Está en la página 1de 2

Universidad Pedagógica Nacional

Licenciatura en Filosofía
Curso: Antropología
Estudiante: Gabriel Farías

¿Cómo la cultura popular ha moldeado mi identidad?


La identidad, hoy en día y hace muchos años también, se le ha utilizado como etiqueta para
las personas, para categorizarlas y para hegemonizar, este ultimo desde una perspectiva
nacional, “identidad nacional”. La identidad de una persona, comunidad o nación se logra
construir de diversas maneras, por medio de un discurso, un espacio geográfico compartido,
la práctica de unos mismos valores o de un punto de vista compartido. Al fin y al cabo, es
importante destacar que la construcción de una identidad está ligada en el devenir de la
persona, mas esta no proviene de manera directa de su ser, por esto, la manera en la que
construimos nuestra identidad es por medio del uso de los recursos dispuestos por quienes
nos están formando, ya sea un docente, como la propia familia. Estos recursos los nombré
previamente, valores, un discurso, un punto de vista, y seguramente muchos más.
Ya expliqué un poco el cómo se puede moldear una identidad, ahora, buscaré describir la
cultura popular en la que me rodeo, más específicamente, la de mi propia familia.
Primordialmente, durante mi crianza, quienes estuvieron encargados de esta se enfocaron
de transmitir valores, y no solo eso, también hacernos caer en cuenta la gran importancia de
esto para nuestras vidas, tanto así que, logro considerar estos valores como un engranaje
más en el gran motor que impulsa el comportamiento humano. Cada valor del cual me he
ensimismado hace parte de mi identidad, dando como resultado que, al actuar de manera
contraria, automáticamente reconozca que lo que estoy haciendo no es correcto o que no es
propio de mí ser el realizar dicha acción opuesta a mis valores. También puedo destacar de
la construcción de mi identidad que, los valores inculcados pertenecen a varios niveles de
mi vida cotidiana, desde lo individual hasta lo comunitario. De esta forma logro moldear mi
comportamiento desde una soledad y privacidad e incluso desde la vida política pública,
manteniendo una postura y a su vez siendo fiel a estos principios.
No únicamente se me han transmitido desde la enseñanza ciertos valores, sino también
desde la vida insulsa1. Puedo identificar que cuando me entregaba al entretenimiento, y veía
a uno de mis youtubers2 favoritos, adoptaba en mi pensamiento y comportamiento muchas
ideas, principios y posturas que consideraba como enseñanzas para la vida. Con esto
comprendo que la formación de mi identidad no pasó plenamente por un camino de
formación, sino que nosotros nos formamos desde la variedad de dimensiones sociales,
desde la celebración de ciertas festividades que representas ciertos valores importantes,

1
Utilizo insulso a aquello que carece de sentido puramente académico.
2
El gran Vegetta777
hasta discusiones insulsas a las cuales uno está inmerso de manera involuntaria, es decir,
una charla sencilla con amigos o familiares que carece de profundidad.
Con esto dicho, puedo decir que, la cultura popular, entendida como la cultura de mi
familia, ha impregnado en mí ciertos valores, principios y posturas desde la celebración de
festividades importantes, la formación constante en estas y, a mi consideración el más
importante de todos estos, las charlas en reuniones insulsas, conversaciones donde todos
comparten y al estar escuchando constantemente, de manera inconsciente uno va adaptando
a nuestro modus vivendi aquello aprendido. La cultura resulta ser como el aire, por más que
nosotros la evitemos, terminaremos siendo penetrados por ella. El estar en un constante
convivir en una cultura en específico nos veremos impregnado de aquel, de esta manera, la
cultura de mi familia ha moldeado mi identidad.
De lo dicho anteriormente, pueden surgir dudas como: ¿llega a ser imposible librarse de
una cultura la cual considero negativa y de la cual estoy, no por voluntad propia,
constantemente conviviendo? La respuesta es que no llega a ser imposible. Si uno identifica
dentro de nuestra identidad ciertos comportamientos negativos, heredados por una cultura
nacional o familiar, es nuestro deber que, al identificarlos, busquemos la manera de
eliminarlo y reemplazar aquel nuevo vacío por una virtud que mejorará nuestras vidas.

También podría gustarte