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ANÁLISIS Y COMENTARIOS:
JORGE WAYNER CHÁVEZ COTRINA1
1. Sumilla
Uno de los graves problemas que trae las medidas de prisión preventiva es que muchos
jueces al momento de dictarlas no efectúan una evaluación sobre la verdadera intensidad
del peligro de fuga, debemos tener en cuenta que no cualquier traba procesal es suficiente
para que se aplique una medida de esta magnitud. En consecuencia, es inconstitucional y
por ende arbitraria que se dicte una prisión preventiva en forma automatizada, conforme lo
señala la sentencia Casatoria bajo comento.
2. Introducción
Lo primero que debemos sostener que si bien es cierto, la casación de la Corte Suprema es
del año 2019, y se pronuncia sobre la prisión preventiva vinculado al delito de asociación
ilícita y el delito de cohecho en sus diferente modalidades, esto se debe a que los hechos
que se les imputa se produjeron antes de la modificación del artículo 317° del código penal,
modificación que se dio vía el decreto legislativo 1244 del 29 de octubre del 2019, que elimina
el tipo penal de asociación ilícita y crea el tipo penal de organización criminal.
Artículo 317.- Asociación ilícita el que constituya, promueva o integre una organización
de dos o más personas destinada a cometer delitos será reprimido con pena privativa
1 Abogado, graduado por Universidad particular San Martin de Porres, con estudios de maestría en Derecho civil
y Comercial (1993), Estudios de Maestría en Ciencias Penales por la universidad Mayor de San Marcos (2003).
Estudios de doctorado por la Universidad Federico Villareal (2013), Magister Cum Laude en Derecho por la
Universidad de Medellín Colombia (2018), ha llevado diversos cursos tanto en el Perú como en el extranjero
sobre criminalidad organizada, lavado de activos, tráfico ilícito de drogas y técnicas de litigación oral, ex
profesor de derecho penal y procesal penal de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, ex docente de la Escuela
Superior de la Policía Nacional en legislación penal, conferencista a nivel nacional e internacional sobre temas
de su especialidad. Profesor de la Academia de la Magistratura en derecho penal, procesal penal y cursos de
especialización sobre lavado de activos, criminalidad organizada y tráfico ilícito de drogas, técnicas de litigación
oral y gestión del despacho fiscal, profesor de la Unidad de Post Grado de la Universidad Particular San Martin
de Porras en materia de criminalidad organizada; 2010, autor de los libro “La pérdida de dominio/implicancias en
el Perú” (2017),“La trata de personas-Técnicas de investigación, caso y sentencias” (2018) y “Crimen organizado
en el Perú” (2020), Miembro honorario del Ilustre Colegio de Abogados de Puno. Recibió la distinción de primer
grado “Gran Almirante Miguel Grau” de la Universidad Nacional de Piura”, ha recibido el reconocimiento del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos: “En merito a su contribución al desarrollo de la ciencia procesal
penal”, reconocimiento del Colegio de Abogados de Lima: “Por su dedicación académica y valiosa contribución
al desarrollo de la ciencia jurídica promovida por la Dirección académica y de promoción cultural” (2013).
Reconocimiento institucional del Ilustre Colegio de Abogados del Cuzco “por haber alcanzado excelencia en el
ejercicio de su profesión, por su vocación de servicio, compromiso y dedicación”(2019).
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de libertad no menor de tres ni mayor de seis años. La pena será no menor de ocho ni
mayor de quince años, de ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multas e
inhabilitación conforme a los incisos 1), 2) y 4) del artículo 36, imponiéndose, además,
de ser el caso, las consecuencias accesorias previstas en los incisos 2 y 4 del artículo
105, debiéndose dictar las medidas cautelares que correspondan, en los siguientes
casos:
La pena será no menor de quince ni mayor de veinte años y con ciento ochenta
a trescientos sesenta y cinco días - multa, e inhabilitación conforme al artículo 36,
incisos 1), 2), 4) y 8) en los siguientes supuestos:
Conjuntamente con estas modificaciones se creó el tipo penal de banda criminal en el artículo
317° B, esto con la finalidad de establecer legislativamente que una cosa es una organización
criminal que tiene ciertas características y otra es una banda criminal, y con ello dejar
zanjado las confusiones que se originaban tanto en la doctrina como en la jurisprudencia
nacional, así, el artículo 317°-B establece: Banda Criminal “El que constituya o integre una
unión de dos a más personas; que sin reunir alguna o algunas de las características de
la organización criminal dispuestas en el artículo 317, tenga por finalidad o por objeto la
comisión de delitos concertadamente; será reprimidos con una pena privativa de libertad
de no menor de cuatro ni mayor de ocho años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y
cinco días – multa”.
Los tipos penales de organización criminal como el de banda, son de carácter residual, de
mera actividad, de carácter abstracto, sin embargo, no debemos confundir pues el primero
tiene una estructura más compleja, sus actividades delictivas están relacionadas a las
necesidades del mercado, tiene una permanencia indefinida, gozan de una jerarquía definida
y con roles plenamente establecidos, características que no las encontramos en las bandas
criminales, estas últimas por lo general están relacionadas a hechos delictivos violentos
como los asaltos, extorsiones entre otros, ambos fenómenos delictivos son en puridad son
asociaciones ilícitas, sin embargo, podemos afirmar que toda organización criminal es una
asociación ilícita, pero no toda asociación ilícita es una organización criminal.
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Dentro de este contexto en los últimos años viene dándose una serie de cuestionamientos a
la medida coercitiva de la prisión preventiva, sobre todo contra miembros de organizaciones
criminales, lo cual ha llevado incluso a que la Corte Suprema emita el Acuerdo Plenario N°
01-2019/CIJ-116 del diez de septiembre de dos mil diecinueve, documento que establece los
presupuestos y requisitos de la prisión preventiva, por ello que creemos que es importante
hacer un análisis de la casación N° 353-2019 Lima, que se ocupa justamente sobre esta
materia.
La prisión preventiva es una medida coercitiva de carácter excepcional, que tiene por objeto
que el imputado no perturbe la investigación, así como, la de evitar que evada la misma,
“pueden adoptarse en el curso de un procedimiento penal contra el imputado por un delito de
tal gravedad que haga presumir su riesgo de fuga o su ocultamiento personal o patrimonial,
por las que se limita provisionalmente su libertad”2, esta medida solo puede ser requerida
por el fiscal después que ha formalizado la investigación preparatoria, debiendo cumplir con
los requisitos y presupuestos que exige la ley y solo puede dictarla el órgano jurisdiccional a
través de una resolución debidamente motivada.
La prisión preventiva como una medida procesal de carácter excepcional “es una institución
procesal, de relevancia constitucional, que, como medida de coerción de carácter personal,
priva procesalmente de la libertad personal a un imputado por un tiempo determinado,
legalmente previsto y judicialmente establecido, en función a la tutela de los fines
característicos del proceso —que éste se desarrolle regularmente en función a su meta de
esclarecimiento de la verdad (ordenada averiguación de los hechos), a la necesidad de
garantizar la presencia del imputado a las actuaciones procesales y al aseguramiento de la
ejecución de la pena”3.
La casación bajo comento se emite por la Corte Suprema en diciembre del 2019, meses
después que la Corte Suprema emitiera el Acuerdo Plenario N° 01-2019/CIJ-116, documento
que establece los criterios que se deben tener en cuenta al momento de dictar una medida de
prisión preventiva, el mismo que citando a Norin Catriman establece: “La prisión preventiva
es una medida coercitiva —así establecida expresamente por la Sección III "Las medidas de
coerción procesal" y su Título III "La prisión preventiva" del Libro II "La actividad procesal"
del CPP—, bajo ningún concepto puede ser concebida como una pena anticipada, ni tiene
las finalidades retributiva o preventiva propias de esta”4, en consecuencia ha quedado
plenamente esclarecido por la máxima instancia de justicia que la prisión preventiva no
es una pena anticipada como muchos abogados postulan en sus alegatos durante las
audiencias. Sin embargo, conforme lo establece la casación bajo comento, en la mayoría
de los casos, no se efectúa previamente una evaluación sobre la verdadera intensidad del
peligro. Se soslaya que no cualquier traba procesal resulta per se suficiente para dictar una
2 GIMENO SENDRA, Vicente, “derecho procesal penal”, Navarra Civitas, Thomson Reuters, 2012, pag 557
3 BARONA VILAR, Silvia: Prisión provisional y medidas alternativas, Editorial Bosch, Barcelona, 1988, pp. 20-21
4 Legitimidad Constitucional De La Prisión Preventiva/ Acuerdo Plenario N° 01-2019/CIJ-116
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prisión, sino solo aquella que resulte idónea y concluyente para impedir o comprometer
seriamente el curso regular del proceso.
Toda medida cautelar que limite la libertad de los sujetos, independientemente que se
encuentre debidamente motivada por el órgano jurisdiccional tiene carácter provisional
“en un proceso acusatorio con matices garantistas, la medida de coerción personal es la
comparecencia. Es decir, que la libertad del imputado durante el desarrollo del proceso es
la regla general y la detención constituye una medida de carácter excepcional y reservada
para hechos graves”5.
Con relación a Delgado Scheelje, la imputación concreta es que este fue uno de los funcionarios
captados e integrados por Ludith Orellana Rengifo. Ambos mantenían vínculos de amistad.
Este último, valiéndose de su condición de superintendente adjunto y posteriormente como
superintendente nacional, tenía por función realizar direccionamientos de las solicitudes de
inscripción de títulos presentadas ante los Registros Públicos en el dos mil nueve y dos mil
5 SALAS BETETA, Christian. “El Proceso penal común”, GACETA Penal. Lima 2011, pág. 187
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Con relación al recurso de casación debemos sostener que este recurso impugnatorio, que
por su naturaleza no puede presentarse en cualquier proceso o caso la norma establece
contra qué clase de resoluciones y bajo qué criterios procede este recurso impugnatorio, así
el artículo 427 del Código Procesal Penal establece:
2. La procedencia del recurso de casación, en los supuestos indicados en el numeral 1), está
sujeta a las siguientes limitaciones:
a) Si se trata de autos que pongan fin al procedimiento, cuando el delito imputado más
grave tenga señalado en la Ley, en su extremo mínimo, una pena privativa de libertad
mayor de seis años.
c) Si se trata de sentencias que impongan una medida de seguridad, cuando ésta sea la
de internación.
La sentencia establece además que su uso arbitrario, excesivo e injusto no sólo lesiona
severamente la libertad personal y la presunción constitucional de inocencia, sino, además,
genera un efecto degradante e irreparable en la dignidad humana, la Corte Suprema nos
deja un mensaje a todos los operadores de justicia, en el sentido que si bien es cierto la
prisión preventiva es una medida cautelar legalmente establecida, cuando esta se utiliza
fuera de los márgenes de la ley y en forma discriminada, violenta derechos y principios
constitucionales, transgrediendo en muchos casos el test de proporcionalidad, disgregado
en los sub principios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto.
Sosteniendo que, por mandato constitucional, la imposición de la prisión preventiva debe
ser excepcional, objetiva, motivada y responsable. Esto último es un verdadero llamado
de atención a los jueces que dictan esta medida olvidándose que existe en el ordenamiento
procesal otras medidas cautelares personales, que bien pudieran cumplir el objetivo de
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asegurar la presencia del imputado en la investigación, así como asegurar que este no
perturbe la investigación que lleva a cabo el fiscal.
La sentencia bajo comento hace hincapié que toda medida de esta naturaleza que tiende a
recortar un derecho fundamental como la libertad, si bien es cierto es efectiva para asegurar
el resultado de la investigación, con mayor razón necesita que el juez lleve a cabo una debida
motivación, pues en la mayoría de los casos este tipo de resoluciones no pasa el test de
constitucionalidad, así lo afirma en su considerando tercero de los considerandos de derecho:
“La prisión preventiva, bajo una perspectiva general, constituye una medida efectiva y
segura de sujeción procesal, empero, desde la casuística, no siempre satisface el test de
proporcionalidad, disgregado en los sub principios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad
en sentido estricto. Por mandato constitucional, su imposición debe ser excepcional, objetiva,
motivada y responsable”, es por ello la importancia de la argumentación que debe realizar el
juez respecto de cada uno de los tópicos de las prisiones preventivas en cada caso concreto,
lo que significa que se tiene que justificar la decisión judicial según ATIENZA “Explicar una
decisión significa mostrar las causas, las razones que permiten ver una decisión como efecto
de las causas. Justificar una decisión, por el contrario, significa mostrar las razones que
permiten considerar la decisión como algo aceptable”7.
El peligro de fuga tiene que ser analizado dentro de un conjunto de circunstancias que en el
caso concreto hagan que el imputado rehúya la acción de la justicia, dado la gravedad de las
imputaciones en su contra, las evidencias que tiene el fiscal que lo relacionan con el hecho
criminal, su personalidad, la gravedad de la pena “el peligro de fuga no puede ser apreciado
7 SALAS BETETA, Christian. “El Proceso penal común”, GACETA Penal. Lima 2011, pág. 309
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esquemáticamente, según criterios abstractos, sino, con arreglo del claro texto de la ley, solo
en razón del caso particular. Así, de la gravedad de la imputación y del monto de la pena
esperada – según el caso – no se puede derivar, sin más, la sospecha de fuga, sino que debe
ser considerado también el peso de las pruebas de cargo conocidas por el imputado, así
como su personalidad y la situación particular” (ROXIN)8.
De otro lado, la sentencia Casatoria también se ocupa de los criterios que se deberían analizar
para revocar la prisión preventiva, teniendo en cuenta que nos encontramos frente a una
medida de carácter excepcional y provisional, en ese sentido en su considerando séptimo
de los fundamentos de derecho establecen que los requisitos para revocar las detenciones.
Esencialmente son cuatro: 1. Cuando o no existan más los presupuestos de la prisión
preventiva, anta, deja de existir la sospecha vehemente de la comisión del hecho punible
o los motivos de la detención. 2. Cuando resulta que, de continuar la prisión preventiva, no
guardaría relación con la importancia de la causa y de la pena o la medida de seguridad
y corrección que se espera. 3. Cuando el acusado es absuelto, es rechazada la apertura del
juicio oral o el procedimiento es sobreseída no solo en forma provisional. No es necesaria una
absolución firme. La liberación del imputado no puede ser suspendida por interposición de
un recurso. 4. Cuando el acusado comienza a cumplir una pena privativa de libertad a la que
ha sido condenado por sentencia firme.
Conforme hemos señalado la Corte Suprema en esta sentencia Casatoria establece una serie
de criterios relacionados a la prisión preventiva, para luego de hacer un análisis doctrinario
y jurisprudencial, avocarse al caso concreto del imputado ÁLVARO DELGADO SCHEELJE,
estando a que el fundamento de la sentencia venida en grado para aplicar la prisión
preventiva es el peligro de fuga.
Al respecto, la Sala Superior fundamento el peligro de fuga del imputado en los siguientes
criterios: 1. No posee arraigo familiar. Está separado de su esposa, pero no se ha acreditado
documentalmente su divorcio. Su hijo radica en el país de España y, por ello, no existe certeza
de que posea “raíces” en Perú. 2. Según su registro migratorio ha realizado constantes viajes
fuera del país… Se aprecia “cierta” facilidad para abandonar el país, lo que incrementa la
“probabilidad” de que “eventualmente” decida eludir la administración de justicia. 3. Respecto
al arraigo laboral, se estableció que la constitución de la empresa Blu Productora S.A. no lo
vincula con la realización de una actividad conocida y permanente. 4. pertenencia a una
organización criminal” se encuentra “presente”. 5. Su conducta es “doblemente” reprochable
pues ostentaba el cargo de superintendente adjunto y luego superintendente de Registros
Públicos. 6. La “gravedad” de la pena representa un “indicio” de que “puede” sustraerse de
la administración de justicia. 7. Tiene un proceso penal en trámite por delito de lesiones
culposas signado con el expediente número 114-2015-0 y sólo registró su firma en el control
biométrico cuatro veces, luego de lo cual, dejó de hacerlo. Ello “denota” una voluntad reacia
a cumplir las reglas de conducta. Posteriormente, el juzgado penal competente dejó sin
efecto su comparecencia restringida y dispuso que siga la causa con comparecencia simple.
8 BURGOS ALFARO, David. “Prisión preventiva” en “Prisión preventiva- Aspectos problemáticos actuales” GRILEY-
Lima- 2020. Pág. 346
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8. En el presente proceso se le impuso como regla de conducta que registre su firma cada
quince días en el control biométrico. Debió cumplir con dicha medida en su oportunidad y
no el mismo día de la audiencia de apelación. Con ello, muestra una conducta “aparente” y
finalmente, no acudió a la audiencia de apelación.
Este criterio es muy importante tener en cuenta puesto que en la mayoría de los requerimientos
fiscales de prisión preventiva y luego en las decisiones judiciales para imponer esta medida
tan gravosa a los imputados, se esta basando en que estos no han cumplido con apersonarse
al juzgado o fiscalía a dar cumplimiento de las condiciones de la comparecencia restringida,
actitud que los fiscales y jueces lo toman como una evidencia que el procesado pretende
darse a la fuga o entorpecer la investigación, sin apercibirlo previamente, esto es realmente
abusivo, por ello que en adelante los operadores de justicia tendrán que cumplir en estos
casos con el apercibimiento que estable la ley pues de lo contrario su conducta no solo es
abusiva sino prevaricadora.
4. Parte resolutiva
La Sala Penal Superior no observó adecuadamente los criterios constitutivos del peligro de
fuga, según lo prescrito en el artículo 269 del Código Procesal Penal. Asimismo, incorporó
inferencias probatorias que, en ciertos casos, admitían un curso causal paralelo. Desde la
óptica de logicidad, es cuestionable que no se haya descartado otras hipótesis alternativas
que, siendo igualmente racionales, podrían haber conllevado a una decisión distinta. La
prisión preventiva se torna como injustificada. No se vislumbra objetiva y racionalmente el
9 PASTOR SALAZAR, Luis. “La investigación del delito en el proceso penal” GRIJLEY 4ª Ed. Lima- 2018, pag. 756
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peligro de fuga. Motivo por el cual se declaró fundado el recurso de casación ordenando la
inmediata libertad del imputado.
5. Conclusiones
A manera de conclusión debemos sostener que la Sentencia Casatoria, utiliza los criterios
del plenario Nº 01- 2019 de la Corte Suprema con relación a la medida cautelar de la prisión
preventiva, al sostener que cuando se analiza el peligro de fuga se tiene que ponderar todas
las circunstancias a favor y en contra de la huida y evitarse meras presunciones.
La medida de prisión preventiva por ser la mas gravosa solo debe aplicarse si es que en
el caso concreto no existe otra medida que sea suficiente para asegurar la presencia del
imputado en la investigación o para evitar que éste perturbe la investigación que realiza el
Ministerio Público.
6. Reflexiones finales
Uno de los graves problemas que trae las medidas de prisión preventiva es que muchos
jueces al momento de dictarlas no efectúan una evaluación sobre la verdadera intensidad del
peligro de fuga, debemos tener en cuenta que no cualquier traba procesal es suficiente para
que se aplique una medida de esta magnitud. En consecuencia es inconstitucional y por ende
arbitraria que se dicte una prisión preventiva en forma automatizada, conforme lo señala
la sentencia Casatoria bajo comento “Su uso arbitrario, excesivo e injusto no sólo lesiona
severamente la libertad personal y la presunción constitucional de inocencia, sino, además,
genera un efecto degradante e irreparable en la dignidad humana”, una medida de prisión
preventiva sin hacer un exhaustivo análisis de todos los criterios que exige la ley, violenta
todos los principios y garantías de un debido proceso, no se puede estar dictando prisiones
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preventivas sin sustento factico ni mucho menos sin sustento jurídico, no es posible que ante
circunstancias semejantes unos jueces dicte esta medida y otros la declaren infundada, no
es posible que el hecho de no tener una propiedad sirva como argumento para dictar una
prisión preventiva, no es posible que el hecho de tener familiares en el extranjero sirva como
sustento para una medida de esta naturaleza, resoluciones con esta clase de fundamentación
tiene que terminar, porque desnaturalizan la institución procesal de prisión preventiva, y lo
mas grave desaparecen la predictibilidad de la justicia.
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