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La influencia de la música sobre la mente del ser humano tiene una larga historia

Hace unos 6.000 años, el sonido de la voz y de los instrumentos musicales se

utilizaba en los templos de Mesopotamia para aplacar la ira de los dioses y evitar

que éstos arrasaran e inundaran sus cosechas. En el antiguo Egipto, se atribuía a

la música una influencia favorable sobre la fertilidad en la mujer. Así consta en

unos papiros médicos hallados en Kahum (1899) y que datan del año 1.500 a.C.

Quizás sean los primeros escritos que se han encontrado con referencias

terapéuticas de la música. (p. 83).

Así, en el comienzo de esta relación se puede observar el vínculo que la música

tenía con creencias primitivas y aspectos divinos. Luego pasamos a la antigüedad, en

Grecia, donde la práctica de instrumentos como la lira era recomendada para el manejo

de emociones negativas. Siguiendo con la edad media, y debido a que esta época se

caracteriza por la dominación de la religión en todos los aspectos del ser humano, no fue

menos asociada la música como mediadora del hombre con Dios y su influencia en la

calma para los espíritus agitados. De igual manera en la edad moderna, se relaciona a la

música con el alivio de dolores, un caso particular es en el siglo XVII, “el escritor

Robert Burton publicó un tratado que recogía los conocimientos médicos de la época,

titulado Anatomía de la melancolía, en el que citaba como las fibras del cuerpo humano

se modificaban tras ser sometidas a la voz de un instrumento” (como se citó en Jordi A.

Jauset, 2008. p. 87-88) y también estados depresivos, donde había una tendencia por

ritmos suaves y animados. Por último en la edad contemporánea es donde comienzan las

investigaciones científicas sobre las conexiones de la música con la mente y el cuerpo

de los seres humanos; en tiempos de la primera guerra mundial, se observó la mejoría de

la depresión y del dolor en los soldados heridos, además del componente distractor que

para ellos constituía. En 1918 Hyde y Scalapino, científicos del laboratorio de fisiología
de la Universidad de Kansas describieron cómo afectaba la música al ritmo cardíaco y a

la presión sanguínea. Años más tarde, Diserens observó que también afectaba al ritmo

respiratorio que parecía adaptarse o sincronizarse al de la música (Jordi A. Jauset, 2008.

p. 90).

La música tal como la lectura, dice Castillo:

Se expresa en forma escrita por medio de símbolos (notaciones musicales). Así

también, relacionando la audición del lenguaje musical con la audición del

lenguaje hablado, se pueden encontrar similitudes que los vinculan. Este

reconocimiento del lenguaje implica discriminar los sonidos escuchados y

comprenderlos en un contexto determinado, asociando lo escuchado a ideas

preconcebidas, experiencias anteriores y conocimientos previos de parte del

oyente-lector. Así el oyente reconoce la melodía que expresa una idea de forma

musical, del mismo modo como reconoce la idea expresada a través de las

palabras, que plantea el autor de un texto escrito (2005).

Ahora bien, concretamente en investigaciones de neurociencias se ha

determinado que los mecanismos cerebrales que procesan la música y la lengua no están

aislados, “además de tener el potencial de interactuar con otras funciones cerebrales que

se distribuyen en diferentes regiones de la corteza como la memoria y la atención”

(Jiménez y Monsalve, 2019). Por tanto de manera aislada y aún más en conjunto,

constituyen un importante activador del cerebro.


La música forma parte en la comunicación de los seres vivos, por medio de esta

podemos manifestar como nos sentimos, expresar emociones y crear vínculos afectivos.

De esta manera sabemos que el poder de la música en el hombre es grande, hay

diferentes evidencias de la influencia positiva que tiene la música como opción

terapéutica complementaria en enfermedades tales como; hipertensión arterial, infarto al

miocardio, y mejoría en el tiempo de sueño de los bebés en las salas de cuidados

intensivos; a su vez, se plantean dudas sobre el efecto de la música puede llegar a tener

en las funciones cognitivas y altos puntajes en pruebas de inteligencia. Custodio, N.,

Cano-Campos, M., (2017)

...Las investigaciones de Georgi Lozanov (Citado por Lozano, 2007), señalan

que la música ejerce una profunda influencia en nuestra capacidad para

relajarnos y concentrarnos; sostiene que la música integra las dimensiones

emocional, física y cognitiva del alumno, permitiendo también incrementar el

volumen de información que se aprende y se retiene.

La finalidad de la investigación está encaminada en la influencia que posee la

música en cuanto a los procesos implicados en la comprensión lectora "La comprensión

lectora requiere de la interacción de diversos procesos cognitivos: atención, percepción,

memoria y conciencia fonológica" Torres, P., Granados, D., (2013)

En el entorno educativo de la universidad es de gran demanda formativa la

lectura en forma de comprensión crítica, con el fin de promover variedad de prácticas de

lectura en temas y textos diversos, para que lleguen a distintos propósitos. Para Serrano

de Moreno (2008) este tipo de prácticas “favorecerá en los estudiantes universitarios la

adquisición de conocimientos sobre la lengua y los discursos propios de cada disciplina,


así como de estrategias cognitivas necesarias para interpretar y producir textos que

requieren manejar en contextos académicos”. En cuanto a la lectura, muchos autores

han diferenciado lo que se denomina leer y aprender a leer, por tanto concluyen que leer

es mucho más que decodificar y automatizar, ya que se trata de entender y comprender

un texto, siendo este un proceso interactivo y activo que implica la organización de

ideas utilizando múltiples áreas de la corteza cerebral.

Por otra parte “la música es un estímulo tan peculiar que es capaz de movilizar

gran número de circuitos cerebrales aun cuando estén ausentes los estímulos que

habitualmente desencadenaría su acción” (Zatorre, 2005). Es importante nombrar a Díaz

y Morales (2014), quienes postulan que la música puede ser utilizada como recurso

pedagógico para favorecer el desarrollo intelectual, motriz y de lenguaje en los niños, a

través del fortalecimiento de procesos cognitivos como la memoria, la atención, la

percepción y la motivación. Esta relación de los efectos de la música con los procesos

cognitivos se ha venido estudiando desde hace ya varias décadas, destacamos en

especial la música clásica del compositor Mozart presentando más eficiencia, cuando se

aplica al grupo experimental, se pueden ver cambios de actitud relacionados con la

atención en el aula, y se obtuvieron mejores resultados al resolver el cuestionario post-

test, mientras que en el grupo control mantuvieron la misma actitud, y el resultado es

menor que la experiencia de este grupo (Alvarado &Sánchez, 2012).

Es importante destacar que existen investigaciones realizadas donde se ha

considerado que la música clásica, en especial la de Wolfang Amadeus Mozart, posee la

propiedad de activar los hemisferios cerebrales, izquierdos y derechos, permitiendo una

mayor concentración; es decir estimula las respuestas cognitivas mejoradas en el ser

humano. Es decir, los estudios han coincidido que por efecto de la música sobre el
cerebro infantil provoca una activación de la corteza cerebral, específicamente en las

zonas frontal y occipital, implicadas en el procesamiento espacio-temporal.

Así mismo fue (Campbell, 1998) investigador del Efecto Mozart estableció

factores que llevan a una relación entre la lectura y la música, los cuales tiene un efecto

positivo en el desarrollo de habilidades lectoras tales como: leer en conjunto con el niño

en voz alta, localizar información que se encuentra en el texto (capacidad literal) y por

último inferir el uso de la información del texto para deducir una idea que no está

escrita, pero que se puede sobrentender (capacidad inferencial).

Este tipo de actividades o ejercicios tiene mas eficiencia cuando comienza la

practica desde tempranas edades

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