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NEIL SMITH

IA PRODUCCIÓN DE LA NATURALEZA
TA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO

TVaducción
CLAUDIA VILLEGAS DELGADO

BIBLIOTECA BASICA DE GEOGMFÍA


SERIE TRADUCCIONES 2

S ISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA


FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE ME,XICO

MEXICO 2006
La presente obra ha sido traducida del original de los capítulos: "The
Production of Nature" y "The P¡oduction of Space", del libro Uneuen De-
uelopruent. Nature, Capital and the Production of Space. Basil Blackwell, 1984,
1990. El texto cor¡esponde a esta última edición.

La Facultad de Filoso8a y Letras agradece al autor su autorización para la


presente publicación.

Cuidado de k edición: Concepción Rodríguez Rivera


Di¡eño de Ia cubierta. Vícto¡ Manuel Juárez Balvanera

Primera edición: 2'006


D.R. O Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
División Sisterna Universidad Abierta
Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F.

Irnl>reso y hecho en México


lsllN 970-32-3741-X
12 ACERCA DEL AIJTOR

académica muy importante (1988-2000) en Rutgers, la Universidad Estatal I¿ pRoouCCiÓN DE LA NATUMLEZA


de Nueva Jelse¡ en donde colaboró como profesor titular, director y coor-
dinado¡ general del Departamento de Geografía de dicha institución; asi-
mismo fue director del Centro para el Análisis Crítico de la Cultura Con- l.a "verdad científica', esc¡ibió Marx en una famosa frase, "es siempre para-
temporánea. Ha sido profesor invitado en universidades de todo el mundo: dójica' sí se juzga desde Ia experiencia cotidiana, la cual captura únicamen-
en Canadá, Noruega, Brasil, Holanda y Australia, por mencionar algunas, y tc la apariencia engañosa de las cosas".l De hecho, la idea de la producción
también en la Facultad de Filosofia y Letras, de la Universidad Nacional tlc la naturaleza es paradójica, aun en la sociedad capitalista, hasta el punto de
Autónoma de México, en 1996. [)arecer absurda si se juzga desde la apariencia superficial de la naturaleza.
Su obra escrita es amplia. Ha publicado seis libros y más de 135 artículos lin general, la naturaleza es entendida precisamente como'aquello que no
en revistas especializadas que incluyen temas como marxismo, espacio, esc4: ¡ruede ser producido; es decir, la antítesis de la actividad humana producti-
la, justicia social, urbanismo, globalización, gentrificación, desarrollo desi- va. En su apariencia más inmediata, el paisaje natural se presenta ante noso-
lül, nacionalismo, poscolonialismo e imperialismo, enrre orros; así como tros como el sustrato material de la vida diaria, el dominio de los valores de
temáticas recientes como gl.terrorismo y el nuevo globalismo estadouniden- uso más que de los valores de cambio. Como tal, la naturaleza está profun-
se, y los atentados en la ciudad de Nueva York en 200 i. Entre sus títulos más rlamente diferenciada a través de un sinnúmero de ejes. Sin embargo, con el
destacados se encuentran: American Empire: Rooseueb's Geographer and the ;rvance de la acumulación de capital y la expansión del desa¡rollo económico,
Prelude to Globalizatiaz (University of California Press, 2003); New Urban cste sustrato material es cada vez más el ¡esultado de la producción social. Y
Frontier: Gentrtfcation andthe Reuanchist City (Rourledge, NuevaYork, 1996); los ejes dominantes de dife¡enciación son también cadevez más sociales en
Geography and Empire; Critical Studies in the History of Geography (Anne str origen. En suma, cuando esta apariencia inmediata de la naturaleza se
Godlewska, ed., Basil Blackwell, Oxfo¡d, 1994); Gentrifcation of the City sitúa en un contexto histórico, el desarrollo del paisaje material aparece en-
(Peter Williams George, ed., Allen and Unwin, Londres, 1986); y Uneuen ronces como un proceso de la producción de la naturaleza. Los resultados
Deuelopment. Nature, Capital and the Production of Space (Basil Blackwell, cliferenciales de esta producción de la naturaleza son los síntomas materiales
1984), el cual fue traducido ai portugués como Desenuoluimento Desigual .lel desarrollo desigual. fuí, en el plano más abstracto, es en la producción de
(Editora Bertrand Brasil, fuo deJaneiro, 1988). Sus artículos han aparecido ll naturaleza donde el valor de uso y el valor de cambio, el espacio y la so-
publicados en numerosas revistas, enrre las que se incluye n Antipode, Political ciedad, se funden uno con el otro. El objetivo de este capltulo, es por lo
Geography Quarterfi, AnnaLs ofthe,4ssociation ofAmerican Geographers, Progress tirnto, reemplazar nuestra concepción de la naturaieza de tal forma que el
in Human Geograpby, Enuironment and Planning D: Society and Space, Urban rnundo dual de la ideología burguesa pueda reconstituirse en una totalidad
Affairs Reuiew, Social and Cuhural Geography Thansactions of the Institute of integrada. Esto nos permitirá analizar los esquemas reales del desa¡rollo des-
British Geographerl Political Geograpby, International Journal of [Jrban and igual como el resultado de la unidad del capital, más que ciegamente situar
Regional Research, Philosophy & Geography, y la Revisra Public Culture, e¡tue el proceso en el falso dualismo ideológico de la sociedad y la naturaleza. El
otras. problema será separar los momentos esenciales de la producción de la natu-
raleza de sus distintas apariencias.
Aunque Marx nunca habló explícitamente de la producción de la natura-
lcza, en su trabajo está impllcita una comprensión de la naturaleza que con-
duce definitivamente en esta dirección. De hecho, Marx en absoluto tuvo
rrn concepto único y coherentemente elaborado de la naturaleza, sino que

I Karl Man, Value, Price and Prof¡. Lond¡es, 1899, p.54.


(N. de la trad. Las refe¡encias bibliográficas se manrienen exactament€ como aparecen en
cl original, es decir, incluyen únicamente el lugar y la fecha de publicación.)

tl3l
t4 LA PRODUCCIÓN DE IA NAIUMLEZA t-A. PRODUCCIÓN DE I-A NATUMLEZA t5

utilizó la "naturaleza" en distintas formas. Sin embargo, estos diferentes usos sudo como una crítica a la producción capiralisra, y como tal, requirió de
del concepto no fueron casuales; una lectu¡a detallada de su trabajo muestra Marx un desarrollo al menos parcial de su concepción de la naturaleza. Sin
una progresión racional en la aproximación de Marx a la naturaleza. Al final cn.rbargo, la realización de su objetivo fundamental no significó presenrar, y
no tenemos un concepto totalmente acabado, pero sí nos queda el bosquejo nrucho menos desalrollar una concepción acabada de la naturaleza. No obs-
del sisrema conceptual de la naturaleza impllcito en su análisis y crítica del rirnte, en tanto que en el volumen uno el análisis presenra una progresión ló-
modo de ploducción capitalista. llica de conceptos e ideas para construir la crítica de Marx, la concepción
No acepto que exista un rompimiento radical entre el llamado joven Marx ,1.' la naturaleza recibe este mismo tratamiento.
y el Marx maduro;2 existe, mejor dicho, un desarrollo vasto y complejo de su La primera discusión sobre la naruraleza en El capital, repite parte dei
pensamiento, y esto se refleja en su aproximación a la naturaleza. A lo largo sentido abstracto filosófico de sus primeros trabajos, aunque logra algo más;
de su trabajo, Marx considera a la naturaleza como una unidad diferencia- ('xpone al mismo tiempo el fundamento para un análisis más cÁcreá y más
da, sin embargo, en los distintos periodos, el énfasis en la unidad y la dife- claborado de la relación con la naturaleza en el capitalismo. Asl, en las discu-
renciación es variable. En sus primeros trabajos, particularmente en Los ma- siones posteriores sobre la división del trabajo, la manufactura y la industria
nuscritos económicos y flosófcos (en Marx, ed. 1975), Marx enfatizó la uni- rrroderna, Marx nuevamente retoma el tema de manera explícita para mos-
dad del "hombre y la naturaleza'. Aquí, él recurre fue¡temente tanto a la trar precisamente lo que sucede con la naturaleza en las condiciones actuales
tradición idealista hegeliana como a la de Kant. Es con La ideologla alemana, ,lcl capitalismo. En muchas partes de El capital, en su discusión de la renta,
con la que Marx (escribiendo con Engels) alcanza una concepción más ma- por ejemplo, existen bocetos más acabados de una concepción materialista
terialista de la naturaleza. Más que discutir los aspectos filosóficos de la su- rnás concreta de la naturaleza, sin embargo, estos esquemas no se encuentran
puesta unidad del "hombre y la naturaleza', Ma¡x estaba más interesado en rcunidos en ninguna parte ni son discutidos de una manera explícita. Es ésta
los procesos reales que podrían llevar a cabo esta unidad. Ello lo llevó a lir tarea que aquí inrenraremos realizar. Ello no implica una compilación de
discutir la función del trabajo humano, colocándolo en el centro de la rela- rcfbrencias sobre la naturaleza ni un intento de otorgarles una coherencia
ción entre los seres humanos y la naturaleza. Más adelante, Marx comenzó a lilosófica interna, implica, más bien, un entendimienro serio de la dirección
analizar la totalidad de la cuestión como u¡ problema histórico y no como y cl propósito del trabajo de Marx, y el intento de exrender y exponer la
un acertiio filosófico abst¡acto. En los Grundri¡¡¿, muchas de estas ideas se trrncepción de naturaleza, la cual, al menos en parre, ejemplifica este propó-
trabajaron en detalle y se incluyeron otras más, particularmente en relación sito. Como tal, éste es un ensayo en políticayteoría, no en filosoÍla.
con las dimensiones históricas de la relación humana con la naturaleza. En el volumen uno de El capital, Marx ejemplifica su propia afirmación
En El capital, y en especial en el volumen uno, que Marx completó para ,lc que "el movimiento de lo abstracto a lo concreto" es el método científica-
su publicación, la conceptualización de la naturaleza es todavía ocasional, rnente correcto. Comenzando con la mercancía concreta, Marx deduce una
pero aquí encontramos por primera vez una progresión lógica consistente de scrie de abstracciones teóricas: valor de cambio, valor de uso, valor, plusvalor,
las distintas aproximaciones a la naturaleza. La discusión de la naturaleza rr:rbajo abstracto, tiempo de trabajo socialmenre necesario. Conforme avan-
aparece únicamente en fragmentos, ya que El capital no fue pensado con el z:r el análisis, esros concepros son elaborados progresivamenre hasta que re-
objetivo de analizar la naturaleza específicamente en el capitalismo. Fue pen- ¡,r'oducen con exacrirud lo concreto pensado. Su análisis de la relación con la
naturaleza sigue este procedimiento. Si bien este razonamiento, integrado al
2
La cuestión de si el trabajo de Marx debe entenderse como una continuii"d o u." ,lcsarrollo lógico del rexro, aparece como un desar¡ollo histórico, la lógi-
"o-o
secuencia de periodos claramente separados no es un problema nuevo. Comienza con la publi- .l del argumento de Marx refleja, aunque general, el desa¡¡ollo histórico
cación de algunos dé sus primeros trabajos a principios del siglo xx, ninguno de los cuales se
,¡tre de hecho ruvo lugar.3 En consecuencia, el desarrollo de la concepción de
había publicado antes. Más recientemente, el defensor más fiel de esta visión del trabajo de
Max dividido en periodos específicos ha sido l¡uis Althusse¡. (Véase de este autor, For Ma*.) ..2^.,.
Varios escritores se han opuesto a esta diferenciación entre un.foven Man y un Man maduro.
(Véase particularrnente Ollman B enell, Alienation: Ma*'\ Concept ofMan in Capitalist Society.
I K. Marx, Grundrisse, pp. 100-101. Para una argumentación interesante sobre el mérodo
Cambridge, 1971. Véme tar¡bién \William kogrande, "An Investigation into the "Young Marx" l,igico-histórico en el capltulo 1 d,e El capital, véme Harry cleaver, Reading Capital potiticatly.
Conrroversy'', en Science and Sociery nlúm.4l (1977), pp. 129-151). Atrsrin, 1979.
16 LA PRoDUcctóN DE l,c NATUMLEZA LA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA 17

la naturaleza expresa esta metodología "lógico-histórica', y annque en nin- De la producción en general a la producción para el intercambio, y de
guna parte aparezc desar¡ollada de manera acabada o sucinta, como sí lo ,{sra a la producción capitalista, Ios elementos lógicos e históricos del argu-

está por ejemplo para el análisis del dinero, esta metodología debe recons- lrrcnto insinúan y conducen a la misma conclusión concfetamente observa-
truirse de las discusiones separadas sobre la naturaleza. Así pues' en la pri- l,lc: la producción de la nacuraleza. En Ia que probablemente constituye su
me¡a parte de La ideología alemana, en pasajes aislados delos Grundrisse,y ,,r.u.rr.ión'n.,ás evidente sobre la realidad de la producción de la naturaleza,
más sistemáticamente, aunque menos evident"e en El capital, encontramos Marx escribió, como parte de la crítica al idealismo de Feuerbach:
vistazos ocasionales de la derivación lógico-histórica de la relación social con
la naturaleza. La primera tarea importante ha sido detecta¡ estos indicios; la Tanto es esta actividad, este incesante trabajo sensitivo y de creación, el
segunda es manipularlos y completar el complicado rompecabezas. Marx fundemento de la totalidad del mundo sensorial tal como ahora existe' que
nos ha dado las cuatro esquinas y la mayor parte de los contornos, además nos si se interrumpiera, aunque fuese por un año solamente' Feuerbach podrla

ha proporcionado la mayor parte de las piezas rsingulares para completar la encontrarse no sólo con una transformación enorme en el mundo natural,
figura, sin embargo, estas piezas se presentan en contextos de análisis total- sino muy pronto podría darse cuenta de que el mundo entero de los hom-
mente diferentes. Lo que debe hacerse Para conocer su significado es volcar- bres y sus propias facultades perceptivas, que no su propia existencia, estu-

las, y tal como estaban, descubrir su asPecto original. vieron ausentes.5


El sitio para comenzar es la producción en general, ya que ésta es la rela-
ción material más fundamental entre los seres humanos y la naturaleza. "La La capacidad que rienen hoy las sociedades humanas de producir natura-
producción en general es una abstracción, pero una abstracción racional en l.ra de tal magnitud, que la eliminación del trabajo productivo podría
es
tanto que realmente presenta y establece el elemento común" a todas las .ignificar enorme; cambios en la naturaleza, incluyendo la extinción de la
épocas de producción. "Ciertas determinaciones Pertenecen a todas las épo- nlrturaleza humana.
cas, otras solamente a unas cuantas. [Algunas] determinaciones serán com-
partidas por las épocas más modernas y las más antiguas", Por lo tanto, "los
elementos que no son generales y comunesr deben separarse de las determi- t. La producción en general
naciones válidas para la producción como tal, para qu€ en su unidad
-la lt¡ su deducción inicial de los momentos abstractos de la mercancla, Marx
cual de hecho surge de Ia identidad del sujeto, la humanidad, y del objeto,
naturaleza- no se olvide su diferencia esencial".4 Con la producción para el ,lescribe la producción como un Proceso mediante el cual se transforma la
intercambio, las determinaciones generales de la relación enüe las socieda- f ormá de la natur"leza. El productor "puede trabajar únicamente como lo
des humanas y la naturaleza se mantienen presentes, sin embargo, como ob- lrace la naruraleza, esro es, rransformando la forma de la materia. M¿ís aún,
servamos en la crítica de Schmidt, la dialéctica del valor de uso y el valor de- ('n esta tarea de transformar la forma de la materia, el productor es Perma-
cambio agrega una nueva dimensión a la relación con la naturaleza, una ncntemente ayudado por las fuerzas narufales". Mediante su destreza, el pro-
dimensión que es particular de la producción para el intercambio más que ,lucto¡, él o ella, "transforma las formas de los mate¡iales provistos por la
de la producción en general. En conclusión, han existido muchos modos de rraturaleza, en una forma tal que le sean útiles' Po¡ ejemplo, la forma de
producción fundados en el intercambio mercantil, sin embargo, con el triun- lrr madera se transforma cuando se hace una mesa. Aunque a pesar de ello, la
fo del capital sobre el mercado mundial, un conjunto completamente nuevo rnesa continúa siendo ese objeto ordinario común, madera". En tanto el
de determinaciones bastante específicas entra en la escena; la relación con la proceso de trabajo produce objetos útiles para sarisfacer necesidades huma-
naturaleza se transfo¡ma una vez más. i,"r, "r. impone de manera natural una necesidad eterna' sin la cual no Pue-
de existir ningún intercambio material enüe el hombre y la naturaleza, y en

a
K. Mao, Grandrisse, p. 85. C/ también la afirmación de Marx de que "debemos entender
primero a la naturaleza en general, y después a la naturaleza humana modificada en cada época
hunrana". (El capital, vol. l, p, 609n.)
5 K. Man y F. Engels, German lfuologt p' 63.
18 LA PRODUCCIÓN DE LA NATTJRALEZA
t
LA PRODUCCIÓI.{ DE tA NATURALEZA I9

consecuencia, no puede exisrir la vida'.6 Sjn embargo, el trabajo produce rr,rbajo vivo para producil productos consumibles. Al producir los medios
mucho más que un simple cambio en la forma de la materia; ejerce un efecto
|,u'il satisfacer sus necesidades, los seres humanos producen colectivamente
simultáneo sobre el trabajador. srr propia vida material, y en el proceso p.oirr".r, nuevas necesidades huma-
rrs cuya satisfacción requiere una mayor actividad productiva. Estas necesi-
El trabajo es, en primer lugar, un proceso en el cual tanto el hombre como ,l,rdcs y el modo de satisfacerlas constiruyen, en el nivel más general, las de-
la naturaleza participan, y en el que el hombre decide libremente iniciar, tt'r'rrrinantes de la natu¡aleza humana, y en tanto que las personas son en
regular y controlar sus interca.mbios materia,les con la naruraleza. El hombre , scncia seres naturales, introducen en la producción sus habilidades narura-
seconfronta a sí mismo con la naturaleza como una de sus propias fuerzas, lcs (físicas y mentales) las cuales se realizan en y a través de los objetos y los
poniendo en movimiento brazos y piernas, cabeza y manos, las firerzas ne- irrstlumentos de producción. Existe por lo tanto una identidad abstracta del
turales de su cuerpo, para apropiarse de los productos de la naruralezeen scl humano social con la naturaleza: "El hombre es directamente un ser
una forma útil a sus propias deseos. Actuando de esre modo sobre el mun- nutural [...J provisto de poderes naturales [y] dene en los objetos reales, sen-
do externo y transformándolo, él rransforma al mismo tiempo su propia sibles el, objeto de su propio ser y de su expresión vital [...] Un ser que no
nattra]eze-7 tcnga su natu¡aleza fuera de sí mismo no es un ser natural y no desempeña
rringuna función en el sistema de la naturaleza".e
El merabolismo de los seres humanos con la naturaleza es el proceso a La producción de la conciencia es una parre integral de esta producción
través del cual éstos se apropian de los medios para satisñcer sus necesidades
l',cneral de la vida material. En el sentido más amplio, la conciencia es sim-
y devuelven otros valores de uso a la naturaleza. En este nivel abstracto, la plcmente la conciencia de la práctica humana:
relación con la naturaleza (el intercambio material) es claramenre una rela-
ción de valo¡ de uso; la naturaleza entra en relación con los seres humanos en La producción de ideas, de concepciones, de conciencias, en principio está
la fornia de valor de uso puro. Ésta es la versión extendida y concreramenre vinculada directarnente con la actividad material y con la interacción ma-
elaborada de la afirmación previa de Marx, más abstracta de que "el trabajo terial de los hombres, el lenguaje de la vida real. Crear, pensar la inreracción
esla uerdad¿ra relación histó¡ica de la naturaleza [...] con el hombre".8 mental de los hombres, se presenta en esra erapa como un flujo dirécto de
Los seres humanos nacen con ciertas necesidades natu¡ales su comportamiento material [.,.] Los hombres son los productores de sus
actividad sexual, abrigo, interacción social- y nacen en un mundo -¿li¡¡6¡¡e,
en el concepciones, ideas, etcétera hombres activos, reales, en tanto es-
que la naturaleza provee, directa o indirectamente, los medios para sarisfacer -los
tán condicionados por un desarrollo definitivo de sus fuerzas productivas y
estas necesidades. Los medios de subsistencia son aquellas necesidades mare- por el intercambio que a ellas corresponde".l0
riales consumidas directamenre de la naturaleza para sarisfacer necesidades
naturales. Donde los medios de subsistencia no están disponibles en for- La conciencia de las necesidades, de los medios para sarisfacer estas nece-
ma natural en la cantidad o calidad adecuadas, los medios de producción sidades, y de las fuerzas que afectan tanro a las necesidades en sí como a los
objetos de producción a ser trabaiados y los instrumentos con los cua- medios para satisfacerlas (por ejemplo, la ciencia, la religión primitiva, etcé-
-los
les se realiza el u'abajo- son apropiados de la naturaleza y utilizados en el tera) fundamentales para la formación de la conciencia humana. En
-ron
esta forma, la conciencia como tal es el resultado natural de la actividad
6
El capital, pp. 42-3,71. En esta t¡aducción de El capital, la palabra "naruraleza" a veces humana productiva, y de las relaciones sociales que los seres humanos esra-
aparece escrita en mayúsculas, no obstanre, respetando otras traduccíones, y dado que el origi-
n¿rl en alemán está escrito en mayúscula como un sustantivo más que para añadir significado, al
blecen mutuamenre pa¡a producir.
citar he mantenido las minúsculas en todos los casos. Asimismo, Man urilizó la pJabia "hom- La imagen aquí expuesta sugiere una unidad general de la naru¡aleza con
bre" y "hombres" para referirse a la humanidad o a los seres humanos. En un afán de sim- la sociedad. Una unidad de la naturaleza conla sociedad en la que "la limi-
plificación, rnás que evadir el problerna del lenguaje sexista, en las citas se mantienen los
vocablos originales.
7
K. Marx, El capital, t, p. I77. e Ibid.,pp,389-390.
8
K. Man, Ear$ rYrittings (Harmondsworth , 1975), p. 355. ro K. Marx, German Ideology, p. 47.
20 I-4. PRODUCCIÓN DE IA NATIJRALEZA f-A PRODT]CCIÓN DE LA NATUMLEZA 21

tada relación de los hombres con la naturaleza determina su limitada rela- La humanidad se ha hecho a sl misma en el más literal de los sentidos.
ción ["de los hombres"] de unos con otros, y esta limitada relación de unos Nuestros cuerpos son el producto de la adaptación al uso de herramientas
con otros determina la limitada relación de los hombres con la naturaleza".lr que precede al género Ilaz¿. Nosotros determinamos activamente el dise-
Ést" no es la unidad de la naturaleza que preocupa a los flsicos, ni tampoco ño de nuestro cuerpo a través de las herramientas que median el intercam-
es la unidad idolatrada por la facción del movimiento ecológico en favor del bio humano con la naturalgza.13
"reto¡no a la naturaleza'. Pa¡a los flsicos, la unidad de la naturaleza es el re-
sultado de una profunda abstracción conceptual; para los fanáticos del Además de la fisiología humana, la conciencia humana y los medios
"retoLno a la naturaleza", la unidad es resultado de un pensamiento volunta- nrateriales de subsistencia, la producción y reproducción de la vida material
¡ioso. Ambas son abstracciones ideales. La unidad de la naturaleza impllcita .rseguran la producción de trabajadores, esto es la reproducción de la fuerza
en el trabajo de Marx resulta de la actividad concreta de los seres naturales, y ,lc trabajo. Algunas fo¡mas de relaciones sociales están impllcitas en este
es producida en la práctica a través del rabajo. El trabajo de los seres natura- l)roceso de reproducción, y la más básica es la división del trabajo entre los
les reúne las distintas facetas de la naturaleza en una totalidad. Los seres *.*os. Ésta es la primera división verdaderamente social del trabajo, no
humanos sobreviven y se desarrollan como seres sociales trabajando en co- ,,lrstante, sus orfgenes yacen en la organización social primitiva. En tanto
operación con la naturaleza. Sin embargo, esta unidad de la natu¡aleza no es ,lst¡ es heredada por la sociedad humana es por lo tanto natural y social al
homogénea; es una unidad, no una identidad abstracta, y es necesario com- rrrismo tiempo, ejemplificando de nueva cuenta la unidad de la naturaleza.
prender el papel que desempeña la actividad humana productiva en la dife- t hra diferenciación biológica en la naturaleza es reproducida como una
renciación de la naturaleza. ,livisión social del trabajo. Esta división social del trabajo es fundamental
En primer lugar, existe una diferencia fundamental entre los seres huma- ¡r.rla el proceso de reproducción, pero se extiende también a la esfera de la
nos y los animales, y en ella el trabajo juega también un papel central. Como ¡'roducción. Así, la división sexual del trabajo se generaliza a la sociedad
señaló Marx, los seres humanos "pueden diferenciarse de los animales por la .nrcra, yde esta manera, de nuevo, a través de la actividad humana inten-
conciencia, por la religión o por lo que se quiera. Ellos comienzan a distin- , ionada, la naturaleza humana misma comienza a diferenciarse. La división
guirse a sí mismos de los animales tan pronto como empiezan a producir sus ,1,'l trabajo prdduce una división sistemática de las experiencias sociales a
medios de subsistencia'.12 Es la actividad humana productiva, no como un l',urir de la cual la naturaleza humana constantemente adquiere forma y se
concepto general, sino como un acto histórico concreto destinado a crear t,,rnsforma.
medios de subsiscencia, lo que dife¡encia a los seres humanos de los anima- I Io¡ visión de la producción en general ofrece algunas ideas sobre la
esta
les. Engels elabora más explícitamente el mismo argumento en su inacabado rr,rrrrr'aleza, aunque resulta bastante limitada. Aqul hay implícita una serie
ensayo titulado "El papel del trabajo en la transición del mono a hombre". ,1,',rllrmaciones, particularmente aquella de la armonla ecológica y el equi-
EI trabajo, dice Engels, es "la condición primaria fundamental de toda la lrlrlio social, al centro de la cual se encuentra la idea de una correspondencia
existencia humana, y lo es tanto como para decir que, en cierta forma, el Sin embargo, año
' \,r( ta entre la producción y el consumo de valores de uso.
trabajo crea al hombre mismo". Desde el principio, la naturaleza humana '
,n ;ri.ro, existe la posibilidad constante de que la producción y el consumo
fue un producto humano, y ello es válido no sólo para la conciencia, sino rr,, sc igualen y que cualquiera, una hambruna o excedente social puedan
aun para la fisiologla humana. El desarrollo de la mano, es decir, su transfor- ,,r urrir'. En principio, este desfase es absolutamente accidental y provocado
mación de un medio de locomoción en un sofisticado miembro para la ma- I'rr crlusas naturales tales como inclemencias climáticas o suelos más fé¡tiles,
nipulación de herramientas, se consigue gradualmente a lo largo de cientos
de años de trabajo. O, como escribió Donna Haraway:
¡r frrederick Engels, Origin, pp.251-212i Donna Harawa¡ 'Animal Sociology and a Natu-
r rl I'r ouomy of the Body Politic, Part II: The Prot is the Contested Zone: Human Nature and
I lr, , rcs of Production and Reproduction in Private Behaviour Studies", en Srgz¡ 4 (1) (1978),
'r
tt lbid., p.51. rrr V¡{.rse también Childe Gordon, Man Mahes Himself (Nueva York, 1939), y Charles
t2 Ibid., p. 42. r\,,r'l I rtr rr,'I'h e La bour Th eory of Cubure (Lond¡es, I 982).
22 LA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA LA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA 23

sin embargo, precisamente para anricipar los efectos desasrrosos de un défi- tirin y distribución regular se requieren instituciones sociales y formas de
cit de la producción frente al consumo, cada sociedad produce ¡¡para proveer olganización específicas. Esto a su vez modifica la relación social con la na-
fondo de reserva frente a desastres elementales que pudieran amenazar la trrraleza. El individuo natural, abstracto ("el hombre") no pertenece más a
producción anual". Donde el excedenre fue en un principio,una mera posi- rrn simple medio ambiente natural en equilibrio, en tanto la relación con la
bilidad natural, se convierte en una necesidad social. La.creación de este rulturaleza es mediada a través de las instituciones sociales.
excedente social permanente permite no sólo la supervivencia más elemental En consecuencia, la producción de un excedente social permanente tiene
de la sociedad, sino también la p.osterior división del trabajo y aun el creci- trn efecto contrario evidente. Éste proporciona los medios a través de los
miento poblacional;la el excedenie se vuelve necesario como un medio para crrales los seres humanos pueden desarrollar un mayor control sobre su rela-
combatir las crisis sociales en su nivel más elemental. ción con la naturaleza, en tanto pueden regular de manera más efectiva el
Sin embargo, la realización de un excedente social permanenre, no es un suministro necesario de valores de uso para satisfacer necesidades naturales.
resultado automático de la posibilidad del excedente, sino que requiere for- lin resumen, la producción de un excedente social permanente permite a la
mas específicas de organización social y económica que sean consistenres sociedad humana comenzar el largo proceso para emanciparse a sí misma de
con la producción individual de algo más que simplemente ios medios inme- l,rs ataduras de la naturaleza. No obstante, por otra parte, este mayor control
diatos de subsistencia. Sin embargo, esta producción ampliada y la consi- cs necesariamente un control social, y aunque facilita la emancipación de la
guiente intensificación de la división del riabajo presenran asimismo nuevas .sociedad humana como una totalidad de la naturaleza, únicamente lo hace
posibilidades. En resumen, el excedente permanenre se convierte en el fun- tlcsarrollando las diferencias internas de la sociedad y esclavizando a una gran
damento de la división de la sociedad en clases. Una vez más, el excedente l)arte de la población. La forma precisa que adquiere esta relación contradic'
aparece primero c-omo r.rna posibilidad a rravés de la cual una parre de la roria depende del tipo específico de sociedad que se desarrolla, y es a este
sociedad deja, total o parcialmente, de desempeñar una labor productiva y lnálisis más concreto al que debemos dirigirnos aho¡a. Como Marx señaló:
obtiene tiempo libre a expensas del resto de la población trabajadora. "Una
situación que en principio es voluntaria y discontinua, posteriormente se En la rnedida que el proceso de trabajo es sólo un proceso entre el hombre
vuelve obligatoria y regular". Y, de acuerdo con Engels, esta transfo¡mación y la naturaleza, sus elementos básicos se mantienen comunes a todas las
en una sociedad caracterizada por la apropiación del excedenre es acom- formas sociales de desarrollo. Sin embargo, cada forma histórica especlfica
pañada necesariamente por el desarrollo del Estado y la esclavitud, y por de este proceso desarrolla más adelante sus fundamentos materiales y sus
la consolidación de esta división entre productores y consumidores del ex- formas sociales. En el momento en que se alcanza un cierto estado de ma-
cedente en una división de las clases sociales: "la primera gran división social durez, la forma l-ristórica específica es desechada para dar paso a otra forma
del trabajo estuvo determinada, en las condiciones históricas generales pre- más avanzada,l6
valecientes, por desarrollo de la esclavitud. De la primera gran división so-
cial del trabajo derivó la prime¡a gran división de la sociedad en dos clases:
amos y esclavos, explotadores y explotados". No obstante, este desarrollo IL La producción para el intercambio
depende también de "una revolución social que rompa la primitiva sociedad
igualitaria para dar paso a una sociedad dividida en clases".l5 El desarrollo El excedente puede adquiri¡ muchas formas, dependiendo en parte de qué
social rompe el armonioso equilibrio de la naturaleza. En una forma o en condiciones naturales permiten o favorecen las reservas de alimentos, el cre-
otra, este excedente es obtenido de la natu¡alezay p^ta facilitar su produc- cimiento poblacional, las ocupaciones improductivas, etcétera. En algunas
formas, el excedente es utilizable, en otras no. Si se presenta en una forma
14
RosaLuemburg,TheAccumuktionofCapital(NuevaYork, 1968), p.77; Ernes¡Mandel, rnaterial no utilizable .(por ejemplo, una reserva de trigo mayor a io que
Mamist Economic Tbeory (Londres, 1962), pp. 27 -28. Para un resumen del debate sobre el ori-
puede consumirse o almacenarse adecuadamente), el producto excedente
gen y la función del excedente en el contexto de los orlgenes urbanos, véase David Harvey,
Sor i a I Jus r i cr, pp. 21 6-223.
r5 F. Engels, Origin, p. 220; E. Mandel, Marxist
Economic Theory, pp. 40 y 44. r" K. Maq, El capital, rtt, p. 883.
24 t.A' PRODUCCIÓN DE TA NATURALEZA LA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA 25

puede intercambia¡se por otros valores de uso. La producción de un exce- vez constituye "el fundarnento de cualquier división del trabajo que esré
dente es una condición necesaria, si no suficienre, para que el intercambio bien desarrollada y sea producto del intercambio de mercancías".r8
normal de valores de uso se lleve a cabo. Con la producción para el inter- La producción permanente de un excedente y el desarrollo de la división
cambio, la relación con la natural eza dqa de ser exclusivamenre una relación del trabajo proporcionan el fundamento económico necesario (si las condi-
de valor de uso; los valores de uso no se producen para el uso directo sino ciones sociales generales son favorables) para el desarrollo de las clases socia-
para el intercambio. Conforme los valores de uso específicos se intercambian les. Aquí la diferencia fundamental está entre la clase que realiza la totalidad
uno f¡ente a orro en cantidades específicas, se van transformando social- del tlabajo social y la clase o clases que no efectúan ningún trabajo y que, sin
mente en mercancías, existiendo al mismo tiempo como valores de cambio embargo, se apropian del excedente social. Esta diferenciación de clase surge
y corno valores de uso. El valor de cambio de una mercancla expresa la rela- de la diferenciación previa entre trabajo'productivo y no productivo, pero
ción cuantitativa en la que ésta puede inrercambiarse por otras mercancías; no necesariamente se mantiene como sinónimo de ella. Muchas clases do-
con la producción para el intercambio, el valor de cambio, no el valor de minantes no desempeñan trabajo alguno, mienrras otras pueden llevar a
uso, es la razón inmediata para la producción. De hecho, para su dueño, el cabo funciones sociales necesarias, las cuales, no obstante, no son producto-
valor de uso directo de una mercancía es el de ser depositaria de valor de ras de valor social. El problema es que con el desarrollo de las clases sociales,
cambio. La producción de la vida material es, por consiguiente, no única- cl acceso a la naturaleza se distribuye en forma desigual (tanto cualitativa
mente una actividad natural en la que la naturaleza proporciona el sujeto, el como cuantitativamente) de acuerdo con la clase. La clase dominante, sea o
objeto y el instrumenro de trabajo. En una economía de intercambio, la no la que controle directamente los medios de producción, indudablemenfe
apropiación de la naturaleza es regulada cadavez más por formas sociales e controla el excedente apropiado de la naruralezaatravés del trabajo humano
instituciones, y en esta forma, los seres humanos comienzan a producir más de otros, mientras la clase trabajadora udliza los medios de producción. Con
que simplemente la inmediata naturaleza de su existencia. la propiedad de la tierra, el acceso desigual a la naturaleza se presenra en una
Todo esto presuponé el desarrollo y la extensión de la división del traba- folma aparente, y únicamente adquiere una dimensión espacial lo suficien-
.io; la producción para el intercambio puede subsistir sólo incidentalmenre temente visible con la separación ent¡e la ciudad y el campo.
en donde tal división del trabajo es inexisrente. En primer lugar, existe una Con la división de la sociedad en clases, el Estado hace su aparición his-
división del trabajo entre aquellas actividades que esrán relacionadas con la tórica como un medio de control político. Como advirtió Engels, en "una
tierra y aquellas que no lo están separación enrre la agricultura y el determinada fase del desarrollo económico, que necesariamenre involucra la
comercio. Con la generalización de-la la producción de mercancías, se requie- división de la sociedad en clases, el Esrado se convierre en una necesidad
ren algunas actividades comerciales e instituciones para facilitar el intercam- como resultado de dicha división".re La función del Estado es administrar la
bio de productos. La función del mercado, en tanro se encuentra separado sociedad de cla.ses en favor de los intereses de la clase dominante, y esto lo
de la producción, se desarrolla para simplificar y centralizar las complejas lleva a cabo a través de sus distintos apéndices milirares, legales, ideológicos
transacciones de inrercambio que se llevan a cabo. La mercancía dinero se y económicos. El Estado también se encarga de regular el dominio sobre las
desarrolla para facilitar aún más este complejo de intercambios. Su valor de mujeres, en tanto la división del trabajo enrre los sexos se vuelve una relación
uso es precisamente su habilidad de representar el "valor de cambio puro".l7 social totalmente distinta con la aparición de la propiedad privada y la pro-
La creación de un mercado y de estas otras instituciones ocurre a la par del ducción para el inte¡cambio. No es únicamente la explotación de clase y la
desarrollo de lugares centrales y finalmente de ciudades, y orras numerosas propiedad privada lo que surge al mismo tiempo, sino también aparecen
actividades secundarias comienzan también a concenrrarse en las ciudades con ellas la esclavitud y la dorqinación de las mujeres.
contribuyendo a su desarrollo. En esta forma, la división enrre la agricultura
y el comercio implica la separación entre la ciudad y el campo, la cual a su
tt El Capital, r, p.352.
re F Engcls, Origin, p, 232, Yéase t¿mbién Lawrence Krtder, Forma¡ion o/'the State
(Englewood Cliffs, NJ, 1968); Elman R. Senice, Origins of tbe State and Ciuilization (Nueva
17 K. Man, Grundris:e, p. 146. York,1975).
26 LA PRODUCCIÓN DE LA NATURALEZA TA PRODUCCIÓN DE IA NATUMLEZA 27

La división del tlabajo al interior de la familia es subordinada a la divi- A través de la producción de estas divisiones sociales fundadas primera-
sión social del rabajo más general, ahora supeditada por completo a la es- rnente en el sexo y la clase, las sociedades humanas generan una t¡ansforma-
tructu¡a de clases y al proceso de producción. Lo que en principio fue sólo ción más profunda de la naturaleza humana. Tál como Marx señala¡a en la
una "forma latente de esclavitud" en la familia, se transforma en una esclavi- sexta tesis sobre Feuerb4ch, "la esencia humana ro a, trn" abstracción inma-
tud ca¡nal, en la que esposa € hijos se convie¡ren en la propiedad del marido, nente a cada individuo singular. Es, en su exisrencia, el conjunto de las rela-
ylo del padre. La unidad abstracta previamente atribuida a las ¡elaciones ciones sociales".2l Y en tanto el conjunto de las relaciones sociales se trans-
entre los sexos se transfo¡ma en su opuesto. Los hombres toman el mando en fbrma, se transforma también la naturaleza humana.
aquellos ámbitos en los que las mujeres renían un control efectivo sobre el Una de las divisiones del trabajo que se desarrolla a la par de la produc-
proceso de producción, más evidentemenre en la agricultura. Con la evolu- ción específicamente para el intercambio, es la división encre el trabajo ma-
ción de los modos de producción fundamentados en el intercambio de mer- nual y el mental. Ello revela aspecros rotalmente nuevos para la producción
cancías, en donde la responsabilidad de la reproducción social había sido humana de la conciencia, en tanto que, a parrir de esta separación, ciertos
compartida, las mujeres fueron empujadas progresivamenre a cargar con toda aspectos de la naturaleza se encuenrran disponibles sólo para algunas clases
la responsabilidad. No es que ellas hayan dejado de trabajar. Es simplemente y lo están únicamente como una abstracción conceptual, esto es, dejan de
que mientlas las mujeres fueron obligadas a aceptar la responsabilidad de cstar presentes como una presencia física o como un oponente en el proceso
todas las tareas domésticas ¡elacionadas con la crianza de los hijos, lo mismo de trabajo. Thl como el proceso de intercambio se absrrae en la práctica del
que para producir algunas mercancías, el hombre fue especializándose más y valo¡ de uso de las me¡cancías a intercambiar, así la conciencia humana
más exclusivamente en la producción de mercanclas para el intercambio. La puede abstraerse a sl misma de las condiciones materiales inmediatas de la
lógica para este desarrollo esruvo muy vinculada con los orígenes de la pro- existencia. Este potencial para el pensamiento abstracto aparece como un
piedad privada. La herencia de la propiedad privada pudo asegurarse sola- lesultado de la absrracción que en la práctica acompaña al proceso de inter-
mente a través de las relaciones familiares de llnea parerna, y fue su consoli- cambio. Un "flujo directo" de la conciencia del comportamiento -"t.liil
dación lo que escribió el capítulo final de lo que Engels llamara la derrota que conduce a su propia negación. En otras palabras, tan pronto como el
histórica mundial del sexo femenino: pensamiento abstracto y la conceptualización se desarrollan y se instituciona-
lizan socialmente con ia separación del trabajo menral del trabajo manual,
el derrocamiento del derecho marerno constitultó la de¡trucción histórica deja de ser suficiente explicar la conciencia simplemente como un "flujo
mundial tlel sexo femenino, El hombre también tomó las riendas en el ho- directo" del compoltamiento material. Ho¡ por primera vez, la conciencia
gar; la mujer fue degradada y reducida a la servidumbre; se convirtió en puede adularse a sí misma de ser algo más que la conciencia de la práctica
esclava de la lujuria masculina y en mero instrumenro para la producción existente".22 Por supuesto, el trabajo mental puede permanecer vinculado a la
de infantes".20 tarea de descubrir objetos nuevos de trabajo, desarrollar nuevos instrumenros
de trabajo y reorganizar los hábitos de los sujetos de trabajo. Sin embargo,
Engels prosigue para demost¡ar ia forma en que la familia privatizada se algunas fo¡mas de "trabajo" mental pueden por complero dejar de ser trabajo,
desa¡rolla como respuesta al desarrollo de relaciones sociales, políticas y productivo o improductivo, en tanto en esta etapa, la naturaleza resulta acce-
económicas entre los hombres y las mujeres. Engels esboza el paso de los sible para determinados individuos, de hecho, para clases sociales enteras, sin
matrimonios grupales a los de pareja y a la monogamia, como las formas desempeñar ningún trabajo, a uavés de "la contemplación pura".
predominantes de la familia, y concluye que la monogamia, que de cual-
quier forma se aplica únicamenre a las mujeres, es un mecanismo hisrórico 2t lbid., p. 122.
finamente adaptado para la dominación de las mujeres. 22
lbid., p.52. A
me nudo se cira a Marx afirmando que la conciencia es el "flujo directo" de
la práctica humana, para tacharlo de determinista, reduccionista o algún otro "ista". Casi nun-
ca se le cita cinco páginas adelante, en el párrafo donde Man explfcitamente clarifica esta afir-
rrración general y provisional. Aquellos que tergiversan a Marx en esta forma no entienden la
20
F. Engels Origin, pp. 120-121. Véase también K. Marx, German ldeologlt, p.52.
---
naruraleza lóeico-hisrorica de la arsumenración.
z8 LA PRODUCCIÓN DE I-A NATURALEZA tA PRODUCCIÓN DE tA NATURALEZA 29

Con la producción para el intercambio, más que para el uso directo, surge etcétera; en la que dehecho se coloca al individuo en otro tipo de relacio-
primero la posibilidad, y después la necesidad de la enajenación del indivi- nes distintas a las de un simple intercambiador, ercétera. eue por lo tanro
duo. La producción del excedente y el consecuente incremenro de la riqueza este supuesro en absoluto surge ni de la voluntad del individuo ni fuera su
social no garantiza una clase trabajadora más opulenta, puesro que surgen las naturaleza inmediata, sino que es un resultado histórico, y sitúa al indivi-
diferencias de clase y, en consecuencia, existe una enajenación puramentq dtto como predcterminado por la sociedad.23
cuantitativa del trabajo. El trabajo excedente de la clase trabajadora es apro-
piado por la clase dominante. Sin embargo, la relación de la clase trabajadora La enajenación del trabajador implica además de una enajenación estric-
con la naturaleza también se modifica de una manera cualitativa, pues aun tamente material, una cierta enajenación de la conciencia. Ambas se desa-
cuando los trabajadores se relacionen directamente con la naruraleza por .'ollan al mismo tiempo. Mientras el pensamiento abst¡acro surge como el
medio del uso de su fuerza de trabajo, éstos son separados de su propio pro- privilegio de unos pocos, éste rápidamente se vuelve la propiedad de todos.
ducto. El propietario del producto, pof otra parte, es separado de cualquier Esta emancipación de la conciencia de la práctica humana inmediata es el
relación práctica dilecta con la naturaleza debido a que es privado de su cvento a través del cual surge la posibilidad de una conciencia ideológica. La
propio raba.jo. Ho¡ la enajenación del traba.iador no es simple enajenación autoconciencia inmediara puede ser susriruida por la ideología social. "Las
del producto, sino debido al avance en la especialización del trabajo, es ram- ideas dominanres de cada época han sido siempre las ideas de su clase domi-
bién una enaienación de los propios compañeros de uabajo y de sl mismo. rrante", escribieron Marx y Engels en el Manifesto d¿l partido comunista.24
Aunque predecible, esta enajenación evoca a su opuesro; la creciente comp€- Para la clase trabajadora, cualquiera que sea el modo de producción, existe
tencia y especialización en el proceso de trabajo (o aun en el control del una lucha constanre, ranro en el nivel del individuo como en el de clase,
proceso de trabajo) suscita la necesidad de desarrollar las capacidades narura- cntre la conciencia esponránea de la experiencia diaria del trabajo y las ideas
les de la cooperación. En tanto los efectos perjudiciales de la enajenación clominantes diseminadas por la clase en el poder, las cuales, por más exitosas y
recaen totalmente en la clase trabajadora, los beneficios de la cooperación ra- arraigadas que puedan esrar en la experiencia inmediata, se infiltran siempre
ramente les favorecen. Los trabajadores renuncian a los beneficios cuantitati- como una ideología abst¡acta. Los campesinos feudales comprendían que,
vos de esta cooperación progresiva, en la forma de trabajo excedente conver- tres días de la semana, homb¡es y mujeres trabajaban gratis para el señor
tido en valor de cambio, y los beneficios materiales de esta cooperación recaen feudal, pero también pudieron haber enrendido esta realidad como un re-
en mayor medida en el nivel de las fuerzas productivas más que en el nivel del sultado de su lugar justo y apropiado en el mundo de Dios.
trabajo individual. En resumen, con el desa¡rollo de la producción para el in- con la producción para el intercambio, la producción de la naturaleza se
tercambio, el individuo humano se convierte en un producto social: realiza en una escala ampliada. Los seres humanos no sólo producen la natu-
raleza inmediata de su existencia, que sino producen la rotalidad de la natura-
Este posicionamiento de los precios y de su circulación, etcétera, aparece leza social de su existencia. Ellos desa¡rollan una diferenciación compleja en
como el proceso superficial, debajo del cual, en las profunCidades, ocurre relación con la narural eza, vnanaturaleza social diferenciada de acuerdo con
un proceso totalmente distinto, en el que esra aparente igualdad y libertad el sexo y la clase, la actividad mental y manual, las actividades de produc-
individual desaparecen. Por un lado, se olvida que el supuesto del valor de ción y distribución, etcétera. Al interior de la producción, existe una divi-
cambio, como el fundamento objetivo de todo el sistema de producción, sión del trabajo aún más compleja. No obstante, la unidad que anterior-
implica de por sí un mandato sobre el individuo, en ranro que su producto mente caracte¡izó la relación con la naturaleza no se convierte en un inespe-
inmediato no es un producto para é1, sino únicamente s¿ ra nuierte en tal en rado caos, sino que se reproduce en una forma más compleja. Con la
el proceso social, y en tanto el producto debe adquirir esta forma general, generalización de la producción de mercancías y de las relaciones de inter-
aunque sea externa, y en tanto que, el individuo existe únicamente como cambio, anteriormente aisladas, g¡upos separados de personas se integran en
productor de valor de cambio, la absoluta negación de su existencia narural
está implíe,i!4i-que en consecuencia, el individuo está determinado total- 23
K. Marx, Grandrisc, p.247-248.
mente por la sociedad; que ello presupone ademfu una división del trabajo, 2a
K. Man y F. Enge|s, The Cornmanist Manry'sra (Nueva york, 1955), p. 30.
30 LA PRoDUCCIÓN DE IA NATUMLEZA , LA PRODUCCIÓN DE I-{ NAIUMLEZA 31

un todo social concreto. Los individuos son integrados en la totalidad social utilizamos toda clase de plantas silvestres y cultivadas para encender fuego
no más a partir de la unidad universal del individuo social, sino mediante las y calentar nuestros cuerpos y cocinar nuesrra comida, y también para cons-
instituciones sociales que necesariament€ se han desarrollado para facilitar y truir techos y proregernos del calor y el frfo. También utilizamos estos
regular el inte¡cambio de mercancías mercado y el Estado, el dinero y la materiales para const¡uir barcos con los cuales navegar en todas direcciones
-el
clase, la propiedad privada y la familia. Aparece así una sociedad perfecta- y satisfacer todas las necesidades de la vida. Nosotros solos podemos do-
mente distinguible de la naturaleza. A través de la agencia humana, se crea mesricar y controlar las fuer¿as más violentas de la naturaleza, el mar y los
una separación entre la naturaleza y la sociedad, entre una primera y una vientos, con nuesrro conocimiento de la navegación podemos disfrutar del
segunda naturaleza. Esta última comprende exactamente aquellas institu- beneficio de todas las riquezas del mar, Thmbién hemos tomado posesión
ciones sociales que directa e indirectamente facilitan y regulan el intercam- de todos los frutos de la rierra. Las montañas y los llanos exisren para nues-
bio de mercanclas. La aislada unidad local da paso a una unidad social más tro regocijo. Nuestros son los ríos y los lagos. Sembramos mazy planta-
amplia. La segunda naturaleza se obtiene de la primera naturaleza. mos árboles. Fertilizamos el suelo irrigándolo. Embalsamos los rlos para

¿Cuál es el significado preciso de la "segunda naturaleza"? La idea de la conducirlos a nuesrra voluntad. Podría decirse que buscamos crear con
segunda naturaleza comienza a surgir en el momento en que las economías nuestras ma¡os humanas una segunda naturaleza en el mundo natural.25
de intelcambio empiezan a desarrollar instituciones estatales. Entre los anti-
.guos griegos, Platón estaba particularmente consciente de la forma en la que Esta concepción de la segunda naruraleza cayó en desuso y permaneció
la actividad humana había transformado la superficie de la Tier¡a. Sin embar- prácticamente inracta hasta el siglo XVIII. Enronces, el Conde Buffon, el
go, fue con Cicerón que de hecho se acuñó el concepto de segunda rxturá. Famoso científico francés cuyas principales preocupaciones incluyeron las
leza, y para él la segunda naturaleza era claramente la naturaleza producida transformaciones de la naturaleza provocadas por los seres humanos, escri-
por la actividad humana, el opuesto de la naturaleza no-humanizada here- bió que "una nueva naruraleza puede florecer de nuestras propias manos,,.
dada. Escrito en un estilo que aún 2000 años después tiene un aire casi Él denominó a esre proceso "el iecundamiento de l" n"tur"l.r^'.26 Sin em-
moderno, Cicerón, en Natura Deorum, presenta a Balbus el Estoico, hacien- bargo, ya para el siglo XWII estaba claro que no sólo los productos mareria-
do la siguiente observación: les del trabajo humano, sino también las instituciones, las reglas legales, eco-
nómicas y políticas bajo las que operaba la sociedad, integraban la segunda
Así, vemos cómo la evidencia de nuestros sentidos nos conduce a las inven- naturaleza.
ciones de la mente, que son materializadas después por la mano del artesa- Por lo tanto, en la relación con la naturaleza"el valor de cambio [...]
no, para satisfacer todas nuestras necesidades y proveernos de hogares se- desempeña [...] una función análoga a la del valor de uso',.27 y lo hace en dos
guros y mantenernos vestidos, y para proporcionarnos ciudades, paredes, sentidos: primero, la utilización de material natu¡al está regulada por la can-
viviendas y templos. A través de nuestras habilidades humanas, con las ridad de valor de cambio que su manejo ¡epresenre, yesrose aplica tanto al
manos nos abastecemos de comida en abundancia y variedad. La tierra mercado de trabajo como al mercado de mate¡ias primas. pe¡o también, en
ofrece muchos frutos para Ia mano que los busca, y los frutos pueden co- tanto los aspectos materiales de la segunda naruraleza fueron producidos
merse de inmediato o preservarse para ser consumidos después. Nos ali- como mercancías, la naturaleza ha sido producida con un componente de
mentamos también de las criaturas de la tierra, del mar y del aire, a las que valor de cambio. (En este caso, no es la naturaleza externa absüacta la que
atrapamos o criamos con ese propósito. Podemos apresar y cabalgar anima- cjerce un control opresivo sobre los seres humanos, sino el peso del trabajo
les de cuatro patas y apoderarnos de su velocidad y de su fuerza. En algunos
de ellos colgamos yuntas y a otros los usamos como bestias de carga. Explo-
25
tarnos los agudos sentidos del elefante y la sagacidad del perro para nues- cice ro, De Natura Deorum,\, r5r-152.yéase The Nanre ofGods, traduciclo por Horace
C. R. McCregor (Harmondsworth, 1972), pp. 184-185.
tros propios fines. De las profundidades de la tierra extraemos el hierro, 2"
Count Buffon, citado en Glacken, Rhidian Shore, pp. 663, 664, 665. para una discusión
tan necesario para arar el suelo. Buscamos vetas profundamente enterradas de Glacken sobre Cicero, véase pp. 144-146.
17
de cobre, plata y oro para uso y ornamento. Despedazamos los árboles y K. Man, Grwndrisse, p.2i1.
32 LA PRODUCCIÓN DE TA NAIURALEZA LA PRODUCCIÓN DE [A NATURALEZA 33

muerto). Por supuesto que el valor de uso de la naturaleza sigue importan- piedad de la tierra. El rabajo agrícola produce para el consumo directo o
do; difícilmente (y con un alto costo económico) podría un carnicero hacer casi directo; intervienen muy pocos procesos de intermediación. Sin embar-
el trabajo de un zapatero utilizando las herramientas y los materiales de un go, con la continua división del trabajo comienzan a inrervenir un núme¡o
carpintero. Sin embargo, no es más la posibilidad o la imposibilidad absl mayor de procesos. Un grupo de trabajadores y un grupo de comercianres,
rracta de la producción lo que determina la utilización de la naturaleza' Lo los cuales ninguno está relacionado directamenre con la tierra, comienzan a
que cuenta es cuan oneroso u económico resulta emplear valores de uso distinguirse a sí mismos. La producción de una segunda naturaleza ha acele-
diversos. El valor de uso se transforma en valor de cambio (como conjetura rado la emancipación de la sociedad de la primera naruraleza, y en el proceso
y en la práctica) en el proceso de producción. En consecuencia, tan pronto ha agudizado la contradicción, por completo inhe¡ente a la segunda narura-
como "el valor de uso ingresa en el dominio de la economía política, tan leza, entre una clase dominante que esrá directamente vinculada a la primi-
pronto como se ve modificado por las modernas relaciones de producción, o tiva segunda naturaleza de la tierra agrícola, y por el otro lado, una nacienre
también como tal, puede intervenir para modificarlas".28 El mismo argu- burguesía cuyo asiento político depende del conrrol del campo y del merca-
menro es válido para el valor de cambio y la naturaleza. El valor de cambio do. Confo¡me esta contradicción se desa¡rolla, se hace necesario que la burgue-
ingresa en el dominio de la naturaleza tan pronto como la segunda natura- sía extienda su control para incluir no sólo al proceso de intercambio, sino
leza, mediante la producción de mercanclas, es producida a partir de la pri- también al proceso de producción. Esto con el fin de asegurar el suministro
mera. La relación con la naturaleza es mediada por las determinaciones del continuo de me¡cancías para el intercambio. A través del control combina-
valor de uso como por las del valor de cambio. do de la producción y Ia distribución, la burguesía está más capacitada para
Sin introducir el valor de cambio en la naturaleza, la relación entre la garanrizar la producción permanenre de la riqueza social; la producción pa-
primera y la segunda naturaleza no puede ser entendida en su forma concre- ra el intercambio en general, abre el camino para la producción específi-
ta. Podría resultar difícil moverse más allá de la ambigua, limitada, y even- camente capitalista. No obstante, a diferencia del desarrollo inicial de la
tualmente ideológica pretensión de que, por un lado, la naturaleza es social, producción para el intercambio, ésta no es una transformación "narural",
mientras que por el otro, la sociedad es natural. Igualmente limitada y pro- paulatina e inexorable. Como resultado de la segunda naturaleza, involucra
blemática es la pretensión de que ambas están "interrelacionadas" e "in- una lucha polldca que culminará en la revolución burguesa. En otras pala-
teractúan" una con la otra; en tanto la interacción no es un sustituto de la bras, implica la derrota de una clase dominante y el ascenso de otra, y con
dialéctica, la clave para ello está en el proceso de producción. Los elementos ello aparece una nueva relación, más delimitada con la naturaleza.
de la primera naturaleza, anteriormente inalterados por la actividad huma-
na, son subordinados al proceso de trabajo y reaParecen Para convertirse en
materia social de Ia segunda naturaleza. Aqul, a pesar de que su forma ha III. La producción capitalista
sido alterada por la actividad humana, no dejan de ser naturales en el senti-
do de que, de alguna manela ahora son inmunes a las fuerzas y los procesos La relación actual con la naturaleza de¡iva su carácter especlfico de las rela-
no-humanos gravedad, la presión flsica, la transformación qulmica, la ciones sociales en el capitalismo. El capitalismo difiere de orras economlas
-la
inte¡acción biológica. No obstante, éstos también se vuelven objeto de una de intercambio en lo siguienre: por un lado, produce una clase que posee los
nueva serie de fuerzas y procesos que en origen son sociales. fuí, la relación medios de producción para roda la sociedad, incluso para aquellos que no
con la naturaleza se desarrolla a la par del desarrollo de las relaciones socia- trabajan, y por el otro lado, una clase que posee únicamente su propia fuerza
les, y en tanto estas úldmas son contradictorias, también lo es la relación con de tlabajo, misma que debe vender para sobrevivir. "La naruraleza no pro-
la naturaleza. duce, por un lado, poseedores de dinero o de mercanclas", dice Marx:
En tanto el trabajo excedente se manifiesta principalmente en las mer-
cancías agrlcolas, el poder económico y político se vincula más con la pro- y por el otro, hombres poseyendo nada más que su propia fuerza de traba-
jo. Esta relación no tiene un fundamento natural, ni tampoco es su funda-
28 lbid., p. 881. mento social ral que sea común a todos los periodos históricos. Esta es
34 tA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA LA PRODUCCIÓN DE LA NATURALETA 35

claramente el resultado de un desarrollo de histórico pasado, el producto rc de ellos en lo que consrituye la esencia de esra mediación social y a la
de muchas revoluciones económicas, de la extinción de sucesiones comple- ..nrplejidad de la relación con la naruraleza. La lógica de la mediación so-
tas de formas antiguas de la producción social.2e t irl no es la simple racionalidad que surge inmediatamenre de la necesidad
,lc producir y consumir valores de uso, ni aun de la lógica de la producción
La clase trabajadola en el capitalismo es privada no sólo de las mercanclas
¡,:rla el intercambio. Es, mejor dicho, la lógica abstracta unida a la creación y
que produce, sino de los mismos objetos e instrumentos necesa¡ios para la lrr acumulación de valor social lo que determina la relación con la naruraleza
producción. Únicamente con la generalización de esta relación trabajo-sala- crr el capitalismo. Así, el movimiento de lo abstracto a lo concreto no es
rio, el valor de cambio se convierte en una expresión consistente de 1o que la sir'plemente una bonita idea conceptual con la que Marx haya soñado, sino
sustenta ualor. El valor de una mercancía, expresado en el intercambio .¡ue es el movimiento perpetuo alcanzado en la relación con la naturaleza en
como valor-el de cambio, es una medida del tiempo de uabajo socialmente
cl capitalismo; las dererminaciones abstractas en el nivel del valor se despla-
necesario requerido para la producción de la mercancía. La mercancla Íiler- zrrn continuamente a la actividad social concreta en la relación con la natu-
za de trabajo no es la excepción; el salario del trabajador es una medida del r:rleza. Esto resulta en una única pero muy compleja determinación de la re-
tiempo de trabajo socialmente necesario para la reproducción del trabaja- l:rción con la natu¡aleza naturaleza como objeto de producción, la na-
do¡. En consecuencia, en el capitalismo, el producto excedente se presenta -la de reproducción, lá conciencia humana.
ruraleza humana, el proceso Así
en la forma de plusualor. El valor de la fuerza de trabajo del trabajador repre- r.mo examinamos la producción en general y la producción para el inter-
senta sólo una cierta fracción del valor producido durante un día de trabajo. earnbio, debemos analizar la relación con la naturaleza en el capitalismo a
Con la libe¡ación histórica de los uabajado¡es de los medios de producción, t'avés de esros aspectos generales de la relación con la natural eza. comenza-
éstos se vuelven por completo dependientes de la venta de su propia fuerza lcmos con la naruraleza como un objeto de producción.
de trabajo. El capitalista, por otra parte, liberado de la necesidad de trabajar, Bajo el imperativo del proceso de acumulación, el capitalismo como modo
es totalmente dependiente de la reinversión de una parte del plusvalor para ,lc producción debe expandirse continuamenre para poder sobrevivir. La
producir nrás plusvalor. Ambos, la realización y la reinversión del plusvalor rcproducción de la vida material es por completo dependiente de la produc-
tienen lugar en condiciones competitivas que resultan de la propiedad pri- ción y la reproducción del plusvalor. con este objetivo, el capital deambula
vada de los medios de producción, y esto obliga a los capitalistas individua- por la tierra en busca de recursos materiales; la naturaleza se convierte en un
les, si a fin de cuentas existen para reproducirse a sí mismos, a hacerlo en una medio uniuersal dz producción en el senrido de que ésta no sólo provee los
escala ampliada. La estructura específica de clase del capitalismo,por consi- sujetos, los objetos y los instrumentos de producción, sino que es también
guiente, hace de la acumulación de capital la condición necesaria para la re- c' su totalidad un apéndice del proceso de producción. De esta manera
producción de la vida material. Por primera vez,"laacumulación por la acu- "pareciera paradójico afirmar por ejemplo que los peces sin caprurar
consri-
mulación misma" es una necesidad impuesta socialmente. El proceso de tuyan medios de producción para la industria pesquera. No obstante, hasta
acumulación es regulado por la ley del valor, la cual se presenta "exclusiva- cl momento nadie ha descubierto el arte de pescar en aguas que no conren-
mente como una ley interna, como una ley ciega de la naturaleza frente a los gan peces".3l
agentes individuales".30 En el capitalismo, la apropiación de la naruraleza y su transformación en
Derivada de las relaciones específicas de clase del capitalismo, esta estruc- r'edios de producción se realizan por primera vez en una escala mundial. La
tura de las relaciones económicas es única del capitalismo, e implica una búsqueda de materias primas, la reproducción de la fuerza de trabajo, la di-
relación radicalmente distinta con la naturaleza. El capitalismo no es distin- visión sexual del trabajo, la relación trabajo-salario y la producción de mer-
to de cualquier otro modo de producción anterior en cuanto a que la rela- cancías y de la conciencia burguesa se generalizan en el modo capitalista de
ción con la naturaleza es mediada socialmente. Sin embargo, difiere bastan- Producción. Bajo el manro de un colonialismo benevolente, el capitalismo
destruye ante é1 todos los orros modos de producción, sometiéndoios por la
2e
K. Marx. El capbal, t, p. 169.
3tt lbid., ru, p. 880. tt lbid.,t, pp. 180, 181n.
PRODUCCIÓN DE LA NATURALEZA LA PRODUCCIÓN DE IA NATURALEZA 37
36 L-A'

fuerza a su propia lógica. Geográficamente, bajo el manto del progreso, el La división social del trabajo y el avance de las fuerzas productivas se
capitalismo intenta urbanizar el campo. ,lcsarrollan aceleradamente segunda naturaleza experimenta una conti-
-la
rrrra difbrenciación interna. Aqul la actividad cientlfica es de suma impor-

La histo¡ia de Ia Antigüedad clásica es la historia de las ciudades, pero de rrrrrcia y se coloca a sl misma a la vanguardia como una actividad separada.

las ciudades fundadas en la propiedad de la tierra y en la agricultura ['..] La Srr función principal es facilitar la producción de la naruraleza en la forma

Edad Media (periodo germánico) inicia con la definición de la tierra co- ,lc fuerzas productivas:
mo el asiento de la historia, cuyo desarrollo posterior se mueve y a\ranz
hacia la contradicción entre la ciudad y el campo; la lEdad] Moderna im- La natu¡aleza no fabrica máquinas, no construye locomotoras, trenes, telé-

plica la urbanización del camPo, y no la ruralización de la ciudad, como en grafos eléctricos, hiladoras automatizadas, etcétera, éstos son productos del

la Antiguedad.32 trabajo humano; materiales naturales transformados en órganos de la vo-


luntad humana sobre la naturaleza, o de la participación humana en la
Acorde con esta expansión del capitalismo se desarrolla el Estado caPita- naturaleza. Estor ron órganos del cerebro humano, creados por la mano hu-
Iista. Como todos los Estados anteriores, su función central es el control so- manai la objetivación del poder del conocimiento.

cial en favor del interés de la clase dominante, lo que significa que en la


sociedad capitalista el Estado se convierte en el administrador de aquello Así, el "fundamento técnico apropiado" para la industria capiralisra se
que el capital privado no está dispuesto o es incapaz de hacer. A través de Iogró hasta que "las máquinas construyeron máquinas".3a La proliferación
medios represivos, ideológicos, económicos y otros medios sociales, el Esta- ,lc diferentes divisiones sociales y distintas subdivisiones del trabajo requiere
do pretende controlar la eliminación de las sociedades precapitalistas más cl desarrollo paralelo de Ia cooperación social enrre ésras para que el modo
allá de sus fronteras y manejar al interior la represión de la clase trabajadora, rlc producción pueda funcionar como un rodo. Han aparecido especializa-
y al mismo tiempo gara;nÍizat las condiciones económicas necesarias para r'iones completas que buscan gara'ntizar la cooperación social, sobresalen las
la acumulación. En resumen, el Estado facilita y vigila la expansión estable rnúrltiples actividades de servicios, desde las actividades bancarias hasta la
del capitalismo.33 Asl, la complejidad y el carácter contradictorio de la rela- cilculación masiva. La cooperación abstracta con la naturaleza que caracte-
ción con la naturaleza comienza a Presentarse en una forma más concreta' ri.a ala actividad humana productiva adquiere un carácter muy concreto en
En el capitalismo, la segunda naturaleza es arrebatada Progresivamente a la cl capitalismo. Ert" r. desarrolla como un anrídoto para la "anarquía en la
primera naturaleza, y ello se logra como Parte de un Proceso totalmente rlivisión social del trabajo", una anarqula que es el resuhado lógico de la com-
opuesto y alavezcomplementario: la generalización de la relación capitalis- lrctencia basada en la propiedad privada de los medios de producción.
ta con la naturaleza, y la unificación Práctica de la totalidad de la naturaleza Con la división social del uabajo se desarrolla una división técnica de las
en el proceso de producción. lrrbores al interior del lugar de trabajo, y es aquf donde comenzamos a ver
rrlgunos de los elementos básicos de la producción de la naruraleza humana
32
K. Marx, Grundisse, p, 479. cn el capitalismo. La producción de una sola mercancía es dividida en nu-
13 Sobre lasdificuledes y debates alrededor del análisis del Estado, véase Colin Barker, rnerosas y detalladas operaciones, al grado de que la actividad del trabajador
"The State as Capital", en International Socialism 2 (l) (1978), pp. l6-42i J. Hollorvay y S. individual se limita progresivamenre sólo a unas cuantas actividades moto-
Picciotto, Statc and Capital (Lnndres, 1978); James O'Connor' Thc Fiscal Crisis of thc State
(Nueva York, 1973); Suzanne de Brunhoff, The State, Capital and Economic Policy (Londres, rus. Ello requiere tarnbién de un uso exrensivo de "las capacidades naturales
1g7g). sobre el debate Miliband-Poulantzas, que sintetizó mucho de la discusión sobre el tlc cooperación' de los trabajadores, aunque, bajo el dominio del capital este
Estado, véase Ralph Miliband, The Swte in Capitalitt Sociery (Londres, 1969); Nicos ?oulantza¡' c.jcrcicio de cooperación produce no únicamente el desa¡rollo de las capaci-
"The Problem ofihe Capitdist State",enNm Lef Reuieu5S (1969),pp.67'78; Ralph Miliband,
"The Capitalist State: A Reply to Nicos Poulantzas", e n New Lef Reuiew 59 (1969) ' pp. 53-60; rlades naturales de los individuos, sino .iustamente Io contrario. Como los
Ernesto Specificiry of the Political: The Poulanrzas-Miliband Debate", en Economl
Lcbu, "The
and Society
-Reuieu
pp. 87-100; Ralph Miliband, "Poulantzas and the Capitalist State", en
4 (1975),
New Lef 82 69rc), pp. 83-93; Nicos Poulmtzas, "The Capitalist State: A Reply to ra K.
Miliband and Laclau', en New Lefi Reuieu 95 (1976), pp. 63-83' Man, Grundrisse, p.706; K. Mtn, El capital, t, p. 384.
38 LA PRODUCCIÓN DE LA NAIUMLEZA LA PRODUCCIÓN DE TA NATUMLEZA 39

otros componentes naturales del proceso de trabajo, las capacidades de co- Engels demostró que con el desarrollo de las economías mercantiles, "la
opelación del trabajador son enajenadas; éstas se enfrentan a él como los llmilia individual" se vuelve la "unidad económica de la sociedad".36 Con
poderes del capital. Esto sucede precisamente con el capital fijo, que repre- cl triunfo de la forma específicamente capitalista de la propiedad privada,
senta no sólo una gigantesca inversión de habilidades manuales y científicas, l:r forma de la familia es nuevamente revolucionada. En particular, mientras
sino representa también un ejercicio enorme de cooperación entre los traba- lr Familia permanece como una unidad económica, su función económica
jadores. Frente a la maquinaria de los capitalistas, "el trabajador se confronta cs más especializada y deja de ser /¿ unidad económica de la sociedad. El
cara a cara con las capacidades intelectuales del proceso mate¡ial de produc- plusvalor no se produce únicamente en la familia, sino en la fábrica y en
ción" y a la impotencia intelectual de su naturaleza individual. La pericia otros lugares de trabajo. Engels insistla en que la familia individual dejará de
manual, intelectual y cooperativa se enfrentan al trabajador "como si fueran scr la unidad económica fundamental de la sociedad en el momento en que
propiedad de otro y como un poder dominante [...] Para crear el trabajador ocurra la "transferencia de los medios de producción hacia una forma de
colectivo, y a través de é1, generar el capital, vasto en su capacidad social propiedad común", sin embargo, el mismo capitalismo inicia el proceso
productiva, cada trabajador debe ser empobrecido en sus capacidades pro- tle resquebrajamiento de la familia individual al incorporar a las mujeres
ductivas individuales". Como en la producción simple de valores de uso pa- como fuerza de trabajo en cantidades cada vez mayores, y transfiriendo la
ra ei consumo directo, el individuo, él o ella, realiza su naturaleza en el pro- producción de plusvalor de la familia hacia la fábrica y hacia el espacio pú-
ceso de trabajo. Pero las condiciones actuales de trabajo son tales que trans- blico de trabajo.3T
forman al trabajador no en el digno, romántico e idealizado hombre que se Conforme el trabajo asalariado se traslada al dominio de la actividad
hace a sí mismo, sino "forzando su minuciosa destreza a expensas de un 1;ública fuera del hoga¡ una serie de funciones relacionadas con la reproduc-
mundo de capacidades productivas y de instintos", lo convierten en "una ción de la fuerza de trabajo se privatizan en el núcleo familiar. Este último se
monstruosidad mutilada'. En lo que se refiere al trabajador, el modo de rrrnvierte en el dominio del "trabajo de las mujeres", aunque la mayoría de
producción fundado en el desarrollo del capital hace de "la ausencia de todo l:rs mujeres de la clase trabajadora también rabaje fuera del hogar. El modo
desarrollo una especialización": ,lc reproducción de la familia privada tiene numerosas ventajas para el capi-
trrlismo: los costos de reproducción son sostenidos por la familia privada y
Todos los medios para el desarrollo de la producción se transforman a sl 1,ol la mujer en particular, en tanto ella no es remunerada por su trabajo de
mismos en medios de dominación sobre los trabajadores, y en medios para rcproducir la fuerza de trabajo; la familia privada prepara a la siguiente gene-
la explotación e.jercida por los productores; mutilan al trabajador reduciéndo- rrrción de trabajadores para aceptar la autoridad "natural", y ello requiere del
lo a fragmentos de un hombre, lo degradan al nivel convertirlo en apéndice eonsumo privatizado, con todas sus consecuencias ideológicas y económi'
de una máquina, destruyen cualquier remanente de encanto en su trabajo, crs. Sin embargo, la estructura de clase del capitalismo penetra cada uno de
convirtiéndolo en una tarea odiosa, un trabajo detestable; separan de él las los aspectos de la estructura social, y la reproducción no es la excepción. La
potencialidades intelectuales del proceso de trabajo en la misma proporción llmilia burgucsa es diferente a la familia de la clase trabajadora en muchas
en que la ciencia se incorpora como un poder independiente; pervierten firrmas. Mientras [a familia burguesa probablemente compra Ia fuerza de
las condiciones en las que trabaja, sometiéndolo durante el proceso de rr;rbajo ("sirvienra", "niñera") para desempeñar su trabajo domésrico, las es-
trabajo al despotismo más mezquino; transforman su tiempo de vida en
tiempo de trabajo, y arrojan a su esposa y a sus hijos a las ruedas de la gran
rr Fi Engels, Origin, p. 223.
maquinaria del capita-l.35 17
Joan Smith, "W'omen and rhe Family'', en Internacionalsocialism num. 100 (1977), pp.
.) l-22. Pxa una evaluación y una crítica de los dife¡entes puntos de vista sobre el mat¡iarcado
Éste es el destino de la naturaleza humana en el capitalismo. y Ia clase, véase Joan Smith, "-Women, Vork, Family and the Economic Recession", ponencia
¡'resentada en el simposio "Feminism and the Critique of Capitalism", The Johns Hopkins
I lniversity (abrll 24-25, 1981). La conclusión de Man y Engels de que la proletarización
¡'trdiera liberar a las mujeres de la dominación pareciera haber sido un poco optimista, aun
It K. Max, Elcapital, r, pp.350, 360-361,645. ,,,ncediéndole el beneñcio de la duda.
40 TA PRODUCCIÓN DE I.{ NATUMLEZA LA PRODUCCIÓN DE LA NATURALEZA 4r

posas de la clase trabajadora realizan no sólo su propio trabaio doméstico, que surge la ideología burguesa. Por esta razón, Marx, para referirse sarcásti-
sino también pueden vender su fuerza de trabajo Por un salario, corno lo camente a la esfera del intercambio, señala que "ahl gobiernan únicamente
hacen sus maridos. De ahí la "doble carga de las mujeres de la clase trabaja- la libertad, la igualdad, la propiedad y Bentham.3e La esclavitud asalariada,
dora". En todo esto, aun cuando la familia se privatiza, la reproducción lo las desigualdades y el fundamento de clase de la propiedad que definen al
hace sólo parcialmente. El Estado está profundamente involucrado en la proceso de producción desaparecen en el mercado, en donde el comprador y
organización de la reproducción. No sólo controla procesos tan cruciales cl vendedor se enfrenran uno al ot¡o como iguales. cualquier persona es un
como la educación, sino que a través del sistema legal, controla la lorma co'sumidor. Con el consumo de masas, la publicidad, Ia relevisión, los de-
misma de la familia; controla la dominación de las mujeres a través de las portes especráculo y demás, la ideología burguesa ¡epresenra la separación
leyes de matrimonio y de divorcio, la legislación del aborto, las leyes heredi- rnás exitosa de la conciencia del proceso inmediato de producción. Donde
tarias, etcétera.38 este alejamiento resulta más exitoso, como en Estados Unidos, se llega a la
La producción de la fuerza de trabajo, como cualquier otra mercancía, es conclusión de que las diferencias de clase no exisren más; implíciramente
susceptible a las fluctuaciones periódicas del ciclo de acumulación. Y como rodos se han convertido en clase media.
con la producción de otras mercancías, se han hecho esfuerzos pala regular Esta homogenización de la conciencia recibe un impulso del desarrollo
las fluctuaciones a través de un amplio conjunto de innovaciones tecnológi- rrismo del sistema de producción. Para poder acumular, el capital debe de-
6¿5 tecnologías medicas, ingeniería genética. También en sarrollar continuamenre los medios técnicos de producción y ello implica el
-¿¡¡ise¡ceptivos,
este ámbito la producción de la naturaleza es un hecho consumado. La mer- desarrollo permanenre de la ciencia. si la ciencia av^nza con el objedvo in-
cancía producida es, en su justa dimensión, un producto social. Los bebés de mediato de desarrollar las fuerzas productivas, adquiere rápidamente una
probeta, por lo general considerados como el primer Paso en la producción importante función ideológica, a tal grado que opera casi como una religión
de Ia naturaleza, son más apropiadamente vistos como la última etapa. Lo Iaica. sin embargo, esta homogenización de la conciencia es siempre sólo
que comenzó, por un lado, con la producción involuntaria de la mano, y por una tendencia. Puede suceder únicamente en tanto la conciencia sea separa-
el otro lado, con los medios más primitivos para regular el embarazo, se ha da del proceso inmediato de trabajo, y mientras ello sea favorecido por la
reunido, €n un proceso único, la producción de la vida misma. creciente división del trabajo y por el carácrer abstracto del pensamiento
con la gener.alización de la ¡elación trabajo-salario, la conciencia se desa- científico, el modo de producción capitalista permanece fundamentado en
rrolla aceleradamente. Las ideologías religiosas que insistlan en el legítimo la distinción fundamental enrre la clase trabajad on y la clase poseedora del
derecho a un lugar propio en el universo de Dios se mantuvieron aunque capital. Esto conduce, en la dirección opuesta, hacia la dife¡enciación de la
fueron de uso limitado en la justificación de la relación trabajo-salario. De cultura a t¡avés de parámetros de clase, y por supuesro, a una diferenciación
esta forma, el desarrollo de la sociedad burguesa se comPlementa con el posterior sobre la base del género y la reza. Si se acepta la función de la
desarrollo de la conciencia burguesa fundamentada en las relaciones de in- ideología, la conciencia continúa siendo un resultado di¡ecto de la práctica
tercambio, más que en relaciones de producción. Si las relaciones de pro- rnaterial; no obsrante, en ranro la sociedad está diferenciada, también lo está
ducción en el capitalismo se caracterizan por la explotación del trabajo con la conciencia. Mientras más explícita es la lucha de clases en la pr.áctica, más
el ob.ietivo de exrraer el plusvalor, las relaciones de inte¡cambio en el capita- cxplícita es la diferenciación de la conciencia. "El modo de producción de la
lismo se fundamenran en los principios de igualdad y libertad, La libertad vida material condiciona el proceso general de la vida social, política e inre-
para intercambiar las pertenencias propias, y el intercambio de equivalentes, lcctual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia
son los principios que caracterizan dicho inrercambio, y es a pa.rrir de ellos sino es su existencia social lo que determina su concienciJ'.40
EI capitalismo no es único en su habilidad para producir naturaleza. La
¡;roducción en general es la producción de naturaleza:
ls Sobre la necesidad de la familia en el capitalismo, véase Ba¡bara D{inslow, "womeris
AlienationandRevolutionaryPolitics",enlnternacionalsocialism2(4)(l)79), pp, l-l4.Para
3e K. Mas, El capital, t, p. 176.
una perspectiva distinta, véase Irene Bruegel, "'vhat Keeps the Family Goingl'', en Intcrzacio-
nal Socialism 2 (l) (1978), pp.2-15.
40
K. Man, I Contibution to the Critique ofpolitical Economl (Lnndres, l97l), pp.20-21.
42 tA PRODUCCIÓN DE LA NAIUMLEZA LA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA 43

Los animales y las plantas, que esrarnos acostumbrados a considerar como junto creciente de materias primas. En el capitalismo, Ia transformación en
productos de la natura.leza, son en su forma actual, productos digamos, no rrna relación de valor de cambio se logra en la práctica. La producción capi-
únicamente del año anterior de trabajo, sino el resultado de una transfor- ralista (y la apropiación de la naturaleza) se alcanza no por la satisfacción de
mación gradual y perpetuada a través de muchas generaciones bajo la su- rrccesidades en general, sino por la satisfacción de una necesidad particular:
pervisión del hombre, y por medio de su trabajo [...] En la gran mayoría de lrr ganancia. El capital acecha al planeta ente¡o buscando la ganancia. El
los casos, los instrumentos de trabajo muesrran, aun al más superficial ob- capital etiqueta y pone precio a todo lo que ve, y así, en adelante, la etiqueta
servador, los vestigios del traba.jo de épocas anreriores.4l y el precio dete¡minan el destino de la naturaleza.
.
Una vez que la relación con la natu¡aleza está determinada por la lógica
En lo que el capitalismo sí resulta único es en el hecho de que, por prime- del valor de cambio, y la primera naturaleza es producida desde el interior y
ra vez los seres humanos producen naturaleza a una escala mundial. De ahí como parte de la segunda naturaleza, la primera y la segunda natu¡aleza se
la brillante observación de Marx, más de ciento veinte años atrás, que .,la Ledefinen a sí mismas. Con la producción para el intercambio, la diferencia
naturaleza que precedió a la historia humana [...J y" no existe absolutamenre cntre la primera y la segunda naturaleza es simplemente la diferencia entre
en ninguna parte (excepto quizás en unas cuantas islas coralinas australianas un mundo no-humanizado y un mundo socialmente producido. Esta dis-
de reciente formación) ".42 Actualmente, por supuesto, esta afirmación cons- tinción deja de tener un significado ¡eal una vez que la primera naturaleza es
tituye sabiduría geográfica convencional, aunque generalmente no es inre¡- también producida. O mejor dicho, la distinción es ahora entre una primera
pretada en términos de la producción de la naru¡aleza. naturaleza que es concreta y material, la naturaleza de los valores de uso en
Sin embargo, el desarrollo del capitalismo implica no sólo un desarrollo general, y una segunda naturaleza, que es abstracta y resultado de la abstrac-
cuantitativo, sino cualitativo en relación con la natu¡aleza. No es meramen- ción del valor de uso que es inherente al valor de cambio. La oposición
te una expansión lineal del control humano sobre la naturaleza, un ensan- conceptual original entre el mundo humanizado y no-humanizado perma-
chamiento del dominio de la segunda naturaleza a expensas de la primera. nece fuertemente arraigada en nuestros días, y de hecho, no fue puesta en
Con la producción de la naturaleza vna escala mundial, ésta es producida tela de juicio sino hasta iniciado ya el siglo )ilX. La nueva idea de una segun-
progresivamente desde el interior y^como parte de la denominada segun- da naturaleza fue desarrollada más ampliamente, no en la Francia del Conde
da naturaleza. La primera es privada de su carácter primigenio, de su origi- Buffon, en donde la vieja oposición permaneció vigente" sino en la Alema-
nalidad. El origen de este cambio cualitativo en relación con la naruraleza nia de Hegel, con su excepcional tradición filosófica. La Alemania hegeliana
yace en la modificación de la relación entre el valor de uso y el valor de constituyó la segunda naturaleza idealista. Esta no era simplemente el mun-
cambio. En "diferentes etapas del desarrollo de las relaciones económicas, las do material t¡ansformado y creado por la acción humana, sino la manifesta-
relaciones entre el valor de uso y el valor de cambio fueron determinadas en ción de la libre voluntad a través de un sistema de derechos tal como las ins-
forma distinta".a3 En consecuencia, en el capitalismo, el papel del valo¡ de rituciones económicas y políticas de la sociedad moderna. No fueron las
cambio deja de ser el de simplemente acompañar al valor de uso. Con el est¡ucturas construidas las que ocuparon la segunda naturaleza de Hegel,
desarrollo del capitalismo a una escala mundial y la generalización de la sino el sistema legal, las leyes del mercado, y los fundamentos éticos de la
relación trabajo-salario, la relación con la naruraleza es sobre todo una re- sociedad moderna dominio de la libertad vuelto realidad, el universo
lación de valor de cambio. Es evidente que el valor de uso sigue siendo fun- -"el
de la mente materializado en una segunda naturalezi'.44
damental, sin embargo, con el gran desarrollo de las fuerzas productivas, La realidad que dio origen a la concepción idealista de la naturaleza de
necesidades específicas pueden ser satisfechas incrementando el rango de los Hegel también tra.io consigo una concepción material de la segunda natura-
valores de uso, y mercancías específicas pueden producirse mediante un con- leza más avanzada que la de Cice¡ón y Buffon, y más adecuada a la realidad
del capitalismo emergente. La mejor descripción de esta segunda naturaleza
ai K. Man, El caphal, r, p. es provista por Alfred Sohn-Rethel:
181.
a' K. Man, German ldeolog1,
p.6J.
ar K. Man, Grundrisse,
p. 646. 44
G. \7 F Hegel, Philosophy of Righ¡, tmd. de T. M. Knox (Londres, 196h, p.20.
44 rA PRODUCCIÓN DE LA NATURALEZA LA PRODUCCIÓN DE L,\ NATUMLEZA 45

En alemán la palabra 'uso" comúnmenre se refiere a la 'primera naturaleza


, 1,,,.,,'.dior de producción provistos directamente Por la naturaleza que no
o naturaleza primitiva", material en esencia, mientras que la esfera del in-
rt.rrresenrxo ninguna combinación de sustancias naturales con el rrabajo
tercambio es denominada una "segunda narureleza, estrictamente social", t
1,,1,n".,.,"i¿Y ello no pondría en duda la idea de que la naturaleza es Pro-
y totalmente abstracra en apariencia [... La primera naruraleLa es] concreta y
,lrrcida? AQuí es necesatio considerar dos procesos distintos. Primero, es com-
material, comprende las mercancías como objetos de uso y nuesrras pro- posible que, en términos económicos y políticos, la sustancia
pias actividades como un intercambio material con la naturaleza; [la se- l)lcramenÍe
,rrrural ¡10 contenga ningún valor de cambio, sin embargo, como valor de
gunda naturaleza es] abstracta y puramenre social, comprende las mercan-
rso, tün{uer profundamente transformada, directa o indirectamente Por el
clas como objetos de intercambio y como medidas de valor.at
rr^bajo hUmano. Esto ocurre, por ejemplo, con la tierra agrícola, donde las
rrrcjoras r la rierra restituyen la totalidad de su valor, transFormando su valor
La misma pieza de materia existe simultáneamenre en ambas naruralezas;
,lc uso, ¿üneue, no obstante, modifican plolundamente la fertilidad y la es-
existe como una mercancía flsica sujeta a las leyes de la gravedad y la física en
rruqlrra física del suelo.48 Este también puede ser el caso de productos del
la primera naturaleza, aunque en la segunda se desplaza como un valor de
rr:rbajo más evidentes como los edificios, los cuales, en su proceso de produc-
intercambio y se sujeta a las leyes del mercado. El trabajo humano produce
t.i(tn no 6ons€rvor nrngun vestigio económico de sus orígenes, pero evidente-
la primera naturaleza, las relaciones humanas producen la segunda.
¡¡¡c¡¡s rn¿ntienen las características físicas del a¡tificio humano. Resulta más
En el capitalismo, lo que en principio consriruye un potencial absrracto y
(l)nrún oúe algunos aspectos de la naturaleza pudieran haber sido profunda-
naturaleza fundamenral del trabajo humano se convierre por vez primera en
rr)cnre al'rerados en su forma fisica por [a actividad humana, sin que ello, en
una realidad. El capitalismo produce no sólo la naruraleza inmediata o local
rrrodo alsdno, haya involucrado una inversión de trabajo socialmente necesa-
de la existencia humana, sino la totalidad de la naruraleza. El modo de pro-
rio. La Jroducción del síndrome tóxico de conmoción nerviosa, el cáncer, y
ducción fundamentado en el capital intenta consumar producidas socialmente, son un buen ejemplo de lo ante-
,,,r"..,
".r'f.r,r"dades
que la modificación del clima a consecuencia de la actividad
rior, lo mísmo
la apropiación universa-l de la naturaleza tanto como apropiarse del mismo de Ia primera naturaleza, estos elementos resul-
Irumana. Como componentes
vlnculo social que une a los miemb¡os de la sociedad. Esta es pues la gran
tan ser b¿stante sociales en su Producción, aunque no son mercancías.
influencia civilizatoria del capital; la producción de una etapa de la socie- hecho, un más contundente, en el que ni siquiera Ia forma
Existe, de caso
dad frente a la cual todas las etapas anteriores resultan meros desarrollos
(lc la sustancia natural ha sido previamente alterada por la actividad huma-
locales de la humanidad y la naturaleza, una naturaleza idolanada".a6
rrr. Una gárt€ sustancial del sustrato geológico podría considerarse así' si nos
lu.r, .,.,síble llegar lo suficientemente profundo. Lo mismo podría decirse
La naruraleza marerial es producida como una unidad en el proceso de
,.r, .'1 .i5,.-a solar, si pudiéramos viajar lo suficientemente lejos, es decir,
uabajo, y asimismo es guiada por las necesidades, la lógica, los caprichos
mas allá ¿le la luna, más allá de algunos planetas, y más allá de la mezcla de
de la segunda naturaleza. Ninguna parte de la superficie rerrestre, la atmós-
clesechos que han sido arrojados al espacio. Sin embargo, estos ejemPlos
fera, los océanos, el sustraro geológico o el medio ambiente biológico per-
cxrremos difícilmente serían útiles para echar abajo la veracidad de la tesis de
manece inmune a la rransformación del capital. A través de las etiquetas que
la "producción de la naturaleza", especialmente si uno considera ejemplos más
indican los precios, cada valor de uso es invitado a participar en el proceso
t.r,=nales o de una supuesta naturaleza no producida, como el Parque Yellows-
de trabajo, y el capital su naru¡aleza esencialmenre social- se encar-
-por t.ne o el de Yosemite. Erto, tot espacios naturales producidos en cualquier
gará de llevar a buen fin cada una de estas invitaciones.
Esta pareciera ser la lógica del argumento de Ma¡x, pero ¿qué acaso en .E/
capital no manifestó asimismo que el proceso de trabajo todavla utiliza "mu- K.M^nr Elcapital, t, p. 183.
47

Marx escribe: "La tierra sucumbe a la renta una vez que el capital es invertido, no Po¡que se
4s

invie¡ta el 6apital, sino porque el capital invertido hace a esta tierra más productiva de lo que
a5 ,nr.. [-- . ] T"-bién esta re nta, que puede transformarse en inte¡és, se convierte en una renta
Sohn-Rethel, [ntellectual and Manual Labour, pp.28,56-57. "r" (Elcapital,lll,p.746).David
a6
K. Mao, Grund,ise, p. 409-410. .1i¡"....irjTLbsoluraunavezqueelcapitalinvertidoseamortice"
Hawey des4rrolla este argumento en Limits, p,337.
46 TA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA IA PRODTJCCIÓN DE LA NATUMLEZA 47

sentido imaginable. Desde el manejo de la vida salvaje, hasta la modifica. l,os seres humanos, sin duda, hacen su propia historia, pero no en circuns-
ción del paisaje por la ocupación humana, el medio ambiente material lleva t,rrrt ius de su propia elección, sino determinadas y heredadas del pasado.ae
la impronta del rrabajo humano; desde la belleza de los museos hasta los res. Sirr ernbargo, existe un problema latente al explicar las leyes de la econo-
taurantes, y desde los parques para acampat hasta las postales del oso yogui, rrrí;ry la sociedad en este modo eminentemente naturalista, pues el mismo
Yosemite y Yellowstone, son nítidas experiencias culturales comprimidas dcl lrl,rrx también señaló, en su famosa carta a Kugelmann del I I de julio de
medio ambiente, de las cuales se obtienen ganancias sustanciales cada año, I t'l(rtl: "Es imposible alterar cualquier ley natural. Lo que puede modificarse,
El problema aquí no es la nostalgia por una naruraleza prefabricada, en cual. ,rl trrmbiar las ci¡cunstancias históricas, es la forma en la que operan estat
quier folma que ésta pudiera presentarseJ sino demostrar hasta qué punro Ia It ¡r¿5" .50 Si las leyes económicas del capitalismo son leyes naturales, pudiera
naturaleza ha sido alte¡ada por la agencia humana. Donde la naturaleza so- l,,r'ccer que Marx estuviese aceptando la imposibilidad de perturbarlas, y
brevive inalterada, kilómetros bajo la superficie rerrestre o años luz hacia ¡,,,r'cnde negara la posibilidad de derrotar al capitalismo. Aunque esto care-
adelante, lo hace únicamente porque aún resulta inaccesible. si es necesario, , r'r'lu de sentido viniendo de Marx, el comprometido revolucionario que
podemos dejar que esra naruraleza inaccesible sosrenga nuestras nociones de ,lcrlicó su vida a la lucha por el socialismo. Thl aseveración tampoco sería
una naturaleza idílica, pero ésta será siempre una naturaleza ideal, abstracta, nr('ramente un descuido de su parte, un revés para burdamente entender a la
producto de la imaginación, una naru¡aleza que jamás conoceremos. Los I r,rt rl raleza como existiendo fuera de Ia sociedad; puesto que, cuando se men-

seres humanos han producido la totalidad de la naru¡aleza que hasta ahora r r(,na la ley natural no está refiriéndose a la ley de la gravedad o a las leyes de

les ha sido accesible. l.r lisica, sino a la distribución del trabajo social. (Esta aParente cont¡adic-
La unidad de la naturaleza a la que conduce el capitalismo es ciertamente , ión fue la que por casualidad llevó a Schmidt a distinguir en Marx una
una unidad materialista pero no es la unidad física o biológica de los cientf- ,lilcrencia entre las categorías lógico-epistemológicas y las categorías econó-
ficos natu¡ales. Por el conrrario, es una unidad social enfocada en el proceso rrricrrs, a partir de la cual elaboró su acusación de utopismo.)
de producción. Empero, esta unidad no debe enrenderse como sinónimo de [,a solución yace no en la distinción filosófica entre las categorías sino,
una natu¡aleza no diferenciada. Existe, como vimos anteriormente, una di- , ,rrrro siempre, en la práctica humana, específicamente en la historia huma-
ferencia entre la primera y la segunda naruraleza. Sin embargo, a la luz de la rr.r. Como ocurre con la gravedad, es posible obedecer o contrariar las leyes
producción de la naturalezapor el capitalismo y de la tendencia a hacer de ,1,'l rnercado, y con ello es posible alterar la fo¡ma en que éstas operan y la
ésta un proceso universal, ¿qué tan relevante resulta esta diferencia respecto Ir)r'rna en que son experimentadas. Sin embargo, a diferencia de la grave-
a la unidad de la naturaleza? Indudablemenre, la esrrucru¡a económica se ,l,rd, no existe nada de natural en la ley del valor; ninguna sociedad ha vivi-
presenta a sí misma como una segunda naturaleza: "en toda producción no ,1, sin experimentar el efecto de la gravedad, pero muchas lo han hecho sin
planificada y desorganizada las leyes de la economía se enfrenran a los hom- ( ()nocer la ley del valor. Por mucho que ésta y otras leyes del mercado se

bres como leyes objetivas, ante las cuales son impotentes, es decir, adquieren cxperimenten como leyes naturales, éstas no son equiparables con la grave-
la forma de leya naturdlei' . Por esta ¡azón, Maix comprendió que su tarea en ,l,rcl. Éste es precisamente el argumento de Marx cuando señala que la de-
El capital era la de desnudar "las leyes económicas del movimiento de la del capitalismo hace posible el fin de la historia natural de los seres
'r<'ta
sociedad mode¡na'. Su lnrrnanos y el principio de la historia real, el fin de las leyes sociales experi-
rrrcntadas como leyes naturales y el comienzo de un efectivo control social
punto de partida, a partir del cual la evolución de la formación económica ,lc la historia. Con el impresionante desarrollo de las fuerzas productivas, el
de la sociedad se explica como un proceso de la historia narural, podrla, ,lpitalismo ha colocado en la agenda el problema de la producción de la
menos que ningún otro, responsabilizar al individuo por relaciones cuya
creación él mismo únicamente contribuye a perpetuat sin importar cuan
subjetivamente se coloque por encima de ellas. F. Engels, Anti-Duhring (Londres, 1975), p. 425:K. Marx, El capital, t, p. 10; K. Max,
ae

l /r
Eighteenth Brumaire ofLouis Bonapate (Nueva York, 1963), p. 15.
t0 ''Man a Kugelmann', 11 de julio de 1868, en K. Mm y E Engels, Sebcted CorresPondence
(l .orrdres, 1934), p. 246.

e
48 LA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA LA PRODUCCION DE I.A NATUMLEZA 49

naturaleza. Sin embargo, éste es un problema que el modo de producción ,.rr ,'l proceso práctico de la historia social y no como un proceso de especu-
capitalista es incapaz de resolver por sí mismo. El capitalismo ha logrado Lr, r,irr filosófica. Mirando atrás en la histo¡ia, la evidencia muestra que ar¡n-
unificar la natu¡aleza para el futu¡o, pero no es capaz de unificarla en el cs imposible eliminar la ley de la gravedad, no importa cuánto Puedan
'lu('
,,l,le (urse sus efectos ni cuánto pueda resistirse y determinarse socialmente
Presente.
La diferencia entre una primera y una segunda naturaleza es por lo tanto 1r lolrna actual, sin embargo, sl es posible suprimir la "ley'' del valor. Miran-
cadavez más obsoleta. Entendida como una diferencia filosófica entre reali- ,1,, lurcia adelante en la historia, únicamente descubriendo e identificando
dades que son abstracta u ontológicamente equivalenres, o aun similares, Lrr ltryes naturales seremos finalmente capaces de distinguir y revelar las leyes
dicha diferencia se volvió obsoleta tan pronto como dejó de explicar la divi- n,¡rrrlales que sustentan la historia humana. Y ello puede lograrse únicamente
sión entre el mundo humanizado y el no humanizado. Es cierto que, como , rr cl proceso de destruir y derribar las barreras sociales que se nos presentan
diferencia entre materialidad y abstracción, la división entre primera y se- ,,,rrro leyes naturales. Aquellos que en la sociedad poseen una comprensión
gunda naturaleza capturaba ciertamente la complejidad de la organización rrr,is precisa de la naturaleza humana no son los supremos sacerdotes que
social y su distanciamiento respecto a la naturaleza primigenia. Sin embar- l,rctlican la naturalidad (entendida como inexorabilidad) de buena parte de
go, la capacidad del capital de producir el mundo material "a su propia l.r ..rnducta humana y social. Sino son quienes tienen la certeza de que las
imagen"5l convirtió esta distinción en una víctima de sl misma abs- rrr,rnstruosidades sociales pueden ser destruidas. Son ellos quienes mejor
tracción que perdió todo contacto con una realidad cambiante y-una con el po- ,,,rnprenden que los seres humanos pueden crear algo más humano.53
tencial de la historia humana. La producción de la primera naturaleza desde ['.n su incontrolada marcha hacia la unive¡salidad, el capitalismo impone
el interior y como parte de la segunda naturaleza, transforma a la produc- rrr¡t'vas barLeras a su propio futuro. Crea una escasez de los recursos necesa-
ción de la naturaleza, no como primera o segunda naturaleza en sl mismas, r's, rnengua la calidad de aquellos recursos aún no consumidos, propaga
sino en la realidad dominante. No obstante, queda por señalar una diferen- , rlclmedades nuevas, desarrolla una tecnología nuclear que amenaza el fu-
cia importante.
Engels alude a esta distinción cuando señala que nuesrro "dominio" so-
bre la naturaleza "consiste en que tenemos la ventaja sob¡e todas las otras 'r Esto evidentemente otorga un papel fundamental a la ciencia, pero a la ciencia crltica,
t,r(\, en general, la función ideológica de la ciencia ha sido la de lograr que relaciones
criaturas de ser capaces de aprender sus leyes y aplicarlas correctamente".52 ,,¡,ccfficamente sociales aparezcan como naturales, es decir, como inevitables, Como Marx
La producción de la naturaleza es posible debido a Ia identificación y la , r, ril>ió, la lógica de Ia economla polltica "resulta ser para el intelecto burgués una necesidad
,,lrvi.r impuesta por la naturalsa tanto como el trabajo productivo por sl mismo" (El capital, t,
aplicación de leyes naturales. Sin embargo, la idenrificación de leyes narura-
¡, ti l ). La diferencia entre la ciencia natural y social admite un fetichismo de la "naturaleza"
les involucra inevitablemenre un conocimiento preciso de sus límites, y por construirse a
'rrrr el objeto de la investigación cientlfica natuml, y permite a la ciencia social
,,

ende, de la diferencia entre leyes que realmenre son narurales y aquellas que ¡l rrisma f¡ente a la ciencia natural, tomando a la sociedad como su objeto natural de investi
en una forma especlfica de sociedad se presenran como naturales. Ésta no es ti.r, r(/)n. De acuerdo con Marx y Engels, no hay sino una ciencia única, no existen ciencias
,lrl( rcntes para la naturaleza y para la sociedad. No obstan¡e, la unidad de la ciencia es un
una distinción filosófica sino práctica. La diferencia entre la gravedad y la l,¡,'. cso práctico, une unidad que debe desarrollarse. Como escribiera Marx a Engels, la ciencia
ley del valor no tiene que ver con lo que puede o no puede producirse, en ,l, l,c cuestionarse "hasta el punto en que pueda ser entendida dialécticamente", (Sehctcd
I iff$pon¿ence, p. 123.) Respecto alas denominadas ciencias "naturales" en particular, lo ante-
tanto el efecto de la gravedad puede fácilmente alterarse y contrarrestarse,
rr,rr implica recuperar la polftica que de hecho le pertenece a la ciencia pero que le ha sido
obteniendo resultados totalmente contrarios simplemenre a rravés de la iden- , r ¡rmpiada y hecha a un lado. Si estamos en lo co¡recto acerca de la producción de la naturale-
tificación y la aplicación social de otras leyes de la naturaleza. Nosorros, por r.r, la polltica de la ciencia involucra distinguir las leyes naturales de las crcaciones sociales, no
, rr términos de ciencia nttur¿f uersus ciencia social, sino como cie¡cia, uersus ideologfa. Al
ejemplo, aplicamos este principio cada yez que hacemos volar un avión,
¡ rl)ccro, yéase la crltica de Valentino Gerratana al evolucionismo posdarwinista: los cientlficos
Entonces, la diferencia fundamental que debe hacerse esrá entre lo que pue-
1,r,',rcupados por la evolución, "quienes más que ninguna otra persona contribuyeron a demos-
de y lo que no puede destruirse para ser sustituido. Esta diferencia se realiza rr,u lahistoricidadde lanaturaleza,terminaronpornegaryexcluirel procesohistóricoprecisa-
.rcrre en aquella parte donde la historia natu¡al es la historia humand', Ello significó una
''¡¡rvcrsión metodológica'-un regreso "hacia la afirmación de las leyes históricas del desarro-
5r K. Max y F. Engels, Cornunist Manijisto, p. 14. ll,' social como leyes eternas de la naturaleza". fy'alentino Gerratana, "Marx and Darwiri', en
52 F. Engels, Dialectics
ofNaturr (Moscú, 1954), p. 180. Nuu Lef Reuieu núm. 82 (1973), pp. 60-82.)

&l
50 IA PRODUCCIÓN DE LA NATUMLEZA il' PRODUCCIÓN DE LA NAIUMLEZA 51

turo de toda la humanidad, conramina la totalidad del medio ambiente que cs en cierta forma más natural que las otras clases. Al ser una clase enajenada
debemos consumir para poder reproducirnos, y en el proceso cotidiano de rucdiante el control que ejerce la sociedad que la emplea, la clase trabajadora
trabajo amenaza la exisrencia misma de quienes producen la riqueza social ,'s cn todos los sentidos no-natural y es un producto del capitalismo. Ni
vital. Sin embargo, el capitalismo debe desarrollar una fuerza intrínseca ca- runpoco se está sugiriendo la imposibilidad del socialismo. Lo que se está
paz de desenmascarar cuan antinarural y vulnerable resulta este modo de .rlirmando, no obstante lo ineviuble de la sublevación, es que resulta una ley
producción, y lo transitorio que puede ser históricamenre. No es sólo la rirtural que el animal humano, cuando se ve despo.iado de los medios para
relativa novedad del capitalismo lo que conduce a su rransitoriedad, sino rrtisfacer sus necesidades naturales, reaccione a esta Privación, algunas veces
que es la producción de sus propias contradicciones inte¡nas Io que garanti- vi<¡lentamente y algunas veces en una forma socialmente organizada. La for-
za ese carácter temporal. La producción de la naturaleza es el medio a rravés rrra de la sublevación no está regida por ninguna ley natural, sino que es un
del cual estas contradicciones se vuelven conc¡etas. En sociedades anterio- rcsultado social. El triunfo de esta sublevación traerá consigo la única opor-
res, la relación contradictoria con la naturaleza se expresaba como una crisis rrrnidad histórica para que los seres humanos puedan transformarse en suje-
de escasez, y el efecto era inmediato. Igualmente fundamental como el pro- tos sociales partícipes y no en sujetos naturales de su propia historia.
ceso de producción, las crisis de escasez representaban también los llmites
úldmos de la sociedad; la escasez natural determinaba los límires del desa-
rrollo social. En el capitaiismo, las crisis sociales se concentran rodavía en el lV Conclusión
proceso de producción, pero ahora yacen en el co¡azón de un complejo
sistema social. La producción de la naruraleza es universal, pero en esre pro- ( luando Isaiah Bowman, el gran geógrafo imperial, enseñaba en Yale, él solía
ceso las contradicciones inrernas se vuelven igualmente universales. Actual- ,lccir a sus alumnos que "sería posible construir una ciudad de cien mil
mente las c¡isis no surgen de la interfase entre la sociedad y una naturaleza lrlbitantes en el Polo Sur y equiparla con luz eléctrica y teatro de ópera. La
externa, sino de las mismas contradicciones esenciales del proceso social de , ivilización podría pagar el costo". Esto ocurrió justo en el tiempo en que
producción. En tanto las crisis sociales se atribuyen todavía hoy la escasez. lrr expedición de Peary había alcanzado el Polo, en 1909. Aun cuando la idea
natural, ésta deberá entenderse como una escasez producida socialmente en ,le un Polo Sur u¡banizado probablemente representó más una severa recti-
la naturaleza. ficación a su previa atracción por el determinismo ambiental, indudable-
Sea en la forma de energla nuclear o como una sublevación de la clase nrente Bowman estaba en lo correcto. Con el mismo ánimo solía afirmar
trabajadora, la conrradicción inscrita en la producción de la naru¡aleza ema- t¡tre "podríamos también levantar en el Sahara una cadena montañosa lo
na de la forma misma del capitalismo. Asl, de ninguna manera debemos tr¡ficientemente alta para provocar una tormenti'. Y en un sentido más ge-
interpretar a Marx metafóricamente cuando escribe que "la naturaleza mis- rrcral, veinte años después, Bowman fue más preciso al señalar que "el ser
ma del capitalismo forja sus propias barreras", la última de las cuales es la Irumano no puede mover montañas" sin antes "dejarse llevar por tal
clase trabajadora, distinta del resto de la humanidad por constituir los escla- irrrposibilidad".ss
-no
vos asalariados del capital. Esta "barrera inherente" [la clase trabajadora], Predeciblemente, la producción de la naturaleza ha seguido una trayecto-
logrará que, "en una fase determinada de su propio desarrollo [el capitalis- rir guiada menos por la imposibilidad extrema del evento fisico y más por la
mo] se leconozca a sí mismo como la más grande barrera para su propia rcntabilidad del evento económico. Igualmente previsible, quizá sea en Nor-
existencia, y por lo ranro, lo empujará hacia su propia destrucción".5a En el rcamérica, que abriera el camino a la expansión del capitalismo mundial de
proceso de luchar en contta del capital, es la clase trabajadora la que podrá l9t8 hasta 1973, donde podemos encontrar los ejemplos más admirables
conquistar la oportunidad real de definir la naturaleza humana. Ello de nin- ,lc la producción de la naturaleza. A1 respecto, Jean Gottmann, en su análisis
guna manera significa sugerir que, por definición, la clase trabajadora actual rconoclasta de Megalópolis, señala Io siguiente:

ta K. Man, Grundrüse, p.410. 55 Isaiah Bowman, Geography in Rektion to the Social Scienrs¡ (Nueva York, 1934).
52 I-{ PRODUCCIÓN DE tA NAIUMLEZA I.A' PRODUCCIÓN DE TA NATUMLEZA 53

Los prometéicos esfuer¿os que por mucho tiempo hablan permanecido con- Esta es la conclusión lógica, aunque no explícita, de la concepción de
finados a los sueños de los europeos, renunciaton a rn ttat as quo en sus Marx acerca de la relación con la naturaleza, y también de una parte del
propias tierras natales, deshaciéndose de las viejas ataduras de estavasta natu- trabajo de Engels, aunque, en mi opinión, la idea de una "dialéctica de la
raleza [...] Mientras ül existió el tiempo y propósito para la expansión de las naturaleza" evidentemente condujo a Engels por un camino totalmente di-
tierras baldías, se desarrollaron las grandes ciudades de Megalópolis, media¡r- f'erente y equivocado, La pregunta es por qué ambos mantuvieron el lengua-
te una división del trabajo más sofisticada del mayor intercambio de servicios, je y en parte la concepción de "dominio" y "dominación'de la naturaleza.
un comercio incrementado, y la mayor acumulación de capital y de perso- En la práctica, la relación con la naturaleza progresó más allá de un dominio
nas, un horizonte infinito de recursos ilimitados para una sociedad opulenta. y una dominación, tan pronto como la disdnción entre una primera natura-
la expansión de Megalópolis diflcilmente hubiera podido suceder sin leza prehumanizada (la dominada) y una segunda naturaleza humana (la
ese ímpetu prometéico tan extraordinario. Conforme Ia fronte¡a se vuelve dominante) fue volviéndose obsoleta. El "dominio" no describe en absoluto
más urbana en esencia, y en t¿nto la naturaleza a domesticar se transforma la relación entre la nueva primera y segunda naturaleza, no explica la di-
perceptiblemente de los bosques y las praderas, en las calles de la ciudad y f'erencia entre materialidad y abstracción que terminó con la ingenuidad
en las multitudes humanas, quizá resulte más difícil ahuyentar los buitres heredada de la diferenciación original. La materia no es de alguna forma
que atemorizaron a Prometeo.56 r'lominada o gobernada por un mundo de abstracciones conducirfa
-ello
rápidamente al idealismo- sino que en todo el planeta se producen piezas
La mezcla eventualmente contradictoria de oportunidad y Apocalipsis cspecíficas de materia (esto es, se altera su forma) de acuerdo con las leyes
de esta imagen, no es del todo distinta a lo que plantea Marx respecto a la rubstractas, necesidades, fuerzas y accidentes de la sociedad capitalista. La
naturaleza. En general, Marx y Engels entendieron la esencia de la relación rcalidad de la producción de la naturaleza es hoy mucho más evidente al
con la naturaleza en términos de un dominio o dominación progresiva sobre tcrminar el siglo )o(, que lo que fue a mediados del siglo XX, y este hecho,
la naturaleza, aunque no en un sentido unidimensional: "la supremacía so- rrrás que ninguna oua razón, explica por qué Marx pudo haberse aferrado a
bre la naturaleza comenzó con el desarrollo de la mano, con el trabajo, y c¡^ta idea obsoleta del dominio. Un siglo adicional de desarrollo capitalista
ensanchando en cada avance el horizonte humano".57 Día tras día, este pro- ;rbatido por la inexorable búsqueda del pluñalor relativo debiera haber trans-
gresivo dominio de la naturaleza se ha tornado más sofisticado; por primera Iormado la idea de la producción de la naturaleza en un absurdo cliché. Que
vez en la historia, el crecimiento económico en la forma de acumulación de rro sea así, en tanto que lejos de ser un cliché es una novedad y casi una idea
capital se volvió una necesidad social absoluta, y el ensanchamiento perma- r¡uijotesca, constituye un testimonio del poder que tiene la ideología de la
nente de la dominación de la naturaleza se volvió igualmente necesario. Sin naturaleza.
embargo, el capital y la sociedad burguesa que lo alimenta int¡oducen no La producción de la naturaleza no debe confundirse con un controlsobre
sólo un cambio cualitativo sino cuantitativo, en la relación con la naturale- l;r natu¡aleza. Esto último es insostenible aunque exista un cierto nivel de
za. El capitalismo hereda un mercado mundial global sistema de inter- control en el proceso de producción. La producción de la naturaleza de nin-
-un
cambio y circulación de mercancías- el cual digiere y devuelve después gr¡na manera constituye la culminación del dominio sobre ella, sino que es
como un sistema mundid capitalista, como un sistema de producción. Para :rlgo absoluta y cualitativamente diferente. Incluso Engels fue cuidadoso en
lograrlo, la capacidad humana productiva en sí misma se convierte en une rlistinguir entre dominio (que sugiere más una idea de control que de'pro-
mercancfa producida como cualquier otra mercancle, de acuerdo con las tlucción") y control cuando afirma: "no [...] nos complazcamos demasiado a
relaciones sociales específicamente capitalistas. La producción de la natura- nosotros mismos ufanándonos de nuestras victorias humanas sobre la natu-
leza en una escala global y no simplemente un "dominio" mayor sobre la r,r[eza", e introduce un párrafo de ejemplos que ilusuan el costo de estas
naturaleza es el objetivo del capital. victorias y Ia "venganza' de la naturaleza. A cada paso, concluye Engels:

Se nos recuerda que nosotros de ninguna manera mandamos sobre la natu-


Jean Gottman n, Megahpolis (Nueva York, 196l), p. 79.
56
57 F. Engels, Origin, p.253. raleza como lo hace un conquistador sobre un pueblo extranjero, como

*i
54 LA PRODUCCIÓN DE TA NATUMLEZA LA PRODUCCIÓN DE TA NATUMLEZA 55

alguien que está postrado fuera de la naturaleza que, nosotros, en cos para cumplir esa Promesa, pero Por sí mismo es incapaz de cumplirla. La
-sino llternativa, como señaló Marx, es socialismo o barbarie; cualquiera de los
carne, sangre y cerebro, pertenecemos a la naturaleza, y existimos en su
seno, y que todo nuestro domin.io sobre ella consiste en el hecho de tener rlos representa una unidad de la naturaleza. La cruel ironía de esta alternati-
la ventaja sobre todas las otras criaturas, de ser capaces de aprender sus va es más crítica actualmente, en tanto que con la amenaza de la guerra
leyes y aplicarlas correcramente.5s nuclear, la barba¡ie unifica la naturaleza sólo para destruirla. Sin embargo, la
sociedad de clase que amenaza con la derrota de un final barbárico, igual-
La idea de una venganza de la naturalez entr^í1a un aire de las implica- mente promete la ambición del socialismo. El socialismo no es una utopía
ciones dualistas inherentes a la idea de "dominio", sin embargo, en esencia como tampoco es una garantía. Es, sin embargo, el lugar y el tiempo donde
resulta una idea maravillosa (a la que Engels en el mismo uabajo sucumbe y cuando la unidad de la naturaleza se convierten en una posibilidad real. Es
una y otra vez) considerando el contexto del triunfalismo científico del siglo cl campo de batalla para desarrollar un auténtico control social sobre la pro-
XIX. En este sentido, la producción industrial de bióxido de carbono. y de tlucción de la naturaleza. Muy temprano en su vida, Marx imaginó el comu-
bióxido suifúrico hacia la atmósfe¡a ha tenido efectos climáticos por demás nismo como una "legítima solución al conflicto ent¡e los hombres y la natu-
incontrolables: si todavía queda alguna duda, un número creciente de cien- nlezi'.59 El que tal afirmación resulte verdadera, todavía está por verse
por realizarse.
-y
tíficos apoyan la posibilidad de un efecto invernadero y el consecuente derre-
timiento de las capas de hielo, mientras que muchos de aquellos que recha- Lo cierto es la lucha alrededor de este conflicto, la sublevación en contra
zanlaidea, esperan un enfriamiento igualmente dramático, y el incremento de la escasez. En muchos sentidos ésta es una batalla por el control de lo que
en el contenido de bióxido sulfúrico en el aire es responsable de la lluvia cs "socialmente necesario". Como ocurre con la contaminación, mucha de
ácida. Ni siquiera la producción de la mano humana quizá ésta en par- lu producción de la naturaleza es el resultado impredecible e incontrolable
-o
ticular- fue en absoluto un proceso controlado. Así, mientras más comple- .lel proceso de producción. Estos pueden ser productos integrales del proce-
tas y elaboradas son las producciones humanas, el sistema capitalista se vuel- so de trabajo, pero la contaminación y muchos otros elementos producidos
ve más anárquico. Tal como los contaminantes son productos integrales del <le la naturaleza no son portadores de "tiempo de trabajo socialmente nece-

proceso de producción, aunque no constituyen su objetivo inmediato, mu- sario". La batalla por el socialismo es la lucha por el control social para deter-
cha de la producción de la naturaleza no es el objetivo premeditado de la rninar qué es y qué no es socialmente necesario. Al final, es una batalla por
producción. El proceso de producción es bastante premeditado, pero su fi- controla¡ lo que es valor y lo que no lo es. En el capitalismo, éste es un juicio
naiidad inmediata, la ganancia, es estimada en términos del valor de carnbio lesuelto en el mercado, un juicio que se presenta a sí mismo como un resul-
y no de valor de uso. En consecuencia, el aspecto del control es sumamente rado natural. El socialismo es la batalla para juzgar la necesidad no en fun-
importante pero sólo hasta que comienza a entenderse en este contexto. La ción del mercado y su lógica, sino conforme a las necesidades humanas, en
primera pregunta no es si la naturaleza está controlada o hasta qué punto firnción no del valor de cambio y la ganancia, sino del valor de uso.
está controlada; ésta es una cuestión planteada en el lenguaje dicotómico de Más tarde en su vida, Marx fue menos ambiguo respecto a la relación con
la primera y segunda naturaleza, de un dominio precapitalista y de un no- la naturaleza, y más reservado acerca de lo que el comunismo podrla o no
dominio sobre la naturaleza. El problema real es cómo producimos naturale- podría ser. El siguiente pasaje de El capital se refiere a este asPecto, sin em-
za y quién controla esta producción de la naturaleza. bargo, comparado con sus primeros escritos, éste es políticamente más con-
El capitalismo desarrolla las fuerzas productivas hasta ei punto en que la t:reto, preciso y resolutivo:
unidad de la naturaleza se vuelve nuevamente una posibilidad. No obstante,
en ei capitalismo, esta unidad permanece siempre como una eterna prome- El dominio de la libertad comienza efectivamente donde acaba el trabajo
sa en la marcha hacia la ttniversalidad. El capitalismo crea los medios técni- dictado por la necesidad y las consideraciones mundanas; así, la libertad
yace en la esencia misma de las cosas, más allá de la esfera de la producción

58 F. Engels, Dialzctics oJ'Naturt, p. 180. 5e K. Mary, EarfiWritings, p.348.


56 L"T PRODUCCIÓN DE TA NAIURALEZA TA PRODUCCIÓN DE I-A. NATURALEZA 57

material [..,] La libertad en este ámbito puede exisrir únicamente en el una teoría de la naturaleza. Pero lo mismo que la acusación explícitamente
hombre socializado, en los productores reunidos, regulando ¡acionalmente romántica de vulgaridad, ésta también es un producto de la nostalgia. Thn
su inte¡cambio con la naturalgza, alentando su conrrol colectivo, y no de- pronto como los seres humanos se separaron de los animales al comenzar
jándose dominar por la naturaleza como por una fuerza ciega; logrando a producir sus propios medios de subsistencia, empezaron a colocarse a sí
además su objetivo con el menor gasto de energla y en las condiciones más mismos cada vez más al centro de la naturaleza. A través del trabajo humano
favorables y más merecedoras de su naruraleza humana. Sin embargo, en y de la producción de la naturaleza en una escala global, la sociedad humana
ello persiste todavla un ámbito de la necesidad. Más allá del cual comienza se ha colocado a sí misma justo al centro de la naturaleza. Quererlo ver de
el desa¡rollo de esa energla humana que consriruye un med.io, y en sl mis- otra manera acaso es nostalgia. Precisamente esta centralidad en la naturale-
mo, consriruye el ámbito real de la libertad. Libertad que empero, en ade- za es la que alienta la ansiedad frenética del capital por controlar la natura-
lante puede florecer sólo teniendo a este ámbito de la necesidad como su leza; pero la idea de controla¡ la naturaleza es un sueño. Es el sueño soñado
fundamento. La reducción de la jornada laboral es la condición previa fun- cada noche por el capital y su clase, en la víspera del siguiente dla de trabajo,
damental60 Mas, el control social, verdaderamente humano sobre la producción de la
naturaleza, es el sueño realizable del socialismo.
La reducción de la jornada laboral es, pudiéramos decirlo así, la demanda
transitoria, pues continúa representándose en rérminos del valor de cambio,
Entre más reducida la jornada labo¡al, menor es la masa de plusvalor produ-
cido en la forma de ganancia para la clase capitalista. La demanda funda-
mental es por el control de los trabajadores, el conrrol sobre el proceso de
producción y, en consecuencia, sobre la producción de la naturaleza en
otras palabras, la destrucción del capiralismo y su dominio de la sociedad a
través del control del sistema del valor de cambio. Todo ello con el objetivo
de controlar la esfera de los valores de uso. En esta forma, el concepto de la
"producción de la naturalezi'logra lo que el "concepro de naruraleza'que
Schmidt pretendió formalizar pero jamás pudo conseguir: "r¡ansformarse
en el concepto de acción política".6l
Habrá quienes consideren este análisis ¡ de hecho, la idea misma de la
producción de la naturaleza, como un sacrilegio insolente, como una cruen-
ta violación de la belleza, la santidad y el misterio inherentes a la naturaleza,
Para ellos, el significado de la naturaleza no sólo es sagrado, sino qu€ rras-
ciende aquellas consideraciones vulgares que la conciben como un resultado
del trabajo y el sudor real. Respecro a la vulgaridad, no esrán equivocados;
podrían simplemente escapar de ella y asl, negarla. Empero, es real. El capi-
talismo industrial conremporáneo y rodo lo que éste implica es una vulgari-
dad del capitalismo, y no una vulgaridad de la necesidad. Es un resukado de
la realidad actual, y no un fantasma de la teo¡ía marxista. Otros argumenta-
ran que, si no vulga¡ la idea resulta terriblemente antropocéntrica aun para

60
K. Marx, El capital, ut, p. 820.
6r
Alfred Schmidt, The Concept of Naatre in Maru (Londres, 197 l), p. 196.

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