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Todos los que somos siervos de Dios Tenemos un gran privilegio, una gran
responsabilidad, la de predicar las buenas nuevas del reino a todas las personas, pero
sin importar si somos publicadores, o, por qué no, hasta precursores, en nuestra larga
carrera cristiana, podemos vernos sometidos a situaciones que puedan quitarnos el
gozo que produce la predicación.
Sin embargo debemos recordar que no estamos solos, Jehová está atrás de
nosotros al pendiente diciéndonos lo que necesitamos para mantenernos contentos y
nos da las herramientas para mantener una actitud positiva y luchar contra el
desánimo; entre muchas herramientas que Jehová nos da para superar el desánimo
en la predicación; puede ser la oración, el ánimo que nos da nuestros hermanos, el
esclavo fiel.
Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer, 7 así que ni el que
planta ni el que riega son algo, sino Dios, que lo hace crecer.
Así es Hermanos, a veces sin decir una sola palabra, solo con un gesto de
amabilidad, desde el más joven hasta los hermanos y hermanitas mayores… es trabajo
de toda la congregación que alguien llegue a amar a Jehová y bautizarse.