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CASO RIOS

En el fallo “Antonio Jesús Ríos” del año 1987, el ciudadano Ríos pretendió nominarse a título
individual y fuera del sistema de partidos políticos a candidato a diputado por el distrito electoral de
Corrientes, solicitó la inconstitucionalidad del artículo 2° de la nueva ley orgánica de partidos
políticos 22.627, por considerar afectados sus derechos constitucionales de elegir y ser elegido. La
Cámara Nacional Electoral, confirmando lo resuelto por el anterior, rechazó la oficialización de su
candidatura.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, rechazó su pretensión basándose en que “el elector
dispone, como ciudadano, de la libre afiliación y participación en cualesquiera de los diversos
partidos políticos existentes en su distrito y en el ámbito nacional y de la posibilidad de formar un
nuevo partido, como medio de acceder a los cargos públicos”

Luego del pronunciamiento de la Corte sobre la constitucionalidad de la facultad exclusiva de los


partidos políticos para la postulación de candidatos, Ríos denunció ante la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, que la ley interna argentina violaba el Pacto de San José de Costa Rica, pero
la queja fue rechazada, en el caso n° 10.109, por resolución 26/88, con la conclusión de que la ley
Orgánica de los Partidos Políticos en la República Argentina no es violatoria de dicho tratado
internacional y dejó sentado que la Comisión comparte el criterio de que dicha ley no viola el
artículo 28 de la Constitución Nacional, en virtud del cual “los principios, garantías y derechos
reconocidos en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su
ejercicio”, porque al tenor de la ley en cuestión el reclamante tiene abierta la posibilidad de afiliación
a cualquiera de los partidos argentinos y promover en ellos su candidatura.

Caso Mendoza
Contexto: Buenos Aires, 20 de junio de 2006.
Hechos: se presentan diecisiete personas, ejerciendo derechos propios, y algunos de ellos también en
representación de sus hijos menores, e inician demanda contra el Estado Nacional, la Provincia de Buenos
Aires, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las cuarenta y cuatro empresas que allí se
indican, por los daños y perjuicios que, según sostienen, se les han ocasionado, y a que se condene a los
demandados a fin de dar término y recomponer la situación que denuncian. La demanda es por la
contaminación que están provocando las fábricas al Riachuelo y a las tierras. La demanda es de 5.161.500
pesos (gastos en tratamientos médicos, daño moral, daño psíquico, daño futuro,).

Otras de las pretensiones que se plasman en la demanda son el interés de que se resarza el daño infringido al
medio ambiente y la recomposición de éste. El "fondo público" persiga entre sus objetivos cuidar el ambiente,
velar por su protección y su restauración a favor del público en general, y contribuya a sustentar los costos de
las acciones de la restauración que puedan minimizar el daño generado. Pedido al Poder Ejecutivo Nacional
de que reanude y continúe hasta su finalización el Plan de Gestión Ambiental de Manejo de la Cuenca Hídrica
Matanza – Riachuelo. (bien colectivo, el que, por su naturaleza jurídica, es de uso común).
A favor:
 "Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo
humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer
las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará
prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley".
 El Estado provincial debe proteger los bienes públicos: la inactividad u omisión del Estado provincial
cuando pesa sobre éste la obligación de actuar en ejercicio imperativo del poder de policía entendido
en el contexto que aquí está en estudio como una "potestad pública" propia del estado de derecho
tendiente a la protección de la vida e integridad física y patrimonial de los particulares.
 Mal futuro ya que estas cosas se van a seguir haciendo (contaminación).→ deben recompensarlo
 La tutela del ambiente importa el cumplimiento de los deberes que cada uno de los ciudadanos tienen
respecto del cuidado de los ríos, de la diversidad de la flora y la fauna, de los suelos colindantes, de la
atmósfera. Estos deberes son el correlato que esos mismos ciudadanos tienen a disfrutar de un
ambiente sano, para sí y para las generaciones futuras, porque el daño que un individuo causa al bien
colectivo se lo
está causando a sí mismo. La mejora o degradación del ambiente beneficia o perjudica a toda la
población, porque es un bien que pertenece a la esfera social y transindividual, y de allí deriva la
particular energía con que los jueces deben actuar
para hacer efectivos estos mandatos constitucionales.

En contra:
 La demanda no contiene una descripción precisa que permita relacionar el nexo causal que existiría
entre el daño sufrido por cada uno de los actores y cada una de las empresas demandadas y tampoco
existe una adecuada descripción de los grados de incapacidad de cada uno de los demandantes, así
como de la entidad de las lesiones sufridas en sus patrimonios como en sus personas, todo esto obsta
su acumulación en un solo proceso.
 No existe información adecuada. El escrito introductorio tampoco se basa en estudios actualizados, ya
que se remite a publicaciones periodísticas o a informes presentados por diversos organismos hace
varios años.

Resultados: determina la responsabilidad que le corresponde al Estado Nacional, la Provincia de Buenos


Aires y la Ciudad de Buenos Aires en materia de prevención y recomposición del Daño Ambiental existente
en la Cuenca. Las empresas demandadas tendrán que presentar en 30 días un informe donde detallarán: que
líquidos tiran al río, si existen sistemas de tratamiento de residuos y si tienen seguros para garantizar la
financiación de la deuda.

CASOS MARBURY VS MADISON. CASO SOJO:


Caso ̈Marbury vs Madison (EE.UU. 1803) ̈
En el año 1801 el presidente Adams (ex presidente de EEUU) designó a Marshall
presidente de la Suprema Corte junto con otros jueces entre los que se encontraba
Marbury.
Finalizado el mandato presidencial es sucedido por el presidente, Jefferson quien designa
como secretario de Estado a Madison.
La mayoría de los jueces nombrados durante el gobierno anterior recibieron la notificación
en la que constaba que tenían acceso a sus cargos de jueces. No obstante, otros, entre
los que se encontraba Marbury, no recibieron dicha notificación y decidieron solicitar a
Madison que el nombramiento les fuera notificado para poder acceder al cargo. Al no
obtener respuesta de Madison, Marbury pidió a la Corte que emitiera un “mandamus” por
el cual se le ordenara a Madison que cumpliera con la notificación, basándose en la
Sección trece del Acta Judicial que acordaba a la Corte Suprema competencia originaria para expedir el
“mandamus”.

Marbury tenía derecho al nombramiento que demandaba, teniendo en cuenta que este
había sido firmado por el presidente y sellado por el secretario de estado durante la
presidencia de Adams.
La negativa constituyó una clara violación de ese derecho frente al cual las leyes de su
país brindaban un remedio, emitir un mandamiento.
La constitución de los Estados Unidos establece en su Art. III, la competencia de la Corte
Suprema sólo por apelación, salvo en determinados casos en la que es originaria, no
encontrándose el “mandamus” dentro de estas excepciones, por lo que se rechazó la
petición del demandante, ya que la Corte Suprema no poseía competencia para emitir
mandamientos en competencia originaria.

Esto trajo aparejado un conflicto entre la Constitución y el Acta Judicial, Sección 13 (de
rango jerárquico inferior). Marshall resolvió en su sentencia declarar la
inconstitucionalidad del Acta Judicial, por considerar que ampliaba la competencia de la
Corte y contrariaba la Constitución.

Se afirmó el principio de supremacía constitucional determinándose que:


1) La cont. Es una ley superior a cualquier otra.
2) El acto legislativo en contrario a lo que manda la constitución no es una ley valida.
3) Siempre el tribunal debe resolver entre dos leyes en pugna.
4) Si una ley confronta con la constitución, el tribunal no debe aplicar esa ley.
5) Si el juez decide aplicar esa ley en contra de la const., anula la fuerza emergente de las
constituciones escritas.

Caso ̈Sojo ̈:
En el año 1887 por un dibujo publicado en la revista ̈Don Quijote ̈, el 4/9/1887 su redactor
Eduardo Sojo fue puesto en prisión por una resolución de la cámara de diputados de la nación que dispuso que
estuviese en prisión todo el tiempo que durara sus sesiones. Por este motivo Eduardo Sojo interpuso acción de
HABEAS CORPUS en forma directa ante la corte suprema de justicia de la nación, fundando tal pretensión en
la ley de jurisdicción y competencia, que, según Sojo, su art.20 permitía la intervención del máximo tribunal.

La CSJN emite, en el mismo sentido que el precedente de los EE.UU. antes mencionado,
resolviendo por mayoría que la CSJN no tiene jurisdicción originaria en la presente causa,
debiendo el recurrente ocurrir por donde corresponda.
El habeas corpus fue rechazado con fundamento en que, a cont., establecía claramente los casos en que por
competencia originaria y exclusiva debía intervenir la CSJN, que por más entendible que fueran los hechos no
le estaba permitido extender su competencia más allá de lo que dispone la cont. (Hoy art.117).

Si la ley es contraria a la constitución, dicha ley no es válida.


El habeas corpus se puede entender, pero dentro de sus respectivas jurisdicciones, y para así resolver, cita a
jurisprudencia de la C.S. de los EE.UU. y el voto del juez Marshall donde difiere que la jurisdicción de la
CSJN es de apelación para terminar concluyendo que es el principio del derecho común que el mandatario
solo puede hacer aquello que expresa o implícitamente se halla autorizado y tal mandato sirve de base para la
interpretación de los poderes en el orden constitucional.

(Art.117: En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y
excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a embajadores, ministros y
cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la ejercerá originaria y exclusivamente.)

DUALISMO Y MONISMO:
El monismo es la teoría según la cual el orden jurídico internacional y el nacional son uno solo y se integran,
para algunos autores el orden internacional tiene supremacía sobre el interno y para otros lo contrario.
El dualismo expresa la diferencia entre el orden jurídico internacional y el nacional notoriamente diferenciado
entre sí; pero lo cierto es que el dualismo defendido por la corte se basaba en la distinción de las normas
internacionales como convenio entre naciones y como normas del ordenamiento jurídico interno.

Tal distinción supone que los tratados debían convertirse en ley interna para que este tuviera eficacia jurídica
y esto puede generar situaciones como:

1) En caso de conflicto entre la constitución y los tratados internacionales es posible declara la


inconstitucionalidad de la ley aprobatoria del tratado sin que el mismo sea tachado de inconstitucional.

2) Las normas consagradas en los tratados no son de aplicación inmediata sino programática.

Caso ̈Ekmekdjian c/ Sofovich ̈:


En el año 1992, la CSJN dio un giro y señalo que los tratados incorporados por ley a nuestro ordenamiento
jurídico son de aplicación directa; prevalecen sobre la ley por la forma y modo con que se conciben e ingresan
al ordenamiento jurídico nacional.

La corte se basó en el art.31 de la cn y en lo establecido por la convención de Viena sobre el derecho de los
tratados, donde se confiere primacía al derecho internacional sobre el derecho interno, admitiendo el derecho
de réplica, rectificación o respuesta que está contemplado en el ordenamiento internacional.

Considero la controversia como una cuestión federal en cuanto se cuestionan cláusulas de la constitución
(art.33) y del pacto de San José de Costa Rica (art.14).

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