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TEMA 74

CLASES DE DONACIÓN. DONACIONES REMUNERATORIAS Y ONEROSAS.


DONACIONES MORTIS CAUSA. LA DONACIÓN ENCUBIERTA. REVOCACIÓN Y
REDUCCIÓN DE DONACIONES.

CLASES DE DONACIÓN.

Podemos clasificar las donaciones atendiendo a diversos criterios, a saber:

1º Por LA FORMA DEL ENRIQUECIMIENTO DEL DONATARIO, dice EL


ART. 618 del CC que: “La donación es un acto de liberalidad por el cual una
persona dispone gratuitamente de una cosa en favor de otra, que la acepta.”

+ Se refiere este precepto sólo a LA DONACIÓN REAL, que actúa el


enriquecimiento del donatario mediante la transferencia de la propiedad de una
cosa.

+ No obstante, en otros ARTÍCULOS, el CC reconoce también la


posibilidad de LA DONACIÓN OBLIGACIONAL, que realiza aquél creando un
crédito a favor del donatario; así en EL 632; y de LA DONACIÓN LIBERATORIA, en
la que el enriquecimiento se produce extinguiendo una deuda o gravamen del
donatario; así en EL 1187.

2º Por SU RELACIÓN CON EL HECHO Y EL MOMENTO DE LA


MUERTE DEL DONANTE, se dividen las donaciones en INTER VIVOS y MORTIS
CAUSA.

+ En el Derecho romano y en el español anterior al CC:

a) Eran donaciones inter vivos las que se hacían sin consideración a la


muerte del donante, siendo de naturaleza irrevocable.

Y b) Eran donaciones mortis causa las que se hacían en consideración a


la muerte, es decir, las que se otorgaban en peligro de muerte o en contemplación a
ésta, siendo de carácter revocable.

+ Pero nuestro CC, abandonando este sentido tradicional, llama:

a) Donaciones inter vivos a las que han de producir efectos entre vivos,
es decir, en vida del donante.

Y b) Donaciones mortis causa a las que han de producirlos por muerte de


éste.

+ Así, dice EL ART. 620 que: “Las donaciones que hayan de producir
sus efectos por muerte del donante participan de la naturaleza de las
disposiciones de última voluntad, y se regirán por las reglas establecidas en el
capítulo de la sucesión testamentaria.”

Y EL 621 que: “Las donaciones que hayan de producir sus efectos entre
vivos, se regirán por las disposiciones generales de los contratos y obligaciones
en todo lo que no se halle determinado en este título.”

3º Atendiendo a SU EXTENSIÓN OBJETIVA, se clasifican las


donaciones en UNIVERSALES, que son aquellas que comprenden el entero
patrimonio del donante o una parte alícuota del mismo; y SINGULARES, que son
las que se refieren a cosa o cosas determinadas.

+ Nuestro CC prevé, en EL ART. 634, la donación de todos los bienes


presentes del donante, pero sólo en un sentido figurado cabe hablar de donación
universal, pues es indudable que el Derecho español no admite la transmisión del
patrimonio como tal por vía de donación inter vivos, como lo prueban, a juicio de
CASTÁN, las siguientes circunstancias:

1ª Que no hay transmisión ipso iure del pasivo del patrimonio al


donatario, salvo que se pacte expresamente o se haga la donación en fraude de
acreedores, ex ARTS. 642 y 643.

2ª Que no existen en nuestro ordenamiento formas específicas para la


transmisión inter vivos del patrimonio como unidad, por lo que la donación universal
habrá de descomponerse en diversas donaciones particulares.

Y 3ª Que aún como pluralidad de donaciones particulares tiene


importantes limitaciones, como las de LOS ARTS. 634 y 635.

4º Por SU CAUSA o MOTIVO, de acuerdo con nuestro CC y aparte las


donaciones indirectas, que después examinaremos, sólo nos interesa distinguir
entre donaciones SIMPLES, que son aquellas que no reconocen otra causa que la
mera liberalidad del donante; y REMUNERATORIAS, que son aquellas a que alude
EL ART. 619, y que luego analizaremos.

5º Atendiendo a SU CONTENIDO, se dividen las donaciones en PURAS,


CONDICIONALES y ONEROSAS. Estas últimas, llamadas también MODALES, son
aquellas en las que el donatario queda obligado a realizar una prestación.
Volveremos sobre ellas en la pregunta siguiente.

6º FINALMENTE, también cabe hablar de donaciones con pactos


especiales, ex ARTS. 639 a 641, examinados en el tema 73 anterior; de
donaciones encubiertas, que veremos en el presente tema, y de donaciones por
razón de matrimonio, ex ARTS. 1336 y ss., materia del tema 92, al que nos
remitimos.
LAS DONACIONES REMUNERATORIAS Y ONEROSAS.

A unas y otras hace referencia EL ART. 619 del CC, cuando dice que: “Es
también donación la que se hace a una persona por sus méritos o por los servicios
prestados al donante, siempre que no constituyan deudas exigibles” (donación
remuneratoria), “o aquella en que se impone al donatario un gravamen inferior al
valor de lo donado” (donación onerosa, modal o con cargas).

I.- Dice ALBALADEJO que la donación por méritos no es donación


remuneratoria, pues EL ART. 619 no se propone definir ésta como la hecha por
méritos o servicios, sino que pretende que a tales supuestos se les conceptúe como
donación.

+ La donación por méritos tiene como causa la mera liberalidad del


bienhechor, quien se decide a donar por el mérito que sea al donatario. Por ello, si
tal mérito no existe, la donación no es nula, pues conserva su causa, y tan solo
podría intentarse su anulación por error, si en la donación consta que el mérito fue
el móvil determinante y que sin él no se habría donado, con base en EL ART. 1266.

+ La donación remuneratoria, ex ART. 619, es la que se hace a una


persona por los servicios prestados al donante, siempre que no constituyan deudas
exigibles. Son, pues, sus requisitos:

1º Que haya donación, lo que excluye del supuesto los actos por lo que
se remunera a tenor de un uso, como la propina o el regalo al profesional que nos
atendió gratis.

2º Que tal donación tenga por base y fin el recompensar, a través de la


liberalidad, los servicios prestados, lo cual no es un simple motivo, sino causa de
la donación, ex ART. 1274.

Y 3º Que por los servicios el donatario no tenga derecho a exigir


retribución, como, por ejemplo, la típica donación al que nos salva la vida, o, si posee
ese derecho, renuncie a ejercitarlo o condone la deuda, así, el médico que no nos
admite el pago de sus honorarios.

II.- A la donación en que se impone al donatario un gravamen inferior al


valor de lo donado, la llama el CC donación onerosa o con causa onerosa.
También es una donación modal, pues el modo es una prestación que se impone
al donatario. La atribución liberal es el vehículo del modo. Sólo a través de esa
atribución se posibilita la realización o cumplimiento de la prestación.

III.- EL RÉGIMEN JURÍDICO de las donaciones remuneratorias y


onerosas es preceptuado en EL ART. 622, que dice que: “Las donaciones con
causa onerosa se regirán por las reglas de los contratos, y las remuneratorias por
las disposiciones del presente título en la parte que excedan del valor del
gravamen impuesto.”
La desafortunada redacción de este precepto ha dado lugar a distintas
posiciones doctrinales. Así:

A.- En cuanto a las donaciones remuneratorias:

1ª Algunos autores, como PÉREZ GONZÁLEZ y ALGUER, estiman que


debe prescindirse del ART. 622 por contradictorio, ya que claramente se confunden
en él la donación remuneratoria con la onerosa, y que, en consecuencia, eliminado
el precepto, la donación remuneratoria, que es también donación, ex ART. 619, se
regirá por las normas comunes de ésta.

2ª Pero otros, como MANRESA y ROCA, creen que debe ser aplicado EL
ART. 622, en el sentido de considerar a la donación remuneratoria como un acto
mixto, que se regirá por las reglas de los contratos onerosos hasta donde alcance
el valor del servicio y por las reglas de la donación en cuanto al exceso.

+ Esta segunda posición que, en realidad, viene a equiparar en cuanto a


su régimen jurídico a las donaciones remuneratorias y onerosas debe
considerarse como la más aceptable.

B.- En cuanto a las donaciones onerosas, hay dos direcciones


principales en la doctrina:

1ª La que concibe a la donación onerosa como un acto mixto, que se


regirá conforme al criterio que se desprende del ART. 622.

Y 2ª La que ve en la misma un negocio único de donación auténtica, que


se regirá solamente por las reglas generales de ésta. Así, PÉREZ GONZÁLEZ y
ALGUER.

En realidad, no parece imposible combinar estas dos posiciones, y así lo


entiende CASTÁN, al perfilar de la siguiente forma el régimen de la donación
onerosa:

1º Ante todo serán aplicables a dicha donación las reglas especiales


que le dedica el CC, que enseguida veremos.

2º En lo demás, siempre que sea posible la diferenciación y valoración


de la parte onerosa y la liberal, se aplicará el desdoblamiento a que parece
responder la redacción del ART. 622.

Y 3º Cuando no sea posible ese desdoblamiento, se aplicará el régimen


unitario de la donación pura.

Como REGLAS ESPECIALES para las donaciones onerosas establece el


CC las siguientes:
1ª Ex ART. 626: “Las personas que no pueden contratar no podrán
aceptar donaciones condicionales u onerosas sin la intervención de sus
legítimos representantes.”

2ª Ex ART. 638: “El donatario se subroga en todos los derechos y


acciones que en caso de evicción corresponderían al donante. Éste, en cambio, no
queda obligado al saneamiento de las cosas donadas, salvo si la donación fuere
onerosa, en cuyo caso responderá el donante de la evicción hasta la concurrencia
del gravamen.”

3ª El donatario no queda obligado al cumplimiento del modo mientras


no se haya consumado a su favor la atribución patrimonial en que consista la
donación, salvo en el caso de que se haya supeditado la donación al cumplimiento
de la carga, en cuyo caso, no se trataría de una donación onerosa, sino de una
donación condicional.

4ª Por último, en caso de incumplimiento del modo, el donante tiene la


posibilidad de revocar la donación por incumplimiento de cargas, ex ART. 647,
que luego veremos.

LAS DONACIONES MORTIS CAUSA.

La clásica figura de la donación mortis causa está recogida, como ya


indicamos, en EL ART. 620 del CC, a cuyo tenor: “Las donaciones que hayan de
producir sus efectos por muerte del donante participan de la naturaleza de las
disposiciones de última voluntad, y se regirán por las reglas establecidas en el
capítulo de la sucesión testamentaria.”

Debido a esa participación en la naturaleza de las disposiciones de última


voluntad, la donación mortis causa posee como características fundamentales:

1ª La revocabilidad por el donante, paralela a la facultad de que goza


todo testador de revocar en cualquier momento el testamento.

2ª Necesidad de que el donatario sobreviva al donante, porque la


donación no produce efectos sino post mortem, de la misma forma que el heredero
ha de sobrevivir al causante para heredarle.

Y 3ª La jurisprudencia declara reiteradamente que a las donaciones


mortis causa se les aplican las reglas de forma de las disposiciones
testamentarias. Han de revestir la forma y solemnidad de los testamentos.

La generalidad de la doctrina entiende que las donaciones mortis causa


han desaparecido absorbidas por el legado, porque si la forma de ser ordenadas, ex
ART. 620, sólo puede ser la testamentaria, no cabe establecer diferencias con el
legado. Así, GONZÁLEZ PALOMINO, ROCA; y también el TS.
No obstante, VALLET y AZPITARTE sostienen que las donaciones mortis
causa subsisten en el CC por los siguientes argumentos:

1º Que fueron admitidas por el Derecho romano y por el español anterior


al CC.

2º Que el CC español no las excluye, como el francés y el italiano, sino


que las incluye entre las donaciones.

Y 3º Que EL ART. 620 sólo dice que participan, no que se identifiquen con
las disposiciones de última voluntad, lo cual sólo significa que han de hacerse
dentro del margen que la Ley autoriza para testar, pero no que hayan de adoptar la
forma testamentaria.

Por último, la R. de la DGRN de 21 de enero de 1991 incidentalmente señala


que para que una donación pueda ser calificada de mortis causa es imprescindible
que se haga la donación sin intención de perder el donante la libre disposición de la
cosa o derecho que se dona. Esta donación no producirá efectos en vida del
donante; la muerte de éste tendrá para tal negocio dispositivo el valor de
presupuesto de eficacia o de conditio iuris de significación igual a la que la muerte
del testador tiene para el testamento, y engendra para el favorecido una simple
esperanza y propiamente el objeto donado no quedaría vinculado. En cambio, hay
verdadera donación entre vivos si la muerte del donante sólo significa
condicionamiento del derecho transmitido o término de pago.

Por lo demás, las especialidades del Derecho foral en materia de


donaciones mortis causa son objeto de examen en el tema 124, al que nos
remitimos.

LA DONACIÓN ENCUBIERTA.

Debemos diferenciar en este epígrafe dos categorías jurídicas, a veces


confundidas por la doctrina, la donación indirecta y la donación encubierta.

I.- En cuanto a LA DONACIÓN INDIRECTA, las doctrinas francesa e


italiana han dado numerosas definiciones de esta figura, si bien es difícil encontrar
en ellas los caracteres comunes a estas donaciones, lo que ha hecho que algunos
autores afirmen que es imposible reconducir los diversos supuestos de donación
indirecta a un concepto unitario.

+ Para PARDO ORTEGA sólo existirá esta figura cuando a través de un


negocio causal típico, diferente al de donación, plenamente querido por las partes,
se persigue de modo indirecto, como fin ulterior, el efecto económico de la
liberalidad. Este fin queda relegado al campo de los motivos. Encuadra, pues, esta
figura como especie del negocio indirecto, cuyo estudio se hace en el tema 23.

+ El supuesto más claro de donación indirecta lo constituye la venta


amistosa a bajo precio, siempre que la venta sea realmente querida y el precio no
sea irrisorio.

Respecto de la normativa aplicable, se discute si serán de aplicación las


normas del negocio medio adoptado, en nuestro ejemplo la compraventa, o las
del negocio indirecto, donación. La mayoría de la doctrina entiende:

+ Que las donaciones indirectas no son verdaderas donaciones, sino


negocios indirectos. Por ello, la disciplina aplicable, tanto en el fondo como en la
forma, será la del negocio medio adoptado.

Y + Que las únicas normas aplicables al fin ulterior de donar perseguido


son las materiales, porque en ellas la Ley busca reprimir el resultado práctico de la
liberalidad, prescindiendo de si ésta deriva de la causa del negocio medio o del fin
ulterior o motivo.

Así sucederá con las normas de reducción y colación, con las


prohibiciones de donar, las normas fiscales, etc. No ocurre así, sin embargo, con
las normas de revocación, ya que éstas no se dictan en virtud de un interés
público.

Por lo demás, la R. de 19 de julio de 1973, en un supuesto de venta por


precio muy inferior al real, admite incidentalmente esta figura, en la que, dice, existe
una pluralidad de causas, pues, por un lado, están las recíprocas prestaciones de
las partes, cosa y precio, y, por otro, existe una liberalidad de una de ellas, al ser el
precio inferior al real. La DGRN calificó a la figura de compraventa de amigo o
negocio mixto con donación.

II.- Distinta es la problemática que plantea la figura de LA DONACIÓN


ENCUBIERTA. En la donación indirecta, el precio existe, aunque es notoriamente
inferior al real. Por el contrario, en la donación encubierta, el precio no existe en
realidad, es ficticio en su totalidad.

+ El supuesto típico es, por tanto, el de la donación disimulada bajo


apariencia de una compraventa simulada.

+ Otros casos son aquellos en que la donación puede encubrirse bajo:


1º Una condonación tácita.
2º Un mandato para enajenar con dispensa de la obligación de rendir
cuentas.
Y 3º Un reconocimiento de deuda.

Como estudiamos en el tema 23, y con base en EL ART. 1276 del CC, no se
discute la nulidad de la donación disimulada cuando tiene un móvil ilícito o cuando
vulnera una prohibición legal, pero en otro caso es discutida la validez de la
donación de inmuebles bajo forma de compraventa simulada en escritura
pública, destacando dos posiciones:
1ª DE CASTRO sostiene su nulidad absoluta con base en EL ART. 6.3
del CC, por contravenir normas imperativas, como EL ART. 633, que exige, como
requisito de validez, escritura pública de donación y que se exprese en la
escritura la donación misma, esto es, la causa o animus donandi como requisito
constitutivo, basado en razones de orden público, pues se dirige a dar
autenticidad y publicidad en cuanto al acto mismo de liberalidad con el objeto de
proteger a terceros, especialmente a legitimarios, y al propio donante.

2ª Sin embargo, VALLET sostiene su validez alegando:

+ El argumento histórico, pues en el derecho anterior al CC se


estructuraba que estas transacciones sólo eran impugnables por los legitimarios y
sólo hasta el límite del perjuicio sufrido.

Y + El argumento finalista, pues, de acuerdo con su posición en cuanto a


la naturaleza de la donación como modo de adquirir y no como contrato, señala
que los requisitos del ART. 633 se refieren al acto traslativo, es decir, se trata de
un requisito traditorio que se necesita para consumar el acto de liberalidad y
acreditar la realidad de la transmisión.

En consecuencia, defiende la aplicación de los criterios generales de


validez en materia de simulación relativa; y entiende cumplida la forma constitutiva
del ART. 633 con la escritura pública de venta.

Respecto al TS:

1º Como REGLA GENERAL, para la donación puramente liberal de


inmuebles, declaraba que la escritura de venta simulada no cubre la forma que para
la donación disimulada exige el ART. 633. Para el TS, no se pide una escritura
cualquiera, sino una ESCRITURA DE DONACIÓN. Como no se quiere la venta,
ésta es nula por simulada y la donación es nula por falta de forma.

2º Por excepción, en caso de donación REMUNERATORIA, se mostraba


favorable a que la escritura de venta simulada sirva de forma para la donación
disimulada. Para el TS, la ausencia de la literal expresión de aceptar la donación
no debe ser obstáculo para la eficacia del negocio disimulado, ya que la escritura
de compraventa vale como forma de la donación, por la existencia de verdadera
donación en la que concurren todos los requisitos necesarios para su eficacia, al
existir un efectivo animus donandi, un precio meramente simbólico, falta de prueba
por el comprador de su verdadera entrega, aceptación por el simulado comprador de
la venta que se le hace y descripción individualizada de los inmuebles objeto del
contrato.

++ En la actualidad, no obstante, se ha impuesto la línea que considera


NULA la donación encubierta, EN TODO CASO, incluso de las donaciones
remuneratorias, pues el ART. 633 no hace ninguna excepción de lo que preceptúa,
como así lo expresa el TS en las SS. de 11 de enero de 2007 y 5 de mayo de 2008.
LA REVOCACIÓN Y REDUCCIÓN DE DONACIONES.

I.- LA REVOCACIÓN es el acto por el cual se deja ineficaz una


donación, después de haberse realizado, por la concurrencia de alguna de las
causas expresamente señaladas por la Ley.

Nuestro CC establece como CAUSAS DE REVOCACIÓN:


- El incumplimiento de cargas.
- La superveniencia o supervivencia de hijos.
Y - La ingratitud del donatario.

A.- LA REVOCACIÓN POR INCUMPLIMIENTO DE CARGAS puede


definirse, con base en EL ART. 647.1, como aquella que tiene lugar a instancia del
donante cuando el donatario haya dejado de cumplir alguna de las condiciones que
aquél le impuso.

+ El CC emplea aquí la palabra condiciones en el sentido vulgar de


obligaciones o cargas que pueden ser impuestas por el donante al donatario.

En cuanto a LA FORMA, no regula el CC la acción para pedir esta


revocación; pero por analogía con las acciones rescisorias, estima la doctrina que
tendrá 4 años de duración, contados desde que el donante tuvo conocimiento del
hecho y posibilidad de ejercitar la acción.

+ La jurisprudencia, frente al criterio de la doctrina, considera que esta


acción es personalísima, si bien la STS de 28 de septiembre de 1992 la entiende
transmisible, salvo cuando el donante, pudiendo, no la hubiere ejercitado.

En orden a SUS EFECTOS, esta revocación tiene carácter real o


ex tunc, puesto que destruye la donación con efectos retroactivos. En
consecuencia:

1º En cuanto a LOS BIENES DONADOS, según EL ART. 647.2: “[...]


volverán al donante, quedando nulas las enajenaciones que el donatario hubiese
hecho y las hipotecas que sobre ellos hubiese impuesto, con la limitación
establecida, en cuanto a terceros, por la Ley Hipotecaria.”

+ Conforme al ART. 37 de esta Ley, las acciones de revocación de


donaciones no se darán contra tercero que haya inscrito los títulos de sus
respectivos derechos, excepto en el caso de no cumplir el donatario condiciones
inscritas en el Registro.

Y 2º En cuanto a LOS FRUTOS, según EL ART. 651.2: “[…] el donatario


devolverá los frutos que hubiese percibido después de dejar de cumplir la
condición.”
B.- Respecto a LA REVOCACIÓN POR SUPERVENIENCIA O
SUPERVIVENCIA DE HIJOS, dispone EL ART. 644 que:

“Toda donación entre vivos, hecha por persona que no tenga hijos ni
descendientes, será revocable por el mero hecho de ocurrir cualquiera de los casos
siguientes:

1º Que el donante tenga, después de la donación, hijos, aunque sean


póstumos.

2º Que resulte vivo el hijo del donante que éste reputaba muerto cuando
hizo la donación.”

+ Sólo comentaremos que la adopción posterior de un hijo por el


donante hace posible la revocación y también la determinación legal de una
filiación extramatrimonial posterior a la donación.

En cuanto a LA FORMA, dice EL ART. 646 que:

“La acción de revocación por superveniencia o supervivencia de hijos


prescribe por el transcurso de 5 años, contados desde que se tuvo noticia del
nacimiento del último hijo o de la existencia del que se creía muerto.

Esta acción es irrenunciable y se transmite, por muerte del donante, a los


hijos y sus descendientes.”

+ La doctrina opina que el plazo a que se refiere este precepto es de


caducidad; y que si cabe la renuncia después de producirse el hecho que posibilita
la revocación.

En orden a SUS EFECTOS, son puramente personales o ex nunc,


pues sólo se producen desde la interposición de la demanda. Así:

1º En cuanto a LOS BIENES DONADOS, según EL ART. 645, aplicable


también a la superveniencia de hijos:

“Rescindida la donación por la supervivencia de hijos, se restituirán al


donante los bienes donados, o su valor si el donatario los hubiese vendido.

Si se hallaren hipotecados, podrá el donante liberar la hipoteca pagando la


cantidad que garantice, con derecho a reclamarla del donatario.

Cuando los bienes no pudieren ser restituidos, se apreciarán por lo que valían
al tiempo de hacer la donación.”

+ La doctrina es unánime en que las enajenaciones onerosas del


donatario hechas antes de que tuviere conocimiento de la interposición de la demanda
son inatacables, y lo mismo respecto de las realizadas después, en tanto el
adquirente no haya conocido o podido conocer la demanda de revocación.
+ En cambio, para las disposiciones hechas a título gratuito, DÍAZ
ALABART y otros autores defienden que el donante podrá perseguir los bienes del
subadquirente a título gratuito, con independencia del momento en que haya
realizado su adquisición.

+ Respecto al montante en metálico de la restitución, DÍAZ


ALABART opina que se trata de una deuda de valor, es decir, que habrá que
entregar en moneda actual el valor de entonces.

2º En cuanto a LOS FRUTOS, según EL ART. 651.1: “[...] el donatario


no devolverá los frutos sino desde la interposición de la demanda.”

C.- FINALMENTE, respecto a LA REVOCACIÓN POR


INGRATITUD, dispone EL ART. 648 que:

“También podrá ser revocada la donación, a instancia del donante, por causa
de ingratitud en los casos siguientes:

1º Si el donatario cometiere algún delito contra la persona, el honor o


los bienes del donante.

2º Si el donatario imputare al donante alguno de los delitos que dan


lugar a procedimientos de oficio o acusación pública, aunque lo pruebe; a menos
que el delito se hubiese cometido contra el mismo donatario, su cónyuge o los
hijos constituidos bajo su autoridad.

3º Si le niega indebidamente los alimentos.”

En cuanto a LA FORMA, dice EL ART. 652 que: “La acción concedida al


donante por causa de ingratitud no podrá renunciarse anticipadamente. Esta acción
prescribe en el término de un año, contado desde que el donante tuvo conocimiento
del hecho y posibilidad de ejercitar la acción.”

+ También aquí cabrá la renuncia posterior y el plazo es de caducidad


y no de prescripción.

+ Añade EL ART. 653 que:

“No se transmitirá esta acción a los herederos del donante, si éste,


pudiendo, no la hubiese ejercitado.

Tampoco se podrá ejercitar contra el heredero del donatario, a no ser que a


la muerte de éste se hallase interpuesta la demanda.”

En orden a SUS EFECTOS, son también personales o ex nunc.


Así:
1º En cuanto a LOS BIENES DONADOS, según EL ART. 649:

“Revocada la donación por causa de ingratitud, quedarán, sin embargo,


subsistentes las enajenaciones e hipotecas anteriores a la anotación de la
demanda de revocación en el Registro de la Propiedad.

Las posteriores serán nulas.”

Y + Para el primer caso, añade EL ART. 650 que:

“[...] tendrá derecho el donante para exigir del donatario el valor de los
bienes enajenados que no pueda reclamar de los terceros, o la cantidad en que
hubiesen sido hipotecados.

Se atenderá al tiempo de la donación para regular el valor de dichos


bienes.” Aquí cabe dar por reproducido lo que se expuso antes con ocasión del ART.
645.

2º En cuanto a LOS FRUTOS, según EL ART. 651.1: “[...] el donatario


no devolverá los frutos sino desde la interposición de la demanda.”

II.- En orden a LA REDUCCIÓN DE DONACIONES, se llama así


a la rescisión parcial que la Ley establece para rebajar, en cuanto al exceso, las
donaciones que resultasen inoficiosas, es decir, las que excedieren de la parte de
que el donante pudiera disponer libremente por testamento.

EL ART. 654 del CC señala que:

“Las donaciones que, con arreglo a lo dispuesto en EL ART. 636, sean


inoficiosas computado el valor líquido de los bienes del donante al tiempo de su
muerte, deberán ser reducidas en cuanto al exceso; pero esta reducción no obstará
para que tengan efecto durante la vida del donante y para que el donatario haga
suyos los frutos.

Para la reducción de las donaciones se estará a lo dispuesto en este


capítulo y en LOS ARTS. 820 y 821 del presente Código.”

+ Aunque no lo diga el precepto, el valor que debe atribuirse a los


bienes donados es el que corresponda al momento de la muerte del donante, pero
se estiman por lo que valdrían ahora si estuvieran como estaban entonces.

+ La reducción no puede llevarse a efecto hasta que tenga lugar el


fallecimiento del donante, pues sólo entonces puede saberse, computando el valor
líquido de los bienes relictos, si la donación es inoficiosa. Entretanto, la donación
surte efectos y el donatario hace suyos los frutos, señalando EL ART. 651.1 que:
“[...] el donatario no devolverá los frutos sino desde la interposición de la
demanda.”
Según EL ART. 655:

“Sólo podrán pedir reducción de las donaciones aquellos que tengan


derecho a legítima o a una parte alícuota de la herencia, y sus herederos o
causahabientes.

Los comprendidos en EL PÁRRAFO ANTERIOR no podrán renunciar su


derecho durante la vida del donante, ni por declaración expresa, ni prestando su
consentimiento a la donación.

Los donatarios, los legatarios que no lo sean de parte alícuota y los


acreedores del difunto, no podrán pedir la reducción ni aprovecharse de ella.”

En cuanto al PLAZO de la acción, ante el silencio del Código, la doctrina


mayoritaria entiende aplicable el plazo de 4 años establecido por EL ART. 1299 para
las acciones rescisorias.

FINALMENTE, respecto al MODO DE PRACTICAR la reducción, hay que


estar a lo dispuesto en LOS ARTS. 820 y 821, objeto de examen en otro tema, al que
nos remitimos; y, además, según EL ART. 656: “Si, siendo dos o más las
donaciones, no cupieren todas en la parte disponible, se suprimirán o reducirán en
cuanto al exceso las de fecha más reciente.”

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