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Mamá saludable, bebé saludable

SANO y feliz, el recién nacido descansa plácidamente acunado por los brazos de su madre.
El orgulloso padre está radiante. ¡Qué felicidad! Como esta escena tan tierna se repite millones de
veces todos los años, es fácil dar por sentado un nacimiento sin complicaciones. Después de todo,
dar a luz es un proceso natural, así que, ¿por qué preocuparse?

Claro, por lo común sale todo bien, pero no siempre. Por eso es prudente que los futuros padres
tomen medidas razonables para evitar complicaciones innecesarias. Básicamente, es importante
que se informen sobre las causas de posibles problemas en el parto, que procuren atención médica
de calidad durante el embarazo y que den pasos sencillos para reducir los riesgos al dar a luz.
Veamos con más detalles estos puntos.

Por qué surgen problemas en el parto

Una causa de problemas para la madre y su bebé es la falta de los debidos cuidados durante la
gestación. El doctor Cheung Kam-lau, consultor pediátrico de la unidad de cuidados neonatales del
Hospital Príncipe de Gales, de Hong Kong, dice que “no recibir cuidados prenatales puede poner en
alto riesgo cualquier embarazo”. También afirma que “la mayoría de las madres esperan tener bebés
sanos y llenitos, pero es un deseo que no siempre se cumple”.

Sobre los problemas que pueden tener las futuras madres, una revista médica indica que “las
principales causas directas de mortalidad materna” son hemorragia excesiva, parto obstruido,
infección y presión arterial más alta de lo normal. Pero por otro lado, explica que existen
tratamientos médicos efectivos y que en “la medicina moderna” casi nunca hacen falta
“intervenciones de alta tecnología” (Journal of the American Medical Women’s Association).

Muchos pequeños también saldrían beneficiados con la atención médica debida. “Dos terceras
partes de las muertes en recién nacidos podrían evitarse si tanto ellos como sus madres” recibieran
tratamiento “reconocido, accesible y practicable sin tecnología complicada”, asegura la revista UN
Chronicle. Lamentablemente, como declara la Agencia Filipina de Noticias, la ignorancia y la falta de
cuidados de la madre durante el embarazo son demasiado comunes.

La mejor atención prenatal para la madre y el bebé

“Las mamás saludables tienen bebés saludables”, sostiene la revista UN Chronicle. Y señala que si la
mujer recibe poca o ninguna asistencia médica durante la gestación, el parto y el posparto, la
criatura también recibe muy poca o ninguna.

Ahora bien, habrá países en los que sea muy difícil conseguir los cuidados médicos adecuados para
la mujer encinta. Quizás los servicios médicos estén muy lejos o sean muy costosos para ella.
De todos modos, debería tratar de recibir al menos algún tipo de cuidado prenatal profesional. Esto
es especialmente importante para la mujer que rige su vida por la Santa Biblia, que enseña que la
vida humana es sagrada, incluida la de la criatura no nacida (Éxodo 21:22, 23; * Deuteronomio 22:8).

¿Quiere decir que para recibir la atención adecuada se debe ver al médico cada semana? No,
no necesariamente. Con relación a ciertas complicaciones comunes que surgen durante el embarazo
y el parto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) “encontró que las mujeres que visitaron al
médico solo cuatro veces durante la gestación” tuvieron resultados “comparables a los de las que
hicieron doce visitas o más”.

El papel del médico

Con el objetivo de mejorar las perspectivas de la madre y su criatura, el profesional de la salud, y en


particular quien se especializa en obstetricia, toma las siguientes medidas:

▪ Revisa la historia clínica de la paciente y realiza un examen físico para determinar si hay riesgos y
prevenir complicaciones para ella y su bebé.

▪ Toma muestras de sangre y de orina a fin de descartar cualquier problema de anemia, infección,
incompatibilidad del factor Rh o enfermedades. Estas podrían ser diabetes, rubeola, enfermedades
de transmisión sexual y enfermedades renales, las cuales pueden elevar la presión arterial.

▪ Si lo considera aconsejable, y si la paciente lo acepta, recomienda la aplicación de vacunas para la


influenza, el tétanos y la incompatibilidad del factor Rh, entre otras.

▪ También puede recomendar suplementos vitamínicos, sobre todo ácido fólico.

Cuando el personal médico tiene claros los riesgos de cada mujer encinta y toma las precauciones
necesarias —o ayuda a la futura madre a hacerlo—, aumentan las probabilidades de que haya un
final feliz para ella y su criatura.

Riesgos durante el parto

“El momento más peligroso para una mujer embarazada es ese período crítico que va desde el
trabajo del parto al alumbramiento”, afirma Joy Phumaphi, ex directora general adjunta para la
Salud de la Familia y la Comunidad de la OMS. ¿Qué se puede hacer para evitar problemas graves,
que incluso amenazan la vida, en esos momentos tan críticos? En realidad, los pasos son simples,
pero deben darse con antelación. * Este hecho es de especial importancia para quienes no aceptan
transfusiones de sangre, ya sea por razones bíblicas o porque desean evitar los grandes
riesgos médicos que implican (Hechos 15:20, 28, 29).

Estas pacientes deben hacer lo que razonablemente esté a su alcance para asegurarse de que el
profesional que las atienda —un médico o una partera— sea competente y tenga experiencia en
alternativas médicas a las transfusiones. Además, es prudente que los futuros padres se aseguren
de que el hospital o sala de maternidad estén dispuestos a cooperar. * Podrían hacerle estas dos
preguntas al médico: 1) ¿Qué haría si la madre o el pequeño perdieran mucha sangre o si se
presentaran otras complicaciones? 2) Si usted no está cuando llegue el momento, ¿quién la
atenderá?

Lógicamente, la mujer prudente le pedirá a su médico que se asegure de que sus niveles sanguíneos
sean tan altos como sea posible dentro de lo normal. Si los encontrara bajos, él podría recomendarle
tomar ácido fólico y otras vitaminas del grupo B, así como suplementos de hierro.

Durante el embarazo, el médico analizará también muchos otros factores. Por ejemplo, ¿se detectan
problemas de salud que requieran atención? ¿Debería pasar menos tiempo de pie la futura madre?
¿Necesita más reposo? ¿Debería subir o bajar de peso o hacer más ejercicio? Y ¿necesita cuidar más
su higiene, incluida la de la boca?
Algunos estudios asocian las enfermedades de las encías en las embarazadas con un mayor riesgo
de sufrir una grave complicación llamada preeclampsia: la presión arterial sube de golpe, hay agudos
dolores de cabeza y aparecen edemas (acumulaciones de líquido en los tejidos), entre otros
males. * La preeclampsia puede hacer que se adelante el parto y es la principal causa de
fallecimientos de madres e hijos, especialmente en países en desarrollo.

Un médico responsable le hará caso a cualquier señal de infección que aparezca. Y si los dolores de
parto llegan antes de tiempo, hospitalizará a la mujer de inmediato, una decisión que podría salvar
vidas.

“Las mujeres se arriesgan a morir para dar vida”, expresa el doctor Quazi Monirul Islam, director del
Departamento de Reducción de los Riesgos del Embarazo de la OMS. Felizmente, si usted recibe
buena asistencia médica durante el embarazo, el nacimiento y el período que le sigue, podrá
prevenir muchas complicaciones, incluso la muerte. Pero más que nada, procure mantenerse sana.
Después de todo, si quiere tener un bebé saludable, tiene que ser una mamá saludable.

[Notas]

^ párr. 10 El texto hebreo original se refiere a un accidente mortal que puede afectar tanto a la
madre como a la criatura no nacida.

^ párr. 20 Véase el recuadro “Qué hacer durante el embarazo”.

^ párr. 21 Las parejas que son testigos de Jehová pueden consultar al Comité de Enlace con los
Hospitales (CEH) de la zona antes de que nazca su hijo. Los miembros de este comité visitan a
médicos y hospitales para proporcionarles información médica relacionada con tratamientos sin
sangre para pacientes Testigos. Además, pueden ayudar a localizar a un profesional que respete las
creencias del paciente y que tenga experiencia en tratamientos sin sangre.

^ párr. 24 Aunque faltan más estudios para determinar si las enfermedades de las encías aumentan
el riesgo de sufrir preeclampsia, siempre es aconsejable cuidar bien los dientes y las encías.

[Comentario de la página 27]

De acuerdo con cifras publicadas en octubre de 2007, casi cada minuto muere una mujer debido a
problemas relacionados con el embarazo: 536.000 al año. (Fondo de Población de las Naciones
Unidas)

[Comentario de la página 28]

“Todos los años, 3.300.000 niños nacen muertos y más de cuatro millones de recién nacidos mueren
antes de cumplir los veintiocho días de vida.” (UN Chronicle)

[Recuadro de la página 29]

QUÉ HACER DURANTE EL EMBARAZO

1. Infórmese con tiempo para elegir bien el hospital y el médico o la partera que la atenderá.

2. Visite con regularidad a su médico o partera para establecer una relación de confianza y
cordialidad.
3. Cuide mucho su salud. En lo posible, tome las vitaminas necesarias, pero evite cualquier tipo de
medicamentos que no le haya recetado su médico, incluidos los que se venden sin receta.
Es recomendable no consumir alcohol. “Aunque el riesgo más grande lo corren los bebés de madres
que consumen mucho alcohol, todavía no está claro si la embarazada puede tomar siquiera un poco
sin peligro para la criatura”, señala el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo.

4. Si los dolores de parto le llegan antes de tiempo (antes de la semana 37), comuníquese de
inmediato con su médico o la sala de maternidad que la atenderá. La rápida atención en estos casos
puede evitar un parto prematuro y sus complicaciones. *

5. Ponga por escrito sus decisiones relacionadas con la atención médica. Por ejemplo, a muchas
madres les ha resultado útil llenar por anticipado un documento de directriz y exoneración médica.
Averigüe qué tipo de documento legal se acepta en su país.

6. Después del nacimiento, siga cuidando su salud y la de su bebé, sobre todo si fue prematuro.
Si nota cualquier problema, comuníquese enseguida con el pediatra.

[Nota]

^ párr. 41 Es común administrar transfusiones de sangre a los bebés prematuros con anemia, pues
sus órganos no pueden producir suficientes glóbulos rojos.

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