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1. Introducción
En este tema vamos a abordar los conceptos básicos de la lengua latina, que según el
marco curricular establecido por el RD 1105/2014 encajarían en los bloques II de 4º de
Eso y 1º de Bachillerato, en lo relativo al alfabeto y su pronunciación, y al bloque IV de
2º de Bachillerato en lo que respecta a la prosodia y a la métrica.
La cantidad es el tiempo que se tarda en pronunciar una vocal, éstas pueden ser
largas o breves. Los gramáticos latinos decían que las largas duraban el doble que las
breves, por tanto, equivalían a dos breves. Sin embargo, también puede ocurrir que una
vocal breve por naturaleza sea larga por posición, esto es, cambia su cantidad en función
del contexto fónico: cantidad silábica.
Así pues, el latín hizo su aparición como lengua históricamente atestiguada por
documentos escritos con un sistema vocálico compuesto por cinco vocales breves, cinco
vocales largas y cinco diptongos. Las vocales breves y largas se distinguían por la
articulación, por el timbre y por la cantidad. Ella por sí sola no tenía valor distintivo,
como lo demuestran las parejas malus/malus con larga y breve. Su valor semántico se
basa en la variación de la cantidad. En cuanto a los diptongos, también debieron
oponerse según cantidad, es decir, una serie larga de diptongos frente a una breve, pero
en la época histórica el latín casi no conoce más que la segunda. Los diptongos largos,
muy inestables ya desde el IE o bien se convirtieron en diptongos breves o bien en
vocales largas.
- Todos los diptongos: ai > ae; au, ei, eu, oi > oe, ui: Caedes
Cantidad de la posición:
- Toda vocal seguida de otra vocal es breve: vocalis ante vocalem corripitur; excepto:
c) la a y e del gn. y voc. de los nombres en -aius, -eius y los dat. y abl. pl. de la
1ª y 2ª declinación en -ais y -ois y los nom. pl. de la 5ª
a) dos consonantes
b) consonante doble
- Son largas:
c) finales en o: excepto ego, duo, cito, modo, imo, y la o de los verbos scio,
nescio, puto y volo.
d) los finales en u
e) los monosílabos
- Son breves:
- Son breves: las finales en b, d, t, l, m, r, n con algunas excepciones, como las palabras
sol, los monosílabos non, quin, las palabras fur, far y los finales en -t cuando la palabra
va precedida de un diptongo u otra consonante.
- Son largas:
a) los finales en -as, excepto los nom. de origen griego con gn. -adis; acus. pl. de
origen griego.
b) finales en -es; excepto la preposición penes y la segunda persona del verbo
esse y sus compuestos; el nom. y voc. pl. de nombres que proceden del griego.
c) finales en -os.
- Son breves:
a) finales en -is; excepto los dat. y abl. pl., la segunda persona del singular del
presente de indicativo de la cuarta conjugación, los nom. es -is de la tercera declinación
que tienen larga la sílaba final del tema; la segunda persona en -is del subjuntivo cuando
procede de la contracción de -eis
3. El acento latino.
Está íntimamente relacionado con la intensidad y con la altura. Según Gili Gaya, el
acento es ‘’un esfuerzo intencional que realza determinadas sílabas sobre otras de la
misma palabra o frase.’’
Meillet negó la existencia del acento inicial de intensidad, decía que dicha
intensidad no era propiamente un acento, sino que consistía en que la sílaba inicial se
pronunciaba con mayor claridad. En cambio, los partidarios de la escuela alemana ven
en este acento intensivo inicial un apoyo para su teoría del acento clásico intensivo.
Admiten un cambio de posición, pero no de naturaleza. Para ellos, el acento inicial no es
más que una fase intermedia entre el acento musical IE y el acento espiratorio de la
época histórica.
- herencia griega
- origen etrusco
Algunos datos en contra podrían ser que la intensidad inicial no sólo habría
producido debilitamientos esporádicos, sino generalizados. También resulta muy
difñicil explicar el acento de intensidad inicial si se admite un acento musical, porque
entre este acento y el primitivo IE habría que intercalar un periodo de acento intensivo.
c) Ley de la penúltima: en las palabras de dos sílabas el acento recae sobre la primera.
Suele señalarse que el latín literario prefiere la acentuación latina y que en latín
vulgar permanece la griega, pero también encontramos el fenómeno inverso, puesto que
el vulgo, cuando recoge voces extranjeras, las acentúa conforme el carácter prosódico
de su propia lengua. En el periodo arcaico, las palabras griegas se acentuaban
generalmente al modo latino. En época clásica se acentuó a la griega o bien a la latina,
según prevaleciera la escuela nueva o arcaizante.
La sílaba que en latín estaba acentuada sigue siendo, por normal general, la cumbre
rítmica de la palabra romance. Aunque las lenguas románicas dan fe de un cierto
número de desplazamientos del acento debidos a causas de orden fisiológico o
psicológico.
6. Conclusión