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Tecnología e informática en la educación del siglo XXI: redes sociales un tema para
reflexionar

Andrea Bolaños
Corporación Universitaria Remington

«Yo soy yo y mi circunstancia»

Ortega y Gasset (1914)

«Yo soy yo y mi red social»

Un adolescente español (2010)

La última década del siglo XXI se ha envuelto en un conglomerado de desarrollos

tecnológicos que, de una forma u otra, ha llegado a afectar distintas esferas de la sociedad, desde
las zonas rulares donde visiblemente se manifiestan los cambios de la innovación mundial, hasta
las zonas urbanas más apartadas. En fin, la tecnología se ha hecho más asequible comparada a
otros tiempos, ello también se muestra en los mismos individuos, actualmente un niño puede
hacerse llamar dueño de una Tablet, un portátil, un celular y esto no generará el menor impacto,
por el contrario, se aplaude el hecho que un infante sea capaz de hacer uso fluido (casi hasta de
forma innata) de un dispositivo móvil que aún para muchos adultos es tarea complicada de hacer.

Con lo anterior, podemos decir que los desarrollos tecnológicos van de la mano junto a los
avances de la informática. Con el boom de la Internet que permitía el acceso al mundo desde
casa (y actualmente casi desde cualquier lugar), la informática empezó ha revolucionar el
mercado de la información y la comunicación; empezaron entonces a aparecer programas como
Messenger, Skype, Hotmail, entre otros, que permitían la socialización entre individuos en
cualquier parte del mundo. Hace una década, aparecen páginas web denominadas “redes
sociales” Gallego (2010) las define como:

Un conjunto de individuos que se encuentran relacionados entre sí. En el ámbito de la

informática, la red social hace alusión al sitio web que estas personas utilizan para
generar su perfil, compartir información, colaborar en la generación de contenidos y
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participar en movimientos sociales. Las relaciones de 29 los usuarios pueden ser de muy
diversa índole, y van desde los negocios hasta la amistad.

Entre las Redes sociales la más destacada y popular “Facebook”, que permitía no sólo chatear
con otros individuos del mundo, sino también crear álbumes de fotografías y establecer “estados”
que partían de opiniones, pensamientos, sentimientos etc. de cada sujeto. Actualmente, las redes
sociales se multiplicaron, podemos hablar entonces de twitter, Instagram, e incluso el mismo
Facebook sigue a la cabeza, también, dichas redes evolucionaron, y junto con los avances
tecnológicos en lo que respecta a los dispositivos móviles, se han creado aplicaciones
informáticas que son exclusivas de las redes sociales para estos dispositivos.

Lamentablemente, junto con el avance tecnológico e informático también aparece la falta de

responsabilidad para su uso adecuado. La asequibilidad y la versatilidad de la tecnología y la
informática, ha hecho que esta esté presente en espacios en los que anteriormente no lo estaban,
ya sean desde la el desayuno, almuerzo y cena, pasando por reuniones familiares, funerales, e
incluso la escuela, siendo esta última la más preocupante. Sea cual sea el caso, hoy en día el estar
conectados pareciera una necesidad casi tan agravante como el hambre misma, Flores (2008)
afirma:

Los adolescentes tienen la necesidad de estar permanentemente conectados, dado que de

lo contrario tienen la sensación de estar “perdiéndose algo”. Esto no tiene que hacerles
pensar que sus hijos sean adictos, aunque la adicción a las tecnologías (más bien a lo que
puede hacerse con ellas) sea un asunto que cada vez despierta mayor interés entre los
expertos, o que, incluso, ya haya centros dedicados a tratar estas nuevas adicciones

No se puede negar la realidad de las redes sociales, sería un error pensar que páginas como
Facebook no tienen ninguna utilidad en la educación. Sin embargo, el problema no radica tanto
en el uso que se le da a las redes dentro de la escuela (aunque mencionaremos este problema más
adelante) sino afuera de la escuela, puesto que, un uso excesivo de la misma puede ser
perjudicial para el estudio como bien lo dice Fernández (2010):
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Lo que sí es cierto es que la necesidad de estar siempre on-line les puede llevar a perder
mucho tiempo, lo que, entre otras cuestiones, es posible que afecte a su rendimiento
escolar. De hecho, cuando interrogamos a un numeroso grupo de adolescentes acerca de
esta cuestión, cuatro de cada diez reconocen abiertamente que estar conectados a su red
social les quita tiempo para estudiar. Ahora bien, esto no tiene que extrañarnos ya que
también entre los adultos es frecuente “perder el tiempo” si tienen acceso a redes sociales
durante su jornada laboral.

Lamentablemente, el autocontrol y la organización de los deberes de los estudiantes pareciera

no existir, por ejemplo, un joven que pretenda estudiar puede fácilmente caer en la tentación de
revisar, actualizar, o simplemente chismosear estados de Facebook, suyo o de sus “amigos”, sin
embargo esta situación es entendible, muchos adolescentes tienen una figura de autoridad que le
resta importancia de que sus hijos estén conectados constantemente en la Web, quizá porque no
creen que esto puede interferir en su nivel de conocimiento o en su forma de adquirir nuevos
saberes, bien lo citábamos en el fragmento anterior de García, que los mismos adultos ya están
inmersos en ese mundo informático y son ejemplo a seguir por los jóvenes que los respetan; por
lo tanto, no el uso de las redes sociales lo que difiere en el aprendizaje, sino más bien, es la falta
de organización de los espacios en los que se puedan usar dichas redes con total libertad sin que
interfieran con el estudio, como lo afirma Hernández y Castro (2014):

Las redes sociales no son negativas en sí mismas y son una potente herramienta para
compartir información, dialogar y mantener relaciones. Sin embargo, un uso
descontrolado de las mismas puede incidir en un menor rendimiento escolar y este derivar
en malas notas, suspensos y el temido fracaso escolar. Al igual que ocurre con otras
herramientas, o con el uso que se hace del ocio, su utilización es positiva, pero debe ser
regulada por padres y educadores para que no redunde en términos negativos.

Por otro lado, este uso desmedido de las redes sociales, como bien lo habíamos dicho
anteriormente, se traslada a otras estereras de la cotidianidad, y una de esas esferas
desdichadamente ha sido la escuela. Lamentablemente lo que se menciona aquí o la idea que se
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trata de resaltar aquí no es el uso pedagógico y didáctico que puede traer las redes sociales en el
ámbito de la enseñanza, sino más bien, cómo es el uso sin autorización de la redes en el aula
puede traer consecuencias perjudiciales para el aprendizaje.

Si bien, cada docente es responsable del manejo de sus clases, y que de él depende el control
y organización de la misma, cabe decir que la distracción por el uso de los dispositivos móviles
está siempre presente. Se podría decir más bien que es un problema de concientización y de
autocontrol y de reflexión por cada estudiante que desee salir adelante. Si un joven no es capaz
de abstenerte durante una clase de sacarse una selfie en el aula o de actualizar constantemente su
estado de Facebook o Twitter, es muy probable que tenga problemas para captar lo que su
maestro le pretenda enseñar, tendría un problema para prestar atención aun cuando no esté
usando su dispositivo móvil, sino por el solo deseo de usarlo. Así mismo, la capacidad de
concentración que requieren lecturas extensas y trabajos escritos más rigurosos será evidente en
aquellos alumnos que han configurado su mente al uso excesivo de las redes sociales como dice
Morales (2010):

Internet está consumiendo la capacidad de concentración de los jóvenes, según un estudio

dirigido por el profesor David Nicholas, de University College de Londres. Según ese
estudio, los adolescentes están perdiendo la capacidad de leer y escribir textos largos
porque la red moldea a las mentes de forma que funcionan de modo distinto de las de
generaciones anteriores

Una alternativa a la que pueden optar los maestros es tomar ventaja de lo inmerso que están
en el uso de las redes sociales los alumnos, examinando las ventajas para los maestros que traen
dichas redes y que José de Haro los resume en la siguiente lista presentados en su blog:

 Permite centralizar en un único sitio todas las actividades docentes, profesores y alumnos
de un centro educativo.
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 Aumento del sentimiento de comunidad educativa para alumnos y profesores debido al

efecto de cercanía que producen las redes sociales.

 Mejora del ambiente de trabajo al permitir al alumno crear sus propios objetos de interés,
así como los propios del trabajo que requiere la educación.

 Aumento en la fluidez y sencillez de la comunicación entre profesores y alumnos.

 Incremento de la eficacia del uso práctico de las TIC, al actuar la red como un medio de
aglutinación de personas, recursos y actividades. Sobre todo cuando se utilizan las TIC de
forma generalizada y masiva en el centro educativo.

 Facilita la coordinación y trabajo de diversos grupos de aprendizaje (clase, asignatura,

grupo de alumnos de una asignatura, etc.) mediante la creación de los grupos apropiados.

Para finalizar, podríamos decir que muchos maestros pueden sacar beneficio de lo vinculado
que están a las redes muchos de sus estudiantes, partiendo del principio que sus mentes están
predispuestas al uso e interpretación de páginas web, utilizando las habilidades informáticas de
sus alumnos que muchos docentes parecen restarle importancia. Sin embargo, también es
cuestión de autocontrol por parte de cada individuo que desea ser alguien en la vida, recordando
que debe comprometerse con el conocimiento puesto que el saber es el que le abrirá puesto a un
futuro asegurado y próspero.
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Referencias Bibliográficas

Fernández García, F. (2010). Las redes sociales en la vida de tus hij@s. Recuperado de:
http://www.bibliotecaspublicas.es/villanuevadelpardillo/imagenes/Las-Redes-Sociales-
en-la-vida-de-tus-hij@s.pdf

Gallego, J. (2010). Tecnologías de la Información y la Comunicación. Técnicas Básicas.

Madrid: Editex.

Hernández Guarín, G. y Castro Pacheco, Á. (2014). Influencia de las redes sociales de internet en
el rendimiento académico del área de informática en los estudiantes de los grados 8° y
9° del Instituto Promoción Social del Norte de Bucaramanga. Colombia. Universidad
del Tolima, Facultad de Ciencias de la Educación.

Morales García, G. (Sin fecha). Redes sociales afectan la capacidad de concentración.

http://www.granpanal.com/content/view/722798/Redes-sociales-afectan-capacidad-de-
concentracion-de-los-jovenes.html

Haro De, José. (Sin fecha). Las redes sociales en educación”. Recuperado de:
http://jjdeharo.blogspot.com.co/2008/11/la-redes-sociales-en-educacin.html

Flores, J. (2008). Adolescente ciberdelincuente ¿Un accidente? Recuperado de:

www.pantallasamigas.net