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MARK KARL: BURGESES Y PROLETARIADOS

Ciudadanos libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, en una palabra,


opresores y oprimidos estuvieron siempre enfrentados entre sí. Librando una lucha
que finalizo en todos los casos con una transformación revolucionaria de la sociedad
entrera o con la destrucción conjunta de las clases en lucha.
En las épocas tempranas de la historia encontramos una estructuración completa de la
sociedad en estamentos diferentes, una gradación variada de posiciones sociales. En la
antigua roma tenemos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la edad media,
señores feudales, vasallos, maestros y oficiales de los gremios, siervos, y, por
añadidura, gradaciones particulares en cada una de estas clases.
La sociedad burguesa moderna, salida de la decadencia de la sociedad feudal, ha
puesto clases nuevas, condiciones nuevas de la opresión, nuevas formas de la lucha en
lugar de las antiguas. La época de la burguesía se caracteriza por el hecho de haber
simplificado los antagonismos de clase. La sociedad entrera se divide en dos grandes
clases directamente enfrentadas entre sí: la burguesía y el proletariado
Conceptos levantes:

 Por burguesía se entiende la clase de los capitalistas modernos; que son


poseedores de los medios sociales de producción y explotan trabajo asalariado.
 Por proletariado se entiende la clase de los trabajadores asalariados modernos,
que, puesto que no poseen medios de producción propios, se ven obligados a
vender su fuerza de abajo para poder vivir.
De los siervos de la edad media se desarrollaron los primeros elementos de la
burguesía. El descubrimiento de América y la circunnavegación de África crearon un
nuevo terreno para la burguesía ascendente. Los mercados de las Indias Orientales y
de la China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, la
incrementación de los medios de cambio y de las mercancías en general procuraron el
comercio, a la navegación y a la industria un auge desconocido hasta entonces y con
ello, una rápida evolución al elemento revolucionario en la sociedad feudal en
descomposición.
El sistema de explotación feudal o gremial de la industria vigente hasta entonces ya no
bastaba para satisfacer la demanda creciente con los nuevos mercados. Su lugar fue
ocupado por la manufactura. Los maestros de los gremios fueron desplazados por la
clase media industrial; la división del trabajo entre las diversas corporaciones
desapareció ante la división del trabajo dentro del propio taller individual.
Pero los mercaos siguieron creciendo ininterrumpidamente, la demanda no dejó de
aumentar de continuo. Tampoco la manufactura bastaba ya. Entonces, el vapor y la
maquinaria revolucionaron la producción industrial. La manufactura fue sustituida por
la gran industria moderna, la clase media industrial fue sustituida por los millonarios
industriales, los jefes de ejércitos industriales enteros, los burgueses modernos.

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La gran industria ha creado al mercado mundial, qué fue preparado por el
descubrimiento de América. El mercado mundial impulsado una evolución
inconmensurable del comercio, de la navegación, de las comunicaciones terrestres.
Está influido su vez en la expansión de la industria, y en la misma medida en que se
expandía la industria, el comercio, la navegación y los ferrocarriles, se desarrollada la
burguesía, aumentaba sus capitales, regalado a un plano secundario a todas las clases
herederas de la edad media. Vemos pues como la propia burguesía moderna es el
producto de un largo proceso evolutivo, de una serie de revoluciones en el mundo de
la producción y de tráfico.
Cada una de estas etapas de la evolución de la burguesía iba acompañada de un
correspondiente progreso político. A partir de la implantación de la gran industria del
mercado mundial conquistó finalmente la hegemonía política exclusiva en el moderno
estado representativo. El poder estatal moderno no es otra cosa que un comité que
administra los negocios comunes de la clase burguesa globalmente considerada.
La burguesía no puede existir sin revolucionar permanentemente los instrumentos de
producción, esto es, las relaciones de producción, esto es, las relaciones sociales en su
conjunto. La conservación inalterada del antiguo modo de producción era, por el
contrario, la condición primordial de la existencia de todas las clases industriales
anteriores. La revolución permanente de la producción, la conmoción incesante de
todas las situaciones sociales, la inseguridad y el movimiento eterno distingue la época
burguesa de todas las otras
Mediante la explotación del mercado mundial la burguesía ha configurado de modo
cosmopolita la producción y el consumo de todos los países. Las primitivas industrias
nacionales han sido aniquiladas y son desplazadas por nuevas industrias, cuya
producción se convierte en una cuestión vital para todas las naciones civilizadas. Se
han desplazado por nuevas industrias que no elabora ya materias primas locales, sino
materias primas procedentes de las zonas más alejadas y cuyos productos no se
consumen ya únicamente en el propio país, sino en todos los continentes a la vez.
Frente a la antigua autosuficiencia y asilamiento locales y nacionales interrumpe un
tráfico en todas las direcciones, una dependencia general de las Naciones las unas
respecto de las otras. Y al igual que en la producción material, en la intelectual. Los
productos intelectuales de las diferentes naciones se convierten en patrimonio común.
Mediante el rápido mejoramiento de todos los instrumentos de producción, mediante
el constante progreso de una comunicaciones cada vez más fáciles, la burguesía
arrastra hacia la civilización a todas las naciones. Las obliga convertirse en burguesas. Y
en una palabra se forja un mundo a su propia imagen y semejanza.
La burguesía ha sometido al campo al dominio de la ciudad. Ha creado urbes inmensas,
ha incrementado el alto grado el número de la población urbana en relación con la
rural, sustrayendo así una considerable parte de la población al idiotismo de la vida
rural. Del mismo modo que a subordinado el campo a la ciudad, ha subordinado a los
países bárbaros y semi bárbaros a los civilizados. Ha aglomerado a la población, ha

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centralizado los medios de producción y ha concentrado la propiedad en pocas manos.
La consecuencia necesaria de ello ha sido la centralización política. Provincias
independientes, apenas aliadas casi, con intereses, leyes, gobiernos y tarifas aduaneras
diferentes, han sido comprimidas en una nación, un gobierno, una ley, un interés
nacional de clase, una línea aduanera.
La burguesía ha creado fuerzas productivas más masivas y colosales que todas las
generaciones pasadas juntas. Hemos visto pues que los medios de producción y de
tráfico sobre cuya base se formó la burguesía, fueron engendrados en la sociedad
feudal. En dónde las relaciones feudales de propiedad cesaron de corresponder al nivel
de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. Y su lugar fue ocupado por la libre
competencia con la constitución social y política acorde a ella, con la dominación
económica y política de la clase burguesa.
¿Cómo supera la burguesía las crisis? Por una parte, mediante la destrucción forzada
de una masa de fuerzas productivas; por otra, mediante la conquista de nuevos
mercados y la explotación más intensa de los mercados viejos. ¿Cómo, pues?
Preparando crisis más extensas y más violentas y reduciendo los medios para prevenir
las crisis.
Las armas con la que la burguesía abatió el feudalismo se vuelven ahora contra la
propia burguesía. Pero la burguesía no ha forjado solo armas que le darán la muerte,
ha engendrado también lo a los hombres, los obreros modernos, los proletariados

El proletariado, la clase de los obreros modernos, están obligados a venderse por


piezas, son una mercancía, como cualquier otro artículo de comercio y están en
consecuencia sometidos igualmente a todos los avatares de la competencia, a todas
las fluctuaciones del mercado. Como consecuencia de la expansión de la maquinaria y
la división del trabajo el trabajo de los proletariados ha perdido todo carácter
autónomo.
Los costes que originan obreros se reducen, en consecuencia, casi exclusivamente a los
medios de vida que necesita para su manutención y para la propagación de su raza.
Pero el precio de una mercancía, y por tanto también el del trabajador es igual a sus
costos de producción. De ahí que el salario decrezca en la misma medida en qué
aumenta el lado desagradable del trabajo. En la misma medida en que se incrementa
la maquinaria y la división del trabajo, se eleva así mismo la cantidad del trabajo, sea
por aumento de las horas de trabajo, sea incremento del trabajo exigido en un tiempo
dado o por aceleración del movimiento de las maquinarias etc.

Cuánto menos requiere el trabajo manual de habilidad y de empleo de la fuerza, esto


es, cuanto más se desarrolla la industria moderna, tanto más desplazado vas a hacer el
trabajo de los hombres por el de las mujeres y los niños. La diferencia de sexo y edad

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no tiene esa vigencia social para la clase obrera. Solo hay ya instrumentos de trabajo,
que acarrean diferentes costos según su sexo y edad.
Una vez que la explotación del obrero por el fabricante ha concluido y aquel recibe el
pago de su salario en efectivo, caen sobre las partes restantes de la burguesía el casero
el tendero el prestamista etc.
Las pequeñas capas medianas existentes, los pequeños industriales, comerciantes y
rentistas, los artesanos y los campesinos todas estas clases van uniéndose en el
proletariado, en parte porque su pequeño capital resulta insuficiente para la
explotación de la gran industria y sucumbe a la competencia con los capitales de
mayor envergadura, en parte porque sus habilidades quedan desvalorizadas en virtud
de nuevos modos de producción. El proletariado se recluta así, por lo tanto, entre
todas las clases en la población
En un principio luchan los obreros individuales, luego obreros de una fábrica, después
los obreros de un ramo laboral en una localidad contra los que los explota
directamente. No dirigen sus ataques únicamente contra las relaciones burguesas de
producción, sino contra los instrumentos mismos de producción. En esta etapa los
obreros constituyen una masa diseminada por todo el país y fragmentada por la
competencia. La cohesión masiva de los obreros no es aún la consecuencia de su
propia unificación, sino la consecuencia de la unificación de la burguesía, que a fin de
lograr sus propios objetivos políticos debe poner al proletariado entero en
movimiento.
Pero con el desarrollo la industria no solo se acrecienta el proletariado, sino que se va
concentrando en masas cada vez mayor, su fuerza aumenta y la percibe más. Los
intereses las condiciones de vidas en el seno del proletariado, se igualan cada vez, a
medida que la maquinaria borra crecientemente las diferencias en el trabajo y reduce
el salario por doquier a un nivel igualmente bajo. La creciente competencia de los
burgueses entre sí, las crisis comerciales de ellos resultantes llevan a que los salarios
sean cada vez más fluctuantes; el constante y acelerado perfeccionamiento de La
maquinaria, coloca al obrero en una situación vital cada vez más precaria; las colisiones
entre el obrero individual y el burgués individual asumen cada vez más, el carácter de
colisiones entre Dos clases.
Los obreros empiezan a formar coaliciones contra los burgueses y actúan en común
para defender su salario. Llegar hasta formar asociaciones permanentes para
asegurarse los medios necesarios en prevención de estas sublevaciones
circunstanciales. El verdadero resultado de su lucha no es el éxito inmediato, sino la
unificación cada vez más amplia de los obreros. Está unificación se ve favorecida por
los crecientes medios de comunicación, que permiten entrar en contacto a los obreros
de las diferentes localidades. Toda lucha de clases es, sin embargo, una lucha política.
Está organización del proletariado en clase y por lo tanto en partido político, es
destruido una y otra vez por la competencia entre los propios obreros. Aprovechando

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las divisiones internas de la burguesía, arranca el reconocimiento legal de algunos
intereses de la clase obrera. Así por ejemplo el bill de 10 horas en Inglaterra.
Las colisiones de la vieja sociedad favorecen de diversas maneras el proceso de
desarrollo del proletariado. La burguesía vive en lucha permanente: al principio contra
la artrografía, después contra aquellas fracciones de la misma burguesía cuyos
intereses entran en contradicción con los progresos de la industria; siempre contra la
burguesía en todos los demás países. En todas estas luchas se ve forzada a apelar al
proletariado a reclamar su ayuda y arrastrarle así al movimiento. De este modo
proporciona el proletariado los elementos de su propia formación, es decir, armas
contra ella misma.
De todas las clases que se enfrentan con la burguesía solo el proletariado es una clase
verdaderamente revolucionaria. Los estratos intermedios del pequeño industrial, el
pequeño comerciante, el campesino, todos ellos combaten a la burguesía para salvar
de la ruina su existencia como tales estratos intermedios. No son pues revolucionarios,
sino conservadores. No defienden sus intereses actuales, sino sus intereses futuros, en
el sentido, en fin, de que abandonen sus propios puntos de vista para adoptarlos del
proletariado.
El lumpenproletariado, qué es el sector de las capas sociales más bajas, próximo, en
realidad, a la delincuencia integrado vagabundos, ladrones, etc. Pueden ser
arrastrados a veces al movimiento por una revolución proletaria; en virtud del
conjunto de sus condiciones de vidas estarás más bien dispuesto a dejarse sobornar y
prestarse a maniobras reaccionarías.
Los proletariados solo pueden conquistar las fuerzas productivas sociales aboliendo su
propio modo anterior de apropiación y, en consecuencia, todo el modo de apropiación
vigente hasta el presente. Los proletariados no tienen nada propio que asegurar,
tienen que destruir todas las seguridades y garantías privadas hasta ahora existentes.
El proletariado tiene que destruir la superestructura de los estratos que conforman la
sociedad oficial. El proletariado de cada país debe acabar, naturalmente, en primer
lugar, con su propia burguesía.
Todas las sociedades anteriores han basado, como hemos visto en la contradicción
entre clases opresoras y oprimidas. Pero para poder oprimir a una clase es preciso
asegúrale unas condiciones que le permitan por lo menos sobrellevar su existencia
esclavizada. El ciervo llegó convertirse en pleno régimen de servidumbre en miembro
de la comuna, igual que el pequeño burgués elevó a la categoría de burgués bajo el
yugo del absolutismo feudal. El obrero se convierte en indigente y la indigencia crece
más rápidamente todavía que la población y la riqueza. Viene, pues, a mostrarse
claramente que la burguesía está no es capaz de seguir desempeñando el papel de
clase dominante de la sociedad, ni de imponer a está como ley reguladora. La sociedad
ya no puede vivir bajo su dominio, esto es, su vida ya no resulta compatible con la
sociedad.

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La condición esencial de la existencia del dominio de la clase burguesa es la
acumulación de riqueza en manos de particulares la formación y multiplicación del
capital.

MARK KARL: LAS HUELGAS Y LAS COALICIONES DE OBREROS


Los economistas quieren que los obreros permanezcan en la sociedad tal como esta
constituida y tal como ellos la describen y la refrendan en sus manuales. Los socialistas
quieren que los obreros dejen en paz a la vieja sociedad para poder entrar mejor en la
sociedad nueva que ellos tienen preparada con tanta prevención.
En ese momento se podía decir que el grado que han llegado las coaliciones en un país
indica exactamente el lugar que ocupa en la jerarquía del mercado mundial. En
Inglaterra, donde la industria ha alcanzado el mas alto grado de desarrollo, existen las
coaliciones más vastas y mejor organizadas.
En Inglaterra, se formaron coaliciones permanentes, trade-unions, están agrupadas en
la national association of united trades, cuyo comité central reside en Londres. La
organización de estas huelgas, coaliciones y trade-unions se desenvuelve
simultáneamente con las luchas políticas de los obreros, que constituyen un gran
partido político, bajo el nombre de carteristas.
La gran industria concentra en un mismo sitio a una masa de personas que no se
conocen entre sí. La competencia divide sus intereses. Pero la defensa del salario, este
interés común reúne a todos ellos frente a su patrono, los une en una idea común de
resistencia, la coalición. Por lo tanto, la coalición persigue siempre una doble finalidad,
acabar con la competencia entre los obreros para poder hacer una competencia
general a los capitalistas. Si el primer fin de la resistencia se reducía a la defensa del
salario, después, a medida que los capitalistas se asocian a su vez movidos por la idea
de la represión, y las coaliciones, en un principio aisladas, forman grupos, la de defensa
por los obreros de sus asociaciones frente al capital, acaba siendo para ellos más
necesario que la defensa del salario. En esta lucha se van uniendo y desarrollando
todos los elementos para la batalla futura. Al llegar a este punto, la coalición toma
carácter político.
Las condiciones económicas transformaron primero a la masa de la población del país
en trabajadores. La dominación del capital ha creado a esta masa una situación común,
intereses comunes. Así, pues, esta masa es ya una clase con respecto al capital, pero
aún no es una clase para sí. Los intereses que defienden se convierten en intereses de
esta clase. Pero la lucha de clase contra clase es una lucha política.

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En la burguesía debemos diferenciar dos fases: En la primera se constituye como clase
bajo el régimen del feudalismo y de la menarquia absoluta; en la segunda, la burguesía
constituida ya como clase, derroca al feudalismo y la monarquía para transformar la
vieja sociedad en una sociedad burguesa. La primera de estas fases fue más
prolongada y requirió mayores esfuerzos. También la burguesía comenzó con
coaliciones parciales contra los señores feudales.
La existencia de una clase oprimida es la condición vital de toda sociedad fundada en el
antagonismo de clases. La emancipación de la clase oprimida implica pues
necesariamente, la creación de una sociedad nueva. Para que la clase oprimida pueda
liberarse, es preciso que las fuerzas productivas ya adquiridas y las relaciones sociales
vigentes no puedan seguir existiendo unas al lado de otras. La condición de
emancipación de la clase obrera es la abolición de todas las clases, del mismo modo
que la condición de emancipación del tercer estado, del orden burgués, fue la
abolición de todos los estados y de todos los órdenes. En el transcurso de su
desarrollo, la clase obrera sustituirá la antigua sociedad civil por una asociación que
excluya a las clases y su antagonismo, y no existirá ya un poder político propiemante
dicho, pues el poder político es precisamente la expresión oficial del antagonismo
dentro de la sociedad civil.
Mientras tanto, el antagonismo entre el proletariado y la burguesía es una licha de
clase contra clase, lucha que, llevada a su más alta expresión, implica una revolución
total. Es un movimiento social y político pues solo en un orden de cosas en el que ya
no existan clases y antagonismo de clases, las evoluciones sociales dejan de ser
revoluciones políticas.

MANUSCRITO DE PARIS
Empieza diciendo que ya explico la enajenación o la extrañación (son sinónimos) del
trabajo como la relación del trabajador con los productos del trabajo. Pero la
enajenación no solo está en el resultado, es decir, en el producto, sino que también
hay enajenación en el proceso productivo.
Si el producto es enajenación; el proceso de producción también es enajenación, una
enajenación activa. El trabajo es externo al trabajador, no se afirma así mismo
trabajando, al contrario, se mortifica no se desarrolla libremente su energía. Esta
enajenado. Su trabajo es forzado. El trabajo es una mortificación, un sacrificio. Cuando
trabaja esta enajenado no se pertenece así mismo sino a otro, se pierde a si mismo (lo
compara con la religión, donde pasa lo mismo el hombre esta enajenado.
Solo se siente suyo cuando sale del trabajo, en el trabajo esta enajenado. Solo cree
obrar libremente es sus funciones animales, (beber, comer, etc.) mientras que en lo
humano se siente como animal, bestial.

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RELACION TRABAJADOR CON EL PRODUCTO

EL
TRABAJO
EL PRODUCTO ES UN OBJETO AJENO QUE LO

DE DOS MANERAS
DOMINA

ENAJENA LA RELACION DENTRO DEL TRABAJO CON ELK


ACTO DE PRODUCCION
ACTIVIDAD
HUMANA

KARL MARX: PROLOGO


ES UNA ACTIVIDAD AJENA. NO LE
PERTENECE. SOLPO PROVOCA SUFRIMIENTO.
La investigación de Marx, desemboca en el resultado SU VIDAde qué, tanto
PERSONAL lasPERTENECE
NO LE relacionesSE HA
jurídicas como la formas de estado no pueden comprenderse
VUELTO CONTRA porELsí mismas y por la
llamada evolución general del espíritu humano, sino qué radican, por el contrario, en
las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resumen, Hegel, siguiendo el
precedente de los ingleses y los franceses en el siglo XVIII, bajo el nombre de sociedad
civil, y qué la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política.
En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones
necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que
corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas
materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura
jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El
modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política
y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino,
por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una
determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad
entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es
más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las
cuales se han desenvuelto hasta allí. Al cambiar la base económica, se revoluciona,
más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella.
Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas
productivas que acaben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones
de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan
madurado en el seno de la propia sociedad antigua.
A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la
formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo y el
modo burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica
del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de antagonismo
individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de la vida
de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la

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sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la
solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por tanto, la
prehistoria de la sociedad humana.

KARL MARX: SALARIO, PRECIO Y GANANCIA


El argumento del ciudadano Weston se basa en dos premisas: 1) qué el volumen de la
producción nacional es una cosa fija, una cantidad o magnitud constante.2) qué la
suma de los salarios reales, es decir, medidos por la cantidad de mercancías qué
pueden ser comparada con ellos, es también una suma fija, una magnitud constante.
Por tanto, para explicar el carácter general de la ganancia no tendréis más remedio
que partir del teorema de que las mercancías se venden, por término medio, por sus
verdaderos valores y que las ganancias se obtienen vendiendo las mercancías por su
valor, es decir en proporción a la cantidad de trabajo materializado en ellas.

FUERZA DE TRABAJO:
No existe tal cosa como valor del trabajo, en el sentido corriente de la palabra. Hemos
visto que la cantidad de trabajo necesario cristalizado en una mercancía constituye su
valor.
Lo que el obrero vende no es directamente su trabajo, sino una fuerza de trabajo,
cediendo temporalmente el capitalista el derecho a disponer de ella. Tan es así, qué
algunas leyes continentales fijan el máximo de tiempo que una persona puede vender
su fuerza de trabajo. Si se le permitiese venderlas sin limitación de tiempo, tendríamos
inmediatamente restablecida la esclavitud.
Lo que un hombre vale o en lo que se estima, es como en las demás cosas su precio: es
decir, lo que se daría por el uso de su fuerza. Partiendo de esta base, podremos
determinar el valor del trabajo, como el de cualquier otra mercancía.
¿De dónde proviene? Nos encontramos con un grupo de compradores que poseen
tierras, maquinarias, materias primas y medios de vida y del otro lado, un grupo de
vendedores que no tienen nada que vender más que su fuerza de trabajo. La
investigación de este problema sería la investigación de aquello que los economistas
denominan “acumulación previa originaria" qué Marx la llama expropiación originaria.
Esta llamada acumulación originaria no es sino una serie de procesos históricos que

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acabaron destruyendo la unidad originaria que existía entre el hombre trabajador y sus
medios de trabajo. Una vez consumada la separación entre el trabajador y los medios
de trabajo, este estado de cosas se mantendrá y se reproducirá en una escala cada vez
más vasta, hasta que una nueva y radical revolución del modo de producción lo eché
por tierra y restauré la unidad originaria bajo una forma histórica nueva.
¿Qué es el valor de la fuerza de trabajo?
Este valor se determina por la cantidad de trabajo necesaria para su producción. La
fuerza de trabajo un hombre existe, pura y exclusivamente, en su individualidad viva.
Para poder desarrollarse y sostenerse, un hombre tiene que consumir una
determinada cantidad de artículos de primera necesidad. El hombre también, al igual
que la máquina se desgasta y tiene que reemplazar reemplazado por otro. Además, el
hombre necesita otra cantidad para criar un determinado número de hijos, llamados a
reemplazar en el mercado de trabajo y perpetuar la raza obrera. Es decir, el valor de la
fuerza de trabajo se determina por el valor de los artículos de primera necesidad
imprescindibles para producir, desarrollar, mantener y perpetuar la fuerza de
trabajo.
Dentro del sistema de trabajo asalariado, el valor de la fuerza de trabajo se fija lo
mismo que el de otra mercancía cualquiera; y como distintas clases de fuerza de
trabajo tienen distintos valores o exigen distintas cantidades de trabajo para su
producción, tienen que tener distintos precios en el mercado de trabajo. Por eso que
pedir una retribución igual, o incluso una retribución equitativa, sobre la base del
sistema de trabajo asalariado, es algo que jamás llegara a realizarse

LA PRODUCCIÓN DE LA PLUSVALÍA:
Supongamos ahora que el promedio de los artículos de primera necesidad de
imprescindibles diariamente al obrero, requiera para su producción, 6 horas de trabajo
medio. Supongamos, además estas 6 horas de trabajo medio se materialicen en una
cantidad de oro equivalente a tres chelines. En estas condiciones, los tres chelines
serían el precio o la expresión en dinero del valor diario de la fuerza de trabajo de este
hombre. Sí trabajase 6 horas, produciría diariamente un valor que bastaría para
comprar la cantidad media de sus artículos diarios de primera necesidad o para
mantenerse como obrero. Pero nuestro hombre es un obrero asalariado. Por tanto,
tiene que vender su fuerza de trabajo a un capitalista. Si la vende por 3 chelines diarios
o por 18 chelines semanales, la vende por su valor. Este valor diariamente incorporado
por el representa un equivalente exacto del salario o precio de su fuerza de trabajo
que se elabora diariamente. Pero en este caso no haga afluiría al capitalista ninguna
plusvalía o Plus producto.
Al comprar la fuerza de trabajo del obrero y pagarla por su valor, el capitalista
adquiere, como cualquier otro comprador, el derecho a consumir o usar la mercancía
comprada. Por tanto, el capitalista al pagar el valor diario o semanal de la fuerza de

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trabajo del obrero, adquiere el derecho a servirse de ella o hacerla trabajar durante
todo el día o toda la semana.
El valor de la fuerza de trabajo se determina por la cantidad de trabajo necesario
para su conservación o reproducción, pero el uso de esta fuerza de trabajo no
encuentra más límite que la energía activa y la fuerza física del obrero. El valor diario o
semanal de la fuerza de trabajo y el ejercicio diario o semanal de esta misma fuerza de
trabajo son dos cosas completamente distintas. La cantidad de trabajo que sirve de
límite al valor de la fuerza de trabajo del obrero no limita, la cantidad de trabajo que su
fuerza de trabajo puede ejecutar.
Por ejemplo, un hilador necesita reproducir diariamente un valor de 3 chelines, lo que
hacía con su trabajo diario de 6 horas. Pero este no le quita la capacidad de trabajar 10
o 12 horas más, y aún más, diariamente. Y el capitalista, al pagar el valor diario o
semanal de la fuerza de trabajo del hilador, adquiere el derecho a usarla durante todo
el día o toda la semana. Le hará trabajar, por ejemplo, 12 horas diarias. Es decir, por
encima de las 6 horas necesarias para reponer su salario, o el valor de su fuerza de
trabajo, hilador tendrá que trabajar otras 6 horas, que se llamarán horas de
plustrabajo, y este plustrabajo se traducirá en una plusvalía y en un Plus producto
Al repetir diariamente esta operación, el capitalista adelantará diariamente 3 chelines
y se embolsará cada día 6, la mitad de los cuales volver a invertir en pagar nuevos
salarios, mientras que la otra mitad forma la plusvalía, por la que el capitalista no
abona ningún equivalente.
Tipos de plusvalía
Relativa: Prolongación de la jornada laboral.
Absoluta: Intensificación de la jornada laboral.
La cuota de plusvalía dependerá, si las demás circunstancias permanecen invariables,
de la proporción existente entre la parte de la jornada de trabajo necesaria para
reproducir el valor de la fuerza de trabajo y el tiempo suplementario o plustrabajo
destinado al capitalista.

VALOR DEL TRABAJO:


Hemos visto que, en realidad, este valor no es más que el de la fuerza de trabajo
medido por los valores de las mercancías necesarias para su manutención. Pero, cómo
el obrero solo cobra su salario después de realizar su trabajo y cómo, además, sabe
que lo que entrega realmente el capitalista su trabajo, necesariamente se imagina que
el valor o precio de su fuerza de trabajo es el precio o valor de su trabajo mismo. Si el
precio de su fuerza de trabajo son 3 chelines, en los que se materializan 6 horas de
trabajo, y si trabaja 12 horas, forzosamente tiene que representarse los tres chelines
como el valor o precio de 12 horas de trabajo, aunque estás doce horas de trabajo
representen un valor de 6 chelines

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De aquí se desprenden dos conclusiones:
1) el valor o precio de la fuerza de trabajo reviste la apariencia del precio o valor del
trabajo mismo, aunque en rigor las expresiones “valor" y “precio" del trabajo carecen
de sentido.
2) aunque solo se pagó una parte del trabajo diario del obrero, mientras que en otra
parte queda sin retribuir, y aunque este trabajo no retribuido o plustrabajo es
precisamente el fondo del que sale la plusvalía o ganancia, parece como si todo el
trabajo fuese trabajo retribuido.

Dentro del sistema de trabajo asalariado, hasta el trabajo no retribuido parece trabajo
pago. Por el contrario, en el trabajo de los esclavos parece trabajo no retribuido hasta
la parte del trabajo que se paga. Cómo entre él y su amo no han medido trato alguno
ni se celebra entre ellos ningún acto de compra y venta, parece como si el esclavo
entregaste todo su trabajo gratis.
En cambio, el campesino siervo trabajaba, por ejemplo, 3 días para el mismo en la
tierra de su propiedad o en la que se la había sido asignada, y los otros tres días los
destinados a trabajar obligatoriamente gratis en la finca de su señor. Pareciera que
aquí las dos partes del trabajo, la paga y la no retribuida aparecieran separadas. Pero,
en realidad, tanto darte una persona trabaje tres días de la semana para si, en su
propia tierra y otros 3 días gratis en la finca de su señor, cómo que trabaje todos los
días, en la fábrica o en el taller, 6 horas para sí y 6 horas para su patrono.
En el primer caso el trabajador no retribuido aparece como arrancado por la fuerza; en
el segundo caso parece entregado voluntariamente, esa es la única diferencia

SE OBTIENE GANANCIA VENDIENDO UNA MERCANCÍA POR SU VALOR:


El valor de una mercancía se determina por la cantidad total de trabajo que encierra.
Pero una parte de esta cantidad de trabajo se materializa en un valor por el que se
abonó un equivalente en forma de salarios; otra parte se materializa en un valor por el
que no se pagó ningún equivalente. Una parte del trabajo encerrado en la mercancía
es trabajo retribuido; otra parte, el trabajo no retribuido. Por tanto, cuando el
capitalista vende la mercancía por su valor, es decir, cómo cristalización de la cantidad
total de horas invertido en ella, tiene necesariamente que vender la con ganancia.
Venden no solo lo que le ha costado un equivalente, sino también lo que no le ha
costado nada, aunque haya costado el trabajo su obrero. Lo que la mercancía le
cuesta el capitalista y lo que en realidad cuesta, son cosas distintas. Pues vendiendo
las mercancías por su verdadero valor, y no por encima de este, y cómo se obtienen
ganancias normales y medidas

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COSAS DICHAS EN CLASE:
 Para hablar de las clases sociales para Marx, se necesite dos requisitos:

1)Económico: El capital define todo, los recursos que uno tiene.

2)Psicológico: Tiene que ver con la conciencia, con la conciencia de clases, es decir
como el individuo se siente parte o no de una clase social. Existen dos tipos:
 Clase para sí: No tiene conciencia, son dominados, no pelean por sus
intereses. Por ejemplo, el proletariado.
 Clase para sí: Tiene conciencia de clase, por ejemplo, la burguesía.

Elites, grupos concentrado de poder.

Clase media.

Clase baja.

 Alienación: Deshumanización del hombre por el sistema. Es libre en derechos, pero


este sujeto al sistema de fuerza de trabajo por el salario.

 Estructura: Es lo económico (El capital, la tierra, la propiedad y la fuerza de trabajo),


la materia condiciona al mundo de las ideas. La estructura condiciona la
superestructura. División de trabajo, económico, por lo tanto, división en la
sociedad, clases sociales.
 Superestructura: Es el mundo de las ideas, lo político, moral, religioso.

 Fuerzas productivas: Es la suma de la fuerza de trabajo y el K Burgués (capital).

 Acumulación originaria: Disociación o separación de los medios de producción de


las manos del trabajador.
Medios de producción Proletariado

Tipos u otras razones:


 Apropiación o bienes de la iglesia.
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 Por el sistema colonial.
 Ascenso de clase, ejemplos siervos a burgueses y campesinos a
proletariado.

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