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Tema 3. Cantidad vocálica y silábica. El acento latino.

Repercusión en el verso y en la prosa. La pervivencia de la


colocación del acento latino en las lenguas romances
peninsulares.

1. Introducción
En este tema vamos a abordar los conceptos básicos de la lengua latina, que según el
marco curricular establecido por el RD 1105/2014 encajarían en los bloques II de 4º de
Eso y 1º de Bachillerato, en lo relativo al alfabeto y su pronunciación, y al bloque IV de
2º de Bachillerato en lo que respecta a la prosodia y a la métrica.

2. Cantidad vocálica y silábica.

2.1 Cantidad vocálica.

La cantidad es el tiempo que se tarda en pronunciar una vocal, éstas pueden ser
largas o breves. Los gramáticos latinos decían que las largas duraban el doble que las
breves, por tanto, equivalían a dos breves. Sin embargo, también puede ocurrir que una
vocal breve por naturaleza sea larga por posición, esto es, cambia su cantidad en función
del contexto fónico: cantidad silábica.

2.2 Cantidad silábica.

El silabeo de las palabras compuestas venía determinado por el grado de cultura


de los hablantes y por el ritmo de la conversación. En cuanto a la cantidad, una sílaba
podía ser larga o breve; se considera breve si no tiene más que una bocal en sílaba
abierta; y larga cuando contiene una vocal larga o diptongo o cuando contiene una vocal
breve seguida de una o más consonantes, excepto si son muda y líquida.

* sílaba abierta: si acaba en vocal

* sílaba cerrada: si acaba en consonante

Así pues, el latín hizo su aparición como lengua históricamente atestiguada por
documentos escritos con un sistema vocálico compuesto por cinco vocales breves, cinco
vocales largas y cinco diptongos. Las vocales breves y largas se distinguían por la
articulación, por el timbre y por la cantidad. Ella por sí sola no tenía valor distintivo,
como lo demuestran las parejas malus/malus con larga y breve. Su valor semántico se
basa en la variación de la cantidad. En cuanto a los diptongos, también debieron
oponerse según cantidad, es decir, una serie larga de diptongos frente a una breve, pero
en la época histórica el latín casi no conoce más que la segunda. Los diptongos largos,
muy inestables ya desde el IE o bien se convirtieron en diptongos breves o bien en
vocales largas.

2.3 Reglas generales de la cantidad.

Largas por naturaleza:

- Todos los diptongos: ai > ae; au, ei, eu, oi > oe, ui: Caedes

- Las vocales procedentes de diptongo: occido < occaedo

- Las vocales procedentes de contracción: cogo < coago

Cantidad de la posición:

- Toda vocal seguida de otra vocal es breve: vocalis ante vocalem corripitur; excepto:

a) fio y todas sus formas sin r.

b) la e del gn. y dat. de la 5ª declinación cuando va precedida de otra vocal: diei.

c) la a y e del gn. y voc. de los nombres en -aius, -eius y los dat. y abl. pl. de la
1ª y 2ª declinación en -ais y -ois y los nom. pl. de la 5ª

d) la -i de los gn. en -ius

e) la -a de la 1ª decl. de los genitivos arcaicos en -ai

f) palabras derivadas del griego: Theseus

- Alargamiento por posición: vocal breve seguida de:

a) dos consonantes

b) consonante doble

c) la -i semivocal ante otra vocal

d) cuando una palabra termina por consonante y la siguiente empieza por


consonante
- Positio debilis: muta cum liquida no hace posición.

2.5 Cantidad de las sílabas finales.

Sílaba final abierta

- Son largas:

a) finales en a, excepto el nom. y voc. de la 1ª decl. y los plurales neutros.

b) finales en i, excepto el voc. y dat. de los nombres griegos; la i de nisi y quasi,


y la i de los dativos de los pronombres personales.

c) finales en o: excepto ego, duo, cito, modo, imo, y la o de los verbos scio,
nescio, puto y volo.

d) los finales en u

e) los monosílabos

- Son breves:

a) los abls. de la 5ª decl. y sus compuestos

b) los imperativos de la 2ª conjugación

c) los adverbios derivados de adjetivos en -us

d) los pronombres monosilábicos, la conjunción ne y la preposición de.

Sílaba final cerrada

- Son largas: las finales en -c, con excepción de nec y donec.

- Son anceps: hic y fac.

- Son breves: las finales en b, d, t, l, m, r, n con algunas excepciones, como las palabras
sol, los monosílabos non, quin, las palabras fur, far y los finales en -t cuando la palabra
va precedida de un diptongo u otra consonante.

2.5 Cantidad de las sílabas finales en -s.

- Son largas:

a) los finales en -as, excepto los nom. de origen griego con gn. -adis; acus. pl. de
origen griego.
b) finales en -es; excepto la preposición penes y la segunda persona del verbo
esse y sus compuestos; el nom. y voc. pl. de nombres que proceden del griego.

c) finales en -os.

- Son breves:

a) finales en -is; excepto los dat. y abl. pl., la segunda persona del singular del
presente de indicativo de la cuarta conjugación, los nom. es -is de la tercera declinación
que tienen larga la sílaba final del tema; la segunda persona en -is del subjuntivo cuando
procede de la contracción de -eis

b) finales en -us; excepto las desinencias de la 4ª decl. menos el nom.

3. El acento latino.

Está íntimamente relacionado con la intensidad y con la altura. Según Gili Gaya, el
acento es ‘’un esfuerzo intencional que realza determinadas sílabas sobre otras de la
misma palabra o frase.’’

En cuanto a la naturaleza del acento latino, existen dos escuelas:

La escuela francesa defiende la teoría del acento musical. El acento se llama


musical cuando se pronuncia elevando la voz en tono musical más alto. Sus partidarios
afirman que el primitivo acento IE era libre y musical. Este fue continuado en época
histórica, manteniéndose entre el s. II a.C. y el IV d.C.

La escuela alemana defiende la teoría del acento de intensidad. Schmitt emitió la


teoría de la centralización, según la cual el acento tiene la misión de poner de relieve
una sílaba respecto de las demás. Según esta teoría, el acento musical no existe y el latín
sería una lengua más centralizada que el griego.

Otras investigaciones admiten la existencia de un acento musical, pero tan solo en


las capas altas de la sociedad y por influjo helenizante, por eso desaparece a partir del s.
IV con el decaer de la cultura. Las pruebas de este cambio son el acento de intensidad
de las lenguas romances, el testimonio de los gramáticos, las numerosas faltas de los
poetas en la versificación al vacilar entre los esquemas cuantitativos tradicionales y la
realidad de la lengua. También Allen señala el valor intensivo de la abreviación
yámbica, o el hecho de que la doble consonante alargue igualmente la sílaba cuya vocal
es breve.

3.1 El problema de la intensidad inicial

Algunos lingüistas suponen que durante un periodo de la historia del latín


preliterario existió un acento de intensidad que afectaba a la primera sílaba de las
palabras. La teoría fue iniciada por Dietrich para explicar las debilitaciones y síncopas
de las vocales interiores y finales. Según los partidarios de la escuela francesa, el acento
musical clásico habría sustituido a la intensidad inicial primitiva.

Meillet negó la existencia del acento inicial de intensidad, decía que dicha
intensidad no era propiamente un acento, sino que consistía en que la sílaba inicial se
pronunciaba con mayor claridad. En cambio, los partidarios de la escuela alemana ven
en este acento intensivo inicial un apoyo para su teoría del acento clásico intensivo.
Admiten un cambio de posición, pero no de naturaleza. Para ellos, el acento inicial no es
más que una fase intermedia entre el acento musical IE y el acento espiratorio de la
época histórica.

Sobre el origen de este acento hay tres hipótesis:

- herencia griega

- origen etrusco

- el latín lo desarrolla espontáneamente

Algunos datos a favor de la intensidad inicial podría ser el debilitamiento de las


vocales breves internas y finales, bien por apofonía, síncopa o bien por abreviamiento
de vocales en final de sílaba.

Algunos datos en contra podrían ser que la intensidad inicial no sólo habría
producido debilitamientos esporádicos, sino generalizados. También resulta muy
difñicil explicar el acento de intensidad inicial si se admite un acento musical, porque
entre este acento y el primitivo IE habría que intercalar un periodo de acento intensivo.

3.2 Reglas generales de la acentuación y excepciones.


a) Ley del trisilabismo: el acento no se puede colocar más allá de la antepenúltima
sílaba.

b) Ley de la baritonesis: si la penúltima es larga se acentúa, si es breve se acentúa la


antepenúltima.

c) Ley de la penúltima: en las palabras de dos sílabas el acento recae sobre la primera.

Algunas excepciones aparentes:

a) Palabras oxítonas por apócope de -e o síncopa de -i, -ui


b) Palabras enclíticas: cuando el acento enclítico desaparece de la conciencia de los
hablantes, el conjunto fónico se considera como una palabra de valor nuevo y
unitario y cae de nuevo bajo la ley de la penúltima.
c) Compuestos de Facio.
d) Preposiciones

3.3 Acentuación de las palabras griegas en latín.

Suele señalarse que el latín literario prefiere la acentuación latina y que en latín
vulgar permanece la griega, pero también encontramos el fenómeno inverso, puesto que
el vulgo, cuando recoge voces extranjeras, las acentúa conforme el carácter prosódico
de su propia lengua. En el periodo arcaico, las palabras griegas se acentuaban
generalmente al modo latino. En época clásica se acentuó a la griega o bien a la latina,
según prevaleciera la escuela nueva o arcaizante.

4. Repercusión en el verso y en la prosa.

Al desaparecer en la lengua la oposición cuantitativa y mantenerse en la


versificación la oposición larga/breve como base métrica, el acento, ya intensivo, es
causa de que se produzcan errores en la versificación al tomar como larga una sílaba
breve, pero acentuada. Al desaparecer en los hablantes la facultad de percibir la
duración de las sílabas se perdieron los esquemas métricos. La prosa métrica fue así
degenerando en prosa rítmica.
5. Pervivencia de la colocación del acento en las lenguas romances peninsulares.

La sílaba que en latín estaba acentuada sigue siendo, por normal general, la cumbre
rítmica de la palabra romance. Aunque las lenguas románicas dan fe de un cierto
número de desplazamientos del acento debidos a causas de orden fisiológico o
psicológico.

6. Conclusión

Hemos analizado las principales características de la cantidad y el acento latino


desde una perspectiva diacrónica partiendo de su situación en latín hasta su pervivencia
en las lenguas romances peninsulares. Los contenidos de este tema permitirán al
alumnado adquirir especialmente las competencias Lingüística y Conciencia y
expresiones culturales.

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