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Enrique Neira Fernández MARXISMO 1

44 Marxismo

El marxismo-leninismo, con sus varios retoques y diversidad de aplicación según los países, fue en el siglo
XX una ideología de fuerte penetración y uno de los sistemas económico-políticos que controló más población
del mundo.

Principios del marxismo

A pesar de las varias formas que ha adoptado el marxismo, hay elementos básicos y comunes que siguen
siendo fieles al pensamiento original de los fundadores del marxismo: Marx y Engels. Dichos elementos se
compaginan y ensamblan en un bloque compacto, con 4 componentes, que constituyen una sólida y fuerte
ideología política. Son ellos :

1) El materialismo dialéctico

Materialismo porque afirma que de la Materia todo procede. Y dialéctico porque la evolución de la Materia
es dialéctica, por subidas y bajadas, en forma contínua y discontínua, a través de tesis (afirmaciones) y antítesis
(negaciones), llegando así hasta la obtención de ciertas síntesis. Hay dos saltos, peldaños, en este ascenso de la
Matera hacia formas superiores de organización: cuando aparece la Vida en nuestro planeta y cuando aparece el
Hombre. Esta filosofía se contiene en "La Dialéctica de la Naturaleza", obra escrita por Marx y Engels. Filosofía
explicativa de la naturaleza del universo, comprendido en ella el hombre, que coincide con la afirmada por otras
filosofías, como la espiritualista y cristiana, propuesta por el cientíico jesuíta, Pierre Teilhard de Chardin en su
obra "El Fenómeno Humano". [Véase Enrique Neira Fernández (1977): Del átomo a Omega: Teilhard de Chardin,
Bogotá, Universidad Javeriana y el folleto Evolucionismo y Cristianismo: Teilhard de Chardin (1997), Mérida, Universidad
de Los Andes]

2) El materialimo histórico

Para Engels, <materialismo histórico> no es solamente insistir en el papel desempeñado en la historia por
las causas económicas y sociales, sino elevar dichos factores a la dignidad de 'causa primera' y de 'gran motor' de
la Historia. Para Marx, toda la historia ( incluidos el derecho, la filosofía, la religión, el arte y toda ideología) se
reduce en última instancia, a la evolución de los factores económicos y sociales, e deci, de esa infraestructura
material de la sociedad. <No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia, sino que, al
contrario, es su existencia social la que determina su conciencia>23. Esta filosofía de la historia, que lleva en su
raíz un ateísmo teórico o negación de la idea de Dios, es fuertemente negada por otras muy valiosas
concepciones de l ahistoria y por toda las religiones (granes y pequeñas) del mundo.
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3) Una serie de teorías políticas

Para echar por tierra los privilegios capitalistas y realizar la propiedad colectiva de los medios de
producción, hay que adueñarse del poder político, como sea; se debe imponer la <dictadura del proletariado>, sin
debilidad, y por el tiempo que sea necesario para liquidar los residuos del capitalismo y eliminar toda posibilidad
de oposición. Como final de la utopía, después de esta etapa larga de socialismo ( en la que <cada uno recibe
según su trabajo>), se llegará a un punto en el que la autoridad política y el mismo Estado sobrarán y la
producción de bienes será suficiente para todos ( de modo que <cada uno reciba según su necesidad>). En esta
lucha revolucionaria para alcanzar el poder de los Estados y luégo para ejercerlo por un largo tiempo, el papel del
Partido es clave e irremplazable. El gran ideólogo marxista que lo inventó y diseñó fue Lenin, en su folleto "Qué
hacer? de 1902, que se puso en práctica con éxito en muchos países.
Todo proceso de <conquista del poder> y, luego de construcción del socialismo mediante la <dictadura del
proletariado>, es primordialmente obra de una minoría esclarecida y organizada, la que conforman el partido y
sus cuadros dirigentes. Es como un proceso de destilación fraccionaria. Del petróleo crudo ( la masa negra) se
extrae el material apto ( el pueblo real), del que se separa la esencia pura, clara y detonante ( el militante del
partido).

4) Una teoría económica

Todas las alienaciones ( enajenaciones) del hombre ( políticas, sociales, psicológicas, religiosas, etc.)
tienen su raíz y su causa en la "alienación" ( enajenación) económica. Mientras subsistan la propiedad privada de
los medios de producción y la consiguiente explotación del hombre por el hombre, el hombre seguirá estando
dividido con los demás, con el producto de su trabajo y consigo mismo. Hay, pues, que socializar los medio de
producción y repartir los beneficios entre todos. Con base en la "plusvalía", que los empresarios roban a los
trabajadores (proletariado), se han hecho las grandes riquezas de los empresarios capitalistas. Hay que
colectivizar toda le economía, suprimiendo la propiedad privada, y poniendo en manos del Estado todos los
medios de producción. Es la propuesta de un socialismo comunista, que se implantó en muchos países del
mundo, hasta 1989, bajo el liderazgo e imperialismo de la Unión Soviética

2. El marxismo después de Marx

Hoy día, cuando se habla de <marxismo>, apenas se enuncia un concepto aproximativo. No se da un solo
marxismo: existen varios. Hay varias interpretaciones del marxismo, que tienen sus rasgos típicos y sus grandes
diferencias. Hay marxismos reformistas, marxismos leninistas, marxismos stalinistas, marxismos trotkistas y una
variada gama de <izquierdismos> que toman su inspiración en Marx.
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Pero ya se trae de marxismo (en singular ) o de marxismos (en plural ), es innegable el hecho de que la
obra personal de Carlos Marx sigue siendo la autoridad, la referencia obligada, la nueva <Biblia> de la que los
demás hacen sus propias exégesis o interpretaciones.

Una historia de los marxismos después de Marx debería incluír hombres revolucionarios de la talla de
Lenin y Mao, de Tito y Castro. Y debería incluír pensadores tan disímiles como Trotsky, Rosa Luxemburg,
Gramsci, Bauer, Lukács, Pannekoek, Reich, Lefebvre, Althusser. Parece lógico que al tratar de concretar los
elementos básicos del marxismo, les concedamos más valor, como exponentes auténticos del marxismo, a
aquellos ideólogos que han construído el socialismo y han hecho las grandes revoluciones, por sobre las
opiniones a veces contradictorias de intelectuales e ideólogos de escritorio o de cárcel. Estos ofrecen, sin
embargo, el gran aporte de romper un cierto monolitismo dogmático del marxismo y mostrarnos la validez de
varias interpretaciones y el atractivo de varios rostros del marxismo.

Este hecho de un cierto <pluralismo> en el marxismo nos tiene que llevar a matizar los juicios de valor
que demos sobre él. No es lo mismo un marxismo humanista y abierto al papel, a veces dominante, que ejercen
elementos de la <superestructura> (cultura, política, religión , arte, filosofía) que un marxismo mecanicista y
cerrado al papel <siempre determinante> de los factores económicos de producción. No es lo mismo un
marxismo que propugna un juego libre democrático de la sociedad y una estructura interna democrática del
partido, que un marxismo que propugna a toda costa la dictadura férrea de un partido único por sobre el resto de
la sociedad y aplica en la estructura interna del partido una línea dogmática, burocrática y autoritaria.

Tratándose aquí de una simple introducción breve, no podremos sino delinear algunos de los nombres
principales de revolucionarios y pensadores , sin la profundidad y el detalle de precisión que merecerían en un
estudio más cuidadoso24. Mientras tanto, la bibliografía que anexamos, puede remitir al lector interesado a
estudios de mayor extensión y profundidad.

1) LENIN (1870-1924). Vladimir Ilich Ulianov fue el estratega de la Revolución y quien le imprimió al
marxismo su carácter agresivo, militante y fuertemente ideológico. La mayor parte de su vida estuvo dedicada al
desarrollo de una doctrina revolucionaria. En El Estado y la Revolución resumió las tesis marxistas:

* El Estado es el producto de la irreconciabilidad de los antagonismos de clase y el agente de la clase


capitalista.

* La democracia liberal es el otro nombre del capitalismo, que ejerce dominación sobre los trabajadores.

* La Ley y el Estado son instrumentos de dominación de la clase dominante contra las clases trabajadoras.
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* La revolución, por consiguiente, y el triunfo de la clase proletaria, son deseables e inevitables.

Las etapas revolucionarias que Lenin prevé son las siguientes:

1) La toma del poder por la fuerza a cargo del proletariado, bajo su apropiado liderazgo.

2) El control del poder político por los trabajadores bajo la forma de una <dictadura del proletariado> en
contra de los restos de las clases capitalistas.

3) La socialización de los medios de producción y la abolición de la propiedad privada.

4) Finalmente, la lenta <desaparición del Estado> como instrumento de coerción y opresión de clase, y la
emergencia de una sociedad sin clases y sin Estado.

Para Lenin el imperialismo es la última etapa del capitalismo. Dice que el porvenir del comunismo está en
los países explotados por los grandes monopolios o imperios capitalistas. Como buen estratega, vió que la
relación partido-masa es el eje de la estrategia marxista. La masa es la última instancia de la revolución. Pero la
masa debe ser permanentemente guiada por el partido, para que la revolución sea seria, científica y organizada.
Y es el partido el que debe tener la supremacía y el control sobre todo el gobierno en el Estado socialista. La
lucha de clases debe utilizar todos los medios legales e ilegales, de acuerdo con el análisis de la situación en cada
momento. Hay que saber dar un paso atrás, para luégo dar dos pasos adelante.

El mayor aporte de Lenin está en la importancia que les concedió a la organización política, a la voluntad
política y al liderazgo como requisitos para la revolución. Con frecuencia a esto se le llama teoría de la
<sustitución>. Para Marx, la clase trabajadora, con conciencia de clase, <sustituye> a toda la sociedad. Para
Lenin, el partido comunista, integrado por esclarecidos profesionales de la revolución, <sustituye> a la clase
trabajadora; piensa y habla a nombre de ella. Finalmente, para Stalin, el jefe y líder único <sustituye> a los
demás en la conducción del partido y del proletariado.

2) STALIN ( 1879-1953 ). Iosif Visarionovich Chugachvili fue el gran constructor del socialismo
marxista-leninista en la U. R. S. S. Con Salin los términos Unión Soviética y Rusia se identificaron con el
comunismo. La supervivencia del comunismo se ligó fuertemente al bienestar de la Unión Soviética. Con Stalin,
lo que había sido una ideología revolucionaria y un movimiento revolucionario ( así se venía entendiendo el
marxismo ), se convirtió en la ideología oficial del status quo, en una ortodoxia de Estado y de partido. El
primer elemento del stalinismo es un nacionalismo estrechamente asociado a las tradiciones rusas. Stalin se
empeñó en forjar un socialismo en un país ( Rusia ), sin preocuparle mucho la suerte de las revoluciones
comunistas en el resto del mundo. La organización y funciones del partido comunista bajo Stalin representan el
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último desarrollo de lo que Lenin había comenzado. El partido es una élite compuesta por miembros leales y
eficientes, cuya misión es llevar adelante la causa del socialismo soviético y educar las masas en el socialismo.
Después del fracaso de la Nueva Política Económica ( un capitalismo controlado por el Estado ) instaurada por
Lenin, Stalin comienza en 1929 la era de los planes quinquenales y construye una impresionante industria pesada
y militar. Emrumbó a la U. R. S. S. por la ruta de la modernización económica. Como bien afirma Isaac
Deutscher, Stalin encontró a la URSS con el arado de palo y la dejó dotada de armas atómicas.

Una de las más incisivas críticas al sistema staliniano (que es aplicable a casi todos los sistemas
comunistas) es la del comunista yugoeslavo Milovan Djilas en su libro La nueva clase, escrito solamente tres
años después de la muerte de Stalin. "Todo sucedió -escribe Djilas- en la U. R. S. S. y otros países comunistas,
de modo diferente de como los líderes, y líderes tan prominentes como Lenin, Trotsky, Stalin y Bukharin,
habían anticipado". Ellos esperaban que el Estado iba desapareciendo, que la democracia se reforzaría, que el
nivel de vida mejoraría, que el internacionalismo suplantaría el nacionalismo. Y sucedió exactamente todo lo
contrario, afirma Djilas. El sueño de una sociedad sin clases sigue siendo un sueño. En efecto, ha surgido en la
mayoría de los países con régimen comunista una nueva clase, el partido comunista, con sus apetitos
burocráticos, que controla todo el aparato del Estado.

En 1956, Nikita Kruschev, sucesor de Stalin, presenta un resonante <informe secreto> a los delegados del
partido comunista soviético en su 20º Congreso. Denuncia allí lo que fue el <culto a la personalidad>
entronizada por Stalin y lo que fueron sus crímenes y los millones de personas eliminadas físicamente o enviadas
a campos de concentración bajo su tiranía férrea. El novelista Alexander Solyenitsin, premio Nobel, describe en
detalle, en su obra El archipiélago de Gulag lo que fue ese régimen de terror, de inseguridad y de desespero
que la voluntad caprichosa de Stalin, secundada por los caprichos de otros, llegó a implantar bajo el pretexto de
<dictadura del proletariado>.

3) MAO-SEDUNG (1893-1977). Mao fue por más de 40 años el máximo lider del partido comunista
chino y el jefe del gobierno comunista en la China desde el final de la guerra civil hasta su muerte (1949-1977).
Mao mostró que la revolución puede hacerse con el campesinado y desarrolló con éxito una nueva estrategia
revolucionaria, a saber, la guerra de guerrillas. Uno de sus grandes méritos, como el de Tito en Yugoeslavia,
consistió en haber recorrido su propio camino hacia el comunismo, mostrando así que pueden intentarse modelos
comunistas diferentes del modelo soviético.

Mao intentó crear un marxismo menos satisfecho de los logros ya adquiridos (menos aburguesado) y más
revolucionario. Afirma los mismos principios básicos del marxismo, de tipo filosófico, económico, táctico y
práctico. Pero introduce nuevas ideas. Por primera vez en la teoría y en la práctica del movimento comunista
internacional, afirma claramente que la clase y la lucha de clases existen también dentro de la sociedad socialista.
Subsisten elementos de reacción burguesa, y hay contradicciones políticas en el seno mismo del partido, que
hacen necesario que se prosigan las tareas revolucionarias. Tal el sentido de <Revolución Cultural> que desató
en la China comunista de 1966 a 1969. Puso también un fuerte acento sobre la educación del hombre nuevo,
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revalorizando así la conciencia , el espíritu, el arte, la cultura (en suma, la llamada superestructura) en su
relación dialéctca con la infraestructura productiva. Para Mao, rehacer al hombre es tan importante como
rehacer la naturaleza, afirma. El adversario no debe ser eliminado, sino debe ser reeducado.

4) TITO (1829-1979). Josip Broz encarna otro tipo de revisionismo marxista, otro modelo de comunismo
nacional, diferente del soviético. De la segunda guerra mundial, el partido comunista yugoeslavo emergió
victorioso sobre los nazis, con un fuerte raigambre popular, consciente de su poder de liderazgo y sin enemigos
dentro de casa. Gracias a ello, una vez consumada la ruptura con Stalin, en 1948, Tito pudo intentar un nuevo
modelo de comunismo. Hacia 1958 dicho modelo yugoeslavo ha abandonado el modelo stalinista de
modernización que consistía en un control total del Estado y en una subordinación de las actividades económicas
a una burocracia fuertemente centralizada. En su lugar, el modelo yugoeslavo se ha venido moviendo hacia una
descentralización, con base en unidades de producción cuasi-independientes, controladas por sus bases. Se le ha
concedido gran importancia a la gestión y administración de las empresas y otras ramas de la economía por parte
de los obreros que la componen (consejos obreros). Se ha limitado el papel del partido (Liga de los Comunistas
de Yugoeslavia) al campo casi exclusivo de la orientación y lo ideológico. Se ha abierto el sistema a un mayor
debate público, y a mayor participación política de los ciudadanos. Es decir, se ha intentado construír un modelo
de socialismo marxista de rostro más humano y compatible con cierta democracia en lo interno, y con una
posición no-alineada en lo internacional.

5) EUROCOMUNISMO. El término eurocomunismo no es aplicable sino al intento de unos pocos


partidos comunistas de Europa occidental , durante la llamada Guerra fria, y que buscaron limar los principios
ortodoxos del Comunismo para ser más competitivos frente a los partidos democráicos. El término se usó para
describir e identificar nuevas tendencias, ideológicas y políticas, que aparecieron desde 1975 (algunas veces
antes) en algunos partidos comunistas europeos que se movían dentro de las democracias occidentales. Tales los
de Italia, Francia y, en una época España. El mismo término sugiere que en el mundo occidental europeo se venía
incubando un nuevo tipo de comunismo, muy diferente en doctrina y en tácticas, del comunismo soviético y del
de sus satélites de Europa Oriental. Sin embargo, este fenómeno no es ni comprensivo de todos los casos, ni
preciso en sus lineamientos, ni organizado en sus acciones, ni uniforme en sus líderes, teorías o políticas. Fué
más bien una protesta inarticulada contra un comunismo dogmático y burocrático, y significó una búsqueda
todavía a tientas de un cierto comunismo nacional y democrático.

¿En qué están las diferencias de estos dos tipos de marxismo? Veámoslo. En 1921 todos los partidos
comunistas del mundo, que se habían separado de los partidos socialistas y habían formado la llamada Segunda
Internacional, aceptaron las famosas 21 condiciones sugeridas por Lenin y formaron la Tercera Internacional.
Dichas 21 condiciones se referían a puntos tan importantes como:
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a) La lucha de clases era inevitable y deseable, con la acción de los comunistas en apoyo de la clase
trabajadora.

b) La revolución era el camino para obtener el Poder.

c) La dictadura del proletariado era instrumento necesario para la liquidación de las fuerzas
contrarrevolucionarias y para la consolidación de la revolución.

d) Debería venir la colectivización y la nacionalización de los medios de producción.

e) Deber de todos los comunistas del mundo era defender la patria del socialismo -la Unión Soviética-
contra todas las fuerzas <imperialistas>.

Fue consecuencia de lo anterior el que la relación entre partidos comunistas de los varios países y la
Unión Soviética se redujoa, en la práctica, a una relación de subordinación a Moscú y de control por parte de los
soviéticos. Estos dictaban desde lejos, y sin atender a las circunstancias concretas de cada país (buscando más
bien lo que favoreciera los propios intereses estratégicos de la U. R. S. S. ), las políticas y las tácticas de sus
partidos satélites. De ahí los irreparables errores que cometieron los Partidos Comunistas en toda Latinoamèrica.

El eurocomunismo se supone representa un rompimiento doctrinal y táctico de esta dependencia respecto


de la Unión Soviética. Los eurocomunistas (también muchos de los marxistas de países en franca vía de
desarrollo) reconsideraron el principio de la lucha de clases, tal como la definieron Marx y Lenin. Y las razones
son muchas. La distinción entre clase trabajadora y "capitalista" no es tan marcada en las nuevas sociedades
industriales, como lo fue antes. La gran mayoría de los que trabajan como empleados son asalariados y forman
una nueva clase media en ascenso, cada vez más extensa. La composición y el ingreso de la clase trabajadora han
cambiado radicalmente, de modo que hoy permiten relativamente buenos ingresos para trabajadores técnicos y de
"cuello blanco", cuya mentalidad y modo de vida es también cada día más de clase media. El proceso
democrático y la movilización social cierran la brecha entre trabajadores y capitalistas, y les permite hoy a los
comunistas, en combinación con otros partidos y fuerzas buscar y quizá llegar a obtener por vías democráticas, el
Poder del Estado. Estos nuevos comunistas buscan el cambio, el compromiso, una "unión popular", un "frente
amplio", una "democracia avanzada", etc., con otros partidos de izquierda, no con miras a establecer un
socialismo de "dictadura del proletariado" , sino para formar un gobierno que prepare las condiciones favorables
al desarrollo de un socialismo democrático.

6) GORBACHOV ( 1931- ). El siglo XXI quedará signado por la "revolución pacífica y democrática"
iniciada por Mijail Gorbachov (a partir de 1985 ) en la URSS , y adoptada con cambios profundos y acelerados
(durante 1989-1990 ) por los países comunistas de Europa del Este. La revolución de Gorbachov dentro del
mundo marxista moviliza valores que ya parecían perdidos e irrecuperables en los sistemas comunistas. Su
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intento inicial fue modernizar el sistema paquidérmico de la URSS, en concreto el de su obsoleta planta
productiva. Para ello, tuvo que airear con libertad de información (glasnost) el ambiente cerrado y corrupto que
por años había impuesto a la sociedad soviética la maquinaria burocrática del Partido único comunista. Pero la
aireación y modernización de todo el sistema requería, a fondo, una verdadera y auténtica democratización
(perestroika).

"Necesitamos una amplia democratización de todos los aspectos de la sociedad.[... ] El


fin de esta reforma es asegurar...la transición de un sistema de gestión excesivamente centralizado,
dependiente de órdenes, a uno democrático, basado en la combinación de centralismo democrático y
autogestión" .

En adelante, socialismo y democracia son inseparables e indivisibles. Se acabó el "centralismo


democrático" de corte leninista en la conducción interna del Partido. Se acabó la hegemonía y exclusividad del
Partido Comunista ("dictadura del proletariado") en la conducción de los destinos de un país socialista. Se acabó
la voluntad de internacionalizar el Comunismo desde un país-guía (la URSS) , la cual había creado justificados
reflejos de armamentismo en el Occidente contra la amenaza siempre latente del "zarpazo soviético" y la
imposición -por las revoluciones armadas o la guerra- de un "imperio comunista".

La perestroika implicó también una revolución en el concepto mismo de socialismo, tal como venía
imperando en los regímenes comunistas. Era en ellos un dogma incuestionado el del igualitarismo, según el
principio: "De cada uno según sus posibilidades y a cada uno según sus necesidades" (Marx-Engels). En adelante
la formulación presentada por Gorbachov (Perestroika p. 28 y 96) y adoptada por el 27º Congreso del PCUS de
1985 es: "De cada uno de acuerdo con su habilidad y a cada uno de acuerdo a su trabajo ". El trabajo y no la
afiliación al Partido o la pertenencia a la Nomenklatura que controla el aparato estatal, es el único que debe
determinar el verdadero lugar y el estatus social y méritos del ciudadano en la sociedad !

Toda esa reforma económica y política que desencadenó Gorbachov tuvo un final abrupto, al ser relevado
por Yeltsin, quien quiso llevar más rápido hacia el capitalismo a la Unión Soviética, disolvió ese gran
conglomerado de naciones y terminó dejando los restos ingobernables de una Rusia, que no es ni el capitalismo
democrático occidental (países de la Comunidad Europea) ni el comunismo autoritario oriental (China).

3. Elementos de juicio y valoración

a. Hay que reconocer, con equidad, muchos aciertos y aportes del marxismo. Algunos de sus análisis han
enriquecido el pensamiento contemporáneo. Son válidos sus aportes en cuanto a la crítica del capitalismo y en
cuanto al condicionamiento económico de múltiples aspectos de la vida política, social, cultural y aun religiosa
de los hombres. Pero también la historia del siglo XX demostró que eran falsas algunas de las "leyes" que Marx
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señaló como científicas, necesarias e inevitables. Así, por ejemplo, la revolución no se ha produjo en ninguno de
los países capitalistas en los cuales predijo que se daría, sino precisamente en los países que no reunían las
condiciones previstas por él. El análisis marxista no se ha podido aplicar con éxito ni siquiera para analizar
fenómenos muy importantes de los mismos países socialistas ( la tiranía staliniana, la revuelta de los obreros de
Budapest y Polonia, la primavera revisionista de Praga, la revisión cultural china, el movimiento proletario de
Solidaridad en Polonia y el revolcón de los países comunistas de Europa del Este).

b. El deseo de eficacia y transformación hace popular al marxismo, sobre todo entre los jóvenes. Y de
hecho, donde se implanó transformó la vida y costumbres de los pueblos. Pero este criterio último para
determinar lo que es verdadero y bueno, nos distancia a muchos del marxismo. En aras de la eficacia económica
y política, en los regímenes marxistas se sacrifica la libertad de pensamiento y de prensa, se falsea la verdad
según el oportunismo del partido, se encarcela a los escritores e intelectuales que se atreven a criticar el sistema,
se oprime a los creyentes, se reprimen militarmente los intentos de democratización o las huelgas con que los
obreros reclaman un justo mejoramiento económico. Es decir, para el marxismo, el fin práctico justifica todos
los medios, incluso la manipulación de las personas, las cuales se convierten en simples medios al servicio de la
dictadura del proletariado.

c. El marxismo sigue siendo más una visión global de la existencia que un simple análisis social, más una
filosofía de la historia que una ciencia, más una concepción metafísica del mundo que una teoría económica o
política. Por ello, constituye algo imposible de aceptar para quienes tienen otra visión global de la existencia y
otra concepción de la historia y de la sociedad, cual es la judeo-cristiana. Por su fondo filosófico, todos los
elementos del marxismo están impregnados de materialismo y ateísmo, lo cual hace tan difícil su aceptación por
parte de un creyente, ya sea judío, cristiano o musulmán. Por ello, el Magisterio ordinario de la Iglesia sostiene
que el cristiano
"no puede adherirse, sin contradicción, a un sistema ideológico (cual es el marxista),que
se opone radicalmente a su fe y a su concepción del hombre...No puede adherirse a la ideología marxista,
ni a su materialismo ateo, ni a su dialéctica de violencia ni a la manera como ella entiende la libertad
individual dentro de la colectividad, negando al mismo tiempo toda trascendencia al hombre y a su

historia personal y colectiva" (Pablo VI, Octogesima Adveniens, 1971, nº 26).

d. Finalmente, para muchos marxistas, el materialismo histórico se traduce todavía en un economicismo.


Son las fuerzas materiales y las relaciones de producción las que determinan la conciencia, es decir, los
fenómenos culturales y espirituales. Estos marxistas absolutizan lo económico, tanto al interpretar la historia
como al fijar los criterios para que el hombre actúe. Erigen en dogma básico lo económico. Para ellos la causa
última de todas las alienaciones, la culpable de todas las esclavitudes y desdichas del hombre y de la sociedad, es
de tipo económico. Al conceder así "un valor primordial a algunos aspectos de la realidad en detrimento de
otros" (Pablo VI), estos marxistas tienden a reducir la historia, el hombre y la sociedad a una dimensión parcial,
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y no las más importante: la economica. De esta forma, un marxismo así se quedaría , en la práctica, en el mismo
nivel "economicista" y "unidimensional" del capitalismo burgués. Y aquí está uno de los puntos fundamentales
de discrepancia con otros pensamientos sociales y aun también "marxistas", progresistas y humanistas.

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