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encuentro 6

la cuarta verdad sobre la muerte


DIA 1. ENTENDIENDO EL DUELO
(Para la reflexión de la persona adulta que acompaña)

LA CUARTA VERDAD SOBRE LA MUERTE: La muerte tiene una causa. 1

El niño tiene que entender que la muerte se produce por una causa, hay algo
que la ha motivado, que las personas no mueren de la nada o sin una causa física. Es
fundamental explicarles a los niños cuál ha sido la causa exacta de la muerte del ser
querido: si falló el corazón, si fueron los pulmones, si el cerebro dejó de funcionar o
cualquier otra causa física que desembocase en la interrupción de las funciones vitales.

Si los niños no entienden que hay una causa física, lo que puede ocurrir es que
asocien la muerte a un detalle, a un estado o incluso que se sientan culpables de la
misma. Pueden llegar a pensar que sus pensamientos, sus enfados o su
comportamiento han podido causar ese fallecimiento y añadir problemas a la
elaboración de su duelo. Con frecuencia los adultos utilizamos expresiones confusas
para explicar la muerte a los niños, suelen ir en esta línea:

• "El abuelo se quedó muy tranquilo mientras dormía”.


• "Papá tuvo un accidente”.
• "Tuvo un percance y se murió”.
• "Me alegro de que se muriera porque era muy malo”.
• "La enfermedad lo mató”.
• “Cuando iba a la escuela por ti tuvo un accidente y se murió”

En consecuencia, a la hora de explicar a los niños la muerte es conveniente


centrarse en el plano físico: no hace falta entrar en detalles innecesarios, ni en el morbo
que puede suscitar el suceso, especialmente cuando se trata de una muerte violenta
como un suicidio, un accidente de tráfico o una agresión. Así que les explicaremos la
causa física sin mencionar los detalles de carácter morboso. Como hemos explicado
anteriormente, hay que huir de las metáforas que, lejos de facilitar la comprensión del
niño, añaden confusión al suceso y pueden incrementar sus miedos:

• "Se durmió y se quedó muy tranquilo, pero ya no pudo despertarse”.


• "Tu hermanita era tan buena, que el niño Jesús quiso que se fuera con él”.
• “Dios quiere que sus ángeles estén con él”

Ofrecer al niño una explicación donde le contemos que el corazón de la persona


fallecida dejó de latir, o que sus pulmones ya no funcionaban, o que su cuerpo dejó de
funcionar (bien porque el cerebro ya no enviaba las órdenes necesarias, o porque el
corazón se detuvo y ya no bombeaba la sangre que necesita el cuerpo para seguir vivo)

1
Diaz Seaone, P “Hablemos del Duelo”. Manual práctico para abordar la muerte con niños y
adolescentes. Fundación Mario Losantos del Campo. 2016

encuentro 6 Cuarta verdad sobre la muerte


es suficiente para que los niños pequeños comprendan las causas físicas que han
provocado la muerte.

Un problema común a la hora de abordar una pérdida con los niños es que, a
pesar de la explicación científica de la muerte, a menudo las familias tienen creencias
religiosas, espirituales o filosóficas que otorgan a ésta diferentes significados. En el ser
humano existe la necesidad de dar continuidad a la vida después la muerte, así que
tendremos que adaptar algunas explicaciones para que los niños entiendan las
diferentes interpretaciones religiosas o espirituales de la muerte y no se queden en el
mundo abstracto.

Por esta razón, partiremos de la explicación de la muerte física antes de dar paso
a la interpretación religiosa. Sólo cuando el plano físico esté aclarado podremos dar
paso a las creencias que comparta la familia, buscando la forma de que los niños
entiendan que esas creencias religiosas constituyen un modo de elaborar el recuerdo
de la persona fallecida.

En este punto hay que aclarar que el Cielo que imaginamos los adultos no tiene
nada que ver con el cielo infantil -ese espacio azul al que miran todos los días-, o de lo
contrario pueden acabar buscando incesantemente al fallecido entre las nubes y el
paisaje. Basta con explicarle al niño que cuando decimos que un ser querido “está en
el cielo”, hablamos del lugar en el que a nosotros nos gusta recordar a esa persona y
que tiene que ver con la manera en que la recordamos. Así, si el fallecido era muy
aficionado a la música, su cielo seguramente será un precioso concierto; si era muy
aficionado a la montaña, podremos explicarle al niño que su cielo será como una
preciosa montaña por la que podrá pasear, y que es así como a nosotros nos gusta
recordar al fallecido y llevarlo en el corazón.

• ¿Qué le ha pasado al abuelito, mamá?

• El abuelo se ha muerto, eso significa que su corazón ya no late, que no le


vamos a ver más, que no puede ver, ni hablar, ni le duele nada.

• ¿Y ahora dónde está? ¿Cómo podría verle?

• Ya no está aquí, no podemos verle, pero a mí me gusta recordarle en las cosas


que hacía con nosotros. Me gusta pensar que está en el cielo, que es como un
recuerdo de las cosas que a él le gustaban. ¿Recuerdas que le gustaba mucho
la jardinería? Pues a mí me gusta imaginarlo con ese sombrero que se ponía
cuando disfrutaba arreglando el jardín. ¿Cómo te gustaría imaginarlo a ti?

• A mí, cuando me llevaba a comer helados y me cogía de la mano.

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• Perfecto, pues el cielo es como lo vamos a recordar, ¿te parece? Para mí será
el jardín del abuelo y para ti, el quiosco de helados.
Por supuesto, habrá muchas preguntas que no sabremos responder, pero los
niños no buscan explicaciones perfectas, así que no pasa nada por admitir ante ellos
que no sabemos determinadas cosas, o por preguntar a otras personas que
seguramente podrán ayudarnos a encontrar una respuesta más adecuada.

Básicamente hay que conseguir que el niño entienda que la muerte ocurre en
un momento determinado y es independiente de la bondad o la maldad de la persona
que fallece, así como de su edad o sus circunstancias. Y que comprenda que ante un
mismo suceso, hay personas que sobreviven y otras que no. En cierto modo, se trata
de explicarles a los niños el grado de azar que a veces tiene la muerte.

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DIA 2. CONTEMPLANDO

(Para la persona adulta que acompaña)

Mc 14, 43-50:

Toda muerte humana tiene una causa física. Nos morimos por enfermedad,
accidente, tragedia (natural) o desgracia (robo o secuestro). Jesús murió por la
maldad de los líderes religiosos y políticos de su tiempo. Judas solo fue el traidor que
lo vendió para sacar ventaja (dinero). Este discípulo que acompañó al maestro por un
largo tiempo, no aprendió la manera de amar de Dios, la lógica del reino, no
comprendió que la justicia de Dios no viene por la fuerza, ni por la espada, ni lucha
por el poder y el reconocimiento. Sino desde el servicio, la enseñanza, el perdón, la
compasión y la misericordia especialmente con los pecadores. Jesús, teniendo todo
el derecho como justa víctima y como verdadero Dios, hace silencio.

Acepta la realidad tal cual se le presenta y enfrenta la tragedia como Hijo de Dios.
Amando sobre todas las cosas, sin insultar, ni amenazar, ni maldecir elige que Dios lo
defienda, sea el amor y el reino quienes tengan el protagonismo y la última palabra.
Esto sucedió en la resurrección demostró a la humanidad que triunfó el amor
silencioso y entregado cotidianamente. El mal, las injusticias, los pecados, la muerte
han sido vencidas.

La obediencia al amor, el servicio diario, la entrega silenciosa y humilde caridad dan,


salvan y conservan la vida. Ahí está puesta nuestra esperanza, confianza en la
voluntad de Dios. No nos toca a nosotros, como seres humanos débiles y limitados,
de poquísima fe, comprender la voluntad de Dios. Sencillamente, Jesús nos enseñó a
confiar en esa palabra de esperanza para enfrentar el hoy. Desde la confianza de
saber que somos hijos/as de Dios y que no nos defrauda ni abandona a nuestra suerte
y según nuestras culpas.

Tenemos asegurados nuestro defensor, el Espíritu de Dios, garante ante cualquier


inconveniente, sale a nuestro favor, nos ayuda a elegir lo que mejor nos conviene.
Debemos aprender acoger esa ternura cercana, amor derramado en nuestros
corazones, dones regalados para que podamos vivir dignamente. Finalmente, te
invito que vayas a la naturaleza , te descalces y te dispongas a recibir los reglaos de la
creación: el aire fresco, el sol, la energía vital, la paz y el consuelo del silencio. Solo se
trata de sentir y gustar internamente por tanto bien recibido.

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DIA 3. PREPARANDO EL CORAZON

(Para trabajar juntos. Este tiempo de oración lo pueden realizar antes de irse a dormir)

Hacemos la señal de la cruz.

Gracias Jesús por mi vida


Gracias tambien por mi cuerpo
Gracias porque puedo saltar
Gracias porque mi corazón puede latir

Juntos saltamos por dos minutos, expresando con el cuerpo la alegría por el encuentro
y por el amor.

Luego de ello, nos sentamos en el suelo o en una silla con la espalda recta, cerramos
los ojos y ponemos las manos en el pecho para sentir el latir del corazón. Cuando se
calme el corazón abrimos los ojos, sonreímos, nos miramos y nos abrazamos.

Repetimos juntos la oración:

Gracias Jesús por mi vida


Gracias tambien por mi cuerpo
Gracias porque puedo saltar
Gracias porque mi corazón puede latir

Hacemos la señal de la cruz.

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DIA 4. LEYENDO Y CONVERSANDO

(Para trabajar juntos)

Esta semana, escucharemos un cuento que se titula: “Para Siempre”, se trata de un


zorro que un día enfermó y murió. Con su muerte, sus amigos Nutria y Topo estaban
muy tristes porque le extrañaban mucho. Sin embargo al recordar las cosas divertidas
que hicieron el corazón se volvió a alegrar porque se dieron cuenta que zorro seguía
formando parte de la familia cada vez que le recordaban con amor en su corazón.

https://www.youtube.com/watch?v=zLkjMQHACos&t=18s

Luego de terminar el cuento, reflexionar con el niño que la muerte tiene una causa.
Esta puede ser una enfermedad por la cual el corazón deja de latir o un accidente o por
la vejez. Siempre tiene una causa.

A continuación encontrarás algunas preguntas que pueden ayudar al diálogo:

§ ¿Qué personaje o hecho es el que más te agradó?, ¿Cuál menos? ¿Por qué?
§ ¿Qué sentiste al leer este cuento?
§ ¿Hay algo que te diera pena? ¿Por qué?
§ ¿Algo de lo que sucede en este libro te ha pasado a tí?
§ ¿Cuál fue la causa de la muerte de Zorro?
§ ¿Qué hicieron Nutria, Ardilla y Topo para que les pase la tristeza?
§ ¿Le cambiarías algo a la historia?
§ ¿Con quién te gustaría compartir este cuento?

Cuéntale cual fue la causa física de la muerte de su ser querido.

Para este momento de intimidad… Un abrazo

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DIA 5. CREANDO

(Para trabajar juntos)

Para esta creación, necesitaremos:

1. Cartulina
2. Colores
3. Lapiz

Algo que nunca morirá son los recuerdos de todo lo que vivieron juntos.

Ahora es tiempo de recordar, así como lo hicieron Ardilla, Topo y Nutria.

4. Recuerden una o varias cosas alegres que vivieron juntos


5. Recuenden una o varias cosas graciosas que hicieron juntos.

Ahora explicale que mientras le recuerden al ser querido que ha muerto, nunca será
olvidado.

Para terminar escoge una de las cosas alegres o graciosas y en una cartulina dibujala,
pintala y abajo escribe lo mucho que le amas a tu ser querido que ha muerto.

Guarda en tu Cajita del Duelo.

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DIA 6. AGRADECIENDO

(Para trabajar juntos)

Para terminar la semana, puedes sacar tu creación de la cajita del duelo y darle
gracias a Dios por lo que vivieron. Eso siempre estará en el corazón:

Gracias Jesús por mi vida


Gracias tambien por mi cuerpo
Gracias porque puedo saltar
Gracias porque mi corazón puede latir

Escuchen muy juntitos esta canción:


https://www.youtube.com/watch?v=AcCRE1XdIfo

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