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LA MÚSICA Y EL CEREBRO

I. ¿Estamos cableados para la música?

La música es un universal humano. Para determinar si cierto rasgo humano forma


parte del cableado cerebral, los científicos lo someten a un conjunto de criterios.
Algunas de las preguntas relativas a la evidencia biológica del cableado musical
incluyen: 1) si está presente o no en todas las culturas; 2) si la capacidad de
procesar la música aparece temprano en la vida, es decir, se encuentra en
infantes; 3) si se encuentran ejemplos de música en el mundo animal; y 4) si hay
especialistas áreas del cerebro dedicadas a ello. La música cumple con todos
estos criterios, y definitivamente está cableada en el cerebro humano.

Todas las culturas tienen música

Durante miles de años la gente ha cantado, interpretado y disfrutado de la música.


Los viajeros del mundo y los científicos sociales han observado consistentemente
que todas las personas en el mundo tienen algún tipo de música, y todas las
personas reconocen la música cuando la escuchan, aunque tengan diferentes
nombres y categorías para lo que escuchan. Si bien la música de otras culturas
sonará diferente y tendrá diferentes significados y emociones asociadas a ella,
cada cultura la hace.

Investigadores de diferentes campos han resumido conclusiones sobre la


naturaleza de la música y la cultura después de muchos años de observar el
comportamiento humano y la música. Alan Merriam, antropólogo y uno de los
fundadores de la etnomusicología, creó una lista de diez puntos en común del
comportamiento musical después de viajar extensamente entre muchas personas
diferentes. Su lista, conocida como las “Diez funciones de la música”, está incluida
en su histórico estudio La antropología de la música (1964).

1. Expresión emocional
2. Disfrute estético
3. Entretenimiento
4. Comunicación
5. Representación simbólica
6. Respuesta física
7. Hacer cumplir la conformidad con las normas sociales
8. Validación de instituciones sociales y rituales religiosos
9. Proporcionando continuidad y estabilidad de la cultura
10. Facilitar la integración social

Everett Gaston, psicólogo, educador musical y padre fundador de la


musicoterapia, desarrolló una lista similar que contenía ocho consideraciones
fundamentales sobre el impacto de la música en los humanos respecto a su
trabajo sobre la música y la terapia en Música en Terapia (1968).
1. Todos los humanos necesitan expresión estética y experiencias
2. Las experiencias musicales están determinadas culturalmente
3. La música tiene significado espiritual
4. La música es comunicación
5. La música estructura la realidad
6. La música se deriva de las emociones humanas más profundas y tiernas
7. La música sirve como fuente de gratificación personal
8. La potencia de los efectos musicales es mayor en las interacciones sociales

Funciones fisiológicas y culturales de la música

Es imposible separar lo que ahora sabemos sobre el papel del cuerpo en la


creación de la música de las conductas musicales culturales. Queda por ver
cuánto papel juega el neurológico en la creación y percepción musicales y cuánto
se rige por la música como institución cultural. Sin embargo, es valioso considerar
las implicaciones de ambos cuando se habla del impacto de la música en los
humanos. Después de varias décadas de investigación, he desarrollado un
conjunto de funciones para la música que toma en cuenta el papel de la
neurología y fisiología, así como la cultura en su relación con la música.

Conecta socialmente
 Integra, moviliza, controla, expresa, une y normaliza.
Comunica
 Historia, memoria, emociones, creencias culturales y costumbres sociales.
Educa, crea el statu quo, y también protesta contra él.
Coordina e instiga el movimiento neurológico y físico
 Trabajo/mano de obra, simulacros militares, danza, ritual y trance.
 Las canciones y los cantos utilizan el ritmo para mantener el tempo de un
grupo y coordinar los movimientos, o bien estimula el arrastre que se
encuentra en trance alineando las frecuencias del cerebro con las del
sonido.
Estimula los sentidos de placer
 Excita, emociona, entretiene y provoca respuestas neuroquímicas, como
manos sudorosas y latidos cardíacos rápidos.
 Es adictivo, crea ciclos de expectativa y satisface esa anticipación. Estimula
el centro de placer en la parte antigua del cerebro responsable de
recompensar estímulos como la comida o el sexo.
 Nos da un “escalofrío” al escuchar música de una liberación de dopamina
anticipando una respuesta emocional máxima.
Altera la percepción
 Regula y cambia el estado de ánimo/emoción. Es terapéutico, catártico y
permite trascendencia.
 Fomenta la experiencia flexible del tiempo.
 Aumenta el enfoque y la atención y estimula grandes áreas del cerebro.
Construye identidad (cultural y personal)
 Define, representa, simboliza, expresa y transforma (Sarrazin, 2014).

Prueba esto

En nuestra cultura, tendemos a pensar en la música principalmente como


entretenimiento. Después de estudiar las tres listas dadas anteriormente, ¿se te
ocurren ejemplos de usos alternos para la música? ¿Puedes pensar en ejemplos
de relaciones humanas con la música desde tu propia experiencia? ¿Para qué
usas la música? ¿Cuándo? ¿Cómo usan usted u otros la música para fomentar las
relaciones con los demás? ¿Para comunicarse? ¿Reestructurar la realidad?

Habilidad Musical en Infantes

Según investigaciones neurológicas recientes, “la capacidad de percibir y disfrutar


de la música es un rasgo humano innato” (Sousa, 2011, p. 221). Si la música es
un componente innato y biológico, se debe encontrar en infantes, así como en
otras especies animales. De hecho, la habilidad musical se encuentra en los
infantes, quienes con tan solo unos meses de edad pueden manipular un objeto
en respuesta a escuchar ciertas canciones. Los bebés también pueden diferenciar
entre sonidos, así como reconocer diferentes melodías. Ellos son muy conscientes
de la voz de su madre y volverán la cabeza hacia ella cuando ella hable.

Uso musical en la cultura animal

Otro enfoque que los científicos toman para determinar si estamos cableados para
la música es buscar ejemplos en el mundo animal. Todos somos conscientes de la
presencia del canto de los pájaros y de los patrones musicales que emiten los
delfines y las ballenas para comunicarse, pero hasta el momento, ha sido difícil
determinar si los animales tienen la capacidad de abstracción requerida para
entender la música y el arte. Sin embargo, hay ejemplos crecientes en
investigaciones con animales que demuestran que los animales efectivamente
usan música, y que los monos y otros animales usan patrones musicales y
también pueden escuchar abstracciones en la música. Un estudio de Kaplan
(2009) indica que los animales responden a la música e incluso pueden participar
en actividades musicales.

Áreas Especializadas del Cerebro

La pista final sobre la innatencia de la música es que hay muchas áreas del
cerebro que procesan la música. La corteza auditiva tiene áreas que procesan el
tono, mientras que otras áreas del cerebro combinan biología y cultura para
estimular el sistema límbico para que responda emocionalmente a la música.

II. Cómo procesa la música el cerebro

Los neurólogos saben desde hace mucho tiempo que había áreas del cerebro
dedicadas específicamente a la música, pero a través de FMRI y exploraciones de
mascotas realizadas en tiempo en vivo, han descubierto que el alcance de la
música es mucho más extenso. Al escuchar música, las vibraciones sonoras
ingresan a la corteza auditiva y se descomponen instantáneamente en elementos
de tono, timbre, relaciones espaciales y duración del tono. Luego se envían los
datos a otras partes del cerebro y se comparan con las asociaciones de sonido
almacenadas (corro o me quedo) y las respuestas emocionales (me gusta o no),
estimulando muchas partes del cerebro en ambos hemisferios.

La corteza auditiva es la región principal del cerebro para escuchar y procesar el


sonido, y es parte de la corteza cerebral del cerebro. Como cabría esperar, la
corteza auditiva nos ayuda a discernir diferentes sonidos procesados por la
cóclea. Procesa frecuencias (tono), y contiene numerosas neuronas organizadas
de baja a alta (conocida como mapa de frecuencias), las cuales están dedicadas a
tonos específicos. La corteza auditiva también reconoce la ubicación de diferentes
fuentes de sonido en el espacio, y puede identificar y segregar diferentes objetos
auditivos.

Otro aspecto de la función de la corteza auditiva es cómo agrupa o percibe la


información musical. Diana Deutsch (2010) escribe que la corteza auditiva realiza
fusiones y separaciones de componentes de sonido de acuerdo con los
fundamentos musicales de tono (frecuencia) y sincronización. La información de
tono es uno de los aspectos más significativos y mejor entendidos del cerebro
musical. La información de tono incluye los conceptos relacionados de intervalos,
melodía y armonía. El cerebro procesa la información de tono tanto a nivel local
como global, donde la música local se refiere a los intervalos entre tonos, mientras
que el procesamiento global se refiere a todo el contorno de la melodía. Este tipo
de procesamiento puede tener implicaciones para la enseñanza, y la conciencia
de la reacción del cerebro a la música puede ayudar a informar estrategias y
técnicas de enseñanza.

La información del tiempo, que incluye ritmo, tempo y medidor, timbre, significado
y emoción, es menos entendida. El timbre musical es uno de los componentes
más críticos de la música, sin embargo, sigue siendo uno de los atributos
perceptivos humanos más misteriosos. En un estudio de 2012, Patil et al.
examinaron los fundamentos neuronales del timbre musical para comprender los
procesos subyacentes del reconocimiento de timbre. Observaron cómo se
reconoce el timbre en la corteza auditiva primaria de los mamíferos para predecir
el reconocimiento de fuentes de sonido humanas. La corteza auditiva primaria es
una de las áreas más antiguas y desarrolladas del cerebro humano, lo que sugiere
que reconocer el timbre es una función extremadamente importante en la
evolución humana. Aunque los neurólogos todavía están explorando cómo
funciona la corteza auditiva, ahora creen que el procesamiento de la música es en
realidad mucho más complejo de lo que inicialmente se imaginaba, e involucra
muchas más partes del cerebro de lo que se pensaba anteriormente.

mira esto

En 2009, el Festival Mundial de la Ciencia “Notas y neuronas: En busca del coro


común” cuenta con Bobby McFerrin y una serie de científicos que discuten el
impacto de la música en el cerebro humano.

III. Beneficios de aprender música

La influencia de la música en el cerebro es significativa e incluye mejoras


terapéuticas, beneficios curativos, educativos y cognitivos. Según Campbell
(2011b), autor del libro Healing at the Speed of Sound: How What We Hear
Transforms Our Brains and Our Lives, “Un niño que se mueve, baila y canta
aprende desde el principio a la coordinación entre su ojo, oído y sonido. Y [la
experiencia de participar en la educación musical] ayuda a integrar lo social, lo
emocional y el contexto real de lo que estamos aprendiendo. Hay estudios que
muestran que los niños que tocan música tienen puntuaciones SAT más altas, que
aprender a controlar el ritmo y el tempo no sólo les ayuda a llevarse bien con los
demás sino que planta semillas para ventajas similares cuando envejecemos
mucho”.

La música no solo ayuda a aumentar la memoria verbal de los niños y reduce la


pérdida de memoria durante el envejecimiento, sino que ayuda a las personas a
sanar más rápido después de un accidente cerebrovascular, reduce el estrés y la
ansiedad, aumenta la retención de la memoria, ayuda a los receptores de
trasplante y alivia

La música muestra un impacto positivo en la;

 visión, conciencia corporal y habilidades motoras gruesas y finas;


 direccionalidad: moverse de manera expresiva en respuesta a las
instrucciones y el uso de instrumentos musicales;
 adquisición de lenguaje receptivo y expresivo, voz en el canto;
 habilidades cognitivas de memorización, secuenciación, imitación y
clasificación; hacer relaciones y elecciones afecta la capacidad de cada
niño para crear nuevas letras, melodías, armonías y ritmos y expresar
percepciones de dinámica, estado de ánimo, forma y timbre;
 y capacidad de prestar atención.

En un estudio de 2006, Tallal et al. sugieren relaciones entre la formación musical,


el procesamiento auditivo, el lenguaje y las habilidades literarias. El estudio
muestra que la formación y la aptitud musicales mejoran o se correlacionan
positivamente con:
 Procesamiento de música (melodía, ritmo, medidor, timbre, armonía, etc.)
 Procesamiento auditivo general (discriminación de tono, memoria de tono,
procesamiento espectro temporal rápido auditivo)
 Lenguaje y habilidades literarias (lectura, conciencia fonológica,
procesamiento de tono en el habla, percepción de prosodia, memoria
verbal, fluidez verbal)

El estudio también indica que después de la formación musical, hubo una mejora
en la atención, habilidades de secuenciación y procesamiento de componentes
literarios como sílabas, habilidades lingüísticas y habilidades de alfabetización.

Un estudio de dos a tres años concluyó que los niños que asisten a una escuela
de juegos musicales exhibieron diferencias significativas en la discriminación
auditiva y la atención en comparación con los niños no involucrados en la música.
Los niños con exposición a más actividades musicales mostraron un
procesamiento más maduro de las características auditivas y una mayor
sensibilidad en los aspectos temporales de los sonidos, mientras que los sonidos
sorprendentes fueron menos propensos a distraer la atención de los niños
(Putkenin et al., 2013).

Estudio tras estudio registra hallazgos significativos sobre cambios cerebrales en


músicos, particularmente regiones motoras, auditivas y visual-espaciales de
músicos instrumentales (Gaser, 2003). Estos mismos cambios cerebrales ocurren
a edades muy tempranas para los niños pequeños que tocan música. Los niños
con solo 15 meses de entrenamiento musical demostraron cambios estructurales
cerebrales en la primera infancia, los cuales se correlacionaron con mejoras en las
habilidades motoras y auditivas relevantes (Hyde et al., 2009).

Actividad

aprender más

1. ¿Qué tiene que ver la música con la creatividad? Esta charla TED de
Charles Limb discute justamente eso y más.
2. “Cómo la música nos cambia el cerebro”: Un artículo sobre cómo la música
afecta al cerebro.
3. Un video increíble que muestra a un niño de tres años dirigiendo a
Beethoven.
4. Un artículo y video sobre los efectos psicológicos de la música en la salud y
para ayudar al cuerpo a dormir.

El efecto “Mozart”

En la última década, los científicos se han interesado mucho en estudiar los


efectos del sonido en el cerebro humano, y los padres se han apresurado a
abrazar y aplicar cualquier beneficio posible al desarrollo de sus hijos. Uno de los
primeros estudios que estimularon una curiosidad bastante acentuada por los
beneficios de la música fue apodado el “Efecto Mozart”. En 1993 se publicó un
estudio de Rauscher et al., que analizó las posibles correlaciones entre escuchar
diferentes tipos de música e inteligencia. Poco después, el estudio acreditó
erróneamente la noción de que escuchar música clásica, particularmente la
música de Mozart, te hacía más inteligente. En consecuencia, la gente empezó a
comprar y jugar Mozart a sus hijos pensando que esto aumentaría su inteligencia.
El gobernador de Georgia, Zell Miller, en 1998, propuso enviar a cada recién
nacido en el estado una copia de un CD clásico basado en este supuesto “efecto”.
La compañía de juguetes Baby Einstein también se lanzó como reacción a este
estudio. Sin embargo, el estudio solo demostró un pequeño beneficio en el área
del razonamiento espacial como resultado de escuchar a Mozart, y los limitados
resultados mostraron que el coeficiente intelectual de una persona aumentó solo
por un breve período de tiempo, no más de 15 minutos, después de lo cual volvió
a la normalidad. Otros estudios no han podido replicar ni siquiera el bache de 15
minutos en el coeficiente intelectual.

Lea esto la reacción del gobernador Miller al “Efecto Mozart”

IV. Escuchar música vs. crear música

Tanto escuchar cómo crear música son factores cruciales para involucrar el
cerebro de un niño con la música. Hay, sin embargo, una clara diferencia en lo que
sucede en nuestro cerebro cuando escuchamos música y cuando hacemos
música.

En cuanto a escuchar música, existe una diferencia entre la intensidad y el


enfoque requeridos para simplemente escuchar música (o escuchar cualquier
cosa para el caso) y escuchar música. Escuchar es el acto de percibir sonidos por
el oído. En otras palabras, si no tienes problemas de audición, tu oído captará y
recibirá sonidos. La escucha buena y activa, por otro lado, es algo que se hace
conscientemente, y requiere algún tipo de enfoque o engagement en nombre del
individuo. La mayoría de nosotros somos muy conscientes del hecho de que
podemos escuchar algo sin realmente escucharlo ni entenderlo.

También es cierto que todo escuchar no es lo mismo. En cuanto a nuestras


interacciones diarias con el sonido, estamos constantemente bombardeados con
todo tipo de sonidos, tanto elegidos como no elegidos. Kassabian (2013) llama a la
presencia constante de la música en la vida moderna “escucha ubicua”. Los niños
también están inundados de sonidos que mejoran la vida o distraen de ella,
dividiendo la ya frágil atención de los niños y dificultando que filtren los ruidos no
deseados y la concentración.

Comprender toda la gama de posibilidades de escucha comienza con lo que


Peterson (2006) identifica como tres tipos de escucha: escucha pasiva, escucha
receptiva y escucha activa.
 La escucha pasiva significa que la música está de fondo, y por lo general la
persona está haciendo otra cosa mientras se reproduce la música. Hay muy
poco en la forma de interacción o compromiso con la música.
o Ejemplos en el aula: Tocando música mientras los niños hacen la
tarea.
 La escucha receptiva significa que la música crea una atmósfera. El oyente
responde con una emoción intensificada.
o Ejemplos en el aula: tocar música calmante después de un evento
activo; tocar música antes de que comience la jornada escolar.
 La escucha activa significa que la música es el foco principal. El oyente
interactúa con la música de una manera cognitiva, emocional y significativa.
o Ejemplos en el aula: Encontrar el significado de la pieza a través de
la letra, reconocer patrones musicales y encontrar elementos como
frases, dirección de la melodía y ritmo.

Estos tres tipos de escucha no están clasificados de ninguna manera, ni estas


categorías son concretas. Hay momentos específicos en los que un tipo cumplirá
el objetivo de una actividad de manera más efectiva que otro y, como señala
Peterson (2006), a veces te encuentras escuchando activamente una pieza de
música de fondo o incluso un tono de llamada, o podrías desconectarte tan
fácilmente de un recital de concierto en vivo como un miembro de la audiencia.
Toda la escucha de música no puede ser escucha activa. Es importante tener en
cuenta que el simple hecho de exponer a los niños a la música en sí mismo ya es
extremadamente beneficioso y altamente influyente en términos de desarrollar
gustos musicales extendidos, y conecta la música con el bienestar del niño a nivel
emocional y cognitivo. Crear oyentes activos que puedan enfocar, concentrar y
dirigir su atención debe ser uno de los principales objetivos de la enseñanza, y uno
en el que la música pueda desempeñar un papel vital.

Si bien escuchar música es maravilloso para nuestro cerebro, resulta que la


interpretación musical es realmente donde ocurren los fuegos artificiales.

 Interpretar música involucra todas las regiones del cerebro como las
cortezas visuales, auditivas, motoras, sensoriales y prefrontales; cuerpo
calloso; hipocampo; y cerebelo. Acelera la comunicación entre los
hemisferios y afecta el lenguaje y el funcionamiento cerebral de orden
superior.
 La música aumenta la plasticidad cerebral, cambiando las vías neuronales.
Los músicos tienden a tener una mayor memoria de palabras y patrones
cerebrales neuronales más complejos, así como un mayor funcionamiento
ejecutivo organizacional y de orden superior.
 Tocar un instrumento influye en partes generalizadas del cerebro utilizadas
para otras funciones. Las personas que reciben entrenamiento musical
demostraron una mayor eficiencia en muchas otras habilidades, incluida la
capacidad de procesamiento lingüístico, y el aumento de las regiones
cerebrales motoras, auditivas y visual-espaciales (Gaser y Schlaug, 2003).
En definitiva, los científicos dicen que nada de lo que hacemos como humanos
usa más partes de nuestro cerebro y es más complejo que tocar un instrumento.

Pero hasta hace muy poco, no teníamos pruebas de los amplios beneficios
cognitivos de la música. Sin embargo, algún imperativo innato de hacer música ha
garantizado su existencia, una hazaña notable considerando que la música
requiere una inversión cultural tan intensa. Pero de todas las contribuciones de la
música a la condición humana, su capacidad para crear cohesión social y
comunicar emociones ha asegurado su longevidad. Los psicólogos evolutivos
Kirschner y Tomasello sugieren fuertemente que la música fomenta la vinculación
social y la empatía (2010). Los niños que previamente habían hecho música juntos
tenían significativamente más probabilidades de ayudarse espontáneamente que
aquellos que no lo habían hecho.

Actividad

Prueba esto

Cree ideas de lecciones que involucren una escucha pasiva, receptiva y activa con
los niños.

Escuchar música activa

Guiar a los niños hacia una escucha más deliberada y activa que involucre al
cerebro y todas sus conexiones neuronales es altamente beneficioso. Es de
esperar que los niños puedan comprender no sólo los elementos musicales, sino
también descubrir el significado cognitivo y los aspectos de memoria de la canción
para estimular todas las partes del cerebro mencionadas en la sección anterior.

La escucha de música está, por supuesto, estrechamente relacionada con la


función cerebral. La estimulación auditiva a través de actividades simples puede
mejorar la atención en los niños, ejercitar el cerebro y crear un cerebro flexible y
receptivo. Los ejercicios de discriminación auditiva trabajan la capacidad del niño
para escuchar las diferencias en el sonido con el fin de organizarse y darle sentido
al sonido. Estos ejercicios proporcionan puntos focales para la escucha activa y la
respuesta de los niños, trabajando la escucha local.

Aunque estos ejercicios fueron desarrollados para niños con necesidades


especiales, son altamente aplicables en el desarrollo de habilidades cruciales de
escucha musical y para ayudar a los niños a reconocer categorías de música,
instrumentos y timbre de sonidos.

Ejercicios para participar en la discriminación auditiva.

Adaptado de Callandar y Buttriss (2007)


Actividad

Identificación aural-visual

 Los niños escuchan sonidos en un CD y señalan una imagen del objeto


haciendo el sonido y nombrarlo.
 Señale un objeto real que haga el sonido y luego pruébalo.
 Paseo sonoro: los alumnos hacen dibujos o escriben los nombres de los
sonidos que escuchan en la caminata.
 Muestre a los niños las tarjetas de imagen-sustantivo y haga que aplaudan
los ritmos de la sílaba
 Identificación auditiva: Escucha el sonido de objetos reales con los ojos
cerrados. Los niños adivinan y nombran.
 Bingo sonoro: Escucha sonidos y cubre la imagen correcta.
 Aplaudir o tocar ritmos de los nombres de los niños y hacer que los
identifiquen.
Agrupación de sonidos

 Pida a los niños que agrupen sonidos similares por fuente (animales,
instrumentos musicales, vehículos); por timbre (áspero, aireado, áspero); o
por material (madera, metálico, electrónico).
 Una salida extraña: pida a los alumnos que identifiquen el sonido que no
forma parte de un grupo de sonidos (por ejemplo, perros ladrando,
gruñidos de cerdos, mugidos de vacas, interpretación de instrumentos
musicales).
Discriminación musical

 Discriminar entre frases o secciones ruidoso/silenciosas, altas/bajas,


rápidas/lentas, rugosas y suaves, contrastantes.

Prueba esto

Piense en algunas actividades que incorporen los ejercicios anteriores. ¿Cómo


podrías adaptar algunos de estos a una lección de artes del lenguaje? ¿Una
lección de estudios sociales? ¿Una lección de arte?

Referencias

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beneficios del entrenamiento musical sobre la función cerebral en jóvenes y
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El vocabulario
escucha activa: la música es el foco principal; el oyente interactúa con la música
de una manera cognitiva, emocional y significativa

discriminación auditiva: la capacidad de escuchar diferencias en el sonido para


organizar y darle sentido al sonido

estimulación auditiva: estimular el cerebro a través del sonido como la música

audición: el acto de percibir sonidos a través del oído

escucha pasiva: la música está de fondo, y por lo general la persona está


haciendo otra cosa mientras se reproduce la música; hay muy poco en la forma de
interacción o compromiso con la música

escucha receptiva: significa que la música crea una atmósfera; el oyente responde
con una emoción intensificada

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