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HACER MEMORIA ES VITAL PARA CHILE

Somos un grupo de religiosas católicas que, ante la proximidad del 50 aniversario del golpe de
Estado en Chile, no podemos quedarnos en silencio; no podemos porque nuestra vocación religiosa nos
impele proféticamente a expresar nuestro sentir frente a este momento de la historia.
Hacer memoria es de vital importancia para las personas y los pueblos. Hacer memoria nos permite
descubrir lo mejor para el presente y el futuro.
Hacer memoria es mirar lo vivido de frente, con verdad, sin negar la realidad, asumiendo el
compromiso de poner todo lo que esté en nuestras manos para llegar a esa verdad plena. La diversidad de
posturas, legítimas en democracia, no puede paralizar este proceso y mucho menos negar el hecho
histórico que trajo dramáticas y dolorosas consecuencias para numerosas familias de este país. Muchas de
las cuales, aún no reciben justicia y lo que es peor, todavía no saben del paradero de sus seres queridos.
Por ello, creemos que en esta conmemoración del golpe militar que quebró la trayectoria
democrática de nuestro país, la memoria es una exigencia para reconstruir un país sobre bases sólidas, con
lucidez y esperanza.
Han pasado 50 años y aún no conseguimos la paz que es fruto de la justicia, justicia que ha sid o
escasa y por lo mismo, mantiene al país lleno de heridas. Sin justicia es muy difícil que logremos la paz, por
lo tanto, insistimos en invitar a quienes todavía tienen información sobre el paradero de los detenidos
desaparecidos la den y dejen ver la verdad. Solicitamos también, al poder judicial, que siga haciendo todo
su esfuerzo en esta tarea tan fundamental de hacer justicia, es importante no sólo para las familias
afectadas sino para lograr la tan deseada y necesaria reconciliación y convivencia pa cífica.
Con tristeza sentimos que como Iglesia Chilena nos hemos empobrecido en nuestra voz profética, la
que fue vital en aquel momento. Pastores, consagradas y consagrados, laicas y laicos, comunidades
cristianas que acompañaron al pueblo de Chile en los tiempos de dictadura, nos dejaron un gran legado de
compromiso que no hemos sabido o querido continuar.
Nos unimos al dolor profundo de una reparación que aún no ha llegado para todos, todavía suenan
las voces de ¿dónde están?; aún caminan por las calles de manera libre muchos de los que ocasionaron la
tortura, la desaparición o la muerte de nuestros hermanos y hermanas.
Nosotras, mujeres seguidoras de Jesús torturado en la Cruz del viernes santo, tenemos la profunda
convicción de que hacer memoria es tarea de todo el País y clamamos con fuerza y determinación ¡NUNCA
MÁS! Nunca más permitir en Chile experiencias como las vividas hace 50 años, y para eso exigimos
especialmente a los actores políticos y sociales de nuestro pueblo que vivan conductas q ue aporten a la
verdad y la justicia.
Religiosas con Memoria:
Alejandra Cortéz Espinoza
Eugenia Valdés Ossa
Licarayen Torres Muñoz
Luisa Escobar Rodríguez
María Verónica Cortés Segovia

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