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El Niño Feo
El Niño Feo
Personajes:
Magda Gámez
Jeremias
Dr. Taracena
Einar Lemus
Ian
Uno
Habitación colorida llena de objetos cotidianos, al fondo un pequeño rincón
cubierto de fango y plantas de forma y olor extrañas. Diferentes luces
denotan el espacio entre la habitación de Jeremias y el exterior del
Laboratorio E13
Entra Magda, mujer de 30 y tantos años acompañada de una enorme maleta
que apenas puede cargar. Sonriente se dirige al vigilante y con una expresión
casi automática le dice:
Magda: Eso no importa ahora Jeremy. (le seca las lágrimas) ¿Por eso
llorabas? Jeremy baja la mirada.
Magda: ¿Humanos?
Magda: Sí Jeremy.
Magda: Pronto (en voz baja, sintiendo que se le partía el corazón) Pronto.
Jeremy la toma de la mano y la lleva por las tres habitaciones que formaban
el conjunto de la Sección Uno de E13.
Dr. Taracena: Señorita Gamez, usted sabe mejor que nadie que eso es
imposible. Tan sólo pensar que él salga de aquí…
Magda: No puedo Doctor, sólo pensar en que se desharán de él. ¡No puedo
permitirlo!
Magda: No puedo…
Magda: Lo sé…
Dr. Taracena: Jeremy no podrá transmitir esos conocimientos, no hay otro ser
que hable el mismo idioma. Seguramente con el tiempo él volver a adaptarse
a su época.
Dr. Taracena: Quiero que dimensione la situación. Usted conoce muy bien a
Jeremy. ¿Quiere exponerle a este mundo cruel? ¿Sí sabe lo que le espera en
Magda: Pretendo adaptar a ese alguien que usted trajo a esta época
Dr Taracena sale. Magda vuelve con Jeremy y lo abraza sabiendo que esos
serán los últimos momentos con el pequeño.
Magda lo abraza
MAGDA: Este lobo es muy pequeño, pero es muy veloz.. mira esas piernas
cortas, gruesas y torcidas son hermosas…
Dos
Magda: Los niños son niños, doctor Taracena y los que no son guapos son
precisamente los que pueden necesitar más ayuda.
Dr. Taracena: Magnífico. Vamos a formar “The Sillk” esta noche y creo que
será mejor que esté allí para empezar de inmediato. Eso será a las ocho de la
noche, y me gustaría que usted estuviera a las siete y media.
Magda: ¿Qué es The Sillk? ¿Qué relación tiene con los niños aquel gran
edificio, con empleados provistos de placas de identificación, con
improvisados pasillos, con un inconfundible ambiente de ingeniería?
Tres
Cuatro.
Una gran galería, al fondo un enorme foso lleno de instrumentos que parecen
una combinación entre el tablero de mandos de una nave espacial y un
teclado qwerty. A un lado separaciones que forman una habitación sin techo,
una gigantesca casa de muñecas cuyas habitaciones pueden verse desde
arriba. Magda ve una cocina electrónica y un frigorífico en la habitación
contigua, y un improvisado lavabo en otra. En la habitación más pequeña se
mira una cama.
Magda: ¿No puede ser? Ese es el científico Einar Lemus, el redactor científico
de Notiweb. Este debe ser un acontecimiento sumamente importante, Lemus
sólo acude a eventos con relevantes avances científicos
Einar:…Desde luego, usé una analogía, si cree que eso servirá de algo.
Dr. Taracena: Bueno, es hora, por fin, de que el mundo mire por encima de
nuestro hombro. La gente verá algo.
Magda: ¿Años?
Einar: Comprendo.
Breve oscuro
Hubo un lapso de silencio suficiente para respirar una vez y luego el sonido
del chillido de un aterrorizado niño en las habitaciones de la casa de
muñecas. ¡Terror! ¡Penetrante terror! La cabeza de la señorita Gámez se
volvió en la dirección del grito.
Dr. Taracena: (con voz tensa y temblorosa, con voz de triunfo ): ¡Lo hemos
logrado!
Los hombres de los controles sonrientes, fumando, observan a los tres que
llegan a la planta principal. Un zumbido muy tenue surge de la casa de
muñecas. —
Einar: Yo también lo sentí, aunque fue sólo unos instantes. Pues una vez
dentro todo volvió a la normalidad.
Dr. Taracena. ¡Silencio! Escuchan ese seco arrastrar de pies y, eso parece
ser una mano que rasca la madera...,
Dr. Taracena: El olor a tierra mezclado con algo fétido. Es imposible arrancar
limpiamente a un niño del tiempo, señorita Gámez. Hemos tenido que
recoger parte de los alrededores por cuestión de seguridad. ¿O habría
preferido que el niño llegara aquí con una pierna menos, o con sólo media
cabeza?
Magda: ¡Por favor!. ¿Vamos a quedarnos con los brazos cruzados? La pobre
criatura está asustada. Y muy sucia.
Cinco
Con rápido gesto, Dr. Taracena toma al niño por ambos brazos y lo levanta
del suelo, pese a que se revuelca y llora.
Magda: (mientras talla al pequeño) Necesitamos más shampu, que olor tan
fétido. Parece que no conocieras el jabón.
Dr. Taracena: (esboza una sonrisa de triunfo) Claro, eso sería rebajarse, pero
mira nadamas, ya está quedando rosado el pequeño niño y mantiene un
poco el olor a jabón.
Magda: Gracias
Hay una batalla, pero la bata quedó puesta, y cuando el niño hizo ademán de
desgarrarla, Magda le da una brusca palmada en la mano. El niño enrojece
sin llorar, mira fijamente a la mujer y los torcidos dedos de una de sus manos
se deslizan lentamente por la franela de la prenda, palpando su extrañeza.
Magda: mientras pone un poco de leche en un plato. Creo que no sabrá usar
una taza. (al pequeño): Bebe. Bebe. Hace la pantomima de llevarse el plato
a la boca. Los ojos del niño siguen el movimiento, pero nada más. Magda
toma con una mano el brazo del niño y le mete la otra en la leche. Le moja
los labios con el líquido, y éste cae goteando por las mejillas y la barbilla
contraída. Es leche, se bebe. Jeremy lanzó un agudo grito, y acto seguido su
Einar: Es impactante! ¿No lo cree así señorita? Tal vez no lo sospeche, pero
el azar ha querido que sea la primera mujer civilizada de la historia que cuida
a un joven de Neandertal.
Magda:¡Vaya, habla!.
Dr. Taracena: Bien, señorita Gámez, antes que vayamos más lejos, ¿acepta
el empleo?
Dr. Taracena: Vamos a dejarla con el niño, señorita Gámez . Ésta es la única
entrada del E13 Número Uno, y está completamente cerrada y vigilada.
Quiero que se entere de los pormenores de la cerradura, la cual, por
supuesto, estará programada para aceptar sus huellas digitales, como ya lo
está para las mías. En los espacios superiores (alzando los ojos hacia los
inexistentes techos de la casa de muñecas) también hay vigilancia, y se nos
informará en cuanto algún inconveniente suceda.
Magda: ¿Por qué todo esto, doctor Hoskins? ¿Es peligroso el niño?
Magda: Muy bien, si te sientes más seguro ahí, duerme ahí. Cierra la puerta
del dormitorio y se retira a la cama que le habían preparado en la habitación
contigua.
Seis
Oscuro
Magda (en off) ¿Es posible que el niño sea peligroso? ¿Físicamente
peligroso?» No, el Dr. Taracena no se refería a eso. No me habría dejado sola
si... Vamos Magda sólo es un niño de tres o cuatro años. Aunque si logrará
atacarme con uñas y dientes mientras estoy dormida... Respira agudamente.
De pronto un llanto desgarrador la distrae de sus pensamientos El niño esta
llorando. No es de miedo o enfado; seguramente se siente solo, muy solo.
Siete
Intenta acercarse ¿Me dejas tocarte? Se sienta en el suelo aún más cerca del
niño y, poco a poco, rítmicamente, le acaricia el cabello, la mejilla, el brazo.
mientras entona una canción lenta y suave. El niño levanta la cabeza al oírla y
contempla la boca de Magda como si el sonido le maravillara. La enfermera
se aproxima mientras el niño la escucha. Poco a poco se acerca hacia la
cabeza del pequeño, hasta que ésta queda apoyada en su hombro. Le pasa
un brazo por debajo de los muslos y lo alza hasta su regazo con un
movimiento pausado y suave. La señorita Magda sigue cantando el mismo
verso una y otra vez, mientras mece al pequeño. El niño deja de llorar y al
cabo de un rato el rítmico zumbido de su respiración indica que se ha
quedado dormido. Con infinito cuidado, pone encima al niño. Lo tapa y lo
mira
Insistie en que él levante el tazón con las manos. El niño lo hace con
bastante torpeza pero logra comer algo. También intenta darle la leche en un
vaso y el pequeño gime al descubrir que el pequeño agujero le impide meter
la cara de modo conveniente. Magda le toma la mano y la pone en torno al
vaso, le obliga a inclinarlo un poco y le empuja los labios hacia el borde. De
nuevo un desastre, pero el niño bebe casi todo el líquido, y la señorita ya
estaba acostumbrada a los desastres
Ocho
Voces en off:
Magda: Chico
Dr. Taracena: Mi plan original se completó cuando demostré que era posible
traerlo aquí. Sin embargo, los antropólogos estarán muy interesados,
supongo, y los fisiólogos. No en balde tenemos aquí una criatura que está al
borde del ser humano. Con él, podemos aprender mucho de nosotros
mismos y de nuestros antepasados.
Times Herald: ¿Podrá sacarlo al aire libre, para que podamos preparar equipo
subetérico y montar todo un programa?
Dr. Taracena: Ah (con una breve sonrisa) Eso precisaría una larga
explicación, caballeros. En E13 el tiempo tal como lo conocemos no existe.
Estas habitaciones son en su interior una burbuja invisible que no forma
Times-Herald: ¿Estará disponible esta noche para una entrevista en todos los
circuitos?
Nueve
Interiores de E13
Entra Taracena y busca a Magda con la mirada, ella entra y lo mira con
desdén
Magda: ¿Qué tal ha ido la entrevista? Escuché que fue transmitida en todo el
mundo, hasta en la estación lunar.
Dr. Taracena: Llevamos diez años trabajando casi sin un céntimo, arañando
fondos cuando podíamos, peso a peso. Teníamos que jugamos el todo por el
todo. Y cuando digo el todo por el todo, hablo en serio. La tentativa de
obtener un Neandertal se llevó hasta el último centavo que pedimos prestado
o robamos, y parte del dinero fue de hecho robado: fondos para otros
proyectos, usados para éste sin autorización. Si este experimento hubiera
fracasado, yo estaría acabado.
Dr. Taracena: Ah. No, ésa no era la única razón. En realidad no sabíamos la
edad exacta del Neandertal. Sólo podemos detectar vagamente en el tiempo,
y él podía haber sido enorme y salvaje. Nos exponíamos a tener que tratarle a
cierta distancia, como a un animal enjaulado.
Magda: Pero puesto que no ha sido así, supongo que ahora construirán el
techo.
Él era el inventor del método para analizar el reflejo del rayo mesónico que
penetraba en el pasado; él había inventado el método para crear E13; La
señorita Gámez no consiguió acostumbrarse al hecho de que formaba parte
de un experimento científico. En contra de sus deseos, acabó viéndose
comprometida personalmente hasta el punto de pelearse con los fisiólogos.
Diez
Dr. Taracena: Por supuesto que debe ser tratado como un ser humano, usted
está a su cuidado, no podría estar en mejores manos.
Dr. Taracena: ¿Cuál diría que es la edad del niño, señorita Magda?
Magda: Por la rapidez con que aprende nuestro idioma, yo diría que tiene
más de cuatro años.
Magda: Todos los niños necesitan estímulos, y éste lleva una vida de
confinamiento en soledad. Yo hago lo que puedo, pero no estoy siempre con
él, y no soy todo lo que él necesita.
Magda: Lo que pretendo decir, doctor Hoskins, es que Jeremy necesita jugar
con otro niño.
Dr. Taracena: Entiendo, pero pr desgracia, sólo hay un niño como él, ¿no?
Pobre criatura.
Dr. Taracena: ¿En serio, señorita Magda? En ese caso, tendré que practicar
para tener un aspecto más vital.
Magda: Supongo que E13 tiene mucho trabajo, y que eso le mantiene muy
atareado.
Dr. Taracena: Bien, ahora mismo no está tan atareada. Vendré a buscarla
mañana a las once y haremos juntos el recorrido. ¿Qué dice?
Magda: Me encantaría.
Dr. Taracena: Mire como se desliza con sus dos finas patas
Magda: ¿Dinosaurio
Magda: Oh.
Dr. Taracena: Sabe, profesor, que disponemos de espacio limitado. Hay que
mantener la rotación de los especímenes. Ese fragmento de calcopirita debe
regresar. Hay personas que aguardan el siguiente espécimen.
Axón: En ese caso, ¿por qué no puedo quedarme con él? Déjeme sacarlo de
aquí.
Axon: ¿Un trozo de calcopirita, un miserable trozo de cinco kilos? ¿Por qué
no?
Axon:Pero..., aguarde...
Dr. Taracena: Apele cuanto guste. En un caso como éste, descubrirá que
nadie puede fallar en mi contra.
Dio media vuelta sin más y dejó que el profesor siguiera protestando.
Doce
Dr. Taracena: No. Ha sido la primera vez. Aunque siempre tengo que estar
disuadiendo a la gente para que no se lleve muestras, pero ésta es la primera
vez que alguien intenta hacerlo.
Magda: Alguna vez usted habló sobre la energía que eso consumiría.
Dr. Taracena: Cuando pienso en las precauciones que tomamos para evitar
accidentes, ese incidente me pone furioso! Todas las unidades de E13
disponen de dispositivo de perforación. Es imprescindible, porque todas se
centran en una posición distinta y deben poder anularse independientemente.
Pero la cuestión es que ningún dispositivo de perforación se acciona nunca
hasta el último momento. Y entonces imposibilitamos deliberadamente la
Dr. Taracena: Claro que sí. Estoy encariñado con el niño. Aprecio sus
sentimientos hacia él, y estaba lo suficientemente preocupado para ofrecerle
explicaciones. Ya lo he hecho. Ha visto lo que hacemos. Tiene cierta
Magda:¿No pueden?
Magda: ¿Por qué no? ¿Por qué no podría? ¿Qué tiene de malo la idea? Usted
arrancó a ese niño del tiempo y lo convirtió en eterno prisionero. ¿No le debe
nada? Doctor Taracena, si existe en este mundo algún hombre que pueda ser
padre del niño en todos los aspectos salvo en el biológico, ese hombre es
usted. ¿Por qué no puede hacerle ese pequeño favor?
Dr. Taracena: ¿Su padre? Señorita Gámez, creo que debe regresar ahora, si
no le importa.
Dr. Taracena: Querida, ésta es la señorita Gámez, la enfermera que cuida del
niño. Señorita Gámez, le presento a mi esposa.
Dr. Taracena: Sí, éste es mi hijo, Ian. Di «hola» a la señorita Gámez, Ian.
Dr. Taracena: Bien, ¿y el de quién, si no? ¿No era eso lo que deseaba?
Entremos, querida. Entremos.
Dr. Taracena: Apártate un poco, querida. Que los niños tengan una
oportunidad.
Dr. Taracena: No más aversión que la de dos niños que no simpatizan. Ahora
deja a Ian en el suelo y que se acostumbre a la situación. En realidad sería
mejor que nos fuéramos. La señorita Gámez llevará a Ian a mi despacho
dentro de un rato y yo lo mandaré a casa con alguien.
Trece
E13
Jeremy: Ian dice que juegan, tienen películas. Dice que hay muchísimos
niños. Dice
Jeremy: Síii, me gusta mucho eso. Señorita Gámez quiero contarte algo que
he soñado.
Jeremy: Qué estaba «afuera» era como un vacío pero muy grande, con niños
y raros e indescriptibles. Pero los niños y las cosas que estaban ahí no me
hacían caso, jamás podía hablarles, ni nada, yo me sentía como cuando
usted no está señorita, me sentía solo… Y me despierto con lagrimas en mis
ojos.
Magda: Sólo ha sido un mal sueño. Ven, vamos a leer. ( Toma un libro y
comienza a leer. Jeremy toma la barbilla de Magda y la mira atentamente)
Magda: ¿Ves estas marcas? Ellas me indican lo que debo decir. Estas
marcas forman palabras.
Catorce
Magda: Es un niño muy listo. Quiero enseñarle todo lo que pueda, sólo así
podrá conocer el mundo.
Magda: ¿Pretende decir que puede traer al presente a una persona de épocas
históricas?
Magda: Jeremy está aprendiendo cada vez más rápido y quiero aprovechar
para darle una educación integral, para ello quiero preparar un sistema de
enseñanza
Dr. Taracena: Señorita Gámez, nec esito que comprenda usted la situación.
Magda le mira con repentino horror, sin comprender realmente lo que él dice.
Dr. Taracena: señorita Gámez, por favor, no se altere. Jeremy no se irá ahora
mismo, quizá pasen meses. Mientras tanto, haremos todo cuanto podamos.
Sustituta: Sí.
Sustituta: No señorita Gámez, con esto del Nuevo Poryecto de la Edad Media
me han pedido que venga a cubrir acá.
Magda: Bien
Sustituta: soy Mandy Terris. Lamento llegar tarde. Hay tanta excitación...
Sustituta: Quiero decir que él... es el que se supone que debe irse, ¿no?
Magda sale
Sustituta: Espero que consiga un buen sitio y que la prueba sea un éxito.
Quince
Sala de reuniones del E13, una pantalla gigante al fondo era mirada por todos
los presentes
Magda en off: Ojala pudiera destruir algun instrumento para hacer que falle el
experimento, auqnue la simple destrucción no habría serviría de nada pues
los técnicos lo habrían reconstruido y reparado todo y reanudado el esfuerzo.
Y a mi no me habrían permitido volver con Timmie. Todo es inútil. Todo, salvo
que el experimento fallara, que fracasara irreparablemente.
Dieciseis
E13 Sección 1
Magda: (sin hacerle caso a Ian) (A la sustituta) ¿Qué has hecho con Timmie?
Magda corre hacia la casa de muñecas. Forcejea con la puerta del baño. Le
cuesta abrirla y cuando lo sonsigue ve al niño feo agazapado en un rincón.
Jeremy: Lo dijo ella, con una cuerda larga. Ella dijo que tú me pegarías
mucho.
Magda: No es cierto. Ella ha sido muy mala al decir eso. Pero, ¿qué ha
pasado? ¿Qué ha pasado?
Sabes una cosa después de esto que ha pasado está tomada la decisión.
Ven haremos algo que sé que te encantará
Diecisiete
Magda saca de la maleta un abrigo, unaa gorra de lana con orejeras y otras d
prendas.
Jeremy: ¿Por qué me pones esta ropa, señorita Magda? —dijo Timmie, con
muestras de alarma. —
Dr. Taracena: (Con firmez le quita el niño de los brazos) Una pérdida de
energía de esta magnitud significaría tres millones de dólares para los
bolsillos de los accionistas. Significaría un terrible revés para E13. Significaría
publicidad sobre una enfermera sentimental que destruye todo eso en
provecho de un niño-mono.
Entra a escena un hombre que esta pasando un cordel de nylon por los
resquicios de la parte alta de la pared. Magda nota que es la cuerda de la
cabina que contenía la muestra rocosa del profesor Axon, la cuerda de la que
Taracena había tirado hacía mucho tiempo.
Magda: ¿Fue por la herida de su hijo? Porque su hijo atormentó a este niño y
lo provocó.
Magda: ¿Qué posibilidad? Sólo tiene siete años, está acostumbrado a que le
cuiden, le alimenten, le vistan, le protejan. Estará solo. Quizá su tribu no esté
ya en el lugar donde él la abandonó hace cuatro años. Y aunque esté en el
mismo sitio, no reconocerán a Timmie. Tendrá que cuidar de sí mismo.
¿Cómo va a hacerlo?
Dr. Taracena: ¿Cree que no he pensado en eso? ¿Cree que habríamos traído
a un niño de no haber sido porque se trataba de la primera localización de un
humano o cuasi humano que hacíamos, y porque no nos atrevimos a correr el
riesgo de perder su posición y hacer otra localización tan perfecta? ¿Por qué
supone que hemos mantenido tanto tiempo aquí a Jeremy, sino porque
éramos reacios a devolver al niño al pasado?
Magda: Pero….
Jeremy: Algunas veces. Creo que una madre es una señora que te cuida y se
porta muy bien contigo y hace cosas buenas.
Jeremy apartó la cabeza del cuerpo de la enfermera para poder mirarla. Poco
a poco, pasó su manita por la mejilla y el cabello de la señorita Magda y la
acarició
Durante muchos años se ha creído que la mejor manera de tratar un suceso pesaroso es
hablar de ello con una persona específicamente entrenada para ayudar al sufriente no solo a
que sufra menos, sino a entender mejor la causa de dicho sufrimiento.
Como sabemos, este método fue sistematizado, desde una perspectiva más teórica, por el
vienés Sigmund Freud y continuada, por distintos caminos, por Carl Jung y Jacques Lacan,
entre los más prominentes. Pero igualmente otros como Jeffrey Mitchell (sobreviviente de
un accidente automovilístico) han elaborado manuales prácticos para estas situaciones que
en la terminología médica se agrupan bajo la denominación de Estrés Post-Traumático
(EPT).
Sin embargo, en los últimos años los descubrimientos en el campo de la neurociencia han
contribuido a aclarar lo que verdaderamente sucede al interior de nuestro cerebro cuando
intentamos lidiar con recuerdos dolorosos.
Sin duda el hallazgo crucial en este sentido fue saber que la memoria no se comporta como
habitualmente (incluso desde el sentido común) estamos habituados a creer. En términos
generales, la memoria no es un bloque indiviso en el que se van grabando nuestras
vivencias y permanecen ahí, marmóreas, hasta el día en que ya no las recordamos más.
Según varios neurocientíficos, la memoria es más volátil y no se puede decir, estrictamente,
que los recuerdos se almacenan. Su comportamiento es más errático: cada vez que
recordamos algo, el cerebro vuelve a formar ese recuerdo, introduciendo sutiles variaciones
que dependen de las circunstancias en que volvemos a recordarlo, sobre todo nuestro estado
emocional (por eso, dicen algunos, es tan fácil inducir recuerdos falsos).
Así es como se explica que la terapia, hablar de la situación dolorosa con otra persona, haya
ayudado a muchísimas personas a sobrellevar su situación: situadas en un contexto
inofensivo, pacífico, propicio, el recuerdo emerge en una versión distinta a la del momento
en que se vivió, en muchos casos perdida la asociación traumática que lo hacía
insoportable.
La neurociencia interviene en este punto para identificar la manera, a nivel cerebral, en que
se forman dichos recuerdos, los neuroquímicos y las parte del cerebro que intervienen al
memorizar en cada ocasión una de esas imágenes. Porque, no está de más subrayarlo, ahora
se sabe también que la memoria no reside en un solo sitio, sino que está dispersa en varias
zonas dependiendo del tipo de recuerdo registrado: las emociones negativas en la amígdala,
los elementos visuales en el córtex visual, los auditivos en el córtex auditivo, etc. Al volver
a recordar la química del cerebro y las acciones que este ejecuta también son otras.
Con esta premisa, la siguiente pregunta parece obvia: ¿es posible realizar artificialmente
eso que el cerebro hace naturalmente? Y la respuesta, en el estado actual de la neurociencia,
Un ejemplo análogo, por así decirlo, de una sustancia que puede alterar la memoria
actualmente es el MDMA (éxtasis). Ya que esta droga detona emociones positivas --y
entendiendo el proceso de reconsolidación de una memoria--, pacientes que recibieron
MDMA para tratar su depresión post traumática asociaron los eventos traumáticos que
revisitaron en su terapia con los sentimientos positivos de esta sustancia. El 83% de los
pacientes mostraron una dramática disminución el los síntomas en menos de dos meses.
Pero el tratamiento potencial va más allá, pues a diferencia de otros procedimientos (casi
todos ficticios) que plantean posibilidades similares pero borrando la memoria entera, la
neurociencia propone una especie de inyección precisa que ataca el dolor de un recuerdo,
esa dimensión de pena que impide a una persona continuar con su vida.
“Una vez que la gente se dé cuenta de cómo funciona realmente la memoria, muchas de las
creencias de que esta no puede cambiarse parecerán un poco ridículas. Cualquier cosa
puede cambiar la memoria. Esta tecnología no es nueva. Es solo una mejor version de un
proceso biológico existente”, explica Karim Nader, quien descubrió la síntesis de proteínas
directamente relacionada con la reformulación de los recuerdos.
En cuanto a las contrariedades éticas en este asunto, quizá la más importante sea la que
señala Lehrer al final de su recuento: el hecho de que en nuestra realidad cultural vigente el
dolor, el sufrimiento, la aflicción, tienen fin y sentido claro, usualmente identificados con el
aprendizaje, con el carácter, incluso con la promesa de recompensa (no necesariamente
Hasta ahora mediante fármacos, se había conseguido debilitar las fuertes conexiones que se crean cuando se genera un recuerdo traumático, produciendo así un
recuerdo menos doloroso. En el año 2002, un estudio demostró que el uso de Propanolol podía prevenir o reducir el estrés postraumático. Al tratar con este fármaco a un
grupo de veteranos de la guerra de Vietnam, estos disminuyeron drásticamente los recuerdos dolororos que tenían de la guerra, permitiéndoles llevar una vida normal.
En investigaciones recientes lo último que se ha logrado es eliminar selectivamente un recuerdo, usando el ZIP, inhibidor selectivo de una enzima cerebral (la PKM
zeta). Los científicos lo han conseguido atacando una de las dos zonas vulnerables: la de salida de datos. El proceso consiste en evocar un determinado recuerdo y justo
cuando este se encuentra en la recámara para ser arrojado, se inyecta el inhibidor y adiós conexión, adiós recuerdo.
evocar uno y justo en el momento en que estemos accediendo al dato, eliminarlo mediante un fuerte impacto en la cabe
Una rama de los australopitecos se separó de la que derivaría en Homo sapiens, produciendo
al Paranthropus robustus del por ahora aceptado género Paranthropus.