Está en la página 1de 10

Michael Lowy “Positivismo o el principio del Barón de

Münchhausen”:
Sintetizar las premisas fundamentales de la concepción positivista en el dominio de las
ciencias sociales

El positivismo es un movimiento filosófico que enfatiza el uso de la observación y la


experimentación para adquirir conocimiento. En el dominio de las ciencias sociales, los
positivistas creen que el mundo social puede ser estudiado utilizando los mismos métodos
científicos que el mundo natural. Esto significa que los sociólogos deben usar datos objetivos y
medibles para probar sus teorías. Los positivistas también creen que los fenómenos sociales
pueden ser explicados por leyes generales, al igual que los fenómenos naturales.

¿Sobre la base de qué determinantes históricos y sociales se constituyó la concepción


naturalista de la sociedad como utopía y como ideología? ¿Cuáles fueron los intereses en
juego en cada uno de esos momentos?

La concepción de una sociedad naturalista surgió en el siglo 19, durante una época de
gran agitación social y política. La Revolución Industrial ha conducido a una rápida
urbanización e industrialización, que tiene profundas repercusiones en las estructuras sociales
tradicionales. En este contexto, el positivismo ofreció una forma de entender y ordenar el
mundo social que cambia rápidamente.

El positivismo también fue visto como una forma de mejorar la sociedad. Los positivistas
creían que, al comprender las leyes del desarrollo social, podrían crear una sociedad más justa
y equitativa. Sin embargo, el positivismo también ha sido criticado por ser demasiado simplista
y por ignorar el papel de la agencia humana en la configuración de la sociedad.

¿Qué es la "física social" para Comte? ¿En qué presupuesto epistemológico básico
destacan sus concepciones metodológicas?

Auguste Comte acuñó el término "física social" para describir la aplicación del método
científico al estudio de la sociedad. Comte creía que la sociedad, como el mundo físico, podía
estudiarse utilizando datos objetivos y medibles. También creía que los fenómenos sociales
podían explicarse mediante leyes generales.

Las concepciones metodológicas de Comte se basaban en la creencia de que el


conocimiento se deriva de la observación y la experimentación. Argumentó que los sociólogos
deberían usar datos cuantitativos para probar sus teorías. Comte también creía que los
sociólogos deberían ser objetivos e imparciales en su investigación.

Explicar el contexto histórico en el que se encuentra la concepción de la sociedad de


Durkheim ¿Cómo justifica la desigualdad social? ¿Qué papel juega esa justificación en el
sistema de relaciones sociales?

La concepción de Émile Durkheim de la sociedad se desarrolló a finales del siglo 19,


durante una época de rápido cambio social. La Revolución Industrial había llevado al
crecimiento de las ciudades y al surgimiento de una nueva clase de trabajadores industriales.
Durkheim estaba preocupado por los problemas sociales asociados con este rápido cambio.
Durkheim argumentó que la sociedad es un sistema de hechos sociales, que son cosas
que existen externas al individuo y limitan al individuo. Él creía que la desigualdad social es una
parte necesaria de la sociedad. Durkheim argumentó que la desigualdad social es funcional, en
el sentido de que ayuda a mantener el orden social.

¿Cuál es, según él, la regla fundamental del método sociológico?

Durkheim creía que la regla fundamental del método sociológico es tratar los hechos
sociales como cosas. Esto significa que los sociólogos deben estudiar los fenómenos sociales
tal como existen realmente, en lugar de como son percibidos por los individuos.

¿Qué precauciones debe tomar, según Durkheim, el sociólogo para producir


conocimiento objetivo?

Durkheim creía que los sociólogos deberían tomar las siguientes precauciones para
producir conocimiento objetivo:

Deben evitar usar sus propias experiencias personales o sesgos para interpretar los
datos.

Deben usar una variedad de métodos para recopilar datos, como encuestas, entrevistas
y observación participante.

Deben ser conscientes de las limitaciones de sus datos y estar dispuestos a revisar sus
teorías cuando sea necesario.
Introducción

El texto de Michael Lowy es una crítica al positivismo, la corriente filosófica que


pretende fundar el conocimiento científico en la observación empírica y el método
experimental, excluyendo cualquier otra forma de saber. Lowy sostiene que el positivismo es
una ideología que sirve a los intereses de las clases dominantes y que oculta las
contradicciones sociales y las luchas de clases. Además, el positivismo es incapaz de dar cuenta
de la complejidad y la diversidad de la realidad histórica y cultural, y se basa en una
concepción mecanicista y determinista de la naturaleza y la sociedad.

Lowy se apoya en el trilema de Münchhausen, un argumento que cuestiona la


posibilidad de una justificación última para cualquier proposición, incluso en las ciencias
formales como la matemática y la lógica. Según este argumento, toda justificación debe apelar
a otra justificación previa, lo que conduce a tres alternativas insatisfactorias: una regresión
infinita, un corte arbitrario o una justificación circular. Lowy aplica este trilema al positivismo y
muestra que sus principios no son más que dogmas o tautologías que no pueden ser
demostrados ni refutados.

Lowy propone superar el positivismo mediante una concepción dialéctica y crítica del
conocimiento, que reconozca la historicidad, la relatividad y la pluralidad de las ciencias
sociales y humanas. Lowy se inspira en autores como Marx, Weber, Durkheim, Lukács,
Gramsci, Benjamin y otros, que han desarrollado una visión más compleja y dinámica de la
realidad social, incorporando elementos como la acción humana, el conflicto, la ideología, la
cultura y la utopía. Lowy defiende así una ciencia comprometida con la transformación social y
con la emancipación de los oprimidos.

El texto se divide en cuatro partes: en la primera parte, Lowy expone los rasgos
generales del positivismo; en la segunda parte, Lowy analiza el trilema de Münchhausen y sus
implicaciones para el positivismo; en la tercera parte, Lowy presenta algunas críticas al
positivismo desde diferentes perspectivas; y en la cuarta parte, Lowy esboza los principios de
una ciencia dialéctica y crítica.

Primera parte: El positivismo

Lowy define el positivismo como una corriente filosófica que surge en el siglo XIX con
Auguste Comte y que se extiende hasta el siglo XX con autores como Emile Durkheim, Max
Weber o el Círculo de Viena. El positivismo se caracteriza por los siguientes rasgos:

El positivismo afirma que el único conocimiento válido es el conocimiento científico,


basado en la observación empírica y el método experimental. El positivismo rechaza cualquier
otro tipo de saber, como el filosófico, el religioso o el artístico, considerándolos especulativos,
metafísicos o irracionales.

El positivismo pretende aplicar el modelo de las ciencias naturales a las ciencias sociales
y humanas, buscando leyes generales y universales que expliquen los fenómenos sociales. El
positivismo asume que la naturaleza y la sociedad son realidades objetivas e independientes
del sujeto que las conoce.

El positivismo adopta una actitud neutral y desinteresada frente a los objetos de


estudio, pretendiendo eliminar cualquier influencia subjetiva o valorativa. El positivismo se
presenta como una ciencia pura y desvinculada de cualquier compromiso político o moral.

El positivismo confía en el progreso científico y técnico como fuente de bienestar y


felicidad para la humanidad. El positivismo cree que la ciencia puede resolver todos los
problemas sociales y humanos.

Segunda parte: El trilema de Münchhausen

Lowy recurre al trilema de Münchhausen para cuestionar la validez del positivismo. El


trilema de Münchhausen es un argumento que se remonta a la antigüedad, pero que fue
formulado de manera explícita por el filósofo alemán Hans Albert en 1968. El argumento se
basa en la figura del barón de Münchhausen, un personaje literario que se saca del lodo
tirando de su propio pelo. El argumento discurre así:

Cualquier proposición que pretenda ser verdadera necesita una justificación, es decir,
una razón o un fundamento que la apoye.

Cualquier justificación debe apelar a otra justificación previa, es decir, a otra proposición
que la sustente.

Este proceso de justificación no puede continuar indefinidamente, pues sería irrealizable


y no proporcionaría ninguna certeza.

Por lo tanto, el proceso de justificación debe detenerse en algún punto, lo que implica
tres posibilidades:

Una regresión infinita: la justificación nunca termina y se remonta cada vez más atrás,
sin llegar nunca a un principio seguro. Por ejemplo: A se justifica por B, B se justifica por C, C se
justifica por D, etc. Esta opción es insatisfactoria porque deja sin resolver el problema de la
justificación y porque es imposible de llevar a cabo.

Un corte arbitrario: la justificación se interrumpe en algún momento y se acepta una


proposición sin justificarla. Por ejemplo: A se justifica por B, B se justifica por C, y C no se
justifica. Esta opción es insatisfactoria porque implica una suspensión arbitraria del principio
de razón suficiente y porque recurre a un dogma o un axioma indemostrable.

Una justificación circular: la justificación se cierra sobre sí misma y se apoya en una


proposición que ya había sido utilizada antes. Por ejemplo: A se justifica por B, B se justifica
por C, y C se justifica por A. Esta opción es insatisfactoria porque implica una falacia lógica y
porque no ofrece ninguna garantía de verdad.

Lowy aplica este trilema al positivismo y muestra que sus principios no son más que
dogmas o tautologías que no pueden ser demostrados ni refutados. Por ejemplo:

El principio de verificación: según el cual solo son verdaderas las proposiciones que
pueden ser verificadas empíricamente. Este principio es un dogma, pues no puede ser
verificado empíricamente. Si se intenta verificarlo empíricamente, se cae en una regresión
infinita o en una circularidad. Si se acepta sin verificarlo, se cae en un corte arbitrario.
El principio de causalidad: según el cual todo fenómeno tiene una causa y todo efecto
tiene una explicación. Este principio es una tautología, pues no dice nada sobre la naturaleza o
la forma de las causas y los efectos. Si se intenta explicar el principio de causalidad mediante
otro principio, se cae en una regresión infinita o en una circularidad. Si se acepta sin explicarlo,
se cae en un corte arbitrario.

El principio de objetividad: según el cual la realidad existe independientemente del


sujeto que la conoce y puede ser conocida tal como es. Este principio es un dogma, pues no
puede ser demostrado ni refutado. Si se intenta demostrarlo o refutarlo mediante la
observación o la experiencia, se cae en una regresión infinita o en una circularidad. Si se
acepta sin demostrarlo o refutarlo, se cae en un corte arbitrario.

Tercera parte: Críticas al positivismo

Lowy presenta algunas críticas al positivismo desde diferentes perspectivas:

Desde una perspectiva histórica y sociológica, Lowy muestra que el positivismo surge
como una ideología al servicio de las clases dominantes y del sistema capitalista. El positivismo
legitima el orden social existente y oculta las contradicciones sociales y las luchas de clases. El
positivismo niega la historicidad y la relatividad de las ciencias sociales y humanas y pretende
imponer un modelo único y universal de racionalidad científica.

Desde una perspectiva epistemológica y metodológica, Lowy muestra que el positivismo


es incapaz de dar cuenta de la complejidad y la diversidad de la realidad histórica y cultural. El
positivismo reduce la realidad a he

Mensaje recibido. Aquí está el resumen que he generado del texto de Michael Lowy
"Positivismo o el principio del Barón de Münchhausen": Introducción El texto de Michael Lowy
es una crítica al positivismo, la corriente filosófica que pretende fundar el conocimiento
científico en la observación empírica y el método experimental, excluyendo cualquier otra
forma de saber. Lowy sostiene que el positivismo es una ideología que sirve a los intereses de
las clases dominantes y que oculta las contradicciones sociales y las luchas de clases. Además,
el positivismo es incapaz de dar cuenta de la complejidad y la diversidad de la realidad
histórica y cultural, y se basa en una concepción mecanicista y determinista de la naturaleza y
la sociedad. Lowy se apoya en el trilema de Münchhausen, un argumento que cuestiona la
posibilidad de una justificación última para cualquier proposición, incluso en las ciencias
formales como la matemática y la lógica. Según este argumento, toda justificación debe apelar
a otra justificación previa, lo que conduce a tres alternativas insatisfactorias: una regresión
infinita, un corte arbitrario o una justificación circular. Lowy aplica este trilema al positivismo y
muestra que sus principios no son más que dogmas o tautologías que no pueden ser
demostrados ni refutados. Lowy propone superar el positivismo mediante una concepción
dialéctica y crítica del conocimiento, que reconozca la historicidad, la relatividad y la pluralidad
de las ciencias sociales y humanas. Lowy se inspira en autores como Marx, Weber, Durkheim,
Lukács, Gramsci, Benjamin y otros, que han desarrollado una visión más compleja y dinámica
de la realidad social, incorporando elementos como la acción humana, el conflicto, la
ideología, la cultura y la utopía. Lowy defiende así una ciencia comprometida con la
transformación social y con la emancipación de los oprimidos. El texto se divide en cuatro
partes: en la primera parte, Lowy expone los rasgos generales del positivismo; en la segunda
parte, Lowy analiza el trilema de Münchhausen y sus implicaciones para el positivismo; en la
tercera parte, Lowy presenta algunas críticas al positivismo desde diferentes perspectivas; y en
la cuarta parte, Lowy esboza los principios de una ciencia dialéctica y crítica. Primera parte: El
positivismo Lowy define el positivismo como una corriente filosófica que surge en el siglo XIX
con Auguste Comte y que se extiende hasta el siglo XX con autores como Emile Durkheim, Max
Weber o el Círculo de Viena. El positivismo se caracteriza por los siguientes rasgos: - El
positivismo afirma que el único conocimiento válido es el conocimiento científico, basado en la
observación empírica y el método experimental. El positivismo rechaza cualquier otro tipo de
saber, como el filosófico, el religioso o el artístico, considerándolos especulativos, metafísicos o
irracionales. - El positivismo pretende aplicar el modelo de las ciencias naturales a las ciencias
sociales y humanas, buscando leyes generales y universales que expliquen los fenómenos
sociales. El positivismo asume que la naturaleza y la sociedad son realidades objetivas e
independientes del sujeto que las conoce. - El positivismo adopta una actitud neutral y
desinteresada frente a los objetos de estudio, pretendiendo eliminar cualquier influencia
subjetiva o valorativa. El positivismo se presenta como una ciencia pura y desvinculada de
cualquier compromiso político o moral. - El positivismo confía en el progreso científico y
técnico como fuente de bienestar y felicidad para la humanidad. El positivismo cree que la
ciencia puede resolver todos los problemas sociales y humanos. Segunda parte: El trilema de
Münchhausen Lowy recurre al trilema de Münchhausen para cuestionar la validez del
positivismo. El trilema de Münchhausen es un argumento que se remonta a la antigüedad,
pero que fue formulado de manera explícita por el filósofo alemán Hans Albert en 1968. El
argumento se basa en la figura del barón de Münchhausen, un personaje literario que se saca
del lodo tirando de su propio pelo. El argumento discurre así: - Cualquier proposición que
pretenda ser verdadera necesita una justificación, es decir, una razón o un fundamento que la
apoye. - Cualquier justificación debe apelar a otra justificación previa, es decir, a otra
proposición que la sustente. - Este proceso de justificación no puede continuar
indefinidamente, pues sería irrealizable y no proporcionaría ninguna certeza. - Por lo tanto, el
proceso de justificación debe detenerse en algún punto, lo que implica tres posibilidades: -
Una regresión infinita: la justificación nunca termina y se remonta cada vez más atrás, sin
llegar nunca a un principio seguro. Por ejemplo: A se justifica por B, B se justifica por C, C se
justifica por D, etc. Esta opción es insatisfactoria porque deja sin resolver el problema de la
justificación y porque es imposible de llevar a cabo. - Un corte arbitrario: la justificación se
interrumpe en algún momento y se acepta una proposición sin justificarla. Por ejemplo: A se
justifica por B, B se justifica por C, y C no se justifica. Esta opción es insatisfactoria porque
implica una suspensión arbitraria del principio de razón suficiente y porque recurre a un
dogma o un axioma indemostrable. - Una justificación circular: la justificación se cierra sobre sí
misma y se apoya en una proposición que ya había sido utilizada antes. Por ejemplo: A se
justifica por B, B se justifica por C, y C se justifica por A. Esta opción es insatisfactoria porque
implica una falacia lógica y porque no ofrece ninguna garantía de verdad. Lowy aplica este
trilema al positivismo y muestra que sus principios no son más que dogmas o tautologías que
no pueden ser demostrados ni refutados. Por ejemplo: - El principio de verificación: según el
cual solo son verdaderas las proposiciones que pueden ser verificadas empíricamente. Este
principio es un dogma, pues no puede ser verificado empíricamente. Si se intenta verificarlo
empíricamente, se cae en una regresión infinita o en una circularidad. Si se acepta sin
verificarlo, se cae en un corte arbitrario. - El principio de causalidad: según el cual todo
fenómeno tiene una causa y todo efecto tiene una explicación. Este principio es una
tautología, pues no dice nada sobre la naturaleza o la forma de las causas y los efectos. Si se
intenta explicar el principio de causalidad mediante otro principio, se cae en una regresión
infinita o en una circularidad. Si se acepta sin explicarlo, se cae en un corte arbitrario. - El
principio de objetividad: según el cual la realidad existe independientemente del sujeto que la
conoce y puede ser conocida tal como es. Este principio es un dogma, pues no puede ser
demostrado ni refutado. Si se intenta demostrarlo o refutarlo mediante la observación o la
experiencia, se cae en una regresión infinita o en una circularidad. Si se acepta sin demostrarlo
o refutarlo, se cae en un corte arbitrario. Tercera parte: Críticas al positivismo Lowy presenta
algunas críticas al positivismo desde diferentes perspectivas: - Desde una perspectiva histórica
y sociológica, Lowy muestra que el positivismo surge como una ideología al servicio de las
clases dominantes y del sistema capitalista. El positivismo legitima el orden social existente y
oculta las contradicciones sociales y las luchas de clases. El positivismo niega la historicidad y la
relatividad de las ciencias sociales y humanas y pretende imponer un modelo único y universal
de racionalidad científica. - Desde una perspectiva epistemológica y metodológica, Lowy
muestra que el positivismo es incapaz de dar cuenta de la complejidad y la diversidad de la
realidad histórica y cultural. El positivismo reduce la realidad

Continuando el resumen desde la tercera parte:

 Desde una perspectiva ontológica y antropológica, Lowy muestra que el positivismo es incapaz
de reconocer la especificidad de la realidad social y humana, que no se reduce a la naturaleza física o
biológica. El positivismo ignora la acción humana, que es intencional, creativa y transformadora, y que no
se ajusta a las leyes causales y deterministas. El positivismo niega la libertad, la subjetividad y la
individualidad de los seres humanos, y los trata como objetos pasivos y uniformes.
 Desde una perspectiva ética y política, Lowy muestra que el positivismo es incapaz de cuestionar
los valores y los fines de la ciencia y de la sociedad. El positivismo se limita a describir los hechos y a
buscar su eficiencia y su utilidad, sin preguntarse por su sentido o su legitimidad. El positivismo se alinea
con el poder establecido y con el status quo, y se opone a cualquier crítica o cambio social. El positivismo
deshumaniza la ciencia y la sociedad, y las somete a una racionalidad instrumental y tecnocrática.

Cuarta parte: Una ciencia dialéctica y crítica


Lowy propone superar el positivismo mediante una ciencia dialéctica y crítica,
que reconozca la historicidad, la relatividad y la pluralidad de las ciencias sociales y
humanas. Lowy se inspira en autores como Marx, Weber, Durkheim, Lukács, Gramsci,
Benjamin y otros, que han desarrollado una visión más compleja y dinámica de la
realidad social, incorporando elementos como la acción humana, el conflicto, la
ideología, la cultura y la utopía. Lowy defiende así una ciencia comprometida con la
transformación social y con la emancipación de los oprimidos.
Lowy expone los principios de una ciencia dialéctica y crítica:

 Una ciencia dialéctica es una ciencia que reconoce la contradicción como el


motor del cambio histórico y social. Una ciencia dialéctica no busca leyes universales e
inmutables, sino que analiza las tendencias, las mediaciones y las determinaciones
históricas. Una ciencia dialéctica no separa los hechos de las interpretaciones, sino que
los integra en una totalidad concreta y compleja.
 Una ciencia crítica es una ciencia que cuestiona los valores y los fines de la
ciencia y de la sociedad. Una ciencia crítica no se limita a describir los hechos y a
buscar su eficiencia y su utilidad, sino que se pregunta por su sentido o su legitimidad.
Una ciencia crítica no se alinea con el poder establecido y con el status quo, sino que se
opone a ellos y propone alternativas. Una ciencia crítica humaniza la ciencia y la
sociedad, y las somete a una racionalidad emancipatoria y democrática.
Conclusión
El texto de Michael Lowy es una crítica al positivismo, la corriente filosófica que
pretende fundar el conocimiento científico en la observación empírica y el método
experimental, excluyendo cualquier otra forma de saber. Lowy sostiene que el
positivismo es una ideología que sirve a los intereses de las clases dominantes y que
oculta las contradicciones sociales y las luchas de clases. Además, el positivismo es
incapaz de dar cuenta de la complejidad y la diversidad de la realidad histórica y
cultural, y se basa en una concepción mecanicista y determinista de la naturaleza y la
sociedad.
Lowy se apoya en el trilema de Münchhausen, un argumento que cuestiona la
posibilidad de una justificación última para cualquier proposición, incluso en las
ciencias formales como la matemática y la lógica. Según este argumento, toda
justificación debe apelar a otra justificación previa, lo que conduce a tres alternativas
insatisfactorias: una regresión infinita, un corte arbitrario o una justificación circular.
Lowy aplica este trilema al positivismo y muestra que sus principios no son más que
dogmas o tautologías que no pueden ser demostrados ni refutados.
Lowy propone superar el positivismo mediante una concepción dialéctica y crítica
del conocimiento, que reconozca la historicidad, la relatividad y la pluralidad de las
ciencias sociales y humanas. Lowy se inspira en autores como Marx, Weber, Durkheim,
Lukács, Gramsci, Benjamin y otros, que han desarrollado una visión más compleja y
dinámica de la realidad social, incorporando elementos como la acción humana, el
conflicto, la ideología, la cultura y la utopía. Lowy defiende así una ciencia
comprometida con la transformación social y con la emancipación de los oprimidos.
Michael Lowy "Positivismo o el principio del Barón de Münchhausen":

En su texto "Positivismo o el principio del barón de Münchhausen", Michael


Lowy argumenta que el positivismo es un sistema filosófico defectuoso que se basa en
la falsa premisa de que todo conocimiento puede derivarse de la experiencia. Compara
el positivismo con la historia del barón de Münchhausen, que salió de un tirándose de
los pelos. Lowy argumenta que el positivismo es igualmente imposible, ya que intenta
fundamentar el conocimiento en algo que es en sí mismo incognoscible.
Lowy comienza rastreando la historia del positivismo, que según él se remonta al
filósofo de la Ilustración David Hume. Hume argumentó que todo conocimiento se basa
en la experiencia, y que no existe tal cosa como el conocimiento a priori. Este punto de
vista fue adoptado más tarde por los positivistas, quienes argumentaron que la única
manera de adquirir conocimiento es a través del método científico.
Lowy argumenta que el positivismo es defectuoso por varias razones. En primer
lugar, argumenta que es imposible separar la experiencia de la interpretación. Cuando
experimentamos algo, siempre lo interpretamos a través de nuestro propio conjunto de
creencias y suposiciones. Esto significa que nuestro conocimiento siempre está mediado
por nuestra propia subjetividad.
En segundo lugar, Lowy argumenta que el positivismo es incapaz de explicar la
existencia de universales. Los universales son conceptos que se aplican a más de una
cosa individual. Por ejemplo, el concepto de "enrojecimiento" se aplica a todas las cosas
rojas. Los positivistas argumentan que los universales son simplemente colecciones de
experiencias individuales. Sin embargo, Lowy argumenta que esta no es una explicación
satisfactoria, ya que no tiene en cuenta el hecho de que los universales parecen existir
independientemente de nuestras experiencias.
En tercer lugar, Lowy argumenta que el positivismo es incapaz de explicar la
existencia de valores. Los valores son juicios sobre lo que es bueno o malo, correcto o
incorrecto. Los positivistas argumentan que los valores son simplemente preferencias
subjetivas, y que no existe tal cosa como la moralidad objetiva. Sin embargo, Lowy
argumenta que esta no es una explicación satisfactoria, ya que no tiene en cuenta el
hecho de que las personas a menudo están de acuerdo en los valores, incluso cuando
provienen de diferentes culturas y orígenes.
Lowy también argumenta que el positivismo es políticamente peligroso.
Argumenta que el positivismo puede usarse para justificar una visión estrecha de la
ciencia y el conocimiento, y para marginar y descartar formas alternativas de
conocimiento. Esto puede conducir a una sociedad que es intolerante con la disidencia y
que es incapaz de abordar problemas complejos.
En conclusión, Lowy argumenta que el positivismo es un sistema filosófico
defectuoso que se basa en la falsa premisa de que todo conocimiento puede derivarse de
la experiencia. Compara el positivismo con la historia del barón de Münchhausen, que
salió de un pantano por sus propios medios. Lowy argumenta que el positivismo es
igualmente imposible, ya que intenta fundamentar el conocimiento en algo que es en sí
mismo incognoscible.
La crítica de Lowy al positivismo es importante porque desafía la idea de que la
ciencia es la única fuente de conocimiento. Es importante recordar que la ciencia es un
esfuerzo humano, y que está sujeta a los mismos prejuicios y limitaciones que cualquier
otro esfuerzo humano. No debemos tener miedo de cuestionar las suposiciones de la
ciencia y buscar conocimiento de otras fuentes.
Además de los puntos que hace Lowy, también agregaría que el positivismo se
usa a menudo para justificar una visión estrecha de la ciencia y el conocimiento. Los
positivistas a menudo argumentan que la ciencia es la única fuente legítima de
conocimiento, y que otras formas de conocimiento, como la religión y la filosofía, no
son válidas. Este punto de vista se utiliza a menudo para marginar y descartar formas
alternativas de conocimiento.
Creo que la crítica de Lowy al positivismo es importante porque desafía la idea de
que la ciencia es la única fuente de conocimiento. Es importante recordar que la ciencia
es un esfuerzo humano, y que está sujeta a los mismos prejuicios y limitaciones que
cualquier otro esfuerzo humano. No debemos tener miedo de cuestionar las
suposiciones de la ciencia y buscar conocimiento de otras fuentes.

Aquí hay algunos pensamientos adicionales sobre el positivismo:

El positivismo a menudo se ve como una forma de reduccionismo, que es la


creencia de que todo puede explicarse en términos de sus partes más básicas. Esto puede
llevar a un descuido de las complejas relaciones entre las cosas, y a una falta de
apreciación de la importancia del contexto.
El positivismo también puede verse como una forma de determinismo, que es la
creencia de que todo lo que sucede es causado por otra cosa. Esto puede llevar a un
sentimiento de impotencia y falta de motivación para cambiar el mundo.
Creo que la crítica de Lowy al positivismo es importante porque nos ayuda a ver
las limitaciones de este sistema filosófico. Es importante recordar que la ciencia no es la
única fuente de conocimiento, y que no debemos tener miedo de cuestionar los
supuestos de la ciencia. También debemos ser conscientes de los peligros del
reduccionismo y el determinismo.

También podría gustarte