecánicas de los sistemas de osteosíntesis y en
car la banda iliotibial—, encuentra la estabilidad patológica
el paradigma de los tratamientos, por lo que debemos tener
un conocimiento exhaustivo de las diferentes opciones te­ con deformidad en acortamiento (por la influencia también del
rapéuticas y de la implicación de aquellos en la curación cuádriceps), extensión del fragmento distal (favorecido por la
de las fracturas. inserción del tríceps sural) y varo (músculos aductores e isquio-
tibiales) (fig. 6‑1).
Una atención especial supone la región epifisaria distal del
fémur, en íntima relación con la articulación de la rodilla, no
Anatomía solo compuesta por los dos cóndilos y la escotadura, sino tam-
bién por la región posterior de estos y por la tróclea femoral,
Se ha acotado de diferentes maneras el área de influencia de de especial importancia en las fracturas supraintercondíleas. El
estas fracturas, muchas de ellas atendiendo a conceptos estric- eje del fémur en su porción distal (ya que no es un hueso recto,
tamente anatómicos, dejando de lado las implicaciones biome- posee una curvatura anterior) atraviesa el cóndilo lateral por su
cánicas de esta región tan especial del esqueleto. Como con- región anterior (1/3 anterior), concepto que debemos tener en
cepto biomecánico, se podrían considerar aquellas fracturas que cuenta en el tratamiento mediante osteosíntesis de las fracturas
se producen en la región del fémur distal desde que este pierde de esta región. Además, el cóndilo medial es ligeramente más
la forma característica cilíndrica de la diáfisis, comprendida por prominente y convexo y, al ser ambos cóndilos paralelos al
la metáfisis y la epífisis (cóndilos). Clásicamente se ha definido plano del suelo, la diferencia morfológica entre ellos crea el
como la región que ocupa los 10-15 cm distales del fémur, valgo fisiológico de la rodilla. Otra peculiaridad de esta región
obviando las diferencias entre sexo y diferentes estaturas de los es su disposición trapezoidal en la visión horizontal. Los cón-
pacientes.1 Una estimación más real es suponer la región supra- dilos se ensanchan de anterior a posterior con una pendiente de
condílea como aquella con forma de paralelogramo cuya base 10° en su cara lateral y hasta de 25° en la medial, lo que es de
es la distancia entre los tubérculos condíleos y la altura dos crucial importancia para la colocación del material de osteosín-
veces esa misma distancia. Esta representa de manera más real tesis.
las implicaciones biomecánicas de las fracturas que aparecen
en esta zona. Etiología e incidencia
También hay que tener en cuenta las fracturas que se pro-
ducen en la región diafisaria con afectación de esta región (ex- La incidencia global de estas fracturas es de alrededor del 6%
tensión distal), que llegan a ser clasificadas más como «supra- de todas las fracturas del fémur,2 y presenta una curva de pre-

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 205

acude por impotencia funcional y deformidad del miembro


s afectado, pero muchas veces con acortamiento y rotación ex-
Cuádricep
terna, por lo que la exploración de la extremidad es fundamen-
tal, ya que un facultativo poco avezado podría confundirlo de
entrada con una fractura del fémur proximal.
Una vez realizada la exploración y el diagnóstico de sos-
pecha, la radiografía del fémur en proyección anteroposterior
y lateral será la prueba fundamental. Conviene la realización
del fémur completo para descartar fracturas bifocales o de
extensión diafisaria. En los pacientes con un patrón simple de
iales fractura sin afectación articular no sería necesario otro tipo
iotib
Isqu de prueba de imagen para confirmar el diagnóstico. Pero en
las de trazo complejo o con afectación articular la TAC será
más que recomendable, ya que hasta un tercio de las fracturas
Tríceps sural

de trazo coronal en la zona condílea pueden pasar desaperci-


bidas.4
La realización de una RM puede ser útil para el diagnós-
tico de lesiones de partes blandas asociadas, pero no se puede
recomendar de rutina previa a la cirugía. Una vez realizada la
osteosíntesis o estabilización primaria de la fractura, debería
realizarse en el mismo acto quirúrgico la exploración bajo
anestesia de la rodilla (ligamentos colaterales, ligamentos
Figura 6‑1 Desplazamiento característico de las fracturas distales del cruzados, bloqueos meniscales, etc.), y si se sospecha alguna
fémur. lesión, la potencia diagnóstica de la resonancia será mayor.5
En una lesión aguda sobre una rodilla, la cantidad de edema
sentación bimodal. El primer pico de incidencia se encuentra y hemartros en las imágenes realizadas podría mostrar lesio-
en pacientes jóvenes con mecanismos de producción de alta nes ficticias, por lo que podría ser más interesante la realiza-
energía. El segundo pico de incidencia (el más frecuente, con ción de esta prueba a las 3 o 4 semanas en el caso de sospe-
el 60% de las estas fracturas) se presenta durante la segunda char alguna lesión ligamentosa, teniendo en cuenta la
etapa de la vida, por encima de los 50-60 años, comúnmente capacidad ferromagnética del dispositivo de osteosíntesis
producidas por caídas al suelo desde la propia altura y trauma- utilizado.
tismos de baja energía en los que el mecanismo de producción
dominante es la rotación y la flexión. Clasificación
Las lesiones asociadas de partes blandas (meniscos y liga-
mentos) son más prevalentes en la gente joven, para la que la Con el avance de los medios de transmisión de imágenes, la
lesión ligamentosa puede llegar a suponer un problema, pero clasificación de un caso individual ha podido perder vigencia,
no son características de este tipo de lesiones (hasta el 20%), pero esta sigue siendo fundamental para el estudio de estas
al igual que las lesiones neurovasculares (0,2%). Tampoco es fracturas y para poder establecer un método terapéutico y eva-
muy frecuente la presentación como fracturas abiertas (5-10%). luar su pronóstico. Por ello es necesaria una clasificación sen-
Pero no por ello debemos dejar de prestar especial atención cilla en su uso, que en su nomenclatura tenga en cuenta la gra-
para descartarlas.3 dación de la gravedad y el pronóstico y que no deje fuera de
ella tipos característicos o especiales de fractura.
Diagnóstico En todo caso habrá factores que marcan la «personalidad
de la fractura» que difícilmente se tengan en cuenta a la hora
El diagnóstico de sospecha y la exploración serán las principa- de realizar una clasificación y que deberán ser reseñados, como
les armas para desencadenar la solicitud de pruebas, ya que en son:1
el paciente joven con mecanismo de alta energía, las lesiones
más exuberantes o que comprometen seriamente la vida del • Grado de desplazamiento y angulación.
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paciente pueden ocultar en un primer momento el diagnóstico • Extensión del trazo de fractura.
de estas (sobre todo aquellas unicondíleas, de «Hoffa» o inter- • Fracturas bifocales y de huesos adyacentes.
condíleas sin desplazamiento), en este caso es «el bosque el que • Lesión de partes blandas.
nos impide ver el árbol». Por todo ello, en el paciente politrau- • Lesiones neurovasculares.
matizado es indispensable la exploración minuciosa por apara-
tos y los protocolos de actuación en los centros que atiendan a Aunque existen múltiples clasificaciones para este tipo de frac-
estos pacientes. Además, con la realización cada vez más ex- turas, la clásica clasificación propuesta por Müller integrada en
tendida de body-TAC podemos tener una sensación de falsa el sistema AO/OTA es la más aceptada6 (cuadro 6‑1).
seguridad, ya que debemos tener en cuenta que el punto de En 2018 se realizó una revisión de esta clasificación en la
mapeo distal de la prueba diagnóstica suele ser el trocánter que se introdujo una nueva nomenclatura y tipos de fractura.7
menor, dejando sin escanear la zona supracondílea. En el pa- En ella aparecen clasificados trazos especiales como fracturas
ciente anciano la exploración será más obvia, pues el paciente avulsiones, lesiones trocleares o de Hoffa bilaterales8 (fig. 6‑2).

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desplazada, pueden ser tratados con ferulización directa y mo-


Cuadro 6‑1 Clasificación de las fracturas distales vilización temprana con un control exhaustivo de partes blandas
de fémur según la AO/OTA y controles radiológicos.
33A: extraarticular
A1: simple (fractura en dos fragmentos). Tratamiento quirúrgico
A2: cuña metafisaria.
A3: metafisaria compleja (conminuta). Actualmente es el tratamiento de elección de este tipo de frac-
turas.11 Además de unos muy buenos resultados, permite la
33B: articular parcial unicondílea (una parte de la superficie
articular permanece unida al eje proximal)
movilización temprana del paciente (rodilla incluida) incluso
B1: cóndilo lateral. en las fracturas de afectación intraarticular. El objetivo del tra-
B2: cóndilo medial. tamiento es la curación de la fractura (consolidación), pero no
B3: plano coronal (fractura de Hoffa). a cualquier precio. Deben respetarse los ejes espaciales de la
extremidad afectada y, a poder ser, alcanzar la mejor funciona-
33C: articular completa (fragmento articular lidad posible.
completamente separado del eje) El tratamiento de las fracturas se debe planificar antes de
C1: metafisaria y articular simple.
realizar cualquier actuación quirúrgica. La correcta planifica-
C2: conminución metafisaria y articular simple.
C3: metafisaria y articular conminuta. ción del tratamiento de una fractura no se basa exclusivamen-
te en el estudio de imágenes renderizadas en tres dimensiones
y la aplicación exclusiva de programas informáticos que nos
diseñan y muestran la colocación de los implantes (que podría
Opciones de tratamiento ser muy interesante).12 Cuando se plantea el tratamiento de una
fractura compleja como pueden ser estas que nos atañen, la
Tratamiento conservador corrección de la deformidad en todos sus planos y la reducción
anatómica de cada fragmento puede ser una entelequia, por lo
Antes de la aparición de los nuevos avances en la realización que el estudio de la «personalidad» de cada fractura, el tiempo
de la osteosíntesis (anestesia, antibioterapia, implantes, etc.) el de actuación más adecuado, la elección de la vía de abordaje
tratamiento de elección era el conservador.9 Los primeros estu- que nos permita la mayor solución de problemas y el implan-
dios comparando el tratamiento conservador con el quirúrgico te compatible para esa fractura son las bases de la planifica-
mostraban unos resultados sensiblemente mejores a favor del ción de cualquier tipo tratamiento. Hay que recordar que pue-
tratamiento conservador (hasta un 90% de buenos y excelentes den existir varios tratamientos óptimos para una misma
resultados).10 Pero esta tendencia ha sido invertida y a día de fractura, por lo que en algunas ocasiones el tipo de paciente y
hoy el tratamiento conservador solo se recomienda en casos los conocimientos del cirujano pueden prevalecer sobre el tipo
seleccionados en los que el paciente no puede someterse a de fractura.
­cirugía; además el desplazamiento de la fractura ha de ser mí-
nimo y el paciente debe ser capaz de convivir con una inmovi- Secuencia del tratamiento
lización al menos durante 6 semanas, ya que la sección tronco- Hay dos factores principales que pueden afectar a la programa-
cónica del muslo no es la región idónea para colocar una ción y secuencia del tratamiento. El estado de partes blandas
inmovilización con yeso. En las fracturas conminutas, si el pa- (fracturas abiertas o cerradas) y el paciente politraumatizado.
ciente está lo suficientemente enfermo como para no poder En las fracturas abiertas, la preservación del miembro debe
tolerar un tratamiento quirúrgico, la tracción durante alrededor ser el objetivo primario. La fijación externa en los casos en que
de 6 semanas y posterior colocación de inmovilización con la cobertura con tejido vital de la lesión no sea posible (Gusti-
yeso puede ser una opción, asumiendo el riesgo del encama- lo III) puede ser la principal opción, dejando para un segundo
miento prolongado. Si la fractura de estos pacientes no está tiempo el tratamiento definitivo.

33B3.1 33B3.3 33A1.1/2


Figura 6‑2 Nueva clasificación de tres fracturas especiales de fémur distal según la AO/OTA.

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En los pacientes politraumatizados, la preservación de la de los factores más importantes para evitar fracturas periim-
vida debe ser el principal objetivo, por lo que la cirugía del plante posteriores),14 se recomienda realizar pequeñas incisio-
control de daños (v. capítulo correspondiente) será la mejor nes para la colocación de dos o tres tornillos en cada una, que
opción. Debemos tener en cuenta que el «control de daños» no luego puedan ser suturadas correctamente, en vez de practicar
puede ser una excusa para no realizar el tratamiento óptimo en múltiples incisiones para cada tornillo.
un paciente estable al que se le podría aplicar un tratamiento Si la fractura afecta a la superficie condílea y esta debe ser
definitivo. reducida, la incisión puede ser ampliada hacia medial y distal
En una fractura aislada, la lesión de partes blandas no sue- en dirección de la tuberosidad tibial anterior (TTA), pudiendo
le ser un problema para el tratamiento de urgencia, por lo que abrir el alerón rotuliano lateral y mediante una artrotomía tener
la cirugía definitiva se debería realizar lo antes posible, siempre una visualización de la tróclea, además de controlar la calidad
que se den las circunstancias para su tratamiento (personal y de la reducción mediante palpación. Este abordaje podría am-
material óptimo).13 pliarse para la visualización completa de la región condílea
mediante una osteotomía de la TTA.15
Abordajes
Clásicamente se ha utilizado el abordaje lateral para este tipo Abordaje medial
de fracturas, pero la introducción de tratamientos más novedo- Este abordaje está reservado para las fracturas del cóndilo me-
sos, como los enclavados retrógrados o la aplicación de nuevos dial o para las fracturas complejas en las que la región metafi-
paradigmas de tratamiento, como la colocación de placas de saria medial está destruida y necesitan el aporte de injerto y/o
soporte medial en fracturas conminutas, ha hecho que debamos de una placa medial (además de la lateral) que haga de contra-
manejar también otros tipos. A continuación se exponen los fuerte. La incisión en piel y fascia sigue una técnica similar a
abordajes más característicos. la lateral, con especial atención al ligamento colateral medial,
de mayor tamaño y algo más anterior que el lateral, y al menis-
Abordaje lateral co interno. La extensión hacia proximal del abordaje ha de
Es el abordaje de elección para la colocación de placas y ma- realizarse con extremo cuidado, ya que los vasos femorales
terial de osteosíntesis lateral. El paciente es colocado en decú- atraviesan el músculo aductor a través del hiato de Hunter.
bito supino con la extremidad lesionada libre (se puede también
utilizar el decúbito lateral), con la cadera del fémur afectado Abordaje parapatelar medial
ligeramente flexionada para descender la tensión del cuádriceps El abordaje parapatelar es el más indicado para la colocación
y permitir la visión lateral con el intensificador de imágenes. de un clavo retrógrado. La apertura articular es sencilla, ya que
Se puede acompañar de ligera flexión de la rodilla para relajar no necesita visualización directa. Con el intensificador de imá-
la fuerza del tríceps sural y valorar la rotación de la extremidad. genes y la palpación será suficiente.
La colocación de manguito de isquemia puede no ser recomen- El paciente es colocado en decúbito supino con la rodilla
dada, ya que impediría la ampliación proximal de la incisión o flexionada para evitar el choque de estructuras con la coloca-
la colocación de placas hasta la zona proximal del fémur en aras ción del clavo (rótula si está demasiado flexionada y tibia si
de evitar futuras fracturas periimplante. está demasiado extendida). Habrá que poner especial atención
Se realiza una incisión lateral para poder controlar comple- en no dañar el cartílago y la inserción proximal del ligamento
tamente el fragmento distal hasta la línea articular, ligeramente cruzado posterior.
anterior al ligamento colateral; la ligera flexión de la rodilla
facilita su realización. La fascia lata es abierta a la altura de la Osteosíntesis
incisión cutánea, abriendo cuidadosamente la banda iliotibial
y las estructuras periarticulares para exponer la cara lateral del Osteosíntesis con placas y tornillos
cóndilo. Debe prestarse especial atención a la arteria genicula- La osteosíntesis con placa y tornillos es probablemente el tra-
da superior y al menisco lateral a la altura de la cápsula en su tamiento más extendido y utilizado en este tipo de fracturas.16
porción lateral. En estos momentos el vasto lateral puede ele- La aparición de las placas bloqueadas con estabilidad angular
varse ligando las arterias perforantes tan proximal como sea a principios del siglo xxi creó el nuevo paradigma en el trata-
necesario. miento de estas lesiones, pero también la aparición de nuevas
En muchas situaciones no es necesario realizar la exposi- complicaciones relacionadas con la rigidez del sistema.
ción completa del campo quirúrgico aplicando una técnica per-
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cutánea, para ello realizaremos el paso de la zona condílea la- Placas no bloqueadas y tornillo condíleo
teral de manera estándar, prestando mucha atención a la dinámico (DCS)
retracción de la banda iliotibial para impedir que fuerce la co- La aparición del clavo-placa a 95° y posteriormente del tornillo
locación del material de osteosíntesis «demasiado anterior». condíleo dinámico (DCS) supuso un antes y un después en el
Puede ser de gran utilidad realizar una incisión proximal de tratamiento de estas fracturas, obteniendo buenos resultados
unos 3 cm en el punto donde termine la placa en la diáfisis con respecto al tratamiento conservador.17 El uso del DCS ha
para poder controlar su colocación correcta en la región diafi- disminuido con la utilización de las placas bloqueadas de esta-
saria del fémur. De esta manera, si somos capaces de reducir bilidad angular, pero todavía posee una ventaja sobre ellas, es
de manera indirecta la fractura, y la placa está bien colocada y más resistente a la rotura por fatiga, sobre todo cuando el con-
fijada en su región distal y proximal, no necesitaremos abrir el trafuerte óseo medial ha fallado, y crean menos micromovi-
foco de fractura durante la intervención. Para la colocación de miento en el foco de fractura.18 Estas placas pueden ser muy
tornillos, y en aras a minimizar el daño a la banda iliotibial (uno útiles en fracturas tipo 33A, incluso en las 33C1 con mínimo

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desplazamiento condíleo, pero en las intraarticulares conminu- Los tornillos distales se suelen colocar roscados a la placa,
tas, sobre todo en pacientes ancianos, pueden tener problemas pero para la reducción de las fracturas intraarticulares pueden
en al agarre del tornillo condíleo o producir el desplazamiento ser interesantes los tornillos a compresión alrededor de esta, ya
de los fragmentos intraarticulares con su colocación (v. fig. 6‑2). que los tornillos de estabilidad angular difícilmente darán com-
Otro de los sistemas más utilizados hasta los últimos 15 años presión entre los fragmentos.
ha sido la placa condílea sin tornillos bloqueados. Estas placas Se ha estudiado ampliamente el resultado de estas placas,
han demostrado un muy buen resultado en pacientes jóvenes y los resultados no han sido a veces nada esperanzadores, con
con fracturas supracondíleas, pero deben la estabilidad del sis- hasta un 40% de tasas de retardo de consolidación, pseudoar-
tema a la fuerza con que la placa es solidarizada sobre el hueso trosis y fracaso de material.21 Para explicarlos se han estudiado
a través de los tornillos, por eso puede haber un colapso en diversos factores, pero muchos de ellos en estudios retrospec-
varo hasta en un 15% de las fracturas supraintercondíleas tra- tivos y series de casos. Parece claro que la consolidación de la
tadas con estos implantes.19 fractura pasa por una buena vascularización del foco (conse-
guida por el método percutáneo de colocación) y por un control
Placa de bloqueo con estabilidad axial de las fuerzas rotacionales y cizallantes sobre el foco, que per-
La aparición de estas placas ha supuesto un antes y un después mite la actuación de fuerzas de compresión controladas (esta-
en el tratamiento de estas fracturas. Con su uso, la estabilidad bilidad relativa). El problema es que no se conoce hoy en día
del sistema no depende aisladamente de la fuerza que ejercen cuán relativa ha de ser esa estabilidad, y cuál es la rigidez sufi-
los tornillos sobre el hueso, además permite una colocación del ciente para que consolide la fractura, sin que fracase o fatigue
implante de manera percutánea al poder adosar a los agujeros previamente el material.9 Parece evidente que las placas de ti-
dispositivos percutáneos a modo de guías. También se ha dis- tanio poseen un módulo de elasticidad más parecido al tejido
cutido ampliamente la preservación de la circulación perióstica óseo que las de acero21 (fig. 6‑4), por lo que pueden ser más
al ser unos implantes que no contactan directamente sobre el indicadas para el tratamiento si buscamos una consolidación
hueso, es decir, es una fijación externa bajo el plano muscular, secundaria de las fracturas metafisarias más o menos conminu-
pero probablemente la preservación de la vascularización, fun- tas. Pero si buscamos una consolidación per priman, con una
damental para la curación de las fracturas, sea más debido a la reducción anatómica y aposición de injerto, pueden ser más
técnica percutánea de colocación (preserva la vascularización interesantes las placas de acero (como puede ser el rescate de
de los fragmentos) que a la proximidad de la placa al hueso.20 una pseudoartrosis con abordaje de foco y colocación de injer-
Para la colocación de la placa hay que prestar especial aten- tos). Parece ser que los montajes con placas largas pueden estar
ción a la reducción a foco cerrado de la fractura, ya que cual- más indicados a la hora de buscar una consolidación con sis­
quier grado de desviación en varo y hasta 15° en valgo podrían temas más elásticos, ya que las cortas (sobre todo por la dismi-
suponer una sobrecarga excesiva de la articulación de la rodilla. nución de la distancia de los tornillos más próximos al foco,
Otro de los puntos que se deben tener en cuenta es la posible llamada longitud de trabajo) pueden formar sistemas muy rígi-
colocación de la placa posterior en la región distal para evitar dos sobre la fractura impidiendo su consolidación (v. fig. 6‑4).
la entrada de tornillos sobre la tróclea; esto puede provocar la Se han estudiado esta longitud de trabajo de la placa y el nú-
flexión del fragmento distal con la deformidad en «palo de mero de agujeros libres (sin tornillos) a lo largo del foco y no
golf» característica. Por el contrario, por efecto de una disec- se ha llegado a una conclusión más o menos clara de cuál es
ción insuficiente de la banda iliotibial o por el efecto de la la distancia correcta entre el último tornillo (ya sea proximal o
gravedad sobre el mango voluminoso para la guía de los torni- distal) y el foco de fractura.22
llos proximales, la placa puede ser colocada anterior y en rota- Otro de los puntos más debatidos es el número de tornillos
ción externa, favoreciendo la penetración de los tornillos en la proximales que debemos colocar, ya que el número de los dis-
tróclea, a veces difícilmente testable en las proyecciones de tales son más o menos fijos en la zona epifisaria.5-6 Estos torni-
escopia (fig. 6‑3). llos proximales son muy interesantes para entender cómo se

Figura 6‑3 Montaje de una complicación típi-


ca de las placas preformadas de estabilidad angular:
penetración intraarticular o extrusión de tornillos.
Dos factores fundamentales pueden provocarla: la
colocación excesivamente anterior de la placa por
una mala disección de la banda iliotibial, y/o el
peso del mango de introducción de la placa solida-
rizado con la guía de tornillos; la acción de la gra-
vedad sobre un mango algo pesado hace que se
presente la placa sobre la cara lateral del cóndilo
en rotación externa. En algunas ocasiones, sin una
proyección de escopia lateral pura esta complica-
ción puede pasar desapercibida.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 209

A B
Figura 6‑4 Paciente de 36 años con una fractura de fémur distal tratada con una placa de acero y una longitud de trabajo corta (A). La fractura sufrió
un retardo de consolidación, como se observa en las imágenes a los 6 meses de la cirugía (B). El montaje es «demasiado rígido» para la producción de
una consolidación secundaria. La fractura consolidó a los 9 meses sin intervención quirúrgica.

forma el callo de fractura en estas fracturas tras la colocación la fractura, solo la estabilizan, por lo que se han reportado has-
de estas placas. Suele formarse un callo asimétrico, con forma- ta un 30% de errores de rotación en estas osteosíntesis.31 Para
ción de hueso en la cortical opuesta a la placa (medial en este comprobar la rotación puede ser interesante la visualización de
caso), y debido a la rigidez de los tornillos bloqueados a la ambos trocánteres menores con el intensificador de imágenes
placa hay una protección de todo tipo de fuerzas en la cortical con respecto a la orientación de ambas rótulas con el paciente
lateral, incluidas las de compresión fundamentales para la for- posicionado en decúbito supino durante la cirugía.32
mación del callo.23 Por ello se ha ido disminuyendo el número La técnica posee puntos críticos; un error en la elección del
de tornillos proximales en la diáfisis, siendo 4 (8 corticales) los punto de entrada en la rodilla puede hacer que el fragmento
más recomendados, y alternando los tornillos bloqueados con distal se coloque en extensión (el eje central diafisario del fé-
los clásicos de cortical y agujeros libres de tornillos, sin que mur no coincide con el eje central de los cóndilos femorales en
superen los primeros a los segundos (50%).24 Otra de las técni- su visión lateral, este es algo anterior), y se han publicado casos
cas que se pueden utilizar es la del «bloqueo de la cortical de lesión de los ligamentos cruzados durante su inserción o
opuesta» (far cortical locking). El tornillo se bloquea a la placa dolor anterior de rodilla posterior a la cirugía.33
de manera estándar, pero el agujero de la cortical lateral es de Otra de las dudas que podemos tener a la hora de coloca-
mayor diámetro que el de la medial, es decir, el tornillo no se ción de un clavo retrógrado es la longitud del implante y el
rosca en la cortical lateral (da mayor elasticidad) y se bloquea número de bloqueos; parece obvio que en los pacientes jóvenes
en la cortical «lejana», la medial. Así disminuye la formación podría bastar con un enclavado corto, pero en los pacientes
del callo «asimétrico».25 ancianos sería recomendable sobrepasar el istmo con el blo-
Otro factor que se ha de tener en cuenta para disminuir el queo proximal en el 1/3 superior del fémur para evitar las frac-
fracaso de este tipo de osteosíntesis es la distancia de fragmen- turas periimplante. En la porción distal se recomiendan tres
tos en la región medial de la fractura, que es uno de los factores tornillos de bloqueo, sobre todo en las fracturas más distales (el
más importantes para el fracaso del sistema.26 Para evitar el trazo metafisario debería estar al menos a 5-6 cm de la línea
colapso en varo de la fractura puede ser recomendable el uso articular).34
de placas mediales de pequeño tamaño a modo de contrafuerte,
además de la placa lateral clásica.27 Prótesis tumorales
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En los últimos años se ha ido popularizando este tipo de próte-


Clavo retrógrado sis en el rescate de fracasos de osteosíntesis o como tratamien-
Hay que recordar que las fracturas supracondíleas «altas», a to de fracturas «insintetizables». La técnica pasa por la resección
más de 7 cm de la línea articular, pueden ser tratadas con la completa del fragmento distal del fémur hasta la fractura, sus-
técnica estándar de enclavado anterógrado femoral, pero en los tituyéndolo por un mecanismo de bisagra y con la subsecuen-
últimos años ha ido tomando popularidad la colocación de te sustitución protésica también de la tibia. Se ha planteado
los clavos retrógrados.28 Potencialmente presentan ventajas so- este tipo de tratamientos en pacientes muy seleccionados con
bre otras osteosíntesis al descender la disección de partes blan- destrucción completa condílea, osteoporosis, baja demanda
das, el descenso del sangrado intraoperatorio y el tiempo qui- funcional o con artrosis severa de la articulación previa a la
rúrgico.29 Además, son más eficaces en la creación de «callo fractura.9 Aunque sería de suponer que las complicaciones pos-
simétrico» y la abolición de fuerzas rotacionales.30 El problema quirúrgicas de estas prótesis podrían ser mayores que las en-
de estos clavos son los defectos de reducción, ya que no reducen contradas en los métodos de osteosíntesis clásicos, en los artícu­

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210 Parte II Rodilla

los revisados (todos ellos retrospectivos) no han encontrado tan realizar compresión y entierren su cabeza por debajo del
diferencias respecto a complicaciones generales, tasas de revi- nivel del cartílago. Aunque si el fragmento es lo suficientemen-
sión quirúrgica o mortalidad, con la ventaja de que el paciente te grande se puede colocar una placa de contención posterome-
podría movilizarse de manera precoz.35 En todo caso estos da- dial o posterolateral para sintetizar la fractura.
tos deben tomarse con cautela, ya que es una técnica muy de-
mandante y de difícil acceso en muchos hospitales. Fracturas tipo C
Complicaciones Las fracturas tipo C pueden ser un gran reto hasta para el ciru-
jano más experimentado. Las fracturas con mínimo desplaza-
Además de las complicaciones sistémicas inherentes a la pro- miento intraarticular pueden ser tratadas mediante clavos o
ducción y el tratamiento de las fracturas, como son la trombo- placas con la aposición de tornillos a compresión por fuera del
sis venosa profunda, el embolismo graso, los síndromes com- sistema. Es importante reseñar que en un primer momento de-
partimentales y el fallecimiento en el paciente anciano (similar beremos asegurar la reducción anatómica de la superficie arti-
cifra a las fracturas de cadera),36 al ser una fractura yuxtaarti- cular y posteriormente estabilizar la fractura metafisaria, y
cular puede generar secuelas en el funcionamiento de la rodilla, aunque en algunas ocasiones puede conseguirse con un único
ya sea por inestabilidad, déficit de movimiento o desarrollo de dispositivo, si optamos por la colocación de un clavo retrógra-
artrosis. El tratamiento quirúrgico posee además complicacio- do, hay que tener en cuenta que si no estabilizamos previamen-
nes como la infección profunda (5% en las fracturas cerradas),37 te la fractura intraarticular, esta puede desplazarse con la inser-
minimizada con los abordajes percutáneos, y las alteraciones ción del clavo.
de consolidación, ya sea por defecto, como la pseudoartrosis y
el retardo de consolidación explicado previamente, o por forma, Conclusiones
como las consolidaciones viciosas también abordadas anterior-
mente en este capítulo. El tratamiento de las fracturas de fémur distal ha sufrido un
avance muy importante en los últimos años comparado, por
ejemplo, con otras fracturas tan próximas en el espacio como
Tratamiento recomendado pueden ser las diafisarias de fémur (cuyo concepto terapéutico
por los autores ha permanecido inquebrantable en los últimos 50 años con unos
resultados extraordinarios). En todo caso, la excelencia todavía
Fracturas tipo A no se ha alcanzado, y se deberá prestar especial atención al
diseño de nuevos materiales más estables que no aumenten la
Las fracturas tipo A1 simples de trazo transverso u oblicuo rigidez del sistema, como podría ser la introducción de nuevas
corto pueden beneficiarse de la colocación de un clavo retró- aleaciones o materiales cuya elasticidad se acerque a la del
grado, incluso de uno anterógrado en las llamadas «altas». En hueso y al desarrollo de estudios que aporten algo de luz sobre
los patrones espiroideos metafisodiafisarios, las propiedades la aceleración biológica de la curación de las fracturas; habla-
biomecánicas del clavo comienzan a resentirse. En estos casos mos de la genómica y la medicina regenerativa, que por fin nos
puede ser muy interesante la colocación de uno o dos tornillos harían entrar de lleno en este siglo xxi.
interfragmentarios a compresión y posterior colocación de una
placa lateral de neutralización puenteando el foco de fractura.
En las fracturas a menos de 4 cm de la línea articular, donde la Bibliografía
colocación de pernos distales de un clavo puede ser más com- 1. Rockwood CA, Green DP, Bucholz RW. Rockwood and Green’s
plicada, la colocación de la placa de estabilidad angular puede Fractures in Adults, 6th ed. Philadelphia: Lippincott Williams &
ser la opción más indicada, respetando las premisas comentadas ­Wilkins; 2006.
previamente. En las fracturas A2 o A3 con afectación de la 2. Link BC, Babst R. Current concepts in fractures of the distal femur.
Acta Chir Orthop Traumatol Cech 2012;79(1):11-20.
columna medial, probablemente cualquier técnica percutánea 3. Stewart MJ, Sisk TD, Wallace SL. Fractures of the distal third of the
que preserve la vascularización de los fragmentos puede ser de femur: A comparison of methods of treatment. J Bone Joint Surg
gran interés, valorando el apósito de injerto y/o placa de refuer- 1966;48-A:784-807.
zo medial si hay conminución en esa zona, incluso puede te- 4. Nork SE, Segina DN, Aflatoon K, Barei DP, Henley MB, Holt S, et al. The
nerse en cuenta la impactación de la fractura en los pacientes association between supracondylar-intercondylar distal femoral fractures
and coronal plane fractures. J Bone Joint Surg Am 2005;87(3):564-9.
ancianos para ganar mayor contacto óseo a expensas de perder 5. Dickson KF, Galland MW, Barrack RL, Neitzschman HR, Harris
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solidarizándolo con una placa de sostén en las fracturas tipo B1 and Dislocation Classification Compendium-2018. J Orthop Trauma
y B2. En las fracturas tipo B3 la osteosíntesis se torna algo más 2018;32(Suppl 1):S1-170.
8. Fracture and Dislocation Classification Compendium-2018. J Orthop
compleja, ya que muchas veces el punto de introducción del Trauma 2018;32. Disponible en: https://www2.aofoundation.org/
tornillo anteroposterior corresponde a la superficie articular de AOFileServerSurgery/MyPortalFiles?FilePath=/Surgery/en/_docs/
la rodilla. Es conveniente la utilización de tornillos que permi- AOOTA%20Classification%20Compendium%202018.pdf.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 211

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212 Parte II Rodilla

Capítulo 6.2

Fracturas de la extremidad proximal de la tibia


Iskandar Tamimi Mariño, David González de Quevedo, Juan Manuel Sánchez Siles

de baja energía, lo que pone de manifiesto la osteoporosis y las


Resumen caídas frecuentes a esta edad como causa concomitante para la
La tibia es el hueso del miembro inferior que más carga so­ complejidad de la fractura.4
porta. Su extremo proximal forma parte de la porción distal Atendiendo a la morfología de la fractura, el tipo más fre-
de la rodilla, y sirve de inserción para meniscos, tendones y cuente en todas las edades y ambos sexos es la fractura parcial-
ligamentos. Por esta razón, las fracturas que afectan a la ex­ mente articular que afecta a la porción externa del platillo tibial
tremidad proximal de la tibia se asocian frecuentemente a lateral. Por orden de incidencia, le siguen las fracturas articu-
lesiones de tejidos blandos periarticulares y pueden resultar lares completas que afectan a ambos platillos tibiales, fracturas
en una artrosis postraumática. El tratamiento de las fracturas
parcialmente articulares que afectan a la porción medial del
de la extremidad proximal de la tibia depende de múltiples
platillo y, por último, las fracturas extraarticulares.1
factores, como la estabilidad, el desplazamiento de la frac­
tura y la calidad ósea.1
Mecanismos de lesión
La morfología de la fractura depende de múltiples factores
Introducción como la edad del paciente, la energía del impacto, la posición
de la rodilla en el momento de la lesión y la dirección de la
La extremidad proximal de la tibia está conformada articular- fuerza aplicada. Todo ello, junto con la calidad ósea, determi-
mente por dos áreas claramente diferenciadas: el platillo tibial na la localización de la fractura, la dirección del trazo y el
medial y el platillo tibial lateral. El platillo tibial medial es más tamaño de los fragmentos óseos. Las fracturas de alta energía,
grueso y tiene una forma cóncava, mientras el lateral tiene una que suelen darse en pacientes más jóvenes con mayor calidad
forma convexa y es más fino. Esto provoca una distribución ósea, se producen por fuerzas de cizallamiento que ocasionan
asimétrica de la carga axial vertical soportada por la tibia, el fragmentos óseos relativamente grandes, con separación
platillo tibial medial recibe el 60% de esta.2 ­importante entre ellos.5 Además, se suelen asociar lesiones im-
En la extremidad proximal de la tibia se insertan numero- portantes de tejidos blandos, como roturas o avulsiones liga-
sos tendones y ligamentos que dejan su impronta en el hueso. mentosas, lesiones neurovasculares o síndromes compartimen-
A nivel intraarticular, se encuentra la eminencia intercon- tales. Sin embargo, en pacientes de mayor edad y con peor
dílea, que es una prominencia ósea en la que se inserta el li- calidad ósea, las fracturas se producen por mecanismos de
gamento cruzado anterior, mientras que el posterior, que baja energía.2
constituye un refuerzo capsular posterior, lo hace en la cara En función de la posición de la rodilla y la dirección de la
posterior de la tuberosidad tibial. A nivel extraarticular, en su carga se pueden describir ciertos patrones morfológicos de
porción anterior la tibia tiene su mayor prominencia ósea, la fracturas:
tuberosidad tibial anterior, en la que se inserta el tendón ro-
tuliano. En la región anterolateral presenta el tubérculo de • Carga axial intensa con rodilla en extensión: fractura bicon-
Gerdy, donde se inserta la cintilla iliotibial. En la región an- dílea con separación de los fragmentos.
teromedial se encuentra la impronta que deja la inserción del • Carga axial con rodilla en flexión importante (mayor de
ligamento colateral medial y los tendones de la pata de ganso. 60°): fractura de la columna posterior. Este patrón de frac-
A nivel posterolateral se halla la articulación tibioperonea tura se debe a que, fisiológicamente, a medida que se flexio-
proximal, que es plana y reforzada por ligamentos anteriores na la rodilla, el área de contacto tibio femoral se desplaza
y posteriores.3 hacia posterior en la meseta tibial (femoral rollback).
• Carga axial + fuerza deformante en valgo con rodilla en
Epidemiología flexión de hasta 60°: fractura del platillo tibial lateral. En
este caso, el ligamento colateral medial hace de fulcro y el
Las fracturas que afectan al platillo tibial no son infrecuentes, cóndilo femoral lateral impacta sobre el platillo tibial late-
aunque los datos epidemiológicos varían en función del país y ral, fracturándolo. Es el tipo de fractura más frecuente.
la edad de los pacientes. Presentan una distribución bimodal, • Carga axial + fuerza deformante en valgo con rodilla en
con un pico de incidencia en pacientes menores de 50 años y flexión mayor a 60° + rotación femoral lateral: fractura de
otro en los mayores de 50 años. Los varones se ven ligeramen- la columna posterolateral del platillo tibial.
te más afectados que las mujeres. Antes de los 50 años la inci- • Carga axial + fuerza deformante en varo con rodilla en fle-
dencia en hombres es mucho mayor que en mujeres, y respon- xión de hasta 60°: fractura del platillo tibial medial. El li-
den habitualmente a traumatismos de alta energía, mientras que gamento colateral lateral hace de fulcro, permitiendo la
en los pacientes mayores de 50 años la incidencia es mucho impactación del cóndilo femoral medial sobre la tibia. Se
mayor en mujeres y responden habitualmente a traumatismos trata de un mecanismo lesional menos frecuente.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 213

• Carga axial + fuerza deformante en varo con rodilla en fle- Clasificación


xión mayor a 60° + rotación femoral medial: fractura de la
columna posteromedial del platillo tibial.5 Un buen sistema de clasificación debe actuar como guía para
el tratamiento, describir el pronóstico de la lesión, facilitar la
Diagnóstico comunicación clínica y la investigación, y ser simple y repro-
ducible.
Presentación La clasificación más ampliamente adoptada por la comuni-
dad científica es la de Schatzker, con seis categorías que intentan
En las sospechas de fracturas de meseta tibial es esencial la indicar la gravedad de la lesión y su pronóstico (fig. 6‑5). La
evaluación de los tejidos blandos que rodean esta región de una principal desventaja de utilizar este sistema es que solo identifi-
­manera completa y circunferencial, además de una exploración ca la fractura en el plano frontal o coronal, si bien se puede infe-
neurovascular minuciosa y descartar un posible síndrome com- rir tridimensionalmente tras realizar los estudios mediante TC.9
partimental. En cualquier caso, es típica la intensa tumefacción Ulteriormente se propuso una nueva clasificación por Luo
de la rodilla. De practicarse una artrocentesis revelaría un he- et al., basada en el estudio con TC, introduciendo el concep-
martros franco o bien la presencia de gotas de grasa en el líqui- to de las tres columnas (los pilares anatómicos) en el t­ ratamiento
do sinovial.6,7 de estas fracturas: medial, lateral y posterior (fig. 6‑6). Esta
También es importante tener en cuenta las posibles lesiones clasificación complementa a la tradicional de Schatzker en el
asociadas de estas fracturas: diagnóstico de las lesiones de la columna posterior.10
Por último, otra clasificación útil pero no tan ampliamente
• Síndrome compartimental agudo, ya referido: llega a estar utilizada es la AO/OTA (fig. 6‑7), aunque importante con obje-
presente hasta en el 18% de las fracturas con afectación tivos de auditoría e inclusión en grandes bases de datos.11
metafisaria y en el 53% de las fracturas-luxaciones de la
meseta tibial medial.
• Lesión meniscal (hasta el 50%): la lesión del menisco me- Tratamiento de las fracturas
dial se asocia con fracturas de la meseta medial y la lesión de la meseta tibial
del menisco lateral con fracturas de la meseta externa.
• Lesiones ligamentosas (hasta el 30%): la lesión del liga- Los objetivos del tratamiento de las fracturas de la meseta tibial
mento cruzado anterior se relaciona con la fractura del mar- son los siguientes:3,12
gen posterior del platillo tibial lateral. La lesión del liga-
mento colateral medial se relaciona con fracturas cuyo • Obtener una articulación estable.
vector de producción es vertical. • Preservar una alineación aceptable (3-5° de valgo y 5-7° de
• La afectación del nervio peroneo es la lesión nerviosa más inclinación posterior).
frecuente (1%) y suele estar asociada a lesiones del com- • Conservar un soporte óseo adecuado en platillos tibiales.
plejo posterolateral. • Conseguir una articulación indolora y móvil.
• Reducir el riesgo de artrosis postraumática.
Pruebas de imagen
Tratamiento general
La radiografía simple sigue siendo la evaluación inicial median-
te imágenes para un paciente con sospecha de fractura de me- El edema y la inflamación asociados al traumatismo inicial
seta tibial. Las radiografías estándares anteroposterior y lateral pueden alterar el retorno venoso, causar hipoxia cutánea y, por
tienen una sensibilidad del 79%, y para las fracturas de la me- lo tanto, agravar el daño a tejidos blandos. Esto favorece la
seta lateral aumenta hasta el 85% si se añade una proyección formación de flictenas y hasta necrosis muscular. Por lo tanto,
oblicua. Las fracturas de la meseta medial suelen detectarse con en las fases iniciales del tratamiento se debe prevenir un mayor
facilidad en la radiología simple, ya que suelen presentarse en deterioro de los tejidos blandos. Esto se puede lograr mediante
pacientes jóvenes tras traumatismo de alta energía. Sin embar- la inmovilización (con fijación externa, inmovilizadores o fé-
go, las fracturas de la meseta lateral, sobre todo las asociadas rulas) y crioterapia. También se recomienda seguir un trata-
a mecanismos de baja energía en el paciente anciano, pueden miento secuencial con una fijación externa inicial, sobre todo
pasar desapercibidas en el estudio radiológico simple.8 en fracturas complejas de alta energía con inestabilidad axial,13
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Actualmente, el uso de la tomografía computarizada (TC) al menos hasta pasar el riesgo de necrosis cutánea.
desempeña un papel fundamental en identificar y comprender
el patrón de la fractura y cuantificar la magnitud de la depresión Tratamiento conservador
articular con el objetivo de planificar la cirugía, además de ser
útil para identificar lesiones vasculares. Se puede afirmar que El tratamiento conservador está indicado sobre todo en fracturas
actualmente a toda fractura de la meseta tibial, por muy simple de baja energía del platillo tibial lateral. Si la fractura es estable,
que parezca, se le debe practicar una TC, dado que fracturas se puede optar por la aplicación de una ortesis articulada, descar-
aparentemente simples en estudios radiográficos, se observa ga del miembro afectado durante un período de 8-12 semanas y
que no lo son cuando se realiza esta prueba.8 movilización precoz. En fracturas con cierta inestabilidad se
El papel de la resonancia magnética (RM) se limita a iden- puede inmovilizar la articulación con una férula de yeso o un
tificar las lesiones meniscales, ligamentosas, osteocondrales y yeso cerrado durante 4-6 semanas, seguido de una ortesis articu-
de tejidos blandos asociadas a este tipo de fracturas.8 lada, manteniendo la descarga durante 8-12 semanas.12,14

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Tipo I: separación Tipo II: separación-hundimiento Tipo III: hundimiento


de la meseta lateral de la meseta lateral de la meseta lateral

Tipo IV: fractura Tipo V: fractura Tipo VI: fractura bicondílea


de la meseta medial de la meseta bicondílea con disociación
metafisiodiafisaria
Figura 6‑5 Clasificación de Schatzker.

En caso de fracturas conminutas y desplazadas se puede


utilizar una tracción esquelética (supramaleolar o calcánea
de entre 4 y 8 kg, dependiendo del peso del paciente) duran- A
te 3-4 semanas, con el fin de reducir los fragmentos con-
díleos mediante ligamentotaxis, para ver si los fragmentos
articulares impactados se pueden reducir con esta técni-
ca.12,14,15
Por lo tanto, el objetivo del tratamiento conservador en
fracturas desplazadas es preservar la alineación axial y la mo-
vilidad de la rodilla.

Indicaciones del tratamiento conservador


Las indicaciones del tratamiento conservador3,12,14 son las si- C D
guientes:

• Fracturas no desplazadas o incompletas.


• Fracturas mínimamente desplazadas con escalones articu- B
lares < 2-3 mm.
• Pacientes no deambulantes. Figura 6‑6 Clasificación de Luo et al. Se definen tres columnas tra-
• Pacientes con enfermedades graves asociadas (p. ej., neu- zando una línea desde la tuberosidad tibial anterior al surco tibial posterior
rológicas y cardiovasculares). (AB) y dos líneas desde el margen anterior del peroné (C) y el margen
• Fracturas infectadas. posteromedial de la tibia (D) al centro de la rodilla. Columna lateral (AD),
• Osteoporosis grave. columna medial (AC) y columna posterior (CD).

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 215

Tipo B: fractura articular parcial

B1: separación B2: hundimiento B3: separación-hundimiento

Tipo C: fractura articular completa

C1: articular simple, C2: articular simple, C3: articular conminuta


metafisaria simple metafisaria conminuta
Figura 6‑7 Clasificación AO.

Tratamiento quirúrgico cación quirúrgica es fundamental interpretar adecuadamente


las pruebas de imagen.
Las indicaciones de la cirugía y las técnicas quirúrgicas em- En caso de fracturas abiertas, presencia de un síndrome com-
pleadas dependen del tipo de fractura, la localización de esta, partimental o lesión vascular aguda la cirugía debe ser urgente.12
el grado de desplazamiento y el estado de los tejidos blandos, En la figura 6‑8 se muestran varios ejemplos de tratamien-
además de la edad y actividad de los pacientes. Para la planifi- tos quirúrgicos.
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Fractura tipo II tratada Fractura tipo II tratada Fractura tipo V tratada Fractura tipo VI tratada
con tornillos canulados con placa lateral con doble placa con fijador externo híbrido
e injerto óseo
Figura 6‑8 Tratamientos quirúrgicos.

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216 Parte II Rodilla

Indicaciones generales del tratamiento quirúrgico quieren, ulteriormente, una artroplastia de rodillas. En un
Las indicaciones generales del tratamiento quirúrgico 3,14
son las estudio reciente,6 en el que se analizó el tratamiento de fractu-
siguientes: ras tipo IV, V y VI de Schatzker, la fijación externa hibrida se
mostró superior a la osteosíntesis, y se asociaba a mejores re-
• Fracturas con una depresión de la superficie articular sultados funcionales, y menores tasas de infección y tiempo de
> 2-3 mm o una separación > 2-3 mm. hospitalización, sin embargo otros autores han encontrado re-
• Presencia de inestabilidades en varo o valgo > 10° con la sultados opuestos.3,12
rodilla en extensión.
• Fracturas del platillo medial y las que afecten a ambos pla- Papel de la artroscopia
tillos. Se puede utilizar para valorar el estado de meniscos, ligamentos
• Fracturas abiertas, presencia de un síndrome compartimen- cruzados y superficie articular. También se puede utilizar para
tal o lesión vascular aguda (indicaciones absolutas). la evacuación de cuerpos libres, meniscectomías y realizar re-
ducciones asistidas.12,14
Métodos de tratamiento quirúrgico
Tornillos percutáneos Vías de abordaje
Están indicados en fracturas tipo I-IV de Schatzker, con una
calidad ósea aceptable y sin conminución en el vértice distal Las vías de abordaje deben respetar los tejidos blandos y evitar
de la fractura. Se puede realizar una reducción bajo radios- disecciones extensas que pueden desvitalizar los tejidos y pro-
copia y una fijación con tornillos canulados para hueso es- vocar necrosis cutáneas, sobre todo en traumatismos de alta
ponjoso de 6,5-7,0 mm, con arandela, posicionándolos en la energía. En fracturas tipo V y VI de Schatzker es preferible usar
parte proximal de la epífisis. También conviene posicionar dos incisiones a una sola por la línea media.
otro tornillo en el vértice distal de la fractura para que añada
estabilidad mecánica a la fijación. En caso de hundimiento Abordaje anterolateral
de la superficie articular se puede abrir una ventana ósea e
insertar injerto óseo autólogo, preferentemente, alogénico o Esta indicado en las fracturas tipo I, II y III de Schatzker para
sintético.3,12 exponer la columna lateral. La incisión se extiende desde el
borde lateral de la tibia a 2 cm de la cresta tibial, y se curva
Reducción abierta y fijación interna sobre el tubérculo de Gerdy en forma de palo de hockey. La
Consiste en la reducción y fijación con una o dos placas blo- incisión se extiende a nivel proximal sobre el cóndilo femoral
queadas. Está indicada en fracturas tipo I a IV de Schatzker con externo. Se efectúa una sección de la cintilla iliotibial en la
desplazamiento significativo, en hueso osteoporótico, en una dirección de sus fibras hasta el tubérculo de Gerdy. Se puede
inestabilidad en varo/valgo, o conminución del vértice distal de realizar una incisión submeniscal para visualizar la superficie
la fractura. En estos casos los tornillos percutáneos no propor- articular.14,16
cionan la estabilidad suficiente para mantener la reducción. Las
placas se deben posicionar sobre la columna lateral en las frac- Abordaje medial
turas tipo I-III, o sobre la columna medial o posteromedial en
las tipo IV.12,14 En este caso las placas aplican un concepto de Esta indicado en las fracturas tipo IV de Schatzker y en fractu-
sostén sobre la tuberosidad, prolongándose en neutralización ras tipo V y VI que requieran un doble abordaje, por lo que,
sobre la diáfisis. para este propósito, se suele combinar con el abordaje antero-
En caso de fracturas tipo V y VI de Schatzker con un estado lateral. La incisión bordea la porción proximal de la tibia y se
aceptable de los tejidos blandos se puede optar por una fijación retrae la pata de ganso para visualizar la columna medial. Este
con dos placas paralelas, o con una placa lateral y tornillos abordaje también se puede extender distalmente.3,16
canulados mediales. El uso de ligamentotaxis es útil para fa­
cilitar la reducción y fijación de estas fracturas, aunque los Abordaje posteromedial
fragmentos intraarticulares, muy frecuentes en estos tipos
de fractura, hay que reducirlos directamente.3,10,14 Está indicado en fracturas tipo IV, V y VI con afectación de
En los últimos años ha surgido el concepto de fijación de columna posterior. Con la rodilla en ligera flexión, se realiza
las tres columnas en el tratamiento de fracturas de meseta tibial una incisión desde el epicóndilo medial al borde posteromedial
complejas combinando un abordaje anterolateral con uno pos- de la tibia. Se identifica la pata de ganso y se busca el plano
terior. Este método puede ser especialmente útil en el trata- entre la pata de ganso a nivel anterior y el gemelo medial a
miento de fracturas multiplanares con afectación de la columna nivel posterior para exponer así el borde posteromedial de la
posterior, y parece ser seguro y efectivo.10 tibia.16

Fijación externa Abordaje posterolateral


La técnica de Ilizarov asociada a tornillos percutáneos se suele
indicar en fracturas tipo V y VI de Schatzker con una afectación Se puede utilizar en fracturas aisladas de la columna postero-
importante de los tejidos blandos, y en fracturas abiertas o muy lateral. Se realiza una incisión en L sobre el borde posterolate-
conminutas en las que la osteosíntesis no es posible. Esta téc- ral de rodilla. Se identifica y se protege el nervio peroneo co-
nica, sin embargo, se asocia a una incidencia elevada de con- mún. Luego se realiza una disección profunda y retracción del
solidación en mala posición, por lo que en muchos casos re- gemelo externo. Finalmente se realiza una disección subperiós-

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 217

tica del sóleo, con lo que se obtiene una exposición completa pseudoartrosis de la meseta tibial son relativamente raras, más
de la columna posterolateral.17 comunes en fracturas con alto grado de conminución, fijaciones
deficientes, infecciones y en fracturas tipo VI de Schatzker. Se
Complicaciones ha descrito que la incidencia de pseudoartrosis en fracturas gra-
ves de la meseta tibial es del 4%.6,18
Rigidez de la rodilla
Conclusiones
Se cree que puede deberse a un daño del retináculo extensor y
artrofibrosis como consecuencia del traumatismo inicial o el La complejidad de las fracturas de la meseta tibial puede variar
abordaje quirúrgico. La inmovilización prolongada más de considerablemente dependiendo del mecanismo de la lesión y
3-4 semanas también puede resultar en distintos grados de ri- de la calidad ósea. Una adecuada clasificación, planificación
gidez permanente. Esta parece estar relacionada con la comple- quirúrgica y rehabilitación son fundamentales para garantizar
jidad de la fractura y el número de implantes empleados en su un buen resultado final y evitar posibles complicaciones.
fijación. Una flexión inferior a 90° a las 8-10 semanas de la
intervención en pacientes fisiológicamente jóvenes es una in-
dicación de artrolisis y manipulación bajo anestesia.12,18 Bibliografía
1. Elsoe R, Larsen P, Nielsen NPH, Swenne J, Rasmussen S, Ost-
Infecciones gaard SE. Population-Based Epidemiology of Tibial Plateau Fractu-
res. Orthopedics 2015;38(9):e780-6.
Son relativamente comunes y pueden tener consecuencias po- 2. Buckley RE, Moran CG, Apivatthakakul T, AO Foundation. AO prin-
tencialmente catastróficas. El estado de la piel en el momento ciples of fracture management, 3rd ed. Stuttgart: Thieme; 2017.
3. Mark D. Miller, Stephen R. Thompson. Miller’s Review of Orthopae-
de la intervención, y la manipulación de los tejidos blandos dics, 8th ed. Philadelphia: Elsevier; 2019.
durante la intervención pueden contribuir al riesgo de infección. 4. Court-Brown CM, Caesar B. Epidemiology of adult fractures: A re-
La incidencia de infecciones en las fracturas de meseta tibial view. Injury 2006;37(8):691-7.
varía del 13 al 87,5% dependiendo del tipo de fractura y tipo 5. Díaz Allende P, Scheu Gonçalves M, Carredano González X, Colme-
nares Sandoval O, Yáñez Lagos C, Donoso Martínez R, et al. Prin-
de tratamiento. En caso de dehiscencia de la herida quirúrgica cipios quirúrgicos en fracturas de platillos tibiales con compromiso
o exudación se recomienda lavado y desbridamiento agresivo. de columna posterior. Rev Chil Ortop Traumatol 2018;59(1):022-34.
La rodilla también se debe lavar para evitar una posible artritis 6. Mthethwa J, Chikate A. A review of the management of tibial plateau
séptica. En caso de infección, el material de osteosíntesis se fractures. Musculoskelet Surg 2018;102(2):119-27.
debe mantener si aporta estabilidad; en caso contrario debe ser 7. Prat-Fabregat S, Camacho-Carrasco P. Treatment strategy for tibial
plateau fractures: an update. EFORT Open Rev 2016;1(5):225-32.
extraído.12,18 8. Fields KB. Proximal tibial fractures in adults. UpToDate; 2020. Dis-
ponible en: https://www.uptodate.com/contents/proximal-tibial-frac-
tures-in-adults.
Artrosis postraumática 9. Kfuri M, Schatzker J. Revisiting the Schatzker classification of tibial
plateau fractures. Injury 2018;49(12):2252-63.
El impacto inicial puede resultar en daños irreversibles en el 10. Luo CF, Sun H, Zhang B, Zeng BF. Three-column fixation for com-
cartílago y, consecuentemente en el metabolismo de los con- plex tibial plateau fractures. J Orthop Trauma 2010;24(11):683-92.
drocitos y la matriz de proteoglicanos, afectando la capacidad 11. Gicquel T, Najihi N, Vendeuvre T, Teyssedou S, Gayet LE, Huten D.
regenerativa articular. La incongruencia articular e inestabili- Tibial plateau fractures: Reproducibility of three classifications
dades causadas por el traumatismo también pueden alterar la (Schatzker, AO, Duparc) and a revised Duparc classification. Orthop
Trauma Surg Res 2013;99(7):805-16.
cinemática de la rodilla y resultar en artrosis postraumática. Se 12. Heckman JD, McKee M, McQueen MM. Rockwood and Green’s
puede observar hasta en un 44% de estas fracturas. En pacien- Fractures in Adults, Vol. 2, 9th ed. Philadelphia: Lippincott Williams
tes relativamente jóvenes con artrosis unicompartimentales se and Wilkins; 2019.
puede optar por osteotomías correctoras. En individuos de ma- 13. Prat-Fabregat S, Camacho-Carrasco P. Treatment strategy for tibial
yor edad puede estar indicada la artroplastia de rodilla.18 plateau fractures: an update. EFORT Open Rev 2016;1(5):225-32.
14. Delgado Martínez A. Cirugía Ortopédica y Traumatología. Madrid:
Editorial Médica Panamericana; 2018.
Pseudoartrosis y consolidación 15. Obey MR, Berkes MB, McAndrew CM, Miller AN. Lower-Extre-
mity Skeletal Traction Following Orthopaedic Trauma: Indications,
en mala posición Techniques, and Evidence. JBJS Rev 2019;7(11):e4.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

16. Kerschbaumer F, Weise K, Joachim Wirth C, Vaccaro AR. Operative


La consolidación en mala posición puede surgir como conse- Approaches in Orthopedic Surgery and Traumatology. En: Opera-
cuencia de una mala reducción de la fractura o por un colapso tive Approaches in Orthopedic Surgery and Traumatology, 2nd ed.
tardío de la misma. La planificación preoperatoria y la adecua- New York: Thieme Publishing Group; 2015.
da reducción de la fractura pueden reducir la incidencia de es- 17. Lin KC, Tarng YW, Lin GY, Yang SW, Hsu CJ, Renn JH. Prone and
ta complicación. En el caso de una alteración significativa del direct posterior approach for management of posterior column tibial
plateau fractures. Orthop Traumatol Surg Res 2015;101(4):477-82.
eje mecánico está indicada una osteotomía correctora. El trata- 18. Papagelopoulos PJ, Partsinevelos AA, Themistocleous GS, Mavro-
miento de una consolidación en mala posición en pacientes de genis AF, Korres DS, Soucacos PN. Complications after tibia plateau
mayor edad suele ser mediante una artroplastia de rodilla. Las fracture surgery. Injury 2006;37(6):475-84.

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218 Parte II Rodilla

Capítulo 6.3

Fracturas periprotésicas de la rodilla


Enrique Gómez Barrena, Carlos Kalbakdij Sánchez

del implante y el cambio de módulo de elasticidad de la pró-


Resumen tesis al hueso.5
Las fracturas periprotésicas de rodilla ocurren con mayor fre­ La gravedad de las fracturas periprótesicas de la rodilla no
cuencia alrededor del fémur distal, y menos frecuentemente debe ser subestimada. Además de la morbilidad asociada a la
en rótula y tibia. Se están incrementando debido al mayor descompensación del paciente frágil, se ha observado una pre-
número de artroplastias de rodilla implantadas y al aumento ocupante tasa de reintervención (del 20% en 2 años en fracturas
de esperanza de vida y la fragilidad de la población recep­ periprotésicas del fémur distal)6 y una considerable mortalidad
tora. Son lesiones graves, con alta tasa de reintervención y (cifrada en el 3,3% de exitus a 30 días y el 13,3% al año).6
mortalidad en el primer año, y su manejo supone un reto Aunque muchas series no diferencian las fracturas periprotési-
para el cirujano ortopédico.
cas de fémur proximal o distal,7,8 la mortalidad de fractura pe-
La valoración integral de estos pacientes, incluyendo los
factores de riesgo de fractura periprotésica, el reconocimien­
riprotésica de fémur se sitúa repetidamente entre el 10 y el 20%
to de los patrones de fractura y la viabilidad de los compo­ al año, y el 80% de las muertes se produce en 3 meses. De
nentes protésicos, nos permitirá seleccionar el mejor trata­ hecho, se considera una lesión de mortalidad similar o incluso
miento en cada caso. Este ha variado desde el tratamiento mayor que la fractura de cadera del anciano.9 En alguna serie,10
conservador, hoy reservado para fracturas mínimamente el riesgo de mortalidad asociado a las FPR llega al 34,7%, por
desplazadas en pacientes con riesgo quirúrgico elevado, a la lo que el control del riesgo quirúrgico es importante para dis-
osteosíntesis mediante placas o enclavados, y finalmente el minuir la mortalidad perioperatoria y mejorar el pronóstico.
recambio protésico. La epidemiología de las fracturas periprotésicas de rodilla,
Este capítulo pretende exponer la epidemiología y los incluyendo el tipo de paciente y los factores de riesgo, la loca-
factores de riesgo de estas fracturas, seguidos de su clasifica­ lización de la fractura, que sustancia diferentes clasificaciones,
ción y las alternativas de tratamiento. La evolución del trata­ y los diferentes tratamientos disponibles se expondrán en este
miento actual, fundamentalmente quirúrgico, ha exigido capítulo, que ofrece recomendaciones basadas en el conoci-
nuevas clasificaciones para ajustar las indicaciones de osteo­
miento actual.
síntesis y el recambio protésico según el tipo de fractura y de
paciente más adecuados. El gran reto es recuperar la función
de estos pacientes y disminuir las complicaciones y la mor­ Epidemiología
talidad derivadas de estas fracturas.
Incidencia
La incidencia de fracturas periprotésicas de rodilla se ha esti-
Introducción mado clásicamente en el entorno del 2,5%.5,11 La incidencia
evaluada en bases de datos regionales en el Reino Unido entre
Las fracturas periprotésicas de rodilla (FPR) son las que ocurren 1997 y 2008 se cifró en el 0,6% tras la prótesis primaria total
en el entorno de un implante protésico de rodilla. Aunque esta de rodilla (PTR) y en el 1,7% tras la prótesis de revisión.12 Una
definición es poco precisa, es la presencia del implante la que gran serie de EE. UU. entre 1989 y 2008 comunica un 1,1%
condiciona la fractura y su tratamiento, por lo que definir una tras PTR primaria y 2,5% tras prótesis de revisión.4 Datos más
distancia a la interlínea o al vástago, como también se ha suge- recientes en ese país confirman una tasa de fracturas periproté-
rido en alguna temprana clasificación,1 puede dejar de conside- sicas tratadas quirúrgicamente (nuevos casos anuales) en el
rar algunas fracturas influidas por prótesis de diferentes mode- miembro inferior (cadera y rodilla) de 1,65 casos/100.000 ha-
los y tipos. bitantes, relativamente estable entre 2006 y 2015.13 En general,
Las FPR han sido consideradas fracturas poco frecuentes, es difícil establecer una incidencia fiable, en parte porque algu-
pero se detectan en las dos últimas décadas algunos factores nas fracturas no se detectan y en parte porque algunas se ma-
que están impulsando un crecimiento de la incidencia. En nejan conservadoramente, si no se produce desplazamiento y
primer lugar, se ha incrementado la implantación de prótesis afectación funcional significativa, con lo que su detección en
de rodilla en muchos países,2 aun con variaciones regionales, bases de datos de procedimientos quirúrgicos puede estar sub-
como se ha observado en España.3 En segundo lugar, el au- estimada.
mento de esperanza de vida en la población general también Las mujeres, particularmente de más de 70 años, son las
supone que los pacientes portadores de prótesis de rodilla más afectadas por FPR.12 Estudiando el género en las fracturas
tienen más años de vida con su prótesis. Por ello, es impor- periprotésicas del miembro inferior, un 80% de las FPR ocu-
tante el estudio de los factores de riesgo de fractura peripró- rren en mujeres, mientras que en cadera las mujeres represen-
tesica asociados a edades más avanzadas.4 Y en tercer lugar, tan un 66%.14 En nuestro medio,15 el género femenino asocia
la distribución de tensiones mecánicas en el fémur, la tibia y más de seis veces el riesgo de sufrir una FPR respecto al mas-
la rótula se ve alterada por la técnica quirúrgica, la fijación culino (odds ratio [OR] = 7,6). La asociación del género feme-

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 219

nino en edad avanzada con la FPR se ha achacado clásicamen- tervención tras tratamiento de la FPR también puede minimi-
te a la frecuencia de osteoporosis en ese grupo de población, zarse con fijaciones más amplias y con artroplastias de revi-
pero también a la posible osteopenia por desuso en pacientes sión.8 Por ello, los factores de riesgo deben contemplarse
portadores de PTR.16 Sin embargo, hasta recientemente no se también a lo largo del tratamiento.
ha llegado a demostrar una disminución de la densidad mineral
ósea (BMD, bone mineral density) del 15% en los 6 primeros Factores de riesgo intrínsecos
meses tras recibir una PTR, pérdida ósea que se mantiene a los Como se ha indicado, tanto la edad (mayor de 70 años),12 como
24 meses17 y que puede relacionarse con la susceptibilidad a la el género (femenino)14 aumentan el riesgo de FPR. Se han in-
FPR. vocado también la obesidad, la artritis reumatoide, las enfer-
Las fracturas periprotésicas pueden ocurrir de forma in- medades neurológicas (epilepsia, demencia, Parkinson, polio-
traoperatoria o postoperatoria durante el seguimiento. Las frac- mielitis, miastenia gravis, parálisis cerebral), el tratamiento
turas intraoperatorias son a veces difíciles de detectar en la crónico con corticoides y otros problemas médicos.
cirugía y la radiología posterior, con lo que pueden existir frac- Tanto es así que, en pacientes portadores de una PTR, la
turas ocultas que no se contabilicen. En cualquier caso, se ha fragilidad del paciente, cuantificada mediante el índice de fra-
comunicado una incidencia de fractura intraoperatoria que va- gilidad (IF), se ha asociado a mayores riesgos de fractura.24 El
ría entre el 0,3818 y el 1,2%.19 En la tibia son frecuentes en al- riesgo de sufrir una fractura periprotésica es cuatro veces ma-
gunas series y se han descrito como cracks verticales, con es- yor en el paciente frágil a los 90 días de recibir una prótesis de
caso desplazamiento, en el proceso de impactación del rodilla tras ajustar por edad, y es nueve veces mayor el riesgo
componente tibial.19 En el fémur predominan las avulsiones y de muerte.24 En una cohorte de más de 9.000 pacientes, el co-
las fracturas del cóndilo femoral medial, asociadas al abordaje, ciente de riesgos (hazard ratio) de fractura periprotésica fue de
la prueba de componentes o la impactación.18 La fijación me- 3,03 al año de recibir una prótesis de rodilla. Sin embargo, no
diante tornillos de la fractura durante la cirugía, particularmen- se cuenta con datos a largo plazo.
te si se observa desplazamiento, suele llevar a la curación sin Aunque la osteoporosis se ha relacionado con las FPR, fal-
consecuencias, aunque la carga inicial puede verse restringida, tan estudios poblacionales en este sentido, salvo para la dismi-
y un estudio18 llega a comunicar hasta un 20% de recambios en nución en densidad mineral ósea periprotésica tras implantar
menos de 3 años en estos casos. una PTR.17 En nuestro entorno también se ha demostrado la
Las fracturas producidas en el seguimiento son las que ha- asociación entre osteopenia radiológica y FPR.25
bitualmente se estudian como FPR. Pueden afectar al fémur Una disminuida actividad funcional y una menor vitalidad
distal, a la tibia y a la rótula. Más frecuentes y más estudiadas, del paciente, medidas antes de la implantación de la prótesis de
las fracturas del fémur distal han recibido gran atención a la rodilla mediante SF-36, también predicen significativamente la
hora de plantear diferentes tratamientos. Su incidencia se ha fractura periprotésica.26 En nuestro medio no se confirmó que
estimado clásicamente entre el 0,3 y el 2,5%.5 Series más re- un índice de masa corporal (IMC) por encima de 30 kg/m2,
cientes ajustan esta incidencia a un 0,42%,20 pero puede variar controlado por edad, tuviera influencia en las FPR,27 pero sí se
según el volumen de PTR y la metodología de recogida de han observado otros factores, además del género femenino,
datos. La incidencia de las fracturas de tibia proximal se comu- como la demencia y alteraciones motoras como la enfermedad
nicaba entre el 0,421 y el 1,7% entre 1988 y 1999,5 y se refiere de Parkinson.15
a series antiguas. Por tanto, se concluye que, siendo infrecuen-
tes las fracturas periprotésicas de tibia y estudiadas en cortas Factores de riesgo extrínsecos
series retrospectivas, su incidencia es estimada y posiblemente La mecánica y los factores predisponentes varían entre el fémur
desfasada. Finalmente, las fracturas periprotésicas de rótula distal, la tibia y la rótula. Se han considerado como factores de
son también raras, se han detectado en el 0,68% de las artro- riesgo, algunos de ellos modificables, tanto la técnica quirúrgi-
plastias de rodilla,22 más frecuentes entre varones (1 frente a ca como las condiciones del hueso receptor, o el tipo y la fijación
0,4% en mujeres), y después de una cirugía de revisión. Una del implante protésico.
revisión sistemática de 2007 concretó en el 1,19% las fracturas En general, los elevadores de tensiones (orificios previos,
rotulianas tras PTR, de origen no traumático, con clara corre- defectos óseos, presencia de otros implantes) pueden propagar
lación con la resuperficialización de la rótula,23 pero también una fractura de baja energía, sobre todo en presencia de fuer-
son insuficientes los datos disponibles para una clara compren- zas axiales o torsionales. Esto puede ocurrir tanto en fémur
sión del problema. como en tibia, y ocasionar fractura intraoperatoria o en el se-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

guimiento.
Factores de riesgo En el fémur distal, el sobrecorte anterior (notching) se
considera teóricamente un elevador de tensiones y un debili-
Los factores de riesgo que predisponen a FPR incluyen aspec- tador del fémur distal. Se recomienda evitar el apoyo directo
tos intrínsecos, tanto epidemiológicos como por enfermedades del componente femoral en la transición sobrecorte-cortical
asociadas, y aspectos extrínsecos, fundamentalmente quirúrgi- anterior, pero se han publicado estudios que niegan una aso-
cos. Algunos no son modificables, mientras que otros, en par- ciación clínica entre este sobrecorte y la fractura de fémur
ticular los aspectos técnicos, puede ser evitables o controlables. distal.28,29 También en nuestro país se ha evaluado en estudios
El control de los factores de riesgo mediante una adecuada retrospectivos casos-control.15,30 Si bien la tasa de fracturas
planificación y selección del paciente puede tener influencia en fue similar en la serie con y sin sobrecorte en uno de estos
la disminución de las FPR, pero también en la selección de su estudios,30 en otro se observa siete veces más fracturas
tratamiento y su supervivencia.10 Así mismo, el riesgo de rein- (OR = 8,6) en el grupo de rodillas que presentaban sobrecor-

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220 Parte II Rodilla

te.15 Este aumento de riesgo también se ha observado en otra


serie reciente, con OR = 17,31 por lo que existe debate sobre Tabla 6‑1 Clasificación de Rorabeck y Taylor
la influencia de esta eventualidad quirúrgica. En este sentido, para fracturas periprotésicas femorales
hay que considerar que no afectará de la misma manera un
sobrecorte limitado que profundo, y que, en cualquier caso, Tipo Fractura Prótesis
debería evitarse el sobrecorte en la implantación de la rodilla
I No desplazada Intacta
primaria, ya que estudios biomecánicos han demostrado que
un sobrecorte de 3 mm disminuye la resistencia a la flexión II Desplazada Intacta
del fémur distal en un 18% y la resistencia a la torsión en un III No desplazada o desplazada Aflojada
39%.32 También se ha discutido si la incorporación o no de
autoinjerto para taponar el canal medular del fémur podía va-
riar la tasa de FPR y no se han visto diferencias significati-
vas.20 Otros aspectos que también se han considerado inclu- En las fracturas de fémur distal es donde más clasificacio-
yen el mal posicionamiento del componente, la porosis nes se han propuesto,1,49-58 desde la inicial de Neer en 196754 en
periimplante, un cajón intercondíleo excesivo, y la osteolisis tres grupos (I, impactada o mínimamente desplazada; II, des-
y el aflojamiento. Pero las series son cortas y es difícil inves- plazada; III, conminuta) y la muy utilizada de Rorabeck y
tigar el papel de estos aspectos concretos.20,33-38 Taylor59 (tabla 6‑1), también en tres grupos (I, no desplazada y
En la tibia también se han considerado el mal alineamiento, prótesis fija; II, desplazada y prótesis fija; III, desplazada o no
la osteotomía de la tuberosidad o la osteolisis y el aflojamien- con prótesis aflojada;). En general, diferencian dos o tres gru-
to. Pero tampoco existe confirmación del papel de cada uno de pos según la localización, el desplazamiento y/o el aflojamien-
estos factores, dado que las series comunicadas son todavía to del componente femoral. Kim et al.52 incluyen la calidad de
más limitadas.39-43 hueso, y Backstein et al.49 diferencian si es o no viable el en-
En la rótula, los aspectos que parecen relacionarse con las clavado intramedular retrógrado.
fracturas periprotésicas incluyen el aflojamiento de rótula has- En las fracturas de rótula, el criterio predominante es el
ta en un 50% de las fracturas en algunas series,23 un exceso de estado del aparato extensor de la rodilla. De manera similar al
resección ósea, el mal posicionamiento del implante, un mal fémur y la tibia, el aflojamiento del implante y el remanente
deslizamiento rotuliano, un implante no cementado o una ex- óseo tienen implicación en la decisión del tratamiento y en
cesiva liberación con devascularización de la rótula. De la mis- el pronóstico. Clásicamente, la clasificación de Ortiguera y
ma manera que en otras localizaciones, el número de casos es ­Berry,22 elaborada sobre una serie de 85 fracturas, ha sido la
limitado para confirmar la influencia de muchos de los factores más utilizada (tabla 6‑2).
de riesgo mencionados.22,23,44-47 En las fracturas de tibia proximal ha destacado la clasifica-
El diseño de la prótesis parece condicionar también la pre- ción de Felix et al.21 (tabla 6‑3), elaborada sobre 102 fracturas,
sencia de una FPR. Las prótesis de revisión asocian más riesgo con criterios básicos también mencionados en fémur y rótula
de fractura, tanto intra- como postoperatoriamente,12 aunque (localización, aflojamiento o no del implante). Sin embargo, los
simplemente el hueso escleroso, frecuentemente presente en el avances en el tratamiento pueden llevar a reconsiderar estos
recambio de rodilla, pudiera justificar la fractura por sí solo. criterios.
El caso de la prótesis estabilizada posterior (PS), con caje- En este sentido, se han planteado clasificaciones más siste-
tín intercondíleo y con vástago tibial, ha sido también invocado máticas que abarcan fémur, tibia y rótula, y que están ganando
por su mayor riesgo de fractura periprotésica femoral y tibial, aceptación debido a los cambios en la indicación y la técnica
pero se ha considerado sobre todo para las fracturas intraope- de tratamiento. Destaca la aplicación de una clasificación más
ratorias.19 unificada (Unified Classification System [UCS]) de Duncan y
La utilización de vástagos tiene un efecto mecánico protec- Haddad,57 siguiendo los criterios AO/OTA,60 donde la localiza-
tor de fracturas periprotésicas, y estudios biomecánicos me- ción de la fractura implica al hueso que soporta al implante o
diante elementos finitos han demostrado que los vástagos cor- bien a distancia, la estabilidad de los componentes se valora
tos, medios y largos reducen las tensiones un 11, un 26 y un para aclarar si la fijación del implante es estable antes y des-
29% respectivamente,48 lo que puede ser de utilidad en pacien- pués de la fractura, y la reserva y resistencia óseas son suficien-
tes con marcada osteoporosis.

Clasificación Tabla 6‑2 Clasificación de Ortiguera y Berry


Se han definido numerosas clasificaciones conforme se comu- para fracturas periprotésicas rotulianas
nicaban series de fracturas periprotésicas del fémur distal, de
Aparato Remanente
la tibia proximal o de la rótula. Aunque repasaremos las más
Tipo extensor Implante óseo
importantes, debe tenerse en cuenta que la utilidad de una cla-
sificación es su ayuda en la selección del tratamiento y en el I Intacto Estable Bueno
pronóstico. Algunas clasificaciones clásicas no orientan el tra- II Lesionado Estable Bueno
tamiento con criterios actuales y, por tanto, su utilidad es ahora
IIIA Intacto Aflojado Bueno
limitada. Otras se diseñaron pensando en el tratamiento con-
servador como primera opción en la FPR, con lo que su actual IIIB Intacto Aflojado Insuficiente
vigencia es dudosa.

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chos casos mediante el tratamiento quirúrgico, que permite


Tabla 6‑3 Clasificación de Felix et al. recuperar la funcionalidad del miembro afectado antes y de
para fracturas periprotésicas tibiales forma predecible.

Tipo Localización Subcategoría Tratamiento conservador


I Meseta tibial A: prótesis intacta
B: prótesis aflojada
La alternativa de tratamiento conservador se plantea únicamen-
C: fractura intraoperatoria te para casos que presenten fracturas no desplazadas e implan-
tes no aflojados. Si se produce una fractura desplazada e ines-
II Adyacente a la prótesis A: prótesis intacta table, incluso el paciente encamado y con escasa necesidad
B: prótesis aflojada
funcional planteará problemas de movilización y cuidado, por
C: fractura intraoperatoria
lo que evitar una cirugía solo se justificaría en pacientes con
III Distal a la prótesis A: prótesis intacta mal estado general y alto riesgo de muerte intraoperatoria.
B: prótesis aflojada En el caso de fracturas mínimamente desplazadas y sin
C: fractura intraoperatoria aflojamiento se puede utilizar el criterio de DiGioia y Rubash,1
IV Tuberosidad tibial que definieron el mínimo desplazamiento como una traslación
anterior menor a 5 mm, 5 a 10° de angulación, menos de 1 cm de acor-
tamiento y menos de 10° de rotación. Sin embargo, el trata-
miento conservador con inmovilización, o al menos descarga,
puede ser dificultoso para el paciente. Además, puede asociar
tes para soportar la fijación interna o el recambio del implante. complicaciones locales, como el desplazamiento secundario, y
Para mantener la consistencia de la clasificación AO/OTA, el sistémicas, como la enfermedad tromboembólica. Por ello,
código del hueso se antepone (fémur 3 —fémur distal 33—, aunque algunos resultados tempranos ya demostraron el mejor
rótula 34, tibia 4 —tibia proximal 41—, peroné 4F). resultado de la osteosíntesis frente al tratamiento conservador,62
La clasificación UCS (tabla 6‑4) ha seguido también un hoy puede concluirse que ha cambiado radicalmente la tenden-
proceso de validación tanto en especialistas como en residen- cia hacia el tratamiento conservador de los años ochenta o no-
tes, y ha demostrado61 una fiabilidad interobservador marcada venta del siglo xx, y actualmente predomina la opción quirúr-
(Kappa = 0,75) y una fiabilidad intraobservador alta, descrita gica con el objetivo de movilizar precozmente al paciente.
por los autores como «casi perfecta» (Kappa = 0,89).
Tratamiento quirúrgico
Tratamiento
El tratamiento quirúrgico de las FPR incluye la osteosíntesis
El tratamiento de las fracturas periprotésicas resulta un reto (en torno al 80% de las fracturas) y la cirugía de recambio
para el cirujano ortopédico. El tratamiento quirúrgico se ha protésico (en torno al 20% de las fracturas). En primer lugar,
desarrollado en gran medida en las últimas dos décadas, con la osteosíntesis precisa la estabilidad del implante, requiere
nuevas alternativas y técnicas. Si las condiciones generales del dispositivos estables angularmente, y debe tener en cuenta la
paciente lo toleran, los mejores resultados se obtienen en mu- biología de la vascularización del foco (evitando simultanear

Tabla 6‑4 Clasificación UCS (UCPF) de Duncan y Haddad sobre los principios de clasificación AO/OTA
para fracturas periprotésicas de rodilla
Tipo Localización Subcategorías y tipos
A Apófisis adyacente al implante, Fémur: A1: epicóndilo lateral; A2: medial
sin efecto en la estabilidad Tibia: A1: meseta lateral/medial; A2: tuberosidad tibial anterior
Rótula: A1: disrupción aparato extensor, polo proximal; A2: disrupción,
polo distal
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B Base (lecho) del implante o en torno B1: bien fijado


a implante B2: aflojado
B3: aflojado y escasa reserva ósea
C desConectada, a distancia del implante Fémur: proximal al implante y cemento
Tibia: distal al implante y cemento
D Dividiendo el hueso entre dos implantes Interprotésica o intercalar (entre cadera y rodilla, o entre rodilla y tobillo,
pero más próxima a la rodilla)
E En cada hueso soportando el implante Poliperiprotésica (fémur y tibia y/o patela)
F Frente a o articulando Fémur: fractura del cóndilo femoral articulando con tibia unicompartimental
con hemiartroplastia Rótula: fractura de rótula sin implante

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222 Parte II Rodilla

agresión intramedular y perióstica). Las características de los


dispositivos de fijación interna angularmente estables incluyen
la posibilidad de diferentes ángulos, de fijar también cables, de
implantación mínimamente invasiva (técnica minimally invasi-
ve plate osteosynthesis [MIPO]), de tornillos unicorticales y
otras técnicas de utilidad en el hueso osteoporótico. Por otra
parte, el mayor problema de la osteosíntesis son los defectos
corticales segmentarios. En segundo lugar, el recambio proté-
sico es necesario en caso de problemas asociados al implante
protésico (aflojamiento, osteolisis y desgaste, inestabilidad, mal
alineamiento), o en situaciones de escasa reserva ósea, o si
persiste el riesgo de desplazamiento o progresión de la fractura,
y si se predice o detecta una pseudoartrosis intratable. El mayor
problema del recambio es preservar todo el hueso posible, pen-
sando que las megaprótesis son un procedimiento de rescate,
no deben sobreutilizarse y deben considerarse como la última
solución.
Siguiendo la UCS para el fémur, las fracturas de tipo A
(epicóndilos) requieren osteosíntesis. Las fracturas de tipo B1
requieren osteosíntesis y las B2 y B3 requieren recambio; y la
estrategia variará en función del defecto óseo. En el caso de la
rótula, las fracturas B1 también se manejan mediante síntesis
(reanclaje, cerclaje, etc.). Los demás grupos B en la rótula pre- Figura 6‑10 Fractura periprotésica B1 UCS (tipo II de Rorabeck y
Taylor) con gran conminución y ápex medial. Osteosíntesis con doble pla-
cisan otro manejo, en función del aparato extensor. Las fractu-
ca (lateral y medial).
ras de tipo C (fig. 6‑9) en los extremos de la prótesis, y D entre
dos implantes, pueden manejarse con osteosíntesis o con re-
cambio, en función de la fijación o no de la prótesis. En el fé- prótesis pueden requerir incluso ambas técnicas, osteosíntesis
mur, se usan placas puente con estabilidad angular, y en la ti­bia, y recambio con vástago largo. Las de tipo F pueden ser mane-
placas bloqueadas y placas de soporte, con tal de que la pró­tesis jables mediante osteosíntesis.
se encuentre bien fijada. Con vástagos o clavos intramedulares
previos o gran conminución, el uso de doble placa (fig. 6‑10) Tratamiento quirúrgico de las fracturas
en estas fracturas puede ser necesario para aumentar la estabi- periprotésicas del fémur
lidad.63 Si no fuera así, el recambio (con vástago largo) es la El tratamiento de las fracturas de fémur distal en el entorno de
alternativa, pero puede llevar a reconstrucciones con prótesis una prótesis de rodilla se basa en muchos casos en la osteosín-
de salvamento. Las fracturas de tipo E a ambos lados de la tesis, de forma similar al manejo de otras fracturas de la región.
Los sistemas de placa lateral (fig. 6‑11), preferiblemente me-
diante técnica mínimamente invasiva MIPO y hasta en ocasio-
nes reforzados mediante segunda placa medial,33 o bien el en-
clavado intramedular retrógrado34,64 o anterógrado son las
principales opciones. Las placas bloqueadas y los enclavados
retrógrados han demostrado claras ventajas frente al tratamien-
to conservador o las placas no bloqueadas en una revisión sis-
temática incluyendo 719 fracturas.65 El recambio protésico
queda como la última solución.
La osteosíntesis mediante placa lateral bloqueada permite
aprovechar el hueso disponible mediante anclaje unicorti-
cal proximal y tornillos bloqueados de ángulo variable distal.
La osteosíntesis con placa lateral del fémur en ocasiones re-
quiere dispositivos locking attachment plate (LAP) en la parte
proximal para permitir la fijación transcortical con tornillos
bloqueados (v. fig. 6‑11), preferibles a los cables o cerclajes
con potencial riesgo de compromiso vascular en el periostio.
En ocasiones, el refuerzo mediante una segunda placa anterior
o medial permite una mejor síntesis en otras fracturas en esta
localización,66 y en particular en el caso de prótesis con vásta-
gos que dificultan la fijación bicortical.63 Aunque las series son
cortas, se ha confirmado mayor tasa y menor tiempo de conso-
lidación con la doble placa. Esto es importante, ya que la tasa
Figura 6‑9 Fractura periprotésica C UCS (tipo II de Rorabeck y de pseudoartrosis en fracturas periprotésicas tratadas mediante
Taylor). placa lateral (fig. 6‑12) llega al 18%, siendo la tasa de compli-

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A B
Figura 6‑11 Fractura periprotésica (tipo B UCS, II de Rorabeck) y periimplante de enclavado previo por fractura subtrocantérea. Osteosíntesis con
placa bloqueada lateral con locking attachment plates (LAP) proximales para fijación transcortical con tornillos bloqueados. A. Imagen por fluoroscopia.
B. Fotografía intraquirúrgica.

A B C
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D E F
Figura 6‑12 Fracaso de osteosíntesis con pseudoartrosis tras placa lateral y rescate con enclavado anterógrado. A. Fractura en proyección lateral.
B y C. Fijación con placa lateral. D y E. Desplazamiento secundario. F. Enclavado intramedular.

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caciones del 24% en una serie numerosa (n = 55) recientemen- protésica del fémur distal en una fractura periprotésica comple-
te publicada.67 ja conminuta, que incluyen el compuesto aloinjerto-prótesis, la
Si bien el enclavado anterógrado puede tener papel en frac- prótesis de recambio estándar y la prótesis de sustitución femo-
turas a distancia de la prótesis o en rescate por complicaciones ral distal, el tiempo quirúrgico, la pérdida de sangre y el tiempo
(v. fig. 6‑12), el enclavado retrógrado (con clavos de suficiente de hospitalización favorecían, en manos experimentadas, el
longitud, inclusive hasta la altura del trocánter menor) es la tratamiento mediante prótesis de sustitución femoral distal, con
alternativa preferible a la placa lateral bloqueada en los casos más rápida recuperación del paciente.70 En una revisión de
en que el componente femoral lo permite. Los componentes 144 casos71 se confirma la efectividad del procedimiento, te-
protésicos femorales cruciate retaining (CR) permiten el acce- niendo en cuenta una mortalidad asociada a la fractura, la edad
so al canal femoral desde el intercóndilo, aunque para diáme- y la intervención que oscila entre el 6 y el 45% en menos de
tros pequeños de clavo y con tamaños grandes del componente. 2 años. La reintervención y el fallo no mecánico se asocian con
Desde luego, los componentes posterior stabilized (PS) con un frecuencia a la infección. En caso de pseudoartrosis e infec-
encaje o cajetín para el poste de polietileno raramente permiten ción, la prótesis de reconstrucción puede resolver casos com-
el paso de un clavo retrógrado, y el cirujano debe verificar esta plejos mediante un recambio en dos tiempos (fig. 6‑14).
posibilidad antes de indicar la técnica.
Los resultados de los clavos intramedulares retrógrados son Tratamiento quirúrgico de las fracturas
también favorables, y se equiparan a la placa bloqueada en su periprotésicas de la rótula
efectividad para conseguir la consolidación.68 Aunque algunas El pronóstico y tratamiento de las fracturas periprotésicas de
series señalan más consolidación viciosa,65 un ligero retraso en rótula dependen de la integridad del aparato extensor, la fijación
conseguir la consolidación respecto a la placa bloqueada,64 y o no del implante rotuliano y la calidad del hueso rotuliano
una mayor tasa de complicaciones y reintervenciones,68 un meta­ remanente.22 Las fracturas periprotésicas rotulianas más benig-
análisis confirma con alto nivel de evidencia que no hay dife- nas mantienen el aparato extensor en continuidad y el trata-
rencias entre la consolidación obtenida con clavo y con placa miento conservador puede resolver el caso. Sin embargo, fre-
bloqueada.69 A favor del enclavado se ha demostrado en alguna cuentemente se detecta la fractura tras la interrupción del
serie un mayor retorno a la actividad prelesional y una toleran- aparato extensor (fig. 6‑15), proximal o distal (A1, A2). El
cia a la carga más precoz que la placa,68 aunque no existen reanclaje (transóseo), si el implante rotuliano está bien fijo,
datos suficientemente consistentes. puede recuperar la función extensora. Sistemas de obenque o
La prótesis de recambio o reconstrucción de fémur distal cerclaje de alambre pueden plantear problemas al componente
(y/o de tibia proximal) es una solución para casos graves que o tienen una alta tasa de pseudoartrosis,23 por lo que la indica-
no está exenta de complicaciones, dada la complejidad del pro- ción debe ser precisa. Mayor problema sobreviene en el caso
cedimiento. Requiere el uso de vástagos largos (fig. 6‑13), pre- de aflojamiento del componente rotuliano. La retirada del im-
ferentemente cementados, y existe el riesgo mecánico de rota- plante y la fijación de la fractura para intentar recuperar la con-
ción del vástago dentro el canal intramedular si la técnica no tinuidad del aparato extensor pueden resolverlo, con o sin re-
consigue una estabilización adecuada. La tasa de complica- implante rotuliano, sobre todo si el remanente óseo es escaso y
ción comunicada es de hasta el 35% (6/17), con un 12% de si la rótula no experimenta sobrecarga. Pese a establecerse una
re-recambio (2/17 en una serie, debidos a mal alineamiento pseudoartrosis, la fibrosis puede ser escasamente dolorosa y la
patelar con luxación y a fractura periprotésica).36 En una com- rodilla funcional en casos de limitada demanda. La patelectomía
paración entre los tres principales métodos de reconstrucción debe evitarse si es posible, debido a la pérdida de fuerza resi-

Figura 6‑13 A. Radiografía lateral de una frac-


tura periprotésica femoral distal tipo B3 UCS (Ro-
rabeck y Taylor) con aflojamiento de los componen-
tes tibial y rotuliano que precisó cirugía de revisión
con reconstrucción de fémur distal y vástago largo.
Radiografías anteroposterior (B) y lateral (C) de la
A B C reconstrucción con una prótesis tumoral.

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A B C D E

F G H I J
Figura 6‑14 Fracaso de osteosíntesis con pseudoartrosis infectada tras placa lateral y rescate mediante recambio en dos tiempos. A. Fractura peripro-
tésica B1 (UCS). B y C. Tratamiento mediante placa lateral. D y E. Aflojamiento de la placa con pseudoartrosis infectada. F. Espaciador y fijador externo
en el primer tiempo de rescate. G-J. Reconstrucción protésica con sustitución del fémur distal y vástagos largos.

dual. Si el aparato extensor queda insuficiente, en caso de con-


minución importante, luxación rotuliana o defecto de tendón
rotuliano o cuadricipital, la única solución puede llegar a ser el
trasplante de aparato extensor mediante aloinjerto.47
Tratamiento quirúrgico de las fracturas
periprotésicas de la tibia
Las fracturas de tibia desplazadas son limitadas y su tratamien-
to difícil, con resultados no exentos de importantes complica-
ciones. La serie original de Felix et al.21 incluyó 83 fracturas
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postoperatorias, la mayoría de ellas en proximidad del vástago


y asociadas a aflojamiento, por lo que la prótesis de recambio
con fijación diafisaria permitió resolver estos casos. Al centrar-
se en fracturas con implante bien fijo, la orientación terapéuti-
ca cambia.43 Una serie reciente de 15 casos, 11 de los cuales sin
aflojamiento,42 consiguió 13 consolidaciones a los 4 meses,
pero 8/15 presentaron complicaciones con reintervención (in-
fección, desplazamiento secundario, pseudoartrosis). Las placas
bloqueadas con técnica MIPO, amparadas en una fijación rígi-
da del fragmento proximal, pueden conseguir un resultado sa-
Figura 6‑15 Fractura periprotésica de rótula con interrupción del apa- tisfactorio en estos casos.72 Por este motivo también se ha re-
rato extensor (A1 de rótula, UCS). comendado la doble placa en fracturas proximales, mientras

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226 Parte II Rodilla

que las diafisarias y distales se manejan con una placa o clavo.41 suponen un importante desafío. La evolución del tratamiento
En cualquier caso, la tasa de complicaciones es alta,73 incluyen- ha sido notable en las últimas dos décadas, pasando de un
do partes blandas, infección y refractura. Es necesaria una pla- esquema más conservador a uno predominantemente quirúr-
nificación cuidadosa y una adecuada comprensión del problema, gico. Teniendo en cuenta la calidad del hueso, la fijación o el
en pacientes de edad avanzada con hueso debilitado y cobertu- aflojamiento del implante, y la posibilidad de restauración
ra deteriorada, para realizar un tratamiento que no termine en funcional precoz, se necesita un plan de tratamiento preciso
complicación e incluso amputación. e individualizado, basado en algoritmos (figs. 6‑16 a 6‑18)
que se orientan hacia la osteosíntesis o el recambio de la pró-
Conclusiones tesis de rodilla, según el tipo y la localización de la fractura
respecto al implante protésico. Sin embargo, las complicacio-
Las fracturas periprotésicas de rodilla son en general lesiones nes son frecuentes y graves, y es importante comprender la
graves que comprometen la función del miembro inferior de fractura y el estado de hueso y partes blandas para conseguir
los pacientes, frecuentemente ancianos y debilitados, y que resultados.

Fracturas periprotésicas femorales

Componente estable Componente aflojado

Fractura de Fractura Fractura Fractura Suficiente Escaso remanente Fractura


epicóndilos metafisaria desplazada a distancia remanente óseo óseo/conminución a distancia
(A1 y A2 no/mínimamente (B1 UCS) (C UCS) (B2 UCS) (B3 UCS) (C UCS)
UCS) desplazada

Osteosíntesis Riesgo Osteosíntesis Artroplastia


quirúrgico (placa o clavo) de revisión
elevado

Prótesis de Compuesto
reconstrucción prótesis/
Prótesis Prótesis o megaprótesis aloinjerto
CR PS

Enclavado Placa lateral


retrógrado bloqueada
Prótesis de Megaprótesis
reconstrucción como
de vástago salvamento
Valorar dos largo/placa
placas

Sí No

Inmovilización/ Si hay riesgo


descarga desplazamiento,
IQ

Figura 6‑16 Algoritmo terapéutico de las fracturas periprotésicas femorales.

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Fracturas periprotésicas rotulianas

Componente estable Componente aflojado

Aparato Aparato extensor Buen remanente Escaso remanente Aparato


extensor lesionado óseo y aparato óseo y aparato extensor
íntegro (A1, A2, B1 UCS) extensor íntegro extensor íntegro insuficiente

Tratamiento Osteosíntesis/ Recambio de Trasplante


conservador reconstrucción/ componente Retirada del Patelectomía mediante
patelectomía rotuliano componente total aloinjerto de
parcial rotuliano sin aparato extensor
reimplante

Figura 6‑17 Algoritmo terapéutico de las fracturas periprotésicas rotulianas.

Fracturas periprotésicas tibiales

Fractura de meseta Fractura adyacente Fractura de diáfisis tibial


(A1) o TTA (A2, UCS) al vástago (B, UCS) a distancia (C, UCS)

No desplazada Desplazada Implante Implante aflojado No desplazada Desplazada


estable o con osteolisis

Valorar Osteosíntesis Prótesis de revisión Osteosíntesis


tratamiento (valorar placa o megaprótesis
conservador de soporte)

Fractura no Fractura Sin riesgo de Con riesgo de


desplazada desplazada desplazamiento desplazamiento

Inmovilización Osteosíntesis Tratamiento Osteosíntesis


y descarga una o dos conservador
placas

Figura 6‑18 Algoritmo terapéutico de las fracturas periprotésicas tibiales.


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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 229

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Capítulo 6.4

Roturas del aparato extensor de la rodilla


Vicente J. León Muñoz, Francisco Martínez Martínez, Fernando Santonja Medina

femoral o anterior, vasto lateral, vasto intermedio o crural y


Resumen vasto medial (fig. 6‑19). Estos cuatro músculos convergen pa-
Las roturas de los tendones cuadricipital y rotuliano son le­ ra formar el tendón del cuádriceps (de 70 a 80 ± 10 mm de
siones poco frecuentes pero invalidantes, ya que pueden longitud y un volumen medio cercano a los 13 cm3),2 que se
impedir el normal funcionamiento del aparato extensor de la ancla al polo superior de la rótula. La contracción sincroniza-
rodilla. Su diagnóstico es, fundamentalmente, clínico y el da de estos músculos produce la extensión de la pierna. La
tratamiento dependerá de la extensión y la localización de rótula encaja en el surco troclear del fémur y actúa como una
la rotura. Las roturas completas deben ser tratadas mediante polea de fricción, y al aumentar la distancia del AER al eje de
cirugía. Se han descrito diferentes alternativas, tanto repa­
flexión de la rodilla incrementa el brazo de palanca y la fuer-
raciones directas como plastias y procedimientos de aumen­
tación.
za de extensión. El tendón rotuliano (de 42 a 46 ± 5 mm de
longitud y un volumen medio de 4 cm3)2 se origina en el polo
inferior de la rótula y se inserta en la tuberosidad tibial anterior.
Para producir el fracaso del AER se estima una fuerza nece-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Introducción saria equivalente a 17,5 veces el peso corporal.3 Los retinácu-


los medial y lateral del AER están formados por expansiones
La función adecuada del aparato extensor de la rodilla (AER) conectivas que enlazan la rótula al fémur, a los meniscos y a
es necesaria para la marcha normal, las actividades de la vida la tibia. El cuádriceps está inervado por el nervio femoral
diaria y la práctica de deportes.1 La rotura del AER se carac- (L2-L4). Las lesiones del aparato extensor pueden presentar-
teriza por la solución de continuidad del complejo funcional se como consecuencia de traumatismo o ser atraumáticas.
que forman las estructuras musculares, tendinosas y óseas que Existen factores predisponentes para la rotura del AER (cua-
producen la extensión de la pierna. En este capítulo abordare- dro 6‑2) que pueden agruparse en alteraciones de la resistencia
mos las lesiones de los tendones cuadricipital y rotuliano. El del colágeno y en lesiones locales que debilitan las estructuras
AER está constituido, de proximal a distal, por el músculo tendinosas o incrementan las solicitaciones mecánicas. Tam-
cuádriceps femoral, la rótula y el tendón rotuliano. El cuádri- bién la obesidad condiciona un incremento en dichas solicita-
ceps es un grupo muscular formado por los músculos recto ciones.

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230 Parte II Rodilla

Epidemiología y etiopatogenia
1
La rotura del TQ es, tras las fracturas de patela, la segunda lesión
traumática en frecuencia del AER,8 pese a que se ha estimado
2
3 una incidencia de rotura completa del TQ de 1,37 casos por
100.000 habitante y año.9 Es más frecuente en varones (89:21),9
ocurre a una edad media algo superior a los 50 años y con un
8 pico de incidencia en la sexta década.9,10 Se ha descrito hasta
un 12% de afectación bilateral,8 fundamentalmente en pacien-
4 tes con factores predisponentes. El mecanismo traumático más
frecuente es la sobrecarga excéntrica del AER con apoyo del
6
pie en el suelo y semiflexión de la rodilla (suele ser la contrac-
ción violenta y súbita del cuádriceps al intentar recuperar el
7 5
equilibrio para evitar una caída).11 Este tipo de traumatismo
indirecto es, también, el mecanismo lesivo más frecuente en los
9 casos que se producen en jóvenes durante la práctica deportiva
competitiva.12 La lesión se produce, fundamentalmente, en la
zona relativamente hipovascular situada 1 a 2 cm proximal al

Cuadro 6‑2 Factores predisponentes para la rotura


tendinosa del aparato extensor de la rodilla*
Factores de riesgo que causan debilidad del colágeno
• Lupus eritematoso sistémico.
Figura 6‑19 Visión esquemática del músculo cuádriceps femoral y del
• Esclerodermia.
aparato extensor de la rodilla. El músculo recto femoral (1) es biarticular.
Tiene su origen en la espina ilíaca anteroinferior (tendón directo), en el • Enfermedad renal crónica y hemodiálisis.
surco supraacetabular (tendón recurrente) y en el ligamento iliofemoral • Artritis reumatoide.
(tendón reflejo). Actúa como flexor de la cadera y extensor de la pierna. El • Diabetes mellitus.
músculo vasto lateral (2) se origina en el labio lateral de la línea áspera y • Hiperparatiroidismo.
en la superficie lateral del trocánter mayor. El músculo vasto medial (3) • Hiperuricemia y gota.
tiene su origen en el labio medial de la línea áspera y en la parte distal de • Alcaptonuria.
la línea intertrocantérea. El músculo vasto intermedio (en profundidad al • Artritis psoriásica.
recto femoral) se origina en la cara anterior de la diáfisis femoral. El mús- • Tuberculosis, tifus y sífilis.
culo articular de la rodilla o subcrural se origina en la cara anterior distal • Enfermedad por depósito de cristales de dihidrato de pi­
femoral en profundidad y se inserta distalmente en la cápsula superior rofosfato de calcio.
(evita el pinzamiento capsular en la extensión). 4, vasto oblicuo interno;
• Iatrógenos: uso crónico de esteroides, fluoroquinolonas,
5, retináculo medial; 6, rótula o patela; 7, retináculo lateral; 8, tendón cua-
estatinas y anabolizantes.
dricipital; 9, tendón rotuliano, con su inserción sobre la tuberosidad tibial
• Enfermedad mixta del tejido conectivo, conectivopatía
anterior.
indiferenciada y síndromes de superposición.
• Trastornos genéticos del tejido conectivo: síndrome de
Ehlers-Danlos, síndrome de Marfan y osteogénesis imper­
Rotura del tendón cuadricipital fecta.
El tendón del cuádriceps (TQ) consta de tres capas difíciles de • Procesos neoplásicos: tumor de células gigantes de vaina
tendinosa y sinovitis vellonodular pigmentada.
individualizar quirúrgicamente,4 formadas por seis elementos:
la aponeurosis lateral y la medial superficial y profunda del Lesiones locales
vasto intermedio, el vasto lateral, el tensor del vasto intermedio • Inestabilidad del aparato extensor: patela alta, excesiva
y el recto femoral.5,6 En condiciones de laboratorio se ha esti- báscula rotuliana, displasia troclear, hipoplasia del mús­
mado una resistencia media del TQ a la tracción de 3.660 ± culo vasto medial.
830 N.7 La rotura del TQ dificulta la extensión activa de la • Tendinopatías y procesos degenerativos tendinosos.
pierna y afecta a la función de la extremidad en función del • Infiltraciones de esteroides.
grado de lesión: roturas parciales pueden limitar mínimamente • Antecedente de zona dadora de injerto tendinoso u osteo­
la función extensora del AER, mientras que las roturas comple- tendinoso.
tas suelen impedir totalmente la extensión de la pierna. La al- • Antecedente de fractura o tumor.
teración funcional para la extensión depende del porcentaje de • Artrotomía pararrotuliana medial.
fibras en solución de continuidad y, también, de la indemnidad • Liberación retinacular lateral.
o afectación de los ligamentos retinaculares, los ligamentos
*Además, el proceso natural de envejecimiento incrementa la rigidez de
patelotibiales y patelofemorales y de la cintilla iliotibial. Cier- los tendones por acortamiento de las fibras de colágeno y se produce
ta extensión débil e incompleta sugiere que los retináculos per- degeneración grasa de los tejidos.
manecen indemnes.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 231

polo superior de la patela.13 Predisponen a la rotura del TQ la localización de la lesión y su carácter parcial (zona de ecoge-
obesidad y los factores descritos en el cuadro 6‑2. Destaca la nicidad disminuida sin retracción tendinosa) o total (dismi­
insuficiencia renal crónica en hemodiálisis: por un lado, el de- nución de la ecogenicidad en todo el espesor tendinoso y re-
pósito de b2-microglobulina en los tendones altera su elastici- tracción de los cabos).4 La ecografía es una exploración idónea
dad y, por otro, el hiperparatiroidismo secundario produce para el seguimiento evolutivo.4
calcificaciones distróficas y aumento de la resorción ósea, que Las imágenes por resonancia magnética (RM) son las más
en las zonas de inserción tendinosa aumenta la fragilidad.14 precisas para visualizar la lesión del TQ, el tipo (espesor, an-
chura y existencia de cambios degenerativos o patológicos pre-
Diagnóstico vios) y su localización, por lo que son de utilidad para planifi-
car el tratamiento quirúrgico.6,17 La RM es la técnica de imagen
El diagnóstico de rotura del TQ es, fundamentalmente, clínico más sensible y está especialmente indicada cuando exista in-
(anamnesis y exploración física detallada y comparación con certidumbre clínica. No es imprescindible ante la presencia de
extremidad contralateral).11 Ante la sospecha, debe investigarse la tríada diagnóstica de dolor súbito, impotencia funcional pa-
la existencia de factores predisponentes. En roturas completas, ra la extensión y disrupción palpable de la continuidad del TQ18
el paciente suele referir una sensación de desgarro o de «esta- y no debe sustituir la adecuada anamnesis y exploración clíni-
llido audible», que se acompaña por dolor brusco, severo y ca. La ruptura parcial del TQ suele manifestarse por edema,
suprapatelar y una inmediata impotencia funcional para el so- hematoma y heterogeneidad del tendón. En las roturas comple-
porte de peso por la extremidad afectada, tumefacción y derra- tas se suele observar la retracción de los extremos rotos, el
me. Existe incapacidad para la extensión activa de la pierna y edema circundante y, con frecuencia, el derrame articular.17
para mantener la extensión contra gravedad, sin afectación de
la flexión activa. Puede palparse un defecto («hachazo») en la Tratamiento
continuidad del AER proximal a la rótula.4 La depresión palpa-
ble proximal a la patela es patognomónica de rotura del TQ.11 El tratamiento dependerá de la extensión y localización de la
Con frecuencia, las roturas parciales (y no es excepcional en rotura. Cuando existe certeza absoluta de que la rotura es in-
las completas, incluso en casos bilaterales)15,16 pasan inicial- completa se opta, habitualmente, por el tratamiento conserva-
mente desapercibidas y sufren un retraso diagnóstico. dor mediante la inmovilización en extensión completa de la ro-
El estudio mediante radiografía simple puede ser útil al dilla durante 4-6 semanas, dependiendo del tamaño de la
objetivar la pérdida de la sombra del TQ, patela baja, calcifica- lesión.1,4,11 De forma precoz, se inician ejercicios isométricos
ciones suprapatelares en forma de espolón, osteofitos rotulia- del cuádriceps. Posteriormente, se comienza la rehabilitación
nos proximales, avulsión de fragmento óseo del polo proximal encaminada a recuperar la movilidad y la fuerza para la exten-
patelar o calcificaciones distróficas intratendinosas.10 Si la le- sión y se retira la inmovilización de forma progresiva hasta
sión pasa inicialmente desapercibida, a las 3 o 4 semanas apa- que el paciente consigue un adecuado control cuadricipital y
rece tejido óseo heterotópico proximal a la rótula que es iden- es capaz de elevar contra gravedad la extremidad en extensión
tificable en la radiografía. sin dolor.
El estudio ecográfico (fig. 6‑20) se puede emplear para eva- Como norma general, se acepta la necesidad de la repara-
luar el defecto y cómo este se incrementa con la flexión de la ción quirúrgica de las roturas completas agudas de TQ para
rodilla.13 Además, puede determinar la existencia de hemato- optimizar el resultado funcional.10,11,19-21 Las intervenciones en
ma, derrame articular o presencia de calcificaciones. Es una las primeras 72 h obvian la retracción de los extremos tendino-
técnica sensible y específica que aporta información sobre la sos que dificulta su aposición. Se puede considerar como repa-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

A B
Figura 6‑20 Imagen ecográfica de una rotura completa del tendón cuadricipital en su inserción rotuliana, con una retracción aproximada de 12 mm (A)
e imagen ecográfica no patológica del tendón cuadricipital de la rodilla contralateral (B), para su comparación.

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232 Parte II Rodilla

insuficiente se puede optar por emplear túneles transóseos pa-


telares para poder reinsertar el TQ a la patela, tras desbridar su
polo proximal.4 Haas y Callaway24 describen tres túneles verti-
cales tras una sutura tendinosa cuadricipital no reabsorbible
mediante técnica de Kessler (fig. 6‑21). Se ha publicado, como
alternativa, el empleo de anclajes tipo arpón atornillado de re-
inserción tendinosa25-27 obviando los túneles transóseos patela-
res. Tras la sutura o reinserción del TQ se suturan los retinácu-
los con material reabsorbible.1,3 En las roturas agudas no suele
ser necesario asociar procedimientos de aumentación con el
tercio distal del tendón rotuliano, el semitendinoso, aloinjertos
o politereftalato de etileno en forma de mallas, cintas o fibras.28
Tampoco suelen ser necesarias, en los casos agudos, técnicas
de colgajo como la descrita por Scuderi3,4,20 o como el método
de Codivilla.3,4,11,20
De forma postoperatoria se tiende a mantener la inmovi-
lización en extensión con órtesis de la extremidad hasta la
cuarta a sexta semana, autorizando la carga.16,21 Pese a una
tendencia al inicio precoz de la movilidad de la rodilla pro-
puesto por diferentes autores,19,28,29 no parece que la movili-
zación temprana reporte beneficios.30,31 El trabajo isométrico
cuadricipital sí debe iniciarse de forma precoz. Entre la cuar-
Figura 6‑21 Ilustración de la reinserción del tendón cuadricipital so-
bre la rótula mediante la técnica de Kessler, túneles transóseos verticales y
ta y sexta semana postoperatoria se inicia la movilización de
sutura irreabsorbible. Actualmente, la mayoría de los cirujanos emplean la rodilla protegida por la ortesis, que se retira a las 12 sema-
una sutura tendinosa según la técnica descrita por Krakow.22,34 (Adaptado nas, cuando el paciente consigue el adecuado control cuadri-
de Haas SB, Callaway H. Disruptions of the extender mechanism. Orthop cipital y es capaz de elevar contra gravedad la extremidad en
Clin North Am 1992;23(4):687-95, con autorización de Elsevier y del Pro- extensión.
fesor Steven B. Haas [Hospital for Special Surgery]). Las roturas que pasan inicialmente inadvertidas15,16 y que
se tratan en fase crónica, presentan mayor dificultad técnica
por la frecuente retracción de los extremos4 y el resultado del
ración en fase aguda la realizada en las primeras 2 semanas tras tratamiento suele ser menos satisfactorio que el de los casos
la rotura.4 Existen diferentes modificaciones técnicas, pero tratados en fase aguda.20,30 Si las condiciones locales lo per-
ninguna de ellas ha demostrado clara superioridad respecto al miten, se tratarán con idénticos gestos a los descritos para los
resultado funcional. En las roturas en el espesor del tendón, con casos agudos. Cuando la retracción impide la sutura directa o
suficiente extremo proximal y distal, se puede realizar una su- la reinserción, suele ser necesario realizar la técnica descrita
tura terminoterminal con material no reabsorbible y puntos tipo por Codivilla3,4,11,20 (fig. 6‑22), variaciones como la descri-
Bunnell, Kessler o Krackow22,23 (o sus variaciones). En las ta por Scuderi3,20 (fig. 6‑23) o procedimientos de aumentación
avulsiones del polo proximal patelar o roturas con cabo distal con tendón rotuliano, semitendinoso o aloinjertos cuando la

Figura 6‑22 Representación esquemática de


la técnica descrita por Codivilla para alargar el
tendón cuadricipital y reparar el defecto. El colga-
jo triangular de espesor completo (A) se voltea y
sutura sobre la rótula (B) y los lados del vértice se
suturan entre sí (C). (Adaptado de Scuderi C, Rup-
tures of the quadriceps tendon; study of twenty
tendon ruptures. Am J Surg 1958;95(4):626‑34,
A B C con autorización de Elsevier.)

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 233

Figura 6‑23 Representación esquemática de la técni-


ca descrita por Scuderi, con un colgajo triangular de espe-
sor parcial (A), que se voltea y sutura (B) sobre la rótula.
Se añade una sutura alámbrica extraíble de Bunnell a am-
bos lados del aparato extensor (C) que se retira a las 6 se-
manas de la cirugía. (Adaptado de Scuderi C, Ruptures of
the quadriceps tendon; study of twenty tendon ruptures.
Am J Surg 1958;95(4):626‑34, con autorización de Else-
vier.) A B C

obtención de la plastia autóloga no sea posible.4 Puede ser femoropatelares.3,11 La movilización temprana postoperatoria
necesario liberar, mediante procedimientos similares a la cua- se asocia a más eventos adversos.32
dricepsplastia descrita por Judet,4,32 las adherencias cuadrici-
pitales al fémur. Rotura del tendón rotuliano
El procedimiento descrito por Codivilla (v. fig. 6‑22) per-
mite alargar el TQ y reparar el defecto por retracción de los El tendón rotuliano (TR) se dirige desde el polo inferior y lados
cabos.3,4,11,18,20 Se levanta un colgajo triangular de base distal del vértice de la rótula hasta la tuberosidad tibial anterior y
localizada a 1,5 cm de la rótula y de espesor completo del tercio constituye una banda fuerte y aplanada. Algunas de sus fibras
anterior del tendón cuadricipital. Dicho colgajo se voltea y su- superficiales continúan en la cara anterior patelar imbricándose
tura sobre el polo proximal de la rótula y se suturan los lados con el periostio de la rótula y con las fibras anteriores del TQ
del vértice abierto entre sí. (componente fibroso prerrotuliano).4 En condiciones de labo-
Scuderi describe una técnica similar a la de Codivilla, tam- ratorio se ha estimado una resistencia media del TR a la tracción
bién con un colgajo triangular acutángulo isósceles con base de 1.920 ± 330 N.7 Existe cierta discrepancia en los vectores de
distal cercana a la rótula, que se voltea sobre esta y se sutura tracción entre el TQ y el TR en función del ángulo Q.
(v. fig. 6‑23).3,20 En su descripción, Scuderi preconiza el colga-
jo de espesor parcial (2 a 3 mm) y una sutura alámbrica extraí- Epidemiología y etiopatogenia
ble (pull-out) de Bunnell de descarga a ambos lados del AER,
que se retira a las 6 semanas.3,20 La rotura del TR es menos frecuente que la del TQ (0,68 casos
por 100.000 habitante y año)9 y se produce en pacientes más
Resultados jóvenes, con un pico de incidencia en la tercera a cuarta décadas
de la vida.1,9,10,34 Es más frecuente en varones (78:22).9 La afec-
Los resultados publicados para los casos operados en fase agu- tación bilateral es menos frecuente que en las roturas del TQ y
da son favorables,3,4,19,30 con independencia de la localización extremadamente infrecuente en ausencia de enfermedades sis-
de la rotura,21,30 del tipo de reparación30 y de la uni- o bilatera- témicas.35 La rotura del TR se puede producir en deportistas por
lidad de la rotura.19 Suele recuperarse el arco móvil pasivo y un mecanismo indirecto de sobrecarga excéntrica del aparato
con frecuencia se consigue la extensión activa completa.19,21 Sin extensor en contracción.36 Deportistas con actividades de carre-
embargo, análisis isocinéticos en series con reparación precoz ra y salto (baloncesto, voleibol, fútbol, fútbol americano, gim-
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y tardía muestran entre el 2231 y el 50%19 de pacientes con nasia, etc.) someten el AER a grandes solicitaciones y pueden
potencia extensora cuadricipital inferior al 80% de la contrala- presentar tendinopatías rotulianas previas (la llamada «rodilla
teral. La mayoría de los pacientes vuelven a sus ocupaciones del saltador», del inglés jumper’s knee, que es el prototipo de
previas a la rotura, pero menos de la mitad recuperan el nivel lesión por sobrecarga de la extremidad inferior), ocasionalmen-
previo para las actividades recreativas.19 Se han publicado me- te tratadas mediante infiltraciones con esteroides.4 Se han des-
jores resultados tras cirugía del TQ que tras reparaciones del crito roturas parciales en deportistas en este contexto de «rodi-
tendón rotuliano.33 Para algunos autores, el factor que más em- lla del saltador» con anormalidad tisular proximal del TR,
peora los resultados es el retraso diagnóstico y quirúrgico.3,4,30 cerca del polo distal patelar,37 siendo excepcional la rotura
Junto con el déficit de extensión completa se han descrito como parcial distal.38 El TR soporta mayor carga tensora con la flexión
complicaciones, infecciones y dehiscencia de herida quirúrgica, de la rodilla por encima de 60°. En la población no deportista,
la re-rotura y alteraciones en la posición de la patela (alta, baja la rotura del TR se ha asociado a varias enfermedades reflejadas
o incongruente) que pueden condicionar cambios degenerativos en el cuadro 6‑2 (lupus eritematoso sistémico, insuficiencia

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234 Parte II Rodilla

renal crónica, artritis reumatoide e hiperparatiroidismo)10 y a Tratamiento


factores locales, fundamentalmente cirugía previa y tendinopa-
tía rotuliana. La localización más frecuente de la rotura del TR El tratamiento de las roturas de TR es quirúrgico y debe reali-
es a 1 cm o menos del polo inferior patelar (la tensión en la zarse lo antes posible (las primeras 2 semanas tras la lesión
interfaz tendón-hueso es mayor que en el cuerpo del tendón), marcan la diferencia entre agudas y crónicas).34 La técnica con-
seguida por la zona media o cuerpo del tendón (a 2 o 3 cm de creta más indicada dependerá del nivel de la rotura, de la calidad
la patela) y con menor frecuencia a nivel distal (más de 3 cm del tejido remanente y del tiempo transcurrido entre la lesión y
de la rótula) ya sea con o sin avulsión ósea tibial.34 la reparación.1,4,34,41 Se reserva el tratamiento conservador para
pacientes cuyas comorbilidades o edad contraindiquen la ciru-
Diagnóstico gía y en algunos casos de rotura parcial con mecanismo exten-
sor indemne.4 El tratamiento no quirúrgico consiste en la inmo-
Es, como en el caso de las roturas del TQ, fundamentalmente, vilización de la rodilla en extensión completa con un programa
clínico.4 Ante la sospecha, también debe investigarse la exis- de ejercicios en carga progresiva.
tencia de factores predisponentes (tendinopatía, infiltraciones El concepto de rotura parcial del TR se han redefinido re-
y enfermedades asociadas). El paciente suele referir dolor in- cientemente.42 Se considera que la tendinopatía rotuliana no
frapatelar brusco y severo e incapacidad para soportar el peso tratada y en la que no se suspende la actividad física, desenca-
del cuerpo y para extender la pierna.4,10 Puede explicar un chas- dena roturas parciales (microrroturas), que en ocasiones re-
quido y una sensación de que la rodilla cede y claudica súbita- quieren tratamiento quirúrgico (desbridamiento, resección
mente al momento del traumatismo indirecto (con frecuencia longitudinal de tejido patológico y de calcificaciones y cureta-
es una repentina contracción del cuádriceps, con la rodilla en je óseo del polo distal patelar).37,42 En adultos son infrecuentes
flexión, por ejemplo, en la recepción de un salto o al tropezar las roturas (aún más las parciales) del TR en proximidad a la
en las escaleras) y una posterior impotencia funcional para la tuberosidad tibial. En deportistas pueden requerir desbrida-
deambulación. En función del tiempo transcurrido desde el miento quirúrgico y reparación con suturas de anclaje óseo.43
traumatismo, se observará tumefacción, equimosis y derrame Las roturas completas agudas del TR próximas al polo
articular (habitualmente hemartros). Un ascenso de la rótula (es distal rotuliano (las más frecuentes), se tratan mediante sutu-
útil la comparación con la contralateral) y la palpación de una ras que se extienden desde el tendón y que reinsertan el TR a
hendidura («hachazo») a nivel de la rotura facilitan el diagnós- la rótula apoyándose en túneles transóseos1,3,4,34,41 (fig. 6‑24)
tico.1 Como en el caso del TQ, en las roturas completas puede o empleando suturas de anclaje óseo de tipo arpón atornilla-
existir incapacidad para la extensión activa de la pierna y para do. En las roturas agudas completas del espesor del TR, con
mantener la extensión contra gravedad, sin afectación de la suficiente extremo proximal y distal, se puede realizar una
flexión activa. Tal como ocurre con las roturas del TQ, cierta sutura terminoterminal con material no reabsorbible y puntos
extensión débil e incompleta sugiere que los retináculos per- tipo Bunnell, Kessler o Krackow22,23,34 (o sus variaciones). No
manecen indemnes.18 Ocasionalmente, la rotura pasa desaper- es infrecuente el refuerzo transóseo de la reparación. La dis-
cibida en iniciales asistencias (con mayor frecuencia cuando se
asocian enfermedades sistémicas) y el paciente presenta una
adaptación funcional para la marcha en flexo e impotencia pa-
ra la extensión activa en sus últimos grados.4
El estudio mediante radiografía simple no debe obviarse18
y puede objetivar el ascenso de la patela (patela alta).10,38,39 En
algún caso se observa avulsión de fragmento óseo del polo
distal patelar y, con mucha menor frecuencia en adultos, de la
inserción tibial.1
El estudio ecográfico muestra regiones hipoecogénicas en
un tendón con tendinopatía rotuliana.13 Caso de existir rotura
incompleta, se aprecian áreas de ecogenicidad disminuida.
Cuando la rotura es completa, se observa la disminución de
ecogenicidad en todo el espesor tendinoso con retracción de ca-
bos4 o bien no se identifica el tendón, y se observa en su lugar
material hipoecoico y heterogéneo sugestivo de hematoma.
Suele apreciarse edema de la grasa de Hoffa.
Las imágenes por RM no deben sustituir la adecuada anam-
nesis y exploración clínica y no son imprescindibles, salvo que
exista incertidumbre clínica en las roturas agudas.1 El estudio
por RM es más rentable en las lesiones crónicas (facilita infor-
mación sobre el tipo de lesión, su espesor y anchura y la exis-
tencia de cambios degenerativos o patológicos previos) y en los
casos en los que se sospechan lesiones asociadas (en un 30%
de las roturas del TR se asocian lesiones de ligamento cruzado Figura 6‑24 Ilustración de la reinserción del tendón rotuliano (al que
anterior, lesiones meniscales o lesiones osteocondrales; lo que se ancla una sutura según técnica de Krakow)22 sobre el polo distal de la
solamente ocurre en un 9,6% de los casos de rotura del TQ40). rótula mediante túneles transóseos verticales.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 235

continuidad de los retináculos debe ser suturada con suturas


reabsorbibles.3
En 1947 McLaughlin44 describe diferentes técnicas para
proteger las reparaciones tendinosas. Para las reparaciones del
TR propone una sutura alámbrica de descarga apoyada sobre
un tornillo transverso a nivel de la tuberosidad tibial, que se
retira a las 8 semanas. Posteriormente se han descrito diferentes
opciones de refuerzo con distintos materiales (suturas alámbri-
cas de Bunnell o cables de Dall-Miles, fibras o suturas de tere-
ftalato de etileno y otros tipos de poliéster).18,28,34 Básicamente,
y con independencia del material empleado, el marco se apoya
en un anclaje horizontal transpatelar o suprapatelar y en un
segundo anclaje a nivel de la tuberosidad tibial. Debe tensarse
con la rodilla a 60° de flexión, evitando una excesiva tensión
que provoque una patela baja (a 45° de flexión el polo distal
patelar debe situarse sobre el techo del surco intercondíleo3) y
evitando bascular la rótula en plano axial. La técnica descrita
por Kelikian et al.45 también se ha empleado como sistema de
descarga de otras reparaciones en fase aguda.40
En las roturas completas del TR tratadas en fase crónica
(pasadas 2 semanas de la lesión) no suelen ser viables técnicas
primarias de reparación,4,45 fundamentalmente por la existencia Figura 6‑25 Ilustración de la técnica descrita por Kelikian et al.45 me-
de inadecuado tejido remanente y por la contractura cuadrici- diante plastia con el tendón semitendinoso que se secciona lo más proxi-
pital, que condiciona el ascenso de la rótula. Ocasionalmente, malmente posible y, respetando su inserción tibial, se tuneliza a través de
un acusado ascenso de la patela requiere un descenso previo a la tuberosidad tibial y la patela, suturando el cabo libre sobre la inserción
la reparación mediante tracción transósea patelar o mediante tibial. (Adaptado de Kelikian H, Riashi E, Gleason J. Restoration of quadri-
sistemas de fijación externa.1,4,34 También se han asociado plas- ceps function in neglected tear of the patellar tendon. Surg Gynecol Obstet
tias en Z del TQ para poder ubicar la rótula a una altura ade- 1957;104(2):200-4, con autorización de Journal of the American College
of Surgeons, anteriormente Surgery Gynecology & Obstetrics.)
cuada.3,46 La intervención descrita por Scuderi se puede em-
plear para reforzar la reparación del TR si se emplea un
colgajo triangular más largo.3 Kelikian45 propone la reparación con un marco de descarga debe ser la técnica de elección para
de las lesiones del TR que han pasado desapercibidas median- las roturas completas tratadas en fase aguda atendiendo a una
te una plastia empleando el tendón del semitendinoso que, pre- baja tasa de fracaso (2%)34 y a adecuados resultados funciona-
servando su inserción tibial, se tunelizará en sentido horizontal les, sin limitaciones del arco móvil y con reincorporación a las
a través de la tuberosidad tibial y de la patela4,45 (fig. 6‑25). Se actividades cotidianas y deportivas.3,41 En los casos tratados en
han descrito diferentes técnicas de reparación (o sustitución) fase crónica, los resultados funcionales son menos satisfactorios
asociando el tendón del gracilis al del semitendinoso, con ban- que en las lesiones tratadas en fase aguda, pero suele ser posible
das aponeuróticas de fascia lata, con injerto autólogo contrala- recuperar una función del AER que permita las actividades bá-
teral hueso-TR-hueso o hueso-TQ o según la descripción de sicas de la vida diaria de los pacientes.46 Las complicaciones
Dejour et al. (TQ-hueso-TR-hueso47). Otra opción son los descritas son la infección quirúrgica, el déficit de extensión, la
aloinjertos, de TR con bloques óseos o de tendón de Aquiles re-rotura y alteraciones en la posición de la patela con secuelas
con bloque óseo calcáneo, etc.3,4,46 Con frecuencia se protege la de clínica álgica femoropatelar.3,34
reparación temporalmente con un marco de descarga o se in-
moviliza la extremidad en extensión (4 semanas). Funcional- Conclusiones
mente es beneficiosa la movilización precoz.34 Se iniciará la
rehabilitación lo antes posible en función de la solidez de la re- Las roturas de los tendones del aparato extensor de la rodilla
paración. Se estimulará al paciente de forma precoz a realizar son lesiones poco frecuentes. Se lesiona con más frecuencia el
ejercicios isométricos para evitar la atrofia cuadricipital. La tendón cuadricipital que el tendón rotuliano. Por lo general, el
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flexión se incrementa de forma progresiva, alcanzándose el ar- tratamiento de las lesiones parciales es no quirúrgico y el de las
co completo de movilidad entre las 8 y 12 semanas del posto- lesiones completas es quirúrgico, pero esto depende de diversos
peratorio. El trabajo isocinético y las contracciones excéntricas factores relacionados con el paciente. Es frecuente el uso de
se pautarán en función de la solidez de la reparación y de la técnicas de protección de la reparación tendinosa. Los resulta-
evolución postoperatoria. dos del tratamiento de las lesiones crónicas son bastante peores
que los de las lesiones agudas.
Resultados
Pese a la escasa incidencia en la población de roturas de TR, Bibliografía
existen numerosas técnicas descritas para su reparación. Las 1. Saragaglia D, Pison A, Rubens-Duval B. Acute and old ruptures of
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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 237

Capítulo 6.5

Fracturas de la rótula
Antonio Miguel Royo Naranjo, Montserrat Arjona Díaz

ró la reducción abierta y osteosíntesis, considerando con ello la


Resumen reducción anatómica, el mantenimiento de la reducción hasta la
Las fracturas de rótula son infrecuentes en adultos y niños, consolidación, la integridad de los tejidos blandos y la recupera-
su mecanismo de producción es bimodal (por traumatismo ción funcional de la rodilla. Para la osteosíntesis de la rótula se
directo o por avulsión) y en su diagnóstico hemos de explo­ utilizaron varios materiales y técnicas, añadiendo la patelectomía
rar la indemnidad del aparato extensor, emplear radiografías parcial y total en las técnicas quirúrgicas.3 El uso de la banda de
convencionales y, ocasionalmente, tomografía computariza­ tensión, descrito por primera vez en 1950, permitió conseguir
da o resonancia magnética. rangos de movilidad activos de la rodilla de forma precoz.4
El tratamiento conservador se efectúa mediante una calza
de yeso o una ortesis en extensión, y el quirúrgico estaría
indicado cuando hay separación de fragmentos o escalón Anatomía
articular, siendo el cerclaje alámbrico en obenque sobre
agujas el más empleado. La rótula es considerada por muchos autores como un hueso
sesamoideo del tendón del músculo cuádriceps.5 Tiene una for-
ma de triángulo con una base proximal y un vértice distal
(fig. 6‑26). También identificamos un borde medial y uno late-
Introducción ral, así como una cara posterior o dorsal, cubierta por cartílago
hialino (el más grueso del cuerpo humano), y con dos carillas
Las fracturas de rótula suponen el 1% de las fracturas del es- articulares para el fémur separadas por una cresta medial (la
queleto. Son más frecuentes en el sexo masculino y entre los lateral más grande que la medial) y una cara anterior convexa
20 y los 50 años. Rara vez presentan bilateralidad.1 que está cubierta por fibras superficiales del tendón del múscu-
El mecanismo de lesión es bimodal: traumatismo directo lo cuádriceps y del ligamento rotuliano.
sobre la rodilla y lesión indirecta en el contexto de caída con Los cuatro vastos del cuádriceps se insertan en la base y
contracción excéntrica del cuádriceps con la rodilla semiflexio- caras laterales de la rótula mediante el tendón cuadricipital
nada. En el caso de traumatismos directos sobre la rodilla el (fig. 6‑27), y ocasionan el desplazamiento proximal del frag-
aparato extensor permanece íntegro, existe más riesgo de lesio- mento superior, en caso de fracturas desplazadas de rótula.
nes en la piel y, por ello, de presentarse como fracturas abiertas; Desde el vértice rotuliano hasta la tuberosidad tibial se extien-
el trazo de fractura presenta mayor variabilidad, desde fracturas
incompletas a fracturas conminutas o multifragmentarias. En el
caso de lesiones por mecanismo indirecto existe afectación de
otros componentes del complejo extensor de la rodilla, funda-
mentalmente el tendón patelar, existe separación de los fragmen-
tos debido a la lesión de los retináculos y suelen ser trazos de
fractura trasversos, incluyendo las afectaciones del polo distal o
avulsión del tendón rotuliano con gran desplazamiento.2 Músculo vasto
Históricamente se trataron de forma conservadora hasta el medial
inicio del siglo xx mediante inmovilización con yeso, posterior- Músculo
mente Heineck revisó 1.100 fracturas de rótula, en las que valo- vasto lateral Tendón
del cuádriceps
Banda Rótula
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iliotibial
Retináculo
Retináculo medial
lateral
Tendón rotuliano

Tubérculo tibial

A B
Figura 6‑26 Rótula. A. Vista anterior. B. Vista posterior. Figura 6‑27 Vista anterior de la musculatura de la rodilla.

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238 Parte II Rodilla

de el tendón rotuliano, donde se inserta juntamente con algunas


fibras directas del recto anterior. Los retináculos rotulianos
medial y lateral no son más que unas expansiones aponeuróti-
cas de los vastos medial y lateral hacia ambos lados de la rótu-
la y que se insertan en los cóndilos respectivos femorales.
El aporte sanguíneo principal a la rótula procede (fig. 6‑28)
de la red anastomótica articular anterior de la rodilla, constitui-
da por las cuatro arterias geniculadas. Las ramas de estas arte-
rias entran en el hueso a través del tercio medio de la cara an-
terior o a través del vértice distal rotuliano (principal), por lo
que las fracturas que interrumpan dicho aporte de sangre o
incisiones quirúrgicas bilaterales muy próximas podrían ser
origen de necrosis avascular del fragmento proximal.
La rótula comienza a osificarse entre los 3 y los 5 años a
partir de un solo centro de osificación en el 80% de los casos,
mientras que en el 20% restante puede hacerlo a partir de dos o
tres centros separados. En aquellos casos en los que uno de estos
centros de osificación no se fusiona con el resto se origina una A B
rótula bipartita, que es la displasia rotuliana más frecuente.6 Su Figura 6‑29 Imagen radiográfica de paciente con fractura transversa
incidencia se estima entre el 0,2 y el 6% y se ha de diferenciar de rótula. A. Proyección anteroposterior. B. Proyección lateral.
de la fractura rotuliana por la clínica y la imagen radiográfica,
siendo los bordes lisos, redondeados y escleróticos en el caso de
la rótula bipartita, así como bilateral en el 50% de los casos. contexto de politraumatismo. Para el diagnóstico diferencial, tras
comprobar que la rótula no está fracturada, es obligatorio explo-
Clínica rar la capacidad de extensión de la rodilla para valorar la integri-
dad del aparato extensor (mantener extensión contra resistencia)
La clínica clásica incluye gonalgia aguda con limitación funcio- y descartar lesiones del tendón rotuliano.7,8 Igualmente es impor-
nal para la carga y dolor en la extensión de la rodilla. Suele tante realizar una anamnesis correcta para filiar un antecedente
cursar con hemartros que puede requerir artrocentesis si se en- quirúrgico de ligamentoplastia de ligamento cruzado anterior
cuentra a tensión. Es fundamental una anamnesis correcta de (LCA), siendo la técnica hueso-tendón-hueso de obtención de la
cara a filiar trastornos de la hemostasia que puedan comprometer plastia un factor de riesgo de fracturas de rótula.9,10 En ancianos
esta técnica. Según el mecanismo lesional, pueden asociarse otras con traumatismos indirectos de rodilla con radiografía que no
manifestaciones como defecto de continuidad de la piel, presen- muestra lesiones es necesario explorar la función del tendón cua-
tándose como fractura abierta. Las lesiones vasculares o nervio- dricipital, sobre todo en pacientes con antecedentes de patología
sas asociadas son poco frecuentes, salvo que se incluyan en el respiratoria que hayan precisado antibioterapia.11

Diagnóstico
Se basa en la asociación de anamnesis correcta, exploración
física y pruebas complementarias. Es importante valorar la edad,
el sexo, el mecanismo de lesión y la exploración física. A esto
Arteria
poplítea le asociamos las pruebas de imagen. De primera elección es la
radiografía simple de rodilla anteroposterior (AP) y lateral, con
ello suele ser suficiente para establecer el diagnóstico (fig. 6‑29).
Arteria En la radiografía puede valorarse el tipo de fractura, que
Arteria geniculada
geniculada
precisa realizar el diagnóstico diferencial con la rótula biparti-
superomedial ta, fácilmente identificable al existir ausencia de clínica com-
superolateral
patible con fractura, bordes redondeados y bilateral en el 50%
de los casos. En la radiografía AP debe valorarse la altura de la
patela, así como la inserción del tendón rotuliano.12,13
Arteria La necesidad de la tomografía computarizada (TC) es excep-
geniculada Arteria
geniculada
cional en fracturas agudas. Aporta más información que la radio-
inferolateral
inferomedial grafía convencional cuando existe asociación con lesiones dista-
les del fémur o proximales de la tibia. Su uso es de ayuda en
casos de incongruencia articular en consolidación viciosa o
pseudoartrosis y en alteraciones del alineamiento patelofemoral.
Arteria tibial Arteria tibial La resonancia magnética (RM) se usa para valorar lesiones
anterior posterior de tejidos blandos de la rodilla (tendón cuadricipital, tendón
rotuliano, LCA, meniscos, ligamentos colaterales y retinácu-
Figura 6‑28 Esquema de la irrigación arterial de la rótula. los) y descartar lesiones osteocondrales.14

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 239

Transversa No desplazada Vertical Polo

Conminuta Conminuta Osteocondral


sin desplazamiento desplazada
Figura 6‑30 Clasificación de las fracturas de rótula según su mecanismo de producción.

La necesidad de gammagrafía ósea es excepcional; está Tratamiento


reservada a la sospecha de fracturas por estrés en jóvenes y
pacientes con parálisis cerebral. Tratamiento conservador
Clasificación Este tratamiento está indicado en las fracturas no desplazadas
(menos de 3 mm de separación o menos de 2 mm de escalón
La clasificación de las fracturas de rótula puede ser puramente articular) con indemnidad del aparato extensor (son capaces
descriptiva del patrón de fractura (fig. 6‑30): de levantar la pierna extendida contra gravedad).
Consiste en la inmovilización con una calza de Böhler con
• Transversa. la rodilla en unos 5° de flexión, bien moldeada en los relieves
• Vertical (raramente precisa de tratamiento quirúrgico). óseos externos y el tobillo libre o en el empleo de una ortesis
• Conminuta o estrellada. articulada de rodilla bloqueada a 0° extensión para pasar a las
• Polo u hombrera proximal o distal (típico de adolescentes 2-3 semanas a permitir cierto grado de flexión.16
donde se produce una epifisiolisis). Durante el tiempo de inmovilización se permite la carga
• Osteocondral. parcial asistida con bastones desde el primer momento (con la
• Desplazada cuando la separación entre fragmentos es supe- rodilla en extensión) y se insta a realizar ejercicios isométricos
rior a 3 mm o el escalón articular superior a 2 mm. de cuádriceps para evitar la amiotrofia.

En la segunda revisión de 2018 del compendio de fracturas y Tratamiento quirúrgico


luxaciones AO/OTA,15 (fig. 6‑31) las fracturas de rótula se si-
guen encuadrando dentro del segmento 34 y se distinguen tres El tratamiento quirúrgico está indicado en fracturas con escalón
tipos: fracturas extraarticulares, fracturas sagitales parcialmen- articular mayor de 2 mm, desplazamiento de los fragmentos más
te articulares y fracturas articulares completas, en el plano fron- de 3 mm o lesión del aparato extensor. El objetivo del tratamien-
tal o coronal. to debe ser la reconstrucción anatómica de la superficie articular
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Fractura Fractura articular Fractura completa articular,


extraarticular parcial frontal/coronal plana
Figura 6‑31 Clasificación AO/OTA de las fracturas de rótula.

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240 Parte II Rodilla

y del aparato extensor de la rodilla. Es necesario considerar la producir una patela baja o alta, por ello está indicado realizar
necesidad de estabilización de fracturas en pacientes politrauma- un cerclaje de descarga.19
tizados, así como las lesiones por avulsión del tendón rotuliano.
Debe planificarse la posibilidad de una artrotomía lateral duran- Patelectomía total
te la cirugía (si no está lesionada por la fractura) para conseguir Indicada en casos de patela irreconstruible. Los resultados a
una reducción correcta, pero debe ser reparada posteriormente. corto y largo plazo son comprometidos, se pierde movilidad y
El tratamiento quirúrgico de las fracturas de rótula incluye fuerza. Es importante realizar la sutura de los alerones y reali-
la reducción abierta y osteosíntesis mediante banda de tensión, zar una plastia del vasto medial para mantener la fuerza de
la patelectomía parcial y la patelectomía total. contracción del cuádriceps. Requiere inmovilización en 10°
de flexión de la rodilla durante 3-6 semanas.20,21
Reducción abierta y osteosíntesis
• Cerclaje AO en banda de tensión. Está indicado en fractu- Técnicas asistidas por artroscopia
ras transversas desplazadas o multifragmentarias con buena Existen publicaciones recientes que mencionan la asistencia
reserva ósea. El tratamiento de elección es la osteosíntesis artroscópica en la fijación de fracturas mínimamente despla-
mediante cerclaje sobre agujas aplicando el principio del zadas. Dentro de las ventajas se incluyen la comprobación
tirante (fig. 6‑32). Consiste en la fijación mediante dos agu- de la reducción articular anatómica y la recuperación posto-
jas de 2 mm de grosor y un cerclaje con función de com- peratoria más rápida debido a la menor agresión quirúrgica.
presión dinámica. Pueden usarse uno o dos cerclajes diná- Las fracturas conminutas o desplazadas no son candidatas
micos según la conminución. Posteriormente se autoriza la para beneficiarse de la artroscopia, ya que la apertura de los
movilización temprana en función de la estabilidad de la retináculos compromete la visión mediante esta técnica. Una
fractura, permitiendo carga desde el postoperatorio inme- técnica híbrida que incluya la reducción abierta y la artros-
diato y valorando la libertad en flexión y extensión. Tam- copia puede proporcionar ventajas y limitar las complica-
bién puede aplicarse la banda de tensión sobre tornillos ciones.22
canulados en fracturas transversas;17 esta modalidad de
tratamiento es biomecánicamente superior, pues permite Complicaciones
movilización precoz y se asocia a mejores resultados.18
• Osteosíntesis con tornillos. Generalmente se usa en fractu- • Intolerancia o fracaso del material de osteosíntesis. Muy
ras longitudinales desplazadas. común, más del 50% de los cerclajes precisan de su extrac-
ción. Más frecuente en fracturas abiertas por el compromi-
En las lesiones de los polos debe asociarse un cerclaje de descar- so de los tejidos blandos.
ga apoyado con un tornillo transversal sobre la tibia para evitar • Migración del material de osteosíntesis, asociado a cercla-
la patela alta o baja. Este cerclaje debe retirarse posteriormente.18 jes de banda de tensión con agujas.

Patelectomía parcial
• Pérdida de reducción (22%), más frecuente en casos de
pacientes con hueso osteoporótico.
Indicada en la fractura irreconstruible de los polos. Se realiza • Pseudoartrosis (< 5%). Se puede considerar realizar pate-
la reinserción del tendón sobre el remanente de patela. Puede lectomía parcial, aunque en la mayoría de las ocasiones es
bien tolerada.
• Necrosis avascular. Es rara, termina por revascularizarse
espontáneamente en unos 2 años.
• Infección. Más frecuente en fracturas abiertas.
• Rigidez/artrofibrosis. Principalmente se pierde rango de
flexión de rodilla.
• Dolor anterior de rodilla (más frecuente en los casos de
reducción abierta y osteosíntesis que en los casos de trata-
miento conservador).
• Patela baja. En aquellos casos en los que se dispone cer-
claje de descarga a través de la tuberosidad anterior (pa-
ra proteger la osteosíntesis), con una excesiva tensión,
ocasionando un acortamiento del tendón rotuliano. Para
prevenirlo hay que tomar como referencia la altura pate-
lar de la rodilla contralateral a la hora de colocar dicho
cerclaje.

Fracturas de rótula en niños


Representan el 1% de las fracturas pediátricas.23 Las fracturas
por mecanismo directo, transversas o conminutas del cuerpo de
Figura 6‑32 Imagen radiográfica del paciente de la figura 6‑29 tras la rótula son más frecuentes en adolescentes (en los que la
una intervención mediante banda de tensión sobre aguja. A. Proyección osificación es casi completa), mientras que las fracturas en man-
anteroposterior. B. Proyección lateral. guito (sleeve fracture; fig. 6-33), como consecuencia de una

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 241

avulsión del polo inferior o superior por un mecanismo indi- Bibliografía


recto (contracción poderosa del cuádriceps sobre una rodilla
1. Harris RM. Fractures of the patella. En: Court-Brown CM, Heck-
flexionada), son más frecuentes en niños de 8 a 12 años. man JD, McQuenn MM, Ricci WM, Tornetta III P, McKee MD, eds.
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manguito viene dada por la aparición de pequeñas manchas de pincott; 2014. p. 1970-96.
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hay que realizar una RM o ecografía para confirmar el diag- 4. Müller ME, Allgowër M, Schneider R, Willeneger H. Manual of in-
nóstico. ternal fixation. Techniques Recommended by the AO-ASIF Group.
Berlin: Springer-Verlag; 1979.
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Traumatología, 4.ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana;
driceps con la rodilla en semiflexión. 2018. p. 653-64.
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fractures after anterior cruciate ligament reconstruction. Arthroscopy
condrales o por avulsión en pacientes pediátricos (sleeve frac- 2002; 18:578-83.
tures), las RM pueden estar indicadas. 10. Brownstein B, Bronner S. Patella fractures associated with acce­
El tratamiento conservador estaría indicado en aquellas lerated ACL rehabilitation in patients with autogenous patella tendon
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242 Parte II Rodilla

Capítulo 6.6

Lesiones de los ligamentos de la rodilla


Diego García-Germán Vázquez, Virginia Herrero Sierra, Cristina Ávila López, Pablo Crespo Hernández

tensa en flexión y limita principalmente la traslación anterior.


Resumen El posterolateral se tensa en extensión y en rotación interna,
Las lesiones de las partes blandas de la rodilla han adquirido limitando la rotación tibial interna. Este concepto ha sido cues-
una importancia creciente. El tratamiento habitual de las rotu­ tionado por estudios que definen su anatomía como plana o
ras del ligamento cruzado anterior suele ser la reconstrucción acintada (ribbon-like), sin fascículos independientes.2
quirúrgica mediante injerto tendinoso, con técnicas anatómi­ El LCA, por tanto, es un estabilizador primario de la tras-
cas, valorando la necesidad de añadir un refuerzo extraarticu­ lación anterior de la tibia, estabilizador secundario de la rota-
lar anterolateral. La mayoría de las lesiones del ligamento
ción tibial interna y limita el varo-valgo cuando la rodilla está
colateral medial podrán ser tratadas inicialmente de forma
conservadora. Por el contrario, la mayoría de las lesiones pos­
en extensión.
terolaterales necesitarán cirugía. En lesiones multiligamento­ El tipo de rotura más frecuente del LCA en adultos es la
sas es esencial evaluar el estado neurovascular. desinserción femoral o intrasustancia; en el caso de los niños
es más frecuente la avulsión ósea en la tibia.
La rotura parcial es un concepto controvertido clínico-ra-
diológico. Se define como una lesión parcial del ligamento en
Introducción la resonancia magnética (RM) con mantenimiento de la estabi-
lidad de la rodilla. La presencia de un pivot-shift positivo ex-
Las lesiones de las partes blandas de la rodilla han adquirido una cluye una rotura parcial. Habitualmente se lesiona uno de los
importancia creciente dado el aumento de la práctica deportiva fascículos (más frecuente el anteromedial), y puede producirse
recreativa y de competición; en deportes como el fútbol o el esquí una deformidad plástica del otro fascículo. En caso de duda se
es la articulación que se lesiona con mayor frecuencia. debe valorar la necesidad de realizar una exploración bajo
La rodilla es una articulación de alta complejidad biomecá- anestesia para comprobar la presencia de una inestabilidad ro-
nica, ya que al movimiento de flexoextensión se añade un mo- tacional mediante pivot-shift.
vimiento de rotación limitado en función del propio grado de
flexoextensión. La estabilidad secundaria a la congruencia de
sus superficies óseas es limitada y necesita de la presencia
de los meniscos y ligamentos estabilizadores. En cada movi-
miento de la rodilla el control recae en una estructura ligamen-
tosa específica (estabilizador primario), cuya acción es refor-
zada por elementos adicionales (estabilizadores secundarios).

Lesiones del ligamento cruzado


anterior
La incidencia de roturas del ligamento cruzado anterior (LCA) A
es aproximadamente de 1/3.000, y en la población entre 15 y
45 años asciende a 1/1.750. En EE. UU. se realizan aproxima-
damente 100.000 reconstrucciones de LCA anuales. Estas sue-
len ser secundaria a accidentes deportivos. El 70% de los pa-
cientes sienten un «pop» en el momento de la lesión. Las
mujeres presentan un mayor riesgo que los hombres a un mis-
mo nivel deportivo; para explicar esto se han propuesto: facto-
res hormonales, anatómicos, de control neuromuscular y ali-
neación axial.1
El LCA tiene 33 mm de longitud media y 11 mm de diá-
metro. Se inserta en la parte externa de la escotadura intercon-
dílea en la cara posterointerna del cóndilo femoral externo y en
la parte anterior de la meseta tibial, entre las espinas tibiales, B
ligeramente medial (fig. 6‑34). Figura 6‑34 A. Imagen artroscópica desde el portal anterolateral de
Su anatomía se ha descrito como dos fascículos definidos una rodilla izquierda con un LCA sano. B. Misma visión con rotura de
por su inserción tibial, uno anteromedial, más vertical y otro LCA; obsérvese la solución de continuidad entre el remanente del ligamen-
posterolateral, más horizontal. El fascículo anteromedial se to y su inserción en la cara medial del cóndilo femoral externo.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 243

La exploración de la estabilidad de la rodilla la realizare-


mos mediante los siguientes test: cajón anterior, Lachman y
pivot-shift. Pese a ser una maniobra clásica, el cajón anterior es
el test menos sensible y específico de todos, ya que está condi-
cionado por la integridad del menisco interno, el cual limita la
traslación tibial anterior en caso de insuficiencia del LCA. Si
existe una traslación anterior importante, a veces en dos tiem-
pos (signo de Finoschietto), suele deberse a una rotura en asa
de cubo del menisco interno. El test de Lachman se realiza con
la rodilla a 20-30° de flexión evaluando el grado de laxitud
anterior de la rodilla y siempre comparando con la rodilla sana.
Es más sensible y específico que el cajón anterior y es la explo-
ración más útil en la lesión aguda. El pivot-shift reproduce la
subluxación anteroexterna de la meseta tibial en los últimos
grados de extensión y es patognomónico de rotura del LCA.
En el diagnóstico por imagen radiográfica podemos encon-
trar la fractura de Segond, que describe una avulsión de la in-
serción del ligamento anterolateral (LAL), localizada entre el Figura 6‑35 Imagen de corte sagital de RM de una rotura del LCA. Se
tubérculo de Gerdy y la cabeza del peroné. Esta se produce aprecia la pérdida de continuidad y la desestructuración de las fibras del
durante el episodio de subluxación de la meseta tibial externa ligamento.
y se considera patognomónica de rotura del LCA.
Actualmente, la resonancia magnética es considerada de a un riesgo alto de roturas meniscales secundarias con un 70%
referencia para estas lesiones. En ella se puede apreciar la ro- de los pacientes intervenidos mediante meniscectomía.3,4
tura del ligamento, que pierde su disposición anatómica El tratamiento habitual suele ser la reconstrucción quirúr-
(fig. 6‑35), además de una serie de signos indirectos asociados. gica mediante injerto tendinoso. Para establecer la indicación
En un 50% de los casos se apreciará una zona de edema óseo quirúrgica tendremos en cuenta una serie de aspectos, como
en la parte anterior del cóndilo femoral externo y la parte pos- son la edad, la madurez ósea, el nivel de actividad física, nece-
terior de la meseta tibial externa en las secuencias de T2. Para sidades funcionales y expectativas. Tendremos en cuenta ade-
que este edema óseo aparezca es necesario que se haya produ- más la presencia de lesiones meniscales acompañantes o de
cido un contacto entre estas dos zonas, separadas anatómica- otros ligamentos.
mente, solo posible si se ha producido la subluxación de la Estudios recientes han demostrado resultados similares y ni-
meseta tibial externa por insuficiencia del LCA. Otros signos veles aceptables de satisfacción en mayores de 40 años, en com-
indirectos de lesión del LCA son la presencia de una traslación paración con jóvenes. En el adolescente que se encuentra en la
anterior de la tibia en los cortes sagitales y el acodamiento del pubertad, llegando al final del crecimiento, no existe en la actuali-
LCP por pérdida de tensión al desplazarse la tibia a­ nteriormente. dad contraindicación para realizar tratamiento quirúrgico, ya sea
El tratamiento inicial consiste en medidas de control del mediante técnicas transfisarias o no. La evolución con tratamiento
dolor y tumefacción, así como la recuperación temprana conservador en niños con roturas de LCA y rodillas inestables es
del rango de movimiento, carga precoz y activación muscular. mala, con alta incidencia de lesiones intraarticulares, especialmen-
Es frecuente la pérdida de la extensión completa debido al tope te roturas del menisco interno y lesiones condrales.
que supone el muñón del ligamento alojado en la escotadura La relación entre rotura del LCA y gonartrosis a largo plazo
intercondílea. La recuperación de la extensión completa es fun- sigue siendo controvertida. No hay evidencia de que la recons-
damental para el tratamiento quirúrgico. trucción del LCA prevenga el desarrollo de cambios degenerati-
El poder de cicatrización del LCA es escaso, ya que va a vos. El traumatismo condral inicial y la situación proinflamatoria
ser imposible generar un hematoma contenido y un proceso de intraarticular pueden ser factores fundamentales para el desarro-
reparación estando los extremos imbuidos en líquido sinovial llo de artrosis. El factor más importante para el desarrollo de
dentro de la articulación. El tratamiento conservador no irá en- artrosis en estos pacientes es la pérdida de función meniscal, no
caminado a un proceso de reparación del ligamento con recu- la reconstrucción o no del LCA; por tanto, es fundamental pre-
peración de su función, si no a mejorar la función de la rodilla, servar el menisco en la cirugía de reconstrucción del LCA. La
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persistiendo la laxitud. demora en el tratamiento quirúrgico aumenta el riesgo de lesión


El tratamiento no quirúrgico se puede plantear en pacientes meniscal, especialmente del interno, y en aquellos pacientes que
de mediana-avanzada edad que no realizan actividades de salto presentaban lesiones meniscales al diagnóstico empeorará el tipo
o giro y con escasa laxitud clínica (< 10 mm) o en pacientes de rotura y la posibilidad de reparación de estas.
mayores que no tienen sintomatología en su actividad habitual El tratamiento quirúrgico persigue una serie de objetivos,
y estén dispuestos a cambiar su actividad, como, por ejemplo, como son conseguir una rodilla estable, eliminando la inesta-
evitar deportes de contacto. Este consiste en la rehabilitación bilidad anterior y rotacional, proteger los meniscos, mantener
del cuádriceps e isquiotibiales, con entrenamiento propiocep- un arco de movilidad completo, así como favorecer el retorno
tivo. Se pueden usar rodilleras simples en la práctica deportiva, a la actividad deportiva. Estará indicado siempre que exista
lo que aumenta la propiocepción y da sensación de mayor se- inestabilidad franca, en pacientes jóvenes y activos, cuando hay
guridad a los pacientes. Hay que tener en cuenta que el trata- lesiones intraarticulares asociadas y en pacientes que quieran
miento conservador en pacientes con roturas de LCA se asocia seguir realizando actividad física demandante.

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244 Parte II Rodilla

Tras una lesión aguda no es aconsejable intervenir hasta que presentan resultados clínicos equiparables, por lo que la elección
se haya controlado completamente la inflamación, se haya recu- dependerá de la preferencia del cirujano. Las plastias de ten-
perado todo el rango de movimiento y la función del cuádriceps dón cuadricipital están ganando protagonismo, sobre todo en
con una marcha adecuada. Si se operan antes de este momento cirugía de revisión. Otras, menos usadas, serían las realizadas a
el riesgo de rigidez, artrofibrosis, puede ser mayor. Algunos tra- partir de cintilla iliotibial y de los tendones peroneos.
bajos recientes han encontrado tasas similares de complicaciones Otra opción son los aloinjertos criopreservados obtenidos de
relacionadas con la rigidez en pacientes operados precozmente cadáver. Tienen una menor morbilidad quirúrgica y menor tiem-
y en aquellos en los que se ha dejado «enfriar» la rodilla. po quirúrgico, aunque presentan una serie de desventajas, como
En los casos de fractura-avulsión de la espina tibial, patrón peores resultados en pacientes jóvenes con mayores tasas de
de lesión típico en pacientes esqueléticamente inmaduros, el re-rotura, pasando del 12% con autoinjerto al 35% con aloinjer-
tratamiento consiste en la reinserción de la pastilla ósea con to. Para su obtención es necesario un banco de tejidos. Este tipo
suturas transóseas o con tornillos. de injertos tienen riesgo, muy bajo, de transmisión de enferme-
Recientemente se han reintroducido las técnicas, previamen- dades, con un coste elevado y problemas logísticos, y el proceso
te abandonadas por sus malos resultados, de reinserción directa de remodelación es más lento.7 Pueden ser una opción en pacien-
femoral en lesiones por desinserción femoral en las cuales per- tes de mediana edad con demandas deportivas moderadas.
siste un buen remanente del LCA. Pese a los buenos resultados Los ligamentos artificiales han sido abandonados, aunque
publicados por algunos grupos puede decirse que no es el están- actualmente persisten los estudios sobre ellos. En la tabla 6‑5
dar de tratamiento en estos casos, ya que las tasas de revisión podemos observar una comparativa de los principales tipos de
pueden ser mayores que con una cirugía de reconstrucción.5 injertos empleados para la realización de plastias de LCA.
La mayoría de las técnicas consisten en realizar una recons- El factor pronóstico más importante de la cirugía es que la
trucción del ligamento, asistida por artroscopia, con una plastia técnica quirúrgica se realice correctamente, más que su elección.
tendinosa. Existen diferentes autoinjertos. Los más utilizados Los objetivos de esta serán conseguir reproducir anatómicamen-
actualmente son la plastia hueso-tendón-hueso (HTH) de tendón te el ligamento con una fijación primaria firme que permita una
rotuliano y los tendones de los isquiotibiales. El HTH injerto se recuperación precoz del rango de movimiento y la carga.
obtiene del tercio central del tendón rotuliano, con una pastilla La colocación anatómica de los túneles óseos es esencial.
ósea proximal y distal, de la misma rodilla lesionada. En el caso La reconstrucción con una técnica transtibial en posición ver-
de los isquiotibiales se utilizan los tendones del semitendinoso y tical no reproduce la compleja anatomía del LCA (fig. 6‑37).
recto interno, obtenidos de la misma rodilla mediante una peque- El interés por la estabilidad rotacional ha llevado al desarrollo
ña incisión (fig. 6‑36). La utilización de plastias de isquiotibiales de técnicas de reconstrucción bifasciculares con túneles inde-
por debajo de 8 mm de diámetro se ha relacionado con una ma- pendientes para los fascículos AM y PL. Estas técnicas han
yor incidencia de re-rotura, y existen técnicas de preparación de demostrado una mejor estabilidad rotacional en cadáver, pero
los tendones para ampliar el diámetro de la plastia.6 no han mostrado superioridad en estudios clínicos. La tenden-
La utilización de HTH puede permitir una incorporación más cia actual es realizar reconstrucciones monofasciculares anató-
rápida, da mayor estabilidad objetiva y una incidencia menor de micas con técnicas de tunelización femoral independiente al
pivot-shift residual, aunque la incidencia de dolor femoropatelar túnel tibial desde el portal anteromedial o con técnicas fue-
al arrodillarse es más alta en HTH, frente a la baja morbilidad en ra-dentro tunelizando el fémur desde proximal, anterógrada o
zona donante de la utilización de isquiotibiales. Ambas técnicas retrógradamente. De esta manera se consigue un túnel femoral
más horizontal, colocando el punto de inserción en la huella
anatómica del LCA e intentando reproducir la anatomía normal
y mejorar la estabilidad rotacional.8
Pese a la realización de una reconstrucción anatómica, en
un 5-30% de los pacientes persiste una inestabilidad rotacional
residual con un pivot-shift positivo. Esta ha dado lugar a una
búsqueda de las razones de esa inestabilidad y de las maneras
de solucionarla. El papel de las estructuras anterolaterales co-
mo el ligamento anterolateral (LAL), así como su reconstruc-
ción, ha adquirido gran importancia recientemente; también el
papel estabilizador de los meniscos, el estado de los ligamentos
colaterales y las alteraciones en el eje como factores de riesgo
para la inestabilidad residual.9
La incidencia de pivot-shift residual disminuye si se recons-
truye también el LAL durante la cirugía del LCA o se realizan
refuerzos extraarticulares (fig. 6‑38). Las indicaciones se están
ampliando y puede ser una buena opción en casos de cirugía de
revisión, pivot-shift de alto grado, hiperlaxitud, cronicidad
de la lesión, pacientes menores de 20 años y pacientes que rea-
licen deportes de pivotaje.10
El adecuado tratamiento de las lesiones meniscales con téc-
Figura 6‑36 Abordaje anteromedial para la extracción del injerto autó- nicas de reparación para evitar la meniscectomía será impres-
logo de semitendinoso y recto interno para la reconstrucción del LCA. cindible, no solo para proteger la rodilla del desarrollo artrósi-

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 245

Tabla 6‑5 Tipos de injerto para la preparación de plastias de LCA6


Hueso-tendón-hueso (HTH) Semitendinoso-recto interno Cuádriceps Aloinjerto
Extracción sencilla + ++ ++ +++
Escasa morbilidad ++ +++ +++ +++
Reconstrucción sencilla + +++ ++ +++
Fijación estable +++ ++ ++ +
Incorporación biológica rápida +++ ++ ++ +
Resistente de inicio +++ ++ ++ +
No elongación +++ + ++ +

LCA, ligamento cruzado anterior.

A B
Figura 6‑37 A. Imagen de reconstrucción del LCA con técnica transtibial no anatómica. Obsérvese la disposición vertical del injerto. B. Imagen de
reconstrucción del LCA con técnica anatómica o de tunelización femoral independiente, con lo que se obtiene una plastia más similar al LCA nativo con
una inserción en la huella anatómica.

co a medio y largo plazo, sino también para mejorar la


estabilidad y los resultados clínicos de la cirugía. Los pacientes
en los cuales se realizan suturas meniscales presentan una me-
jor estabilidad. Algunos patrones específicos de lesiones, como
las roturas de la rampa posterior del menisco interno, pueden
tener un papel importante en la inestabilidad rotacional resi-
dual, y su reparación se ha propuesto como un gesto necesario
en los casos en los que se presente esta lesión.
Por otro lado, la reconstrucción concomitante de los liga-
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mentos colaterales está indicada si presenta un valgo mayor de


5 mm, tras el tratamiento conservador, para el ligamento cola-
teral medial y para todo tipo de inestabilidad del ligamento
colateral lateral.
En cuanto a los cuidados postoperatorios, los protocolos de
rehabilitación son variables en función de la técnica empleada
y las preferencias del cirujano, pero en cualquier caso es esen-
cial tener en cuenta que la rehabilitación precoz demasiado
agresiva puede ser un factor promotor del fallo de la plastia.
No hay evidencia sobre la utilización de ortesis postopera-
torias. Es muy importante no limitar la extensión durante el Figura 6‑38 Tenodesis extraarticular anterolateral de Lemaire modi-
postoperatorio inmediato, ya que se relaciona con un aumento ficada con preparación del injerto de cintilla iliotibial.

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246 Parte II Rodilla

de rigidez y perdida de extensión posterior. Se debe enfatizar Lesiones del ligamento cruzado
en la recuperación precoz del rango de movimiento, sobre todo
de la extensión y la potenciación muscular con ejercicios de
posterior
cadena cerrada. La vuelta a la actividad deportiva intensa debe El ligamento cruzado posterior (LCP) es más grueso y potente
retrasarse a los 8-9 meses; los plazos se están ampliando, espe- que el LCA. Entre el 5 y el 20% de las lesiones ligamentosas
cialmente en población pediátrica, llegando a 1 año.11 Estudios de rodilla afectan al LCP. Es más frecuente que ocurran secun-
recientes han señalado que por cada mes de anticipación en la darias a traumatismos directos sobre la cara anterior de la tibia.
vuelta al deporte de contacto antes de los 9 meses aumenta el Suele ocurrir junto con lesiones de otros ligamentos; si se afec-
riesgo de re-rotura un 50%.12 ta solo el LCP, la clínica de inestabilidad puede ser muy escasa
Las complicaciones de la cirugía son infrecuentes. Pode- e incluso ausente, al contrario que en las roturas del LCA.
mos encontrar, como más frecuente, el fallo de la plastia por La prueba diagnóstica principal es el cajón posterior, du-
re-rotura o falta de integración. Puede deberse a factores técni- rante el cual se evidencia un aumento de la traslación posterior
cos en un 77-90% de los casos. En este apartado se incluye la de la tibia y ausencia de un tope firme. Se puede clasificar en
fijación, la tensión insuficiente y sobre todo la mala posición grado I con una traslación menor de 5 mm, grado II de 5-10 mm
de los túneles óseos, especialmente la colocación anterior de y grado III mayor de 10 mm. Las lesiones de grado III suelen
los túneles tibial y femoral y la verticalización del túnel femo- asociar lesiones del complejo posterolateral,14 por ello habrá de
ral, perdiendo la estabilidad rotacional. La colocación adecua- explorarse siempre la integridad de este. La rotación exter-
da de los túneles óseos es el factor más importante en la cirugía na, explorada mediante el Dial Test, estará aumentada a 30 y
de reconstrucción del LCA, y la más frecuente es la mala po- 90° de flexión si hay lesión de ambas estructuras.
sición del túnel femoral. La RM será esencial para el diagnóstico de la lesión del LCP
También puede ser debido a factores biológicos como la y para evaluar el estado del resto de las lesiones tendinosas.
falta de ligamentización de la plastia, entendida como la sus- La decisión de la opción terapéutica dependerá de una serie
titución progresiva del injerto por nuevo tejido vivo. La pre- de factores. El tratamiento conservador se indicará en lesiones
servación de los remanentes puede ayudar a la integración y aisladas del LCP en pacientes con baja demanda. En estos ca-
parece mejorar la propiocepción. Un nuevo episodio traumá- sos se ha descrito la cicatrización del ligamento (al contrario
tico podría condicionar el fallo de la plastia, pero también no que el LCA), con una inmovilización inicial y rehabilitación
realizar el diagnóstico y la reconstrucción de lesiones de es- temprana enfocada en el fortalecimiento del cuádriceps y retra-
tabilizadores secundarios, sobre todo el complejo posterola- sando el ejercicio de los isquiotibiales.15
teral. El tratamiento quirúrgico estará indicado en avulsiones
La segunda complicación más frecuente es el dolor anterior óseas desplazadas, lesiones aisladas que presentan signos de
de rodilla, que se presenta más frecuentemente con el uso de inestabilidad tras el tratamiento conservador, pacientes de alta
plastias de HTH autóloga. El dolor al arrodillarse y la pérdida demanda y en lesiones ligamentosas combinadas.
de los últimos grados de flexión o extensión es más frecuente Las técnicas quirúrgicas son similares a las empleadas en
con este tipo de plastias. el LCA, y consisten en la reconstrucción con una plastia tendi-
Otra complicación menos frecuente sería la lesión nerviosa, nosa (fig. 6‑39). Si hay avulsión ósea se puede realizar una
sobre todo de la rama infrapatelar del nervio safeno interno. La reinserción artroscópica o abierta. Las técnicas de doble fas­
incidencia de infección es baja, inferior al 1%, pero puede tener cículo con dos túneles femorales (anterolateral y posterome-
consecuencias desastrosas para la articulación. Se ha descrito dial) presentan mejores resultados biomecánicos y clínicos,16
una disminución significativa de la infección, llegando al 0%, sobre todo cuando asocian lesión del complejo posterolateral.17
cuando se empapa la plastia en una compresa con vancomicina Las complicaciones más frecuentes son el dolor femoropa-
antes de su implantación.13 telar y la artrosis femoropatelar a largo plazo, provocadas por
Ante una sospecha de infección debe realizarse una artros- la sobrecarga del cuádriceps para conseguir estabilizar la tibia
copia de lavado con toma de cultivos e instauración de trata- en casos de manejo conservador o ante el fracaso del tratamien-
miento antibiótico intravenoso. El mantenimiento de la plastia to quirúrgico. Otra complicación infrecuente en los casos qui-
y el material de fijación es controvertido; si en un primer lava- rúrgicos es la lesión neurovascular por la proximidad del túnel
do el aspecto de la plastia es bueno, se podría conservar, y sería tibial y peroneo al paquete vasculonervioso poplíteo.
necesario retirarla si precisase nuevos lavados.
La rigidez es otra complicación posible que suele mejorar
con el tratamiento rehabilitador, pero ha de tenerse en cuenta Lesiones del ligamento colateral
que puede ser secundaria a una mala posición de los túneles medial
óseos. La pérdida de extensión de la rodilla con frecuencia se
debe a la presencia de tejido cicatricial anterior al túnel tibial El ligamento colateral medial (LCM) es el ligamento más fre-
que se interpone en la escotadura intercondílea, produciendo cuentemente lesionado de la rodilla. Está compuesto de una
una lesión en cíclope. Esta puede estar causada por la utiliza- porción superficial, insertada en el epicóndilo medial del fémur
ción de rodilleras postoperatorias con limitación para la ex- proximalmente y a 6 cm de la interlínea articular en la tibial
tensión, y su tratamiento consiste en una nueva artroscopia distalmente y una porción profunda dividida en un ligamento
para resecar la cicatriz. Por último, la fractura de rótula y meniscofemoral y otro meniscotibial. El ligamento oblicuo
rotura del tendón rotuliano, complicaciones de la obtención posterior (LOP) se inserta más proximal y posterior en la tibia,
de la plastia HTH, que se presentan en menos de 1% de los anclándose en la cápsula posterior y las expansiones del semi-
casos. membranoso.18

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A B

Figura 6‑39 Cirugía de reconstrucción del


ligamento cruzado posterior. A. Corte sagital de
RM de una rotura del LCP. B. Radioscopia de la
aguja guía para el túnel tibial con un protector.
C. Fotografía clínica de la tracción mediante su-
tura para pasar el injerto. D. Fotografía artroscó-
pica del LCA y el injerto de LCP en buena posi-
ción. C D

Suele lesionarse en traumatismos en valgo de la rodilla y el biales o en casos de interposición intraarticular del ligamento
paciente suele referir un chasquido en la cara interna. Se debe que impida la cicatrización.
explorar la estabilidad de la rodilla en valgo a 0 y a 30° de En los casos de lesiones del LCM asociadas a roturas del
flexión. En extensión completa el valgo de la rodilla está tam- LCA se deberá tratar conservadoramente el LCM durante
bién limitado por el LCA. Si existe un bostezo articular en 6‑8 semanas, recuperar el rango de movimiento, la propiocep-
extensión completa, se trata de una lesión de grado III (> 10 mm ción y la fuerza muscular antes de reconstruir el LCA. En casos
de apertura, sin tope firme), que suele asociarse a rotura de en los que la inestabilidad medial persista se deberá contemplar
LCA, LCP y LOP. La asociación entre lesión del LCA y del la realización de una reconstrucción del LCM añadida.20
LCM es frecuente. Las técnicas quirúrgicas incluyen la reparación directa y
En el diagnóstico por imagen la radiografía suele ser nor- reinserción mediante implantes asociados a suturas en casos
mal, puede mostrar la lesión de Pellegrini-Stieda caracterizada agudos y el avance de la inserción femoral con un efecto de
por una calcificación de la inserción femoral del LCM en casos retensado. En los casos crónicos se realizará la reconstrucción
crónicos. Las radiografías en estrés pueden estar indicadas pa- mediante una plastia.
ra valorar la competencia del LCM. La RM puede ayudar a
diagnosticar lesiones asociadas y confirmar el grado de lesión
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del LCM.19 Lesiones del complejo


El tratamiento suele ser conservador para las lesiones de posterolateral de la rodilla
grado I y II aisladas. La mayoría de las lesiones ocurren cerca
de su inserción proximal y su cicatrización es la norma. Se La rodilla presenta una serie de estabilizadores del comparti-
permitirá carga parcial inicial con ayuda de muletas, frío, com- mento lateral. Los estabilizadores dinámicos son la banda ilio-
presión, elevación y analgésicos. En los grados II y III puede tibial, el bíceps femoral y el gemelo lateral y los estabilizadores
ser necesaria la utilización de ortesis articuladas de control estáticos que conforman el complejo posterolateral (CPL), que
varo-valgo. Se deberá comenzar el tratamiento con fisioterapia incluye el ligamento colateral lateral, el tendón del poplíteo y
para el fortalecimiento muscular tan pronto como sea posible. el ligamento fibulopoplíteo. Estos ligamentos son los estabili-
En las lesiones distales puede ser necesario un tratamiento zadores primarios del varo de la rodilla. También son esta­
quirúrgico inicialmente, sobre todo en las lesiones de tipo Ste- bilizadores de la traslación posterior de la tibia y de la rotación
ner, debido a la interposición de los tendones de los isquioti- externa de la tibia.

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248 Parte II Rodilla

Las lesiones del complejo posterolateral son menos fre- las lesiones ligamentosas asociadas, la rigidez, la inestabilidad
cuentes que las lesiones de la región medial (7-16% de todas residual y las lesiones neurológicas.
las lesiones ligamentosas de la rodilla). Suele lesionarse en
traumatismos de alta energía. Además, el nervio ciático po- Lesiones multiligamentosas
plíteo externo (CPE) puede lesionarse en el traumatismo en
varo y se asocia al 29% de las lesiones del complejo postero- Las luxaciones de rodilla suponen una emergencia con poten-
lateral. ciales consecuencias devastadoras para la extremidad e incluso
La exploración ha de seguir una serie de puntos. La evalua- la vida del paciente. Es esencial un alto grado de sospecha
ción neurovascular, con especial interés en el CPE, no ha de ser para identificar aquellos casos que han presentado una reducción
obviada. La presencia de un bostezo en varo solo a 30° de fle- espontánea y que habrá que vigilar para diagnosticar precoz-
xión se asocia a lesión aislada del complejo posterolateral. Si mente las complicaciones vasculares que puedan ocurrir. Es
existe una diferencia de más de 4 mm en el bostezo con respec- frecuente este escenario en pacientes con sobrepeso con trau-
to a la rodilla contralateral, nos encontraremos ante una lesión matismos indirectos de baja energía.
del ligamento colateral lateral (LCL) y del complejo postero- Es esencial una valoración vascular incluyendo la medi-
lateral.21 Si el bostezo también ocurre a 0° se asocia a lesión del ción del índice tobillo-brazo,23 y en caso de ser patológico,
LCA o LCP. realizar un estudio vascular con ecografía Doppler, arteriogra-
Exploraremos también la diferencia en la rotación externa fía o angio-TAC. La valoración neurológica es también esen-
en decúbito prono a 30 y a 90° mediante el Dial Test. Si la ro- cial, ya que asocian un 25% lesiones del CPE. En la mayoría
tación externa está aumentada 10-15° con respecto a la rodilla de los casos, la reducción puede mantenerse con una férula u
contralateral a 30° de flexión, estará lesionado el CPL; si está ortesis; en casos de inestabilidad grosera o necesidad de ciru-
también aumentada a 90°, también estará lesionado el LCP. Es gía vascular puede ser necesaria la colocación de un fijador
esencial además explorar el cajón posterior, que estará aumen- externo.
tado en casos de lesión del LCP y CPL. En la tabla 6‑6 se muestra la clasificación de Schenk modi-
En el estudio radiográfico pueden aparecer fracturas-avul- ficada, que categoriza estas lesiones en función de la presencia
siones de la cabeza del peroné, fractura de Segond si se asocia de lesiones de los ligamentos cruzados.
a rotura del LCA. La RM es la prueba de imagen de elección, El mejor tratamiento de estas lesiones es controvertido, es-
informará sobre la localización, la gravedad y el tipo de le- pecialmente el papel de la reparación primaria y la cronología
sión ligamentosa. Estas lesiones se clasifican según el grado de del tratamiento; aparentemente presenta mejores resultados
inestabilidad en extensión, y se considerarán de grado I a aque- realizar la cirugía en las primeras 3 semanas.24
llas con 0-5 mm de apertura en varo, II entre 5-10 mm, y
III mayores de 10 mm sin tope firme. Estas últimas suelen aso- Conclusiones
ciar lesiones del LCA y/o LCP. Es infrecuente la presencia de
roturas completas aisladas del CPL. La selección del paciente es esencial para plantear un tratamien-
El tratamiento conservador estará indicado solo en lesiones to conservador en roturas del LCA. Los aloinjertos se reserva-
de grado I y II aisladas. Se realizará mediante inmovilización rán para pacientes de mediana edad y baja demanda, y para
con rodilla en extensión durante 2-3 semanas con carga parcial. casos de revisión. Las inestabilidades mediales asociadas a
A partir de entonces se irá aumentando el rango de movimiento roturas del LCA, persistentes tras tratamiento conservador, de-
y la fuerza muscular. berán ser tratadas. La mayoría de las lesiones posterolaterales
La mayoría de las lesiones del CPL son combinadas y ne- se asocian a otras lesiones ligamentosas y deberán ser tratadas
cesitarán tratamiento quirúrgico. Está indicado en lesiones de quirúrgicamente. Frente a una sospecha de luxación de rodilla
grado III, lesiones con componente de inestabilidad rotacional deberá vigilarse estrechamente el estado neurovascular.
o lesiones asociadas a roturas de ligamentos cruzados. Es im-
portante tratar adecuadamente las lesiones del complejo poste-
rolateral asociadas a roturas del LCA. Una causa frecuente de
fallo en la ligamentoplastia del LCA es la presencia de una Tabla 6‑6 Clasificación de Schenck modificada
lesión del CPL no diagnosticada.
Clasificación Patrón de lesión
La reparación directa puede ser una opción antes de las
2 primeras semanas para evitar que la anatomía se distorsione KD-I Lesión multiligamentosa que afecta
mucho. Sin embargo, se han descrito fracasos hasta en el 45% solo a un ligamento cruzado
de las reparaciones directas frente a un 4% con reconstrucción, KD-II Lesión del LCA y LCP
lo que ha llevado a algunos autores a recomendar la reconstruc-
KD-III Lesión del LCA, LCP y complejo
ción diferida sin intento de reparación aguda.22
posteromedial o posterolateral
La reconstrucción debe reproducir las estructuras esencia-
les para mantener la estabilidad: el ligamento colateral lateral, KD-IV Lesión del LCA, LCP, complejo
el tendón del poplíteo y el ligamento fibulopoplíteo. Dada la posteromedial y posterolateral
longitud de la plastia que se precisa, se suele optar por aloin- KD-V Lesión multiligamentosa con fractura
jerto de tendón de Aquiles. Es fundamental la correcta locali- periarticular
zación de los túneles óseos y la isometría de la plastia. En el
postoperatorio se debe proteger el varo y la rotación externa LCA, ligamento cruzado anterior; LCP, ligamento cruzado posterior.
durante 3 meses. Los resultados van a estar condicionados por

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Capítulo 6.7

Lesiones meniscales de la rodilla


Antonio Maestro Fernández, Nicolás Rodríguez García, Carmen Toyos Munárriz, Iván Pipa Muñiz
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Resumen raíz meniscal, ambas con claros efectos deletéreos sobre la


La anatomía meniscal es la base del conocimiento de su com­ estabilidad de la rodilla (especialmente en asociación a otras
portamiento biomecánico en la dinámica articular y sus fun­ lesiones, como las del pivote central), ha permitido el desarro­
ciones específicas, situaciones ambas básicas para el estable­ llo de técnicas reconstructivas para, tal y como se ha dicho
cimiento de una actitud terapéutica. Los criterios exploratorios anteriormente, intentar mantener la estructura meniscal.
y confirmatorios del tipo y características de la lesión meniscal E igualmente, la presencia de variables como el menisco dis­
permitirán realizar una correcta planificación preoperatoria, coideo exige un tratamiento específico. Existen diferentes téc­
siempre con la premisa de mantenimiento o economía menis­ nicas de reparación, todo dentro-fuera, todo fuera-dentro o
cal y reparación en los casos en que sea posible, partiendo del mixtas, la especificidad de la lesión permitirá u obligará a uti­
conocimiento de que cuanto más menisco se mantenga será lizar una u otra, y por supuesto las fases postoperatorias y de
mejor el pronóstico. El énfasis actual en lesiones tipo rampa o rehabilitación variarán dependiendo de la técnica realizada.

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250 Parte II Rodilla

Introducción bras, que permiten transformar las cargas de compresión


axial en cargas en fuerzas de tensión a lo largo del eje ma-
La patología meniscal es una de las principales causas por la yor del menisco.
que los pacientes acuden a consultas de traumatología, y por 2. M
 ovilidad. Ya que no son estructuras fijas, sino que gozan de
este motivo debemos estar familiarizados con el manejo de es- cierto grado de movilidad:1 el externo es más móvil por la
te tipo de lesiones. menor congruencia del compartimento externo y por una me-
A partir del conocimiento de las características anatómicas nor fijación a la cápsula articular, permitiéndole una mayor
y biomecánicas de dichas estructuras fibrocartilaginosas, debe- movilidad (9-11 mm) sobre el platillo tibial; y el interno, al
mos comprender que no todas las lesiones meniscales son igua- presentar una estrecha relación con el ligamento colateral
les e implican el mismo tipo de tratamiento; existen muchos medial y con la cápsula articular, tiene una menor movilidad,
patrones de rotura y muchas variables que deben tenerse en lo que a su vez hace que la lesión de este menisco medial sea
cuenta a la hora de ofrecer al paciente un tratamiento lo más más frecuente respecto al externo, con una proporción 2,5:1.
acertado posible, y por este motivo debemos entender por qué Durante el movimiento normal de flexión de la rodilla, los
ciertas roturas pueden llegar a cicatrizar, cuáles no es necesario cóndilos femorales y el punto de contacto se desplazan pos-
operar y cuáles son las variables que debemos tener en cuenta teriormente debido al mecanismo de «atornillado o roll-­
para escoger el tratamiento más acertado, teniendo en cuen- back», siendo a partir de los 90° cuando se ven más solicita-
ta asimismo las posibles complicaciones que pueden surgir. dos, lo que origina que los pacientes con lesiones meniscales
A lo largo de este capítulo nos familiarizaremos con las presenten sintomatología con la flexión articular.
funciones de los meniscos y por qué es primordial conservarlo 3. Estabilidad. El menisco interno tiene un papel importante
en la medida de lo posible. Mostraremos los pasos que debe- como estabilizador anteroposterior de la rodilla, lo que in-
mos seguir para el diagnóstico de la lesión meniscal y, una vez crementa su importancia cuando nos encontramos con un
diagnosticada, de qué alternativas terapéuticas disponemos y ligamento cruzado anterior insuficiente, que determina el
qué criterios debemos emplear para realizar una u otra, así co- concepto de «economía meniscal» a la hora de tomar una
mo los detalles quirúrgicos más relevantes de cada una de ellas. decisión terapéutica.2

Anatomía Exploración
Los meniscos son dos estructuras de fibrocartílago compuestas El diagnóstico de la lesión meniscal se realizará mediante una
por fibras de colágeno que recubren de la mitad a dos tercios de adecuada anamnesis, exploración física y pruebas complemen-
las mesetas tibiales, y tienen ciertas particularidades anatómicas. tarias.3 Es importante saber si ha existido un antecedente trau-
Tienen forma de semiluna, el interno es más alargado en el plano mático, principalmente de flexión y torsión con el pie en apoyo
anteroposterior, con forma de C, y el externo más ancho, con o un cambio brusco de dirección, o si por el contrario el dolor
forma de O. Ambos presentan una forma triangular, y se pueden ha aparecido de forma paulatina. Durante la exploración es im-
distinguir tres zonas anatómicas: un cuerno anterior, un cuerpo portante poner de manifiesto la presencia de derrame articular,
meniscal y un cuerno posterior. Están anclados al hueso subcon- déficit de movilidad, atrofia muscular y dolor a la palpación de
dral de la meseta tibial mediante los cuernos anterior y posterior la interlínea articular, principalmente en los dos tercios poste-
y una inserción capsular periférica que es más firme en el interno riores. La sensibilidad y la especificidad de las diferentes ma-
que en el externo. Esto es debido a que se une firmemente al niobras meniscales son bajas, por lo que no existe ningún signo
fascículo profundo del ligamento colateral medial, siendo esta patognomónico de la lesión meniscal, los principales son:3
particularidad la que le hace menos móvil que el externo.
Existen asimismo unos ligamentos, inconstantes, denomi- • Test de McMurray. Se realiza en decúbito supino y palpan-
nados meniscofemorales, que se extienden desde el cuerno do la interlínea medial o lateral a la vez que se realiza rota-
posterior del menisco externo al cóndilo femoral medial, que ción externa o interna, respectivamente, junto con flexoex-
son los de Humphry o el de Wrisberg o posterior. tensión pasiva.
El aporte vascular de los meniscos proviene principalmente • Test de Steinmann II. Con el paciente sentado y la rodilla
de las arterias geniculares laterales y mediales, y varía con la flexionada 90° se realiza flexión-extensión con rotación
edad, ya que en el recién nacido el 50% de la región periférica externa e interna, lo cual produce un dolor que se desplaza
de cada menisco está vascularizada, para ser entre el 10 y el 30% hacia la región anterior a nivel de la interlínea.
el menisco medial y entre el 10 y el 25% del menisco lateral en • Test de Apley. Se realiza en decúbito prono. La compresión
el adulto, y según este aporte vascular se clasifican sus lesiones y rotación tibial produce dolor en la interlínea.
en unas zonas roja, roja-roja, roja-blanca y blanca-blanca, con • Test de Steinmann I. Maniobra similar a esta en mandos
suma importancia respecto a la curación meniscal. pero sin palpación a nivel de la interlínea, en este caso se
realizan rotaciones externas e internas bruscas con el pa-
Biomecánica ciente sentado con las rodillas flexionadas a 90°, la apari-
ción de dolor en la interlínea marcará patología meniscal.
Las funciones mecánicas se pueden resumir en tres apartados:
Pruebas complementarias
1. A
 bsorción de cargas. Su principal función como elementos
de amortiguación de presiones entre el fémur y la tibia, lo Si bien en la fase aguda puede estar indicada la realización de
cual es facilitado por la disposición longitudinal de sus fi- radiología simple, la prueba de elección es la resonancia mag-

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 251

Tipos de roturas
Podemos clasificar las lesiones meniscales por su morfología
y por su cronología.
Desde el punto de vista morfológico distinguimos:

• Roturas verticales:
• Longitudinal: son roturas que aparecen a través de las
fibras circunferenciales de colágeno (fig. 6‑40). Pueden
ser de espesor parcial o completo. Las roturas en asa de
cubo forman parte de este tipo (fig. 6‑41).
• Radial: son roturas que rompen las fibras de colágeno.
Se suelen producir a nivel de la unión del cuerpo y el
cuerno posterior (fig. 6‑42).
• Roturas horizontales: son roturas paralelas a la superficie del
platillo tibial. Dividen el menisco en dos hojas, una superior
y otra inferior, de ahí su definición en «hoja de libro».
• Roturas complejas: implican roturas en dos planos distin-
tos, es decir, vertical más horizontal.

Figura 6‑40 Rotura longitudinal con el gancho explorador en el espe- Desde el punto de vista cronológico podemos distinguir:
sor de la lesión del menisco.
• Agudas o traumáticas: este tipo de lesiones pueden apare-
cer cuando una fuerza excede la capacidad de carga de un
nética, que presenta una especificidad del 88 al 95% y una menisco sano o bien cuando una fuerza leve actúa sobre
sensibilidad del 80-93% para detectar lesiones meniscales, apa- un menisco ya alterado (fig. 6‑43).
reciendo el menisco normal como una estructura de baja señal • Degenerativas: son las lesiones que aparecen por la sobre-
uniforme.4 La presencia de una imagen hiperintensa en secuen- carga repetida y microtraumática sobre los meniscos. Es
cias potenciada en T2 (aumento de señal lineal que contacta habitual que aparezcan a nivel del cuerno posterior de los
con la superficie articular) es indicativa de rotura y resulta ne- meniscos. Las fuerzas de cizallamiento sobre la rodilla pro-
cesaria la correlación con la clínica para decidir el tratamiento; ducen lesiones horizontales.
es importante en determinados casos tener una visión global de
toda la extremidad inferior mediante la realización de una tele-
rradiografía de miembros inferiores, para conocer los ejes de «Nuevas» antiguas lesiones
carga de la articulación y valorar la posible necesidad de otro meniscales: rampa meniscal
gesto quirúrgico asociado (osteotomía tibial o fémur). Hay que y raíz menisacal
destacar la importancia de la artro-TAC, cuya indicación puede
cobrar importancia en la evaluación de meniscos ya operados, En los últimos años ha cobrado importancia un tipo de lesión
así como para la valoración de suturas y trasplantes meniscales. meniscal específica: las lesiones de la rampa y las de la raíz
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A B
Figura 6‑41 Rotura en asa de cubo con fragmento luxado en el intercóndilo (A) y posteriormente reducido mediante el gancho explorador previo a
la sutura (B).

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252 Parte II Rodilla

• Tipo 4: cuando hay lesión meniscal completa.


• Tipo 5: cuando hay lesión meniscal completa doble a nivel
de la región periférica del menisco.

Este tipo de lesiones están presentes en hasta un 17% de los casos


en que hay rotura del ligamento cruzado anterior (LCA), y el
problema radica en que en ocasiones son infradiagnosticadas en
estudios de resonancia magnética preoperatorios y pueden pasar
desapercibidas durante el procedimiento artroscópico (fig. 6‑44).
Por este motivo se recomienda siempre una exploración artros-
cópica sistemática y protocolizada, abordando el compartimento
posteromedial de la rodilla con el fin de valorar de forma ade-
cuada la rampa meniscal y descartar patología a dicho nivel, y si
es necesario, realizar el tratamiento pertinente.

Lesiones de la raíz meniscal


Figura 6‑42 Rotura meniscal radial. Se definen como roturas radiales completas6 a una distancia de
< 1 cm de la raíz del menisco o avulsión ósea de la inserción
meniscal. Son un tipo de lesión clásicamente bien conocido de la raíz meniscal, el menisco pierde su fijación a la tibia y por
pero que recientemente ha experimentado modificaciones y tanto la capacidad de soportar la tensión en aro hoop stress
avances en lo que a su tratamiento se refiere. (fig. 6‑45), perdiendo su capacidad biomecánica. En la RM se
podrá apreciar la rotura en la raíz principalmente en los cortes
Lesiones de la rampa meniscal axiales y coronales, y en estos últimos asimismo se podrá apre-
ciar la típica extrusión del cuerpo del menisco. El tratamiento
Se define como una lesión longitudinal,5 que afecta a la región de este tipo de lesiones pasa por realizar una reinserción artros-
del cuerno posterior del menisco interno en la zona de la unión cópica con suturas y reanclaje transóseo.
meniscocapsular con una longitud < 2,5 cm y que implica dis-
tintos grados de lesión del ligamento meniscotibial.
Según el tipo de lesión de rampa meniscal, se clasifica en Lesiones «sin rotura»: menisco
cinco tipos: discoideo
• Tipo 1: cuando la lesión afecta a la unión meniscocapsular. El menisco discoideo es una variante anatómica del menisco
• Tipo 2: cuando la lesión es parcial y afecta a la cara supe- normal por la cual presenta un mayor tamaño y grosor. Su etio-
rior de la región de rampa meniscal. logía no está clara, Suele presentarse a nivel del menisco exter-
• Tipo 3: cuando la lesión es parcial y afecta a la cara inferior no con una incidencia entre el 0,4 y el 17%, y es extremada-
de la región de la rampa meniscal. mente raro a nivel medial.7 Los meniscos discoideos tienden a

CFI

LMC

CPMI

Figura 6‑43 Imagen de resonancia magnética con rotura meniscal pe- Figura 6‑44 Lesión en rampa (flecha). CFI, cóndilo femoral interno;
riférica con posibilidad de cicatrización; por tanto, candidata para sutura CPMI, cuerno posterior del menisco interno; LMC, ligamento del menisco
meniscal. capsular.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 253

• La artroscopia no debe ser la primera opción terapéutica.


• La artroscopia se realizará siempre tras la práctica de prue-
bas de imagen.
• La artroscopia se realizará si el dolor o los síntomas mecá-
nicos están presentes durante 3 meses.
• La artroscopia se contraindica si existe artrosis en la pro-
yección de Schuss.

Existen diferentes programas de rehabilitación de la rodilla.


Sin embargo, todos ellos irán encaminados a mejorar la mo-
vilidad articular, la fuerza y la propiocepción. En nuestro
caso recomendamos 4 semanas de terapia supervisada con
tres sesiones semanales de ejercicios de fortalecimiento mus-
cular y propiocepción. Posteriormente se instruyen ejercicios
domiciliarios permitiendo deportes en descarga como bici-
cleta y natación a partir de la 4 semana, la flexión por encima
de 90° se limita al segundo mes. Consideramos muy impor-
tantes los ejercicios propioceptivos sobre cojín o superficie
inestable.
Figura 6‑45 Rotura de raíz meniscal, con claro desplazamiento de esta.

Tratamiento quirúrgico
sufrir roturas horizontales por la fuerza de cizallamiento que
produce el fémur sobre el menisco. El objetivo del tratamiento quirúrgico pasa por preservar la
Según la clasificación de Watanabe8 existen tres tipos de mayor cantidad de tejido meniscal viable, con el fin de que
meniscos discoideos: haya la menor repercusión funcional. Existen diversas alterna-
tivas quirúrgicas.
• Tipo I: completo. Cubre completamente el compartimento
Técnicas de resección: meniscectomía parcial
externo y está bien anclado a la periferia.
• Tipo II: incompleto. No cubre completamente el platillo La técnica de resección meniscal consiste en eliminar el tejido
tibial, pero su inserción, al igual que el tipo I, es firme. meniscal que se encuentra dañado y es inestable, intentando
• Tipo III; Wrisberg. Tiene un aspecto similar al normal. Su preservar el mayor remanente.
cuerno posterior es estabilizado, únicamente, por el liga- El empleo de nuevas técnicas de meniscectomía a través de
mento de Wirsberg al cóndilo femoral, lo que le confiere radiofrecuencia térmica permite una mejor y más precisa regu-
cierta inestabilidad. larización meniscal.
Está indicada en casos en los que no es posible aplicar las
Los meniscos discoideos no tienen una forma de presenta- técnicas de reparación meniscal: roturas en zona avascular, ro-
ción clara. Pueden ser asintomáticos, o aparecer como una go- turas radiales, roturas degenerativas, roturas horizontales, rotu-
nalgia inespecífica, insidiosa, que se presenta con el ejercicio ras complejas, roturas pediculadas y ante el fracaso del empleo
o incluso chasquidos con la flexoextensión de la rodilla. En de técnicas de reparación.
estos casos no suele existir rotura. De estar presente, la clínica Es un procedimiento quirúrgico que presenta baja morbili-
más típica sería con inflamación y derrame, déficit de movili- dad, permite una rápida reincorporación a la vida activa y prác-
dad e incapacidad para la carga de peso. tica deportiva del paciente.
El manejo terapéutico de este tipo de lesiones está en debate. Toda resección meniscal afectará a la transmisión de carga
La artroscopia solo se recomienda para aquellos pacientes que femorotibial reduciendo la superficie de contacto, aumentando
presenten dolor, derrame articular, bloqueos articulares o déficit el pico de presión y favoreciendo la degeneración condral. De-
de movilidad. La técnica quirúrgica consiste en la saucerización be tenerse en cuenta que los buenos resultados precoces de la
del menisco, es decir, una meniscectomía parcial dejando un meniscectomía podrán ir empeorando con el tiempo debido al
remanente estable de unos 6‑8 mm. Un punto que se ha de tener desarrollo o incremento de cambios degenerativos.
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en cuenta es la estabilidad, ya que según Kligene9 se aprecia una


inestabilidad hasta el 28% de los casos, principalmente a nivel Técnicas de reparación
cuerno anterior. Dicha inestabilidad sería necesario repararla. Las técnicas de reparación pasan por la sutura meniscal, y la
finalidad es conseguir la cicatrización de la lesión meniscal y
Tipos de tratamiento con ello preservar la totalidad del menisco y minimizar la re-
percusión biomecánica de la rodilla; es una técnica precisa11 y
Tratamiento conservador tiene unas indicaciones claras:

La lesión meniscal no es sinónimo de artroscopia. Las lesiones • Roturas > 1 cm.


degenerativas serán las que más se beneficien del tratamiento • Zona roja-roja o roja-blanca.
conservador. La ESSKA, en su consenso sobre meniscos, reco- • Roturas verticales longitudinales.
mienda:10 • Roturas en asa de cubo.

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254 Parte II Rodilla

Con la correcta selección de pacientes según las indicaciones entre fémur y tibia y así amortiguar cargas entre ambas super-
previas, aproximadamente el 10-15% de las lesiones menisca- ficies de contacto, lo que requiere de la presencia de un muro
les son suturables, y la mayoría suelen asociarse a una recons- meniscal intacto al que se pueda suturar el implante meniscal.14
trucción del LCA con un 90% de éxitos a los 5 años del trata-
miento. Según la topografía lesional del menisco afecto, se Postoperatorio y rehabilitación
pueden realizar diferentes tipos de técnicas de sutura:
Tras la cirugía meniscal, el postoperatorio y la rehabilitación
• Dentro-fuera: roturas de la mitad meniscal posterior. Precisa vendrán determinados por la técnica realizada, bien meniscec-
una incisión medial o lateral para recuperar las agujas. Su tomía o resección, o bien sutura o reconstrucción meniscal.
principal desventaja es el riesgo de lesión neurovascular: En el primer caso depende de la cantidad de menisco rese-
• Lateral: nervio ciático poplíteo externo (CPE) y arteria cado, pero de una forma generalizada se deberá instaurar una
poplítea. rehabilitación funcional precoz, con movilizaciones según to-
• Medial: ramas del nervio safeno. lerancia y trabajo progresivo, de inicio siempre en cadena ci-
• Fuera-dentro: roturas de tercio meniscal anterior y medio. nética cerrada.
• Todo dentro: lesiones periféricas del cuerpo y cuerno pos- En el caso de la sutura meniscal, dependerá asimismo del
terior. tamaño de la rotura y sobre todo de las posibilidades de cura-
ción de esta, por tanto, precisando un enfoque asociado y con-
En la actualidad, el empleo de dispositivos biorreabsorbibles junto desde los puntos de vista mecánico y biológico, a dife-
de ácido poliláctico o mixtos, es decir, combinación de una rencia del anterior, donde era más mecánico. Se deberá proteger
sutura con una barra biodegradable que ancla el borde perifé- siempre la flexión en carga, teniendo en cuenta la necesidad de
rico del menisco a la cápsula, es lo más utilizado. las primeras 3 a 6 semanas. En ambas posibilidades terapéuti-
Independientemente del tipo de técnica de sutura meniscal, cas se manejan protocolos de rehabilitación muy sistemáticos
lo ideal desde el punto de vista biomecánico es dar el punto y se deberá tener muy presente el morfotipo del paciente en
meniscal con disposición vertical, ya que es más resistente y base a su eje de la extremidad para proteger más o menos tiem-
por tanto proporciona una mayor estabilidad.12 po dependiendo especialmente de la patología meniscal exter-
Suele haber mayores tasas de reparación en los casos en na en el genu valgo y la interna en el varo.
que se realiza sutura del menisco externo y en casos en que la Tras la cirugía de una meniscectomía podremos realizar
sutura meniscal se asocia a la realización de ligamentoplastia carga parcial durante las 2 primeras semanas y desde la tercera
de LCA en relación con los túneles óseos que se realizan a nivel una carga prácticamente total dependiendo del tipo de rotura y
femoral y tibial, ya que liberan células pluripotenciales que tipo de cirugía. Empezaremos con ejercicios isométricos en
favorecen el poder de cicatrización meniscal. descarga, aumentando la exigencia y carga dependiendo de la
tolerancia del paciente. Asimismo se incluirá el trabajo de po-
Técnicas de sustitución tenciación muscular.
Dentro de las técnicas de sustitución nos encontramos con el Desde la tercera o la cuarta semana podremos proceder a
trasplante y el implante meniscales de colágeno, los cuales pre- la retirada de muletas, mantendremos todas las pautas anterio-
tenden retrasar el deterioro articular en casos de daño meniscal res, aumentando la carga y exigencia de trabajo, y además
muy severo y en casos de meniscectomía previa. empezaremos con ejercicios propioceptivos e iremos inclu-
yendo trabajo del gesto y readaptación deportivos. Si al pa-
Trasplante meniscal ciente se le ha realizado una sutura meniscal, no deberá reali-
Se trata de una técnica compleja13 y con unas indicaciones pre- zar carga axial total durante las 3-4 primeras semanas; se
cisas: deberá de tener precaución con la flexión activa. Sí incluire-
mos trabajo isométrico en camilla de cuádriceps para, desde
• Paciente joven < 50 años. la tercera o la cuarta semana, empezar con trabajo en carga
• Antecedente de meniscectomía subtotal o el equivalente parcial, aumentando progresivamente, así como pauta en bici-
biomecánico de una meniscectomía total. cleta estática y piscina.
• Presencia de sintomatología.
• Ligamentos íntegros o susceptibles de reparación asociado Complicaciones
a la sustitución meniscal.
• Normoalineación en telerradiografía. Existiendo la posibilidad de curación meniscal,15 el tratamien-
• Cambios degenerativos articulares de grados I o II. to de esta lesión vendrá determinado por la presencia de sinto-
matología limitante, o como medida de prevención de lesiones
Respecto a los tipos de injerto, puede ser fijado mediante cilin- futuras para no asumir riesgos;16 es muy importante la detención
dros óseos en los cuernos meniscales, puentes óseos o a partes o prohibición de situaciones de riesgo, como puede ser la rea-
blandas, para asegurar el aporte vascular periférico y dar un lización de deporte,17 máxime teniendo en cuenta que no es una
soporte para el sustituto meniscal. cirugía exenta de complicaciones, algunas de ellas graves.

Implante meniscal de colágeno Inmediatas


Consiste en la colocación por vía artroscópica de un andamia-
je biorreabsorbible de colágeno tipo I para que actúe como guía Son aquellas que tienen su presentación de forma inmediata y
de crecimiento de un tejido fibrocondrocítico que se interponga que fundamentalmente vendrán determinadas por la lesión de

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 255

estructuras neurovasculares, con una sintomatología de frialdad, se remarcará el punto de vista terapéutico), la osteonecrosis
palidez y ausencia de flujo de inicio en dedos, o alteraciones de y la gonartrosis representan el mal resultado de estas ciru-
sensibilidad.18-20 En ocasiones pueden ser complicaciones muy gías. Si bien la primera (osteonecrosis posmeniscectomía)
importantes y que pueden precisar inmediatez en su reparación. no es habitual en pacientes jóvenes, la presencia de derrame
Destacan, con sus diferentes etiologías, el tromboembolismo y y limitación dolorosa posterior a los 2 meses de la interven-
la infección. ción debe establecer una sospecha o al menos un descarte
de la misma tras los casos de meniscectomía,26 estando su
Tardías diagnóstico representado en las manifestaciones clínicas y
los signos de RM.27 La degeneración articular o gonartrosis
• La re-rotura viene a ser la complicación «no inmediata» tras la resección meniscal traduce el patrón de deterioro
más frecuente, representa el 10-25% de las mismas, espe- articular que ocasiona sintomatología, mayor o menor, y
cialmente en los casos en que se ha hecho una sutura,21 y que se ha mostrado consecutiva a la resección meniscal,28
no varía su incidencia según la técnica realizada.22 La pre- y cuyo último eslabón terapéutico es la implantación de una
sencia de bloqueo articular debe obligarnos a descartar es- prótesis de rodilla.
ta posibilidad mediante la correcta exploración y realiza-
ción de RM. La posibilidad de neosutura, si tenemos la Conclusiones
posibilidad de que el tejido tenga posibilidad de curación,
será la elección, de lo contrario la meniscectomía será ne- Si bien la lesión meniscal representa una importante o alta fre-
cesaria, y deberá mantenerse la mayor cantidad de menisco cuencia de presentación en las consultas traumatológicas, su
posible, especialmente el reborde o la periferia meniscal de individualización y selección terapéutica reviste máxima im-
una forma uniforme para la mejor transmisión de cargas portancia en la obtención de los resultados deseados y esperados
futura; son muy importantes el morfotipo y el eje de la por el paciente. El concepto de «economía meniscal» deberá
extremidad, así como el compartimento implicado, ya que estar siempre presente y las posibilidades de «reparación o su-
se ha demostrado que la posibilidad de re-rotura en el me- tura meniscal» han de adaptarse a las expectativas del paciente
nisco medial es hasta seis veces menor que el la­teral.23 y posibilidades de curación biológica. El conocimiento de las
Desde el punto de visto etiológico es muy importante posibles complicaciones precoces o tardías deberá protocolizar
conocer el tiempo desde cirugía, ya que si esta re-rotura es muy exhaustivamente tanto la técnica quirúrgica como las pau-
atribuible a un problema de fijación o mecánico, y si suce- tas postoperatorias.
de después de los 24 meses, puede deberse a una mala po-
sibilidad de curación y se consideraría como una neorrotu-
ra, con una menor posibilidad de reparación tras nueva Bibliografía
sutura.24 Tras los estudios de imagen (RM) y el consiguien- 1. Renström P, Johnson R. Anatomy and biomechanics of the menisci.
te correcto diagnóstico, ante la persistencia clínica, la valo- Clin Sports Med 1990;9(3):523-38.
ración de una reartroscopia deberá tenerse en cuenta, y 2. Abram SG, Beard DJ, Price AJ. BASK Meniscal Working Group.
National consensus on the definition, investigation, and classification
considerar en este caso las posibilidades de curación me- of meniscal lesions of the knee. Knee 2018;25(5):834-40.
niscal tanto desde el punto vista mecánico como biológico 3. Tria AJ. Exploración clínica de la rodilla En: WN Scott, ed. In-
para la toma de decisiones intraoperatorias. sall y Scott. Cirugía de la Rodilla, 4.ª ed. Madrid: Elsevier; 2007.
• La afectación cartilaginosa, del cartílago articular o con- p. 86‑98.
4. Lecouvet F, Van Haver T, Acid S, Perlepe V, Kirchgesner T, Vande
drolisis, representa una complicación muy seria y que re-
Berg B, et al. Magnetic resonance imaging (MRI) of the knee: Iden-
trasa o puede desmoronar las expectativas de la cirugía tification of difficult-to-diagnose meniscal lesions. Diagn Interv Ima-
meniscal. Si bien resulta aún de etiología idiopática, el au- ging 2018;99(2):55-64.
mento de las presiones compartimentales tras la resección 5. Chahla J, Dean CS, Moatshe G, Mitchell JJ, Cram TR, Yacuzzi C,
practicada, especialmente si el eje de la extremidad las in- et al. Meniscal Ramp Lesions: Anatomy, Incidence, Diagnosis, and
Treatment. Orthop J Sports Med 2016;4(7):2325967116657815.
crementa (genu valgo en caso de menisco lateral, y genu 6. Pache S, Aman ZS, Kennedy M, Nakama GY, Moatshe G, Ziegler C,
varo en el caso del medial), así como la posible inestabili- et al. Meniscal Root Tears: Current Concepts Review. Arch Bone
dad consecutiva a la resección, se han considerado un factor Joint Surg 2018;6(4):250-9.
desencadenante.25 7. Kini SG, Walker P, Bruce W. Bilateral symptomatic discoid medial
La clínica que muestra el paciente es igual que en los meniscus of the knee: a case report and review of literature. Arch
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Trauma Res 2015;4(1): e27115.


casos de re-rotura basada en derrame y dolor que ocasiona 8. Watanabe M, Takeda S, Ikeuchi H. Atlas of arthroscopy, 3rd ed.
limitación funcional de tipo antiálgico, a diferencia de la ­Tokyo: Springer-Verlag; 1979.
re-rotura que puede presentar un bloqueo de tipo mecánico, 9. Klingele KE, Kocher MS, Hresko MT, Gerbino P, Micheli LJ. Dis-
lo que exige la realización de estudios de imagen (RM) que coid lateral meniscus: prevalence of peripheral rim instability. J Pe-
diatr Orthop 2004;24(1):79-82.
serán definitorios en cuanto al diagnóstico. 10. Beaufils P, Becker R, Kopf S, Englund M, Verdonk R, Ollivier M,
En caso de presentar una condrolisis, resulta obligatoria et al. Surgical management of degenerative meniscus lesions: the
la descarga y el establecimiento de una pauta inflamato- 2016 ESSKA meniscus consensus. Knee Surg Sports Traumatol Ar-
ria (medicamentosa y desde el punto de la fisioterapia), y throsc 2017;25(2):335-46.
precisará un estricto control evolutivo para ir superando 11. Beaufils P, Pujol N. Meniscal repair: Technique. Orthop Traumatol
Surg Res 2018;104(1S):137-45.
fases, especialmente desde el punto de la carga. 12. Tabrizi A, Shariyate MJ. Biomechanical Study of Meniscal Repair
• Respecto a las complicaciones tardías, y como se expondrá Using Horizontal Sutures and Vertical Loop Techniques. Adv Bio-
más exhaustivamente en capítulos posteriores (en los que med Res 2018;7:144.

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agosto 09, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
256 Parte II Rodilla

13. Monllau JC, González-Lucena G, Gelber PE, Pelfort X. Allograft menis- 21. Vaquero-Picado A, Rodríguez-Merchán EC. Arthroscopic repair of
cus transplantation: a current review. Tech Knee Surg 2010;9(2):107-13. the meniscus: Surgical management and clinical outcomes. EFORT
14. Monllau JC, Gelber PE, Abat F, Pelfort X, Abad R, Hinarejos P, et al. Open Rev 2018;3(11):584-94.
Outcome after partial medial meniscus substitution with the collagen 22. Grant JA, Wilde J, Miller BS, Bedi A. Comparison of inside-out and
meniscal implant at a minimum of 10 years’ follow-up. Arthroscopy all-inside techniques for the repair of isolated meniscal tears: a sys-
2011;27(7):933-43. tematic review. Am J Sports Med 2012;40(2):459-68.
15. Lynch MA, Henning CE, Glick KR Jr. Knee joint surface changes. 23. Nawabi DH, Cro S, Hamid IP, Williams A. Return to play after lateral
Long-term follow-up meniscus tear treatment in stable anterior cru- meniscectomy compared with medial meniscectomy in elite profes-
ciate ligament reconstructions. Clin Orthop Relat Res 1983;172: sional soccer players. Am J Sports Med 2014;42(9):2193-8.
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po-Loarte J. Localización de la arteria poplítea y su relación con el 27. Pollack MS, Dalinka MK, Kressel HY, Lotke PA, Spritzer CE. Mag-
riesgo vascular en la sutura del cuerno posterior del menisco externo. netic resonance imaging in the evaluation of suspected osteonecrosis
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1987;69:783-5. soccer players. Am J Sport Med 1994;22(2):219-22.

Capítulo 6.8

Luxaciones de la rodilla
Alejandro Lizaur Utrilla, Francisco Antonio Miralles Muñoz, Matías Ruiz Lozano

ración quirúrgica y que habrá un déficit en la movilidad de la


Resumen rodilla, sobre todo por rigidez en flexión.
La luxación de rodilla representa un grave riesgo de lesión de
la arteria poplítea, y el diagnóstico de lesión vascular más rá­ Epidemiología
pido es mediante el índice tobillo-braquial. La perfusión arte­
rial debe monitorizarse durante al menos 48 h. La reducción La luxación de rodilla es infrecuente.1 Afecta casi cuatro veces
articular debe ser urgente. La cirugía de las lesiones ligamen­ más a hombres que a mujeres, de edad entre 20 y 40 años.2
tosas, avulsiones y de fracturas articulares debe realizarse, Suele afectar a ambos ligamentos cruzados y a uno o ambos de
siempre que sea posible, entre la segunda y la tercera semana. los ligamentos colaterales.
Nosotros recomendamos la reparación de todas las estructuras
La mayoría de los casos requieren un traumatismo de alta
de partes blandas, y de forma prioritaria la del ligamento cru­
zado posterior y del complejo posterolateral. En la mayoría de
energía, generalmente accidentes de tráfico, caídas desde una
los casos no se debe esperar una recuperación funcional com­ altura o aplastamientos. Sin embargo, casi un tercio de los ca-
pleta, por alguna inestabilidad residual y rigidez en flexión. sos se deben a traumatismos de moderada energía, generalmen-
te impactos o movimientos forzados practicando una actividad
deportiva de alta velocidad, como salto de trampolín, esquí,
patinaje, etc.3 En todo caso, la rodilla es estabilizada por poten-
Introducción tes ligamentos y músculos, por lo que precisa de una gran fuer-
za para luxarse. En las luxaciones de moderada energía se ha
La luxación traumática de rodilla es infrecuente, pero constitu- descrito la obesidad como un factor de riesgo.4 El 40% presen-
ye una lesión devastadora para el paciente y un desafío para el tan algún tipo de fractura asociada y el 14% son abiertas.2
cirujano por la extrema gravedad vital y funcional de la lesión.
Dada la frecuente asociación con lesión de la arteria poplítea,
constituye una verdadera urgencia cuyo retraso podría acabar Lesiones neurovasculares
en la amputación del miembro. asociadas
Aunque hay un alto consenso respecto a la evaluación del
enfermo y la actuación inmediata, no lo hay respecto al trata- La arteria poplítea se origina en la arteria femoral y es la encar-
miento definitivo de las lesiones ligamentosas ni al tiempo de gada de vascularizar la pierna y el pie. A nivel del hueco poplí-
su reparación. teo, la arteria está firmemente sujeta en sus extremos, proximal-
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que, en la mayoría de mente por el hiato tendinoso del músculo aductor mayor y
los casos, el resultado funcional será pobre a pesar de la repa- distalmente por el arco tendinoso del músculo sóleo, por lo que

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 257

P A L M PL PM
Figura 6‑46 Clasificación de Kennedy. A, anterior; L, lateral; M, medial; P, posterior; PL, posterolateral; PM, posteromedial.

está en elevado riesgo de sufrir lesiones por estiramiento en Clasificación de Kennedy


caso de luxación de rodilla, sobre todo en la hiperextensión de
esta. Las ramas geniculadas, que proporcionan vascularización Según Kennedy,5 las luxaciones de rodilla se clasifican según
auxiliar, son insuficientes para irrigar la pierna en ausencia de el desplazamiento de la tibia respecto del fémur (fig. 6‑46), y
la arteria poplítea. se distinguen los siguientes tipos (tabla 6‑7):
Las lesiones de la arteria poplítea se asocian en el 15% de
los casos, y dos tercios de ellos precisarán de reparación vas- • Anterior: es la más frecuente (50-60%), resultado de un
cular.2 Es la más grave complicación de la luxación de rodilla. mecanismo de hiperextensión de la rodilla al aplicarse una
En la luxación anterior, la arteria poplítea sufre un estiramien- fuerza sobre la cara anterior del muslo distal (fig. 6‑47).
to en el 40% de los casos, pudiendo colapsarse o lesionarse la Dependiendo de la intensidad del traumatismo, sucesiva-
capa íntima, y se produce la rotura a los 50° de hiperextensión.5 mente se rompen el ligamento cruzado anterior, la cápsula
En la luxación posterior, la arteria es cizallada por el borde de posterior y el ligamento cruzado posterior. La arteria no se
la meseta tibial, rompiéndose en el 45% de los casos. interrumpe en los primeros estadios, pero puede sufrir trac-
El nervio tibial discurre junto a los vasos en el hueco poplí- ción y lesionarse la capa íntima. La arteria se desgarra a
teo, y sufre el mismo mecanismo que aquellos. El nervio ciáti- partir de una hiperextensión de 50°.
co poplíteo externo (o nervio peroneo común), rama terminal • Posterior: es la segunda más frecuente (30%), debida a un
del nervio ciático, se hace externo siguiendo al tendón del bí- impacto anterior sobre la tibia proximal estando la rodilla
ceps femoral hasta situarse lateralmente al cuello del peroné y flexionada. Suele haber rotura de ambos ligamentos cruza-
penetrar por una abertura en el músculo peroneo largo, donde dos y es posible que se asocie a la rotura del mecanismo
se divide en dos ramas: el nervio peroneo profundo (o tibial extensor. Es el tipo en que más frecuentemente se asocia la
anterior) y el nervio peroneo superficial (o musculocutáneo). rotura de la arteria poplítea.
Así, el nervio ciático poplíteo externo puede sufrir lesiones • Lateral o medial: son menos frecuentes, con mayor inci-
ante una luxación de rodilla en el 6‑25% de los casos,2,6 gene- dencia de la luxación posterolateral (fig. 6‑48), y son debi-
ralmente más frecuente en la luxación medial y posterolateral, das a un movimiento forzado en varo o valgo, respectiva-
y asociada a la lesión del ligamento colateral externo. mente. Generalmente resultan con fracturas del fémur
distal o la tibia proximal, y presentan poca incidencia de
Clasificaciones y mecanismos lesión arterial o nerviosa.
• Rotacional: es la menos frecuente. Se producen ante un
Se han utilizado dos tipos de clasificación: la de Kennedy,5 mecanismo complejo de hiperextensión junto con varo o
basada en la dirección del desplazamiento tibial; y la de Schenck valgo forzado. A su vez se subdividen en anteromedial, an-
et al.,7 basada en la combinación de las lesiones ligamentosas. terolateral, posteromedial y posterolateral. En la luxación
Ambas son útiles para definir el patrón de la luxación, pero no posterolateral, el cóndilo femoral medial se introduce por
lo son para el tratamiento o pronóstico. un ojal de la cápsula medial, quedando atrapado entre el
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Tabla 6‑7 Características de los tipos de luxación


Tipo Frecuencia Mecanismo Lesión arterial Lesión nerviosa
Anterior 50-60% Hiperextensión 40% Frecuente
Posterior 30% Impacto anterior 50% Infrecuente
Lateral/medial 12% Varo/valgo Infrecuente Frecuente
Rotacional 4% Rotacional Infrecuente Frecuente

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258 Parte II Rodilla

Figura 6‑47 Luxación anterior. Radiografía


A B anteroposterior (A) y lateral (B).

ligamento colateral externo y el retináculo extensor, por lo • Tipo IV: lesión de ambos ligamentos cruzados y ambos li-
que suele ser irreducible de manera cerrada. Es la luxación gamentos colaterales.
con mayor incidencia de lesión neurológica. • Tipo V: luxación asociada a una fractura intraarticular
(fractura-luxación).
Clasificación de Schenck
Evaluación inicial del paciente
La clasificación original,7 basada en el patrón de las lesiones
ligamentosas, distingue cinco tipos: Si la deformidad clínica está presente, el diagnóstico es eviden-
te. Sin embargo, en casi el 50% de los traumatismos se produ-
• Tipo I: lesión de un ligamento cruzado, anterior (LCA) o ce una reducción espontánea de manera inmediata.8 En este
posterior (LCP). último caso, el paciente refiere una rápida y sucesiva secuencia
• Tipo II: lesión de ambos ligamentos cruzados. de que se le «salió» la rodilla y luego se «recolocó», por lo que
• Tipo III: lesión de ambos ligamentos cruzados y un liga- el diagnóstico de luxación puede pasar inadvertido. El proble-
mento colateral; III-M si es el ligamento colateral medial ma radica en que una reducción espontánea no resta gravedad
(LCM), o III-L si es el lateral (LCL). a una posible lesión vascular o nerviosa.

Figura 6‑48 Luxación posterolateral. Radio-


A B grafía anteroposterior (A) y lateral (B).

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 259

Así, la evaluación del paciente debe centrarse en: 1) la his- embargo, podría palparse un pulso pedio debido a la irrigación
toria clínica; 2) presencia de deformidad de la rodilla; 3) esta- colateral a pesar de estar lesionada la arteria poplítea. Así, la
bilidad de la rodilla; 4) perfusión arterial distal, y 5) evaluación presencia de pulso distal o de una pierna caliente no excluye
neurológica. Tanto para el tratamiento y pronóstico, como a inicialmente la lesión arterial en la rodilla, pues podría tratarse
efectos legales, todos estos datos deben ser documentados en de una lesión de la íntima con riesgo de oclusión o trombosis,
la historia médica del ingreso. o bien que haya irrigación por ramas colaterales que están pre-
sentes en el 10% de los pacientes.
Historia clínica Debido a lo anterior, ha cobrado importancia el llamado
índice tobillo-braquial (ITB), que es la razón entre la presión
El paciente refiere haber sufrido un traumatismo, bien directo arterial sistólica en el tobillo a nivel supramaleolar (arteria pe-
sobre la rodilla o bien tras un movimiento forzado mientras dia o tibial posterior) y la del brazo, medidas con un simple
realizaba una actividad deportiva o laboral. Como se ha dicho, aparato de tensión. En ambos lados se infla el manguito y se
puede haber una luxación evidente, o descrita por el paciente. observa la señal de un Doppler hasta que desaparece. Luego,
En este último caso, generalmente el paciente refiere un brusco se deshincha lentamente y se anota la presión cuando reapare-
dolor en la rodilla e inestabilidad de la rodilla, que le impidió ce la señal del Doppler, que es el valor válido de la presión
continuar con la actividad que estaba realizando. sistólica. Un índice entre el tobillo y el brazo de 0,9 o superior
se considera normal, y un valor inferior a 0,9 indica lesión ar-
Exploración física terial susceptible de reparación, con un 100% de sensibilidad
y de especificidad,11 que aconseja la consulta inmediata con un
La rodilla suele estar inflamada, pero debe tenerse en cuenta cirujano vascular.
que al estar rota la cápsula no siempre es evidente el derrame Otra prueba de alta sensibilidad para el diagnóstico de le-
articular. Debe palparse el hueco poplíteo en busca de alguna sión vascular es la utilización de la eco-Doppler, que también
masa pulsátil. debe realizarse en la primera atención y tras la reducción. La
En la luxación posterolateral puede estar presente el signo angiografía es determinante para revelar una lesión arterial,
del hoyuelo en la cara medial de la rodilla, consistente en un aunque debe indicarla el cirujano vascular y en el lugar donde
pellizcamiento cutáneo entre el cóndilo femoral medial y la vaya a realizarse la reparación vascular, si es el caso. La angio-
tibia. Esta lesión cutánea contraindica la reducción cerrada de grafía-TAC es una alternativa no invasiva a la angiografía clá-
la luxación, debe realizarse de manera abierta para evitar la sica. Así mismo, debe prestarse atención a los signos de apari-
necrosis de la piel. ción de un posible síndrome compartimental, presente en el 6%
Si hubiera habido una reducción espontánea, la exploración de los casos.2
de la rodilla suele evidenciar la inestabilidad de esta, aunque
dicha exploración puede ser difícil debido al dolor y la infla- Exploración neurológica
mación, por eso debe realizarse después de ser reducida la lu-
xación y estando el paciente sedado. Las maniobras deben Puede lesionarse el nervio ciático poplíteo externo en la cara
realizarse cuidadosamente, sin intensidad que puedan provocar lateral de la rodilla, o el nervio tibial en la cara posterior, si bien
nuevamente la luxación y utilizando las pruebas clásicas para es más frecuente el primero. El paciente pude referir tanto pa-
la inestabilidad mediolateral y anteroposterior de la rodilla. Los restesias como presentar una parálisis establecida. Sin embargo,
ligamentos más frecuentemente lesionados son los dos cruza- en los primeros momentos puede ser difícil la comprobación
dos y el colateral medial, además de los ángulos de la cápsula debido al dolor.
posterior. En toda luxación de rodilla debe sospecharse que hay una
lesión nerviosa asociada del nervio ciático poplíteo externo,
Exploración vascular sobre todo en las luxaciones posterolaterales y mediales o
cuando hay lesión del complejo ligamentoso lateral. Aun cuan-
Es la parte más importante de la evaluación inicial en caso de do la exploración nerviosa inmediata es ineficaz, debido al do-
luxación o sospecha de esta, pues la lesión arterial constituye lor, falta de colaboración del paciente y dificultad en la explo-
una urgencia. Como se ha mencionado, un 15% de las luxacio- ración física, debe advertirse de la posibilidad de este hecho al
nes presentan algún tipo de lesión en la arteria poplítea que paciente y a los familiares y realizar revaluaciones tras la fase
conduce a una tasa de amputación global cercana al 10%.9 En- aguda.
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tre los casos con lesión de la arteria poplítea, el retraso en so- El diagnóstico se basa en la exploración motora y sensiti-
lucionar la isquemia conduce a la amputación en el 20%, y si va de ambos nervios, realizada clínicamente a la admisión del
el retraso es mayor de 8 h, en el 85%.10 Aún con reparación paciente a urgencias, tras la reducción de la luxación y pasa-
arterial, un 4% de estos pacientes (cerca del 50% de los casos dos 2-3 días, así como antes de realizar el tratamiento quirúr-
con lesión arterial) tendrá que ser amputado.2 gico definitivo de las lesiones ósea o ligamentosas. No se
Si la lesión arterial es por alargamiento, podría haber una considera necesario realizar una electromiografía (EMG)
recuperación de la irrigación distal tras realizar la reducción de precoz al no estar indicada la exploración quirúrgica nerviosa
la luxación, aunque también podría conducir a una trombosis. urgente a menos que sea necesario por otra causa. La EMG
Por eso es importante revaluar la vascularización tras realizar solo tiene valor diagnóstico al menos 3 meses después de la
la reducción articular de urgencia. lesión.
La exploración habitual, mediante los pulsos en el tobillo La axonotmesis y neuroapraxia, como lesión parcial y ma-
y el pie, de las arterias tibial posterior y pedia es esencial. Sin nifestada con debilidad muscular, suele tener un buen pronós-

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260 Parte II Rodilla

tico. Por el contrario, la lesión completa con parálisis tiene mal colateral medial, lo que hace necesaria la reducción abierta.
pronóstico, con recuperación en solo un tercio de los casos.12 Otras circunstancias que precisan de la reducción abierta son
el paciente obeso en el que las maniobras de reducción sean
Examen radiológico ineficaces, o ante una luxación abierta en la que es necesaria la
limpieza y el desbridamiento de la herida. La reducción abier-
Deben realizarse radiografías anteroposterior y lateral de la ta debe realizarse sin torniquete de isquemia para no agravar
rodilla antes de proceder a la reducción, así como tras la misma las posibles lesiones vasculonerviosas, y mediante una incisión
(v. fig. 6‑47). En caso de reducción espontánea, las radiografías cutánea media y artrotomía parapatelar medial para facilitar el
pueden ser normales, y se debe prestar atención a la asimetría posible acceso a cirugías posteriores.
del espacio articular, así como a la presencia de fracturas o Tras la reducción, la primera opción para estabilizar la ro-
avulsiones óseas, estas últimas sobre todo a nivel de la meseta dilla es mediante una férula posterior de yeso, con la rodilla en
tibial externa (fractura de Segond). flexión de unos 20° para relajar las estructuras del hueco poplí-
La TAC y la RMN solo tienen indicación en el período teo. La férula debe permitir la monitorización de la exploración
tardío, previo a la planificación de un tratamiento definitivo de vascular posreducción.
las lesiones ligamentosas. Si el yeso es ineficaz para mantener la reducción, está indi-
cada la estabilización de la rodilla mediante un fijador externo,
Tratamiento inicial de urgencia anclado en el tercio diafisario distal del fémur y proximal de la
tibia, para facilitar posibles intervenciones ulteriores.13 Otras in-
Reducción e inmovilización dicaciones de la fijación externa pueden ser la luxación abierta,
la facilitación de cuidados en el politraumatizado o cuando se
Evaluada la rodilla y el estado vascular del miembro, debe pro- precise la reparación vascular. Se ha comprobado que el uso de
cederse a la reducción urgente de la luxación con el paciente un fijador externo provisional suele conducir a una menor movi-
sedado. La reducción debe realizarse de manera cerrada siem- lidad de la rodilla comparado con la inmovilización enyesada.14
pre que sea posible. Generalmente, las maniobras son median-
te tracción de la tibia mientras un ayudante estabiliza el fémur Reexploración vascular
distal, y movimientos inversos al desplazamiento tibial. Debe
evitarse la presión en el hueco poplíteo. Inmediatamente tras la reducción y estabilización de la luxación
En el caso de luxación posterolateral (signo del hoyuelo), debe realizarse una revaluación vascular y nerviosa (fig. 6‑49).
usualmente no es posible la reducción cerrada porque el cón- La reducción puede tanto resolver como agravar el déficit vas-
dilo medial queda atrapado por la cápsula o por el ligamento culonervioso.

Luxación o sospecha

Exploración vascular
y nerviosa

Radiografías

Reducción urgente

Estabilización articular
Yeso a 20° de flexión
Fijador externo

Reexploración vascular

Normal ITB > 0,9 Asimétrica ITB > 0,9 Anormal ITB < 0,9

Cirugía vascular
Monitorizar pulsos Angiografía
ITB
Doppler
Angio-TAC
Figura 6‑49 Algoritmo de evaluación y tratamiento inmediato. ITB, índice tobillo-brazo.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 261

Se ha sugerido que en todos los casos de luxación de rodilla es necesaria para asegurar la correcta alineación del miembro
debería realizarse una angiografía, pero actualmente esa sistemá- y, sobre todo, para poder determinar el patrón de las lesiones
tica se ha abandonado,15 y se reserva solo para los casos en que de los ligamentos e indicar la oportunidad de su reparación.
tras la reducción persistiera un déficit de perfusión arterial, o la Es importante reducir los hundimientos en los platillos ti-
sospecha de este. Actualmente, la angiografía solo debe realizar- biales, sobre todo del lateral, aunque los ligamentos colaterales
se en combinación con la consulta a un cirujano vascular. estuvieran intactos, porque la presión del cóndilo femoral pue-
En el caso de una perfusión arterial posreducción adecuada de conducir a una inestabilidad permanente y comprometer la
(pulsos distales perceptibles, señal normal con eco-Doppler, posible reparación de los ligamentos cruzados.
ITB igual o mayor de 0,9) no debe darse por concluida la reva-
luación, sino que es obligado que se monitorice el control del Tratamiento de lesiones nerviosas
estado vascular mediante su comprobación cada 4-6 h hasta al
menos 48 h después de la reducción. Aun cuando hubiera una La neurolisis precoz del nervio ciático poplíteo externo, apro-
adecuada coloración y temperatura en el miembro distal, debe vechando la cirugía reparadora de las lesiones ligamentosas, no
tenerse presente la posibilidad de un paulatino compromiso suele dar buenos resultados.18
vascular grave por colapso o trombosis arterial. Se recomienda realizar una EMG si no hay evidencia de me-
Si la perfusión arterial posreducción fuera anormal o dudo- joría clínica después de al menos 3 meses de la lesión. Si a los
sa, puede realizarse una angiografía-TAC, a menos que esto 6 meses persiste una parálisis completa sin evidencia de recupe-
retrasase su tratamiento por un cirujano vascular. En la prácti- ración clínica o electromiográfica, puede intentarse la exploración
ca, un ITB menor de 0,9 es indicativo de consulta al cirujano y reparación microquirúrgica del nervio mediante sutura perineu-
vascular y de la necesidad de reparación arterial.11 La consulta ral o injerto autólogo interfascicular del nervio safeno interno
debe realizarse de manera urgente, es inaceptable sugerir otras (sural), aunque presenta más del 50% de tasa de fracaso.18
causas menores, como un espasmo arterial, para justificar la Las incompletas (axonotmesis y neuroapraxias) suelen re-
insuficiencia vascular y retrasar el tratamiento. No debe reali- vertir, aunque parcialmente en muchos casos, mientras que las
zarse arteriografía previa a la derivación del paciente, pues, lesiones completas (neurotmesis) son permanentes. Global-
siendo ya conocida la localización de la lesión, aportaría poca mente, la lesión del nervio ciático poplíteo externo es perma-
información y retrasaría la cirugía vascular reparadora. nente en el 50% de los casos.6
En el caso de presentación de un síndrome compartimental,
con una presión mayor de 30 mmHg, está indicado realizar las Tratamiento de las lesiones ligamentosas
oportunas fasciotomías de manera convencional.
Tiempo para la cirugía
Tratamiento definitivo Con relación al tratamiento quirúrgico definitivo de las lesiones
ligamentosas, hay cierto consenso en que no deben ser tratadas
Tratamiento conservador de manera inmediata y que los mejores resultados funcionales se
obtienen cuando la cirugía se realiza entre la segunda y tercera
El tratamiento conservador definitivo, no reparando quirúrgi- semana al reducir el riesgo de artrofibrosis y favorecer la recu-
camente las lesiones de los elementos estabilizadores de la peración de la movilidad de la rodilla,19,20 sobre todo si se preci-
rodilla, es una posible opción. Esta puede estar indicada en los sa la fijación de fracturas o avulsiones ligamentosas, así como si
pacientes de edad avanzada o sedentarios, que presenten una hay rotura del tendón patelar. No obstante, en otros estudios la
rodilla posreducción relativamente estable y que mantengan la cirugía diferida de los estabilizadores de la rodilla proporcionó
integridad de ambos ligamentos colaterales. También suele con- aceptables resultados, aunque no suele ser posible la recuperación
siderarse si ha sido necesaria una reparación vascular,16 tanto funcional completa, sobre todo por rigidez en flexión.21
por si hubiera un fracaso de dicha reparación, como para no Sin embargo, en muchos de los casos no es posible la rea-
hacer fracasar la misma. lización de una cirugía precoz, y precisa una demora quirúrgi-
El tratamiento conservador consiste en la inmovilización de ca de al menos 4 semanas. El tiempo para la cirugía reparado-
la rodilla, mediante un yeso y luego con una ortesis estabilizado- ra está supeditado al estado vascular, estado de la piel, luxación
ra, durante 5-6 semanas. La norma es que la rodilla tratada con- abierta y grado de inestabilidad residual. En caso de haberse
servadoramente, tras la inmovilización prolongada, resulte esta- realizado una reparación vascular, la rodilla debe estar inmovi-
ble, pero con un déficit de la flexión y, en general, los resultados lizada por 3-6 semanas para proteger el injerto arterial. Ade-
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funcionales son peores que con el tratamiento quirúrgico.17 más, debe tenerse en cuenta que si se optase por la reparación
Parece existir un cierto consenso respecto de los pacientes artroscópica esta debe retrasarse unas 2 semanas, porque la
mayores con cambios degenerativos significativos y baja de- extravasación de líquido debido a la rotura capsular podría pro-
manda física, en los que el tratamiento de elección sería una vocar un síndrome compartimental.
artroplastia total de rodilla constreñida a medio plazo, tras la
consolidación ósea en caso de fracturas asociadas.1 Etapas quirúrgicas
Hay controversia sobre si todas las estructuras ligamentosas
Tratamiento de las fracturas asociadas deben ser tratadas quirúrgicamente de manera simultánea en un
solo tiempo quirúrgico, o bien deben realizarse cirugías secuen-
Las fracturas articulares desplazadas deben ser estabilizadas ciales. Algunos autores recomiendan la cirugía simultánea de
quirúrgicamente de manera precoz, dentro de las primeras 2 se- todas las estructuras afectadas.20 Otros21,22 defienden la cirugía
manas y una vez solventado el riesgo vascular. Esta reparación secuencial de los ligamentos, iniciada con el tratamiento del

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262 Parte II Rodilla

LCP y de los ligamentos colaterales, dejando sin reparar la • LCM: en general, es conveniente su reparación precoz me-
lesión del LCA (salvo que hubiera una avulsión ósea) para una diante sutura directa si está asociada a lesión de los liga-
posterior cirugía si fuera necesario. Maslaris et al. 1 recomienda mentos cruzados, y siempre que hubiera avulsión ósea con
estabilizar las fracturas, si las hubiera, en un primer estadio, y un desplazamiento destacado mediante sutura anclada. No
reparar las estructuras ligamentosas en un segundo tiempo. obstante, algunos autores prefieren un tratamiento conser-
Así, con respecto al número de cirugías ligamentosas tras vador, aduciendo que la mayoría de esas lesiones provocan
una luxación de rodilla, actualmente no existe evidencia con- escasa inestabilidad residual, además de reducir el riesgo
vincente en favor de un tratamiento en dos etapas o de un solo de rigidez postoperatoria.27
procedimiento quirúrgico, salvo para las avulsiones óseas que • LCL: tratamiento quirúrgico precoz si hubiera avulsión
requieren tratamiento precoz. En todo caso, la reparación pre- ósea; en caso de rotura ligamentosa, reconstrucción quirúr-
coz del LCP y del complejo capsular posterolateral (CPL), gica precoz con sutura reforzada o autoinjerto, junto con re-
dentro de las 3 primeras semanas, es la llave para evitar la su- paración precoz del ángulo capsular posterolateral, con
bluxación residual de la rodilla y facilitar la recuperación fun- reinserción del poplíteo, bíceps femoral y fascia lata en
cional.23 La reconstrucción del LCA también puede ser reali- caso de lesión.
zada en el momento de la cirugía inicial, o bien plantear una
estrategia de dos etapas con reconstrucción tardía de este liga- Pauta recomendada
mento. Para algunos autores, la reparación precoz simultánea Nosotros preferimos la reparación simultánea de los ligamentos
del LCA junto con la del LCP puede ser un factor de riesgo de cruzados mediante técnica artroscópica. Se realiza tras la se-
rigidez articular.24 gunda semana si no hubiera lesiones vasculares asociadas o
complicaciones.
Procedimientos quirúrgicos Mediante artroscopia, el LCP se reconstruye en primer lu-
Debe tenerse en cuenta que, en las lesiones multiligamentosas, gar utilizando aloinjerto de tendón de Aquiles para reconstruir
las indicaciones son diferentes que para las lesiones aisladas y el fascículo anterolateral en la técnica monofascicular. Se uti-
que tras una luxación de rodilla raramente se obtendrá la recu- liza un portal accesorio posteromedial para la limpieza de la
peración completa de la rodilla tras las reparaciones quirúrgi- parte posterior de la rodilla y «la curva asesina» en el borde
cas.25 En general, las suturas directas de los ligamentos han posterior de la tibia proximal, con el fin de facilitar el paso de la
proporcionado malos resultados, siendo preferible la recons- plastia de distal a proximal. A continuación, y también de ma-
trucción ligamentosa con injertos.24 nera artroscópica, se inicia la reconstrucción anatómica mo-
En la literatura hay pocas evidencias que sirvan de base nofascicular del LCA con plastia autóloga de isquiotibiales.
para establecer una pauta terapéutica en las lesiones multiliga- Ambas plastias son pretensadas a unos 15 Newtons durante
mentosas de la rodilla, pues la mayoría son pequeñas series 15 min, antes de su implantación en la rodilla.
donde se exponen las preferencias personales de los auto- Primero se fijan ambos injertos en el túnel femoral median-
res. Los dos patrones de luxación de rodilla más frecuente te sistema endobutton (LCA) y tornillo interferencial (LCP).
son:26 a) combinación de los dos ligamentos cruzados y el liga- Posteriormente, con la rodilla a 90° de flexión, se fija la plastia
mento lateral interno, y b) combinación de los dos ligamentos del LCP con un tornillo interferencial en túnel tibial, y a con-
cruzados, el ligamento lateral externo y el ángulo posterola­ tinuación con la rodilla en extensión se fija la plastia de LCA
teral. con el mismo sistema.
Teniendo en cuenta que la indicación quirúrgica de los li- Por último, se reparan mediante cirugía abierta las estruc-
gamentos en la luxación difiere de las indicaciones de las lesio- turas posterolaterales, siendo fundamental restaurar los princi-
nes aisladas, una posible pauta ante lesiones ligamentosas com- pales estabilizadores estáticos contra la rotación externa, el li-
binadas podría ser: gamento poplíteo-fibular y el tendón poplíteo, así como el
estabilizador principal ante las fuerzas en varo, el ligamento
• LCP: aunque en la lesión aislada de este ligamento cruzado lateral externo. En los casos evolucionados (más de 3 sema-
el tratamiento suele ser conservador, es recomendable el nas), la reconstrucción se realiza mediante aloinjertos, fijando
tratamiento quirúrgico precoz en las primeras 3 semanas las plastias en rotación tibial interna con la rodilla en flexión
cuando se combina con lesión del LCA y ligamentos cola- de 30°.
terales, mediante reconstrucción con autoinjerto o aloinjer- La lesión asociada del LCM se repara quirúrgicamente de
to, pues no es susceptible de reparación quirúrgica median- manera precoz solo si la inestabilidad en valgo es manifiesta o
te sutura directa. Con menos frecuencia, el LCP está solo si hay avulsión ósea. El nervio safeno debe ser identificado y
parcialmente roto, y no requiere cirugía.26 En el caso de protegido durante todo el procedimiento.
avulsión ósea debe procederse a su reinserción precoz. Es- Durante la reconstrucción lateral es imprescindible visua-
ta cirugía debe ser aprovechada para reparar el anclaje cap- lizar y proteger el nervio peroneo, especialmente cuando se
sular posterior si estuviera lesionado. perfora la cabeza del peroné en las reconstrucciones del CPL
• CPL: debe repararse precozmente, en el mismo tiempo qui- con más de 3 semanas de evolución.
rúrgico que para la reconstrucción del LCP.
• LCA: el tratamiento es similar al del LCP, mediante recons- Pauta postoperatoria
trucción con autoinjerto o aloinjerto, pero de manera dife- Tras la cirugía reparadora de los ligamentos, la rodilla debe
rida y a la vista de su repercusión funcional. No obstante, inmovilizarse en extensión, mediante una férula posterior de
si hay avulsión ósea, la reinserción del fragmento óseo yeso u ortesis bloqueada durante 4 semanas, que se retira para
debe ser precoz. realizar fisioterapia con movilización pasiva o mecanizada. A la

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 263

quinta semana se inicia rehabilitación con movilización activa 4. Azar FM, Brandt JC, Miller RH III, Phillips BB. Ultra-low-velocity
y flexión de hasta 45°, permitiendo la deambulación progresiva knee dislocations. Am J Sports Med 2011;39:2170-4.
5. Kennedy JC. Complete dislocation of the knee joint. J Bone Joint
con una ortesis bloqueada en extensión y ayuda de bastones. Surg Am 1963;45-A:889-904.
A la sexta semana se permiten los ejercicios de flexión progre- 6. Bonnevialle P, Dubrana F, Galau B, Lustig S, Barbier O, Neyret P, et
siva, y para la deambulación se mantiene la ortesis hasta la al. Common peroneal nerve palsy complicating knee dislocation and
octava semana. bicruciate ligaments tears. Orthop Traumatol Surg Res 2010;96:64-9.
7. Schenck RC Jr, Hunter RE, Ostrum RF, Perry CR. Knee dislocations.
La rehabilitación postoperatoria es esencial para reducir la Instr Course Lect 1999;48:515-22.
rigidez en flexión de la rodilla. El objetivo de la rehabilitación 8. Seroyer ST, Musahl V, Harner CD. Management of the acute knee
es conseguir en 6 semanas una extensión completa y una fle- dislocation: The Pittsburgh experience. Injury 2008;39:710-8.
xión de al menos 90°, pues en caso contrario debería realizarse 9. Scarcella NR, Weinberg DS, Bowen S, Vallier HA. Clinical and func-
movilización bajo anestesia o desbridamiento artroscópico. tional results of 119 patients with knee dislocations. J Orthop Trauma
2017;31:380-6.
El retorno a las actividades o trabajos habituales se retrasa 10. Patterson BM, Agel J, Swiontkowski MF, Mackenzie EJ, Bosse MJ;
hasta los 6 meses, y se desaconseja volver a realizar deporte, o LEAP Study Group. Knee dislocations with vascular injury: outco-
al menos no antes de 1 año.28 mes in the lower extremity assessment project (LEAP) study. J Trau-
ma 2007;63:855-8.
11. Mills WJ, Barei DP, McNair P. The value of the ankle-brachial index
Conclusiones for diagnosing arterial injury after knee dislocation: a prospective
study. J Trauma 2004;56:1261-5.
Ante un traumatismo de alta energía en la rodilla debe tenerse 12. Woodmass JM, Romatowski NP, Esposito JG, Mohtadi NG, Longi-
una alta sospecha de luxación, pues puede haber habido una no PD. A systematic review of peroneal nerve palsy and recovery
reducción espontánea. following traumatic knee dislocation. Knee Surg Sports Traumatol
Arthrosc 2015;23:2992-3002.
La reducción de la luxación debe realizarse de manera ur- 13. Levy BA, Fanelli GC, Whelan DB, Stannard JP, MacDonald PA,
gente. Boyd JL, et al. Controversies in the treatment of knee disloca-
Debe asumirse que toda luxación de rodilla se asocia a le- tions and multiligament reconstruction. J Am Acad Orthop Surg
sión vascular hasta que no se demuestre lo contrario. La pre- 2009;17:197-206.
sencia inmediata de pulsos distales, perfusión por eco-Doppler 14. Fanelli GC, Stannard JP, Stuart MJ, MacDonald PB, Marx RG, Whe-
lan DB, et al. Management of complex knee ligament injuries. Instr
o pierna caliente no descarta la lesión arterial. Aunque se nor- Course Lect 2011;60:523-35.
malizase la perfusión arterial tras la reducción, es prioritario 15. Nicandri GT, Chamberlain AM, Wahl CJ. Practical management
monitorizar su control cada 4-6 h hasta al menos 24 h. of knee dislocations: a selective angiography protocol to detect
La lesión de la arteria poplítea puede ser diagnosticada clí- limb-threatening vascular injuries. Clin J Sport Med 2009;19:125-9.
16. Matthewson G, Kwapisz A, Sasyniuk T, MacDonald P. Vascular injury
nicamente de forma precoz mediante la exploración de los pul- in the multiligament injured knee. Clin Sports Med 2019;38:199-213.
sos distales y el índice tobillo-braquial, cuyo valor menor de 17. Levy BA, Dajani KA, Whelan DB, Stannard JP, Fanelli GC, Stuart MJ,
0,9 sugiere la consulta inmediata con un cirujano vascular. La et al. Decision making in the multiligament-injured knee: an eviden-
arteriografía debe ser indicada por el cirujano vascular. El re- ce-based systematic review. Arthroscopy 2009;25:430-8.
traso de 8 h en la reparación arterial suele comportar la ampu- 18. Goitz RJ, Tomaino MM. Management of peroneal nerve injuries as-
sociated with knee dislocations. Am J Orthop 2003;32:14-6.
tación del miembro. 19. Jiang W, Yao J, He Y, Sun W, Huang Y, Kong D. The timing of sur-
La reparación ligamentosa precoz, antes de 3 semanas, fa- gical treatment of knee dislocations: a systematic review. Knee Surg
vorece la recuperación funcional. Sports Traumatol Arthrosc 2015;23:3108-13.
No se puede recomendar un protocolo estandarizado para 20. McKee L, Ibrahim MS, Lawrence T, Pengas IP, Khan WS. Current
todos los casos, pues la estrategia dependerá de diversos facto- concepts in acute knee dislocation: the missed diagnosis? Orthop
J 2014;8:162-7.
res: a) las características del paciente (edad, peso, actividad 21. Bin SI, Nam TS. Surgical outcome of 2-stage management of multiple
física previa, comorbilidades); b) fracturas concomitantes; knee ligament injuries after knee dislocation. Arthroscopy 2007;23:
c) número de estructuras ligamentosas lesionadas, y d) compli- 1066-72.
caciones asociadas (vasculares, nerviosas, politraumatismo, 22. Ohkoshi Y, Nagasaki S, Shibata N, Yamamoto K, Tomoyuki H, Ya-
mane S. Two-stages reconstruction with autografts for knee disloca-
síndrome compartimental). tions. Clin Orthop Relat Res 2002;398:169-75.
No obstante, la reparación precoz del LCP y del complejo 23. Robertson A, Nutton RW, Keating JF. Dislocation of the knee. J Bone
posterolateral es la llave para evitar la subluxación residual de Joint Surg Br 2006;88-B:706-11.
la rodilla y facilitar la recuperación funcional. 24. Vicenti G, Solarino G, Carrozzo M, De Giorgi S, Moretti L, De Cres-
cenzo A, et al. Major concern in the multiligament-injured knee treat-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ment: a systematic review. Injury 2019;50(Suppl 2):S89-94.


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264 Parte II Rodilla

Capítulo 6.9

Fracturas diafisarias de la tibia y el peroné


Manuel Godino Izquierdo, Laura Ramos González

y por ello suele consolidar sin problemas; sin embargo, en las


Resumen fracturas proximales se puede comprometer al nervio ciático
Las fracturas de la diáfisis tibial presentan una gran inciden­ poplíteo externo.
cia en las urgencias traumatológicas. Generalmente se de­ Igualmente es importante considerar los compartimen-
ben a traumatismo de alta energía y su tratamiento suele ser tos de la pierna, debido a que en esta región anatómica es
quirúrgico, generalmente con enclavamiento intramedular donde se localiza con mayor frecuencia el síndrome com-
fresado y bloqueado. La osteosíntesis con placas suele pre­ partimental (v. capítulo 13). La pierna posee cuatro compar-
sentar su indicación en las fracturas metafisarias y la fijación timentos:6
externa suele reservarse para las fracturas abiertas general­
mente de grado IIIb y IIIc. Las complicaciones asociadas a
1. Anterior: músculos tibial anterior, extensor común de los
este tipo de fractura no son infrecuentes, las más comunes
son la infección, en el caso de las fracturas abiertas, o el re­ dedos, extensor del primer dedo, peroneo anterior o tercero,
tardo de consolidación. Hay otras, como el síndrome com­ arteria tibial anterior y nervio peroneo profundo.
partimental, que, por su carácter devastador, siempre se de­ 2. Lateral: músculos peroneo lateral largo y peroneo lateral
ben tener en cuenta. corto. Entre ellos y el extensor común de los dedos, perte-
neciente al compartimento anterior, discurre el nervio pe-
roneo superficial.
3. Posterior profundo: músculos tibial posterior, flexor co-
Introducción mún de los dedos, flexor del primer dedo y nervio tibial
posterior, además de las arterias peronea y tibial poste-
Las fracturas de tibia son las más frecuentes en los huesos rior.
largos del cuerpo humano, constituyen el 2% de todas las frac- 4. Posterior superficial: músculos gemelos, sóleo, plantar del-
turas, con una incidencia variable en diferentes países pero que gado y poplíteo con el nervio sural, y las venas safena in-
oscila alrededor de 20 por cada 100.000 habitantes.1,2 Actual- terna y externa.
mente existen diversos métodos de tratamiento, como el en-
clavamiento, la fijación interna con diversos tipos de placas y Evaluación clínico-radiológica
la fijación externa. El clavo intramedular se considera el están-
dar de oro para el tratamiento de las fracturas localizadas en Tras un traumatismo en la tibia el paciente presenta dolor,
la diáfisis tibial, que pueden cursar con retraso de consolidación deformidad con rotación e impotencia funcional de la pierna.
e incluso no consolidación, lo que acontece hasta en el 10% Hay que valorar el estado de los tejidos blandos y cerciorarse,
de los casos de estas fracturas. El mecanismo de producción ante la presencia de heridas, de diagnosticar si la fractura es
suele deberse a caídas, lesiones deportivas, traumatismo direc- abierta; una exploración neurovascular meticulosa debe com-
to, accidente de tráfico o laboral, y heridas por arma de fuego.3 pletar la evaluación. Dado que no es infrecuente la asociación
En pacientes jóvenes varones, las lesiones deportivas son la de las fracturas de tibia y peroné con otras lesiones en la rodi-
causa más frecuente, con un pico entre los 10 y los 20 años, lla o el tobillo, deben explorarse igualmente estas regiones
mientras que en las mujeres presentan una distribución unifor- anatómicas, así como descartar otras fracturas en el caso de
me a partir de los 30 años, con mecanismo de baja energía los pacientes gravemente traumatizados. Tras el diagnóstico
debido a una caída durante la marcha como causa principal. clínico se debe proceder a estabilizar la fractura provisional-
La diáfisis es la localización más frecuente y en el 80% de los mente para su evaluación definitiva mediante un estudio radio-
casos se asocia a fractura de peroné, y también a fracturas de lógico con dos proyecciones de la pierna, que incluya rodilla
tobillo en el 21%.4 y tobillo; es conveniente practicarlas de forma independiente
para cada articulación si no es de calidad al incluirlas en una
Anatomía quirúrgica sola radiografía.
Con el objetivo de agrupar los tipos de fracturas a fin de
Las características anatómicas de la tibia, con su borde antero- homogenizar el mejor tratamiento para cada una, se han des-
medial completamente subcutáneo, sin masa muscular y con crito varias clasificaciones (tabla 6‑8 y cuadros 6‑3 y 6‑4), de
pobre vascularización, lo convierten en un hueso susceptible de las cuales las más importantes atienden al trazo de fractura,7 al
lesión, lo que hace que el 24% de las fracturas sean abiertas y, mecanismo lesional8 o al estado de la piel,5 siendo la más com-
de ellas, el 60% de grado III, según la clasificación de Gusti- pleta la de la OTA/AO en relación con las características mor-
lo-Anderson.5 La cortical de la diáfisis tibial se va haciendo más fológicas del hueso,9 aunque otras variables como los tejidos
fina distalmente, aumentando el riesgo de fractura por torsión, blandos no las considera; la clasificación de la AO es útil para
por ello el 25,5% de las fracturas son espiroideas. El peroné actividades de auditoría pero es de difícil utilización en la prác-
fracturado tiene una excelente cobertura muscular y vascular, tica clínica diaria.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 265

Tabla 6‑8 Clasificación pronóstica de Trafton


Grado I (leve) II (moderado) III (grave)
Energía Baja Moderada Alta
Mecanismo Indirecto Directo Directo
Trazo Espiroideo Oblicuo Multifragmentario
Desplazamiento Menor del 50% Mayor del 50% Mayor del 100%
Conminución Nula Tercer fragmento Dos o más fragmentos
Partes blandas en fracturas cerradas Tscherne 0 Tscherne I Tscherne II-III
Partes blandas en fracturas abiertas Gustilo I Gustilo II Gustilo III
Tratamiento Yeso Clavo endomedular Fijador externo

Tratamiento
Cuadro 6‑3 Clasificación de Tscherne
C0 Tratamiento no quirúrgico de las fracturas
Fractura de trazo simple, con poca o ninguna lesión de partes cerradas
blandas.
El tratamiento no quirúrgico consiste en la reducción cerrada y
C1 estabilización con un vendaje enyesado. Su indicación funda-
Fractura con abrasión superficial con fracturas leve-modera­ mental se dirige a las fracturas no desplazadas o mínimamente
das. desplazadas que se reducen fácilmente con buena alineación.
C2 Los criterios de reducción aceptable consisten en: varo/valgo
Fractura de gravedad moderada (bifocales) con contamina­ máximo de 5°, angulación en plano sagital máximo 10°, apo-
ción profunda, contusión en piel y músculo. sición de corticales al menos 50%, acortamiento máximo de
1 cm y rotación máxima de 5°.
C3
Fracturas graves, conminutas con lesión grave de piel y des­ Tanto en el tratamiento no quirúrgico como en el quirúr-
trucción muscular. gico, la técnica de reducción consiste en una tracción de la
tibia con la rodilla en flexión de 20-30°, lo que permite con-
trolar las angulaciones y rotaciones (fig. 6‑50); la inmoviliza-
ción enyesada se coloca inguinopédica con una flexión de
rodilla de 5-10° y el tobillo en flexión de 90° durante 4 sema-
Cuadro 6‑4 Clasificación de Gustilo y Anderson
nas, tras las cuales se cambia por otro vendaje enyesado u
Tipo I ortesis funcional, pero ya solo incluyendo la pierna. Esta in-
Fractura abierta con una herida < 1 cm de largo y limpia. movilización se mantiene hasta la consolidación radioló­
Tipo II gica.10
Fractura abierta con una laceración > 1 cm de largo sin daño
extenso de tejidos blandos, colgajos o avulsiones.
Tipo III
Fractura segmentaria abierta, fractura abierta con daño ex­
tenso de tejidos blandos o una amputación traumática. En
1984 se dividieron las lesiones de tipo III en tres subtipos.
Tipo IIIa
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Cobertura adecuada de tejidos blandos de un hueso fractu­


rado a pesar de la laceración o colgajos extensos de tejidos
blandos, o traumatismos de alta energía independientemen­
te del tamaño de la herida.
Tipo IIIb
Lesión extensa de tejidos blandos con desprendimiento pe­
rióstico y exposición ósea. Esto generalmente se asocia con
contaminación masiva.
Tipo IIIc
Fractura abierta asociada con lesión arterial que requiere re­
paración. Figura 6‑50 Posicionamiento de un paciente para reducción y encla-
vamiento de fractura de tibia y peroné derechos.

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266 Parte II Rodilla

to conservador, aumenta la incidencia de consolidación y en


menor tiempo, además de preservar la movilidad articular. Ac-
tualmente hay en uso dos tipos de acceso a la diáfisis: el acce-
so infrapatelar, que es la vía clásica utilizada habitualmente, y
el acceso suprapatelar, que se realiza a través de la articulación
femoropatelar con la rodilla en flexión de 30°. Su indicación se
dirige a las fracturas más proximales, de difícil reducción y
cuando hay lesión de tejidos blandos en la cara anterior de la
tibia. Según las series publicadas, este último acceso disminu-
ye el dolor patelar, mejora la función de la rodilla y proporcio-
na mejor alineación.12
A pesar de ser las fracturas de tibia y peroné tan frecuentes,
aún se publica una prevalencia muy alta de mala alineación
rotacional después del enclavado tibial intramedular. Por otra
parte, las fracturas del tercio distal de tibia tienen una alta tasa
Figura 6‑51 Fractura abierta de tibia derecha de grado IIIb de Gustilo de fracturas de tobillo asociadas, cuyo patrón más comúnmen-
en un paciente con fractura abierta de fémur ipsilateral y cerradas de fémur te observado consiste en una fractura de la diáfisis tibial del
y tibia contralateral. tercio distal en espiral asociada con una fractura del maléolo
posterior mínimamente o no desplazada. La tomografía com-
Determinados trazos de fracturas, como las transversas pu- putarizada (TC) de rutina, incluyendo el tobillo, debe tenerse
ras, aun siendo simples, o las fracturas bifocales, responden muy en cuenta en este tipo de fracturas porque muestra fractu-
mal al tratamiento conservador, salvo en el caso de los niños, ras del pilón tibial que pasan desapercibidas en las radiografías,
y debe optarse por el tratamiento quirúrgico. a veces con un grado de conminución importante.13
Las fracturas diafisarias con extensión articular tanto al to-
Tratamiento quirúrgico de las fracturas billo como a la rodilla se tratan con enclavado intramedular
cerradas más osteosíntesis del tobillo de forma independiente, no ha-
biendo un aumento notable de consolidación defectuosa o re-
El tratamiento quirúrgico encuentra su máxima indicación en tardada, infección o artrosis del tobillo.
las fracturas desplazadas y en las que tienen un trazo transver- En estos casos, el clavo se debe bloquear distalmente con
sal o son bifocales. Tienen, además, especial indicación en las solo dos pernos para dejar más sitio a la osteosíntesis del tobi-
que cursan con lesión vascular concomitante, con síndrome llo, dado que la estabilidad del bloqueo es similar con dos o tres
compartimental, con fractura de fémur ipsilateral, con afecta- pernos.14
ción de tejidos blandos y en los casos de politraumatizados o La colocación del clavo tibial por sí sola no da como resul-
de obesidad mórbida (figs. 6‑51 y 6‑52). Puede tener también tado una reducción adecuada de la fractura, por lo que debe
indicación en los casos de fracturas de tibia bilaterales, puesto mantenerse la alineación durante todo el proceso de fresado y
que permite movilizar al paciente con facilidad. colocación del implante. Si bien la aplicación de tracción lon-

Enclavado intramedular
El enclavado intramedular anterógrado fresado suele ser la téc-
nica de elección11 (fig. 6‑53), ya que, con respecto al tratamien-

Figura 6‑52 Mismo caso de la figura 6‑51. Fijación externa en urgen- Figura 6‑53 Enclavamiento no fresado y cerrojado de la tibia izquier-
cias, de ambas extremidades. da con control radiográfico de la fractura.

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 267

gitudinal suele mejorar la alineación de la fractura mediante Siendo muy útil en las indicaciones referidas, la fijación exter-
ligamentotaxis, la tracción manual no suele proporcionar una na tiene una mayor tasa de consolidación viciosa, retardo de
alineación tan adecuada como la llevada a cabo en una mesa consolidación y pseudoartrosis que la tratada con enclavamien-
ortopédica, sea el tratamiento quirúrgico o no (v. fig. 6‑50). to intramedular u osteosíntesis con placa.
Las opciones técnicas de la fijación externa son:
Técnica quirúrgica
Las maniobras de reducción cerradas se pueden facilitar me- • Fijación monolateral: con clavos o pinzas (clamps), en uno
diante herramientas directas de reducción externa, si bien de- o dos planos, y uni- o bilateral.
bido a la presión significativa que ejercen sobre los tejidos • Circular: agujas pretensadas en un anillo en los dos extre-
debe evitarse la aplicación prolongada de estos dispositivos, mos del fijador.
cuyo uso no está generalizado. Algunas fracturas también son • Híbrida: agujas pretensadas en un extremo proximal o dis-
susceptibles para la colocación de pinzas de reducción por vía tal de un anillo, y en el otro extremo los clavos.
percutánea; así como de un distractor universal.
Las maniobras de reducción abiertas no solo permiten la Terapias biológicas
colocación de pinzas de reducción quirúrgicas adecuadas, sino
que también brindan la oportunidad de aplicar una placa de Aunque hay algunas evidencias para el uso de proteínas mor-
osteosíntesis en el sitio de la fractura para lograr y mantener la fogenéticas recombinantes en el tratamiento de lesiones óseas
reducción de la fractura durante el procedimiento de enclavado graves por fracturas abiertas de tibia, y en las no consolidacio-
intramedular. Este era el antiguo procedimiento de la AO mien- nes, no la hay aún para el uso factores de crecimiento y aspira-
tras se realizaba el fresado; no obstante, se deben evitar, en lo dos de células.18 En cualquier caso, la terapia biológica requie-
posible, estos procedimientos abiertos debido al riesgo cutáneo re estudios más profundos sobre su aplicación según variables
que aumenta la incidencia de infección. independientes no estudiadas, y actualmente se puede decir que
Un sistema muy útil para la alineación de la fractura está no forma parte del tratamiento de las fracturas de tibia o sus
constituido por los tornillos de bloqueo tipo poller, cuyo pro- complicaciones.
pósito consiste en estrechar el canal en el área metafisaria y
sustituir una cortical deficiente. Estos tornillos se colocan antes Tratamiento de las fracturas abiertas
del proceso de fresado y colocación del clavo.15,16
El riesgo fundamental de una mala evolución en las fracturas
Osteosíntesis con placas abiertas está en la infección y la necrosis cutánea del hueso por
Las osteosíntesis con placa se indican en fracturas metafisarias falta de cubrimiento. La probabilidad de desarrollar infección
proximales y distales. Actualmente se suele utilizar el acceso aumenta sobre todo debido al grado de fractura abierta —le-
mínimamente invasivo (MIPO). sión cutánea y exposición de hueso—, si bien el consumo de
Junto con el enclavado intramedular, la osteosíntesis con tabaco, la presencia de enfermedades de base como la diabetes,
placa mediante acceso MIPO es un método muy bueno para el el mayor tiempo quirúrgico, el grado de contaminación de la
tratamiento de las fracturas distales de la tibia. La MIPO es herida y el retraso en la antibioterapia son variables importan-
superior al enclavado para la prevención de la consolidación tes para desarrollar esta complicación. En general se debe seguir
viciosa, pero el enclavado intramedular reduce las complica- la siguiente secuencia (v. figs. 6‑51 y 6‑52):
ciones de la herida quirúrgica, sobre todo cuando la piel está
traumatizada. Por ello, aunque los dos tratamientos son aptos, • Administración de antibioterapia antes de las 3 h postrau-
para las fracturas distales de la diáfisis tibial la MIPO es más matismo. Cefalosporinas de segunda o tercera generación
recomendable.17 en las fracturas de grado I y II, más gentamicina en las de
grado III durante 3 días, acompañando de penicilina G en
Fijación externa dosis elevadas, sobre todo cuando la fractura ha ocurrido
La fijación externa es un buen método de estabilización tem- en un lugar donde puede haber Clostridium, como granjas
poral de las fracturas cuando no se puede realizar un enclava- o la propia carretera.
miento, aunque también, rara vez, puede serlo definitivo. Las • Realizar el desbridamiento y lavado en el quirófano lo antes
indicaciones fundamentales de la fijación externa son las si- posible. Repetir cada 2-5 días, según la evolución de la herida.
guientes: • Lavado no pulsátil de hasta 10 l de suero fisiológico, al cual
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se le puede asociar un antiséptico muy diluido, si bien su


• Fracturas abiertas de alta energía. Grados IIIb y c de la efectividad no está totalmente demostrada.
clasificación de Gustilo-Anderson.5 En el grado IIIa se pue- • El uso de antibióticos locales y terapia de presión negativa
de realizar un enclavamiento intramedular directamente. puede ser positivo, pero no hay una certeza sobre su efec-
• Como segunda opción en las fracturas metafisarias. tividad.
• Fracturas diafisarias complicadas con quemaduras o sín- • Realizar cobertura cutánea en 4-7 días. Aunque se debe
drome compartimental. valorar el uso de un colgajo cutáneo para cubrir el hueso y
• En politraumatizados como primera opción en control de evitar su necrosis de forma inmediata, o al menos en las
daños, para posterior reconversión en estabilización defini- primeras 24-48 h (fix and flap).
tiva, siendo aconsejable antes de 15 días desde la fijación
para evitar la contaminación del trayecto de los clavos o del Una vez limpia la herida, se procederá a la fijación de la frac-
propio canal medular. tura. La primera opción es el clavo intramedular en las fracturas

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de grado I, II e incluso IIIa de Gustilo,5 en fracturas con menos


de 10 h de evolución o si la herida está poco contaminada. En Cuadro 6‑5 Clasificación de osteomielitis
las fracturas IIIb y IIIc se debe utilizar la fijación externa Cierny-Mader
(v. figs. 6‑51 y 6‑52). Tipo anatómico
Los clavos fresados no aumentan la tasa de infección, • Tipo I: osteomielitis medular. Infección limitada a médula
y proporcionan menor número de fracasos (consolidación ósea.
­viciosa, rotura de material, etc.). El fijador externo se debe re- • Tipo II: osteomielitis superficial. Infección limitada a hue­
convertir en fijación definitiva lo más pronto posible, preferen- so cortical.
temente antes de las 2 semanas, como se ha expresado anterior- • Tipo III: osteomielitis localizada. Infección con bordes
mente, porque la osteosíntesis mediante enclavamiento facilita bien definidos.
el cuidado de la herida, al no interferir como hace el fijador • Tipo IV: osteomielitis difusa. Infección propagada.
externo, a la vez que proporciona mejores resultados en rela-
Clase fisiológica
ción con la infección, aunque en un metaanálisis reciente no se
• Huésped A. Buen sistema inmune.
han encontrado diferencias en relación con el tiempo de con-
• Huésped B. Compromiso local (BL). Compromiso sistémi­
solidación entre ambos métodos.19
co (BS).
• Huésped C. El tratamiento quirúrgico causaría más daño
que la enfermedad.
Complicaciones de la fractura
diafisaria de tibia
Síndrome compartimental agudo tratamiento generalmente requiere una reintervención. Se debe
descartar siempre una infección ante el fracaso de una osteo-
En los días posteriores a la lesión, los pacientes con fracturas síntesis, tomando muestras para estudio microbiológico. Por
de la diáfisis tibial presentan un riesgo relativamente alto de otra parte, constituye un error, ante una infección, retirar un
desarrollar un síndrome compartimental agudo. Los pacientes material de osteosíntesis estable o, en caso de inestabilidad, no
deben ser monitorizados de cerca para detectar sus signos clí- estabilizar la fractura o no consolidación con otro sistema es-
nicos.20 El capítulo 13 de este volumen trata del síndrome com- table y más acorde con la situación local; nunca se debe dejar
partimental. inestable un foco de fractura infectado.

Infección Deformidad residual o consolidación viciosa


Se considera infección aguda a la ocurrida en las primeras 4 se- Los parámetros que se utilizan para la evaluación de la alinea-
manas desde la fractura o el tratamiento quirúrgico. La infección ción tibial están definidos anteriormente en el epígrafe «Trata-
aguda se ha relacionado con la fractura abierta y la lesión de miento no quirúrgico de las fracturas cerradas».
tejidos blandos, con el tiempo transcurrido hasta el tratamiento
definitivo, el retardo en el cierre cutáneo, la reducción abierta Retardo de consolidación y pseudoartrosis
—aunque estudios recientes no muestran diferencias estadísti-
camente significativas entre la reducción cerrada y la abier- Las posibles complicaciones a más largo plazo incluyen el retar-
ta—,21 la hiperglucemia y el uso de AINE. La fasciotomía de do de consolidación y la pseudoartrosis, cuya incidencia se esti-
los cuatro compartimentos, aunque imprescindible para el tra- ma alrededor del 18%, que se eleva a más de un 40% en fracturas
tamiento del síndrome compartimental, ha demostrado aumen- abiertas. El impacto que tiene la pseudoartrosis en el paciente
to en la incidencia de infección en las fracturas complicadas puede ser devastador. El factor más comúnmente asociado al
con síndrome compartimental agudo, si bien podría ser debido retardo de consolidación en las fracturas diafisarias tibiales es la
al estado de deterioro de los tejidos blandos afectados de este gravedad de la lesión inicial, aunque existen muchos otros fac-
síndrome. El tratamiento de elección de la infección aguda es tores descritos como la infección oculta, la técnica quirúrgica
el lavado y desbridamiento quirúrgico, previa toma de muestras inadecuada, el pobre aporte sanguíneo y la descarga prolongada.
para cultivo microbiológico y tratamiento antibiótico. En la Las pseudoartrosis de tibia también pueden clasificarse, como en
infección crónica existen múltiples variables implicadas, como cualquier otra localización, en atróficas o hipertróficas, depen-
las fracturas de alta energía, el grado de contaminación inicial diendo de la cantidad de hueso formado en los extremos de la
y el estado de los tejidos blandos. El tratamiento de la infección fractura. Es fundamental el diagnóstico correcto, puesto que las
crónica se basa en la clasificación de Cierny-Mader (cua- atróficas precisan estimulación biológica (figs. 6‑54 a 6‑59),
dro 6‑5), cuya piedra angular es el desbridamiento y la retirada mientras que la hipertrófica tiene buen potencial de curación y
del biofilm junto con la cobertura antibiótica adecuada. Este suele responder bien con el aumento de la estabilidad y la correc-
tratamiento se puede realizar en dos tiempos.22 ción de la mala alineación, si esta existe. Existen otros factores
de riesgo que dificultan la curación de la pseudoartrosis, como
Fracaso de la fijación la infección, el tabaquismo, la osteopenia, la insuficiencia vas-
cular o la obesidad. En los casos donde exista duda diagnóstica
Cualquier sistema de fijación puede fallar en cualquier momen- sobre su existencia debe realizarse una TC.
to. Si esto ocurre, es frecuente que sea por causa mecánica; es Entre los tratamientos quirúrgicos para el retardo de con-
decir, que la fijación interna sea inadecuada o insuficiente. El solidación está el enclavado endomedular en fracturas trata-

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Capítulo 6 Patología traumática de la rodilla y la pierna 269

das de forma conservadora; la dinamización monoaxial o el se ignoran sus dosis y las combinaciones adecuadas de las
cambio del clavo endomedular a uno fresado más grueso en BMP con injerto u otros sucedáneos óseos.23
los casos hipertróficos, la fijación con placa a compresión y
el aporte de injerto óseo, teniendo en cuenta que es necesa- Refractura
rio que haya suficiente cobertura sana de tejidos blandos
(v. figs. 6‑54 a 6‑59). La fijación externa se utiliza en las Esta puede aparecer debido a una carga excesiva antes de la
pseudoartrosis infectadas y en grandes deformidades y pérdi- consolidación completa o también cuando se retira el implante
das óseas. El uso de proteínas recombinantes como la bone demasiado precozmente. En la tibia y en huesos largos no es
morphogenetic protein-7 (BMP-7), en combinación con el aconsejable retirar el implante antes de 1 año tras la consolida-
injerto óseo autólogo, puede tener un efecto sinérgico, aunque ción completa.

Figura 6‑56 Mismo caso de la figura 6‑54. Acceso quirúrgico a la tibia


Figura 6‑54 Unión atrófica en la tibia izquierda de un paciente referido obviando la cara anteromedial y la cresta, sobre el plano muscular del
a nuestro servicio tras 6 meses de fijación externa. Imagen anteroposterior. compartimento anterior.
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Figura 6‑57 Mismo caso de la figura 6‑54. Extracción del fijador ex-


terno y, a las 2 semanas, decorticación, extirpación del callo fibroso, apor-
te de injerto autólogo y osteosíntesis con placa AO LC-DCP a compresión
Figura 6‑55 Mismo caso de la figura 6‑54. Imagen lateral. y neutralización.

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Figura 6‑58 Mismo caso de la figura 6‑54. Aspecto de la herida qui- Figura 6‑59 Mismo caso de la figura 6‑54. Imagen radiográfica a los
rúrgica a los 3 meses de la cirugía. No deben extirparse los restos aposti- 6 meses que muestra la consolidación completa y el remodelado del callo
llados de la piel dado que, al ser muy fina en la cara anteroposterior, po- óseo.
drían dejar zonas de hueso al descubierto. Tras la evolución de unos meses,
desaparecen debido al crecimiento de tejido subcutáneo.
tejido fibroso y secreta factores de crecimiento que contribuyen
Rigidez a la multiplicación de células del linaje mesenquimático y su
diferenciación a la línea osteogénica, facilitando la consolida-
La rigidez de tobillo es muy frecuente tras la inmovilización ción ósea. Esta también está indicada para los casos de pseu-
prolongada con yeso y debe tratarse mediante fisioterapia pro- doartrosis infectada u osteomielitis crónica postraumática
longada. (figs. 6‑60 a 6‑63).
Para pérdidas óseas mayores de 6‑10 cm, es preciso recurrir
Síndrome de embolia grasa a otras técnicas, como el peroné vascularizado transferido me-
diante microcirugía o los transportes óseos. El método de trans-
Ocurre tras un traumatismo de alta energía y puede poner en porte óseo se basa en un principio fundamental, que es la in-
peligro la vida del paciente. Las manifestaciones comunes in- ducción de la osteogénesis por distracción de fragmentos
cluyen signos de dificultad respiratoria, como hipoxemia, disnea óseos, mediante el traslado de un segmento de hueso en direc-
y taquipnea, seguidos de anomalías neurológicas, que a menu- ción longitudinal, bajo los principios de tensión-estrés. Ilizarov
do provocan confusión y depresión. La embolia puede ocurrir demostró cómo la tracción gradual del callo estimula no solo
tanto antes como después de la intervención quirúrgica. Las la osteogénesis sino también el crecimiento y la regeneración
fracturas de los huesos largos deben fijarse de forma inmediata de los tejidos blandos circundantes tales como piel, músculos,
tanto en los pacientes traumatizados graves como en los que nervios y vasos sanguíneos.25
presentan una fractura aislada con el objetivo de evitar la em- En los casos de pérdida cutánea se debe cubrir el hueso y
bolia grasa. los tendones con suma precocidad, dada su tendencia fácil a
la necrosis, optándose por la cobertura cutánea como primera
Pérdida ósea opción, sobre todo en los casos extensos o, en los casos menos
extensos, mediante el cierre asistido por vacío (VAC). Esta
En defectos menores de 6 cm, la mejor opción de tratamiento técnica, basada en la cura oclusiva desarrollada a mediados
es la técnica de Masquelet. Esta técnica se basa en dejar un le- del siglo pasado por Trueta y Orr, ha surgido como un método
cho óseo sangrante limpio de fibrosis con colocación de un útil para acelerar la cicatrización de la herida al disminuir el
espaciador de cemento de polimetilmetacrilato (PMMA), el cual edema crónico, eliminar el caldo de cultivo de bacterias, au-
genera a su derredor una membrana biológica inducida. Secuen- mentar el flujo sanguíneo local y la formación de tejido de
cialmente, en un segundo tiempo, se retira el espaciador sec- granulación.26
cionando longitudinalmente esta membrana, pero sin lesionar- Algunos métodos de salvamento de la extremidad median-
la, y se rellena la cavidad con injerto óseo, preferentemente te estos métodos de «cura biológica» se han basado en la téc-
autólogo, suturando la membrana sobre él.24 La biomembrana nica de Papineau, olvidada en los últimos años, aunque, si-
previene la reabsorción del injerto, evita la interposición de guiendo sus fundamentos, aunque con modificaciones más

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Figura 6‑60 Paciente con osteomielitis crónica postraumática. Primer Figura 6‑62 Mismo caso de la figura 6‑60. A los 50 días, apertura del
tiempo de la técnica de Masquelet, con limpieza del foco osteomielítico foco, extracción del cemento y relleno con hueso esponjoso autólogo.
hasta el tejido óseo sangrante y relleno con cemento acrílico.
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Figura 6‑61 Mismo caso de la figura 6‑60. Imagen radiográfica del Figura 6‑63 Mismo caso de la figura 6‑60. Imagen radiográfica al año
foco con el cemento. en la que se aprecia reconstrucción completa.

recientes, se han conseguido técnicas muy útiles ante pérdidas nervio peroneo ocurre con mayor frecuencia en las fracturas
óseas extensas o infecciones posfracturas.27 tratadas quirúrgicamente, pero el déficit resultante suele ser
sensitivo y temporal.3
Otras complicaciones
Amputación
Otras complicaciones relacionadas con la intervención quirúr-
gica, como gonalgia, edema, movilidad reducida del tobillo, Algunos casos de fracturas abiertas, sobre todo IIIc, son sus-
atrofia de los músculos del muslo y la pantorrilla y artrosis de ceptibles de amputación, para lo que son muy útiles algunas
las articulaciones adyacentes no son infrecuentes. La lesión del guías clínicas, como el Mangled Extremity Severity Score

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272 Parte II Rodilla

(MESS),28,29 que hace referencia a la edad del paciente y su 12. Lu Y, Wang G, Hu B, Ren C, Sun L, Wan Z, et al. Comparison of su-
estado general, la isquemia de la pierna y el tipo de energía en prapatellar versus infrapatellar approaches of intramedullary nailing
for distal tibia fractures. J Orthop Surg Res 2020;15:422-6.
el traumatismo, aunque requiere revisión tras estar en vigor más 13. Metcalf KB, Brown CC, Barksdale EM 3rd, Wetzel RJ, Sontich JK,
de 30 años. Ochenjele G. Clinical Outcomes After Intramedullary Nailing of In-
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tismo de alta energía en pacientes jóvenes. El tratamiento de 15. Zelle BA, Boni G. Safe surgical technique: intramedullary nail fixa-
elección suele ser el enclavamiento intramedular fresado y blo- tion of tibial shaft fractures. Patient Saf Surg 2015;9:40-6.
queado. Los resultados clínicos son favorables, y queda un 16. Tennyson M, Krkovic M, Fortune M, Abdulkarim A. Systematic re-
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pequeño porcentaje de mala alineación o no consolidación. Las nailing of long bone fracture. EFORT Open Rev 2020;5:189-203.
fracturas abiertas se tratan de urgencias con desbridamientos, 17. Liu XK, Xu WN, Xue QY, Liang QW. Intramedullary Nailing Versus
antibioterapia intravenosa y fijación externa, pasando a encla- Minimally Invasive Plate Osteosynthesis for Distal Tibial Fractures:
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Descargado para Armando Mendoza Sosa (armando_mendozas@my.uvm.edu.mx) en University of the Valley of Mexico - Tlalpan Campus de ClinicalKey.es por Elsevier en
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